Partida Rol por web

Ichiro estaba interesado en presenciar uno de esos conciertos de los que hablaban, pero seguramente su dinero sería mejor reservarlo para su sustento durante el resto del largo viaje que le esperaba, por lo que ni se molestó en averiguar cuanto podría costar.

No tenía idea de como comenzar a buscar a aquél hombre que querían encontrar sus dos compañeros, por lo que simplemente paseó por las calles cercanas en busca de algún evento interesante, o tal vez un mercado para curiosear sobre las mercancías locales. Tras un rato de caminata podría volver al lago a reunirse con ellos.

Tras deambular por la ciudad os volvéis a reunir en el punto acordado, ahora todos podéis observar con facilidad el majestuoso palacio de cristal y mármol que se encuentra en mitad del lago.

Valeria parece que ha aprovechado el tiempo para ir de compras y adquirir algunas prendas nuevas entre las que destaca su nueva pluma para el sombrero que es colorida y brillante.

Por su parte Shalash parece estar muy incomodo en la ciudad y que la gente le mira y estudia cada uno de sus pasos.

- ¿habéis encontrado algo? - preguntó sin mucha convicción. Él mismo había disfrutado del paseo, pero no sabía nada sobre el hombre al que buscaban.

- Tal vez debamos pedir habitación en una posada y buscar con más tiempo y tranquilidad. Si estamos en un lugar fijo, el propio hombre podría venir a buscarnos a nosotros. -

- Poca cosa, la verdad -respondió Valeria- Solo que el gobernador de la ciudad sale poco y suele dejar las apariciones públicas a sus dos hijos. Pero eso no me dice nada de quien puede tener el fragmento que buscamos. Creo que lo mejor es hacer lo que has sugerido; una vez estemos instalados, podremos seguir buscando con más tranquilidad.
 

--- Yo quiero largarme de aqui,así que yo prefiero seguir investigando para que la estancia sea lo mas breve posible de por aqui- digo con brusquedad y claramente malhumorado.

Valeria sonrió ante el evidente mal humor de Salash

- Te entiendo. Pese a todo su refinamiento, los gabrielenses pueden ser bastante... maleducados -dijo mientras observaba a los que se quedaban mirando a Salash. Vale que el gigantón llamase la atención, pero podían ser algo más discretos.

---Solo refinados? Por favor, conozco esta clase de sociedad muy bien, son capaces de aplastar a los mas debiles marginarlos y dejar que se mueran de hambre solo por el echo de preservar si "pulcritud" son todos una hipocritas...

- Vale, ya es suficiente. Nos ha quedado claro. Y no ganamos nada solo quejándonos de estas gentes. - a Ichiro le preocupaba un poco que la gente les escuchara y perdieran cualquier posible simpatía en la ciudad.

Se quedó pensativo un momento, antes de, finalmente, volver a hablar - Se me ha ocurrido algo. Parece que el castillo del lago es un lugar donde celebran conciertos y otros eventos. - se quedó en silencio evaluando su reacción, ya que no estaba muy seguro de como continuar - se que no es momento de entretenimientos, pero hay una pequeña posibilidad de encontrar a nuestro hombre. Y, aunque no fuera así, es un lugar para buscar información tan bueno como cualquier otro. -

Prefirió evitar mencionar su interés personal en presenciar uno de aquellos conciertos. Además, también tenía la esperanza de que el guerrero se tranquilizara un tanto durante el evento.

Mientras estáis discutiendo sobre cuál sería vuestra mejor forma de continuar se acercan a vosotros dos hombres, armados pero bien vestidos y con paso seguro, a pesar de sus armas, por su indumentaria está claro que no son de la guardia, pero tampoco parecen aventureros.

Buenos días caballeros, señorita. - Os dicen aunque claramente se empiezan a dirigir a Ichiro. - Nos hemos percatado de la llegado de alguien con sus capacidades y nos gustaría hablar con usted, no se preocupe, las personas como usted son perfectamente aceptadas aquí y no tenemos ningún problema con su presencia, pero aun así nos gustaría que nos acompañase a ver a nuestro líder, para que pueda explicárselo en persona y tener la ocasión de presentarse. Sus compañeros por supuesto pueden acompañarnos también. Por favor, ¿nos acompañan? - Se muestran gentiles y educados durante todo el tiempo y acompañan su invitación con una sonrisa.

Si habia algo que le gustase menos a Valeria que la guardia, eran los tipos armados que se presentaban por las buenas. Habían hecho referencia a las "capacidades" de Ichiro, pero lo cierto es que no parecían miembros de la Iglesia, y de hecho tenía entendido que la Iglesia no tenía tanto poder en Gabriel como el que tenía en el Imperio de Abel, lo cual solo aumentaba su desconfianza. Arqueó una ceja y se cruzó de brazos

- ¿Y quien sería su líder, si no es indiscreción preguntarlo?

Que aquellos hombres se acercaran a saludarlos ya le había pillado por sorpresa, pero cuando se refirieron a él mismo y a sus "capacidades" la confusión fue mayúscula.

- ¿pe.. perdón? ¿y quienes son ustedes? - fue la única frase que pudo articular

¿Se referían a la magia? No la había usado desde que ayudase a sus compañeros contra aquellas criaturas, pero ahora que lo pensaba tenía en la bolsa varios pergaminos imbuidos con su energía, que tal vez alguien hábil pudiera percibir. Su maestro siempre le había dicho que era muy descuidado, y aunque nunca se lo había tomado en serio, por primera vez pensó que tenía razón.

Los hombres mantienen la sonrisa y los buenos modales. - Tranquilos, no tenemos que ver con la iglesia ni nada parecido, es normal que desconfiéis y sabemos que asaltaros así es un poco molesto, pero os aseguro que no deseamos haceros ningún daño, tan solo nos gustaría que como usuario de fuerzas sobrenaturales que eres nos acompañases a ver a nuestro líder, quien podrá explicarte mejor que nosotros como funciona esta ciudad y daros personalmente la bienvenida.

Nuestro líder ya que lo preguntáis es la ilustrísima señorita Mirielle Ledoyen

Entrecierro los ojos ante semejantes comentarios...

---Pensaba que los nobles no querian tener  nada que ver con lo sobrenatural, no sea que se empañe su reputación... ¿quien es esa Mirielle Ledoyen? En cuanto a su ciudad, no pienso quedarme mucho tiempo, solo por las malas miradas mas de uno se merece que le haga una cara nueva, así se lo pensarian dos veces....

Decir que estaba tentado de rechazar su oferta era quedarse muy corto, pero le preocupaba que pudieran denunciarle a alguna autoridad y obligarle a huir de allí como a un criminal. Por otro lado también tenía curiosidad sobre cómo se habían enterado tan rápido, al fin y al cabo solo hacía unas horas que había llegado a la ciudad. Tal vez fuera meterse en la boca del lobo pero consideró que lo mas sensato era seguirles la corriente por el momento.

- Les acompañaré, y escucharé lo que su señora tenga que decirme. - se giró a sus compañeros - Lo siento mucho por retrasaros -

Valeria no estaba dispuesta a dejar solo a Ichiro con aquellos tipos, así que se dispuso a seguirlos, todavía algo suspicaz

- Han dicho que podiamos acompañarle, ¿no?

Por supuesto, no habrá ningún problema en que le acompañen, nuestra señora estará encantada de recibirles también a vosotros y por favor permítanme agradecerles que hayan aceptado la oferta. Por favor, sígannos.

Seguís a los dos hombres por las calles de la ciudad, los hombres se muestran amigables y os hablan sobre la ciudad y sobre los edificios más notables que veis. Al poco llegáis a una majestuosa mansión con un enorme jardín, perfectamente cuidado y perfectamente simétrico en el que parece que no hay una brizna de hierba más alta que otra, por el que tenéis que pasar hasta llegar a la puerta principal.

Una vez dentro os llevan por unas salas finamente decoradas y elegantes hasta llegar a una sala de recepción en donde de pie y elegantemente vestida se encuentra una mujer increíblemente atractiva que rebosa confianza en sí misma con una sonrisa en sus labios y una mirada altiva.

Al llegar hasta ella los dos hombres se arrodillan y ella con un simple gesto de la mano les dice que se vayan, se levanta y se van cerrando las puertas y dejándoos a solas con la mujer.

Muchas gracias por acudir a mi invitación, mi nombre es Mirielle Ledoyen, sacerdotisa de Barakiel y Arconte de Samael y les doy la bienvenida a la ciudad de Dupois. - su voz es cálida y dulce aunque habla con autoridad. - Sabemos que usted dispone del don y es capaz de usar la magia y por eso especialmente quería conocerte y decirte que en esta ciudad estarás a salvo, mientras permanezcas aquí no tienes que preocuparte de que nadie te haga ningún daño por tu condición ni tendrás problemas con la Iglesia.

Aun así, claro está, tendrá que abstenerte de hacer tales actos delante de la gente normal, para guardar las apariencias, si la gente empezase a hacer cosas imposibles de forma normal seria... problemático.

Ni que decir tiene que obviamente no tendrá por problemas por usar tus artes o por tu condición siempre y cuando no las uses para hacer daño a otras personas, entonces tendrás un problema, pero no con la iglesia, si no conmigo.

Espero que disfruten de su estancia esta maravillosa ciudad. ¿Alguna pregunta?

---¿Solo nos habeis llamado para eso?Dudo mucho que haya habido tanta movida simplemente para decir que  nuestro compañero puede usar sus artes en la ciudad- digo  desde detras de mis compañeros.

- Un... placer. - devolvió Ichiro el saludo intentando mantener sus buenos modales - Disculpe, solo soy un extraño aquí y me temo que ignoro que posición le otorgan esos títulos de los que hace gala. Sin embargo, permitame unos instantes para aclarar mis ideas, y las razones por las que considero que nos ha hecho venir aquí. -

Inspiró profundamente antes de hablar, un poco abstraído, y siguiendo a la dama con los ojos, aunque en ocasiones tenía la mirada perdida por unos segundos.

- En primer lugar me ha localizado con bastante rapidez, por lo que tiene la ciudad bajo una estricta vigilancia, y su advertencia me hace pensar que goza de gran poder aquí en la ciudad. Eso puede significar que usted misma o algún sirviente dispone de sus propios poderes, o, por el contrario, que emplea grandes recursos en buscar a alguien que los tenga. Tal vez ambos casos. -

- Si es el primero de ellos, esta puede ser simplemente una forma de velar por la seguridad de la ciudad; y su confianza al dejarnos "a solas" con usted me hace pensar que es así y que ciertamente posee, o conoce a alguien con estos poderes; o alguna otra forma de lidiar con la magia. -

- Si el segundo caso es el correcto significa que o bien pretendía evaluarme y reclutarme bajo su servicio, o existe algún tipo de tarea que solo puede solucionar alguien con este tipo de poder... o tal vez simplemente tenga una insaciable curiosidad. Algo ligeramente extraño, pero no imposible. -

- ¿Me equivoco? -

Valeria se mantuvo trás Ichiro, escuchando atentamente y manteniendo la cautela, procurando no hablar más de lo estrictamente. Seguía sin confiar en aquella mujer, y Ichiro estaba en lo cierto; habian dado con él muy rápidamente, y eso solo podía significar que quizás aquella gente también tuviera... "capacidades especiales". Y todo ese galimatías de "Samael", "Barakiel"... ¿que significaba? Esos nombres no le decían nada, lo cual aumentaba su desconfianza. Desde luego, no eran de la Iglesia, pero no sabía decir si eso era bueno o malo.

Por otro lado, podía ser una buena pista. Si aquella gente era capaz de localizar presencias sobrenaturales en la ciudad, probablemente podrían decirles donde encontrar el próximo fragmento.