Partida Rol por web

El legado de Caernwiira

Los Peligros del Reino - Primera Parte: En la Venta del Tio Fendrik

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23/07/2014, 19:26
Villano

El buhonero bufó como un gato, arrugando la nariz.

- Y qué me va a decir maese. Mucho hablan, pero poco meneo. Los guardias 'tan acobardaos en el fuerte y ya apenas salen a limpiar los caminos; dicen que han cambiao al capitán porque el otro s'a esfumao. Pa mi que lo mataron, l'habrán asaetao o comío las tripas un basilisco, a saber.

Dió un trago largo a la birra. Amagó un eructo.

- Y encima han doblao el diezmo. Pero pa qué lo piden, ¡si no patrullan! Al menos los bandoleros no te prometen ná. Si la guardia no sirve pa mantener los pasos seguros, pos pa qué tienen fuerte y demases. Anque bueno, mejor no hablar...

 

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23/07/2014, 19:34
Villano

Amagos, gestos. Lo que eran simples tics para unos, para ti era todo un discurso de intenciones.

Yo sólo soy un recadero. Pregunta en el fuerte. Allí llevan todo.

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24/07/2014, 13:48
Batracio

La taberna estaba animada. Había oscurecido y toda la sala estaba muy bien iluminada por el ambiente que se estaba creando. El guerrero frente a él también observaba la escena entre los parroquianos y mercaderes hablando de sus malas fortunas y alguna clase de criatura de la noche que vagaba aullándole a la luna.

Decían que era un vampiro... pero los vampiros prefieren la sangre de la gente ¿Podía tratarse de un chupacabras? En las tierras del sur había una leyenda sobre un lobo que en las noches chupaba la sangre al ganado.... Si hubiera alguna biblioteca por aquí podría buscar más información.

Batracio pensó en ello y a través de la ventana cercana buscó la luz de la luna, sintió un frío recorriéndole la espalda y se llevó la mano al pecho para sujetar un colgante que llevaba bajo la camisa.

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24/07/2014, 15:50
Berék

Berék miro con asombro como aquel alfeñique, al que unos instantes antes casi no le salían las palabras, le hablaba ahora de corrido sentado a su mesa y sin siquiera haber sido invitado. La situación le resultaba tan ridícula y la cerveza estaba tan buena que no pudo evitar soltar una sonora risotada.

- ¡Jajaja! ¡Tienes huevos tú! Que sepas que en cualquier otra situación te habría largado de una patada, pero he venido aquí dispuesto a ver u oír cualquier cosa ¡Y por todos mis muertos que empieza bien la noche! –dicho esto se reclino sobre la mesa apoyándose en sus codos y apuntándole con el cuchillo con el que estaba comiendo añadió-. Lo que no aceptaré es que sigas bebiendo ese meado de manzanas, no en mi mesa.

Y sin darle opción a réplica alzo la voz llamando a la camarera.

- ¡Moza! Una jarra de esta estupenda cerveza para mi amigo –y volviéndose hacia el recién llegado con una gran sonrisa-. ¡Jajaja! ¿Qué me contabas del tiempo compañero?

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24/07/2014, 20:41
Valindra

- Supongo que no habrá llegado todavía - respondo al enano cuando me responde con una negativa - Por cierto, ha escuchado algún rumor últimamente? Tal vez haya pasado por aquí alguna otra elfa? - Si el benefactor que me había mandado la carta no había llegado todavía, quizá Ysera hubiese pasado por estas tierras. Por cómo me miraban algunos parroquianos, elfa no pasaría desapercibida.

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25/07/2014, 00:10
Marga

¡Va, va! ¡Ara mismo!

En un instante volvió Marga con más cerveza, dispuesta a secar las gargantas de los aventureros. Nadie le ganaba en sonrisas y buena voluntad, y quizás por ello las trajo bien llenas. Aunque la de Batracio parecía estar un poquito más rebosante.

Aquí tienes, precioso.

Se marchó con un guiño, de vuelta a la barra y a lo suyo.

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25/07/2014, 00:11
Fendrik el Tonelillo

Fendrik parpadeó, taciturno, y miró a Valindra detenidamente. De arriba a abajo; quizás, buscando alguna característica que le recordara a otros elfos que hubiera visto. Tenía que admitir que no veía muchos y que todos más o menos le parecían iguales. Delgaduchos, estirados, orejas puntiagudas. Con ojos almendrados, como ninfas. Pero desde luego, no pasaban desapercibidos.

No recuerdo, muchacha. Pero esta es una zona peligrosa, así que si a una amiga buscas, no querrás que esté por aquí. Anque digo yo, ¿qué ha perdio uno de los tuyos por aquí, si no hay ná que ver?

Rumores. Hizo memoria; su mirada, de pronto, se dirigió momentáneamente al buhonero que hablaba con Randel. Le hizo recordar algo, sí.

Ta la cosa mal por aquí, ya apenas hay patrullas. Dicen que nadie ya quiere ser guardia, y que los pocos cobran demasiado diezmo pa qu'el comercio aguante. A mi me cuesta sacar mis barriles, y eso que hago la mejor cerveza. ¡Si no me crees, pruébala! Seguro que no conoces mejor bebida entre Seidhe, anque... con ese cuerpo de cervatillo, no sé si aguantases. Soltó una carcajada, ronca. Pero sin malicia alguna.

Añadió de pasada, encogiéndose de hombros.

También hablan de un vampiro, pero yo no he visto ná. Por si acaso, yo sigo encendiendo la fogata.

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25/07/2014, 12:05
Randel

Randel traga con gusto la cerveza enana, era de lo mejorcito que bebía en muchas semanas, y además estaba riquísima con el regusto que le había dejado la tarda de arándanos. Mientras asentía atento a las palabras del mozo.

-¿Cambio de capitán? Siempre buscan a quien echarle el muerto a uno cuando las cosas no vana bien.

Dice asintiendo con gesto mustio mirando las llamas, mientras seguía escuchando las palabras del chaval. cuando este termina el hombre le mira asintiendo de nuevo.

-Ciertamente mejor no hablar de ello demasiado, a fin de cuentas no son más que nosotros tampoco. Quien pondría gustoso el pellejo en peligro pudiendo estar tras los muros, a buen recaudo y con la despensa llena... pero, para hacer eso no es de recibo el doblar impuestos, leñe.

Luego pasea un momento la mirada por los parroquianos, deteniendo la mirada en la joven elfa, su exotismo le llama la atención. Pero tampoco detiene más de la cuenta su atención en ella, no queriendo incomodarla.

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25/07/2014, 12:13
Randel

Entre gestos y vocablos extendidos entre los de su calaña, pregunta.

¿El camino es seguro? ¿Algún peligro conocido?

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25/07/2014, 12:38
Batracio

Batracio parpadeó varias veces - ¿Una pa-patada? - Enseguida encontró el tono amigable del semielfo. Y se relajó, pidió para él una cerveza y Batracio aprovechó que se giraba hacia la camarera para terminar los últimos sorbos de su sopa. Cuando la cerveza cayó sobre la mesa como un martillo no derramó ni un poco de espuma. G-gracias- Devolvió la sonrisa a la enana que le parecía realmente encantadora

Batracio sujetó la jarra - Muchas gracias, me llamo Batracio. Vengo del eeeeeh-este. Había oído rumores de Caernwiira y había venido a ver q-qué podía hacer aquí. - Batracio dió un sorbo de la cerveza y abrió los ojos de par en par cruzando su mirada con Berek - ¡¡Esta cerveza está buenísima!! ¿El tiempo? Ah uh, sí, he estado pensando en el tiempo, con tanta lluvia debe ser imposible seguir rastros, y todos los días desde que me adentré en esta provincia el cielo ha estado nublado.... dejando todo en penumbra...

Esperaba que fueras alguna clase de aventurero o mercenario que llevaras un tiempo por aquí y me pudieras decir algo de Mur Minith - Un parroquiano había escuchado la conversación y miraba a ambos aventureros de reojo- Pero si acabas de llegar no sabrás mucho más. Tengo intención de visitar ese lugar.

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25/07/2014, 17:53
DM

Mur Minith... Te resultaba familiar. Muy familiar.

Oh, por supuesto. De pronto lo recordaste, a tu cabeza vino una de las muchas historias que leíste alguna vez, o que quizás tu madre te contara. Solía hablarte mucho sobre las leyendas de otros lugares. Cuentos, historias. En todos había algo de verdad.

En concreto, Mur Minith era el nombre de un castillo, la joya de Caernwiira. Solía ser la residencia real hasta hace cierto tiempo, si bien también era conocido por ser un lugar de mucha desgracia. Fue construido con la ayuda de las grandes familias de arquitectos enanos, más familiarizados ellos que los homes, sobre como había que tratar la piedra. Fue un regalo de estos a la corona por ayudarles a establecerse tras el Gran Éxodo y la resistencia ofrecida contra los invasores lusitanos. La construcción tiene más de un siglo.

Se ubica en el punto más alto de Llyr Minith, la capital.

Hace unas dos décadas, el rey actual decidió abandonarlo. Algunos dicen que fue encantado, o que uno de los monarcas faltó a un juramento hereditario, desatando una oscura maldición que hoy lo asola. Podrían no ser más que habladurias; también se dice que es muy costoso mantenerlo y que hoy en día se encuentra en un estado ruinoso. La economia de Caernwiira hace años que ha entrado en declive.

Pero en todo rumor hay algo de verdad.

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25/07/2014, 20:18
DM

De la desesperación, vino la esperanza. La vió al fondo, entre la niebla. Una luz, una fogata. Humo y ventanas por las cuales se atisbaban sombras.

Civilización.

Los cascos de los caballos chapoteaban contra el camino embarrado. Hacía lluvia, y aunque fuera poca, era suficiente para agitar sus ánimos. La brisa ululante y los nubarrones que apenas dejaban entrever el rostro mortecino de la luna. Era una noche espesa, casi siniestra. Peligrosa.

¡Aquí, aquí! – mandó detener el carruaje cuando llegaron a la venta. No había tiempo para ceremonias. Bajó, embarrando los zapatos, arrastrando los bordes de la capa mientras se ciñó el capuz a toda prisa. La aya se quedó dentro; esperando. Le acompañó uno de los muchachos, tras bajar de la alazana.

Había pedido a los dioses que le dieran fuerzas, que de algún modo la ayudaran. Jamás había sufrido tanto, ni en sus peores pesadillas.

¿Habrían respondido a sus plegarias?

 

Pasaban las horas. De pronto, un suceso insólito interrumpe la placidez de la velada. Alguien golpea la puerta. Repetidamente; vehementemente. Al cuarto golpe, decide abrir. Fendrik deja de prestar atención a Valindra y farfulla, preguntándose quién rayos es. Marga dirige la vista a la entrada, extrañada.

Entran en escena dos personas. Un hombre vestido como un luchador, espada al cinto, embutido en un jubón de cuero. Ambos llevan capa. Ella se la quita, lanza la vista en derredor. Es una mujer rubia, de tez pálida. Una caernwii.

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25/07/2014, 20:22
Gabrielle

Por favor, ¡que alguien me ayude!

La mujer maulla con voz quebrada. Sus ojos, bonitos, azulados, a la luz del candil también se aprecian enrojecidos. Por su aspecto es una mujer de burgo, de las que no pasan hambre, pero que al mismo tiempo no se lleva todo lo que puede a la boca. Joven, no pasará de la treintena.

Su acompañante parece un escolta.

Mi hija... Ha desaparecido. Necesito... ¡Necesito que la alguien la encuentre! ¡Es una niña! ¡Por piedad, ayúdenme!

Alterada, le cuesta respirar. Balbucea. El escolta la agarra del hombro; ella se apoya en él. No le quedan fuerzas. Sus pies y bordes de la capa, embarrados.

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27/07/2014, 02:06
Kano

De muchas cosas se habla hoy en día, vampiros, guardias corruptos y mercados extraños. Me mantuve bastante alejado y disfrutando de la compañía de mi hada. 

Hasta que llego la noche y con ella los horrores, una mujer golpea la puerta y al abrirsele  clama por ayuda Vienes al lugar indicado, joven dama, ninguna persona o cosa escapa de la vista del Dios Ra, sí me puedes dar parte del ultimo lugar donde se ha visto a tu niña me encargaré personalmente de encontrarla le dije con calma y convicción intentando tranquilizar su roto corazón mientras me paraba para entrar a la acción. Los culpables sufrirán.

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28/07/2014, 11:41
Valindra

 ¿qué ha perdio uno de los tuyos por aquí, si no hay ná que ver?

- Eso me gustaría saber a mi... - murmullo en voz baja. El tabernero me cuenta cómo están las cosas por la zona últimamente -  Sin duda aquí también tenéis vuestros problemas - Cuando Fendrik menciona al buhonero hago el ademán de ir hacia él pero en ese momento aparece una mujer joven y bien vestida, acompañada por un escolta. La mujer parece un poco desesperada y pide ayuda a la audiencia para encontrar a su hija desaparecida. Otra desaparición. Ysera no es la única... Un hombre que hasta ahora había pasado desapercibido en la taberna se ofrece a ayudarla, asegurando que será capaz de encontrar a la niña. Miro a dicho hombre con extrañeza, entornando los ojos y analizandole de arriba abajo... finalmente me acerco a ellos - Malos tiempos corren en Caerwiira señora. Su hija no es la única que ha desaparecido. Yo estoy en la búsqueda de mi hermana querida. Le prometo que haré lo que esté en mis manos para ayudarla - vuelvo a mirar fijamente al hombre de la pequeña hada al hombro - Si unimos fuerzas podremos dar antes con esa niña, ¿no te parece?

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28/07/2014, 12:24
DM

De pronto, la venta enmudeció. Todos los parroquianos fijaron su atención en la bella dama y en los dos aventureros que se ofrecieron voluntarios. No es que dejaran de sentir lástima por ella, pero había que ser o bien insensato, o muy valiente y bondadoso para prestarse a semejante tarea. Afuera, llovía y hacía oscuro. No había nada que invitara a salir, y menos con los últimos rumores.

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28/07/2014, 12:27
Gabrielle

Gracias... La voz de Gabrielle se desvaneció con un suspiro. Tomó aire y procuró tranquilizarse. No era tiempo para llantos, pero en momentos como este, la voluntad flaqueaba. El miedo era lo único que quedaba.

El miedo.

Se estremeció pensando en su hija. Seguramente estaría aterrorizada. Perdida, sola en la noche. En un lugar desconocido y hostil.

Tenéis mi gratitud, mil... Mil gracias. Que los dioses os bendigan. Sois aventureros, ¿no es así? Parecéis... no terminó la frase, ahora mirándoles con un poco más de atención. Un hombre con aspecto extranjero. Una Seidhe.

Mi hija se llama Oriana. Es una niña pequeña, de la ciudad. Es buena, aunque... traviesa. Detuvimos los carruajes para dar de beber a los caballos y en cuanto me quise percatar, ¡desapareció! La hemos buscado por la zona, pero... llegó la noche, y temo por ella. Temo por lo que pase... Esta zona es peligrosa, hay... Por favor, buscadla.

Alzó la vista, hacia el resto de la venta.

Quienes ayuden a estas buenas gentes, sabed que ofrezco recompensa por mi hija.

Si no podía conmover los corazones, Gabrielle también sabía emplear otras lenguas. Entre otras, la del dinero. Sabía cómo funcionaba el mundo, y por ello, estaba dispuesta a dar lo que fuera.

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28/07/2014, 13:16
Berék

- Si, mal tiempo para la caza aunque cuando pare la lluvia el barro hará que cualquier huella se marque con facilidad –comento de forma mecánica y con la mirada perdida en la espuma de su cerveza.

- Mur Minith… algo sí que se de ese castillo, aunque ignoro que habrá de verdad en ello –Berék hizo otra pausa para aclararse la garganta con un buen trago de cerveza y de paso ordenar sus ideas-.  Veras, el rey Bhatair lo abandonó hará ya veinte años, las malas lenguas dicen que salía demasiado caro mantener en pie sus muros pero ¿Sabes? Mur Minith fue un regalo de los señores enanos y cuando un enano pone una piedra sobre otra estas no se caen si alguien no las tira, no señor. Yo creo que algo siniestro maldijo ese lugar y que ahora no hay quien viva en el. Si quieres ir, llegar es fácil esta en lo más alto de Llyr Minith, la capital -y esbozando una siniestra sonrisa añadió-, pero yo me pondría en paz con los dioses antes de cruzar esos muros.

Una repentina llamada en la puerta hizo saltar con un escalofrío a los dos hombres embebidos en aquella historia de fantasmas. Y Berék no pudo menos que reprenderse avergonzado por haberse asustado con su propia historia, un hombre como él no se asustaba de nada y menos de un cuento de vieja, solo necesitaba una oportunidad para probarse a sí mismo y a los demás que era a él a quien debían temer los fantasmas y monstruos de la noche. Cuando el posadero abrió la puerta una mujer rubia y bien vestida seguida por su escolta, entro como una tromba completamente alterada.

- Mi hija... Ha desaparecido. Necesito... ¡Necesito que la alguien la encuentre! ¡Es una niña! ¡Por piedad, ayúdenme!

Berék sonrió, ahí estaba su oportunidad ¿Qué mejor que ayudar una dama en apuros para limpiar su honor? Con dos bocados y un trago terminó lo poco que quedaba de su cena y cerveza, la noche iba a ser larga y no había razón para enfrentarla con el estómago vacío o la garganta reseca. Entre tanto uno de los presentes y la Seidhe ya se habían ofrecido voluntarios para ayudar a la dama y esta para animar al resto acababa de anunciar una recompensa, estaba más que dispuesto a luchar solo por su orgullo pero no iba a decirle que no a unas cuantas monedas de oro.

- ¡Cuenta también con mi espada! Cortaré la garganta de cualquiera que se dedique a robar niñas.

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28/07/2014, 13:26
Batracio

Batracio observó a la mujer resollante, y esperó unos minutos en los que tres valientes se levantaron prestos a ayudar a esa mujer, fuera por el dinero o por la preocupación real por una niña perdida. Eso ya se juzgaría después.

Batracio fué detrás de Berek dándole una palmada al hombro - Aunque no se haya presentado quien nos trajera aquí.... he venido a esto - Batracio no dejó de pensar que esto bien podría ser una trampa, ninguna bella mujer podía sacarle nunca de sus razocinios... ahora... que su cuerpo respondiera a su cerebro ya era otro cantar.

Hizo el gesto de colocarse su sombrero de mago, aunque no había nada en sus manos. ¡Por supuesto! Sus ropas de mago estaban en su mochila, ya había probado la hostilidad de los aldeanos para con los magos y había optado por ropas más mundanas.

Se dirigió al grupito, quedando entre ellos como uno más, con su bastón en su mano derecha - Yo también ayudaré, de hecho, no hay tiempo que perder, deberías llevarnos al sitio donde la perdiste - Dijo tuteando a la dama, desconocedor por completo de quien se trataba, pero sintiéndose "seguro" entre el puñado de mercenarios armados que le rodeaban.

Y con esto se adelantó a Gabrielle y al grupo haciendo aspavientos al hombre del carruaje para que diera media-vuelta y se preparara para reandar el camino

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28/07/2014, 15:19
Randel

Randel estaba apoyado en la gran chimenea junto al resto de parroquianos, charlando y bebiendo, disfrutando de la calidez del fuego cuando llegó la mujer... y vaya mujer. El comerciante la repasó de arriba a bajo detenidamente desde la lejanía, poniendo a funcionar su imaginación para mejorar lo que las ropas escondían...

... cuando finalmente dejó de fantasear, vio como varios de los asistentes, los que pintas más raras, o exóticas, mostraban.

Aventureros... dales una posibilidad de hacer un gesto heroico por el que morir y se tiran de cabeza a ello. En fin...

Entonces la tal Gabrielle añadió algo más que la voluntad, habló de recompensa, contante y sonante al parecer. Eso era otra cosa, tal vez le sirviera para volver a las andadas.

Dejando la jarra en la repisa de la chimenea, el hombre se enderezó, atusando sus ropas secas y limpias. Con un carraspeo, empezó diciendo.

-Todo sea por una buena causa.-Dijo mirando a los presentes.-Quien no estaría desesperado en una situación similar, imagínense que su hija o hijo desapareciera, en estos tiempos de inseguridad, por el camino, acaso no irían a buscarla, acaso no pedirían ayuda.

Mirando a la mujer, con gesto sereno y confiado, dijo.

-¿A qué estamos esperando?