Partida Rol por web

Mis compañeros van cayendo uno tras otro. Tenemos que concentrarnos en acabar con la grandiosa criatura antes de que ella acabe con nosotros.

Inspiro una vez más. Es cruel pero ignoro a aquellos que están por los suelos: si me giro o me distraigo aunque sea unos minutos puede que ninguno (incluido yo mismo) se vuelva a levantar. Por ello tomo aire, inspirando con todas mis fuerzas, y vuelvo a centrar toda mi concentración en mis puños.

"Todo está bien", me repito.

-Kiai! -exlamo.

Dejo que mi cuerpo se adelante mientras flexiono una pierna en el aire a la vez que mantengo la otra estirada. El primer puñetazo, certero y veloz, impacta sobre el cuerpo de la criatura. Puedo notar el contacto con el pelaje y la imponente musculatura de la bestia. Pero antes de que pueda divagar y meditar sobre la trascendencia de la bestia, maravillándome ante su imponente estatura, retiro el puño con rapidez para asestar el siguiente golpe.

Bajando de nuevo la pierna flexionada e invirtiendo el proceso, vuelvo a golpear. El segundo golpe, más flojo que el anterior, también alcanza su objetivo.

Loy es increible... Como reparte.

Resignado a una muerte próxima tenso mi arco y vuelvo a disparar.

La flecha lleva (una vez más) una dirección magnífica y se clava en el torso del yeti, gracias a mi oido élfico puedo escuchar la flecha atravesando la dura piel del Yeti.

Loy es increible... Pero yo no lo soy menos

La puta madre que parió a los dados...

No me deja editar la tirada, todo para ti :D

El monje hace prodigios con sus golpes, pero yo parezco un total inútil en este combate, pero no por ello dejo de atacar al enorme adversario que nos está enfrentando a muerte, dado que este es su hogar y nosotros los invasores.

La situación, con dos de mis compañeros caidos no pintaba bien. Algo me decía que no nos mataba porque no quería, que era un ser inteligente. Quizá era su capacidad de hacer fuego o de construir una jaula, pero no era normal que sólo nos diera golpes sin intención de matarnos. Intuitivamente seguí disparando, pero preparándome para esconderme si hacía falta.

Zshhuuup! Esa felcha había pasado cerca.

El Yeti malherido y encolerizado lanza un zarpazo al monge al cual tira al suelo dejandolo inconsciente del golpe. La situación se hace cada vez mas desesperante para el grupo y cada vez van quedando menos en pie.

Intento condesesperación poco común en mi herir a la bestia luego del tortazo que le ha dado a Loy, sin embargo magros son mis esfuerzos, y no puedo sino temerme lo peor...

La puta madre que me pario!

Vocifero molesto, estando ante semejante mole...

Miro al Yeti fijamente pensando en si no se piensa morir nunca y resignado vuelvo a disparar

Mi desmotivación ante lo que está pasando y ver caer a mis compañeros como hormigas me hace tirar descentrado, el tiro se ha ido muy lejos del enorme objetivo

Al ver que los conjuros que puedo llegar a usar ahora no sirven de nada contra una criatura como la que enfrentamos, me dirijo hacia la pila de objetos que esta a guardado con la esperanza de conseguir algo que me sirva para poder usarla en su contra.

Dale, porque quiero estar lo más lejos posible del Yeti cuando vea que le estoy tocando sus tesoros :D

Zaius vuelve a disparar y esta vez sí le da en lo alto de la testa. El pelaje blanco de la cabeza se tinta del rojo chillón de la sangre. Una rosa creciente sobre un manto de nieve. Un flor atravesada por una flecha asesina.

Buen disparo, señora Elhona!

Mi vista advirtió los movimientos del hechicero. Le conocía bien y sabía que no le movía la codicia al acercarse al tesoro. Algo buscaba. Pero no le podía ayudar, algo debía hacer si los demás caían. Los metería en una jaula o los devoraría en el acto. Pero algo le decía que no, que les quería vivos. Al menos, por un tiempo. Entonces recordó la jaula. Sabía que debía esconderse.Su siguiente movimiento sería desaparecer para la criatura.