Partida Rol por web

-!Alehop¡

Exclame mientras saltaba de la ultima butaca directo al escenario, con la gracilidad de un gato protegido por Bastet, sin embargo, esa no era mi especialidad. No, mi especialidad venia ahora, corriendo deprisa, llego al lider de los cultistas, poniendo un pie encima de su cabeza y bajando la espada enfrente suya, para que pueda verlo.

-Da la orden de que tus muchachos suelten las armas y se tiren al suelo !Ahora mismo¡- Ordene, mientras acercaba el filo a su garganta, listo para sesgar su vida si se resistia.- O si no, me comere tus miembros uno por uno, y luego le dare tu calavera a la hija del dios de los muertos, para que te use como pisapapeles parlante ¿Entendido?- Añadi, con una gran sonrisa de oreja a oreja, babeando levemente con expectativa del festin que se iba convertir el cultista dentro de unos segundos, para mi y mi padre, en caso de resistirse.

El líder del culto, pese a estar enmarañado y con la espada de Ab delante de la cara, no parece muy sorprendido

- ¡Tus amenazas no me intimidan! ¡No sabéis a lo que os estáis enfrentando!

Erick había logrado llegar hasta el altar sin matarse, y por fortuna no hizo falta que ayudase a huir a la joven. Esta ya había salido por patas en medio del jaleo.
Escuchaba al lider cultista de fondo, pero no le hacía demasiado caso. Aferró su bastón con ambas manos y esperó a que se acercara alguno de los otros cultistas para arrearle en cuanto lo hicieran.

Venga, venid aquí y sabreis lo que es bueno.

Marielle comenzó a bajar las escaleras para reunirse con sus compañeros. Todavía llevaba su pequeña pistola en un bolsillo, pero a diferencia de los demás, no sacó su arma, sino que siguió manejando su tablet. Al ver el poco afán de colaboración que mostraba el lider cultista, se acercó hacia él y se colocó al lado de Abdallah. Que actitud más desafiante. Es ciertamente elogiable. Pero me temo que me has pillado de malas, asi que conseguiré que hables de una forma u otra.- le dijo con cierta malevolencia.

Trazando unos signos en su tablet, ordenó a su servidor que le acercara un soplete a la cara, y una sierra a la pierna, muy despacio. Le he ordenado que vaya lento porque quiero saber cuál llegara antes a su objetivo. Se admiten apuestas.

Viendo que la inocente ya está fuera de peligro y ha huído, Dai se queda más tranquila, se relaja en ese aspecto, pero se pone mucho más fría y seria.

Mira seriamente a los cultistas que comienzan a rodearles, ya que el lider huyó cuando ella le quitó el arma. Miró a Erick, asintiendo muy ligeramente, casi imperceptible, y luego miró al resto. Sabía que el lider no escaparía puesto que sus compañeros le tenían rodeado, así que no tenía que preocuparse por ello, simplemente apretó la mirada y esperó a que ellos se movieran. Dai no empezaba un combate nunca, siempre esperaba a ser atacada. Tenía la katana ya desenfundada, con lo cual simplemente se puso en posición defensiva.

Los cultistas enarbolan sus espadas, y en un ataque que parece una mezcla de disciplina marcial y danza, se lanzan contra los héroes. Atemorizados por su destreza, cuatro de ellos se lanzan contra Dai, describiendo círculos y espirales con sus armas, pero la samurai se defiende de sus ataques con increíble maestría, deteniendo las espadas con su katana en mitad de un torbellino de acero; los golpes de las espadas entrechocando inundan el escenario. Solo el último ataque consigue herirla, pero un movimiento a tiempo evita la mayor parte del golpe, dejando solo un rasguño insignificante en su brazo derecho.

Otros dos se lanzan contra Jose Luis, alertados por el disparo. El primero, girando sobre si mismo de forma hipnótica, pilla por sorpresa al mexicano y consigue hacerle un tajo bastante serio en el pecho; su robusta constitución evita daños severos, pero aún así es una herida profunda. Ya advertido del ataque, el segundo atacante no tiene tanta suerte y Jose Luis consigue esquivarlo. Su camiseta blanca se tiñe de rojo.

Los dos últimos atacan a Abdallah y al servidor dorado de Marielle. Ab, pese a ser atacado por la espada, reacciona a tiempo y levanta su kopesh para detener la espada de su atacante; luego se libra de él empujándole con la pierna izquierda. El servidor dorado apenas reacciona al tener la mayor parte de sus apéndices enmarañando al líder del culto; sin embargo, su carcasa metálica repele el golpe, recibiendo a cambio una minúscula muesca.

Erick se acercó a uno de los cultistas, y aferrando el bastón con las dos manos y arreó sin miramientos al pobre tipo. El bastón era más resistente de lo que habría parecido en un principio. Por lo menos más resistente que la cabeza del cultista.

El golpe de Erik, si bien no es suficiente para incapacitar al cultista, si que le deja un buen moratón en la cara y unos cuantos dientes rotos. El cultista retrocede escupiendo trocitos de dientes.

- Parece que por fin empieza lo divertido. - digo al ver como vienen hacia mí los dos cultistas.

Me preparo para defenderme lo mejor que puedo pero aún así consiguen alcanzarme y abrir un feo corte en mi pecho. Ahora mi camisa además de rota está manchada de sangre.

- ¡¡Pagareis por esto ratas inmúndas!! - grito todo lo alto que puedo para intentar captar la atención de cuantos cultistas sea posible. ¡¡Ab, no mires!!

Tras esta advertencia a mi amigo de mi cuerpo sale un Enorme Estallido de Luz.

Un cegador destello de luz surge de las manos de Jose Luis. Toda la gente que aún queda en el teatro queda paralizada, completamente cegada. Los cultistas sueltan las armas y se llevan las manos a la cara; solo uno parece haber soportado el destello, aunque se le nota algo aturdido. 

Sin embargo, la advertencia de Jose Luis llega tarde para sus compañeros. La mayoría resisten el destello sin problemas, pero Marielle queda cegada.

Al no recibir un ataque directo por parte de los cultistas me sentía con mucha más libertad y seguridad para atacar, pero el grito de Jose Luís me frena. Tarde, me echo el brazo sobre los ojos y medio giro el cuerpo en dirección contraria, aunque puedo tener una muy buena idea del pedazo de destello que ha debido dejar a los cultistas con los ojos sangrando. ¡Es más, podría habernos dejado ciegos a todos, joder!

Aún tras el brazo cierro los ojos con fuerza, esperando que la intensidad remita para poder desprotegerme con seguridad.

Centrándose en el cultista al que ha golpeado Erick, Dai ni si quiera pestañea ante el destello de luz; toda su atención estaba concentrada en su hoja y su objetivo. Como una centella, el arco de su katana describe un preciso arco y golpea en la cara del enemigo. El destello de luz distrae por unas milésimas a Dai y hace que golpee con el dorso del arma en vez de con el filo, haciendo el golpe más contundente que cortante. Sin embargo, sumado a las heridas que le había provocado Erick con su bastón, es suficiente para dejarlo inconsciente en el suelo.

La situacion era un caos, no solo el lider se negaba a cooperar, sino que ademas, casi me clavan en la espalda el frio filo de una arma de los sectitas. Por suerte, lo bloquee y esquive justo a tiempo, librandome de una muerte segura. No asi tanto, como la luz de Jose, que casi me derrite la corneas,sino fuera porque me lleve instintivamente un brazo al rostro. Odiaba que hiciera eso, ya me olvidaba porque tuve que comprarme unas gafas de Armani.

-!Quien juega sucio ahora, listillo¡

Exclame, mientras esgrimia mi Kopesh, haciendo un corte vertical sobre el pecho del cultista que me habia atacado, aprovechando su ceguera y momentanea debilidad. Seguro que habia unas leyes y honor que dictaban que no deberia atacar de esa manera a un rival indefenso, pero como suelo decir, no soy policia, solo soy el tipo que se encarga de ensuciarse las manos.