Partida Rol por web

Galek llegó junto a Raine justo cuando el droide de protocolo le lanzaba una pregunta a la mecánica. 

—¿Dessssea que le realice la preeeesentation, o prefieressss usted iniciar el contaaaaacto directa...menteeeee?

Raine siguió al droide un tanto extrañada por lo de la voz pensando si realmente sonaba mecanica. Al llegar delante de aquella larva se sorprendió un buen tanto y mirandola y escuchando lo que el droide tenía que decir sobre aquel huesped, la mecanica se quedó pensativa por un momento - Podriamos usarlo como cebo para lo que tenemos que hacer después o incluso para otras cosas, un contacto... - Pensó tratando de planificar algo.

Pero pronto fue robada su atención por el droide, el cual parecía esperar una respuesta ante la pregunta planteada - Si bueno... Más bien traduce lo siguiente - Raine estaba improvisando, pero debía de hacer algo ya que se había metido sola en ese lio - Mis respetos señor Mu Nanb. Mi nombre es es Larana. Consejera de los representantes venidos en nombre de Otan. Es un placer y honor conocerle en persona y sabiendo de su estado de migración sería un autentico honor si llegaramos a coincidir en el mismo tipo de viaje, aunque en lo personal, dudo mucho que se vaya pronto ¿No es asi?

Realmente para ella misma no tenía mucha idea de si lo estaba haciendo bien o mal, pero por suerte Galek estaría cerca si necesitaba ayuda, pero no dejó que el droide actuara aún - Antes de traducirle eso, despues me interesaría saber más sobre el señor Duque Piddock, si no le es problema. Ahora si, traduzca. - Me molestaba tener que tratar a un droide como un objeto pero... tenía que hacer un poco de tripas corazon.

Galek le guiñó un ojo a Raine. La veía nerviosa, pero su instinto le decía que iba bien. No tenía ni la menor idea de qué estaba haciendo, y efectivamente evaluó que era una buena idea acercarse a la mecánica, por si necesitaba una mano. Es cierto que él se sentía un poco sapo de otro pozo, pero no había como una situación en donde se jugaba el pellejo suyo y el de otros como para sacar creatividad y astucia.

Dejó hacer a la joven, mientras observaba la situación de reojo, para mirar hacia el resto del equipo, y luego a la sala. ¿Había alguien allí que se estuviera interesando en ellos? Posiblemente, ¿cómo no hacerlo? Pero quería saber si había alguno en especial... más allá del toydariano que se lo veía muy parlanchín con Jax y Asha.

Pidió dos bebidas más, y a una la mantuvo cerca, por si era la excusa perfecta para acercarse a Raine...

Vio que Galek analizaba la situación, decidiendo acompañar a Raine para que ella también tuviese a alguien que la escoltase. Asintió con un leve movimiento de cabeza, mostrándose de acuerdo con el reparto.

Anatta seguía sin darle buena espina, pero Fayyn debía mantener un perfil bajo. ¿Fiestas y música? pensó. Los esclavistas y delincuentes solo pensáis en llevar las panzas.

Contuvo un gruñido.

Miré al toydariano distraídamente pero sin dejar de observar sus movimientos ni su mirada. Tenía que comprobar si estaba solo, o tenía alguna especie de guardaespaldas cerca observando lo que pasaba en la mesa.

Cierto. Toda buena fiesta acaba reportando algo que no esperabas cuando llegas a ella. Vienes con una intención y acabas haciendo todo lo contrario. Aquí precisamente es la primera vez que aparecemos, ¿tengo que tener algo en cuenta con los demás invitados?

No se tragaría que no conociera a nadie en aquel lugar. Al fin y al cabo, en teoría se acaban conociendo a todos en aquellos encuentros, pero quería saber qué podía opinar Anatta de los invitados a la fiesta. Si había gente habitual, si conocía a la mayoría.

BG-222 se volvió hacia Mu Nanb, sus sensores compuestos enfocándose con precisión sobre el joven sullustano. Emitió una breve secuencia de chirridos modulados y gorgoteos en perfecto sullustés, con la voz ajustada para sonar más orgánica que mecánica, según el protocolo de etiqueta para huéspedes de alto perfil. Tras dejar unos segundos, el sullustano asintió con la cabeza y el droide giró su cabeza bulbosa para continuar hablando el idioma común de la galaxia. 

—La larva honorable a mi lado responde al nombre de Larana, consejera diplomática de la colmena de Otan. Me honra el zumbido de presentarla ante usted, joven Nanb —dijo antes de retirarse. 

Parecía que el droide presentaba algunas curiosidades en su forma de hablar, pues al pasar tanto tiempo en la colmena traducía los idiomas con una perspectiva de insecto, usando expresiones propias de los geonosianos.  

Anatta revoloteaba cerca de la mesa, con su vuelo perezoso y sus alas vibrando apenas para mantenerse en el aire. Se posó sin pedir permiso, arrimando su rechoncho cuerpo a la mesa con la familiaridad de quien se cuela en todas las fiestas sin ser realmente invitado.

—¡Ah, nada como una buena reunión improvisada para sacudir el polvo de los huesos! —exclamó, y antes de que nadie pudiera impedirlo, ya le había dado un sorbo a la copa de Jax, y otra a la de Fayyn, frunciendo el ceño al probarla—. Mmm... esta necesita más chispa. ¿Qué clase de celebración es esta si no se siente en el paladar? Aunque entiendo que nadie quiere un wookiee borracho en la fiesta, eh, ¿verdad? —dijo buscando familiaridad en su broma.

Cuando Jax lanzó la pregunta sobre los demás invitados, Anatta soltó una risa nasal, aguda y breve, mientras cogía un dátil de un cuenco ajeno como si fuera suyo.

—¿Tener en cuenta? Bah, la mitad ni recuerda por qué vino, y la otra mitad vino por lo mismo que yo: la música, las luces, y la promesa de una noche que no se recordará del todo bien. —Hizo un guiño exagerado mientras flotaba ligeramente hacia atrás.

Y entonces, con una sonrisa ladeada, cambió el tono:

—Claro que... si de verdad quieres saber quién es quién aquí... bueno, esa clase de información no la dan con los canapés, amigo mío. Tiene su precio —dijo, tamborileando con sus dedos sobre la mesa—. Pero no te preocupes, para los nuevos siempre tengo una tarifa especial.

Al ser presentada por el droide, Raine hizo una leve reverencia como bien pudo. No se le daban bien, pero al menos quiso mostrar respeto y educación. Escuchó entonces la traducción de lo que había dicho o... más bien lo que representaba en lenguaje común antes de mirarle - E-esto... ¿No responde? - Le preguntó al droide con una expresión un tanto extrañada, había hecho incluso una pregunta y no parecía recibir respuesta en si pero... negó un poco - S-si no responde, expresale mis deseos de que espero que esté disfrutando de la velada.

Galek sonrió levemente. Sería un buen espectáculo ver a la mecánica oficiando de diplomática. No quería levantar demasiadas sospechas, pero se mantenía atento. Si llegaba a retirarse hacia otro lado o algo por el estilo, él se levantaría y si era necesario se presentaría como guardaespaldas.

Tomó un trago y miró hacia la mesa donde Jax, Asha y Fayyn mantenían aún la conversación con el toydariano. Parecían entretenidos...

Antes de que llegaran hasta él, el sullustano estaba sentado frente al escenario, disfrutando de la banda y manteniéndose al margen del rato de invitados. Agachó la cabeza con timidez cuando el droide interrumpió para introducir a Raine y su acompañante. 

—Encantado, consejera Larana —respondió el sullustano a la presentación del droide.

Mu Nanb se acomodó en su asiento, sus grandes ojos oscuros reflejando las luces cambiantes del salón. Aunque sus gestos eran reservados, no pudo evitar echar una rápida mirada curiosa hacia los recién llegados. Sus manos, enguantadas en un tejido fino, descansaban con calma sobre su regazo, pero la leve inclinación de su cuerpo hacia ellos delataba un interés latente.

Las noticias volaban y como los rumores, se extendían como la polvora. Si bien Asha y los demás estaban haciendo el trabajo justo por su lado, Raine esperaba hacer el suyo con el robot, pero sin embargo se acabó encontrando de bruces con otra parte de sociabilización...

No obstante en ese punto, estaba pensando como los rumores se extendían por Tatooine y por supuesto estaba dispuesta a hacer algo similar - Hablar... bien... hablar correcta... Esto va a ser dificil... Asha este es tu fuerte maldita sea... - Pensó casi queriendo haber destripado la memoria del robot - Puedo apreciar que soy de vuestro interes. No me importaría resolveros las dudas que tengais. Igualmente creo que incluso usted puede resolver las mías mismas. Mis señores están intentando realizar un trato pero...

Raine se aproximó bajando un buen tanto la voz para que la escuchara el sullustano unicamente - Ha llegado a mi saber, que hay un problema entre el ducado geonosiano. ¿Sabeis algo acerca de esto? - Buscando pues a ver si podía resolverle este quiz, la joven mecanica también  se dispuso a responder las preguntas que el propio Mu Namb pudiera tener, siempre tendiendo a ir con  cuidado.

Galek iba por buen camino, pero el rodiano empezaba a aburrirse. Le hizo un gesto a Raine de que estaría por otro lado, y miró hacia la barra, buscando al Duque y a su acompañante. Tal vez, él mismo podría acercarse y recabar algo de información...

Vació su vaso de un trago, pidió otro, con un movimiento rápido robó un bocado que había dejado alguien que le daba la espalda, y se dirigió en búsqueda de su objetivo. Un cazador siempre tiene que tener a vista a su presa, y si realmente la quiere... tiene que ir a por ella.

Les había dado tiempo a sus compañeros, pero el aburrimiento comenzaba a ser mayor y le estaba dando ansiedad toda esa situación. Nada que no pudiera resolver la adrenalina de no saber muy bien qué estaba haciendo.

Mu Nanb levantó lentamente la vista de su copa, sorprendido por la cercanía y el tono bajo de Raine. Parpadeó un par de veces con sus grandes ojos oscuros antes de responder con voz suave, casi apagada:

—Yo… no estoy seguro de a qué se refiere, consejera. No soy más que un viajero. Vine para ver los anillos de Geonosis… y ya he cumplido ese sueño. —Hizo una breve pausa, desviando la mirada hacia el escenario como si quisiera refugiarse de la conversación—. El duque… es un anfitrión generoso. Me invitó por nuestra afición compartida al jazt. Pero… problemas en su ducado… no sabría decirle.

Sus dedos se entrelazaron nerviosos sobre la mesa, y con un gesto casi imperceptible llevó la copa a los labios, aunque apenas la probó.

Galek volvió de nuevo a acercarse al duque, como ya hiciera antes. No había habido mucho cambio en él: seguía conversando con la humana de figura esbelta y aire sofisticado, quien parecía disfrutar de la atención del geonosiano tanto como de sus respuestas. El duque Piddock mantenía ese porte regio, solemne según los estándares de su especie, y respondía con paciencia a cada una de las preguntas de la mujer, casi como si estuviera encantado de exhibir la historia y tradiciones de su pueblo.

El rodiano aguardó a una distancia prudente, intentando medir el momento oportuno para entablar conversación sin interrumpir de manera grosera. La banda seguía tocando en el escenario, lo que le daba cierto amparo para disimular su presencia y, al mismo tiempo, tratar de captar fragmentos de lo que se decía.

Galek maldijo para sus adentros por no encontrar aún la hendija por la cual entrar a la conversación. Siguió tomando y aprovechó a la banda para mostrarse interesado en la dirección del duque y la mujer. Además, sus ojos tenían cierta ventaja a la hora de disimular hacia dónde es que miraba.

Es obvio que no le interesa un ápice lo que dice el duque... pero tiene que aparentar que sí... ¿quién es esa mujer? ¿Qué es lo que quiere?*