Partida Rol por web

Manhattan, en un futuro no muy lejano...

( Sacada de http://www.imgbase.info        //   Apocalyptic Destruction) 

Los automóviles iluminaban las pocas carreteras que invadían incluso el espacio de las personas. Todo parecía haberse ido al traste: Tanto el mundo como lo conocemos, como el mundo mas allá de la realidad física.

Reinaba la tranquilidad tensa que sucede a la tragedia y la muerte. Aún podían escuchar, en sus cabezas, los gritos agonizantes de aquellos que permanecían vivos...

Bajo un gran puente, un indivíduo con una túnica blanca, encapuchado, al cual no se le veía el rostro, se encontraba delante de tres hombres, al parecer, mas jóvenes que el....Aunque no lo pareciese.

Aquel hombre comenzó a hablar, despacio, sin prisas, con claridad.

-Ah..Manhattan...La ciudad de las grandes empresas, o eso decían. Donde fluía el dinero como el aire que respiramos, o el agua que necesitamos para vivir.

-Donde la moda, las necesidades creadas por el sistema, y el control de las masas se volvían mas efectivos a cada día que pasaba. Qué mundo tan feliz para aquellos que vivían en la ignorancia.. Y aún mas, para aquellos que se habían montado sobre el dolar.

-... Ojalá el mundo fuera solo esto. Ojalá el mundo tuviera solo un plano, lineal y meramente material.
Pero no es así.

Los que se encontraban escuchándole lo miraban fijamente, como el que observa a una bestia, o algo que se sale de lo común. No obstante, el encapuchado siguió hablando.

-¿Quién soy? No os lo puedo explicar... Los mortales no me creeríais, o enloqueceríais. Y los recién despertados no sabríais como afrontar este mundo.

-Así que.. Permitidme que os lo explique con una historia que cruzó el mundo... Una historia urbana de esta ciudad, de recién despertados, como vosotros, que en un principio no tuvieron la oportunidad de encontrar a alguien que les dijera el porqué de esa visión de un mundo totalmente nuevo.

-Permitidme contaros la historia de cuatro personas que tuvieron que cruzar toda la ciudad para encontrar respuesta a su sino..y que vivieron la época mas oscura que nos atrevemos a recordar.

-Todo comenzó...

Un día mas en aquella ciudad... Había acabado en las calles por motivos de trabajo.. Aquella misión de adecuarse a la vida de un mendigo comenzaba a hacérsele cada vez menos costoso. No podía negar a nadie la dificultad de sobrevivir en un lugar ajeno a él mismo, hostil a todas luces.

Mientras rebuscaba entre los cubos de basura, algo de comida, sintió un zumbido en la cabeza. Decidió no hacerle demasiado caso..

Pudo ver como tres muchachos que se reían alcanzaban el callejón en el que buscaba alimento. Se traduciría en problemas, parecían estar riéndose de el desde que habían entrado en el mismo. Así que, lo que hizo fue, sin pensarlo dos veces, desaparecer del callejón, escondiéndose en un lugar muy estrecho entre dos edificios.

Cuando se fueron, volvió a la búsqueda de alimentos con los cuales sustentarse. Encontró varios yogures sin acabar, algo de carne, pescado, y pasta. Introdujo en la bolsa que poseía todo el material, cuando volvió a sentir aquel zumbido.

De nuevo no le hizo caso, saliendo de allí. Sin embargo, tuvo que detenerse cuando posó su mirada en uno de aquellos edficios: Un edificio negro...

Aunque ese edificio, de la vida real, pronto se convirtió en una especie de atalaya...  

Ya no estaba en los callejones. Ya no escuchaba el molesto sonido de los coches, las voces de los que hablaban por el movil, los pasos de la gente... No, solo escuchaba el viento.

Como si de un sueño se tratase, su mente comenzó a ascender por la torre. ¿Hasta donde llegaba?

El paisaje comenzó a cambiar, hasta que pasaron, mas allá de las nubes. Entonces pudo observar un recorrido, lleno de criaturas blancas, ángeles...¿Podía ser real?..

...Su mente volvió a otro lugar. Ahora se encontraba frente a una criatura, una sombra gigante. Observó su brazo: Prendido en llamas, asustaba a aquella criatura. 

Sintió el miedo, la ira... Sintió su corazón acelerándose ante aquella presencia. Y entonces, se abalanzó sobre aquel sobrecogedor ente..

....

De nuevo se encontraba ascendiendo en la torre.. Había pasado del territorio de los ángeles, y comenzaba a observar el interior de la torre, con miles y miles de nombres colocados.

Pudo sentir como un lugar le llamaba. Accedió a el... y colocando su mano, el nombre, su nombre real, Anthony Stevens Miller, quedó grabado. 

Sintió una paz interior que jamás había experimentado. Y entonces, solo por unos segundos, obtuvo descanso.... Solo unos segundos, pues, de repente, volvió a caer.

El sueño terminó como comenzó.

La realidad volvió a el. Ahora volvía a estar en aquel lugar, en la entrada de aquel callejón, contemplando el edificio negro. Sin embargo, podía sentir... Sentir las fuerzas de lo que tenía alrededor. Podía sentir la fuerza de los indivíduos, su voluntad. Sentía a su alrededor, también, algo interpretado como una luz. Solo en algunos indivíduos...que tenían en su interior distintos tipos de energía, y destacaban entre los demás.

Tras unos segundos, pudo observar de nuevo normal... Pero sabía, en lo mas profundo de su ser, que aquello era mas que una alucinación. Sabía que si se concentraba, podría volver a ver aquello.

Oficina de Asuntos Intergubernamentales de la Alcaldía de Nueva York

Un día mas entre papeles, hablando con muchas personas y sin demasiado tiempo para siquiera hacer una llamada a su familia.

Entre papeles rebuscaba los puntos mas importantes, detalles de aquello que se colocaba en su mesa. Parecía que había una cantidad de trabajo infinito.

No, debía de relajarse un poco. Se levantó de su silla y salió de su despacho, dirigiéndose a la salida, a tomar algo de aire fresco y llamar a su marido.

Así fue. Tras saludar a varios integrantes de aquel lugar, salió por las puertas giratorias. A aquellas horas, la gente comenzaba a cruzar aquella plaza una y otra vez, como una masa ingente de indivíduos que no se cansaban de marchar de un lado a otro.

Salió un poco mas,  y se sentó en un banco, allí, cercano. Desde allí comenzó a marcar el número de su marido... No acabó, cuando una pequeña punzada en la cabeza parecía advertirle de algo.

Miró al cielo, extrañada.. Y el edificio negro de siempre, el que se encontraba frente a su trabajo, pareció especial..

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...De repente, ya no se encontraba allí. Ya no tenía un movil en la mano. Ahora se encontraba en algún lugar. Encontró a su marido, y a una criatura de color rojizo oscuro y negro, rugiéndole. Se vio a si misma haciendo algo con las manos. Cuanto estas tocaron el aire, este se volvió casi como agua. No se lo pensó dos veces, y se introdujo en el interior de la misma. Cuando salió, estaba en el aire, e un lado de aquella criatura. Cerró el puño, y tras murmurar unas palabras, hizo ademán de golpear a la criatura.

Sintió la necesidad de proteger a los suyos. Sintió que no podía quedarse quieta sin saber que hacer. Sintió una conexión muy especial con su marido, como si pudiera leerle la mente...sintió su miedo, su terror, las ganas de sobrevivir..y su amor por ella.

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Una atalaya había aparecido frente a sí. Comenzaba a ascender, a una velocidad increible. Se detuvo, cerca a una tierra llena de criptas... Allí, unas criaturas se acercaban a la misma y la rodeaban. Eran demonios....y los  que lo hacían, no la hicieron sentirse mal...sino que parecía que quisieran protegerla.

..Siguió ascendiendo. Pudo ver el final de la atalaya: Un guantelete de hierro la coronaba. Se internó en la atalaya, y entonces pudo observar miles de nombres escritos en la piedra. Sabía el lugar exacto para hacer lo que su alma le estaba pidiendo: Escribir su nombre allí. Colocó una mano, y su nombre, Josephine Warsh, apareció, como por arte de magia.

Sintió un enorme descanso. Por un momento pudo relajarse...pero solo fueron segundos.

Tras los mismos sintió que caía....caía, de manera infinita.

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Aquel edificio de nuevo. El sonido de las personas hablando y caminando la despertaron de aquel trance. 

Todo parecía estar bien. Cuando intentó levantarse del banco, sintió un enorme mareo, y tuvo que volverse a sentar.

El espacio parecía estar en otra dimensión. Parecía como si el mismo fuera diferente, como si las distancias de repente se hubieran acortado, como si supiera perfectamente cuantos pasos debía dar para llegar a cualquier lugar.

Puso la atención en aquellas personas, y pudo sentir en su cabeza los pensamientos de los mismos. ¿Qué era todo aquello? ¿Qué le sucedía?

..

De repente, se desactivó. Todo aquello, parecía marcharse...sin embargo, sentía que allí habían energías muy dispares... Como si supiera que en el mundo... no hubieran solo humanos.

Lo sentía. Lo sintió al ver un vagabundo, que parecía no hacer nada mas que mirar hacia los dados, perdido. Lo sintió al ver un niño que se había escapado de la escuela, y se había quedado en medio de la plaza, dubitativo. Lo había sentido, al ver a una chica que se había quedado paralizada mirando aquel edificio.

¿Qué estaba pasando allí?... No era explicable.

Otro día mas de clase: Que aburrido. Su madre lo había dejado en clase, un día mas, pero la verdad era que no le apetecía nada ir a clase. Le parecía que los chicos de su aula estaban bastante atrasados.

Así que pensó rápido. Cuando su madre lo dejó allí y se marchó, decidió ir a la plaza cercana a la Alcaldía y jugar durante un rato, o dibujar...o lo que quisiese.

Así que, sin mucho esfuerzo se fugó: No era muy dificil, se encontraban en una escuela pública... 

Tras horas caminando, el niño se encontraba muy excitado: Era la primera vez que hacía algo así. Sabía que le iba a caer una buena bronca, pero, al menos se divertiría.

Cuando alcanzó la plaza, dejó sus cosas en un banco cercano. Comenzó a correr y a jugar con otros chicos que parecían no haber ido a clases tampoco. 

Todo parecía alegría en la inocente mente de Jimmy, cuando de repente, sintió una punzada que le advertía de algo. Cuando miró hacia arriba, pudo ver el edificio negro..

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De repente ya no se encontraba allí. Se encontraba con un libro, frente a una criatura de leyenda: Una sombra gigante. Sintió como de sus manos brotaba un poder que jamás había imaginado. Encontró una estatua, cerca, de un guerrero medieval. Susurró unas palabras, y colocó una mano en el mismo.

De repente, este cobró vida. Y allí mismo pudo ordenarle atacar..Pero aquello no acababa allí. Sintió la presencia de algo, y se dió la vuelta. Un espectro lo rodeaba. Lo tocó, y este quedó bajo sus órdenes.  El grito de aquel espectro dejó helado incluso sus propios huesos, pero sabía que no iría contra él.

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Se encontraba frente a una atalaya gigante...Comenzó a ascender a una velocidad pasmosa. De pronto, se encontró en un lugar lleno de totems y bestias de ensueño... Por un momento aquellas bestias se acercaron a el. Sintió miedo, pero estas no le atacaron, sino que, al contrario, parecieron sentir una conexión especial con el chico. Cuando fue a acariciarlos, el avance siguió.

Desde allí pudo ver ya el final de la atalaya: Un libro de piedra. No siguió ascendiendo, sino que se introdujo dentro de la torre.

Allí había miles de nombres grabados en piedra. Algo lo impulsaba a hacer lo mismo, y su propio espíritu lo llevó a un lugar en el cual no habían escrito.. Colocó su mano, y allí quedó grabado su nombre.

Sintió alivio, durante unos segundos, hasta se permitió sonreir..

..De repente, descendió de manera estrepitosa. Sintió que caía a un abismo..

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De nuevo miraba hacia el edificio... ¿Qué había pasado?

Miró a su alrededor. un chico le estaba tocando en el hombro. Pudo observar la esencia de la vida en su cuerpo, una especie de llama brillante allí. Igual que aquello, pudo ver formas de criaturas de un color blanco sobrenatural. 

A la vez, le daba miedo, y comprendía todo aquello. ¿Como definirlo? Era extraño. 

Ahora observó a su alrededor y pudo ver a varias personas ... que sentía diferentes. Todas estaban detenidas, como si se encontraran perdidas. Sintió una conexión especial con ellos..

Un día mas en aquella floristería. A decir verdad, era muy feliz: Podía trabajar en algo que le gustaba, con su forma de vida alternativa, teniendo un apartamento, y una vida por delante.

Tras despachar a varias personas, el establecimiento quedó vacío, momento en el que aprovechó para salir, estirar las piernas y tomar un poco el aire. 

Entonces recordó como había cambiado de vida tan radicalmente. Había huido, pero no se arrepentía de nada. Parecía que, poco a poco, las cosas volvían a tomar su cauce.

Se dirigió al centro de la plaza. Observó a varios niños jugar, y entonces miró al cielo. No había nubes: Estaba todo despejado. Era el día perfecto...

De repente, sintió una punzada en la cabeza, que la obligó a mirar hacia arriba, hacia un edificio negro, cercano a su tienda.

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De repente, ya no se encontraba allí. Se encontraba en un lugar como el suyo, pero incendiado. Lleno de fuego y destrucción, varias personas se encontraban siendo incendiadas por criaturas gigantes con cuernos. 

De repente, pudo sentir cómo una de aquellas criaturas intentaba golpearla. Con la mano derecha hizo unos movimientos, mientras decía algo en alto. Cuando se dió la vuelta, aquella criatura había quedado ralentizada en el tiempo. Ella consiguió moverse y avanzar. Entonces, tocó la cabeza de aquel bicho, y conjuró algo. Al segundo, la criatura parecía no existir....

...

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Frente a ella, ahora se encontraba una atalaya enorme, de la cual no veía su punta. Comenzó a avanzar a una velocidad impresionante.

De repente, pasó de plano.. Ahora a su alrededor se encontraban pequeñas criaturas, con alas de mariposa y cuerpos humanos, diminutos. Eran hadas, como la de los cuentos. La llenaron de esperanza, revoloteando cerca de ella... Pero entonces, aquel momento en el que se había detenido, se terminó.

Siguió avanzando a una velocidad pasmosa. Pudo observar el final de aquella atalaya: Una especie de espino sobresalía. No se detuvo a observarlo, sino que se introdujo en la atalaya, y entonces pudo observar miles de nombres grabados en piedra. No tuvo miedo, sino determinación. Supo que tenía que buscar un lugar donde grabar el suyo, y con solo pensarlo, su alma la llevó hasta allí. Colocó una mano, y su nombre, de repente, apareció en aquel lugar de la piedra.

Sintió calma, tranquilidad, incluso felicidad. Durante unos segundos, se mantuvo así... Hasta que, irremediablemente, cayó. Parecía caer en un abismo sin fin...

..

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Aquel edificio de nuevo. Volvía a estar en la realidad...aunque ahora sentía algo diferente. Por un momento se desestabilizó y cayó al suelo. Miró a su alrededor: Pudo sentir como si fuera capaz de ver el pasado de las personas que se encontraban allí, pues así lo hizo con uno de los niños que se encontraba cerca suyo... "Hablando con su madre sobre la profesora de mates".

Sintió como allí había gente como ella. No sabía porqué, pero aquella sensación la abordó Miró a su alrededor, y encontró a tres personas, entre ellas un niño, que compartían una energía diferente a los que estaban allí...

¿Qué le había sucedido?..... Ahora todo parecía diferente, pese a que pareciera que aquellas sensaciones se calmaran.

Y así, todos despertaron en el mismo lugar.. ¿Pura casualidad? No creo, pues sus destinos estaban ligados.

Poco a poco volvieron a recuperar la compostura. Sin embargo podían sentir esencias que los hacían temblar. Alcanzaron todos la plaza central, todavía confusos, algo alejados los unos de los otros...

Había algo, sin embargo, que no les dejaría seguir con sus vidas. Todos pudieron observar como desde el suelo, unas formas extrañas aparecían, poco a poco. Pudieron sentir que aquellas formas no existían en el terreno material, pero parecía que iban a por ellos.

Aquellas formas eran sombras, siluetas de indivíduos que probablemente en un pasado fueron personas como ellos. Aparecieron cuatro, que observaron fijamente a los cuatro despertados.Seguían creciendo. Los indivíduos que se topaban con ellos, los atravesaban sin problemas. Nadie los observaban... nadie los percibía. Pero ellos sí...

El sonido que llegó hasta los oidos de aquellos que podían observarlos era indescriptible: Una lengua que solo Claire pudo entender, aun sin saber porqué...

...Kareth...Jie....Aquiescensca...Diesper...Abisma....

("Destruir....Obtener...Aquiescencia.....Despertar....Abismo..")

Aún no habían conseguido salir del suelo... Pero en ningún momento dejaron de mirarlos. ¿Que había que hacer en aquellas situaciones? ¿Qué eran aquellas criaturas? Todo parecía haberse vuelto algo mas oscuro, al menos para ellos...

Al fin un soplo de aire fresco más allá de esas cuatro paredes y esos adultos marimandones intentando explicarme algo que, obviamente, ya sé. Encerrado como una rata a la que intentan enseñarle un sencillo truco para coger queso sin ser electrocutada en el proceso. Alzo la mirada y mi mente se pierde en un ascenso increíble y maravilloso. Un libro, una sombra, un caballero, decenas de seres irreales. Miro alrededor maravillado a la par que asustado, mientras el poder brota de mis manos. Abro los ojos para ver una llama en una persona, una siluetas blancas... Abro la boca maravillado por todo lo que he visto en un segundo, comparable sin lugar a dudas a algunos de los libros que he leído tan maravillosos.

Pero al alzar la mirada me fijo entonces en las sombras que atraviesan al resto de personas como si nada, y una sensación extraña hace presa de mí. Miro de nuevo hacia arriba. Me acerqué hacia una de esas personas que parecía perdida y alzo débilemente mi voz.

¿Ha visto la torre...? ¿... Y a las sombras? Tengo... Miedo.

Mi voz suena un poco más firme al afirmar que tengo miedo. En verdad la situación parecía complicada, y no sabía si tenía que correr o no, ellos parecían perdidos y, quizá, conocer a alguien que estaba tan perdido como ellos podría ayudarles. Aunque tenía muy claro que si la cosa se ponía mal, me tocaría correr. Mis ojos buscan alrededor esas extrañas siluetas blancas, intentando identificar algunas de ellas como amigos.

Mi vista parece perdida en el paisaje urbano ante mí, se que tengo que parecer ido, como Jimmy cuando le da uno de sus ataques y decide que la mejor forma de calmarlo es con un cartón de vino del malo. Estoy empezando a pensar que quizá este tiempo en la calle me está empezando a pasar factura más allá de lo que nadie pensó.

¿Esquizofrenia? Esperemos que no, lo que faltaría.

Pero aquí estoy, viendo cosas que no pueden ser verdad, viendo algo que mi lógica me dice que no tiene que estar ahí.

¿Ha visto la torre...? ¿... Y a las sombras? Tengo... Miedo.

¿Un niño también? ¿Será alguna especie de experimento psicológico en grupo? ¿Alguna especie de ataque terrorista?

Mi mirada se centra, quedando fuera de lugar entre mi barba de varias semanas y un pelo que pide a gritos una sesión de lavado y corte. Mis ojos se enfocan como los de poco y comienzan a barrer el perímetro. Doy dos pasos hacia el chaval y extiendo mi brazo hacia él, solo espero que mi aspecto no lo asuste más todavía.

Tranquilo, chaval. mi voz sale ronca entre mis labios agrietados. Demasiado tiempo sin hablar más que en susurros, entre cartones y bidones ardiendo. Toso y carraspeo. Tranquilo, chaval. repito haciendo un gesto invitador con la mano. Acércate y trataremos de alejarnos de aquí, sea lo que sea esto.

Cuando me quiero dar cuenta estoy de nuevo en la vida... ¿real? He volado, visto cosas increibles, descubierto mundos inimaginables, ido rápida como el viento, y caído... ¿qué son esas sombras? ¿y esa energía que noto?

Mi primera reacción es dar unos pasos hacia atrás, alejarme de la cosas que desconzco. Aunque al mismo tiempo noto una calidez y una sensación tan cercana y familiar. Hay gente que tiene la misma mirada perdida que yo,  el mismo gesto de incertidumbre.Entonces oigo al niño. Un hombre se acerca a él. Es normal que tenga meido...

- ¿qué querrán decir esas palabras? Destruir....Obtener...Aquiescencia.....Despertar....Abismo.. - Ahora mismo todo es muy confuso, ¿qué son esas cosas?

- ¡Kevin!¡Leonard!¿Qué está pasando?

Es el pensamiento que me viene a la mente ahogado por una marea de sensaciones agobiantes consecuencia de un momento surrealista en un mundo de pesadilla. No atino a comprender lo que acaba de ocurrir, ha sido todo tan rápido y tan extraño que incluso ahora parece que mi percepción de lo que me rodea ha cambiado, pero lo que realmente me preocupa es lo que he hecho con mis propias manos. He sido consciente del peligro que hay a mi alrededor, algo que afecta, no sólo a los míos, sino a toda la humanidad.

- Por favor, que no le pase nada a mi pequeño

Pero sin poder terminar de asimilar todo me doy cuenta que no estoy sola, con un temblor que recorre mi cuerpo descubro con horror que la pesadilla parece continuar, miro a esas sombras que comienzan a salir del suelo y no paran de mirar...

- Están mirando también a otros. Ya les había visto antes, los había sentido... están tan desorientados como yo

Reparo entonces en el hombre vagabundo que posiblemente en otras circunstancias no habría mirado, en el niño pequeño que hace unos años tenía la edad de mi hijo y en la chica rubia que parecía amante de las flores para darme cuenta que son ellos, que también ven a esas sombras que emiten esa energía distinta y que susurran en una lengua extraña para mi.

- Tengo que hacer algo

Y a pesar de no tener aparentemente nada en común con esas tres personas siento que ahora hay algo. Tomo la iniciativa y me acerco a ellos con el valor infundido por el temor a esas sombras y al vórtice de acontecimientos extraños que están sucediendo y comento con fingida seguridad para intentar reconfortar al pequeño:

- No tengas miedo, no voy a dejar que te pase nada

Tiendo mis manos, una hacia el pequeño, otra hacia Claire para invitarlos a acercarse y poso mi mirada fugazmente, para no perder de vista a las sombras, en Serge y tomo de nuevo la palabra:

- No estoy segura de lo que está pasando, pero creo que deberíamos alejarnos de ellas

Aquellas sombras terminaron de formarse en el suelo, mientras seguían murmurando aquello una, y otra vez.

Una vez terminaron su formación, las siluetas humanas comenzaron a caminar lentamente hacia los que dirigían la mirada.. Un escalofrío recorrió los cuerpos de los muchachos, quienes podían ver que aquellas formas irreales se acercaban mientras la gente pasaba a través de ellos, sin percatarse de lo que estaba sucediendo..

Algunos parecían aparecer y desaparecer, como si aún no hubieran afianzado su estabilidad en aquel plano... Y parecían transportarse, cada vez, mas cerca de los chicos. 

...Kareth...Jie....Aquiescensca...Diesper...Abisma...

Cada vez mas fuerte. Cada vez mas cercano. Cada vez mas peligroso... La gente creería que estarían locos si simplemente huían. El trabajo tanto de Josephine como de Claire se encontraba cerca, y si las veía corriendo mirando hacia atrás a algo que los demás no veían... Su reputación podía sufrir. 

Mientras tanto, Serge y Jimmy no tenían tantos problemas para hacerlo: Después de todo se encontraban desligados de aquel lugar.

¿Qué harían? Debían decidir rápido...

Escucho las palabras lejanas de la chica que parecía entenderlas, además de la mujer se me acerca y me tiende la mano, y el hombre que suena tranquilizador. Cierro los ojos y les dedico a ambos la mejor de mis sonrisas. Parecen buena gente... Y parece que pueden ayudarme... Pero no debo de confiar en desconocidos...

Acerco mis manos, dudoso de si tomarlas o no. Definitivamente, creo que hoy debería de haber ido a clase...

Finalmente acepto tomar sus manos, inspirado por el valor de estar en un sitio tan público... Y el temor de unas sombras oscuras. Me giro con la misma sonrisa que no he perdido en ningún momento hacia la chica más lejana (Claire).

Ella parece entenderles, debería de venir también...

Y acto seguido, hacia una de las siluetas blancas, y tragando algo de saliva, intento poner una voz casi suplicante.

Por favor... Ayudadnos.

Imploro, a esas siluetas, que parecían completamente opuestas a las sombras, mientras me dispongo a alejarme con los presentes. Hay que elegir entre el mal mayor... Y el mal menor...

Tan sólo me quedaba esperar que las siluetas pudiesen ayudarme, pues me transmitían cierta tranquilidad que era incapaz de descifrar.

Chaval, chaval. carraspeo, trato de poner mi mejor voz, mi antigua voz. No sé que demonios estamos viendo ni por qué pero cuanto antes huyamos de aquí mejor.

Me rasco la cabeza. ¿Dónde estaba la iglesia más cercana? Conozco bien esta zona. Piensa, Anthony, piensa, iglesia, iglesia...

Y señoritas, lo mismo va por ustedes. me arremango las mangas de mi chaqueta, sucia y raída, con manchas de humedad, para poder tener las manos libres, a las que quito los guantes y guardo en los bolsillos. Ni idea de qué es eso pero busquemos un sitio tranquilo, calmado. Lejos.

De repente, mi mente y mi vista barren la plaza, quiero, más bien necesito, saber si alguien más se esta fijando en lo que ocurre y, lo más importante, si estamos llamando la atención.

No puedo dejar de mirar esas…cosas. ¿Qué son?
Unos metros más allá una chica muy bien vestida parece estar viendo lo mismo que yo, al igual que algunos más. Un niño… debe estar asustadísimo. Pero no puedo quitar mi vista de esas sombras, parece que empiezan a formarse como siluetas humanas, pero me dan mala sensación. Noto vibraciones negativas… Doy un paso atrás instintivamente cuando veo a la mujer que se acerca al niño decididamente y le habla. Sus palabras son lejanas, casi no las oigo pues tengo toda mi atención en lo que se nos empieza a acercar lentamente.
Los demás no las ven. La gente sigue su vida normal, como si no pasara nada. Andado, hablan por teléfono, se detienen en los escaparates, las…las… ¡¡las atraviesan!!¡¡Como si nada!!

Me acerco al grupo variopinto que parece estar igual de sorprendido que yo.

- Debemos alejarnos. Yo tengo mi tienda aquí al lado. – intento hablar con tranquilidad, sin hacer ningún movimiento brusco, como si las sombras fueran leones que están a punto de saltar encima nuestro – Caminemos lentamente dando un rodeo como si nada. Debemos hacer como que no están ahí. No me gusta nada lo que está pasando… No, esto no está pasando...

Casi no me había dado cuenta de seguir en la plaza rodeada de gente, los acontecimientos han conseguido que me centre en las sombras oscuras, que ya parecen más siluetas humanas, y en los otros desorientados como yo. Todo ello me anima a abandonar ese sitio por uno más discreto, no es adecuado quedarse entre tanta gente ajena a lo que está pasando.

- Tenemos que salir de aquí

Veo las iniciales reticencias del niño por venir conmigo, aunque es comprensible, pero finalmente accede. Mientras que la muchacha, antes absorta, decide a unirse con nosotros indicando que su tienda está cerca y yo ya había manifestado mi intención de movernos de aquí. Me fijo en que el niño le habla a la nada y le pregunto extrañada pero de manera amable:

- ¿A quién le dices eso? No te preocupes, nos iremos de aquí y no va a pasar nada

Así que les comento a todos con apremio:

- Es buena idea la de dar el rodeo hacia su tienda, y para que sea más discreto creo que debería ir usted delante para indicarnos el camino - refiriéndome a Claire - Yo iré con el pequeño detrás suya y, en tercer lugar, nos seguirá usted - refiriéndome a Segre y manteniendo un poco la duda por su apariencia, aunque era innegable que había sentido que estaba en la misma situación que el resto.

Y comienzo a moverme, instando a hacer lo mismo a los otros con gestos discretos y manteniendo delicadamente la mano cogida del niño. Mientras que emprendemos la marcha no puedo evitar echar la otra mano al móvil para comprobar la cobertura y la batería.

- En cuanto estemos a resguardo llamaré a Kevin... tienen que estar bien, él y Leo, por favor

Mientras que el muchacho no obtiene respuestas (Aquellas figuras solo lo observan, curiosas..), las sombras, poco a poco, se acercan a ellos. Sería dificil mantener la compostura, a sabiendas de que varias de aquellas criaturas los seguirían. 

Serge supo que exactamente a 200 metros de allí, tras la floristería, en el callejón, podrían alcanzar el lugar lo mas rápido posible.

Llamar la atención, parece que no demasiado. Nadie había alzado la voz, y por tanto la gente normal de allí no se había dado cuenta de tan variopinto grupo, pese a que en cualquier otra calle, con menos gente, si que resaltarían bastante.

Bien, bien, floristeria, callejón, doscientos metros. Pienso para mí, recorriendo mentalmente los pasos que hay que dar hasta llegar allí. Seguramente, si me parase, sería capaz de saber cuántos pasos hay que dar hasta llegar allí.

Por aquí. digo dando un golpecito en el hombro a la mujer que ha querido proteger al chico y decido encabezar la marcha, no creo que ninguno de ellos conozca la zona como yo. Hay una iglesia, un lugar tranquilo, a escasos doscientos metros en esa dirección, creo que es lo mejor que podemos hacer.