Partida Rol por web

El sirviente alzó la mano para descargar un tortazo contra el joven guerrero, intentando agarrarlo por la pechera de su armadura con ambos brazos, pero Alexandar logró zafarse.

-¡Joder! -blasfemó cuando la pintura le bajó por la cara-. ¡Pica como el demonio!

Los sirvientes se movieron hasta la Cazadora Imperial, intentando alcanzarla. Solo uno logró zafarse de su bisarma y levantar la mano para darle un tortazo con la palma de la mano abierta.

—¡Te cubro cariño!

Tassabra reventó a la criatura que había atacado su niño y, con el siguiente golpe, dejó a su siguiente oponente herido.

El muchacho, alentado por las palabras de su madre, se adelantó un paso para golpear al oponente que su madre había golpeado.

-¡Por el Imperio! -exclamó.

De un mandoblazo partió en dos a la criatura de pintura.

-¡Esto lo tenéis hecho! -exclamó la sacerdotisa-. ¡Ánimo!

El sirviente volvió a hacer lo mismo, alzó el brazo para golpear a Tassabra con la mano.

Tassabra volvió a hacer lo mismo: es decir, reventar a su oponente. 

—Sí, ya sé lo que dices —le respondió a Minvant.

Depositó su guantelete sobre su hijo.

—Cariño ¿estás bien? —dijo mientras dejaba que la sacerdotisa reconociera la estancia.

-¡Sí! -exclamó, súper motivado. Se tocó la cara dónde el sirviente de pintura lo había golpeado-. Me quema, pero ya no es lo mismo que cuando peleamos en aquel sitio tan horrible, madre. Ya no siento que pierdo las fuerzas. Eso que nos ha dado Ekarion funciona de verdad -dijo sorprendido.

-Aquí no hay nada más, me temo -dijo la muchacha tras revisar toda la estancia-. Ya hemos revisado todas las habitaciones, deberíamos reunirnos con los demás.

—Bien. Tras solucionar nuestros problemas vamos a solucionar los problemas de los demás —dijo la Cazadora, encaminándose hacia las escaleras—. Un día más en la oficina.

El guerrero levantó el arma sobre el sirviente y descargó dos golpes, aunque solo uno logró impactar sobre el sirviente, dejándole bastante maltrecho.

Los sirvientes volvieron a agitar sus utensilios de cocina contra el guerrero, pero éste esquivó los golpes con el hacha.

Ekarion avanzó hasta el enemigo más dañado y le lanzó un bastonazo, pero la cabeza de su báculo resbaló sobre la pintura sin hacer daño.

El clérigo atacó del mismo modo, todos a una. Pero aquellos constructos se movían demasiado rápido y la maza golpeó en la pared.

Poca cosa podía hacer Ruru siendo un tejón en un combate cuerpo a cuerpo. Tampoco podía hacer mucho más siendo un enano, definitivamente lo suyo no era pelear. 

Por ello decidió que alguien lo hiciera por él. Se concentró para solicitar la ayuda de un aliado natural. Un hermano lobo sería convocado para morder y rasgar s aquellos dos peleles.

El guerrero hizo girar el hacha en posición horizontal y partió al sirviente en dos mitades, enviando un chorro de pintura por toda la cocina, Ekarion y él mismo incluidos. En el mismo movimiento, cambió la dirección del arma para golpear al otro, pero el golpe de desvió y no le dio por centímetros

El sirviente que quedaba atacó al clérigo de forma estúpida y logró golpearle en la cara, haciéndolo trastabillar.

-Por la Triada, cuidado porque quema -​​​​​​advirtió el médico.

Ekarion volvió a moverse, esta vez para intentar acertarle al sirviente restante, pero su arma nuevamente resbaló por la pintura de la túnica.

-¡Muere de una vez por todas! 

Ghiaro balanceó la maza y la incrustó en la cabeza del sirviente, dejándole la cara más desfigurada todavía.