Partida Rol por web

Ya estaban todos listos para partir, solo faltaba decidir hacia donde dirigiran el rumbo.

Tras horas rebuscando entre sus viejos conocidos y algunos nuevos jóvenes que prometían, Dave volvió al puerto con algunos hombres. Dave estaba confiado y sonreía como si no hubiese un mañana. Su sonrisa se hizo aún más grande cuando vió que Beatrice estaba allí con algunos pocos marineros más. Entre todos, incluyéndose a él y a Beatrice, sumarían unos 14 tripulantes. Desde luego no eran muchos, pero servirían para controlar la nave suficientemente. Dave ya había estado pensando en cómo repartiría las responsabilidades en la nave y en los puestos que necesitaría cubrir. Así mismo, había establecido un código de conducta, que haría saber a sus nuevos hombres en el momento adecuado.

Las órdenes que había dado en su momento a sus hombres habían sido cumplidas durante la noche y parte de la mañana. El barco estaba impoluto y con algunos pertrechos y alimentos ya a bordo. No era mucho, ya que el dinero que habían conseguido reunir no daba para tanto, pero les serviría bien para llegar a la isla que buscaban.

Cuando estuvieron todos juntos, Dave se acercó a Beatrice y le dijo entre susurros: Me alegro de que estés aquí. Sabía que no me fallarías. Por cierto, cuando los hombres estén instalados en los camarotes, tengo que hablar contigo para que me cuentes las habilidades de cada uno de ellos.

Ya en voz más alta, dijo, refiriéndose a todos los nuevos: Mi nombre es Dave Morris y soy vuestro capitán. Este barco será vuestra nueva casa, digo mientras me giro para señalarlo, se llama "La Puta del Diablo" y quiero que la adoréis como al tesoro que hay entre las piernas de una mujer. Tratadla bien y ella os tratará igual.

Este, digo señalando a mi hombre de confianza, es Daniel, mi brazo derecho. Él os mostrará el barco y dónde dormiréis. Más tarde hablaré con todos vosotros.

Poco después, alejándose de su barco, se dirigió al barco de su hermana.

Allí estaba Selene, hablando con algunos de sus hombres. Hola, pequeña. Dice Dave cariñoso.

Selene se había recorrido todas las calles portuarias junto a Verona en busca de los últimos tripulantes y avisando a los que ya estaban reclutados de que partirían a la mañana siguiente. Todos debían estar preparados dos horas después del amanecer junto al Bloody Mary con lo puesto encima. 

A la mañana siguiente había un gran alboroto en el muelle, que no hacía sino aumentar según iban llegando todos sus hombres... y mujeres. En total eran unas veinte personas, trece de las cuales tenían el rango raso, pero los tenía fichados a todos. Los primeros en llegar fueron todos los oficiales, con quienes había quedado al amanecer para acomodarse ellos primero y terminar de poner a punto el barco. Todos los víveres y pertrechos que necesitarían estaban ya convenientemente almacenados. 

El primer grupo que vio llegar fue el de "los peculiares cinco", después llegaron "los tres curiosos" y así fueron llegando por grupos (a los que Selene había puesto nombre) con cuentagotas. Cuando el sol había avanzado tres cuartos de su trayectoria, los tripulantes ya estaban terminando de subir al bergantín. Fue entonces cuando Selene oyó una voz detrás suya: 

-¿Queda sitio para uno más?

La capitana sonrió al ver quién era y le saludó con efusividad. 

-Creía que no llegarías nunca, viejo. Sube.

La última en subir al Bloody Mary fue Selene, tras echarle un último vistazo a su brillante y pulcro casco. 

Una vez a bordo, la cubierta era una gran algarabía que se unía a los ruidos procedentes de la actividad típica del muelle. Selene usó el sonido fantasma para hacerse oír sobre cualquier otro sonido, y de paso, intimidar un poco a los nuevos marineros. Sabía que algunos no la respetaban lo suficiente por el hecho de ser mujer, y que estaban allí por presión de grupo. Si no la respetaban por las buenas, tendría que hacerse respetar por las malas. A Selene no le importaba cuál de los dos escogieran.

"Atención, tripulación. Esto no es más que una formalidad pero así lo dictan las "leyes" piratas. ¿A quién nombráis capitán del Bloody Mary?"

Las voces que antes habían ido cada una por su lado, ahora se juntaban coreando su nombre al unísono. Aunque pudiese sonar irónico viniendo desde unos piratas, lo cierto era que el capitán del barco debía ser elegido por la tripulación de dicho barco, quienes en todo momento podían destituirlo para poner a otro. Por supuesto, el capitán podía imponerse por la fuerza, pero dichas situaciones no solían durar mucho ya que nada puede hacer un hombre contra una turba descontenta de piratas en su propio barco.

Cuando las voces se calmaron, Selene habló ya con su propia voz, que no era para nada una voz débil. 

-Después de que escojáis cama en los camarotes debéis volver a subir a cubierta para que os presente a vuestros oficiales y las reglas de la casa.

Como activados por un resorte, la cubierta se llenó de gente corriendo y luchando contra otros para llegar antes a los camarotes. Habían dos camarotes principales con cuatro literas en cada una. La razón por la que corrían era que tener que dormir en las literas de arriba era infernal. El mecer de la nave cuando el mar estaba agitado era veneno para el sueño, pero más aún si te había tocado dormir arriba, pues no sabías cuándo podías salir volando de la cama. Hablando con Azor, habían convenido en hacer unas especies de tablillas en el borde de la cama que quedaba expuesto (el otro lado estaba pegado a la pared) para evitar estos infortunios, pero sus piratas eso no lo sabían. Además, había tres camarotes de dos camas (sin aliterar), donde dormirían, Verona y Claire, Daevans y el Señor Brandon, y Azor con Nathan. A Selene, como capitana, le correspondía un camarote para ella sola. 

En pocos segundos, la cubierta había quedado sin rastro de sus marinos, quedando Selene junto a sus oficiales. En ese momento llegó Dave. 

-Hola hermano.- dijo dándole un abrazo.- llegas en el momento justo, ahora todo esto está tranquilo, y lo estará durante un rato más. Dime, ¿qué querías?

Ambos barcos parecían bullir de energía y movimiento. Ambos capitanes habían dado las órdenes pertinentes a sus hombres y estos obedecían. Como era de esperar, la lengua de oro de su hermana le había servido para conseguir más hombres que él. Menuda boquita que tienes, hermanita... Piensa Dave divertido. Lo cierto es que se alegraba por ella, pero como hermano mayor debía de cumplir un papel y debía mostrarse celoso y malhumorado por la aparente suerte de su hermana.

Se alegraba de abandonar la ciudad por fin. Había sido su hogar, pero siempre se había sentido fuera de lugar en Desperado. Pese a que la ciudad en la que vivía era algo más "abierta" que el resto de la nación, sus ideas mucho más "liberales", como les gustaba llamarlas a los nobles, no pegaban demasiado con la tónica general en el país, además, las dos personas que de verdad le importaban estaban allí, una en su propio barco y la otra en el de Dave.

Sus pasos resonaban contra las maderas de los muelles. Clock, clock. Mientras se acercaba iba dando vueltas a su cabeza, pensando en que todo estuviese en su lugar, pero sabía que Daniel lo haría bien. Le había elegido como contramaestre y era su obligación encargarse de organizar todo, además, tenía también a Luke de ayudante, por lo que no tendría problemas. Y si tenía que ajusticiar a alguien, cosa que Dave esperaba que no ocurriese tan pronto, lo haría con el permiso de Dave.

Cuando volviese a su nave, daría un discurso, exponiendo el código de doce puntos por el que se regiría el barco. Además, distribuiría los puestos entre sus tripulación como ya había pensado la noche anterior. La decisión no había sido demasiado difícil, pero con lo que sabía de su tripulación ya sabía más o menos qué puesto les correspondería a cada uno.

Llegó por fin al barco de Selene, el Bloody Mary. No es un nombre demasiado temible. Piensa Dave para sus adentros, divertido. Vió a su hermana en la cubierta, oteando al horizonte. Ésta, atenta como siempre, le ve subir a cubierta y se dirige donde él para abrazarlo. Desde que tiene un barco es como una niña pequeña con un juguete nuevo. Pero se lo merece, después de todo nuestro esfuerzo... Dave devuelve el abrazo con fuerza. Los dos Morris tenían un hermoso bergantín, ¿quién lo diría?

Cuando los hermanos se separaron del abrazo, Dave miró a Selene y le dijo: Creo que se te cayó esto en algún sitio. Le entrega la copia del mapa que Selene había hecho del mapa de Dave. La reacción de Selene fue buscar el mapa entre sus ropas, pero al no encontrarlo, una señal de alarma se activó en su cerebro. Por suerte, cuando tuvo el mapa en su mano, se sintió más cómoda.

Creo que debieramos de prepararnos para partir. La marea está cambiando y será el momento propicio para salir. Ambos debieramos ir en paralelo, por si ocurriese algo, pero a distancia suficiente para evitar choques, sobre todo si las cosas se ponen feas.

- No se que rumbo quereis tomar -dice Grohl crujiendo los dedos de las manos- pero debeis evitar el norte, no hay ningún problema si nos dirigimos demasiado al sur siempre y cuando me dejeis la diplomacia a mi, pero el norte es una sentencia de muerte segura. Los horrores del norte son demasiados, incluso ignorando el clima frío de la región sus dioses son ferales y crueles y sus demonios  númerosos.

La "Zorra del Mar" se guardó el mapa en el escote, lo suficientemente profundo como para que no se viese. Sería imposible volver a perder ese mapa sin que lo notase.

Estaba de acuerdo con Dave en que lo mejor sería salir cuanto antes, pero tenían que organizarse y coordinarse. Selene asintió a Daevans.

-En principio, el plan es poner rumbo al sur. Dave, trae a tus oficiales de máxima confianza al barco, tenemos que poner a todos al día en cuanto a nuestros conocimientos, el mapa, y todo lo demás. Entonces trazaremos una ruta. Señor Brandom, ¿qué opináis vos sobre la colocación de las embarcaciones? Me fiaré de su criterio para navegar, puesto que no hay nadie mejor que el Jinete de la Tormenta en el manejo de un timón. No obstante, debería hablar con el timonel de Dave para poneros de acuerdo en la navegación y el rumbo a tomar.  También necesito hablar con Dereck, la mitad de su cerebro está anegado en ron pero su otra mitad puede sernos muy útil.

Cómo le gusta mandar a mi hermanita. Piensa Dave divertido. Lo cierto es que Selene era una mandona. Lo había sido desde que eran pequeños, le encantaba ordenar a los demás, y a Dave le parecía gracioso, por lo que dependiendo de si quería jugar con ella le hacía caso o le llevaba la contraria para hacerla rabiar. "El Guapo" recordó con cariño aquellos años en los que todo parecía mucho más sencillo. Con menos complicaciones.

Sin decir palabra, Dave bajó al muelle de nuevo y se dirigió a su barco. Tenía que organizar las cosas, poniendo a cada cual en su sitio, dejando todo listo y dejando claras las leyes que regirían su barco.

Con pasos rápidos que hacían sonar los tablones del muelle, el pirata se presentó frente a su barco en un suspiro.

Pese a que los barcos de los hermanos eran bergantines, seguían siendo barcos grandes y llegar de uno a otro llevaba un buen rato. "La Puta del Diablo" estaba increible. El trabajo que habían hecho sus chicos durante a noche había sido magnifico, algo de pintura por aquí, rascar un poco por allá y el barco parecía otro. Algo más grande que el "Bloody Mary", "La Puta del Diablo" estaba hecho para el mar. Desperado no conocía barco bergantín más veloz que el que fuera barco del temible Ojo de Halcón y ahora era de Dave. El hombre se sentía feliz de ser su nuevo capitán. Marcaría con fuego su nombre en los libros de historia. Se escribirían canciones sobre los dos hermanos piratas y sus hazañas.

Una vez en su barco, Dave reunió a la tripulación. Era menos numerosa que la de su hermana, pero eso no le preocupaba, el sabía que era una tripulación excelente y ya tendría tiempo de crecer. Por el momento, eran más que suficientes para manejar un barco como "La Puta del Diablo". Apenas lo habían movido desde que fuera apresado, pero el bergantín era sin lugar a dudas el barco más fácil de manejar que Dave había visto en su vida. Y rápido como un demonio. El barco, pese a su gran tamaño, podía moverse con una suavidad pasmosa, era como dirigir un barquito de juguete con el que juegan los niños.

Cuando hasta el último de los grumetes estuvo en la cubierta del barco y Dave estaba en un alto para que todos le viesen y le oyesen con claridad, el pirata comenzó a hablar.

Algunos no me conocéis aún, pero os demostraré ser un hombre digno del puesto de capitán. Sedme fieles y sangrad por mi y os lo recompensaré mil veces. Traicionadme, y seréis pasto de los peces.

He decidido que los puestos serán asignados de la siguiente manera:

Beatrice será mi teniente y mi buen Daniel será mi contramaestre o primer oficial. Ambos serán mi mano izquierda y derecha respectivamente. Mientras hablaba, Dave iba señalándoles. No hubo sorpresa en sus caras, pero si un leve asentimiento de cabeza, agradeciendo la confianza. Luke será el condestable o segundo oficial. El pirata sonrió por su puesto de relevancia. Dave "El Feo" y Othon serán los artilleros. Chicos quiero que esos cañones retumben como si el cielo se estuviese cayendo sobre nuestras cabezas. Ambos hombres parecían haber forjado cierta amistad en las últimas horas y chocaron las manos. Ruoyberth, tu dominio de la madera y tus conocimientos te hacen ser el hombre más adecuado para el puesto de carpintero. El hombre inclinó la cabeza con respeto. Sammuel Oswald, serás el cirujano, ya que nadie conoce como tratar las heridas como lo haces tú y tú, dijo Dave señalando a Jake, Jake "El Bruto", las armas no tienen secretos para tí. Tú serás mi maestro armero. Los más jóvenes esperaban su oportunidad y Dave se la dió pronto. Robert "El Tirillas", tus ojos son como los de un águila, tuyo es el puesto de vigía. "Jeremy", la cocina para ti. Sigue haciendo que nuestras bocas se sacien con buenas comidas. Pete, "El Grande", será el polvorilla y ayudarás a Dave y a Othon. Por fin, los dos últimos tripulantes fueron nombrados: vosotros dos, aunque los últimos, no sois menos importantes, Dave les guiña el ojo, a lo que los dos chavales sonríen, Jimmy y Pete "El chico", sois ascendidos a mozos de camarote. Dave usa su voz más grandilocuente para darle efecto a su frase, a lo que la tripulación responde con risas y aplausos. Además, sé que os sabéis unas cuantas canciones, algunas con contenidos que no debiérais de saber, pero ¡qué demonios! ¡Son divertidas! Seréis también nuestros músicos.

La gente celebraba su puesto y jaleaba a Dave. Todo parecía jolgorio y alegría. El capitán les dejó tomarse su tiempo. Poco después, les hizo callarse con un gesto de su mano.

Ahora, vuestra teniente, Beatrice, os leerá los doce puntos que regirán este barco.

Dave entrega un pergamino a la bella mujer que comienza a leerlo en alto:

• Artículo Primero: Cada tripulante tiene un voto en los asuntos importantes. Ningún tripulante será castigado por su voto.Toda decisión consultada será aprobada por mayoría simple. En caso de empate, el voto del capitán se considerará como voto de calidad.
• Artículo Segundo: Si no hay botín, no hay paga. Todo lo incautado en los abordajes forma parte del botín común. El botín que correspondiese a un tripulante muerto en abordaje se repartirá entre los que hubiesen sufrido lesiones.
• Artículo Tercero: Todo tripulante tiene igual derecho a provisiones frescas y bebidas fuertes, en cualquier momento que se apresen, que podrá consumir a su antojo, a menos que su escasez aconseje su racionamiento por el bien de todos. Todo tripulante recibirá la misma cantidad de alimento y bebida.
• Artículo Cuarto: Todo aquel que estafe, sise o robe a la tripulación, o que deserte, oculte algún secreto o en cualquier caso traicione a la tripulación, como siendo un cobarde o huyendo del combate, será abandonado en una isla desierta como castigo con un arma con una sola bala, pólvora suficiente para el disparo y una botella de ron. A todo aquel que robe a otro hombre se le cortarán las orejas y la nariz y será desembarcado en un paraje habitado para que sufra la mofa y el escarnio por su deshonor.
• Artículo Quinto: Los prisioneros hechos presa serán puestos en tierra lo antes posible y tratados con honor. Durante su estancia podrán ser usados para el servicio del barco y como ayuda, pero nunca para trabajos denigrantes o peligrosos. Cualquiera que maltrate a un prisionero se le castigará con 10 latigazos.
• Artículo Sexto: Todos los tripulantes están obligados a ayudar en el mantenimiento del barco, como calafatear el barco. Todos deben mantener sus armas, pistolas o machetes, limpios y listos para su uso. No hacerlo será castigado con 20 latigazos.
• Artículo Séptimo: Desobedecer las órdenes del capitán supone un castigo de 10 latigazos.
• Artículo Octavo: Queda prohibido el transporte de pasajeros, niños o esclavos en el barco. Quedan prohibido los juegos de cartas o dados por dinero en el barco. Quedan prohibidas las peleas a bordo; las que no puedan solvertarse, lo harán en tierra a espada o pistola. Queda prohibido disparar armas o fumar tabaco en la bodega del barco sin poner un casquete en la pipa, o llevar consigo una vela encendida sin linterna. Todo aquel que desobedeciese este artículo podrá ser desembarcado o recibir cuarenta azotes menos uno en las espaldas desnudas.
• Artículo Noveno: Todo aquel que sea hallado culpable de asesinato, violación o demás delitos terribles será condenado a muerte.
• Artículo Décimo: El reparto del botín se hará de la siguiente manera: El Capitán y el Teniente recibirán dos partes del botín; el primer oficial, el segundo oficial, el artillero, el carpintero, el cirujano y el maestro armero recibirán parte y media; el resto de la tripulación recibirá una parte, excepto los grumetes que recibirán media; el bote común recibirá dos partes que serán usadas en el mantenimiento del barco y en las indemnizaciones por heridas.
• Artículo Undécimo: Los heridos en combate o debidos a su servicio recibirán las siguientes cantidades del fondo común: X monedas de oro por incapacidades totales; x monedas de oro por amputaciones mayores (pérdida de piernas, brazos, pies, manos, ojos) que permitan seguir sirviendo; x monedas de oro por amputaciones menores (dedos, orejas, nariz, desgarraduras); x monedas de oro por heridas menores (pérdidas de dientes, cortes, disparos, etc).
• Artículo Duodécimo: Los músicos deberán interpretar las canciones pedidas por la tripulación a cualquier hora del día o de la noche y tendrán descanso el domingo, pero los seis días y noches restantes no gozarán de ningún privilegio especial.

Cuando Beatrice terminó de recitar los doce puntos, Dave permitió a su tripulación retirarse. Pronto partirían y aún quedaban cosas por hacer, por lo que cada cual empezó a realizar sus funciones.

Dave llamó a Beatrice y a Daniel para que le acompañasen al barco de Selene. Luke se quedaría al mando durante su ausencia.

Pronto ambos partieron de vuelta al barco de su hermana.

Cuando te reunes con tu tripulación te das cuenta de un pequeño gran detalle, falta Verona.

Después de que su hermano se fuera, Selene se giró buscando a su amiga. 

-Oye Verona...- pero entonces se dio cuenta de algo en lo que no había caído hasta entonces. Verona aún no había llegado. Se había dado cuenta al amanecer, cuando no se había presentado junto con el resto de oficiales, pero conociéndola supuso que se debía de haber quedado dormida y que llegaría más tarde. Con todo el ajetreo de después, se había olvidad del asunto. 

Mierda, Verona, dónde estás, tenemos que salir ya. 

Hablando con la gente, confirmó que la sirena no estaba en el barco. Selene empezó a preocuparse, aquello no era propio de ella. Se acercó a Daevans.

-Verona no está, no sé qué puede haber pasado. Voy a ir a buscarla, te dejo a cargo del barco mientras, ya que hay mucho trabajo que hacer. La charla de bienvenida tendrá que esperar a que volvamos, igual que lo del mapa. Si llega mi hermano avísale. Espero no tardar mucho. 

El único sitio donde Selene se le ocurría que podía estar era en su casa. Quizás había tenido algún problema para salir, o la habían descubierto y no la dejaban irse. En cualquier caso, lo averiguaría, de manera que se puso en marcha sin demora hacia las cuevas de las sirenas. 

Los tres bajaron la pasarela que bajaba desde la cubierta del bergantín hasta el muelle de madera. La pasarela era poco más que una larguísima tabla, algo endeble, pero suficiente para que varias personas pudiesen pasar por encima de ella sin peligro. Los tres demostraron sin problema alguno que eran personas ágiles y no perdieron el equilibrio en ningún momento, lo cual, dicho sea de paso, no habría hecho más que traer las risas de la tripulación sobre el incauto que callese de la pasarela.

El viento comenzaba a soplar con alegría desde el mar. Las nubes corrían, juguetonas, por el cielo azul. Las gaviotas graznaban sobre las cabezas de los allí presentes, prometiendo una mañana de pesca excelente. O al menos, lo intentarían los dichosos pajarracos. Las olas golpeaban con cadencia el casco del barco que se balanceaba suavemente sobre el lecho marino que apenas estaba un par de metros por debajo del punto más profundo de la bodega de carga.

Dave volvió a mirar a su barco con orgullo. Cada centímetro de ese barco bien valían cada gota de sangre y de sudor derramados.

Rezagado por mirar a su barco, Dave quedó detrás de los dos tripulantes más importantes de su bergantín tras él mismo. Daniel abría la comitiva, enfrascado en sus pensamientos. Detrás, Beatrice.

El contoneo sensual de sus caderas atrae la mirada de Dave como un imán atrae una aguja de hierro. Si aquel no era el trasero más hermoso que había visto "El Guapo" en su vida, él no era hijo de sus padres. Izquierda, derecha, izquierda, derecha... ¡Qué hermoso trasero, maldita sea! La cadencia de sus pasos sólo acentua las curvas de la mujer y Dave le sigue como un perro a su amo. Dave no para de mirar hasta que siente una mirada. Levanta los ojos del trasero de Beatrice, sólo para encontrarse con los ojos de la mujer que lo miran. Dave se teme lo peor. La ira de la mujer caería sobre él sin duda alguna. Sin embargo, lejos de enfadarse, y sin detenerse un segundo, Beatrice sonríe y continúa su paso, contoneando aún más sus caderas. Sabiéndose deseada, como sabía que lo era, quedaba claro que la bella pelirroja sólo disfrutaba siendo observada por su hombre a diferencia de las miradas que recibía en el barco. Dave sonríe y mira al cielo, como en una silenciosa plegaria al cielo. Si los dioses existían, eran generosos con él por mandarle a la mujer más perfecta del mundo.

Con un par de zancadas rápidas, Dave se pone al lado de Beatrice que sigue sonriente. Esta le mira a los ojos durante un segundo, pero no dice nada. Mira de nuevo al frente. Así, en silencio, los dos caminan uno junto al otro, justo por detrás de Daniel, camino del barco de Selene.

Entre las calles de la ciudad una muchacha cubierta por una capa con capucha blanca corría apresurada, su corazón estaba acelerado y tenía miedo, sus pasos le condujeron al muelle donde el majestuoso Bloody Mary estaba atracado, el muelle tenía bastante movimiento, la tripulación de aquel bergantín, preparaba todo para zarpar, junto a el otro barco hacia los mismo preparativos, la chica de la capa blanca subió a toda prisa no miro a nadie, solo buscaba algún lugar donde ocultarse, miro hacia todas direcciones buscando a la Capitana…

Selene!!!!...Grito…Debemos irnos ahora!!!!!...Verona estaba asustada y nerviosa, rápidamente entro al camarote de la Capitana y se ocultó tras un mueble…No quiero...no quiero…

Por la mañana al despedirse de su madre a quien le conto lo que haría, su madre preocupada intento hacerla cambiar de opinión, pero no lo logro, Verona ya había tomado una decisión, pero algo oculto entre las algas les escuchaba. Entro a la cueva por sus pertenencias, cuando salió su madre le dijo que se marchara que los sirvientes de su abuela vendrían por ella…la sirena abrazo a su madre y salió huyendo del lugar…

Grohl sujeta los hombros de Verona para tranquilizarla.

- No temas,estoy aqui para protegerte de lo que sea - dice el medio troll- Ahora, dime que te aflije, estoy seguro de que puedo ponerle solución.

Dave es empujado por Verona cuando ésta, corriendo, sube la pasarela hacia el barco de Selene. Dave, extrañado intenta decir algo, pero la joven sirena es rápida y el pirata no tiene tiempo de reaccionar. Su cara y gestos denotaban preocupación, pero sin ninguna información Dave se ve incapaz de tomar una decisión.

Cuando por fin está en la cubierta del barco de su hermana, busca a Selene para decidir el siguiente movimiento. Mientras, busca a Verona con la mirada, pero la muchacha no está por ningún lado a la vista. Dave sigue intrigado, pero no cree poder hacer mucho más que esperar a que su hermana y capitana de la nave en la que se encuentran se reuna con él.

Algo hizo a Selene dar un último vistazo al barco, cuando vio a Verona subir corriendo hacia el Bloody Mary. Sin saber muy bien qué pensar, y tras un suspiro, emprendió la marcha de vuelta. Oyó a lo lejos a Verona gritar su nombre y algo como que se tenían que marchar ya. No entendió muy bien, aunque se podía imaginar el motivo. No obstante, al subir a la cubierta se encontró con su hermano y sus hombres. Una capitana tenía unas responsabilidades que cumplir. De todas formas, Selene sospechaba que Verona había ido a su camarote, y allí era donde celebrarían la reunión. 

-Hola otra vez, Dave.- le dijo a su hermano.- qué locura de mañana.

Hizo un gesto con la cabeza saludando a sus otros acompañantes. Conocía a uno por la lucha contra Ojo de Halcón, al menos de vista, pero no sabía quién era la mujer. 

-Acompañadme, hablaremos en mi camarote, que es donde más intimidad tendremos. 

Los tres la siguieron hasta el interior del barco. Se notaba que el barco era nuevo, el barniz brillaba en sus paredes y los decorados de filigrana dorada aún no estaban oxidados. Al fondo del pasillo se encontraba el camarote de Selene, que lo suficientemente amplio para albergar a las siete personas y media (el chiquillo que acompañaba al Jinete de la Tormenta apenas ocupaba espacio) 

Antes de entrar en el camarote, Selene pudo oír las voces de Daevans y Verona. 

-¿Me disculpáis un momento? Tengo un pequeño imprevisto que solucionar antes. Dave, si eres tan amable de acompañarme...

Al entrar, miró a Verona y Daevans con algo de severidad. No debían entrar en el camarote sin su permiso, más que nada por que no le apetecía que ningún audaz pensara que la ley era tan laxa como para poder colarse en su camarote sin su consentimiento. Sin embargo, no quiso regañar a Verona por algo así cuando estaba visiblemente afligida, de modo que relajó su rostro y habló con voz dulce pero firme.

-Verona, cuéntanos qué ha pasado. Tenemos invitados y quiero terminar los asuntos que les trae aquí cuanto antes, pero primero quiero escuchar tu historia. Te he oído gritar que zarpáramos ya, pero si es lo que creo que se trata, es decir, problemas con tu abuela, será mejor enfrentarlas en el muelle. En mar adentro estamos a plena merced del poder de las sirenas sobre el agua. Además, no hemos terminado con todos los preparativos, aún no estamos listos para zarpar. Quizás en un par de horas, con suerte, levemos anclas al fin.

Con sus brazos rodeaba sus piernas su la capa la cubría completa, escucho que alguien entraba al camarote, se movió para ver por el costado de aquel mueble que le servia como escudo, Daevans apareció y la tomo por los hombros, la serena hundió su rostro en el pecho del semitroll…Es ella, mi abuela, se entero que me ire con Selene y envió a sus guardias a buscarme, no quiero que me atrapen, no quiero que me separen de Selene…Verona contenía las lagrimas, pues debía ser fuerte…

Escucho la voz de su amiga, se puso de pie separándose de Daevans, miro a Dave y luego fijo su vista en su amiga…Lo siento si te causo problemas, mi abuela no se quedara tranquila, Selene, si no nos vamos antes que lleguen las cosas se complicaran, lo siento…Decía apenada la elementalista, con sus dedos jugueteaba nerviosa, sabia que la capitana la apoyaría, pero desconocía de lo que podría ser capaz su abuela, además pasando el limite de sus dominios ya no seria un problema…Debemos irnos cuanto antes, si a alguien temo es a ella...