Partida Rol por web

Pasó un rato en el que estuve observando algo distraído la casa del señor Corbitt. La situación era algo tensa, ya que Sullivan y yo casi no intercambiamos palabras. El hombre me daba escalofríos, me hacía sentir incómodo. Algo en él me hacía sentir observado y eso no me gustaba. De cualquier forma, aunque no hablamos mucho, traté de mostrarme amable.

Finalmente llegó la policía, y con su sola presencia las cosas parecieron distenderse un poco.

- Buenas noches oficial -comencé, dirigiéndome al que había hablado. Mi nombre es Daniel Lewis y la mujer que los llamó, Samantha Finch, se encuentra en esa casa -señalé la de mi tío-, propiedad del señor Fizgerald, mi tío. El motivo del llamado es que a Samantha le pareció ver que el señor Corbitt, el dueño de esta otra casa, podría estar trasladando a una persona herida, tal vez un niño, y si bien hemos llamado a la puerta, tememos que algo haya sucedido, ya que no contesta. No queríamos irrumpir en su domicilio, pero existiendo un posible peligro para él mismo o para la persona que parecía haber trasladado a su casa, decidimos que lo mejor era dar parte a la autoridad, es decir, ustedes.

Michael se había mantenido algo apartado de su acompañante aunque no tanto como para que pareciera que lo evitaba. Parecía muy nervioso y en un par de ocasiones incluso dio la sensación de querer empezar una conversación pero ni una sola palabra salió de sus labios.

En cuanto apareció la policía pareció tensarse aún más, al contrario que Daniel que parecía más tranquilo. También se mantuvo en silencio durante la conversación con la policía, como si temiese que en cuanto abriese la boca todas las miradas se posarían sobre él.

Las palabras de Daniel convencen a los polis que sin más preámbulos llaman a la puerta a base de porrazos con la que estrellan un puño de metal contra una pieza achatada que provoca un sonoro ruido. Los policías no reciben respuesta y tras identificarse - ¡Abra somos la policía! Sin recibir respuesta alguna de aquella casa silenciada solo ahora enturbiado el silencio de la noche por la presencia e ímpetu de los agentes de la ley, que al no recibir respuesta alguna perciben la ventana abierta del sótano y entran en ella...

Los gritos de la policía hacen que me sobresalte y salga de mi casa para ver como estaba todo allí. Caminando con mi semblante impregnado de preocupación le pregunto a mi tía que sucede. -¿Samantha alguna novedad?-  ella sería la persona adecuada para contarme.

Michael se paseaba nervioso mientras la policía investigaba en el interior. ¿Qué estaría pasando? La duda le reconcomía pero por el momento no se prestó a entrar. Quizás si tardasen mucho...

Los policías entraron a la casa y nuevamente me quedé a solas con Sullivan. Por un momento me vi tentado a entrar tras ellos, pero seguramente no me dejarían, y además, si pasaba algo dentro, ya nos pedirían ayuda.

Metí mis manos en los bolsillos y di unos pasos, para calmar la ansiedad. Intenté intercambiar una mirada de cordialidad con mi compañero, pero nuestros pensamientos seguramente estaban enfocados en resolver el pequeño misterio que teníamos entre manos.

Me quedé en el lugar esperando que salgan, mientras se me cruzaban en la mente todo tipo de desenlaces posibles.

Ninguna oficial. Digo nerviosa. Verá estabamos todos cenando, y  el ruido del exterior me hizo levantarme de mi silla, entonces vi por la ventana, el dueño de casa en cuestion llevaba un pequeño bulto, mi sorpresa fue cuando se le calló aparecio entre la tela el brazo de un niño, el cuerpo no se movia, y el miraba hacia atrás en tono sospechoso.. entró a la casa, justo vi movimientos en el piso inferior, pero oficial,  no me atrevo a entrar a esa casa, si se ha cometido un delito... no me atrevo

Se acercó a su mujer y espero a que Samantha terminara de relatar lo sucedido. Luego le dio un cariñoso beso a su mujer y le susurró al oído. Ahora que está aquí la policía, seguro que todo se soluciona.

Correspondo el beso de mi esposo dulcemente aunque mantenía mi semblante un tanto preocupado por la situación, escuchaba como mi tía hablaba con el policía y definitivamente no era nada agradable lo que estaba contando. Era madre, por lo tanto saber que llevaba un niño en sus brazos que parecía estar muerto solo me generaba un tremendo escalofrío. 

Observando todo desde una pequeña distancia, me aferro al brazo de mi esposo y espero a que los policías se dignen a entrar mientras me preguntaba por Michael, no lo vi más desde que ha salido de mi casa. Por suerte la voz de Scott calla mis pensamientos. - Lo sé cariño... Espero que se descubra lo que en verdad sucede allí dentro. - respondo al susurro un poco movilizada por la situación en si.

Mientras estáis esperando a que los dos policías salgan... escucháis los gritos de uno de ellos que os electriliza los pelos del cabello. Después sale corriendo hacia el coche, sus ojos desorbitados parecen haber visto el mismo infierno en el interior de esa casa, a pesar de ver a Michael y a Daniel fuera no se para a advertiros, su único motivo es huir lo veis en la forma de correr y en su cara de miedo. Lo que más os llama la atención, es que no posee pistola, pero visteis que entró con ella aunque enfundada, ahora solo preservaba la funda. Algo tuvo que ver para impresionarle tanto y dejar su arma allí. Después se monta y acelera como alma que lleva al demonio.

Todavía quedaba uno de los polis dentro de la casa lo que os hace dudar de cómo comportaros... a pesar del sonoro grito del agente de la ley, la casa sigue en silencio no se escucha un gemido ni un ruido, lo que vio debería de ser una fachada, un dibujo, nada de una persona o un ladrón como suponéis, si hubiese sido así ya habría salido, hecho ruido, gritado o algo. Pero no, la casa seguía en su mismo silencio quizás daba más terror el mismo silencio de aquella casa, que si hubieras podido escuchar al menos algún ruido que os alertara de lo que vio.  

Scott miro como salía el policía, ¿Qué está pasando? Había infinidad de respuestas para esa pregunta, que es lo que habría visto el policía. Un home armado y preparado para enfrentarse al crimen.  Julia, espera aquí, voy a entrar a ver qué pasa.

Dio un paso al frente y comenzó a ascender por las escaleras de la puerta. ¿Daniel, me acompañas? Luego apelo a su sentido común y aparto sus sentimientos de rencor hacia Michael. Michael era el único con conocimientos de armas y defensa personal, podría ser útil. ¿Michael, vienes también?

Esperaba intranquilo la resolución del caso a manos de los agentes de la ley, pero mi sorpresa fue enorme al ver la reacción del que salió corriendo. Su grito me había helado la sangre, y al verlo escapar no atiné a interrogarlo sobre el motivo de su huida. Me pareció que tampoco se hubiera quedado a explicar nada.

Mi tío me sacó de mi estupor al proponerme la arriesgada idea de enfrentarnos con lo que sea que haya visto el policía fugitivo. No quería que me viese como un cobarde, y mi miedo sólo se comparaba a mi curiosidad por saber que demonios había hecho correr a una persona entrenada para el peligro.

- Sssi...   si, vamos -dije titubeando al principio, aunque mas seguro a medida que mis piernas respondían y avanzaba tras mi tío. 

El grito del policía le dejó seco. Un escalofrío le recorrió la espina dorsal. ¿Qué podría haber hecho que un experimentado y curtido policía saliera despavorido de aquella manera olvidando su arma y a su compañero?

Miró a Scott sorprendido por sus intenciones. Las suyas no eran precisamente entrar en aquella casa ahora pero sabía que no podía echarse atrás una vez que le habían pedido que les acompañara.

Asintió, en silencio, deseando haberse llevado al final aquel cuchillo y entró en la casa haciéndole un gesto a los otros dos hombres para que le siguiesen.

Sylvia despertó por fin de su estupor. La velada había comenzado, como era habitual en el caso de su amiga Julia, de manera muy agradable. La cena había estado deliciosa (¿de donde sacaría Julia tiempo para ejercitar su profesión, sacar adelante una familia y hacer de anfitriona perfecta?). Todo se desbocó tras la llegada del vecino y la supuesta carga, que llevaba consigo. A partir de ese momento los distintos acontecimientos habían transcurrido para ella como a través de un halo. Como si fuera la espectadora de una obra de teatro que, sentada en primera fila, pudiera seguir las escenas desde un lugar privilegiado. Los terrorificos gritos del policia la sacaron de su letargo.

Se sentía un tanto avergonzada. Esa no era la forma en la que solía actuar. Ella estaba acostumbrada a pensar por si misma y a tomar decisiones propias todos los días. Y hasta ahora solo se había dejado llevar.

No sabía hasta que punto Samantha tendría razón en lo que suponía haber visto. Admiraba a esa mujer, pero había que reconocer, que todo ello era muy extraño. Aún así, los ruidos escuchados y por último la reaccion del policia no ayudaban a relajar la situación.

¡Veamos! - dijo más para si, que para los demás - Si es cierto lo que Samantha dice haber visto, puede que encuentre alguna prueba de ello en el coche del señor Corbitt. Algo que me ayude a entender, que esta pasando aquí.

Caminando hacia el coche aparcado, se dirigió a las mujeres que dejaba atras, para informales de sus intenciones. Julia, cariño, vuelvo en seguida. Solo voy a ver si encuentro algo de valor en el coche del vecino. ¿Sabes donde esconde tu marido las armas? No pienso dejar a los caballeros solos en esa casa, pero tampoco me gustaría entrar sin más protección que el rímel de mis pestañas.

Ohh por Dios..

OH por Dios...

Digo de manera frenética y nerviosa, no podía creer lo que veía.

Os lo dije

OS LO DIJE.... les dije que vi algo anormal, algo que hasta a la policia le ha impactado... ohh por Dios ¿creen que la policia vueva?

Oh mi Dios...¿y ahora que hacemos?

Digo sintiendome totalmente paralizada mientras trataba de mirar por la ventana a ver si veía al otro policía

Oh mi Dios…espero que traiga refuerzos…

Atenta a los sucesos  que transcurrían sin mas, la voz de Sylvia y la de mi tía me quitan del trance. Al parecer mi esposo y amante estaban dentro de la casa obrando como agentes federales,  mi amiga preguntándome donde estaba el arma de Scott. 

-No lo sé,  es probable que la tenga encima. Voy a entrar no puedo permitir que les suceda algo. -claro está que no deseaba perder a ninguno y por otro lado la curiosidad me estaba matando.

-Entrar tía, ni dudarlo. - afirmo mientras me dirijo a la casa para entrar de una buena vez.

Julia no te acuerdas, el rifle de caza está en el armario de la entrada. Si, Sylvia será mejor que coja mi arma y de paso un par de linternas. Dijo mientras comenzaba a caminar hacia casa y para coger las cosas.

El motor del coche aún estaba caliente, cuando Sylvia se acercó a el.

Si el señor Corbitt había secuestrado (Si. Secuestrado. En ese caso estaríamos hablando de un secuestro) a un menor y había transportado el cuerpo en el coche, no lo iba a colocar tranquilamente en la acera y tomarse su tiempo para cerrar la puerta con calma.

Sujetó la manilla y, tras un momento de duda, abrió la puerta del coche. Para su sorpresa, esta no opuso resistencia y le dejó abierto el camino al interior del vehículo. Este hecho, sin ser definitivo, daba más veracidad al relato de Samantha.

¿Podría ser cierto, que el bueno del señor Corbitt llevara una doble vida? ¿Y si en este momento un niño estuviera temiendo por su vida a escasos metros de ella?

Necesitaba saber más y esperaba encontrar alguna informacion valiosa en ese coche, antes de entrar en aquella cada vez más intrigante casa. Pero debía de darse prisa.

Michael había entrado el primero. La verdad es que no sabía por qué pero ya no había vuelta atrás.

No puedo darme la vuelta y largarme sin más. ¿Qué excusa podría dar?

En ese momento Scott se dio la vuelta comentando algo acerca de su escopeta.

Joder, ¿cómo no se me ocurrió algo así a mí?

El caso es que ya tenía que seguir así que buscó cualquier objeto duro y contundente que hiciera las veces de arma y continuó avanzando hacia el interior de la casa.