Partida Rol por web

El libro de Shaire

¡Catacumbas!

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10/08/2012, 10:07
Bohórquez

-¿Pero es que no ves que es inofensiva? –intercedió el otro.

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10/08/2012, 10:08
Begoña

-Eres tonto del culo. Del culo no, del nabo. Está claro que no es como uno de esos vagabundos que ha estado cazando.

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10/08/2012, 10:09
Bohórquez

-La estación fantasma nos pilla de paso –se mantuvo en sus trece. -Venga, Sara, vente, te diremos cómo llegar a Chamberí.

Rompieron a caminar. El rubio se aplastó el cabello y galanteó a Sara:

-Apuesto a que eres modelo. Brillas en la oscuridad, lo mismo que un Silmaril, ¿sabes? Ah, no me digas que no sabes lo que es eso… A la mierda el piropo jajajajaja. Es una joya inventada, son las tonterías que me cuenta un colega. Es una suerte que te hayamos encontrado, ¿sabes? Esto es un maldito laberinto. ¿Cómo te dejaste atrapar por esa araña gigante? Eh, cuidado. Rodea esa piedra, ¿ves?

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10/08/2012, 10:10
Begoña

Begoña, que había venido en cabeza refunfuñando  por las zalamerías de su compañero, retrocedió sobre sus pasos para echar un vistazo.


-¿Quién coño ha puesto eso ahí? Está conectado a ese cable prendido al muro.

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10/08/2012, 10:12
Bohórquez

-Seguro que pega unos calambrazos de la ostia. Quien haya sido, llevaba el mismo camino que nos…

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10/08/2012, 10:12
Begoña

-Calla. Escucha.

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10/08/2012, 10:13
Director

De una galería de servicio que comenzaba unos metros por delante, a la izquierda, prorrumpía un eco de botas marchando.

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10/08/2012, 10:14
Bohórquez

-Voy a echar un vistazo.

Ipso facto, por arte de magia, Bohórquez desapareció de la vista.
 

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10/08/2012, 10:14
Begoña

Begoña resopló:

-Vacilón de mierda… No tardes.

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10/08/2012, 11:35
Sara Picasso

Sara estaba acostumbrada a provocar miradas de admiración y lascivia tanto en hombres como en mujeres. Era algo con lo que había aprendido a vivir durante años. Y aunque se vistiera de forma asexual, siempre había sentido esas miradas. Pero allí abajo, en aquellos túneles y sin saber dónde estaba, se sentía desnuda ante el exhaustivo exámen de Bohórquez. Tragó saliva y empezó a caminar junto a ellos, intentando memorizar los túneles por donde caminaban. Aunque al segundo o tercero ya no recordaba si habían girado a la derecha o a la izquierda.

Sonrió nerviosa ante su galantería, aunque no entendió lo que le decía y se debió notar en su rostro, ya que enseguida le explicó lo que era ese silmaril.

- Me pilló por sorpresa... - Empezó a explicarle al joven, intentando inventarse una historia coherente sobre su relación con la criatura, cuando Begoña vio algo que le llamó la atención. Se detuvieron para contemplar la piedra con la que Sara había estado a punto de tropezar. La joven palideció cuando descubrieron el cable que colgaba del muro. Buff... Menos mal... Menos mal que Bohórquez la había advertido a tiempo. 

Begoña les advirtió sobre unos pasos que llegaban de una galería que se abría más adelante. Sara contuvo la respiración y también llegó a escucharlos. Parecían estar muy cerca... ¿Pasos? Pero... Sí que está concurrido esto... La joven estaba asustada, y en ese momento sintió como su estómago se contraía, dolorido y afamado. Con toda la tensión que había vivido hasta ese momento, ni había pensado en alimentarse. Y allí estaba, su estómago, recordándole indignado que llevaba horas sin probar bocado. Pues vaya momento para recordármelo... Vas a tener que esperar. 

Visto y no visto, Bohórquez desapareció, encaminándose hacia aquellos pasos que resonaban. Sara vaciló un momento; miró a Begoña interrogativamente. Se suponía que ellas se quedaban allí, esperando a que el chico averiguara quién era aquel desconocido. Pero... ¿Y si necesitaba de su ayuda? 

La joven no quería utilizar su poder. Demasiado había tenido que huir los días anteriores, como para poner en alerta a sus nuevos "acompañantes". Una vez más tragó saliva, y nerviosa humedeció sus labios resecos con la lengua, mordiéndose el labio inferior. Se quedó en silencio, junto a Begoña, intentando escuchar cualquier extraño movimiento. 

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11/08/2012, 11:00
Director

Transcurrieron varios minutos en compañía de una hermética Begoña y, justo cuando las  vías retemblaban anunciando la llega de un tren, se escucharon gritos de alarma y explosiones como de traca.

Era una referencia obstinada: en aquella película de enanos barbilampiños, había uno que tenía un anillo que le otorgaba la invisibilidad; y no fue sino como si Bohórquez se lo hubiese deslizado fuera del dedo para su realizar su accidentada reaparición.

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11/08/2012, 11:01
Bohórquez

-¡Corred! –venía gritando. –Es un batallón de polis del subsuelo, pero traen algo con ellos, ¡algo veteado de fuego!

No pude verlo bien, porque no hice más que asomarme al recodo cuando él consiguió verme a mí.

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11/08/2012, 11:02
Begoña

-Imposible…

Notas de juego

Por favor, haz una tirada de Agilidad, si es que escapas con ellos.

Para tener éxito, se trata de sacar menos o igual en 1d100 que tu valor en ese atributo.

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11/08/2012, 11:56
Sara Picasso

El pasar de los minutos se eternizó. Sara se había acercado unos pocos pasos a una de las paredes, intentando escuchar algo... No, no llegaba ningún sonido y sentía como empezaba a ponerse nerviosa. Begoña se había mantenido en un obcecado silencio, como si ella no existiera y no le preocupara la suerte que pudiera correr. 

La joven no pudo evitar girarse al sentir el vibrar de las vías. Por un momento había olvidado dónde se encontraba... Seguidamente se escuchó una serie de gritos y explosiones. Miró a Begoña, en su rostro se podía ver pincelado unas suaves líneas dibujadas por el miedo. Cuando vio aparecer a Bohórquez, no pudo evitar volver a relacionar la situación con aquella maldita película del anillo. 

Polis del subsuelo, pero que coño... No, no tenía tiempo para pensar ni para preguntas... Empezó a correr junto a ellos, huyendo como alma que lleva el diablo. No sabía qué era, pero su instinto la instaba a correr, a correr sin pensar... 

- Tiradas (1)

Motivo: Agilidad

Tirada: 1d100

Dificultad: 73-

Resultado: 42 (Exito)

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11/08/2012, 12:32
Director

El tren venía. No tuvieron más remedio que abortar el esprín y aplastarse contra una oquedad en el muro. Los vagones les impidieron comprobar si alguien alcanzaba la salida de la galería de servicio, y antes de que se perdiese el último vagón, Begoña ya había echado a correr de nuevo.

Alcanzaron unos andenes a oscuras, clausurados por gruesas láminas transparentes. Sara pudo leer en un letrero: “Andén 0, Estación de Chamberí”. Pero el dúo desestimó la idea de encaramarse a ellos y continuó escapando, hasta detenerse frente a un pasaje estrecho, una docena de metros por delante, orlado de grafitis.

Begoña y Bohórquez se escurrieron por él. El paso era bajo y angosto. A la pared de la izquierda se adhería un manojo de cables que partían de una caja eléctrica cabe el andén. En unas cuantas zancadas se alcanzaba otro tramo perpendicular, pero a la mitad Bohórquez racheó para lanzar con fuerza unas piezas de balasto en el interior de una lata de grasa vacía. Sólo cuando se hubo sentido el estallido metálico, se atrevieron a continuar.

Y allí estaba Sara, recobrando el aliento, prestando atención a un estrépito no tan distante de persecución, decidiendo si seguía o no a aquellos dos.

Notas de juego

 

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15/08/2012, 11:37
Sara Picasso

Sin saber de qué huían, Sara corría junto a aquellos dos desconocidos. Apretó los dientes, sentía que estaba a punto de flaquear. Todo le estaba saliendo mal. Y se encontraba allí, en las vías del metro, huyendo de algo que ni entendía por qué. Le pasó por la cabeza dejarles en aquel lugar, huir por otro lado y buscar una salida por su cuenta. 

Pero aquello era un laberinto de túneles. Si conseguía esquivar a sus perseguidores, ¿a dónde iría? Nuevamente la oscuridad la abrazaría con su manto de horror y desesperación... No... No quiero quedarme sola... ¿Dónde estaba el ímpetu que le había hecho llamar a la criatura?

Parecía haberlo perdido y lo único que quería era no estar sola. Recuperó el aliento, apoyada en aquella pared llena de grafitis. Sólo fue un instante de duda, miró a aquellos dos y continuó corriendo tras ellos... El sonido de la persecución les seguía...

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19/08/2012, 14:45
Director

Las luces de emergencia no iban, y los destellos de la linterna de Begoña apenas le habían mostrado el nuevo tramo, cerrado, de cinco o seis metros de largo, y al que se abrían dos puertas con las cerraduras reventadas.

Habían irrumpido por la de izquierda, perteneciente a un pequeño almacén. En medio de unas cajas, Bohórquez había comenzado a levantar una trampilla en el suelo. Begoña, ni corta ni perezosa, se descolgó por el hueco la primera, y el melenudo alentó a Sara a ser la siguiente. Sin otra salida, la mutante accedió. Antes de descolgarse del todo, Bohórquez arrastró la trampilla para colocarla de nuevo.

Habían aterrizado en un pasadizo de roca. La oscuridad que Begoña iba dejando atrás era impenetrable, puesto que esta, enseguida, había tomado una de las direcciones.

Sara sentía los bufidos de Bohórquez cerca de ella. Tuvo tiempo de sobra para imaginarse mil y un desenlaces dramáticos antes de alcanzar una pequeña cámara abovedada. El techo tenía filtraciones y las gotas caían a través de un pozo de seis a ocho metros de diámetro que se abría a sus pies. Pegada a sus paredes, unas escaleras descendían dos o tres vueltas en espiral y constituían la única continuación.

Descendieron en torno a una decena de metros en línea recta. En el fondo del pozo, había tres salidas hacia otros tres pasadizos bajos y estrechos. Begoña escogió uno de ellos y, superados unos cien metros, desembocaron en una pequeña cripta, la cual conservaba cadáveres amortajados y resecos en sus nichos. Begoña la cruzó sin aspavientos y alcanzaron una pequeña nave sustentada por columnas de roca maciza, iluminada por hachas y presidida por un altar, una suerte de discreto templo subterráneo. Desde la derecha, abandonando el calor de una estufa y el asiento de varias colchonetas, se apresuraban a recibirlos una chica pálida de frente amplia y quijadas hombrunas, en avanzado estado de gestación, ataviada con una cazadora de piloto, y un muchacho nervioso de rostro sardónico.

Notas de juego

Continuaremos en otra escena.