Partida Rol por web

Karma le tiende la mano a Ab con una sonrisa

- No hay de que. No sé que pasó exactamente esta mañana, pero tengo la impresión de que os debo mucho, así que podéis contar mi ayuda siempre que sea necesario

Dai permanece en silencio, no ha comprendido muy bien la intención de Abdallah que además ha ignorado completamente su ofrecimiento. Algo que a la mujer oriental le parece de muy mal gusto.

Miró a Erick de soslayo y suspiró cansada.

Después sonrió dulcemente a Karma y le agradeció toda su ayuda, tras lo cual decidió salir del despacho y preguntar a sus compañeros por sus intenciones.

Al encontrarme con todos asiento con la cabeza a Ab para que sepa que ya está todo resuelto.

- Y bien, ¿qué me he perdido? - pregunto. ¿Habeis sacado algo en claro?

-Tenemos un nombre, Pattrick O`connell, director de dia, y mesias en sueños.- Bromee, aunque con la ceja alzada, me estaba mordiendo los labios, para no preguntar de que iba todo ese "asunto".-Aun no sabemos, si es inocente, dice que la segunda parte no fue culpa suya y los actores improvisaron mas de la cuienta, pero toda la primera parte la escribio el a puño y letra, Dai, se ha ofrecido a hablar con el tipo. Te preguntaria, si quieres acompañarla, pero se que no te gusta ir de sutil ¿Quizas Erick o Bern, deberian acompañarla? Vosotros se os da mejor, todo el rollo de la investigacion ¿No?- Pregunte a los complices mencionados, mirando a los dos, a ver quien se daba de hostias por la entrevista.

Al final salieron del despacho de Karma, a pesar del que ha dicho de que les debe bastante, son ellos los que le deben algo a la joven. Es una humana corriente y ha estado en peligro y envuelta en actos divinos.

Al encontrarse con José Luís quedó claro que debían ir a ver al tal O´Connell. La cuestión es quién.

A mi no me importaría ir la verdad. Me apetece hablar con ese tipo. Y desde luego impresiono menos que voostros dos.

- Supongo que habeis averiguado quién contrató a los actores, ¿verdad? - digo. Seguro que quién lo haya hecho estaba al corriente de todo pues nadie contrata a tantos tipos sin saber nada de sus planes.

- También sería bueno investigar las casas de cada uno de los actores intervinientes en la obra. - añado. A lo mejor pueden arrojar algo de luz al asunto.

Si son de Las Vegas sí. Pero si son de una compañia de teatro, o se hacian pasar por una, no tienen por qué ser de aquí. Aun así es buena idea preguntarlo.

Por Erick ya podían ir a ver al director de la obra. Seguro que sabe algo interesante.

Ab y Bern se separan del grupo, cada uno a sus propios asuntos, y os dejan a vosotros la tarea del interrogatorio.

El director de la obra se encuentra en su camerino del backstage. La policía acaba de interrogarlo, y aunque no lo han arrestado, el hombre está cabizbajo. En una de sus manos agita lo que parece un vaso de whisky.

El camerino es amplio, con un escritorio, un ordenador, una licorera y una mini nevera. Hay varios posters de las obras creadas por el director adornando la habitación. "Panegyris" es una de ellas; también podéis ver uno de una versión contemporanea de "El sueño de una noche de verano", y una que reza "La manzana de la discordia". 

El director levanta la vista cuando pasais al camerino; tiene una mirada entre triste y cabreada

- ¿Quienes son ustedes? No firmo autógrafos.

El Luxor; uno de los casinos más conocidos de Las Vegas. Sobek, alias Javier Barroso, ha elegido este hotel-casino temático como su lugar de residencia. Lo cierto es que, por lo que sabes de tu padre, estaría más a gusto nadando en los Everglades de California que rodeado de la parafernalia pseudo-egipcia del Luxor, lugar que sin duda Ra o Bastet disfrutarían más. Pero es lo que toca, y puestos a elegir, el Luxor tiene unos bonitos jardines que recrean la rivera del Nilo.

Justamente ahí es donde encuentras a Javier, sentado en una mesa frente al río artificial, tomando una copa de cerveza y escribiendo en un portátil.

El Orleans es uno de los casinos más antiguos y conocidos de la ciudad. Como muchos de los casinos famosos, destaca por tener una temática concreta para animar a los clientes y hacerles sentir en un ambiente único. En su caso, el Orleans recrea un festivo ambiente sureño, con música de jazz, máscaras de carnaval y mucho, mucho ron. Cuando preguntas por Eugene Delacroix en recepción, te mandan directamente al casino. Una vez allí no te resulta difícil localizar a tu padre; está jugando con efusividad a los dados, y animando la fiesta a su alrededor. Como es habitual en él, en una mano lleva una copa de ron, y en la otra un puro. Parece que lleva una buena racha, y la gente se congrega a su alrededor. Una joven rubia, con un vestido rojo que deja poco a la imaginación, le sujeta por la cintura; debe ser una de las típicas pelanduscas que se arriman a los que triunfan en los juegos de azar.

-Creo que debo haber viajado al pasado hasta el anitguo egipcio, porque de camino aqui, me he encontrado con un par de momias, de las que van en silla de ruedas y se gastan la pension del jubilado en tragaperras.

Salude con una gran sonrisa, bromeando, mientras me acercaba a Javier, no, Sobek, no, mi padre a paso acelerado. Estaba algo nervioso, y empezaba que sonreia mas como modo de defensa, para no esgrimir un gesto de angustia y estres. Empezaba a sospechar que no estaba listo, para verle de nuevo despues de tantos años.

-¿Te importa que me siente contigo, y te de un poco la tabarra?- Pregunte semi-formal, mientras adquiria una silla, donde sentarme de frente al rio que habia como paisaje.- Necesito hablar contigo, y quizas, disculparme contigo, por como me porte en la reunion de los demas "jefazos".

Javier cerró el portátil y te miró, dedicándote una de esas sonrisas que no sabes si son de complicidad o de depredador; desempeñando su papel de abogado, probablemente sea de ambas cosas.

- No te preocupes; no te elegí por tu tacto con la gente, precisamente. ¿Una cerveza?

-Si, con algo para picar, por favor.- Confirme, la cerveza estaba bien, pero me muero por una hamburguesa cruda con queso.- Ya, lo se, me elegiste porque se hacer mi trabajo, no tengo problemas para ensuciarme las manos, y todo el paquete de requisitos que viene con mi posicion, pero estas ultimas horas, han sido muy diferentes de lo usual, ahora no trabajo solo, sino con otros como yo, iguales en origen pero con diferentes roles. Y me estoy empezando a dar cuenta, de que les he ofendido, al insultar sus superiores  y JoderestoyempezandoahablarcomoDaiquecoñomepasa...- Aprieto los dientes con fuerza, mientras aprieto el puente de mi nariz con fuerza, intentando frenar el dolor de cabeza.- Disculpame, me encuentro un poco raro desde el ataque de esta noche. No se si estas informado, pero hubo un ataque sectario en mitad de la obra haciendo un ritual de sacrificio, y aparecio un tio deforme y ojos amarillos llamado Hundun, ha sido una puta pesadilla. Por un momento, creia que David Lynch se habia puesto a dirigir mi vida ¿Te suena el nombre?

Una guapa camarera de piel tostada, vestida como una concubina egipcia (o al menos lo que los yankis creen que era una concubina egipcia) trae otra cerveza negra y una hamburguesa poco hecha. Cuando se marcha, Sobek comenta

- ¿Ves? Esto me jode. Como los yankis no tienen más de 200 años de historia, cogen la de otras culturas más antiguas y respetables que las suyas y las modifican a su antojo. No me extraña nada que luego pongan ballestas en películas de romanos. En fin, al menos la cerveza es de receta egipcia original.

Cuando comentas lo de la reunión se rie un poco por lo bajo

- Ofender no creo; el nórdico y el mexicano son un poco cascarrabias, y el chino es un burócrata de pies a cabeza y cualquier cosa que se salga un poco de los esquemas le trastoca. A los demás diría que incluso les hizo gracia.

Mientras atiende a tu explicación del combate, su sonrisa se va torciendo en un gesto primero de extrañeza, y luego de preocupación.

- ¿Dijo "Hundun"? ¿Estás seguro?
 

Mientras te dirigías al Orleans, has presentido que alguien te seguía. En una farola has conseguido atisbarlo; parece un hombre oriental, ni joven ni viejo, alto y delgado, pero de brazos y manos fuertes y piernas largas. En cuanto fue consciente de que le habías visto, se esfumó y no lo has vuelto a ver en todo tu trayecto hacia el Orleans.