Partida Rol por web

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Karma arquea una ceja, pero parece creerse la excusa de Dai

- Bien, vamos a mi despacho entonces

Cuando Karma se da la vuelta, el samurai se dirige a Dai

- Bien, si no necesitas nada más, será mejor que me marche, no sea que me vaya a ver alguien más

Dai le hace una ligera reverencia con la cabeza y sonríe. Después se dirige al despacho con Karma.

- A ver que es lo que se le viene a esta a la cabeza para preguntarnos. - pienso mientras sigo en silencio a Karma y Dai. Espero que se conforme con las explicaciones que le demos a la primera.

Con un poco de confianza y mucha ayuda las cosas suelen resolverse. Esta vez Karma les sacó del lio sin que tuvieramos que dar más explicaciones. En verdad se había ganado su sueldo, Erick pensó tendría que hacer algo para conseguir que le dieran una bonificación despues de todo por lo que había pasado.

Cuando la joven dijo de ir a su despacho a hablar no se quejó. Era lo menos que podían hacer. No es que le fueran a decir mucho, claro está, pero al menos habría más discreción para el asunto.

Muy bien. Vayamos pues.

Karma os conduce a su despacho. El hotel está lleno de policías y médicos; algunos de los asistentes a la obra están en estado de shock. Un policía discute con el que parece ser el director del hotel; el policía le dice que cierre mientras se investiga, y el director dice que no, que de ninguna manera, que estaba en Las Vegas y bla bla bla. Los empleados hacen lo posible por calmar a los curiosos y animarles a seguir jugando en el casino. A fin de cuentas, en Las Vegas no se deja nunca de jugar, por el motivo que sea.

El despacho de Karma es amplio, pero austero. Simplemente un escritorio con un ordenador, una silla giratoria, unas cuantas estanterías, un archivador, y un diploma colgado sobre la mesa. También hay sillas y un sofá para las visitas. Karma se sienta en su silla y os invita a sentaros. Su gesto es grave, como si estuviese tratando de contener algo.

- Bien, ¿podriais explicarme que es lo que acabo de ver?

Era una buena pregunta. Se la notaba tensa, estaba claro que intuia uqe algo raro pasaba pero no se atrevía a decirlo en voz alta.

La respuesta debería ser igual de concisa y directa.

No.

Dai estaba algo más relajada y miró a Karma cuando entraron, debería tomarse el día de descanso, ha sido muy duro, y van a venir peores. Iba a sugerirlo cuando el joven rubio contestó tajantemente.

Lo miró sorprendida, sabía que poco podrían contar la pobre Karma, pero no era tampoco forma de contestarle. Además de que les había ayudado, se merecía mucho más que un NO.

Sin duda si las miradas matasen...

- Bueno, me temo que tampoco sabemos mucho de lo que ha ocurrido. Al parecer varios de los actores trataban de asesinar a una mujer y tuve que impedirlo. Mi código de honor así lo requiere. Mis compañeros acudieron en mi ayuda al verme en minoría, por supuesto.

Si bien no mentía, como buena samurai, no tenía por qué contar todos los detalles.

Karma se frota las sienes con gesto hastiado

- No me vengais con esas. Han estado ocurriendo cosas raras desde que vosotros y vuestros "benefactores" aparecisteis, y lo de esta noche ha sido la gota que ha colmado el vaso. Tenemos el hall del hotel lleno de gente que afirma haber visto como salían enjambres de moscas de los cuerpos de unos actores que ya no están, y un destello de luz surgido de ninguna parte. Así que por favor, yo he confiado en vosotros; confiad vosotros en mi...

- Maldita sea. Ya sabía yo que pasaría esto. - pienso al ver el camino que toma la conversación.

- Me gustaría decirte algo más de lo que te han dicho mis compañeros. - digo mintiendo claramente. Pero no podemos decirte nada más que eso.

- ¿Moscas saliendo de los cuerpos de unos actores? - pregunto. Creo que la gente cuando empezó a ver los cuchillos y demás empezó a asustarse y tergiversar la realidad.

- Y lo de la luz supongo que alguien encendería una linterna o un foco. - digo. No lo sé con seguridad. Tenía suficiente con que los falsos actores no me ensartaran en sus cuchillos como para preocuparme de si alguien enciende una luz más o menos.

-Esta bien ¿Quiere la verdad? Yo no tengo problemas en contarselo.- Dije como si nada, mientras me rascaba bajo el ojo con una uña roñosa por la sangre.- Pero hay un precio, no, mejor dicho, dos pagos por saberlo. El primero, nadie mas debe saber esto, una vez sea vea implicada, debe ayudarnos a toda costa a convencer a todo ese hall, de que lo de esta noche, jamas ha ocurrido, o si no, habra consecuencias. Y dos, despidase de su vida, despidase de todo lo que sabe, porque cuando sepa lo que esta ocurriendo aqui, todos los dias de su vida sera como este, uno tras otro, sera como entrar en el pais de las maravillas, siendo acosada por locuras aun peores de la que ha contemplado, una pesadilla de la que nunca podra despertar, y aun cuando lo haga, lo mas seguro sera en un callejon con contenedores, aferrando una botella de licor, bajo una manta de carton, dejando que la lluvia borre una vez mas, el recuerdo de todo lo que perdio, por una sola, sencilla, y simple respuesta sincera.- Me quede contemplandola, con aquella sonrisa permanente y las manos en los bolsillos, solo me faltaba el traje rojo y los cuernos, y la gente me confundiria por el hijo de otro, aun mas metido en los fuegos del inframundo.-¿Asi que, hay trato?- Pregunte, mientras estiraba una mano, para que me la estrechara.

Cuando habla Jose Luis, Karma mira con algo de incredulidad, pero la respuesta de Ab deja a Karma congelada. Durante unos segundos solo os mantiene la mirada. Luego suspira.

- ¿Pero de que estás hablando? Por lo que has dicho parece que me tomes por tonta. Llevo toda mi vida trabajando en Las Vegas; conozco de sobra que esto es un nido de delincuentes, pobres y ricos. Yo estaba pensando que quizás alguien hubiese puesto LSD o algo parecido en las bebidas para perjudicar las ganancias del casino. Pero tu parece que estés hablando de una novela de Lovecraft...

- Ab, deja de decir sandeces. - le recrimino dándole un pescozón. Si se lo hubiera dado otro se ganaba como mínimo un puñetazo en toda la mandíbula y una fractura de la misma pero a mi no me pondría un dedo encima.

- No le hagas caso. - digo girándome a Karma. Le encanta gastar ese tipo de bromas de mal gusto.

- ¿LSD? Pudiera ser. - digo con conocimiento de causa. No obstante mucha cantidad habrán usado para afectar a todo el mundo. A no ser que lo hubieran puesto en los hielos. En ese caso a lo mejor podría resultar convincente.

- Disculpe un momento. - digo echándo mano al bolsillo y sacándo el móvil. Tengo que contestar.

- Dime, ¿qué pasa? - contesto al teléfono sin esperar respuesta alguna.

Dicho esto salgo de la sala y marco uno de los números frecuentes.

Cuando contestan al otro lado me meto en una sala vacía y sin levantar la voz digo.

- Martín, coged un par de bolsas de Cubitos de Hielo de los de LSD y traedlos a la puerta trasera del Hotel Wynn. Yo me encargaré de que os dejen pasar.

- Luego lo llevais al Salón de actos y dais el cambiazo por los cubitos que haya allí.

- Os quiero aquí en menos de 5 minutos. ¿Entendido? Traete a López y a Stevens contigo.

Una vez cuelgo el teléfono llamo a Ab.

- Ok jefe