Partida Rol por web

 Task se pone a 'limpiar' con un trapo una jarra de ojalata mientras asiente con su rostro verde y berrugoso.

 - Aha, imagino que te habrás dado cuenta de que la mitad del pueblo está vomitando y cagándose en el barracón de los venditas. al parecer El Consejero, mandó a un grupo de snagas a descubrir de que se trataba, durante la búsqueda se enfrentaron a bichos chungos allá a bajo.- Dice señalando con un pulgar hacia el suelo.- Un tal Puggo, lo conoces, ese la diñó ante los bichos. Más tarde volvieron a bajar, con el el pelúo blanquito ese, que también la espichó... pero de algún modo lograron dar cuenta de los bichos y apañárselas para traer a unos prisioneros.

 Se acerca a tí, tapándose los labios con la mano a modo de confidencialidad.

 - Esta tarde vino Gurd, y me contó que lagartija que le trajeron era duro, tuvo que recorrer a la imaginación para sonsacarle la información...- Un escalofrío recorre el pellejo de Task al imaginarse lo que significaría eso que había sugerido Gurd.

 Recuperando la compostura.

 - Al parecer ahora que ya no hay el origen de la enfermedad, resulta que no hay suficiente medicina para todos, y aquí es donde entran de nuevo Akrate y los demás, para encontrar medicinas antes no llegue algo más malo... se rumorea algo acerca de los Durume...

Tras coger todo lo que tenía mas mi vieja flauta, que ni siquiera sabía tocar, e intentando no romper nada, al menos hasta que no se me pasara el " mal humor " que me gastaba. Cuando creí que ta estaba todo, incluyendo mi nueva hacha, aún sin estrenar y esa armadura que por suerte no tuve que pensar cómo ponerme pues todas se ponían igual y después de muchas veces al final se hace por instinto, me dirigí a buscar la comida con la que me tenía que haber ayudado el gilipollas del nuevo y que en vez de eso se había puesto a decir que era el más listo y alguna otra cosa que no llegué a entender.

- Pues yo no sé contar.. - Se me pasó por la cabeza, aunque nunca jamás iría a pedirle ayuda.. antes lo mataba para que se me quitaran las ganas de hacerlo.

 Después de que Zask te diera un par de cordeles para poder tirar de las cabras te diriges hacia la casa de los cazadores para terminar de equiparte, y cargar a los animales con el equipo que cres necesario para la travesía hacia lo incierto...

 Allí encuentras a Thok, crepitando mal rollo, moviéndose con gestos crispados, renegando entre dientes. Parece que está terminando de embutirse en la armadura, ves en su mejilla un arañazo fresco...

Puggo, ¿eh? Lo cierto es que no me suena.

¡Qué cantidad de trasgos insignificantes viven en mi pueblo! ¡Jamás me acordaría de todos ellos!

Gurd, eh. Pues si alguien puede sonsacarle información ese es Gurd.

Ni siquiera sé quién es Gurd. ¿Debería conocerle?

Supongo que Akrate es el tercer compañero para la misión. Así que el verdadero objetivo de la misión será conseguir medicinas... Ya me parecía que cuando los otros me contaron lo de ir a recoger setas estaban siendo cínicos. ¿Y a dónde iremos a conseguir medicinas? ¿A un poblado vecino? ¿A los hospitales de la capital?

Los durume... me suenan de algo...

Tardó en ubicarlos, pero con un poco de esfuerzo logró recordarlos como un pueblo vecino.

 Lanza un gapo a la jarra y pasa de nuevo el sucio trapo, sacando... ¿brillo? Ante tus palabras, el cocinero se encoje de hombros.

 - Y yo que sé ¿A caso me parezco a Lerb o a uno de los que te acompañarán, no verdad? Yo que tú me prepararía o descansaría, escuche que partiréis tras el sacrificio... esta noche habrá tormenta...

Repasó una vez más todos aquellos nombres... Gurd... y otros más de los que ya no se acordaba. Pero Gurd, el único que recordaba de los que aquel posadero le había comentado, tampoco lograba recordarle.

Insignificantes... todos insignificantes... No importa si no les recuerdo: ellos tampoco importan.

Se despidió del tabernero y salió a la calle. No se sentía especialmente cansado, así que fue al almacén para pedir unas provisiones para el viaje. Quién sabe, puede que allí se volviera a encontrar con los otros... como quiera que se llamen.

Estaba gruñendo mientras tirada de las cinchas de la armadura. Mis músculos habían disminuido un poco de tamaño, pero aún se me seguían notando todas las venas del cuerpo, haciendo que fuera algo así como una bola verde, con la que con la cara que tenía, era mejor no meterse en aquel momento.

Me giré cuando noté a alguien detrás y lo hice con el hacha en la mano, pensando que sería el nuevo pensando que aún podía hacer algo para no morirse si me volvía a tocar las narices, pero cuando vi " al otro " solté en arma y seguí gruñiendo y poniéndome la armadura, sin dar ninguna explicación más. No estaba de humor ni para aguantarme a mí mismo.

 Finalmente tras terminar tu rancho te largas del salón para aprovisionarte. Para eso te dirijes a unos de los almacenes. Hay tres repartidos por el poblado, en los tres hay comida, cuerdas, equipo, armaduras y armas. Pero tras llegar ante el que te queda más cerca ves que está sin centinela y que está fuertemente cerrado. Tras visitar los demás logras dar con uno que tiene centinela y que te pueden suministrarte lo que necesitas.

 De lejos, retumbando por el desierto, se escuchan los truenos y se vislumbran los relámpagos...

Seguro que han tenido bronca... mejor dejarle en paz, no me vaya a morder

Tras dirigir un asentimiento de comprensión a Thok, Grolm centra su atención en el encargado de la casa

Buenos días, hemos de salir de misión para Lerb ésto siempre funciona... y necesitaría unas cuantas cosas... empieza a decirle toda la lista, cuando termina prosigue. Además necesitaría unas mochilas o cestas o algo pr el estilo para ponerle a dos cabras a modo de alforjas

 Sin rechistar ni preguntar mucho os van dando el equipo que pides. Al parecer se os conoce y sí, el nombre de Lerb facilita las cosas. Incluso logras montar unas improvisadas alforjas para los dos cabrillas que has obtenido a modo de bestia de trajín.

 Mientras preparas los arneses de las cabras, a la lejanía se escucha el retumbar de los truenos y ver el reflejo cegador de unos relámpagos. Una tormenta eléctrica se va acercando...

Buenas... Soldado. Necesito provisiones para una semana.

Ignorando el contenido exacto de la misión, Siomorang no se atrevió a pedir nada más específico ni comida para más tiempo.

Mecachis... Tampoco me acuerdo de como se llamaba este trasgo... Y el caso es que su cara me suena...

Poco a poco, quizás demasiado poco a poco, me fui calmando y aunque me tomé mi tiempo, al final conseguí meterme en la armadura dejándomela bien puesta y me puse a jugar un poco con mi nueva hacha que no estaba ni mellada ni ensangrentada como había traído la otra por la que aún caían gotas al suelo.

El hecho de tener el arma nueva me hizo desenfadarme un poco más, pues era algo que siempre agradecía y así, aún sin decir nada, asomé la cabeza por detrás del otro a ver que es lo que estaba cogiendo.

Unos minutos después añadí: - No he ido por comida..

Grolm, ahora enfundado en su nueva armadura de cuero y con una abultada mochila a sus pies, está terminando de atar dos mochilas al cuerpo de una de las cabritas cuando aparece Thokk.

El segundo carcaj puede llevarlo una de las cabras... al menos en el viaje de ida..

No pasa nada, primero tenía que conseguir las cabras para que la llevasen... ahora iremos al comedor a pedirla. Dame un momento para que termine este nudo... saca la lengua por un lado de la boca en un gesto de máxima concentración mientras intenta hacer un buen nudo con sus regordetes dedos.

Listo.. se separa un par de pasos para ver su obra y asiente con aprovación No ha quedado mal, ehh.. Así a la ida llevarán nuestras raciones y a la vuelta las setas.. pero tenemos que traerlas de vuelta de una pieza o Zask se enfadará

Me quedé mirando como colocaba las bolsas en los animales y asentí cuando vi que las dejaba perfectamente bien puestas, esperando que aquellas " ratillas " fueras a aguantar todo el viaje.

- No dejaré que otra rata se las coma..

Para mí, aún no había ningún animal al que no se le pudiera llamar rata con algo más para distinguirlo y estas iban a quedar con el nombre de ratas con bolsa o de ratas llevadoras de comida.. todo el mundo lo entendería a la primera.

- Me sorprendo de tener ideas.. - Sonreí yo solo mirando aquellos bichos.

Así sin más, comenté lo que había sucedido antes, sin venir a cuento.

- He dado un hachazo al nuevo, pero sólo uno... - Dije sabiendo que me echaría la bronca y diciéndole que no le había dado un segundo porque se hubiera muerto..

A mi tampoco me pareció buen tío... pero de ahí a pegarle un hachazo... no le podías haber roto la nariz de un puñetazo y listo? pregunta jocosamente

Bueno... lo hecho, hecho está así que será mejor que vayamos a por las provisiones. El nuevo estará en condiciones de venir o le has dejado muy tísico?

Al pobre " otro " se le olvidó que no iba a pillar que sus primeras palabras eran una broma, que normalmente, para que entendiera esa clase de cosas, solían tener que especificarme si hablaban en serio o si no.. y entonces respondí explicándome, sólo para que supiera por qué le había dado con el hacha y no con el puño.

- No le iba a pegar porque quería ser bueno, así que le tiré la comida que sorbía y por lo que no me hacía caso encima.. me iba a por las cosas y me hizo caer al suelo metiendo su pie delante de mis piernas, así que me levanté y ¿ sabes cuando veo todo rojo? Pues a él le he visto muy rojo y le he dado un hachazo que hasta a crugido un poco y luego.. - me señalé la cara. - intentó pegarme pero una ratita de esas del colchón ( es decir, una chinche ) hace más daño..

Me encogí de hombros pues seguramente si le hubiera dado otro hachazo ahora sería otro cacho de suelo del comedor.

- Me dijeron que si no paraba no me darían de comer en el comedor.. así que.. preferí la comida, aunque me cae mal y puede morir si sigue así.. siempre no voy a poner parar..

 Sabías que el futuro te deparaba cosas peligrosas, excitantes y peligrosas... muy peligrosas o eso deduces de lo que has escuchado de lotras trasgos que se han aventurado al exterior del poblado (ya fuera por gusto u obligación). Varias criaturas buescan algo que llevarse a la tripa, pequeñas bandas de orcos y enanos bajan de las montañas de vez en cuando para asaltar unos y otros. En verdad ahora que te tienes que alejar de estos muros de piedra que te han resguardado hasta la fecha tienes una sensación como de desnudez.

 Para intentar mitigar esta sensación de angustia y para tomar fuerzas decides descansar en la chaza en la que tienes tu catre, en el dormitorio hay tres snagas más, todos soys los acólitos de Lerb, allí roncan entre sueños esos pequeños y agotados trasgos después del montón de trabajos que han estado haciendo atendiendo a los enfermos.

 A pesar de querer dormir te cuesta conciliar el sueño, y cuando lo haces te despiertas a veces, entornando un ojo o agudizando el oido.

 Parece ser que una tormenta se acerca, amenzadadora, intensa... Pronto llegará el momento de acudir al templo del Oscuro y presenciar los ritos que servirán para aplacar la ira del Oscuro y hallanar vuestro camino...

 El saldado al que le pides las provisiones te mira las pintas y en especial la fea herida que te ha causado cierto hachazo. La verdad es que pinta fea la herida... mal comienzo presagía ese encontronazo que has tenido con el salvaje este.

 - Dame alguna muestra o justificante pa' que te de esas provisiones. No parece que vayas a ir muy lejos con estas pintas.

 De fondo se escucha como la tormenta se va acercando...

Para Akrate fue complicado conciliar el sueño. Muy complicado. Por su mente pasaron su peores pesadillas... aunque sabía que su imaginación no era suficientemente imaginativa para conocer los riesgos a que realmente se enfrentarían

Finalmente, agotado por el exagerado uso de su imaginación consiguió dormir. Aunque no descansó. Simplemente cerró los ojos y mantuvo en su inconsciente los miedos que había perfeccionado mientras estaba despierto. El cansancio no desaparecía, sino que se incrementaba, por lo que decidió prepararse para ir a la celebración

Muy lentamente acomodó sus pobres armas y verificó que su pertenencias estuvieran todas en la mochila y se acercó a la puerta, preparado para enfrentar a su destino. Todavía faltaba un tiempo para que empezara a ceremonia, pero no podía dormir y sabía que no lo conseguiría mientras siguiera tan nervioso. Así que mejor era prepararse una y otra vez... y otra vez... y otra vez.

 Finalmente, tras asegurarte que todo está en buen estado, decides aventurarte para dirigir tus pasos hacia la Casa del Oscuro.

 La Casa del Oscuro es una de las dos edificaciones de mayor tamaño del pueblo, y también de las más lujosas. Este se compone de dos partes. La primera, y más importante, es una espaciosa sala donde tiene capacidad para albergar a todos los miembros del pueblo, primero es un espacio despejado salvo por unas columnas, donde se ponen los snagas de menor rango, y a medida que se adentra en el interior de la sala hay primero unos bancos senciloos de madera y después unos bancos más trabajados de piedra. Estos terminan colocados en posición de media luna antes un sólido y oscuro altar de granito oscurecido. Este último se encuentra en la parte superior de una especie de tarima con peldaños de piedra. Carcando esta tarima, hay cuatro postes metálicos altos, con un alambre espinoso que los une entre ellos y luego se pierde por la sala hasta anclarse a los muros y columnas de la edificación.

 Es encima de esta tarima, donde el Hijo de Maglubyet y sus acólitos, realizan las cerimonias en honor al Oscuro, algunas veces realizando sacrificios de esclavos o incluso snagas. Las celebraciones más importantes se celebran en noches tormentosas.

 Cuando vas dirigiendo tus pasos para allá ves como son varios los trasgos que salen de las cocinas, y barracones, incluso del barracón de los matasanos. Esta noche posiblemente solo se queden unos pocos vigías custodiando los accesos al poblado y los más enfermos de los trasgos en el barraacón de los matasanos.