Partida Rol por web

El laberinto del bufón

IV - Mucho más que un secreto

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06/07/2017, 21:02
Balakar

Aldar desapareció entre la espesura, quizas desoyendo mi aviso, quizas empeñado en buscar la posada que parecía encontrarse por la zona. Mientras, los demás mantuvimos la posición temiendo alguna emboscada.

Sin embargo, aquella calma atenta, no tardó en desvanecerse cuando un grito de auxilio desgarró el silencio quieto de la tarde. Sin encomendarse a nadie, Zafira abandonó la formación defensiva y echó a andar a toda prisa en pos de aquel alarido, seguida a toda prisa por Freya.

- La madre que...- Me mordí la lengua a tiempo, antes de blasfemar. Miré enderredor y me dí cuenta de que el pequeño ilusionista tambien se habia internado en el interior del bosque. Las monturas, con la rienda suelta, pafiaron mientras ramoneaban. Mascullé entre dientes mientras recogia la recua de la compañia y me acercaba al bosque, con la idea de atarlas a un arbol de manera que no se viesen desde el camino... Y acudir al rescate de mis camaradas y de aquella voz que clamaba auxilio.

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13/09/2017, 19:44
Región de Eltsembar

Lo apremiante de la situación y el hecho de salir a la carrera nada más escuchar los desesperados gritos de  auxilio fueron los factores que permitieron a Zafira alcanzar a las inmediaciones del árbol en el cual, o mejor dicho, sobre el cual, se hallaba el origen de estos.  El que llegase a esta conclusión no fue algo fortuito, ni tan siquiera el resultado de una acertada orientación en combinación con su abultada experiencia en los bosques. No, la conclusión llegó de una forma mucho más prosaica y evidente.  

Freya y Avlin, que llegaron inmediatamente después siguiendo prácticamente la misma ruta a lo largo de la calzada medio engullida por la vegetación, compartieron al instante la misma creencia al ser testigos de aquello que, como rocas blancas en un encrespado mar de verdes aguas, no era otra cosa sino una una multitud incontable de huesos de todo tamaño y procedencia desperdigados por doquier en torno al cuerpo leñoso del extraño y particular árbol. 

No muy alejado del lugar, invisible no sólo para sus amigos sino también para toda aquella criatura despistada o no dedicada en cuerpo y alma a la difícil tarea de escrutar las sombras que se extendían bajo las espesas ramas de los olmos y leñocasos, Aldar contemplaba la misma escena desoladora: un terrorífico osario consecuencia de largos años de alimentación en torno al gigantesco olmo. Los matorrales que ocultaban al avezado explorador, una maraña de ramas finas pero con gran cantidad de hojas en su haber, servían de forma excelente a su propósito de ver sin ser visto; o al menos así lo parecía desde detrás de aquel muro vegetal.

La claridad en declive de la que habían dispuesto los compañeros en el lugar donde Balakar encontró el miliario que anunciaba la presencia de la Hidra Sonriente se había visto reducida enormemente al poco de adentrarse en el bosque. Los débiles rayos del sol eran desviados o completamente bloqueados por la cúpula árborea sobre sus cabezas, lo que daba a la ya de por sí a la dramática escena un aspecto si cabe más inquietante para aquellos no dotados de la excelente visión de los enanos. Era lógico pensar sin el menor riesgo a equívoco que se hallaban en las inmediaciones del hogar de un hábil depredador. 
El olmo tampoco ayudó en lo más mínimo a tranquilizar a los presentes, pues su cuerpo deforme, plagado de unas protuberancias a modo de espinas tan puntiagudas como antinaturales, era lo que podría calificarse como un altar dedicado a la muerte. Las cajas torácicas de cuerpos putrefactos, cuyas costillas unidas a la espina dorsal de sus antiguos dueños conservaban esa posición únicamente gracias a  correosas tiras de músculos a medio devorar, colgaban a modo de advertencia de las ramas y espinas. No era difícil conjeturar por el tamaño, o gracias a los pocos colgajos de pelaje y plumas que aún conservaban los restos, el desafortunado animal al que pertenecían: conejos, zorros, lobos, corzos, palomas, humanoides de escasa estatura que bien podrían tratarse de trasgos, y así hasta casi dos docenas de criaturas diferentes, todo ello sin contar aquellos sobre los que era imposible conocer más sin un estudio detallado por ser estos poco más que huesos inconexos entre sí.

El llegar a las cercanías y elevar la vista hacia las alturas era algo inevitable. Allí, a más de treinta pies del suelo y adosado a la parte superior del tronco, se adivinaba una estructura amplia, de unos seis pies de diámetro, compuesta principalmente por ramas secas entrelazadas y apiladas las unas sobre las otras, que tenía que ser por fuerza alguna clase de nido. No se veía ningún ser vivo sobre él ni sobre las ramas adyacentes, lo que en esos momentos era de agradecer.

Para entonces, cuando la fornida figura de Balakar tirando de la recua de animales se hizo visible al doblar el recodo que formaba la calzada, los gritos de pánico habían cesado por completo, quedando de ellos poco más que un gimoteo carente de fuerza, tan esporádico que en algunos momentos hizo dudar a Freya, Aldar, Avlin y Zafira de si la mujer seguía aún con vida.

Las moscas y algunos ratones que huyeron despavoridos ante la aparición de los intrusos eran la triste y escasa presencia viviente de los alrededores, pues incluso los pájaros parecían querer cuidarse mucho de merodear por el siniestro lugar. Un silencio pesado y sofocante sólo roto por los intranquilos piafares de los caballos y el zumbido de los insectos carroñeros envolvía por completo a los aventureros. La sombra de un mal sin nombre caía como una losa sobre sus hombros.

Notas de juego

El nido está bastante alto, casi a 30' del suelo, y parte de su estructura parece sustentarse en el tronco.

El diámetro del tronco del árbol es de 15', pero a su alrededor han crecido bastantes ramas espinosas, del tamaño de un brazo, como para darle una anchura total de 25' en torno a su tronco.

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14/09/2017, 13:40
Avlin Tuercegris

- Santos dioses- susurró Avlin.

El gnomo, normalmente alegre y dicharachero, sintió como una presión en el pecho que le impedía hablar con claridad. La escena, dantesca y macabra, parecía una loa a la muerte en su más grotesca expresión.

Los ojos del pequeño hechicero ascendieron hacia lo alto del árbol, donde un tipo de gigantesco nido parecía cernirse sobre sus cabezas como una espada de Damocles. No fue consciente de que contenía la respiración hasta que la constatación de que el nido estaba vacío dejó exhalarle un suspiro más que involuntario.

- Sea lo que sea lo que vive ahí arriba no debe ser especialmente amistoso- compartió con sus compañeros- ni tampoco pequeño.

Avlin observó a su alrededor, en busca de algún animal que hubiera cometido la salvaje imprudencia o insensatez de mantenerse por los alrededores. Si había suerte, podría hablar con él para saber un poco más de a qué podían estar en riesgo de enfrentarse. No obstante, el antinatural silencio de la zona no le daba muchas esperanzas.

Notas de juego

Busco algún animalillo con el que pudiera usar mi aptitud sortílega de Hablar con los Animales.

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14/09/2017, 14:48
Zafira 'Ithildin

Zafira se quedó viendo a los huesos, las marcas que tuvieran estos, la forma del nido, la altura y elección del árbol.  Con ello debería saber de qué se trataba lo que fuera que tuviera atrapada a la mujer o niña allá arriba. 

¡Aldar, sube por ella!, Yo te cubro desde acá.  -Movió rítmicamente las manos la druida, preparando un hechizo que les daría oportunidad de escapar si regresaba al nido en mal momento aquel depredador. 

- Tiradas (2)

Notas de juego

* Ready Action, para soltar hechizo.

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14/09/2017, 15:57
Balakar

"De guerrero a mozo de cuadras... Para lo que has quedado, Balakar."

Había gravitado hacia lo que quedaba del sendero que debía conducir desde el camino principal hasta la Hidra Sonriente. No hacía falta ser un genio para deducir que aquella ruta, poco más que una trocha, hacía mucho tiempo que no se usaba.
Sin embargo, con todas las monturas de la compañía a mi cargo, no podía moverme campo a través, sino buscar la ruta más cómoda y rápida hacia el origen de aquella angustiosa llamada de auxilio.

Tan pronto doblé el recodo comprendí que nos habíamos metido en un lío. Las criaturas del bosque habían callado o huido. Una sabia medida que nosotros no íbamos a seguir.

Levanté la vista, observando aquel deformado árbol, seco y retorcido. Sentí la boca seca al caer en la cuenta de la macabra decoración de sus ramas, erizadas de espinos, de los que colgaban los restos. Fuese lo que fuese lo que habitaba en aquel nido, tenia algún tipo de oscura inteligencia. Aquella puesta en escena no parecía obedecer al capricho o a la casualidad.

Era deliberado.

Un escalofrío recorrió mi espalda al ser consciente de ello. Los caballos piafaron, siguiendo los impulsos de sus instintos que habían llegado a la misma conclusión que yo sin necesidad de desarrollar algo parecido a la inteligencia.

Traté de tranquilizarlos en voz baja, mientras los movía lentamente hacia el árbol más cercano para poder amarrarlos y prepararme para la pelea. Perder nuestras monturas ahora sería terrible, de modo que elegí un arbol alejado de la guarida de lo que fuera que habitaba en aquel olmo.

- Tranquilos, tranquilos... Malditas sean mis barbas... Tengo que hacerme con una ballesta como sea...

Desde la distancia pude distinguir más o menos las palabras de Avlin, que tambien tenía claro que nos enfrentábamos a algún tipo de monstruo, no a un vulgar depredador del bosque.

Atisbé al pequeño gnomo a la sombra de Freya. La muchacha guardaba silencio, sumida en sus propios pensamientos. Pensamientos rotos por la llamada de atención de Zafira que, sorprendentemente, invocaba a gritos al hombre de los bosques.

Mis ojos se abrieron desmesuradamente ante aquella acción. Acaba de delatar nuestra posición y, probablemente, la de Aldar.

Apreté el paso y colgué el hacha en una rama baja para poder atar a los caballos lo más rápidamente posible, aunque el escudo que llevaba embrazado no facilitaba precisamente la tarea. Mientras me ocupaba de las monturas, recé a Moradin entre dientes por la salud de la víctima de aquella criatura y por nuestra buena estrella.

Nos iba a hacer mucha falta.

Notas de juego

Balakar atará a la recua de caballos a lo que parece un tronco de árbol en la esquina superior izquierda de la imagen, alejándose de la acción. Iba armado y preparado, pero deja el hacha a mano para poder realizar sus tareas.

¿Una tirada de Uso de la cuerda sería pertinente, Máster?

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14/09/2017, 17:30
Freya

En aquel lugar se respiraba a muerte. El paraje no sólo era desolador, aquel adjetivo se le quedaba muy corto. Estremecedor, terrorífico, serían palabras que se ajustarían mejor a lo que en esos momentos me encontraba presenciando, pero aun así se quedaban cortas. Había huesos por doquier, cuerpos a medio devorar colgados de aquel siniestro árbol coronado por lo que parecía un enorme nido. Nido desde el cual parecían provenir aquellos casi ya inaudibles quejidos.

Al contrario que Avlin, que en seguida clamó a los dioses, yo me quedé estupefacta observando cada detalle de la escalofriante escena. Allí no había rastro de vida, salvo algunas alimañas que vimos salir corriendo, y daba la sensación de que el hedor a muerte acabaría poseyendo a cualquier criatura que se quedara en aquel lugar demasiado tiempo.

Miré a mi compañero gnomo cuando hizo aquella apreciación sobre el nido.

- Quizás no viva ahí, quizás sólo tenga ahí a sus crías… - comenté en voz baja. – Tratemos de ser cuidadosos. – le pedí.

Fue entonces cuando escuché gritar a Zafira, no sólo delatando nuestra posición, sino también la de Aldar. ¿En qué demonios estaba pensando? De aquel modo lo único que hacía era ponernos en peligro a todos y a quien quiera que fuera quien se encontraba en el nido, si es que aún contaba con esperanzas de sobrevivir.

Apreté mis dientes con fuerza, caminando rauda hasta la elfa.

- ¿Es que te has vuelto loca? Nos estás vendiendo. - espeté enfurecida, aunque tratando de no alzar mucho la voz.

Apretando mis puños, tratando de contener la rabia en mi interior, me dirigí hacia el árbol; intentando trepar por él.

- Tiradas (1)
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14/09/2017, 17:58
Región de Eltsembar

Notas de juego

@Avlin: Podrías lanzarte el conjuro e intentar acercarte hasta un ratón (Avistar CD18 para encontrar uno). En caso de superar la tirada localizarías uno pero tendrías que hacer una tirada de Trato con animales para poder acercarte sin espantarlo. Al ser trato con animales una habilidad que sólo puede usarse si se tiene entrenada (con algún rango en ella), sería fallo automático, pero el hecho de que puedas comunicarte verbalmente con él haría que en vez de utilizar trato con animales pudieses hacer una tirada de Diplomacia. Así que si quieres intentarlo...todo tuyo.

@Balakar: la ausencia de peligro inmediato y el hecho de que tengas tiempo de sobra para hacerlo te permite elegir 10 en la tirada, lo que sería éxito automático a la hora de atar los caballos. No hace falta tirada.

@Freya: Como en las pruebas de habilidad no existen pifias, la tirada resultante es un 6. Trepar por las espinas a 1/4 de tu velocidad es CD10 y al fallar por 4 o menos lo único que pasa es que no consigues subir por ahora. Si se falla la prueba por 5 o más caes desde  la altura a la que te encuentres, recibiendo el debido daño por caída y, en este caso concreto, daños adicionales por las espinas. Contar con una cuerda te daría un bonificador adicional de +2 para la próxima.

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14/09/2017, 20:50
Avlin Tuercegris

- Vamos amigo- pidió a Ivvy- ayúdame a buscar a quien pueda ayudarme.

La bífida lengua de su familiar le pareció que retumbase en la quietud antinatural del bosque pero sabía que se trataba solamente de un efecto auditivo. Avlin aguzó el oido y trató de concentrarse, buscando con sus grandes ojos cualquier movimiento imperceptible. 

Las orejas del gnomo se movían ligeramente aunque no era consciente de ello, una suave ráfaga de aire le levantó algunos mechones de pelo, movió algunas hojas y, sí, ahí estaba, quieto como una piedra bajo lo que parecía un omóplato. Un pequeño ratoncillo campestre.

Avlin pidió a Ivvy que volviera a ocultarse bajo sus ropas, probablemente no sería la imagen más tranquilizadora para un animal como aquel.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Salvaje! ¿Alguna ventaja por el crítico? :-p Por pedir que no sea.

La de Diplomacia no la tengo entrenada aunque sacando un 4 de poco vale :-/. De todos modos, estoy pensando que al ser una Aptitud Sortílega, ¿no se lanzaba como si fuera un conjuro? ¿Sería necesaria tirada al no estar en una situación de combate o de complicación especial?

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14/09/2017, 20:56
Aldar

Podía ser por haber tomado una ruta más larga, a través de la espesura. Podía ser por haber caminado con mayor cautela, lenta y sigilosamente para evitar ser percibido por cualquier posible peligro que nos aguardase. Podía ser porque el terreno elegido, campo a través por la espesura, retrasase mi paso. Aunque más bien, el motivo debía ser una mezcla de las tres cosas.

El caso es que, cuando asomé mi vista a través de las ramas bajas para atisbar tan inquietante lugar que acechaba en el camino, mis compañeros ya se encontraban en la zona. Dudé si asomarme junto a ellos, pero sin aún conocer la naturaleza exacta del peligro, me pareció prudente cubrirles desde el anonimato que me concedía la floresta. Y es que aquel lugar me daba escalofríos, no se parecía a nada que hubiera visto antes, y el aura de maldad que parecía dominar allí, la ausencia de aves sobre el cielo y por las ramas, aquellos restos de tantas presas consumidas, me hacían dudar de que aquello fuera parte del ciclo. No, no parecía natural. Observé aquel olmo, todo lo que crecía a su alrededor, las espinas de tamañas proporciones, y el tamaño de aquel nido.

Unos seis pies de extremo a extremo... ¿Qué clase de animal podía anidar en un lugar así?

Si es que se trataba de un animal, algo de lo que dudaba. Un animal hijo de la naturaleza... No, quizás algún tipo de bestia mágica, alguna aberración maligna, destrozando el equilibrio del bosque. O eso quería creer, ante tan funesto espectáculo.

Recoloqué lentamente el carcaj a mi espalda, para facilitar la extracción de las flechas, y me hice con una que situar en la cuerda de mi arco. Di un par de pasos para buscar un mejor ángulo, debatiéndome entre el deseo de largarme de allí y el de cazar a la criatura responsable de lo que allí sucedía. Dos cosas decantaron aquella balanza. La primera, el ya casi inaudible gimoteo de la fémina que se encontraba en aquel nido, presumiblemente. La segunda, saber que mis compañeros jamás se echarían atrás sabiendo que la chica estaba allí, en tal peligro. De modo que me dispuse a hacer lo más lógico: cubrirles. Si la criatura aparecía, la sorprendería.

Entonces oí la voz de Freya, conjeturando acerca de aquel nido. Sonreí ante su inocencia. Los animales que anidaban, vivían en sus nidos. Y si allí había huevos o crías, desde luego no sería ningún consuelo, más bien al contrario. Nuestra esperanza era precisamente la contraria, que su anidamiento fuera estacional y ahora tuviera su morada en otro lugar. Oí a Zafira vociferando. Cerré los ojos, ahogando una maldición. ¿De verdad había sangre élfica en las venas de aquella druida? Solté el aire que me ardía en el pecho, agradeciendo que, al menos, una criatura sin raciocinio no comprendería sus palabras. De hecho, nosotros teníamos raciocinio y apenas lográbamos entender a la druida.

- Tiradas (3)
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15/09/2017, 12:35
Zafira 'Ithildin
Sólo para el director
- Tiradas (4)
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15/09/2017, 20:15
Región de Eltsembar

Desconcentrada por la intervención de su compañera y con la idea presente de que un enemigo podía estar al acecho, Freya pronto vio frustrado el primer intento de trepar por el árbol. Lo cierto era que la tarea, si bien no parecía demasiado complicada por contar con suficientes agarraderos entre las espinas y las caprichosas ramas anudadas del viejo olmo, no dejaba de estar exenta de riesgos. Al tener la oportunidad de evaluar de nuevo el modo de ascender tuvo claro que una caída desde lo alto podría traer consecuencias fatales, pues no era únicamente la altura la que podría matarla sino también las espinas que, orientadas hacia arriba y afiladas como lanzas, podrían atravesarla de lado a lado como a muchos de los infelices cuerpos que adornaban el enramado circundante. Incluso así, con el evidente riesgo que implicaba, tenía claro que de querer salvar a la mujer que se encontraba en nido alguien tendría que acabar subiendo para rescatarla.

Por detrás de ella, y concentrado más en el suelo que en las alturas, Avlin también vio cómo su idea de acercarse hasta algún roedor se echaba a perder por completo. Descubrir al pequeño ratón  entre la multitud de huesos no era sencillo, pero aun así el gnomo hizo gala de su vista y buena fortuna para localizar a uno de ellos. Lamentablemente, el verse el animal descubierto y huir éste despavorido del mago fue todo uno. Y es que Ivvy, que permanecía oculto entre las mangas de la túnica, no podía evitar que su olor almizclado, tenue para su portador, llegase con toda claridad como toda una señal de peligro para el ratón, que ya de por sí debía estar completamente aterrorizado por la intrusión de aquellos seres tan grandes. Así pues, antes incluso de que el gnomo llegase a abrir la boca o tratase de hacer un gesto conciliador, el animalillo había desaparecido de su vista, perdiéndose entre la hojarasca y las piedras de los alrededores.

De nuevo el silencio recuperó el terreno perdido tras las intervenciones de los aventureros. Balakar continuaba desde la prudente lejanía observando con una amplitud suficiente el terreno frente a él y sus compañeros sin perder de vista a las monturas. Estas permanecían atadas al tronco de uno de los numerosos árboles, pero resultaba obvio que el detenerse allí no era algo de su agrado, pues no pocas veces las riendas y el nudo fueron puestos a prueba de forma no demasiado sutil. Sin embargo, los animales, puede que capaces también de intuir lo mismo que sus dueños, no llegaron a relinchar en ningún momento, tal vez temerosos por atraer hacia ellos la atención de lo que fuese que habitaba aquellos parajes.

Aldar, del que no se sabía nada desde que se separaron a la entrada del bosque, debía de seguir oculto entre la espesura, vigilando desde algún punto, alejado de miradas indiscretas y listo para entrar en acción cuando fuese necesario; o al menos eso esperaban todos, pues no había forma alguna de saber si el explorador estaba allí o no, sólo la confianza de los que le conocían les aseguraba que éste tenía que hallarse en algún lugar no muy alejado de ellos, pues sabían a ciencia cierta nunca les dejaría en la estacada.

Zafira, que estudiaba los que ante sus ojos se mostraba, trataba de hacer memoria o hallar alguna pista acerca de lo que podía estar aguardándoles en caso de un combate. En caso de venir por el aire, como lógicamente esperaba, prestaba atención a las alturas, lista para una intervención que aportase garantías de supervivencia en caso de la aparición del morador del nido. Sin embargo, por ahora todo parecía estar tranquilo, en una angustiosa y agorera calma que no hacía más que aumentar su incomodidad por momentos.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Trepar Olmo espinoso:

La acción de trepar a 1/4 de la velocidad normal es de CD10.

Freya, en este caso, al moverse 40', podría ascender 10' por cada tirada con éxito. En un turno, como son dos acciones de movimiento, podría llegar a subir hasta una altura de 20'. Al siguiente, con otra tirada con éxito invirtiendo una acción de movimiento, llegaría hasta el nido. Recuerda que para trepar hace falta tener las manos libres.

El daño por caída es de 1d6 por cada 10' de altura, a lo que hay que sumar otros 2d6 por el daño de las espinas.

Los primeros 10' de caída se considera daño atenuado, es decir que no son daño letal, sólo te baja el límite de puntos de golpe a los que caerías inconsciente.

 

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15/09/2017, 20:19
Talaren Guardagris

Aunque los días en los que Talaren y él pateaban caminos y bosques quedaban muy atrás en el tiempo, sus enseñanzas y consejos pervivían tan nítidamente en la memoria de su pupilo que estos no se habían desvanecido lo más mínimo.  Todo era como si su mentor y él mismo se hubiesen separado de aquella trágica manera la semana anterior. Lo que podía resultar doloroso en algunos momentos, siempre que aquella escena salía a flote entre sus recuerdos, también podía resultar muy ventajoso cuando Aldaron se topaba con una situación que podía poner en peligro a los que consideraba sus amigos y, por encima de ellos, a su amor. Fue así como con el tiempo necesario y la relativa tranquilidad de los arbustos, una conversación sin apenas importancia que había mantenido con Talaren después de abandonar los bosques de Shael, lugar conocido por su peligrosidad y alimañas que en su seno viven, se abrió un hueco en su mente consciente, apartando por un momento su conexión con el mundo que le rodeaba.

...pero las más traicioneras son las harpías Aldaron. – Había dicho su mentor mientras observaba las alturas. – Siempre están ahí, observando y esperando al menor descuido para hacerte caer entre sus garras. Muy afiladas, por cierto. – Añadió tocándose su hombro derecho. Sin embargo, - continuó, - no son sus garras lo que más debes temer de semejantes criaturas. Es su voz. Tan atrayente e hipnótica que muchas veces no les hace falta ni mostrarse si no es para devorarte…

De pronto Aldar abrió los ojos de par en par. En algún lugar sobre sus cabezas tenía que estar aquella criatura; puede que una, puede que dos, listas para cernirse sobre sus cuellos a la menor oportunidad. Sí, tenían que estar allí. ¿Pero dónde? 

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15/09/2017, 21:01
Región de Eltsembar

Le hizo falta calma para concentrarse y focalizar los recuerdos en busca de una criatura capaz de generar tanto desperdicio y generar tanta muerte. Hubiese llegado a la conclusión de que se trataba de un oso lechuza de no haber sido porque estos anidan en el suelo y porque su ansia de sangre les hace muy malos a la hora de realizar emboscadas, pues su instinto asesino los impulsa a la carrera tan pronto detectan una presa potencial. Fue entonces cuando cayó en la cuenta de que sino se trataba de un grifo o hipogrifo tenía que ser por fuerza una harpía lo que vivía en aquel lugar.

Éstas, seres crueles y muy inteligentes, son conocidas por sus emboscadas y por el hecho de atraer a sus presas hasta que se encuentran vulnerables, momento en el cual utilizan sus voz para hipnotizar a sus víctimas y conducirlas hasta sus afiladas garras.

En aquel momento, casi al tiempo que aquel incómodo pensamiento pasaba por su mente, Zafira creyó ver entre las copas de los árboles cercanos una sombra inquietante, rápida y fugaz que no tardó en desaparecer detrás de uno de los troncos de uno de los árboles cercanos. Sí, estaban siendo vigilados. Zafira y sus compañeros se habían convertido sin saberlo en las presas elegidas por una o más de aquellas criaturas odiosas criaturas.

Notas de juego

Aunque no puedes ver dónde se encuentra, estás casi segura que está detrás del árbol señalado en el mapa.

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15/09/2017, 21:12
Región de Eltsembar

Fue una pena que el ratón se escabullese entre las hojas secas y perder así la oportunidad de preguntarle qué era lo que habitaba en aquel enorme nido sobre sus cabezas. De haber sido así habrían contando con una excelente ayuda a la hora de tomar precauciones y evitar un mal mayor si se daba el caso de un combate. No obstante, el inquieto y vivo cerebro de Avlin era inmune a la desesperación y no se rendía tan fácilmente. Estaba seguro de que aquel ratón no sería el único en las inmediaciones con el que entablar una charla amistosa.

Ya se disponía de nuevo el gnomo a buscar otra criatura con la que iniciar un diálogo cuando una sombra fugaz a su derecha le hizo desviar la mirada hacia las alturas, concretamente en dirección a uno de los árboles que crecía próximo al extraño olmo. Lo examinó cuidadosamente pero no alcanzó a ver nada más que tupidas ramas que bajo aquel estado de tensión bien podrían haber parecido un animal. Sin embargo estaba tan seguro de que aquello que había visto era real que una opresión en el pecho le hizo poner todos sus sentidos alerta.

Notas de juego

El movimiento que ha captado Avlin ha sido en el árbol señalado en el mapa.

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15/09/2017, 23:51
Aldar

No me quedó claro qué ocupaba la atención de Avlin, buscando por los alrededores algo a ras de suelo. No lo entendí, como no supe en qué se afanaba Zafira, quien al menos mantenía la vista en el más probable origen del peligro que nos acechaba: las alturas. No supe en qué estaba Balakar porque se encontraba lejos de mi posición y no lograba verle bien, pero recé por su pronto avance hasta posiciones más cercanas al resto del grupo. Estaban demasiado divididos, aquello no me gustaba.

Sí que supe lo que intentaba Freya, abalanzándose hacia aquellas espinas de un modo tan temerario como ella era. Lamenté su imprudencia, previendo la posibilidad que finalmente acabó por materializarse, por fortuna sin consecuencias. ¿Tanto costaba adoptar las medidas oportunas para una escalada proporcional al peligro que suponían aquellas espinas similares a estacas? Contábamos con cuerdas, podía pedir ayuda como habíamos hecho la druida y yo aquella misma mañana en la tienda de suministros...

Sin embargo, todo aquello quedó en un segundo plano. Alcé la vista al cielo, a las ramas de los árboles más cercanos, pero mi mente vagó a otro bosque, a otro momento, con otra compañía. A un período de aprendizaje, a sabias palabras. Palabras acerca de una criatura en concreto.

No... No, no, no, no, no...

La revelación me hizo negar con la cabeza, sin perder de vista las alturas, cada vez más nervioso y apurado. No, no se trataba de los malditos osobúhos. También tenían garras con las que destriparnos, pero su maldad iba mucho más lejos, como evidenciaba aquel grotesco paraje.

Destensé el arco, y clavé mi rodilla en el suelo al tiempo que aquella flecha en la tierra frente a mí. Posé el propio arco y escarbé en la tierra sin apartar mucho tiempo la atención de las alturas. No había tiempo para remilgo: hierba y tierra se mezclaron en mis manos, que tomaron la mezcla y la llevaron a mi boca. Sí, removí aquella mezcolanza salivando sobre ella y dándole vueltas con la lengua, hasta crear una bola lo suficientemente apelmazada. La dejé caer entre mis dedos y me la llevé al oído derecho, empujando hacia el interior con la cabeza torcida en un intento de crear un tapón consistente que se adaptase al oído y lo sellase. Apresuradamente, comencé a repetir la operación con el otro oído, prestando toda la atención posible al cielo, para tomar mi arma y su proyectil al terminar, reanudando mi guardia.

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16/09/2017, 02:58
Zafira 'Ithildin

A esto se refería Zafira cuando decía que cubriría a quien ascendiera el árbol.  Ahora la o las había visto y estaba preparada.

¡Arpías!  -gritó a la vez que echaba su hechizo ahí donde había visto el movimiento.  ¡Atrás del árbol al oeste!

Confiaba que con el área de su invocación a las ramas les impediría el movimiento a las arpías, les atoraría las alas, las dejaría en su sitio, mientras ellos rescataban a la atrapada allá arriba, y se defendían.

¡A cubrirse los oídos! ¡Mago!  

- suponía que entendería algo con ese grito corto, apresurado.  El gnomo algo tendría entre lo suyo para neutralizar canto, imponer silencio o algo así.  Los magos arcanos siempre tenían trucos como esos.   A ella le tocaba ahora rama y espina.

 Naturaleza, ¡enrédalas!  ¡Que no maten más!

Notas de juego

*Entangle, centrado en el sitio donde vió movimiento.

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16/09/2017, 11:47
Avlin Tuercegris

Avlin sintió algo extraño a su derecha, como un movimiento en lo alto, por el rabillo del ojo. Trató de enfocar la vista, de localizar qué era aquello que había llamado su atención.

El silencio del bosque seguía poniéndole los pelos de punta, apenas una ligera brisa movía de cuando en vez las hojas de los árboles pero ni siquiera entonces parecía que entre los árboles alumbrase algo de vida realmente natural y amistosa. Algo se movió entre las ramas. ¿Qué era aquello? ¿Un pájaro? Le pareció ver una pluma pero entre tanta hoja podía haber sido realmente cualquier cosa.

¡Arpías! ¡Atrás del árbol al oeste! ¡A cubrirse los oídos! ¡Mago! 

Los ojos de Avlin se abrieron de par en par y su instinto de supervivencia actuó lo más rápido que pudo. No tenía nada con lo que taparse los oídos, estaba expuesto en medio del claro y ningún hechizo que pudiera ser efectivo contra las arpías.

Así, lo único que se le ocurrió fue tratar de ganar algo de cobertura, si es que eso era posible, mientras tapaba sus oídos con las manos. El gnomo se lanzó de frente, tratando de evitar los huesos amontonados, en buscar de la protectora cobertura de la maleza. Confiaba en que su tamaño le ayudaría a pasar desapercibido mientras buscaba alguna manera de poder liberar sus manos o contrarrestar el terrorífico poder de las arpías.

Notas de juego

Después de mucho pensar y revisar mis hechizos, la mejor opción es... salir corriendo valientemente XDD.

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16/09/2017, 14:39
Balakar

Nuestras monturas, bastante más sabias que nosotros, trataban de marcharse. Sin llegar a relinchar, pero con la determinación que daba el miedo. Un último vistazo bastó para comprobar que las riendas resistirian y me acerqué al tronco del olmo. En algún lugar de la impedimenta de la compañia deberiamos tener cuerda de cañamo, pero buscarla consumiria un tiempo que no teniamos.

En cualquier momento, algo descendería sobre nosotros como un castigo divino y nos veriamos obligados a luchar por nuestras vidas. Los macabros adornos que pendian de las muertas ramas del olmo espinoso no dejaban lugar a duda.

Freya seguía trepando, aunque con más dificultades de las previstas. Avlin permanecia acuclillado mascullando para sí mientras parecia buscar algo entre las hierbas. Seguí avanzando lentamente con el escudo preparado para cubrirme de una ataque desde arriba y el hacha presta al combate. Giré la cabeza, buscando algún indicio de Aldar.

Por mucho que nuestras formas de ser chocasén, tenía claro que no habia huido. Estaba allí, en algún lugar, con su arco listo para descargar una lluvia de muerte sobre cualquier cosa que nos atacase. Afianzé el escudo en mi brazo mientras me movía. Mis ojos se centrarón en la druida que, despues de gritar, habia guardado silencio, concentrandose en algún punto del enorme nido.

En ese momento, Zafira volvió a llamar nuestra atención, esta vez con un grito de advertencia.

- Mierda.- Adopté una posición defensiva, ligeramente flexionadas las rodillas para encajar mejor los golpes, escudo alzado hasta la nariz y hacha lista para golear como un rayo.- Mierdamierdamierda... ¿Como se supone que voy a matar a esas arpias y a taparme las orejas?

Avlin respondió al aviso de Zafira echando a correr hacia el sotobosque con las manos en las orejas, buscando la protección que ofrecian los arbustos y los troncos de los arboles. La druidesa, mientras tanto, parecia estar llamando a las fuerzas de la Naturaleza para lanzar un conjuro o algo similar.

Confiando en que Aldar cubriria a las chicas desde su posición, eché a correr hacia Avlin, tratando de interceptarle antes de que se perdiese en la linde del bosque.

- ¡¡Avlin!! ¡¡Aqui!! ¡Detras mia! ¡Yo te cubro!- Clave mis botas en el suelo del bosque, esperando un ataque desde el oeste y rezando porque el pequeño gnomo se diese prisa en llegar hasta mi.

Notas de juego

Pues eso. La primera acción de Balakar es una de movimiento hacia el olmo. Cuando Zafira da la voz de alarma, Balakar emplea su segunda acción de movimiento para acercarse lateralmente hacia Avlin, para cubrirle con el escudo.

Huelga decir que, equipado como esta, las orejas de Balakar son susceptibles al ataque sónico de las Arpias.

Entiendo que, como Saber (Naturaleza) es una habilidad entrenada, Balakar no tiene ni idea de lo que es una arpia, ¿es correcto?

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16/09/2017, 16:47
Zafira 'Ithildin
- Tiradas (1)
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16/09/2017, 17:22
Avlin Tuercegris
- Tiradas (1)

Notas de juego

Si me da tiempo y me entero, me dirijo hacia la posición de Balakar. ¿Podría hacer alguna tirada de Saber (tengo varias entrenadas) mientras me pongo a cubierto? Eso representaría lo que Avlin trata de recordar que sabe sobre las arpías mientras trata de huir. Entiendo que son dos actividades que pueden hacerse simultáneamente (correr y pensar).