Partida Rol por web

El gnomo parece descubrirme con relativa facilidad. Esos ojos vivarachos se mueven bien, tendré que tomar buena nota de ello aunque puede que esa sierpe que lleva colgando le haya ayudado un poco. La bicha no deja de mirarme. Sin embargo, parece que Zafira no se ha percatado, ni Balakar, y la naturaleza de su conversación puede ser interesante hasta el punto de que valga la pena no interrumpirla.

Especialmente después de lo que la druida, sin mostrarse abiertamente, ha hecho allí atrás.

Con la mano que sujeto el arco, afianzo el proyectil con dos dedos liberando mi otra mano, que me llevo al rostro situando el índice en mis labios, gesto para que el gnomo guarde silencio acerca de mi presencia. Una vez hecho, vuelvo a sujetar la flecha, preparado para usarla si es necesario.

  Freya podía ver como la tensión en Aldar se relajaba parcialmente, aunque seguramente el "viejo" explorador parecía estar en una posición más ventajosa para enterarse de lo que ocurría a escasos metros de allí la pelirroja empezó a distinguir algunos de los detalles. Al parecer un grupo de personas estaba hablando, no lograba identificar las palabras que decían pero al menos una de las voces le era bien conocida, se trataba de Balakar sin duda, por lo menos la ausencia de ruidos de choque de aceros podían decir que no se encontraba dentro de una batalla si no simplemente hablando. Eso podía resultar como un alivio, pero a la vez planteaba otras dudas, con quien podría estar hablando el enano, especialmente si se trataba de aquella figura que los había perseguido.

  Aldar pudo seguir todo el hilo de la conversación desde el momento en el que llegó, Avlin se había percatado de su presencia, pero de un modo astuto había negado la presencia del explorador mientras la elfa y el enano continuaban hablando.

  -Yo no regreso al campamento, ¿saben?  No quiero ni parecer que ayudo a los déspotas que oprimen la región (...) Aquí me quedo.  Los seguiré siguiendo, por si veo un buen momento de intervenir. (...) Pero antes les cuento.  Espié a un grupo de jinetes en el camino.  Un delgado adinerado señorito pagó con oro a unos mercenarios que le preguntaron qué día la ciudad estaría desprotegida para atacar.- 

 Tras aquello la elfa hizo una breve pausa antes de seguir, aunque no alcanzaba a verla aún oyó el crugir de la maleza, debía de estar moviéndose. -No los reconocí, pero sus caballos de guerra muy claramente tenían varias batallas bajo sus pezuñas. (...)Estaré cerca.- Y tras aquello las hojas secas hicieron otro pequeño concierto delatando el movimiento de la druida hacia el interior del bosque.

  A continuación habló el enano.

-Pero quien te has creid... do... (...) Maldita sea. Odio que hagan eso, joder...- Su tono no ocultaba la frustración ni la rabia que el enano debía de sentir en ese momento. -Avlin... ¿que opinas? ¿Se lo comentamos a estos o dejamos que Zafira escuché lo que Sully tiene que contarnos...?-

  La respuesta del gnomo no tardó en hacerse escuchar y Aldar pudo ver que aquel cuentacuentos en verdad podría ser mucho más astuto de lo que parecía, pues siguió negando la presencia del explorador. 

  -Sinceramente- empezó -las cosas con Sully no pasan por su mejor momento. Todo este asunto está rodeado de demasiadas incógnitas y gente que parece saber más de lo que cuenta y nosotros parecemos sólo unos peones zarandeados por los deseos caprichosos de unos y otros. Propongo que esto se quede entre nosotros, de momento. Si en algún momento vemos que puede ser importante compartir esta información, hagámoslo. Pero creo que ya va siendo hora de guardar también nuestras propias bazas y que pongamos un poco de interés en averiguar qué demonios está pasando aquí realmente. Nuestra vida puede depender de ello.-

    Avlin había sido consciente en todo momento de que Aldar no había perdido detalle alguno de la breve conversación que acababan de tener los tres, sin embargo aún no se había decidido a hacer nada, al menos no hasta que el gnomo terminase sus palabras, había que ver que haría el explorador a partir de ese momento.

  De un salto la druida se esfumó frente a la mirada atónita del enano que no pudo evitar soltar unas palabras malsonantes frustrado por aquello. Amaranta conocía cada bosque como si se tratase de su hogar y eso la permitía poderse ocultar de quien tratara de seguirla sin su consentimiento. De momento debía de ser cauta, había compartido su mensaje con dos personas a las que tomaba por amistosas dentro del grupo, pero no podía permitirse pensar así de todos los integrantes del grupo.

Permanezco atento a las voces, molesto por aquello que seguramente me esté perdiendo del mensaje, pero sumamente interesado en todo lo que sí alcanzo a comprender. Parece que la druida ha estado ocupada, aunque sus motivos no terminan de quedarme para nada claros. Y desde luego no me hace la menor gracia eso de que vaya a estar rondándonos como la he oído afirmar que tiene intención.

Sonrío ante las palabras del enano, y aún más ante las de Avlin, decidiendo que permanecer ocultos por más tiempo no tiene razón de ser. Por lo tanto, miro a Freya y le guiño un ojo.

Tienes cara de no haberte entrado de nada... -Bromeo, fijándome en su expresión mientras espera- Anda, vamos a ver si aclaramos todo esto... -Le digo, guardando la flecha en el carcaj y apartándome del árbol.

Estoy de acuerdo con nuestro astuto gnomo, Balakar. -Digo surgiendo de la espesura, colgándome el arco a la espalda y caminando por entre los matorrales con pasos que me obligan a levantar el pie lo suficiente para sortear el intrincado camino. A mi espalda camina Freya, ante la que espero arrojar un poco de luz a todo este asunto- Hasta que no conozcamos las verdaderas intenciones de Jake y lo que oculta, no estaría de más ocultar nosotros también algo. Aunque tampoco he entendido del todo a esa semielfa, ¿qué decía de unos jinetes? -Pregunto cogiendo una brizna de hierba y llevándomela a la boca.

Mientras espero una respuesta, lanzo una mirada al gnomo, asintiendo en agradecimiento por cubrirme mientras permanecía oculto en la espesura.

Mientras regresaban al campamento, Avlin no dejaba de dar vueltas a la cabeza a lo sucedido en los últimos días. Sentía que las cosas estaban escapando de su control y eso no le gustaba un pelo. Como en la alquimia, cuando hay demasiadas variables que no están controladas, las posibilidades de salir mal parado crecen exponencialmente. Decidió que tendría que tener una charla con Aldar en cuanto fuera posible. Acarició a Ivvy mientras el animal se enroscaba en su brazo, una vez más sus ojos habían sido rápidos y le habían alertado de la presencia del explorador, le debía mucho y a veces no llegaba a ser consciente de que la serpiente era casi como un miembro de su propio cuerpo.

Entonces apareció Aldar como surgido desde las sombras.

- Hasta que no conozcamos las verdaderas intenciones de Jake y lo que oculta, no estaría de más ocultar nosotros también algo. Aunque tampoco he entendido del todo a esa semielfa, ¿qué decía de unos jinetes?

- Ouch- fingió Avlin dando un respingo- vaya susto me has dado.

Ivvy mostró su lengua viperina, amenazante, pero el gnomo le dio unos golpecitos en la cabeza y el reptil volvió a enroscarse tranquilo en su brazo.

- Creo que es hora de que tengamos una charla entre todos y desvelemos algunas cartas. Esta compañía es un nido de secretos y eso normalmente es una receta segura para la tumba. Y no sé vosotros, pero yo espero vivir todavía muchos años.

Seguimos aquella sombra por la espesura del bosque, raudos pero sigilosos, hasta que Aldar me hizo una señal y me detuve tras él. Desde mi posición no podía entrarme de mucho, pero el explorador se mantenía sumamente concentrado, así que decidí esperar pacientemente a que fuera él quien me dijera qué era lo que sucedía. En un momento dado, pude apreciar como su rostro se relajaba un poco, a la vez que escuchaba algunas voces, de las cuales sólo pude identificar la del enano deudor.

Cada vez me sentía más confusa, pero me mantenía a la espera, mirando impaciente a Aldar de cuando en cuando. Finalmente, este se giró y me guiñó un ojo, bromeando acerca de mi cara para justo después instarme a avanzar.

- ¿Pero qué pasa? Oye, ¿De qué cara hablas? – protesté, siguiéndole de cerca.

Salimos de la espesura, topándonos con nuestros compañeros mientras Aldar decía estar de acuerdo con Avlin.

¿Eran ellos? ¿Pero qué pasa aquí?

El explorador continuó hablando, sin darme ninguna explicación previa, mencionando cosas que me eran totalmente ajenas. Entonces Avlin se pronunció, queriendo que se desvelaran no sabía qué cartas. Algo había dicho Aldar sobre Jake, pero seguía sin comprender nada.

- ¿Se puede saber qué está pasando? – pregunté molesta, cruzando los brazos bajo mis pechos por no arrearle a algo. - ¿Qué semielfa? ¿Qué jinetes? ¿Qué pasa con Jake? Rápido, antes de que me enfade… - quise meterles prisa, pero haciendo aquella pequeña broma, no queriendo ponerme del todo seria.

Dejé caer la brazada de leña sobresaltado por la silenciosa irrupción de Aldar. El estrepito resultante ahogo en cierto modo la florida maldición enana que brotó libre de mis labios. Solo al darme cuenta de que Freya seguia los pasos del hombre de los bosques, contuve mi lengua. Aquel lenguaje no era para señoritas.

- Me teneis hasta las narices, amantes de los arboles. Aparecer asi, cotilleando a nuestras espaldas en lugar de dar la oportunidad a unos honrados puños de partir caras es, como minimo, antideportivo.

Me llevé la mano a la frente, repentinamente empapada en sudor. Aquel maldito dolor de cabeza, fruto de la monstruosa resaca, estaba volviendo a hacer de las suyas.

- Para castigar al mundo con el azote de tu presencia, ¿verdad, Avlin?- Espeté al comentario del gnomo, más por pura frustración que por animadversión hacia él.- Joder... Perdona, chico, pero estoy empezando a cabrearme de que no me dejen hacer algo tan sencillo como recoger leña...

Me agaché para coger una rama y partirla sin esfuerzo aparente, solo a base de fuerza bruta.

- Aquí nuestro amigo tiene razón...- El sibilino movimiento de su familiar llamó mi atención, descabalgandome de mi tren de pensamientos.- Avlin, guarda eso, por Moradin... Con la que esta cayendo, tendras suerte si no la confundimos con un palo y la echamos al fuego... A ver... Por donde iba...

Rasco mi hirsuta barba, llena de trozos de corteza seca y algunas diminutas ramitas...

- Que Henrich es un mal tipo... Vale, pero ¿que es eso de la opresión? ¿Quien carajo es el niñito mimado que nos sigue? ¿A que puñetera ciudad se referia Zafira? ¿Y por que narices estamos discutiendo esto en medio del puñetero y helado bosque?

Resoplé, molesto.

- En lugar de alrededor de una hoguera, calentandonos los pies a su lado y el pecho con un poco de aguardiente, como los seres civilizados que se supone que somos...- Expliqué, soñador.- Que asco...

- Parece que la ciudad corre serio peligro de ser invadida muy pronto- empezó a explicar a Freya- Ithildin, ¿te la han presentado? Es una druida que se unió a nosotros pero luego decidió seguir por su cuenta y... me he perdido. ¿Qué estaba contando? 

El gnomo se rascó la cabeza mientras la serpiente parecía acurrucarse todavía más, aburrida por tanta cháchara.

- Ah si, el caso es que Ithildin dice haber descubierto un complot y parece que algunas tropas experimentadas en combate están en contacto con traidores en el interior. Nuestro amigo Henrich parece estar metido en el ajo también. No sé porqué pero no me sorprende- reflexionó en alto.

- Quizá parezca un insensible- continuó desestimando sus pensamientos con un manotazo al aire- pero nuestra misión no consiste en salvar a esa gente, que yo sepa, y no tengo intención de verme envuelto en una batalla que, además, no me concierne. Yo sugeriría poner tierra de por medio cuanto antes para evitar vernos envueltos en una situación ciertamente peligrosa. Y hasta ahí lo que nosotros sabemos. Es tu turno, explorador- pidió Avlin, girándose hacia Aldar con gesto inquisitivo.

Zafira es una druida semielfa, Freya. -Aclaro a nuestra compañera, que no debe estar enterándose de nada, a tenor de sus amenazas, las cuales me tomo con humor. Avlin ya está comentando algo del tema, pero su conversación tiende a ser demasiado errática como para dejar claro el asunto- Acudió en nuestro auxilio en nuestro anterior trabajo, el que nos ha metido en este... embolado. Sufrimos una emboscada por parte de saqueadores orcos, la caravana quedó diezmada y se perdió la mayor parte de la mercancía. Por eso tuve que aceptar este encargo, el cobro de ese trabajo quedó supeditado al cumplimiento de este otro. -Me encojo de hombros, aunque cada vez me gusta menos todo esto- No se a qué juega ahora, pero parece que es la persona que vimos en la calzada real y se desvaneció ante nuestras narices. No se si no me reconoció, no se fía de mí, o la asustaste. -Sonrío mostrando mi amplia dentadura a Freya, bromeando con su fiero aspecto.

Pero parece que desprecia a Heinrich como la que más. Por lo que la he oído... -Lanzo una significativa mirada al enano, dejándole claro hasta donde he podido escuchar desde mi posición. Primeramente, para mostrarle que voy de cara y no trato de ocultarle nada, ya que este grupo, tal como comenta Avlin, se está llenando de desconfianza. Y no nos dirigimos a un paseo por el prado, precisamente. Necesitamos confianza, al menos de cuanta más gente mejor. En segundo lugar, también espero que rellene los huecos que no haya podido captar de cuanto haya dicho esa semielfa- ...ese tipo debe de estar oprimiendo a la población por toda la región. Por eso no quiere que nadie la relacione con nosotros, ya que ahora nos encontramos trabajando para él. Lo que no entiendo, entonces, es por qué afirma que permanecerá cerca de nosotros y nos prestará ayuda cuando sea necesario. -Frunzo el ceño. Si trabajamos para aquel a quien tanto desprecia, no debería ayudarnos a cumplir nuestra misión, eso no tiene sentido. Bien es cierto que hemos compartido caravana y entablado cierta relación, pero no nos debe nada, muy al contrario.

No parece un asunto de lealtad, aunque quizás me equivoque...

Sin embargo, el gnomo comienza a relatar buena parte de lo comentado por Zafira, y desde luego va mucho más allá de lo que había alcanzado a escuchar. Medito un instante, elevando la mirada a las ramas de los árboles que nos rodean. Un ejército, un complot para deponer la ciudad, Heinrich en medio. ¿Un golpe de estado? Puede que el cabrón no tenga suficiente con el poder que atesora, y lo quiera TODO. Un tipo que ya está oprimiendo la región, preparando el asalto al poder absoluto. Interesante perspectiva.

Estoy con Avlin, lo que le suceda a la ciudad no es asunto mío. -Afirmo con molestia. No es que sea insensible a la desgracia ajena, no del todo, pero un hombre debe conocer sus límites y elegir sus batallas. Salvar a un buen amigo es una cosa, salvar una ciudad es cosa de héroes. Y yo no soy un puto héroe- Busquemos lo que nos han encargado encontrar en esa montaña, cobremos a la vuelta, y pongamos pies en polvorosa para que no nos pille el fuego. Eso es lo que yo propongo. -Si alguno de vosotros quiere hacerse el héroe, puede hacerlo a la vuelta- Y, desde luego, no decirle absolutamente nada a Jake. -Digo mirando fijamente a Avlin, con seriedad- Si Heinrich está implicado en tan turbio asunto, no podemos saber si él también lo está. Y ese es el tipo de información por la que degüellan a la gente en los callejones de una ciudad, no se si me entendéis. -Paseo mi mirada por el enano y por Freya, esperando que comprendan mi inquietud.

Levanto nuevamente la mirada, comprobando entre las ramas la luz restante del día, que no es mucha, y suelto un suspiro.

Parece que no nos queda demasiado tiempo. Freya y yo volveremos a por nuestros caballos mientras termináis con la leña. Nos vemos en el campamento en un rato, ¿de acuerdo?

- Y, desde luego, no decirle absolutamente nada a Jake.

El gnomo asintió con presteza y seguridad ante la mirada inquisitiva del Aldar.

- Estoy de acuerdo- aseguró- debemos estar seguros de las lealtades de Jake antes de compartir demasiada información con él. Creo que, si nosotros permanecemos unidos, al menos uno de nosotros siempre podrá estar cerca de él y compartir la información que nos oculta con los demás.

- Parece que no nos queda demasiado tiempo. Freya y yo volveremos a por nuestros caballos mientras termináis con la leña. Nos vemos en el campamento en un rato, ¿de acuerdo?

- Antes de acabar. Freya, ¿podrías contarnos qué fue lo que ocurrió en el establo? ¿Quién se supone que nos sigue?

Aquello pintaba cada vez peor y me estaba enfadando por momentos. Asi que refunfuñé y removí el suelo con los pies.

- Fantastico...- Dejé que el sarcasmo rezumase por cada una de las silabas y terminé por escupir en el suelo.- Zafira o Ithildin, como la conoce Avlin, ha añadido poco más a eso. Hablando en acertijos, como buena hija de los bosques...

Sostuve la mirada de Aldar, antes de continuar hablando.

- Mencionó incoherencias sobre que servimos a opresores y que un individuo delgado de apariencia noble ha contratado jinetes... Probablemente mercenarios experimentados... No mencionó ni sus nombres, ni el de su unidad mercenaria o sus colores, asi como tampoco dijó nada sobre el esbelto noble que los contrataba ni la ciudad que se suponia, iban a arrasar.

Lancé una mirada a Freya, mientras me encogia de hombros.

- No me gusta la perspectiva de, pudiendo, no hacer nada para evitar la muerte de los indefensos o los inocentes.- Rezongo, bajando la mirada ahora hacia el gnomo.- La cuestión es si podemos hacer algo.

Agarré mi magra carga de leña y eché a andar hacia el campamento.

- Y, por mucho que nos pese, Sully parece tener las respuestas a nuestras preguntas...

Balakar volvió a hacer gala de su buen humor cuando Aldar y yo aparecimos, reprochándonos que nos dedicáramos a cotillerar, cuando lo único que habíamos pretendido era detectar una posible amenaza.

- Cotillear… Si no he oído nada… - fue todo lo que respondí a ello, a modo de queja, aún esperando a que me dieran alguna explicación.

Avlin fue el primero en intentarlo, comentando que la ciudad, no sabía exactamente cuál, estaba en peligro; y me habló de una druida que había formado parte de su grupo pero que había decidió irse por su cuenta.

- Veo que hay antecedentes de abandono ya en este grupo, qué sorpresa… - dije irónica, dada la pequeña revuelta acaecida horas atrás.

Aldar intervino entonces para explicar con exactitud quién era Zafira y apuntando que era ella esa sombra que habíamos seguido hasta el bosque. Yo tampoco comprendía su actitud si conocía a Aldar, y dudaba que yo hubiera sido la razón de su comportamiento, pero aun asi la ocurrencia del explorador me sacó una sonrisa.

Este también apuntó que ella despreciaba a Heinrich, motivo por el que no había querido que se la relacionara con ellos, pero que aun así se había mostrado dispuesta a colaborar.

Todo suena muy raro, pero si no le cae bien Heinrich… Eso es buena señal.

Balakar y Avlin dieron más información acerca del complot del que les había hablado Zafira, quedando sobre la mesa la cuestión de intervenir o no en tal situación. Todos parecían tener muy clara su posición, pero ese no era mi caso.

Me quedé pensativa, son los brazos aún cruzados mientras apretaba mis labios, sin poder impedir que la tristeza se vislumbrara en mis ojos. Aquello me recordó la invasión de mi hogar, aquella masacre en la que prácticamente toda mi tribu fue aniquilada.

Si alguien nos hubiera ayudado… Quizás…

La cuestión clave era la que apuntaba el enano.

- Si pudiéramos hacer algo… - dejé caer, sin expresar del todo mis ideas, ideas que aún no estaban del todo claras.

Aldar hizo mención también al papel de Jake en todo aquello, animándonos a ser precavidos respecto a todo ese asunto, ya que no sabíamos exactamente cómo de implicado estaba con Heinrich. Avlin apoyaba esta postura, mientras que Balakar señalaba que necesitábamos también lo que Jake pudiera saber.

El gnomo me preguntó por lo sucedido en el establo, y descrucé mis brazos, tratando de restablecer mi rostro y relatar lo escuchado.

- Antes que nada… Quería haber hablado de esto antes, pero no ha habido ocasión… - miré de soslayo a Aldar. – Aunque primero quería hacerlo con Aldar. Porque... Bueno, parecía incumbirle más… Ahora ya no lo sé, todo es demasiado confuso. - dije con algo de preocupación.

Hice una pausa, tratando de rememorar todo lo que había oído.

- Se supone que son los hombres de Heinrich quienes nos siguen, Gerard instó a Jake a que nos marcháramos cuanto antes. Parece que ayer asesinaron a uno de los guardias de un tal Cedric en las gradas de la arena y otro está desaparecido, aunque dejó un feo charco de sangre en la zona de los luchadores… Supuse que habría sido cosa vuestra, pero hay más… - el tono preocupado de mi voz aumentó - Nimble ha desaparecido. Uno de los hombres de Heinrich. Es un tipo despreciable, pero poderoso. - hice una breve pausa - Y además... Han asesinaron a alguien en la zona de los nobles, y eso… Eso me descuadra todo. No se a vosotros, pero sabiendo todo esto del complot, a mi me suena a que alguien ha querido colgarnos el muerto… - apunté pensativa, antes de que Aldar diera instrucciones y el enano emprendiera el camino de regreso con la leña.

Miro de reojo a Freya, desde las sombras de mi capucha. ¿Tú también? Estoy rodeado de cabezas huecas... ¿Cómo íbamos a poder hacer nada para salvar una ciudad? Esos asuntos los resuelven los ejércitos, no las pequeñas compañías como la nuestra. Aquí estamos, cuatro personas, ¿de verdad os lo planteáis? Miro también al enano. Todos locos.

Pero Freya deja ese asunto en segundo plano, al exponer lo que pudo descubrir al escuchar a Jake en su reunión. Aparto la mirada, molesto, frotándome las manos con fuerza.

Uno, al menos, no nos han colgado. -Reconozco con desgana, resoplando- El de la grada, probablemente, es cosa mía. Apenas quedaba vida en él cuando decidió demasiado tarde huir de mi acero, tras tratar de degollarme. -Escupo al suelo con desprecio- Del resto no se nada. -Lanzo una mirada suspicaz a Balakar, con el vago planteamiento de que pudieran haber tenido ellos algo que ver, aunque no me cuadra para nada- Pero sí, tiene pinta de que se han aprovechado de ello para echarnos todo el marrón encima, maldita sea mi estampa. -Me aparto un par de pasos, con las manos en la cintura, pensativo, elevando uno de mis pies sobre un pequeño promontorio de roca que sobresale del suelo- ¡Maldición! ¿Qué sentido tiene ahora todo esto? Cumplimos un encargo para el hombre que nos busca para ajusticiarnos por algo que ni siquiera hemos hecho...

- Tenemos retazos de información- siguió el gnomo- unos y otros, pero no nos llega para montar todo el puzzle. Habrá que seguir investigando pero, eso sí, extremando las precauciones y manteniéndonos alejados de los puntos conflictivos como la ciudad, la arena y el propio Heinrich. Al menos, de momento. Si debemos entrar en zonas problemáticas será mejor hacerlo de incógnito o por equipos, evitando estar todos juntos, para que sea mucho más difícil identificarnos. Veremos qué nos cuenta Jake esta noche pero la cosa pinta fea. 

Avlin hacía círculos en la tierra con los pies distraídamente mientras compartía estas cábalas con sus compañeros. Parecía incapaz de estarse quieto.

- Y ahora creo que deberíamos volver- continuó- estamos tardando demasiado para recoger leña y vosotros- dijo señalando a Freya y a Aldar- no deberíais aparecer con nosotros ni demasiado pronto. Sería demasiado sospechoso.