Partida Rol por web

El laberinto del bufón

IV - Mucho más que un secreto

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07/10/2017, 02:58
Freya

Ni tan siquiera me había percatado de que el enano se encontraba allí. No fue hasta ver caer a aquellas criaturas al suelo que aparté mi vista de ellas, guardando el arco a mi espalda y girándome para recoger el hacha, dándome entonces cuenta de que Balakar estaba en el nido.

Aun así, no pude hablarle de inmediato, pues el largo suspiro que había soltado acababa de vaciar mis pulmones; y trataba de respirar con normalidad mientras mi corazón latía sin darme tregua. Porque latía. Aún lo hacía.

Sostuve mi hacha con las dos manos, admirando brevemente su empuñadura y su hoja llena de aquella viscosa sustancia de color negro, mientras asimilaba lo sucedido y dejaba que mi alma y mi cuerpo disfrutaran un segundo de aquella paz que al fin habíamos conquistado.

Pero no podía detenerme demasiado en ello, debía bajar y tratar mis heridas, o al menos presionarlas con algo hasta que la sangre dejara de brotar. Colgué el hacha de mi espalda y miré al hijo de Moradin, esbozando media sonrisa y ahuyentando de mi rostro todo el dolor que se agolpaba en mi cuerpo.

- Casi no lo cuento, ¿Eh? – le dije en tono socarrón. – Si no te importa, prefiero poner mis pies en el suelo cuanto antes. – le dije justo en el momento en que escuchamos la voz de Aldar, que nos instaba a bajar con cuidado. – Ya has oído al líder. – añadí burlona, antes de girarme para observar por dónde bajar, para entonces sí, dejar que mi cara expresara todo mi dolor fuera de la vista del enano.

Empleando la cuerda que suponía habría usado para subir, pues ya no colgaba de mi cintura, comencé a bajar con el mayor de los cuidados; no sin sentir en más de una ocasión que mis brazos no iban a dar más de sí. Las heridas más profundas las tenía en la espalda y no dejaba de sentir cómo estas me ardían mientras descendía. Pero con paciencia y tesón, y apretando mucho los dientes para no gritar y alarmar a nadie, terminé por dar con mis pies en el suelo; soltando la cuerda de la parte alta del árbol para poder volver a guardarla.

Mientras enrollaba esta me separé varios metro del árbol, inclinándome hacia adelante para apoyar mis manos sobre mis rodillas al terminar, exhausta. Miré entonces hacia arriba, observando aquel nido con rabia, y en lugar de dejarme caer al suelo directamente, que era cuanto necesitaba en ese momento; me erguí, observándolo unos instantes más con mis ojos entrecerrados. Había de tomar buena nota de lo sucedido aquel día, algo así no podía volver a pasar.

Entonces sí, dejé caer parte de mi equipo al suelo, liberándome del peso, y me senté en este con la rodillas flexionadas; mientras dejaba caer mi cuerpo hacia delante y abrazaba estas, permitiendo que mi cabeza descansara también sobre ellas. Necesitaba descansar, aunque sólo fuera un minuto.

Notas de juego

En lugar de tirar, elijo 10 para descender.

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07/10/2017, 12:25
Avlin Tuercegris

Avlin dejó caer la ballesta y sintió los músculos del brazo entumecidos por la tensión y el esfuerzo. Había estado cerca pero lo habían logrado. Levantó la cabeza para comprobar, una vez más, que Balakar y Freya estaban sanos y enteros. Seguramente habría que aplicar algún remiendo pero eso era lo de menos. Buscarían algún punto seguro en el bosque antes de seguir su camino. Desde luego, necesitaban recuperarse bien antes de acercarse a la guarida de los salteadores de caminos.

El gnomo se puso en pie y colgó la ballesta a la espalda mientras repasaba mentalmente su actuación mágica. Podía darse por satisfecho teniendo en cuenta que no había podido llevar a cabo ninguno de sus hechizos más ofensivos. A veces, el ataque directo no es lo que mejores resultados obtiene.

Se sacudió el polvo de los ropajes y echó un vistazo a su alrededor mientras Ivvy siseaba bajo sus ropas y sacaba la cabeza por una de las mangas para asegurarse de que el peligro había pasado.

Buscó entre los arbustos bajo el árbol uno de los virotes que había visto caer, aquel que había golpeado en la rama contra las arpías pequeñas. Cuando lo halló sólo pudo dejar escapar un suspiro: estaba roto. Siendo así, y no queriendo dejarlo por allí tirado, pues nunca se sabúa cuándo una buena punta de virote podía salvarle la vida a uno, tomó ésta y la devolvió a uno de los numerosos bolsillos de sus ropajes. A pesar de ese virote fallido, agradeció entonces Avlin a Garl del Oro Luminoso el cómo había guiado su puntería las anteriores veces para llevar los virotes a su destino. No era su punto fuerte el uso de armamento convencional pero podía estar orgulloso de su actuación.

Levantó entonces la vista para observar como la viscosa sangre de las criaturas todavía goteaba mientras sus cuerpos colgaban inertes entre las ramas del viejo leñocaso que habían dejado de moverse pero que todavía se mantenían como una eterna prisión. Sabía bien que la magia natural era poderosa pero era la primera vez que la había visto en verdadera acción y no pudo más que asombrarse de su efectividad.

- Ha sido impresionante- le dijo a Zafira cuando se acercó a su lado- si no hubiera sido por tu magia las cosas podrían haber sido muy diferentes. Si el tiempo y las complicaciones nos lo permiten, y si estás de acuerdo por supuesto, tal vez podríamos enseñarnos mutuamente algunas cosas.

La feérica relación entre gnomos y elfos siempre había sido cordial y agradable. Ambas razas adoraban y respetaban a la naturaleza y tenían una fluida relación con plantas y animales así que los intercambios entre ellos no eran extraños.

- Tiradas (1)

Notas de juego

1 Virote perdido

Guardada la punta.

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07/10/2017, 12:30
Región de Eltsembar

Notas de juego

Puntos de Experiencia:

Harpías Jóvenes: (300 px * 4) 1200 px / 5 miembros del grupo = 240 px

Madre harpía: 900 px / 5 miembros del grupo = 180 px

Bonificación por misión «Canto Fúnebre»155 px

Total: 575 px

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07/10/2017, 12:35
Región de Eltsembar

Notas de juego

Puntos de Experiencia:

Harpías Jóvenes: (300 px * 4) 1200 px / 5 miembros del grupo = 240 px

Madre harpía: 900 px / 5 miembros del grupo = 180 px

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07/10/2017, 12:35
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Puntos de Experiencia:

Harpías Jóvenes: (300 px * 4) 1200 px / 5 miembros del grupo = 240 px

Madre harpía: 900 px / 5 miembros del grupo = 180 px

Bonificación por misión «Canto Fúnebre»155 px

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07/10/2017, 12:39
Región de Eltsembar

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Puntos de Experiencia:

Harpías Jóvenes: (300 px * 4) 1200 px / 5 miembros del grupo = 240 px

Madre harpía: 900 px / 5 miembros del grupo = 180 px

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07/10/2017, 12:39
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Notas de juego

Puntos de Experiencia:

Harpías Jóvenes: (300 px * 4) 1200 px / 5 miembros del grupo = 240 px

Madre harpía: 900 px / 5 miembros del grupo = 180 px

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07/10/2017, 17:58
Zafira 'Ithildin

Es el árbol quien decidió ayudarnos, Avlin, yo no hice nada, sólo hablé con él.  -le explicó la druida al gnomo.   El bosque quiere tanto como nosotros que todo regrese a su equilibrio original.   Lo anti-natural que se mueve aquí está cambiando todo.   Volteó a su derredor, ojos entrecerrados, no con miedo sino con vigilancia, sabedora que les esperarían más distorsiones como esta, la de las arpías, más adelante.

Balakar, ¿me bajas porfavor a Tzotz?  Con cuidado.  El pobre ha de estar muy malherido si no ha bajado por si mismo.  Siento nuestra conexión viva y fuerte aún, pero me recorren los pulsos del dolor compartido, ha de estar muy mal. 

Los heridos, ¿pueden reunirse aquí?   Su mirada reprendía al humano montaraz que se había ido a buscar flechas como si no tuviera un muslo con sendos garrazos.  Más daño se hará si no hace como Freya.  La druida se fue hacia la bárbara y la acomodó  en un piedra con musgo para mejor tratar sus heridas, y que no se le metiera nada de la sangre de arpía entre ellas.  Hm, esto necesitará los pergaminos mágicos, está muy grave para curarlo sólo en pocos tiempo.

¿Quien los trae consigo, o alguna poción?  Se preparaba para hacer triage, a la vez que miraba a su alrededor.  Una druida siempre tiene una botica en todo espacio natural, y este, con tanto cadáver, tendría especialmente diversidad de hongos y moho que podrían ser usados para restaurar más rápido la salud o prevenir infectaciones. 

Miró de reojo al águila invocada caída al pasar buscando hierbas ahí, la tomó delicadamente entre sus manos..  Y a tí hermana águila, una ceremonia haré ahorita, para que ustedes recuperen este espacio.  Les corresponde. 

- Tiradas (7)
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07/10/2017, 20:14
Avlin Tuercegris

Avlin se acercó a donde Zafira trataba a Freya que ya había conseguido descender del árbol. Las heridas de la bárbara no tenían muy buena pinta pero dentro de lo poco que el gnomo sabía de medicina creía que no irían a peor. No parecía que hubiera restos ponzoñosos que pudieran complicar la salud de Freya.

- Yo tengo pergaminos de curación pero creo que, si pudiéramos, sería mejor guardarlos para un momento de auténtica necesidad. Espero que nunca los necesitemos en medio de un combate pero es una posibilidad que no debemos despreciar. Ahora hemos superado la situación, parece que podríamos tomarnos un respiro para descansar y curarnos.

- Estaría bien si tuviéramos tiempo- negó Zafira con la cabeza- pero el tiempo juega en nuestra contra. Heinrich sigue ahí fuera y no creo que esté sentado pacientemente.

- Está bien, está bien- admitió.

Avlin se quitó la mochila y empezó a rebuscar entre su contenido hasta que al final dio con el estuche en el que guardaba los pergaminos mágicos. El estado de Freya no era el mejor, así que el gnomo decidió con acierto que iba a necesitar sus dos pergaminos. Se colocó al lado de la bárbara y empezó a mascullar palabras ininteligibles mientras el pergamino se consumía. Una luz blanquecina surgió de la mano del hombrecillo y envolvió la figura de la muchacha que pronto empezó a sentir como se restablecía. Sin embargo, no fue hasta el uso del segundo pergamino cuando empezaron a ver como muchas de las feas heridas empezaban a cerrarse milagrosamente.

- Es todo lo que he podido hacer- terminó.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Vaya basura. Tuve que usar los dos.

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07/10/2017, 21:24
Balakar

La pieza de plomo redondeada silbó antes de detenerse contra la frente de la arpia con un crujido húmedo, que dejó de revolverse y tironear por un instante. En ese momento, su cuerpo, enmarañado por decenas de ramas y zarcillos empezó a convulsionar, sacudida repentinamente por los impactos de proyectiles provenientes de todas partes. La otra arpia tambien se sacudió al recibir la descarga de flechas y virotes.

El chasquido de un arco por encima de mí hizo que girase la cabeza, mientras la honda colgaba languidamente de mi brazo, meciendose al viento. Freya habia conseguido sostenerse firmemente sobre sus pies y todavía mantenia la postura del arquero. Con deliverada lentitud bajo si mano, untó la punta de sus dedos con su propia sangre y trazó sendas marcas en las mejillas, dotandola de una fiereza aún más absoluta.

Permanecí unos momentos ensimismado, seguramente con la boca abierta, impresionado por tan salvaje belleza guerrera. La voz de Aldar, desde el claro, me sacó de aquellos pensamientos. Prudentemente, nos instaba a bajar de allí, a ser cuidadosos en el descenso. Antes de ser capaz de felicitarla por su trabajo, Freya recuperó su hacha, con una laxitud que denotaba el dolor que le provocaban sus heridas y el cansancio de sus musculos por el combate. A pesar de todo, sacó fuerzas de flaqueza y me dedicó una socarrona sonrisa mientras bromeaba sobre su actuación en la pelea.

Asentí ligeramente, murmurando una respuesta afirmativa en el duro dialecto de los enanos. Acto seguido, un estallido de dolor trasfiguró su rostro por un instante y se volvió hacia el borde del nido, iniciando el descenso ayudandose por la misma cuerda que habia usado para trepar a toda prisa hacia lo alto del arbol espinado.

Me detuve unos momentos para revisar lo que quedaba de la criatura y los restos depositados sin orden no concierto, mezclados con lo que probablemente eran excrementos y otras sustancias inidentificable. El olor era asqueroso, trayendome a la mente el recuerdo del personal perfume del acertadamente llamado Apestoso Keflen. Mi mano ascendió involuntariamente hacia la herida de la sien, ya casi cicatrizada.

- Lo has hecho muy bien, pelirroja.- Murmuré en enano.

Interrumpí mi busqueda de algo remotamente aprovechable al escuchar la voz de Zafira, que me pedia que recuperase a su mascota, al parecer gravemente herido. Desde la altura obtuve una perspectiva nueva del campo de batalla, con Freya dejandose caer al fin, agotada pero aún desafiante. Aldar se había movido bastante, a juzgar por la distancia que le separaba del último lugar donde le ví y del que ocupaba ahora. Dos pequeñas crias de arpia yacían sin vida en la linde del bosque, cerca del lugar donde Aldar habia estado emboscado.

- Bien hecho, viejo.- Mascullé en mi lengua nativa, mientras asentia aprobadoramente.- Bien hecho, muchachos.- Murmuré, reconociendo el trabajo que todos habian desempeñado en la pelea, ya fuese con magia o con acero.

Zafira y Avlin cotorreaban mientras hurgaban en sus mochilas, buscando probablemente sus hierbas, pociones y unguentos curativos, tan necesarios a juzgar por el aspecto de Freya y de Aldar. Todo estaba tan tranquilo, que enarqué una ceja, subitamente preocupado. Lancé un par de miradas enderredor, alerta ante la presencia de alguna otra amenaza. Nada parecia estar rondandonos para emboscarnos, pero quiza seria prudente permanecer alerta.

- Entendido, Zafira.- Comenté, antes de preguntar.- ¿Cabe esperar compañia, gente? ¿Otro adulto, tal vez? Dadme un momento y estad atentos mientras bajo.- La luz era cada vez más pobre y empezaba a notarlo, asi que me dí prisa en localizar al murcielago de la druida.

- Barbas de Moradín, chico. He visto murcielagos hermosotes en las cuevas de mi pueblo, pero si creces más, Avlin podria usarte como cabalgadura aerea.- Me acerqué con cuidado, tratando de cogerlo firmemente, pero sin hacerle demasiado daño.- Te han dado una buena, bicho... Espero que tu ama sea buena con la aguja y el hilo, porque estas hecho un siete, amiguito.- Intenté arrebujarle un poco, pero tampoco es que fuese fácil. Con mucho cuidado, me las apañé para ponerle a salvo y terminar de registrar la zona, incluyendo lo que quedaba a la vista de las arpias, los trofeos colgados en las ramas más cercanas y en el hueco del tronco.

"Es poco probable que tengan nada de valor, pero con suerte, sacaremos unas pocas monedas que estos bichos no hayan sido capaces de digerir completamente."

Medianamente satisfecho con el resultado de mi registro, me dispuse a descender del nido con la ayuda de la cuerda de Freya... Barboté una palabrota en enanes al darme cuenta de que ya no estaba y me pasé la mano por la cara, termiando por mesarme la barba mientras imploraba paciancia al padre de todos los enanos.

Cargado como iba, con el murcielago moribundo, mi hacha y el resto de trastos, bajé lentamente, comprobando bien donde ponia los pies, en la certeza de que el llamado Tzotz no sobreviviria al hecho de que me cayese sobre él.

Por fin tome tierra, soltando un suspiro cansado, antes de  entregarle el animalillo a Zafira. Me limpé como pude y me volví frente al arbol, contemplando como los macabros adornos se mecian suavemente. Desenvainé el hacha y me apoye sobre ella para elevar una plegaria de agradecimiento a Moradín y a los demás dioses del panteón que recordaba.

- Salve, Padre de Todos los Enanos. Te damos gracias por salir con vida de este combate. Ruego por las almas de los aqui fallecidos. Que aguarden en tu presencia el llamado de sus propios dioses. Muestrales los secretos de la forja, para que conozcan la dicha de la creación. De la aleación y del trueno. Del fuego y el acero. Del agua y las cenizas. Salve, dioses de mis hermanos de armas. Gracias por vuestra guia y protección. Salve.*- Hice el signo del martillo al terminar y me acerqué al grupo para comprobar que tal estaban.

"Tenemos que buscar refugio."

Notas de juego

*Pleguaria en enano.

Pues eso, que me gustaria registrar en busca de cosas útiles y/o valiosas... ¿Que clase de aventureros seriamos si no? Mi idea es registrar la zona del nido y el hueco del árbol, como lugares más probables.

¿Dos o tres tiradas de Buscar, Master?

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08/10/2017, 19:55
Director
Sólo para el director

Notas de juego

¿Dos o tres tiradas de Buscar, Master?

No hace falta ninguna, pues tienes tiempo suficiente como para elegir 20 al estar Aldar buscando flechas, Zafira forrajeando y Avlin curando a Freya.

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08/10/2017, 21:00
Aldar

Traté de no demorar la expedición por los alrededores más de lo debido, cuidándome de no moverme por los terrenos desde los que perdiera de vista al grupo más de lo debido, que pudiera recuperar su imagen con uno o dos pasos, a lo sumo. Pero también quería mantener la distancia, unos instantes, al menos mientras reconocía el terreno y recuperaba algún proyectil si me era posible. No deseaba que me vieran mientras mi mente se veía acosada por oscuros pensamientos. 

Curioso, en otro tiempo habría disfrutado un encuentro como aquél. Cuando no tenía nada que perder.

Pero ya no era el caso. Sí que tenía mucho que perder. Mucho. Freya había bailado en la cuerda floja, y si las cosas hubieran sido de otra manera... Suspiré, mirándome las manos. Temblaban. Joder, era un maldito arquero, y mis manos temblaban. Si permitía que el miedo me dominase, me convertiría en un lastre para el equipo. 

Me apoyé en el tronco de un árbol, tratando de serenarme. Había encontrado varias de mis flechas, pero de pronto descubrí otra en la espesura, con su punta hundida en la tierra húmeda. Extrañado, me acerqué a arrancarla del suelo. El color y la forma de sus plumas no coincidía con las mías. La punta de metal estaba sucia de barro, pero también parecía diferente. Escupí sobre la pequeña pieza de metal, limpiándola como pude, mientras salía de la espesura, caminando con incomodidad hacia los demás.

Creo que esto es tuyo. -Le dije a Freya, dejando caer el proyectil sobre su regazo, recostada como estaba mientras Avlin inspeccionaba sus heridas, tras emplear al parecer magia curativa sobre ellas. Gruñí ligeramente al sentarme también yo, estirando la pierna herida y pasando una mano por el brazo también dañado mientras miraba en derredor-  A ver si dejas de darme estos sustos, pelirroja. -Podía parecer una broma, pero clavé en ella una mirada llena de seriedad y preocupación, antes de acercar mi mano a su cuello y tirar de ella hacia mí, recorriendo cada uno la mitad del camino a un beso apasionado, salvaje, pero breve- Lo digo en serio, como te mueras te mato. -Bromeé, entonces sí, sonriendo. Miré a Balakar, quien oraba a su dios en su lengua materna, un gesto innecesario hacia quienes no lo merecían, en mi opinión. Aquellas harpías jamás conocerían la forja, ni Moradin velaría por inmundas criaturas como ellas. No se relacionaría con los dioses a los que despreciables seres como esos venerarían, si es que hacían tal cosa- Balakar, antes del grito dijiste algo acerca de una posada... -Le recordé, tratando de que explicase eso- Podría ser un buen refugio para esta noche...

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08/10/2017, 22:36
Región de Eltsembar

Nunca dejaba de sorprender lo rápido que podía cerrarse una herida cuando la energía mágica la rodeaba y comenzaba la reconstrucción de los tejidos dañados. El rostro de la mujer tardó pocos segundos en recuperar de nuevo el color rosado perdido por la falta de sangre una vez Avlin hubo finalizado el salmo y desechado el segundo pergamino, ahora quebradizo y completamente en blanco tras haber perdido el conjuro que se hallaba en su seno. Aquellos sortilegios eran increíblemente útiles para los aventureros pues, aunque no eran capaces de cerrar del todo heridas de mal diagnóstico, sí que eran capaces de reducir su peligrosidad y el riesgo de infecciones que estas pudiesen tener, lo que acababa dando tiempo al herido para buscar un lugar en el que le atendiesen como era debido. En aquella situación, y viendo la pronta recuperación de Freya al desaparecer casi por completo los cortes en la espalda y el cuello, el gnomo y Zafira concluyeron que no haría falta mayor tratamiento sino descansar esa noche.

Si Balakar se hallaba en lo cierto, «la Hidra Sonriente», o lo que quedase de ella, no debía estar muy lejos de allí. Tenía que estar por fuerza en algún punto más adelante si se seguía la senda, pues Aldar y Zafira se habían movido por los alrededores del olmo y no habían visto estructura humana nueva o ruinosa ni nada que se le pareciese. Un refugio que permitiera encender una hoguera de tal forma que el humo quedase disimulado o disipado antes de ganar altura, o que simplemente los ocultase durante las horas de oscuridad, sería de gran ayuda ya que así dispondrían del tiempo y la calma necesarias para descansar y ganar fuerzas para la jornada del día siguiente. Ésta no prometía ser fácil. Según los cálculos del grupo, en algún punto de la mañana o del mediodía sus ojos captarían la visión del pueblo abandonado de Argentea, lugar donde los hombres de Saem-Dolan e Ilsenne habían establecido su base de operaciones para los asaltos a las caravanas comerciales de la zona. Si querían tener alguna oportunidad de salir exitosos de aquella misión y alcanzar las estribaciones montañosas del Colmillo Roto, objetivo final de su expedición, tenían que evitar ser heridos de gravedad y aprovechar al máximo los exiguos recursos que traían consigo.

Cuando el enano cedió a su compañera elfa el murciélago herido éste apenas se movía. Tal era su deprimente estado que el animal no tenía fuerzas siquiera para gemir. Tzozt se limitó a lamer el dorso de la mano de Zafira antes de cerrar los ojos y sumirse en el profundo sueño de la extenuación.

Con Zafira haciéndose cargo de Tzozt y Avlin examinando las heridas de la pareja de enamorados, Balakar tuvo tiempo para echar un vistazo a lo hallado en el nido de las harpías. Lo primero con lo que se había topado de manera fortuita había sido una pequeña cadena de lo que supuso sería plata incrustada en un pedazo de piel tan seco como una tabla. De ella pendía un colgante de jade con forma de hoja que no había perdido en lo más mínimo su belleza. Su pulido, sin mácula o imperfección, era tan brillante que era difícil creer que aquella pieza de joyería hubiese estado allí perdida durante tanto tiempo.

Además del colgante, el enano también se había hecho con varias monedas de oro y un anillo del mismo metal que a buen seguro habían estado contenidos dentro de alguna bolsa de cuero desaparecida o desintegrada largo tiempo atrás. Después de quitar la mugre adherida a las monedas, Balakar descubrió que éstas habían sido acuñadas en Inebar hacía más de veinte años, probablemente con la subida al trono del Rey Huilmera IV.

Notas de juego

Hallazgos en el hueco del tronco:

Cadena de plata con colgante de jade en forma de hoja.

14 monedas de oro, 9 de plata y 38 de bronce.

Anillo de oro.


No hacía falta tirada de buscar Balakar, pues como tenías el tiempo suficiente para rebuscar hasta el más mínimo resquicio en el tronco, podías elegir 20.


Freya, puedes sumar 14 pg a tu vida actual.


Zafira, con su tirada de supervivencia, será capaz de encontrar agua, bayas y raíces para que coman 4 personas sin necesidad de echéis manos de vuestras provisiones. Ello le llevará al menos un par de horas, con lo que si queréis beneficiarios de ello tendréis que estableceros en algún lugar.

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09/10/2017, 11:38
Balakar

Despues de rezar por el eterno descanso de las antiguas victimas de aquellas criaturas, me acerqué al grupo.

Freya habia sido atendida diligentemente por Avlin, que había recurrido a los pergáminos mágicos para aliviar el dolor que las feas heridas inflingidas por la arpia adulta en el cuerpo de la doncella guerrera. El aura curativa que se formó en torno a las pequeñas manos del gnomo pasó al cuerpo de la pelirroja, que tardó bastante en ver como los cortes se cerraban, dejando un extraño puzzle de cicatrices rosadas rodeadas por costras oscuras.

Zafira volcaba su atención sobre el murcielago, tratando de evitar que falleciese. Habia dedicado unos momentos a enterrar los restos del aguila que habia respondido a su llamada, del mismo modo en que yo habia dedicado una sentida oración a los despojos de las victimas de las arpias. Y, ahora, trataba de centrarse en los vivos.

Aldar me vió venir y me preguntó por el hito de piedra que habia encontrado cerca del camino, antes de responder a la voz de alarma que habia desembocado en aquella emboscada.

Me rasqué la cabeza al hablar con Aldar, que tambien habia sido herido en combate. Nuestro grupo carecia de los medios necesarios para curar rápidamente a los nuestros y habia que priorizar. A pesar de que el temperamento independiente del hombre de los bosques me resultaba algo molesto, era un miembro de la Compañia y me preocupaba como estaba.

- Si, si, estaba en la linde del camino. Creo que no esta lejos... Una media milla o así.- Mascullé entre dientes un momento.- ¿Estas bien? Tienes mal aspecto...

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09/10/2017, 22:07
Avlin Tuercegris

- Freya está bastante recuperadad- comentó Avlin acercándose- y creo que podemos despreocuparnos completamente de sus heridas aunque no esté al cien por cien.

Las ropas del gnomo acompañaron el movimiento produciendo el clásico ruido de la tela al entrechocar, ruido que hubiera pasado totalmente desapercibido en un bosque normal pero que les trajo el recuerdo del antinatural silencio que reinaba todavía en el lugar.

Pero me temo que me he quedado sin recursos para ti- se disculpó con Aldar- me preocupa, sinceramente, enfrentarnos a una banda de salteadores sin recursos sanadores. Espero que no dispongan de muchos hombres.

 

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10/10/2017, 15:36
Zafira 'Ithildin

Puedo ir buscando yerbas curativas en el camino, pero vayamos al refugio que eso nos permitirá tener las condiciones para descansar. 

Vamos Aldar, vamos a tu ritmo.  -dijo la druida, poniéndose alerta y dispuesta a ir recorriendo con cuidado el camino. 

Pero antes, déjenme pongo algo. Subió al nido y lo re-acomodó para que otra especie lo pudiera ocupar.  Hizo un graznido de águila, una señal para que las parientes del águila arpía que había dado su vida por recuperar el lugar, ahora lo pudieran hacer. 

Es la Naturaleza que regresa, les dijo, serena, y empezó a caminar. 

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10/10/2017, 16:47
Freya

Acurrucada sobre la hierba, sentada en aquella posición, mis ojos siguieron a Aldar entre la espesura hasta que le perdí de vista. Fue entonces cuando Zafira se acercó a mí y me permití cerrar los ojos mientras inspeccionaba mis heridas, concluyendo esta que requerirían de ayuda mágica. Avlin no quería emplear nuestros recursos, pero la insistencia de la elfa le hizo claudicar, pues no disponíamos de mucho tiempo.

Finalmente el gnomo usó aquellos dos pergaminos sobre mí, sintiendo cómo mis heridas empezaban a cerrarse, mientras aquel malestar que me acompañaba me abandonaba en gran medida. Entonces escuché el crepitar de la hierba y aquel olor a sabia y tabaco llegó hasta mi nariz, provocando que volviera a abrir mis ojos. Alcé mi rostro, dispuesta a sonreír, pero las ganas de ello se esfumaron al ver de cerca las heridas de mi amado.

Agradecí a Zafira y Avlin sus cuidados y cogí la flecha que dejó Aldar sobre mi regazo, observándola un segundo antes de dejarla junto a mis cosas, mientras este se sentaba a mi lado dejando escapar un leve gruñido. Le miraba mientras trataba de acomodarse, consternada, cuando me dirigió aquellas palabras referidas al susto que le había dado. Lo hizo con seriedad, pero más que sus palabras lo que me sobrecogió fue mirada, tan llena de firmeza como de preocupación.

Apenas comenzaba a abrir mi boca para responderle cuando su mano se posó en mi cuello, queriendo acercarme a él, en lo que colaboré gustosa, dejando que mi boca se llenara de salvajes caricias en lugar de palabras. Al finalizar aquel breve reencuentro en forma de beso, bromeó con lo que me haría si llegaba a morir. Morir… Tiempo atrás no le hubiera dado tanta importancia a lo sucedido, siempre había concebido la muerte como parte de la vida, no la temía, simplemente llegaría cuando tuviera que llegar. Sin embargo, ahora deseaba que se retrasara lo máximo posible, pues la vida junto a Aldar era algo que ansiaba seguir explorando.

- No tengo pensado morir tan pronto, alguien tiene que cuidar de ti. – bromeé en respuesta, sonriendo a mi hombrecillo.

Entonces Aldar preguntó a Balakar por aquella posada de la que había hablado, a lo cual este respondió, estimando que se encontraría no muy lejos. Mientras tanto yo observaba las heridas de mi amado, pensando en si se podría hacer algo más con ellas.

- Déjame un momento… - le pedí, arrodillándome en el suelo junto a él e inclinándome hacia su pierna para observarlas más de cerca. – Me temo que sin el material adecuado, poco podemos hacer de momento. – me lamenté mirándole, antes de comenzar a ponerme en pie, y tenderle entonces mi mano. – Vamos, cuidaré de ti en esa posada. – le dije con picardía, esbozando media sonrisa, esperando a que tomara mi mano para ayudarse a ponerse en pie.

Me dejaron anonadada las palabras de Avlin. Despreocuparse completamente de mis heridas… Eso era compañerismo, primero no quería usar los pergaminos conmigo y ahora eso; además de no dejar de recalcar que por mi causa ya no contábamos con recursos mágicos.

- Que no te preocupe tanto, Avlin, ya estoy yo aquí para ser carne de cañón… - dije molesta, antes ofrecer mi hombro a Aldar por si necesitaba ayuda para caminar.

- Tiradas (1)
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10/10/2017, 21:14
Avlin Tuercegris

- Oh, no, no me entiendas mal.

El hombrecillo rió despreocupado sin entender el enfado de la bárbara como un ataque. Cosas de los gnomos y su inocencia.

- Me refería a que tu estado actual es bastante sano- explicó tranquilo- esas heridas terminarán de recuperarse en seguida, no revisten gravedad. Creo que la decisión de Zafira ha sido realmente acertada pese a mis reticencias iniciales- añadió- tú siempre estás en primera línea mientras Aldar ataca desde los flancos o la retaguardia. Es más probable que atraigas más daño importante así que debemos protegerte más que a nosotros mismos.

El gnomo acompañó a Aldar y a Freya en su caminar mientras continuaba explicándose.

- Mi primera idea era reposar en algún lugar cercano mientras Zafira trataba de conseguir hierbas curativas o dejábamos que el tiempo nos ayudase a reponernos, a eso me refería con el ahorro de los pergaminos. No obstante, también es cierto que Heinrich no va a esperar tranquilamente a cumplir sus planes así como tampoco los salteadores. Este no es lugar para descansar tranquilamente unos días. De ahí que finalmente comprendiera la argumentación de Zafira y decidiera que era una buena idea usar los pergaminos. Aún así- el gnomo se detuvo mostrando su rostro más serio- no hay que olvidar la situación actual, no tendremos una segunda oportunidad, ante los salteadores deberemos extremar precauciones y actuar con sigilo e inteligencia. No te equivoques, Freya, no eres nuestra carne de cañón, eres nuestro escudo y nuestro martillo. Sin ti, todos nosotros seríamos más débiles y seguramente caeríamos detrás. Mi preocupación no es sólo por tus heridas o nuestra situación actual, puede que sea por mi cabeza de mago pero mi pensamiento está mucho más allá, está en nuestro siguiente combate y tal vez el siguiente y me gustaría que, después de todos esos enfrentamientos, todos siguiéramos de una pieza, todos y cada uno de nosotros.

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10/10/2017, 23:53
Aldar

No me percaté de que tuviera tan mal aspecto hasta que Balakar, tras responder a mi pregunta, quiso saber qué tal me encontraba. No, desde luego las heridas tenían feo aspecto, mi mentor no había exagerado en su descripción de aquellas criaturas.

No es tan grave como parece... -Le respondí, y era verdad... pero no lo era. No eran realmente tan graves, aquellas heridas, si lo que nos esperase fuera un periodo de descanso. Si estuviéramos llegando a alguna ciudad, poblado, o posada del camino donde poder reposar y reponernos. Eran graves, no por su gravedad en sí, sino por lo que nos esperaba. No estaba al cien por cien, y nos encontrábamos en medio de una tarea que iba a exigir de nosotros el doscientos por cien. 

Mal asunto.

Incluso Freya se interesó por mi estado, pese a que ella misma había recibido mucho más castigo que yo. La magia había cerrado sus heridas, en parte, pero seguía sin tener todo el buen aspecto que debiera. Sin duda alguna, éramos los grandes damnificados de aquel encuentro desgraciado. Intentó atender mis heridas, algo que sin instrumental adecuado era inviable, y pusimos rumbo a aquéllas ruinas de una antigua posada. 

No te preocupes, Avlin, has hecho bien. Freya precisaba esa magia sanadora más que yo, y necesitará toda su fuerza tanto como nosotros necesitaremos de ella en lo que nos aguarda. -Expuse abiertamente, logrando que la cojera fuera atenuándose a medida que el dolor remitía con cada paso, habituándome a él- Este enfrentamiento ha sido bastante inusual, accidentado y caótico. Freya ha sido hechizada, Balakar apenas ha podido entablar combate, y a mí me han rodeado por sorpresa. En circunstancias normales, y si hacemos bien nuestro trabajo, no debería volver a suceder así. -Me colgué el arco a la espalda para poder caminar con más soltura, y al hacerlo mi brazo se resintió por la postura, obligándome a gruñir ligeramente- Aún no hemos trabajado mucho juntos, nuestra descoordinación ha sido evidente. Hay que mejorar eso, si queremos sobrevivir a este viaje. Deberíamos tomarnos este encuentro como un toque de atención, y el campamento de esos bandidos como una prueba de fuego. 

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11/10/2017, 07:20
Zafira 'Ithildin

Zafira antes de tomar camino fue por los restos de las arpías.  Algunas partes servirán como componentes materiales de hechizos.  Explicó mientras trabajaba cortando una uña acá, recolectando algunas plumas allá, llenando un vial de bilis de esta otra, y así.  Si los vendemos a un gremio amigo de magos o similares seguro recuperaremos algunas monedas más adelante. 

Todo para tener mejores pergaminos de curación y hechizos de apoyo, para cuando los necesitemos. 

Era una elfa muy práctica.

- Tiradas (1)