Partida Rol por web

Volvéis a la taberna donde os hospedasteis anteriormente, era el mejor lugar para quedar con Shalash fácilmente. Aunque el lugar no era ninguna maravilla era más que suficiente para vuestras necesidades actuales, y después de los últimos combates se agradecería disponer de una cama de verdad donde poder dormir y descansar.

Os sentáis a una mesa a tomar algo mientras esperáis a que el enorme guerrero vuelva de hablar con Goro y de entregarle el pirata. Aunque Valeria ya empieza a pensar en cómo continuar su viaje, se supone que la siguiente piedra esta en Dupois, o al menos eso les dijo Yari.

Con cuidado te metas por la ciudad intentando evitar las miradas indiscretas, al fin y al cabo llevas a un hombre atado por la fuerza por medio de una ciudad, como mínimo eso podría dar lugar a preguntas difíciles de contestar. Sin demasiados problemas llegas a la guarida de Goro a la que te dejan entrar sin problemas.

¡Hans amigo mío! Un placer volver a verte, llevad a nuestro "invitado" y aseguraos de que recibe el trato que se merece. - A una orden suya dos de los guardias cogen al capitán pirata y se lo llevan fuera de vuestra vista.

Veo que sois unas personas realmente capaces, no me equivoque al hacer este trato con vosotros. Vosotros habéis cumplido y por supuesto yo cumpliré mi parte del trato también, cuando necesitéis que Yari os acompañe a ese pueblo maldito no tendréis mas que decirlo y el estará encantado de ir con vosotros. Veo que esta vez vienes solo, espero que tus compañeros estén bien.

¿Necesitas algo más? ¿Hay algo que pueda ofrecerte? - Aunque Goro se muestra amable está claro que no tiene ganas de perder el tiempo, es un hombre que le gusta ir directo al grano, el tiempo es oro.

Una comida caliente sirvió a Valeria para recuperar algo de fuerzas. Todavía necesitaba dormir un buen rato, pero prefirió esperar a que Shalash volviera de hablar con Goro. Su nuevo compañero le intrigaba, y no solo por sus vestimentas; tenía un sapo volador al que no había vuelto a ver desde que terminó el combate, y hubiera jurado que le había visto realizar lo que solo se podía definir como magia

- Dime Ichiro, ¿de donde vienes? Si no es indiscrección -preguntó con curiosidad

Ichiro agradeció la comida. Los alimentos de viaje no estaban mal, pero uno siempre echaba en falta el sabor de un plato recién hecho. Pensó que su caballo también agradecería comer heno fresco en el establo.

No había dado cuenta de la mitad de su comida cuando Valeria comenzó a hablarle.

- No veo ningún problema en que me preguntes. Vengo del este, soy un sacerdote menor de un pequeño templo en Shivat. - hizo una pequeña pausa antes de seguir hablando - Creo que ahora te toca a ti. ¿De donde venís tú y tu amigo? y, sin querer ser maleducado ¿cual es la verdadera historia de vuestro prisionero?

Valeria soltó un silbido de sorpresa. Shivat. Había oído hablar de aquella isla, pero nunca había conocido a nadie de allí. Lo más "oriental" que había visto era Phaion.

- Vaya, entonces vienes de muy lejos; tiene que ser toda una historia. Yo soy de Alberia, pero como allí no me quieren me dedico a ir de un lado a otro haciendo de escolta o guardaespaldas para ganarme unas monedas. Shalash no se de donde es, pero hemos estado juntos desde un trabajo en Phaion que no salió muy bien. Ahora estamos metidos en otro trabajo un poco más "especial", y para seguir adelante necesitábamos capturar a ese hombre para el tal Goro Walter. La verdad, no se cual es la historia de ese pirata; solo se que se fugó hace poco de la cárcel donde estaba encerrado, y que Walter lo quería para saber donde encontrar los botines de sus saqueos. No es un trabajo "limpio" y desde luego no es el tipo de trabajo que me agrade, pero es por una causa mayor.

Ichiro escuchaba con interés lo que decía Valeria, para él era vergonzoso admitir que en realidad apenas sabía nada del gran continente, y para solucionarlo lo único que podía hacer era aprender cuanto pudiera.

- En realidad como historia mi viaje no tiene nada de interesante... desde que llegué a la costa en barco no he hecho más que viajar hacia el oeste, pretendo llegar a la otra punta del continente y regresar haciendo un nuevo recorrido, aunque no tengo ninguna prisa. Para entonces tal vez los ancianos del templo consideren nombrarme un miembro de pleno derecho en lugar de un mero aprendiz, este viaje es algo así como "la última prueba". -

El aprendiz de sacerdote hizo una pausa para dar de nuevo un par de bocados, aunque seguía atento a si continuaban la conversación, el templo de donde venía era un lugar de culto y dedicación, y rara vez allí había tenido la ocasión de hablar tan despreocupadamente con otras personas.

- Oh, una especie de... ¿"peregrinaje"? -preguntó con curiosidad- Entonces, ¿no tienes un destino fijo?
 

- Si, podrías llamarlo así. - respondió afirmativamente - se supone que el viaje involucra el crecimiento espiritual y el conocerse a uno mismo... o eso me dijeron cuando me fui, aunque no terminé de entenderlo. Y, como me preguntabas, no tengo un rumbo fijo. -

Tras dejar, sin mas, al pirata en las dependencias de Goro, Shalash se dirige hacia la posada, en este caso con mayor tranquilidad ya que no tiene que ir ocultando a un pirata de la gente con la que se va cruzando.

Al poco rato llega a su destino donde encuentra a su compañera hablando con el extraño personaje que les había salvado la noche anterior. Inmediatamente toma una silla y se sienta al lado de sus compañeros.

Valeria hizo un gesto a Shalash en cuanto lo vio entrar, para indicarle donde estaban sentados. Cuando el grandullón tomo asiento, se dirigió a él

- ¿Que te ha dicho el señor Walter?

Asiento a Goro sin decir una palabra y me largo del lugar volviendo a la posada sin despedirme siquiera, cuando veo donde está Valeria y me acerco a tomar asiento.

---Está bastante satisfecho con el encargo, ha dicho que cuando necesitemos a Yami para ir al pueblo solo tenemos que decirselo y estará encantado de acompañarnos...

- Bien, pues sugiero ponernos en marcha mañana temprano -respondió Valeria antes de soltar un largo bostezo- Yo me voy a dormir. Que paseis buena noche

Se levantó de la mesa y se dispuso a acercarse al posadero para pedir una habitación, pero antes se giró hacia el monje

- Por cierto Ichiro; si no tienes destino fijo, podrías acompañarnos. Es un viaje interesante; Shalash te puede dar más detalles

Dicho esto, pagó una habitación individual para una noche y subió las escaleras

- Tu compañera es muy enérgica - dijo intentado poner una cara amistosa al guerrero. Era bastante más silencioso que la mujer, y, porque no decirlo, más violento; aquello le ponía un poco nervioso y no estaba seguro sobre como tratar con él.

- ¿Seguro que puedo acompañaros? Lo cierto es que viajar en solitario es muy monotono y aburrido. Sería un consuelo para mí si permitiéseis mi compañía. - Para aquel momento, el monje había terminado de comer, y bebía a sorbos de una taza sujetándola con las dos manos, una costumbre de su tierra que podía parecer un poco rara a ojos extraños.

Pido dos garras de cerveza y cuando las traen tomo un sorbo a la mia pasando la otra a Ichiro.

---Si, es una chica fuera de serie- digo como si eso no fuera una novedad- Y si, puedes acompañarnos, la verdad es que necesitamos ayuda para esta misión, así que no te preocupes de ello...

El ambiente se había vuelto algo silencioso. Ichiro bebía a pequeños tragos de la bebida que le había cedido el guerrero, mirando al vacío, pensando en sus cosas.

- Dices que para vosotros es una misión, ¿Qué tipo de misión? - preguntó al fin picado por la curiosidad

--- Pues una bastante extraña, basicamente buscamos una piedra que cayó del cielo debido a un....- miro hacia todos lados y me inclino hacia Ichiro para que solo me oiga él- sortilegio, al parecer unos habitantes trataban de usar uno para proteger su poblado pero algo salió mal y hizo que las piedras que formaban parte de eso se dispersaran, ahor las estamos reuniendo....

- Vaya... la verdad es que suena como algo increíble. - dijo verdaderamente sorprendido - ciertamente es posible que aprenda cosas muy poco comunes si viajo con vosotros. -

- Os preguntaría por vuestros motivos para hacerlo, aparte de vuestro trabajo como "mercenarios" si no te importuna esa palabra - dijo mientras se levantaba de la mesa - pero no es asunto mío, a menos que queráis compartirlo libremente. - colocó los cuencos vacíos en los que le habían servido la comida y bebida y le hizo una breve reverencia al guerrero - creo que también iré a descansar, gracias por todo. - y sin más preambulos se dirigió a su habitación.

Después de cenar y descansar en una cama, lo cual siempre se agradece después de dormir durante unos días al raso, os encontráis llenos de energía y preparados para continuar el viaje, ahora que sois una persona mas tal vez vuestro viaje sea más sencillo, aun os queda mucho por hacer y al pueblo de Eldiah se le acaba el tiempo.

Valeria durmió toda la noche del tirón, y a la mañana siguiente se encontraba mucho mejor. Después de hacer sus ejercicios matutinos, bajó al comedor de la posada para pedir un desayuno contundente y unas cuantas raciones de viaje; se sentia llena de energía otra vez, y preparada para el viaje hasta su próximo destino.
 

- Buenos días - saludó alegremente Ichiro nada más verles tras levantarse

- ¿Qué tal vuestras heridas? ¿Estáis en condiciones de viajar? -