Partida Rol por web

Kobolds.
(Amarillo)

Poco mas les quedaba a los pequeños kobolds que huir, afortunadamente para ellos su naturaleza les había premiado con cuerpos escurridizos, escamas de colores verdes y pardos para confundirse con el bosque, y un sentido de supervivencia privilegiado. En cuanto sus compañeros se lanzaron a la huida los pocos que quedaban soltaron sus armas, las tiraron de forma inteligente para estorbar a sus perseguidores y corrieron como si les fuera la vida en ello. Y en verdad les iba la vida en ello.

Viendo que las alimañas huyen despavoridas y el esfuerzo por derribarlas en ínfimo, Ugarth asume que no es ningún reto derribarlas y menos ahora que se van con el rabo entre las piernas. Visto esto Ugarth guarda el arco y tranquilamente se acerca al grupo al que acaban de ayudar.

Al contrario de su compañero la Drow no cree que sea buena idea dejarlos huir sin más, pues la experiencia le a dicho que esta clase de seres suele ser valiente en grupo y vengativa, por lo que lo más probable es que vuelvan con compañía.

En un intento probablemente inútil puesto que ya ha huido alguno de ellos, intenta evitar la repetición de este desventajoso acontecimiento. Tensó el arco y soltó una flecha. Alcanzando al kobold en el brazo. Pero esto no consiguió que la criatura parase, y continuó su carrera bosque adentro saliendo del campo de visión de la Drow.

Presto, el bardo, ignorando la reacción de los atacantes, pues así se lo habían inculcado prestó más atención a problemas más apremiantes. Haciendo un barrido rápido por la zona, busco el más perjudicado de los integrantes a los cuales habían acudido a ayudar, y usando sus dotes mágicas empezó a curar. Centrando sus energías en el eladrin, el cual parecía el más debilitado por el combate.

Hadarai desmontó con un salto atlético. Ignorando por completo los últimos acontecimientos se lanzó en persecusión del kobold que huía hacia el norte. Cegado por la adrenalina provocada por la inactividad a la que se vió forzado en la grupa de su caballo.

La velocidad y el empeño de hadarai le llevaron hasta la espalda de la lagartija, que no pudo esquivar el mandoble del Eladrin, ocupado como estaba en escapar a toda costa.

-¡buena caza!- gritó Grimz a su compañero mientras caminaba a paso tranquilo hacia los extraños que les habían ayudado.

Cuando llegó a la altura de la Drow llamó su atención y le guiño un ojo mientras apretaba el gatillo en dirección a uno de los kobolds que se batían en retirada. Sin mirar un disparo certero atravesó la cabeza de la criatura que cayo inerte al suelo con el impulso de su carrera.

-Nunca antez había dezeado tantoz zer rezcatado por una prinzeza de ébano como hazta ezte día. zoy Grimz, y eztoy por completo a vueztra dizpozición mi zeñora.

Desde el norte el chillido de la lagartija revelaba que se encontraba enzarsada en combate con Haradai. Uno de los kobolds cayo en su huida victima de uno d elso disparos del Goblin y los demas se dispersaban. Mientras tanto el caballo de Hadarai huyo con paso distendido de los ruidos de la lucha

Skulblaka habia visto como uno de los recien llegados le habia dado algunas palabras de animo y renovado sus fuerzas, lo necesario para ir tras uno de los enemigos [B5] y lanzarle un golpe de espada envuelta en relampagos esperando evitar que este oponente se marchara del duro golpe que les habia dado a el, a sus amigos y a su espiritu de lucha.

El guerrero eladrin recuperó parte de su confianza al verse completamente rodeado por figuras amigas. Ahora no podía permitir que las malditas lagartijas huyeran. Con la agilidad del rayo se movio esquivando a Arjhan y posicionandose tras uno de los kobolds descargo una estocada mortal. El pequeño reptil cayó retorciendosé de dolor, cuando la magia se desató liberando una descarga electrica que se llevó el último de sus alientos.

El paladín se relajó y miro a todos sus compañeros en busca de heridos -!Estáis todos amigos míos¡ -luego sus ojos se dirigieron hacia el lugar donde su caballo había huido y soltó un silbido que a los caballos les resultaría conocido -Sin esos caballos el camino se hará mas largo y tedioso -así que salio tras ellos, a los asaltantes les dio poca importancia, la verdad sea dicha, su meta era mucho mayor de lo que parecía.

Las criaturas se escurrieron rápidamente en diferentes direcciones, resguardadas por el bosque aprovecharon su natural tono de piel para camuflarse y esconderse. Viendo que los asaltantes habían sido repelidos los viajeros decidieron dejar que las criaturillas escapasen, preocupados mas por reencontrar sus caballos.

El sol empezaba a descender en el horizonte haciendo que las sombras de los arboles del bosque empezarán a alargarse. No muy lejos de allí los relinchos de lso caballos revelaron su posición. Grimz corrio atras por su camello de las bestias el que mas cerca se había quedado. Arjhan y Skulblack fueron delante por los caballos de ambos.

Cerca del camello del goblin el caballo de Hadarai pastaba impasible, pero no había señas del monje. Grimz cogió las riendas y los tres se reunieron en el lugar donde fueron atacados, donde los extraños recogían los cadaveres de los kobolds en una pila, destruyendo la mayoría de los accesorios que las lagartijas utilizaban como armas.

Grimz se acercó a los extraños desde la altura de su camello. Inclinandose hacia adelante sobre la montura asomo su cabeza por encima de la Drow, mirando indiscretamente en el pequeño resquiccio que la armadura de cuero dejaba en su pecho.

-¡Nueztroz zalvadorez!- dijo con voz salamera -Oz juro mi zeñora que zeré vueztro toda mi vida... ol al menoz eztaré ziempre en deuda.-

Skulblaka fue en pos de su caballo con el paladin mientras pensaba en lo que les habia acaecido en el viaje que por momentos tenian que realizar, en un primer encontronazo si no fuera por la ayuda de los recen llegados, ellos habrian tenido posibilidades de no haberlo contado.

- Arjhan, crees que podriamos ver si estos recien llegados estarian dispuestos a unirse en nuestra investigacion y viaje? - comenta el Eladrin mientras coje las riendas de su montura calmandola y retornando junto al gruso del grupo, y sonrie para si al ver las acciones de Grimz.

- Os agradecemos vuestra oportuna intervencion, me llamo Skulblaka, estos son Grimz y Arjhan. - comenta el Eladrin señalando primero a uno y luego al otro. - ¿Que os trae por este lugar?

El hombre de nariz aguileña y ropajes excentricos habló primero. Los otros dos se ceñían a su papel de urañas personas de lso bosques.

-Es nuestro deber ayudaros pequeño señor- dijo, dejando sentir su voz clara y melodiosa... y mirando divertido la forma en la que el Goblin se comportaba

-Yo soy Igner, y estos dos son Liu're y Ugarth.- dijo retomando la conversación con el Eladrin -Trabajamos para Faren Markelhay, somos refuerzos para estos tiempos difíciles, por decirlo de alguna forma.

Una sonora carcajada apareció en los labios de paladín Bien venidos sois en estos momentos aciagos, como os ha comentado mi compañero soy Arjhan -dice mientras tira de las riendas de su caballa trayendo lo de vuelta -Y ¿como nos habéis encontrado? desde luego lo agradecemos sin lugar a duda..

Liu're registraba uno de los cadaveres, uno de los pocos que llevaban algo parecido a ropajes cuando la risotada de Arjhan llamó su atención. Con una gesto que evidenciaba lo infurctuoso de su busqueda dejo el cadaver en la pila, su brazo busco instintivamente el arco que llevaba a la espalda en un pequeño reflejo, para controlar siempre donde se encontraba.

La mano volvio a una posición natural en su cintura, parecía no percatarse de las miradas indiscretas de Grimz, aunque su nueva posición había dejado al pequeño hombrecillo verde sin diversión.

-Por su expresión diría que no tiene ni idea de quien es Markelhay. Viajeros. De fuera del valle.- dijo con mucha seguridad -Vuestro compañero, el moreno, tarda mas de lo que debería.

Grimz miraba decepcionado a la drow, desde el lugar donde ella estaba ahora no tenía una perspectiva tan alentadora como antes. En algún momento su mente desentraño las palabras que ya había oído sin prestar atención. ¿El moreno? ¿El... Hadarai!

-Hadarai!-

Grimz rompió el silencio que se había instalado entre ellos. Ese mismo silencio parecía revelar algo inquietante. Ni una sola brizna resonaba en el bosque, nada se escuchaba en los matorrales del sur, ni del norte. No el sonido de las lagartijas huyendo, pero tampoco el sonido de su perseguidor. Aunque el monje solía caracterizarse por ser muy silencioso, quizá estaba ahí mismo. 

Liu're volvió con los cuerpos. Habiendo despejado de lo poco de valor que podían tener ella y Ugarth se dedicaron a amontonar leña seca a su alrededor, haciendo una pira. 

-Este será un trabajo arduo, pero tiene que hacerse antes de que nos marchemos- dijo Igner, que parecía ser el líder del grupo. El mismo se dirigió a los matorrales del sur en busca de una zarza moribunda que serviría para avivar el fuego. -si nos ayudáis acabaremos antes y podremos ir todos hasta Fallcrest. Aunque me temo que os retrasaríamos un poco por que no tenemos monturas.-