Partida Rol por web

-En esa misma caja de seguridad que están inspeccionando y que de poco me ha servido le respondió enojado por la poca firmeza de la cerradura de la caja que le habían desvelado y ahora sabedor de que le estafaron el día en que la compró junto a otros objetos de gran valor que ya me he encargado de retirar y guardar en otro lugar por su seguridad. No me he visto capaz de dejarlo todo tal cual lo encontramos, aquí aún había cosas que valoro y las guardé.

Caminó hacia el enano y los dos hombres y se quedó en medio de la habitación.

-En esa caja guardaba las piezas más importantes, además de algo del papeleo más importante del negocio que por fortuna no ha desaparecido.

La sirviente le devolvió una sonrisa a Ruy pero no dijo nada, limitándose a negar amablemente con la cabeza el ofrecimiento del hombre de estalia y echándose un paso atrás, para dejar espacio a su señor y a los hombres que quería que buscaran su obra robada.

Ruy regaló una sonrisa y una reverencia a la pequeña mediana. Tras esto, y con el estómago lleno, escuchó las preguntas de Jekil. Tanto él, como Gustav eran personas rigurosas en su trabajo. Pendientes de cualquier signo o señal que les pudiera revelar el más mínimo indicio de aquél o aquellos que perpetraron dicho delito. Ante esto, Ruy supo que se hallaba ante un par de hombres habituados a seguir pistas, a indagar sobre escenarios, a resolver enigmas que les describiera el perfil o el motivo que había impulsado al ladrón a cometer el robo. Tanto pragmatismo era propio de cazadores de hombres... ¡¡Tal vez cazarrecompensas!!

Ruy se adelantó, y hizo una pregunta en la cual nadie había caído, pero que en por experiencia propia, sabía que era importante:

- Sr Hacket, ¿alguien conocía que usted poseía dicho ídolo?... ¿Posee algún enemigo capaz de robárselo?-

Gustav compartia lo de mostrarle el pañuelo a Hacket, y cuando oyó la pregunta del estaliano sobre posibles conocedores de aquella pieza, le vino a la mente el porqué una supuesta pieza de arte estaba oculta en aquella caja secreta...No era digna de admirar? O tenía otros fines...? Al parecer Jekil pensaba algo parecido, dada la pregunta realizada al hombre adinerado, pregunta que al joven Gustav no le pareció tan tonta como Jekil la había descrito... Echó un ultimo vistazo al interior de la caja, y luego se dirigió a Hacket, Jekil y a Ruy.

-...Y si alguien SÍ conocia la existencia de dicho idolo, podria ser el dueño de este pañuelo...Le sueno de algo, señor Hacket? Lo había visto antes?...Además, ha dicho que SOLO se llevaron el idolo...luego parece que vinieron por el directamente...Que opina, von Riedrisch?

Por alguna extraña razón Gustav no se sentía del todo seguro con respecto a Hacket, aunque reconocía que hacía tiempo que no se fiaba de casi nadie...Quizás pasaba demasiado tiempo solo, combatiendo sus propios demonios, y los no tan propios...

Hacket escuchó las preguntas de los hombres y luego les respondió:

-Precisamente si que sospecho de alguien El semblante del hombre se puso aún más serio Esa figura la adquirí de manera legal en una subasta de coleccionistas y bien sabe Sigmar lo que me costó. Otro adinerado coleccionista de obras, Manfred von Schöder, estaba muy interesado en conseguirla el también y me resultó muy duro vencer sus pujas. Tomó aire y continuó explicándose No le resultó nada agradable perder el ídolo en la subasta y ambos protagonizamos una escenita de la que no estoy particularmente orgulloso, aunque por fortuna la cosa no llegó a las manos y Manfred tuvo que aceptar que yo me llevara el objeto. Se trata de un hombre de 57 años con bastantes comercios por toda la ciudad, aunque la mayoría de su fortuna la ha ganado gracias a las casas de juego para los ricos de las que es propietario.

Se acercó para inspeccionar el pañuelo y lo miró detenidamente cuando Gustav se lo pasó.

-No lo reconozco, no es mio. Ni siquiera pienso en que pueda ser de mis sirvientes. Se lo mostró a ellos, quienes negaron con la cabeza Esta tela es de muy baja calidad, aspera... No compraría algo así. Se lo devolvió a Gustav con lo que parecía repugnancia Además el motivo es feo y el pañuelo está algo sucio.

 -grrrrr- gruñó mientrs se acicalaba la barba y haciendo como si meditara con sabiduría lo que iba a decir

-vayamos a retorcerle el brazo a alguien de confianza de ese tal Manfred, a ver que sacamos-

Un pañuelo no era una pista para Joss, pero un nombre... en su tierra se decia "muerto el grobi muerta la rabia" y "Si le estiras de la barba cantará más que si le tiras de la lengua".

Estaba claro que el barbudo quería, necesitaba entrar en acción y que iba a ser difícil de contener. Miró a la joven de ojos raros y dijo -si os parece bien, claro, y por supuesto de manera discreta-

Ruy contempló la reacción del robusto enano. No le parecía una idea descabellada, obtener la información con métodos menos "refinados", pero era necesario que la presa de tal privilegio, fuera alguien capaz de "cantar por soleares" como se solía decir en su tierra.

- No es mala idea lo que comenta nuestro compañero crestudo... pero debemos ser cuidadosos a la hora de obtener información, ya que podríamos llamar excesivamente la atención y crearnos una celada a cada paso del camino.

-Hagan lo que consideren necesario, pero procuren no llamar excesivamente la atención, bastantes problemas he tenido ya por culpa de mi afición y tampoco me gustaría que se corriera la voz entre los ladrones de la ciudad de lo que ha ocurrido en mi casa, despues de lo que sucedido, voy a encargarme de mejorar la seguridad de mi hogar, pero no me apetece que mi casa y mis pertenencias se conviertan en el objetivo de los criminales por parecerles un trabajo fácil. les dijo Hacket Si como sospecho, Manfred es el culpable de esto, quiero que le quede claro que no me pienso andar con contemplaciones para recuperar lo que es mio.

Les habló con dureza, dando a entender que estaba dispuesto a pagar lo prometido sin ningún tipo de problema, siempre que le trageran su valioso ídolo.

Larymian no pudo evitar soltar un suspiro al ver la sala. Vaya manera de tirar el dinero... Se mantuvo a un margen de la sala, intentando alertar posibles detalles y escuchando lo que decían sus compañeros y el anfitrión. Finalmente, dijo, acercándose un poco al centro de la sala:

- El pañuelo puede ser una pista errónea, dejada por el mismo ladrón para que sigamos un camino que no es, aunque tambien puede ser que se le cayera mientras intentaba huir. Respecto al idolo que guardaba a la caja... ¿por qué no estaba a la vista como muchos de los jarrones o cuadros repartidos por la casa? ¿Es que sabía que le vendrían a robar? ¿O es que el ídolo quizás no era solo lo que pensamos que era? - dijo la muchacha mirándolo fíjamente a los ojos.

Hacket escuchó las palabras de la joven cuando esta procedió a preguntar tras mantenerse en silencio un buen rato:

-Ese objeto es demasiado valioso como para dejarlo a la vista de cualquiera, al igual que el resto de cosas que guardaba en esa caja y que me aseguré de poner a buen recaudo tras descubrir el allanamiento. Le respondió simple y llánamente Sencillamente tengo ciertos criterios de clasificación, como cualquier otro coleccionista, pero por si desconoce el hecho, algunas obras necesitan de cuidados especiales cuando se encuentran en cierto estado. Y no se que es lo que estará pensando sobre el ídolo, pero ya tengo suficiente con tener que responder a los interrogatorios de la Guardia Imperial y de la orden de La Llama Purificadora cada vez que adquiero una nueva pieza para mi colección. Dijo visiblemente molesto por las últimas preguntas.

Antes de que la joven muchacha comenzara a hablar, Jekil se dirigió a los armarios que estaban situados a la derecha de la entrada. Un pequeño vistazo bastó para que se encaminara hacia donde realmente pensaba que podía encontrar algo útil, la ventana. Jekil abrió la ventana suavemente, quería comprobar visualmente la planta trepadora. Sabía lo resistentes que podían llegar a ser, así como también sabía que era fácil rasgar la ropa o incluso dejar algo enredado al trepar por una. Dedicó unos minutos en su comprobación, hasta que escuchó como la joven preguntaba a Hacket. Al parecer no era el único al que le parecía raro que guardara el ídolo en la caja de seguridad.
Parecía que a Hacket no le hacían mucha gracia las preguntas y teniendo en cuenta que él era el que les iba a pagar por el trabajo no era muy inteligente malhumorarlo.

-Señor Hacket – dijo en un tono firme mientras daba unos pasos hacia donde se encontraban los demás- Me gustaría poder ver, desde el patio trasero, la planta trepadora que tiene usted por toda la fachada. Siempre y cuando mis compañeros hayan terminado de inspeccionar esta habitación.

Gustav fue saltando la vista de uno a otro de los presentes mientras iban hablando. Detuvo en especial la vista sobre los ojos dispares de la joven muchacha, y acto seguido sobre le pañuelo que aun sostenía.

-No creo que ya nos quede más por mirar aqui, Jekil- dijo respondiendo al cazador. Luego, girandose hacia Hacket mientras se guardaba el pañuelo en un bolsillo preguntó a la vez que señalaba la ventana de la cual venía Jekil:

-No parecía forzada...es así, o la cambió antes de venir nosotros aquí? O tal vez no entraran por la ventana...

 Todo este despliegue de perspicacia e intrigas le comenzaba a abrumar, a aburrir, a gastarle la poca paciencia y educación que le quedaba.

Joss golpeaba rítmica y obstinadamente el suelo con su pie [tap tap tap tap ...] gruñia por lo bajini y se acariciaba la barba.

-¡un pañuelo...!- explotó al fin -... por Grungny, es un maldito pañuelo y es una maldita ventana. ¿no tenemos un nombre? pues utilicemos esa pista y dejemonos de "¿ha visto usted alguna vez este pañuelo sospechoso?" y de "¿no será usted un adorador del caos que se roba a si mismo?"- miró al grupo con todas las venas de su frente a punto de estallar y vió sus rostros atónitos, relajó su rostro y su pose y prosiguió con todo el tacto que puede tener un enano matador -... por favor-

Justo cuando Jekil iba a explicarle a Gustav lo que había encontrado en la ventana, el enano explotó. Intentó no sonreir al escuchar la última frase del enano, ofender a Hacket no tenía mucho sentido. Aunque quizás el enano, sin saberlo, había dado en el clavo.

-Tranquilo Joss, estoy de acuerdo en que lo que tenemos hasta ahora no sirve de nada. Pero antes de hacer cualquier movimiento debemos inspeccionar bien esta sala-comenzó a caminar hacia la ventana y una vez allí les hizo un gesto para que lo acompañaran- Como podies ver han roto el cristal de la ventana, además no hay rastro de sangre alguno. Estoy casi seguro de que los ladrones entraron y salieron por aquí, para llegar a la ventana escalaron por la planta trepadora que hay en toda la fachada. Creo que no eran unos aficionados, estoy seguro de que no era la primera vez que lo hacían.

Hizo una pausa y se alejó un poco de la ventana para que todos pudieran observar lo que les había descrito.

-Ahora si es tan amable, señor Hacket, creo que sería interesante observar la platna trepadora desde abajo y de paso podremos hacernos una idea de que camino tomaron para abandonar su propiedad. Después ya pensaremos en como sacarle información a Manfred von Schöder. Esto último, junto con una mirada, iba dedicado al enano con el fin de calmarlo.

 -grrrrr- aprovó Joss

sabian de estos enseres más que él e iba a dejar que acabaran de inspeccionar la habitación, pero solo porque su plan de sacarle informacion a Manfred era aprovado. Eso al menos parecía decir su expresión corporal

El estaliano pudo observa que Jekil tenía razón. Los maleantes seguramente hubieran trepado y roto la ventana. No era la primera vez que lo hacían, pero seguramente tampoco eran unos privilegiados del sigilo y el subterfugio, pues ese desorden debió de ser de todo menos silencioso...

- Creo que el señor Finster tiene mucha razón en sus palabras, amigo enano. Sólo hay que esperar unos minutos más y nos pondremos en movimiento. Ese pañuelo, puede ser crucial en un futuro. Así,... ¡¡No desesperes!!, puesto que si por algún motivo entramos en combate, yo te cedo a mis contrincantes para que los despedaces... -  dijó Ruy sonriendo de forma conciliadora. - En el fondo, soy una persona bondadosa. No me gusta el sufrimiento ajeno... - continuaba diciendo intentando poner un cierto toque humorístico al asunto.

Ruy sabía que no todo el mundo tenía su "deportividad" a la hora de encajar chanzas, pero siempre pensaba que era mejor reir hoy, ya que lo mismo mañana tocaba llorar...

-Bien! No se hable más, salgamos por la parte trasera para poder ver la planta y si hay algún rastro en el patio, y luego vayamos a visitar al buen von Schöder. O vamos a uno de sus innumerables comercios, o a sus casas de juego, donde no creo que entremos por cierto- diciendo esto se echó un vistazo a si mismo y luego a sus compañeros, esbozando una sonrisa. O si el señor Hacket tiene a bien decirnos donde encontrale, mejor. Aunque una vez sepamos donde para, habrá que pensar QUÉ demonios le decimos..."Perdone señor Manfred, ha robado usted un idolo propiedad de Don Hacket?...No? Oh, disculpe la molestia..." no me parece adecuado, la verdad. Como tampoco romperle sus nobles extremidades para ver si dice algo...

Gustav parecía un tanto molesto, quizás porque veia que no teían NADA con lo que empezar a moverse, y dado que el no era dado al rastreo de presas, pues sus PRESAS no solían esconderse de nadie, empezaba a impaciantarse de veras.

-Oh, bien, bien, bajemos a ver esa planta, lo cierto es que yo también pensé en lo mismo que ustedes, pero ese pañuelo no lo habiamos visto cuando vimos lo que ocurrió en la habitación y procedimos a guardar lo más valioso. les dijo Hacket a todos tras la petición Aunque por desgracia no puedo indicarles en donde encontrar a Schöder, por que no lo sé, aunque si sé que debe de vivir cerca de la Universidad. Sobre sus negocios, puedo darles la dirección de la oficina de su servicio de diligencias Ruta del Viento, o de alguna de sus casas de juego.

Les hizo una seña y les guió por la casa, saliendo de la habitación y bajando las escaleras hacia la planta de abajo. Allí se desviaron hacia una puerta junto a las escaleras por las que habían bajado, llegando a una pequeña, pero completa cocina, la cual daba al patio trasero que Jekil había visto desde la ventana, y que era iluminada por las ventanas y la puerta orientadas hacia dicho patio.

Todo el grupo salió al patio bien cuidado y limpio, seguidos en todo momento por Hacket, Sigmund y la joven halfling. En una esquina se podía ver un pequeño lugar, como una caseta con la puerta abierta, para guardar herramientas y otros trastos, como unas sillas y mesas apiladas, y sobre la puerta y las ventanas de la cocina, se encontraba la planta que esperaban ver y que se extendía por toda la pared. El patio era pequeño y del lado que no daba a la casa, un grueso y alto muro, coronado de cristales rotos y puas de diversos materiales, se encargaba de la seguridad.

El objetivo es no responder la pregunta, ¿eh?, ¡Hacket de las narices...!

Larymian siguió callada la charla, observando el comportamiento del irritable enano y todos los sitios por los que pasaban. Una vez a bajo, junto la trepadora, observó a su alrededor viendo la valla de la casa y la trepadora con la ventana coronándola. ¿Habrá algo enredado en ella...? Murmuró para sus adentros mientras intentaba fijarse en la trepadora.

- Estoy de acuerdo con Gustav, no se puede ir a ver a ése señor porque sí. Por mucho que te guste luchar, enano- dijo ésa última palabra con un tono un poco de asco-, intenta dejar a los caballeros buscar pistas en ésa serpenteante planta.  -dijo Larymian impaciente también. La incomodidad de no llevar sus cosas le costaba mantener las formas. - Seguro que por poca información que tengamos, será más que NADA. Por cierto, Sir Hacket -cambió su tono a uno de amabilidad con una sonrisa dulce en su rostro- qué sabe usted de Manfred?

A ver si luego podemos hablar un buen adelanto...

Una vez en el patió, Hacket respondió a la pregunta de Larymian masajeándose la barbilla pensativamente:

-Lo cierto es que hasta que ocurrió el asunto del ídolo en la subasta, a Manfred sólo lo conocía de oidas. Sabía de él por sus casas de juego ya que alguna vez he ido a alguna de ellas, con motivo de alguna celebración tras las copiosa cena de rigor..., pero aparte de saber quien era el dueño, poco más sabía hasta el día de la subasta dijo mirando al suelo y sin quitar su mano de la barbilla, luego se la llevó al bolsillo y miró a la chica Tras la airada discusión con empujones que tuvimos, no he vuelto a interesarme en él hasta el robo. La verdad es que me resultó una persona de lo más desagradable y no quería volver a tener nada que ver con el, ni visitar ninguno de sus locales.

Luego echó un vistazo a la planta de la pared siguiéndola con la mirada hasta la ventana:

-Los ladrones se colaron por la ventana usando la planta, es lo que también pensamos nosotros. Tendré que cambiar de lugar mi colección y mi despacho, cortar esa maldita planta, enrejar las ventanas o contratar mas hombres para mi seguridad, ya que los que tengo se encontraban conmigo cuando ocurrió esto. Está claro que no puedo seguir confiando en el desconocimiento de la gente de en donde guardo mi colección. Torció el labio fastidiado Seguramente los ladrones vendrían por esa calle de ahí atrás, saltarían el muro y luego subirían por la planta. Les dijo señalando el muro del patio.