Partida Rol por web

Habitación para civiles del acuartelamiento para la admisión de tropa de la puerta Oeste de Zoria.

La habitación es cuadrada, con ornamentación a modo de murales y un gran ventanal con la imagen de una bella mujer de roja cabellera. A sus pies se lee el nombre de Leoroth. En ambas paredes laterales de la habitación se sitúan dos cómodos sofás, uno frente al otro y próximo a ambos, dos pequeñas mesas alargadas, con la altura justa de ambos muebles, ofreciendo tentadoramente la imagen de verse uno mismo acomodado en el sofá hacia atrás con los pies encima de un de tales mesas. Podría decirse que por la largura de ambos sofás y ambas mesas, todos podríais situaros en esa misma postura relajada, aunque poco ética.

Queda de pie observando los murales. Caramba qué maravilla , como mezcla los tonos cálidos entré sí el artista. Se coloca en un rincón de la sala y se apoya sobre su bastón mientras observa la escena.

Con una sonrisa, la elfa observa la estancia detenidamente, parece gustarle, sus ojos brillan intensamente.

Observa a los presentes y vuelve a sonreir - Buenos días - repitió, tal y como había hecho minutos antes, en la otra sala - Mi nombre es Ireth Elendil - hizo una leve reverencia de cabeza para todos.

Y sin dejar de sonreir se acercó al sofá, se sentó, con las piernas juntas y con la espalda completamente recta, con ambas manos en el regazo. No dejaba de observarlo todo... como si en cualquier momento podría descubrir dibujos y formas nuevas.

inclina la cabeza Mi nombre es Cyndael queda pasmado ante la belleza de la elfa , luego observa al resto del grupo uno por uno. Qué grupo más variopinto!!, espero que sepan combatir...

Al entrar en la sala toma nuevamente asiento.
Y tras las presentaciones anteriores decide proseguir ella.
Gilraen Númenessë, encantada.- cada palabra que decía iba remarcada con un peculiar acento élfico, suave y dulce.
Clava sus ojos azulados, remarcados con destellos dorados por la luz del día, bruscamente en el suelo, sin mas que esas tres últimas palabras, esperando a explicaciones de a que venía aquella repentina reunión...

Bonita reunión, dos elfas ,un usuario de magia y yo..Escucha pacientemente apoyado de forma negligente en la pared mientras los demás se van presentando.Cuando todos han terminado y casi sin despegar los labios dice de forma escueta:Briagenn ar Louarn

Miro a los presentes. Aunque estaba intentando estar concentrado en mis pensamientos, me es imposible con tanto alboroto. Viendo que todos se presentan, digo- Rott Mascapiedras. -Mi voz suena ruda y profunda- Al parecer, todos estamos aquí para la misma causa. Espero que seais capaces. Ahora, os rogaría que bajaseis el tono de voz. Estoy intentando concentrarme...

Enano engreido, no conozco a ninguno y pienso que es mejor no haberlos conocido nunca, visto lo rudo y las maneras en las que se presenta el primer miembro de esa raza que veo.
Me alegra que gran parte del grupo sean de raza elfa, no será difícil congeniar.

Eliz Jaerun, propicios días.

Entra despues que los demas un jovencito humano con la cabeza rapada y unas ropas llenas de remiendos. Observa la habitacion con ojos escrutadores cunado el enano suelta su bienvenida. se adelanta dos pasos y tras un segundo y despues de hacerle un leve reerencia a las mujeres dice:
A las flores les pedimos que tengan perfume. A los hombres, educación
tras ello se aleja buscando un esquina donde se vuelve a sentar en el suelo meditabundo.

Se había puesto a juguetear con las puntas del pelo... pues daba por observada toda la estancia, y su suave y largo cabello era importante.

Habló el enano, y escuchó la respuesta del humano. Ireth sonrió dulcemente.

Disculpe, Señor Enano - dijo con una tierna voz, sin dejar de sonreir en ningún momento - Pero hasta donde llegan mis conocimientos, desear buenos días y presentarse no es armar escándalo - para cuando el enano la mirara, ella ya le estaba clavando sus pupilas - debería dejar de escuchar las voces de su cabeza... quizás son ellas las que no le permiten concentrarse...

Sonrió más anchamente, con inocencia... y volvió a mirar las puntas de su pelo. Como si todo lo demás hubiera dejado de tener importancia.

Esos elfos mezquinos y traicioneros, y los enanos tan imprevisibles y tan provocables. No se puede confiar en ninguno. Realmente sólo puedo confiar en mí mismo. Sigue en una esquina observando al grupo e impacientándose por momentos...

Al entrar en la sala, me dirijo directamente al rincón más alejado, el que está en penumbras, me gusta pasar desapercibida... Observo como los presentes se van presentando según van llegando, me mantengo en silencio, observando y esperando a que vengan a explicarnos el motivo de nuestra presencia...

Finalmente, un par de horas despues, vuelven a abrir las puertas. El mismo guardia de antes, que al abrir las puertas, se aparta y deja paso a lo que parece ser un oficial. Su aspecto, sin embargo, se presenta bastante desaliñado y observa a todos los presentes en el interior de la habitación.

-Ya puedes marcharte.-Dice al guardia sin siquiera dirigirle la mirada.- Puedes regresar a tu puesto.

Adentrándose y cerrando la puerta tras de sí, el supuesto oficial se acerca al ventanal, os contempla seriamente durante un par de segundos y después vuelve a mostrar su atención a todos, como si os estuviera estudiando.

- Veo que tenemos aquí presente miembros de casi todas las razas...humanos, elfos...enano. Vereis, habeis sido llamados porque necesitamos de vuestros servicios. Odio estos métodos... y aún más odio utilizar a gente que no dispone de la disciplina militar para las tareas de seguridad...pero así están las cosas y debemos atenernos a la situación.- El capitán habla fijando la mirada en cada uno de vosotros, de manera autoritaria, como si estuviera buscando algo en especial. Finalmente sonríe y niega ligeramente con la cabeza.

- Debo reconocer que, aunque ciertamente no pertenezcais al orden militar zoriano, todos vosotros presentais potencial. Vereis, dejaré en la mesa este rollo de pergamino.- Dice mostrando un estuche sellado con el emblema militar de Zorria.- Ahí hay instrucciones para aquellos que quieran cumplimentarla en favor del ejercito zoriano. Quienes lo hagan, pasarán a estar bajo mis órdenes. Será una situación un tanto peculiar, ya que no sois militares... podreis llamarlo como querais, que sois contratados como mercenarios, empleados, que luchais por una causa justa, porque he de informaros que sin duda lo será, o lo que querais. Pero os aseguro, que si decidis aceptar y cumplimentais esta misión, esperaré lo mejor de vosotros en las próximas semanas.

Dicho esto queda expectante y de brazos cruzados frente a vosotros, justo al lado del enorme ventanal de la mujer de rojos cabellos.

Me acerco a la mesa donde se encuentra el pergamino, rompo el sello con mano firme y leo en voz alta el texto.

¿Dónde está el tintero?

Un poco peligroso, pero una buena forma de conocer mundo y tener vivencias, además de respaldados por un ejército, ¿qué malo puede pasar? (Ayyyy, que iluso el chico).

Se coloca justo detrás del elfo para estampar su firma . Me vendrá bien un poco de práctica, incluso lo haría gratis si fuese menester. toca el bastón con los dedos haciendo ruido, está impaciente.

Escucha atenta al capitán, observando cada detalle del humano que les habla. ¿Militares? ¿Qué iba a saber ella de las artes de la guerra? Siguió sonriendo mientras dirigía la mirada a otro punto de la estancia. Tanto su mirada como si sonrisa eran igual de misterioras y hermosas a la vez.

Cuando se aseguró que el capitán había terminado de hablar y que no va a interrumpirlo, Ireth se levanta, y camina a paso lento hasta la mesa. Esperando pacientemente su turno mientras saluda con una leve inclinación de cabeza y una amable sonrisa a aquel que pase por su lado.

Una vez le toca su turno, firma el trozo de pergamino con un pulso perfecto y una letra entendible y bonita. Vuelve a dejar la pluma encima del pergamino. Vuelve a caminar, pero esta vez no se dirige al sofá, sino hacia los ventanales, observando el exterior; pero esta vez no sonríe, aunque sereno, su rostro está completamente serio.