Partida Rol por web

Los presos os miraban inquietos. Os escuchaban hablar, pero no llegaban a entender nada de lo que decíais. El traidor imperial permanecía a vuestro lado en silencio, aunque enseguida secundó la propuesta de Val y Nugirrha.

- Cualquier ayuda para escapar de aquí es buena - Dijo - No se como pretendéis hacerlo, ni que es eso del agujero. - Se miró las manos y dijo. 

- Necesitaré un arma si queréis que os ayude. - 

La ex-imperial escucho la opinión de unos y otros, mientras Marco se mantenía alerta vigilando la puerta y a los prisioneros, quienes permanecían a la espera en la entrada de las celdas. Compartió una mirada cómplice con su compañera wookie y asintió con compresión, para acto seguido volverse a mirar al “paquete” con un gesto de despreció sin disimulo. Val tenía motivos ocultos para odiar a aquel traidor al imperio. Su honorable padre, que había visto como la República a la que había servido y protegido caía a manos de despreciable canciller Palapatine, ahora auto proclamado Emperador de la galaxia, teniendo que jurar lealtad a él y su imperio para proteger a su familia. Y siendo un espía durante años para la naciente resistencia había acabado siendo ejecutado, en cambio ese hombre, ese Almirante, haciendo exactamente lo mismo que su padre, fueran cuales fueran sus motivos para dar la espalda al imperio, seguía con vida. No podía más que despreciarlo y desconfiar de él.

-bien – le tendió el blaster que le había arrebatado a la teniente ahora muerta – más vale que tenga claro a quien apuntar – remarco antes de dejar el arma en sus manos – Marco, Zex, llevaros a Varth, sed rápidos y no os detengáis, la distracción de nuestros aliados no durara eternamente – pronunció en un tono neutro, de manera que también pudieran escucharla los presos pero sin llegar a alzar la voz, contando con que estarían atentos a las palabras del grupo que no fueran susurradas – Nugirrah y yo os cubriremos...venga salid

Fuera seguía tranquilo, sin señal de retorno pero también parecía que en el exterior todo parecía más calmado. No podían perder más tiempo con charlas estúpidas.

-Vamos largaros – arma en mano se giro hacía los hombres de las celdas con expresión sombría – sois libres, interponeros en nuestro camino y sera vuestro último día de libertad

Dicho lo cuál salio tras sus compañeros y el paquete, atenta a cualquier movimiento inesperado.

Nugirrha comenzó la marcha tras el resto de prisioneros liberados. No perdía de vista al imperial, por si las moscas.

Sabiendo que Nur y Val estaban en la retaguardia, Zex junto con Marco avanzaró en cabeza, con el arma lista para acabar con cualquier imprevisto. No estaba cómodo con la idea de llevar presos a sus espaldas pero confiaba en la decisión de sus compañeros y esperaba que todos ellos odiasen al Imperio tal y como él lo hacía.

Los presos sonrieron, se hicieron con las armas que había en el suelo y os saludaron la pasar a vuestro lado con un somero.

- Gracias - 

Tras lo cual no dudaron en emprender un grito de guerra y salir corriendo hacia la entrada principal del edificio, para momentos después emprenderse a tiros con los soldados que la custodiaban, que sorprendidos parece que tardaron en reaccionar, comenzando a devolver los disparos. Desde vuestra posición pudisteis ver como el primero de ellos, el más osado; cayó al suelo acribillado, mientras los demás se parapetaban y comenzaba un intercambio de disparos.

No era bueno quedarse allí, estaba claro, por lo que decidisteis salir a toda velocidad por el hueco por el que entrasteis. Cual fue vuestra sorpresa cuando al otro lado escuchasteis a tres soldados hablar. 

- Si, ha escapado. Los perseguidores no han dado con él, pero seguirán buscándolo por si se ha escondido. - 

- Maldita sea, como se nos ha podido escapar, ¡ joder ! - Dijo otro de los soldados claramente ofuscado.

Un ruido metálico os dio la clara señal de que junto a ellos se encontraba un ATST.

- Nos ordenan que vigilemos todos los flancos. Quien sea podría volver para intentar otro nuevo ataque. Estad atentos. -

Desde vuestra posición pudisteis ver que el ATST no se movió, dándose la vuelta y apuntando hacia la selva...

El tiempo parecía pasar lento. El suave bamboleo de las hojas no ayudaba y el húmedo calor de la jungla hacía que sudaras cada vez más. De repente escuchaste un grito del interior del complejo. No era de dolor, sino un grito de combate. Varios disparos provenientes del interior derribaron al soldado que operaba la torreta, mientras el resto de soldados buscaba parapeto e iniciaba un intercambio con quien estuviera al otro lado disparando.

Desde tu posición no alcanzabas a ver nada más que a los propios soldados imperiales defendiéndose y disparando.

Tras la batalla, Marco sentía un regusto amargo. Divertido pero demasiados fallos, tendría que practicar más…Se encogió de hombros y le tendió el último de sus inyectores de estimulantes a Val. Estaba peor que él, así que se lo ofreció de buna gana, para más adelante si era necesario.

A continuación, la disyuntiva de los prisioneros. Allí estaba el paquete, la bolsa de créditos con patas. Eso era lo único que de verdad importaba, pero no puso objeciones a la liberación del resto. Serían idiotas si les causaban problemas a sus libertadores.

Se sentía en una nube, casi estaba dejándose llevar por la ensoñación del éxito, de un encuentro fogoso con la sexy capitana, que recibiría con buen talante a un tipo rudo como Marco, cuando llegaron a la salida y escucharon las voces y el maldito sonido del AT-ST.

—Supongo que hablarán de nuestro colega elegante. Qué bien nos vendrían ahora otro par de cargas explosivas —dijo en voz muy baja, resoplando un poco molesto por la demora—. ¿Bombas de humo? ¿Algo para distraer a ese armatoste mientras salimos cagando leches hacia la jungla? Sin maniobra de distracción, me temo que nos van a freír.

Se quedó pensativo unos instantes. ¿La nave de Okeefe podría darles fuego de cobertura? ¿Qué tal estaría de armamento aire-tierra? Lo descartó al instante, no le parecía prudente atraer a la nave a estas alturas de la película, con las defensas de la base de por medio.

Nugirrha lanzó un improperio en su lengua mientras intentaba pensar. Se movía de un lado a otro pasándose la mano por su cabellera, y asintió a uno de los argumentos de Marco.

-[wookiee]Una distracción quizá podría funcionar. Al final puede que sí tengamos que usar los explosivos después de todo. ¿Y si colocamos una carga en la puerta principal y la detonamos para ver si atrae hacia allí aunque sea al AT-ST? Aprovecharíamos esto para salir del agujero[wookiee].

La wookiee también tomó nota de la posibilidad de hablar con Okeefe, pero recordó que habían destrozado la antena y que seguramente esa opción estaría descartada. No obstante, avisó a sus compañeros de que echaría un vistazo al panel de comunicaciones para asegurarse y se dirigió hacia allí.

Una revisión del panel de comunicaciones dejaba claro que estas no funcionarían a ras de suelo en el planeta. Sin embargo con el exterior o con naves que estuvieran en el aire... Eso era otro cantar. Si Sirona había reparado la nave y había tomado vuelo, quizá hubiera alguna posibilidad de enviarle un mensaje. La cuestión era si lo recibiría o no, y en cualquier caso si alguien más podría recibirlo además de ella...

-Además tenemos un problema. -apunto Zex. -No sabemos donde está Flamo, por lo que el rescate sería a ciegas.

En su cabeza empezó a pensar como podían salir sin ser vistos. Un intercambio de disparos no interesaba.

-Quizás podemos esperar hasta que los presos comiencen a llamar la atención de los soldados imperiales, pero el tiempo disponible sería muy limitado, pues en nada hablaran de sus "libertadores".

Finalmente se giró y bláster en mano decidió que era el momento de consultar con la nueva "incorporación del equipo".

-¿Cómo salimos de aquí con vida? Tú conoces mejor el complejo y deberías de saber como funciona el sistema imperial cuando hay una brecha. Ilústranos.

Nugirrha informó a sus compañeros de las circunstancias de las comunicaciones y la posibilidad de enviar un mensaje a Sirona, aún a riesgo de ser captado por los imperiales.

-[wookiee]Eso es lo que hay, y yo voto por hacerlo. Creo que es hora de jugar todas nuestras cartas. ¿Se os ocurre algún mensaje? O si no, improviso algo.[wookiee]

Mientras tanto, estuvo atenta a ver qué respondía el almirante.

- La entrada está vigilada por una torreta, así que no auguro una salida exitosa por parte de los prisioneros. Además habrán puesto en alerta a todo el complejo así que lo habrán rodeado. Por lo que he escuchado tenéis a un compañero fuera, espero que con una nave. - 

Señaló con el dedo hacia el techo. 

- La mejor salida sería subir a la planta superior. Allí podremos desactivar las defensas antiaéreas y que vengan a recogernos al tejado - 

El Almirante miró a la wookie no sin algo de miedo. - En cualquier caso no recomendaría que se acercara ninguna nave hasta que no estén desactivadas o será destruida. - Levantó las manos y las acercó a una de las consolas. - Si queréis podemos vincular uno de vuestros comunicadores con el sistema de transmisión. Cuando hayamos desactivado las defensas podrás llamar usando tu dispositivo pero con la potencia del centro de comunicaciones - 

Nugirrha asintió. El plan tenía sentido, y para ella era la mejor opción que tenían.

-[wookiee]A mí me vale[wookiee]-se limitó a decir.

-A mi también. Parece que es la mejor opción. Además tengo en mente un mensaje para nuestra capitana que solamente entenderá ella. -dijo Zex guiñando un ojo a Nugirrha.

Al fin la señal. Durante un tiempo pensó que realmente el plan había fracasado. A decir verdad, siempre tuvo presente que el plan era un completo suicidio, pero en el fondo confiaba en las capacidades del equipo. Habían salido con vida en la estación espacial, y la suerte siempre sonríe al valiente. Pero hacía un momento se estaba planteando cómo salir del planeta sin los demás. Parece que no iba a ser el caso. 

Los disparos derribaron a un soldado. Ya salían. Flamo cogió el bláster pesado y evaluó su peso y ergonomía. No era un experto en armas, pero creía poder manejarlo. Sonrió a su amiga feluciana. 

- Justo a tiempo. -le guiñó un ojo, de buen humor. Y pensar que una hora atrás había estado despidiéndose de su vida... Ay, Flamo, lo que son las cosas. 

Se agachó, poniéndose cómodo y apuntó a uno de los soldados que se guarecían de los disparos. Apenas podía distinguir sus cabecitas, pero con acertar a la chapa blanca de sus armaduras se conformaba. Esperó el momento oportuno para hacerlo. Sabía que con el factor sorpresa sólo se podía contar una sola vez. 

Marco se mostró de acuerdo.

—Acabar con las defensas antiaéreas y comunicar con la nave...¡perfecto!

Parecía que al fin se veía una luz al final del túnel, esperaba que no fracasasen en el último tramo. Se encogió de hombros y se dispuso a marchar.

—Quizá tengamos que volver a este punto, para despejar la entrada antes de largarnos. El señor O'Shil está fuera y tendrá que entrar por aquí para venirse con nosotros, pero un AT-ST puede ser mucho. Eso, o recogerle de camino...¿cómo demonios vamos a coordinarnos con él?

Tomarse su tiempo para apuntar había sido una sabia decisión; y el soldado cayó al momento. El disparo había impactado justo en la parte del cuello que quedaba más expuesta. Fue entonces cuando del interior del edificio escuchaste un grito; un grito que venía acompañado de la carrera de un hombre con ropa de preso y que no reconocías como ninguno de tus compañeros.

- ¡¡ Vais a morir todos cabrones !! -

Su salida parece que favoreció tu posición de ocultación, ya que los soldados restantes dispararon sin pensarlo, abatiendo al prisionero. 

- ¡¡ No !! - Escuchaste desde el interior. - Tampoco era una de las voces de tus compañeros - No volveremos a la prisión, antes moriremos luchando - 

A tu espalda escuchaste otro ruido, era lejano si... pero era imponente y muy reconocible. Era el sonido metálico de por lo menos dos AT-ST acercándose por algún punto de la selva.

- Volvamos, hay problemas en la base. -
- Si, ese tipo no debía estar solo -
- Como hayan entrado el Capitán Vischera nos va matar a todos, mierda - 

Las voces esta vez provenían de tu espalda. Todavía algo lejano, pero sin duda acercándose hacia tu posición desde algún punto de la selva...

- ¡¡ Vais a morir todos cabrones !! -

Uno de los presos gritaba mientras salía hacia el exterior disparando mientras corríais hacia la sala de comunicaciones.

- ¡¡ No !! -

Otro grito, esta vez de uno de los prisiones parapetados, que prosiguió con sus disparos incesante. Fuera lo que fuera lo que teníais pensado. Sería mejor hacerlo cuanto antes.

Nugirrha se preparó para mandar el mensaje cuando todo estuviese listo. Ahora o nunca. Se lo jugaban todo a una carta, como si fuese la última mano de una partida de sabacc.

-[wookiee]Quédate a mi lado para mandar el mensaje. Transcribiré lo que me dictes[wookie]-le dijo a Zex. 

Cuando las defensas estuviesen desactivadas y el mensaje enviado, quedaría lo más difícil, los minutos de espera. Serán tan tensos que parecerán semanas

La peliblanca permanecía ausente, se movía como una autónoma presente de cuerpo e incluso consciente, escuchando lo que sucedía con sus compañeros y el almirante, pero en parte se encontraba en otra parte. Las recomendaciones de este eran aceptables, más que razonables, limitándose así a asentir dando su consentimiento ante el plan de vinculación del comunicador.

-bien, hágalo -hizo una pausa escoltándolos hasta la sala de comunicaciones - pero dese prisa – no dijo nada más, permaneció atenta al altercado que tenía lugar en la entrada del complejo.

Quería salir cuanto ante de allí, si la mejor opción era la de alcanzar el piso superior donde se encontraría la sala de control y seguridad, en la que seguramente encontrarían compañía hostil, que así fuera. Se guardó el inyector que Marco le había tendido sin decir una sola palabra, agradeciendo solo con la mirada el gesto de su compañero, tratando de ocultar que algo la carcomía por dentro. No sabía lo que era pero aquella misión la estaba debilitando a niveles que aún no alcanzaba a comprender.

-En cuanto este listo deberemos alcanzar el turboascensor y estar preparados – compartió con quien se hubiera quedado junto a ella en la entrada de la sala de comunicaciones