Partida Rol por web

El libro de Shaire

Prólogo - Alicia Egeo

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27/07/2011, 21:06
_S_

El camino hacia las camas no es demasiado largo pero aprovechas para tratar de generar la manzana sobre tu mano. Lo cierto es que si alguien te viera ahora sin duda pensarías que estás un poco tarada, y eso mismo viene a tu cabeza cuando no surge efecto tu idea. Bueno, tampoco está de más probar; es básico para salir de la situación en la que...

Tu mente se detiene cuando llegas frente a las camas, en ellas yacen con los mismos monos que tu toda tu familia, tu padre... tu madre... y tu hermano. Todos ellos con los ojos cerrados, sin respiración, inertes. Un fuerte viento comienza a soplar y una ráfaga de hojas se dirige hacia ti a toda velocidad. Te cubres el rostro y el viento cesa... Cuando los abres te percatas que la habitación de donde has salido ha desaparecido. De hecho ha desaparecido todo el edificio al que pertenecía la habitación...

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27/07/2011, 23:45
Alicia

Musica

Salvo que las leyes de la física hubieran cambiado mucho, el que un edificio se desvaneciera era otra prueba de que lo que veía a mi alrededor no era real. Eso no hacía que no sintiera la presión por ver a mi familia inerte, sin respirar. Pero otra parte de mi me decía que era una trampa. Ya sabían que apelar a mis emociones funcionaba, era de sentido común que volverían a usarlo.

Pero aún así me acerqué, mirando donde pisaba por si había alguna trampa o indicio de qué proyectaba las ilusiones. Mi teoria era que estabamos en lgun tipo de realidad virtual y que era incluso posible que aquellos no fueran mi familia. Le tomé el pulso a mi madre, odiaba cómo jugaban conmigo en aquel experimento y si algún día pillaba al psicólogo que lo habia pensado, la naranja mecánica le iba a parecer un juego de niños. De hecho los cazadores y el resto de psicópatas que nos habían cogido debían ser una recreación del experimento Milgram. O eso quería pensar... claro que tampoco tenía claro si ese pensamiento era algo realmente reconfortante.

Tomé los signos vitales de los tres e intenté despertarles, tenían que estar bien. Ni siquiera quería pensar en la posibilidad de que no lo estuvieran. Así que me concentraría en intentar reanimarles... Pero si no era capaz de reanimarles no me iba a permitir derrumbarme, no hasta que los cabrones que nos habían cogido pagasen por ello. De hecho les haría pagar aún si esto era una mera ilusión como el resto del escenario.

Cerré los ojos, si esto era una recreación virtual habría errores. No sólo de programación, si no que dudaba mucho que hubieran podido replicar todos los sentidos. Vista y sonido eran relativmente fáciles, pero el olfato y el gusto solían estar entre los que se olvidaban o no resultaban muy logrados y el tacto tampoco solía ser convincente. Eso me recordó comprobar la temperatura de mi familia. Cerré los ojos y respiré hondo, tenía que centrarme en lo que estaba haciendo, claro que no tenía demasiadas esperanzas de salir airosa.

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28/07/2011, 21:05
_S_

Empleas tu sentido del olfato esforzándote al máximo en ello, comienzas a percibir olores, el de la hierba el tuyo propio... parece que si esto es una simulación se lo han currado bastante. No le das demasiada importancia, al fin y al cabo esos tres cuerpos pueden ser tu familia. Tomas el pulso de los tres sintiendo el frío de sus cuerpos y una sensación de desasosiego te recorre. Quizá incluso te hubieras desmoronado si no tuvieras perfectamente claro que eso no podía ser real. Respiras hondo y tratas de enfriar tu mente. Esa es y ha sido siempre tu mejor arma, la mente...

Tranquila pequeña Alicia, estamos bien, estamos aquí, contigo. Siempre estaremos contigo y no dejaremos que nada malo te suceda.

Reconoces esa voz al instante es la de tu madre, resonando en tu cabeza. Y esa frase... "pequeña Alicia", no era posible que tus captores supieran eso, es imposible... De nuevo las sensaciones te abruman; ahora es esperanza y calor. Repentinamente ese calor comienza a tornarse más y más intenso, y tu cuerpo comienza a arder, la ropa no se quema y no sientes dolor... pero ya has visto esto antes, se lo has visto a tu madre hacer. De repente de tu mano derecha sale una potente llamarada de fuego que calcina toda la hierba a dos metros a tu derecha... Te giras buscando quizá la ayuda de tu familia, pero ya no están. Solamente sus camas vacías y perfectamente hechas. No hay arrugas no hay marcas de que nadie estuviera allí antes.

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28/07/2011, 23:47
Alicia

Musica

Ardo. La energía recorre mi cuerpo y emana desde el alimentando las llamas. Es una sensación extraña, embriagadora, me pregunto si es así cómo se sienten ellos cuando usan sus habilidades. Cómo envidiaba a Javi ahora. Era duro no tener poderes cuando no sabes lo que se siente, pero ahora, ahora iba a ser mucho peor. Probablemente eso era lo que habían buscado con esto.

Me planteé la posibilidad de que estuvieran usando mis propios recuerdos de las cosas para construir esta realidad ficticia. No tenían forma de saber cómo me llamaba mi madre de niña. Pero de ser así, necesariamente estabamos en mi mente. Y en ese caso, debería ser posible alterar la realidad. ¿Y acaso no eran eso mismo las llamas que envolvían mi cuerpo y que cosumían la hierba?

Era tentador creer que mi familia estaba realmente conmigo. Pero no me engañaba, la voz que había escuchado era, casi con total seguridad, otra manifestación más de mi mente. Si hubiera escuchado a mi padre habría dudado, él si podía pryectar sus pensamientos lo que, según la situación, podía ser el peor de los cortarrollos. Vamos, que aún recordaba su voz en mi cabeza diciendome que subiera ya casa la primera vez que un chico me acompañó al portal. En serio, las chicas que se quejan de que sus padres deberían probar a tener un padre telépata.

Pero había sido claramente la voz de mi madre y, en respuesta, me había envuelto en llamas. Me pregunté si también podría alzar el vuelo como hacía ella, aunque no fuera real. Miré a mi alrededor, era tentador liberar aquel nuevo poder y hacer que todo ardiera. Luego cerré el puño y miré de nuevo lo que me rodeaba. Lo que de verdad necesitaba no era destruir, era identificar los detalles que delatasen una salida, ya fuera de mi propia mente, una realidad virtual o cualquier variante. Ni siquiera me iba a molestar en "aprender" a usar las llamas porque era muy consciente de que eso no era parte de mi.

Con determinación comencé a andar hacia el árbol solitario que era la única constante hasta ahora. Si no encontraba nada ahí, seguiría buscando porque tampoco era como si tuviera muchas más opciones.

 

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01/08/2011, 20:52
_S_

Caminas por la verde hierba con la mente llena de ideas, de posibles razones para que te encuentres en ese lugar, de posibilidades extrañas y sensaciones confusas. Llegas al árbol y como si de humo se tratase comienza a dibujarse un columpio construido con cuerdas que sale de una de las ramas de un árbol.

Seguidamente puedes escuchar una risa y la espalda de un hombre. Caminas unos metros hacia un lateral del mismo y observas que la risa es de una niña pequeña que parece disfrutar el columpio.

- Máaas, mas alto papaaaa -

No tardas en reconocerte, eres tu hace unos cuantos años. Tu padre te empuja más y mas fuerte mientras en tu mente escuchas preguntas matemáticas y de historia. Tu mentalmente las vas respondiendo aunque te das cuenta que realmente no estas participando en esa escena; y de forma súbita recuerdas que eso ya lo has vivido, hace mucho tiempo. Cuando tu solamente tenías 4 años.

- Muy bien cariño, como siempre has acertado. Eres muy especial sabes, tienes una mente prodigiosa, y debes mantenerla siempre ocupada, con nuevas cosas. Investiga y disfruta de ese tesoro y guárdalo en secreto hasta que puedas.

De nuevo la voz en tu mente y en la de la niña que se detiene con la mirada confusa.

- ¿Porque he de guardarlo en secreto papa? -

- Algunos hombres malvados tratarán de robar tu poder, y por él serás envidiada y discriminada, temida y odiada. Debes aprender esto cuanto antes cariño...

Poco a poco comienza a alejarse la escena, y vas perdiendo de vista la misma...

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01/08/2011, 22:25
Alicia

Música

Se metían en mi memoria y distorsionaban los recuerdos. O tal vez no, pero arrancaban información de mi mente.  No podía permitírmelo. Además, no me gustaba que jugasen conmigo, con mis emociones.
Resultaba extraño ver aquella versión imaginaria de mi misma, pero el mono naranja me recordaba dónde estaba realmente. Eso sin contar con que por más que mi padre quisiera hacerme sentir especial por ser, tal vez, superdotada, eso no significaba que tuviera poderes. Por otra parte, había demasiados estúpidos que podían tomarla con alguien sólo por ser capaz de hacer un par de cálculos mentales o tener buena memoria.
- Menuda gilipollez – dije en voz alta. – ni siquiera fue así como pasó.
Me esforcé por sonar convincente, como si realmente no tuviera efecto en recordar de ese modo. Luego me senté con las piernas, tenía que resistirme a lo que estuvieran haciendo. Cerré los ojos y empecé a imaginar el último concierto en el que había estado. El sonido de la  guitarra, de la batería llenándolo todo. Podía sentir la energía rodeándome. Era un recuerdo vívido y del que no extraerían gran cosa.
La música era una buena forma de mantener a ralla a un telépata. Eso lo había aprendido de papa. No tanto porque quisiera enseñármelo, si no por prueba y error. Esbocé una sonrisa torcida, ese concierto era la prueba, se suponía que no debía ir. Me concentré aún más en cada detalle. Saltaba entre la multitud, cantaba, gritaba. La camiseta se me pegaba al cuerpo por el sudor y sabía que cuando volviera estaría castigada. Pero nada de eso importaba en aquel instante porque me sentía libre. Me aferré a esa sensación. Libre.

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03/08/2011, 21:15
_S_

Casi como si por arte de magia se tratara, comienzas a escuchar la música de ese concierto y a tu alrededor se materializa la gente y desaparece para volver... es como si tu mente tratara de traer aquel momento pero ese momento se resistiera a venir. Entonces algo te desconcentra; un fuerte dolor punzante se clava en tu cabeza haciendo que cierres los ojos y ante ti se muestre algo realmente extraño, como una visión. En ella te encuentras junto a un grupo de gente rodeando un baúl y sujetando un libro en las manos. El libro solamente lo tenéis seis personas. Puedes ver perfectamente sus rostros, aunque no con la misma claridad el del resto de gente que no sostiene el libro. De nuevo un fuerte dolor y otra imagen; esta vez os encontráis en la costa, de nuevo los mismos de antes. Todos a tu alrededor están empleando extrañas habilidades, habilidades sobre las que estabas leyendo. Una gran velocidad, una muchacha mueve una gran roca contra alguien o algo. Es entonces cuando te percatas que todos tenéis un objetivo... esta muy borroso casi negro pero de él emana un aura negra, un aura de destrucción...

 

Solo uniéndoos conservaréis el futuro... En tu mente resuenan esas palabras. Después una intensa luz te saca de tu estado regresando al prado, aunque este parece desmoronarse y sientes como algo te atrae con fuerza tirando de tu pecho hacia delante...

Es entonces cuando abres los ojos y escuchas un fuerte frenazo. Ante ti una nueva imagen. Te encuentras dentro de un coche, con un cinturón abrochado en el asiento de atrás y un hombre a cada lado. Otro piloto parece maldecir al conductor de delante cuando se percatan de tu presencia.

Joder, ya se ha despertado esta zorrita... Sientes como el cañón de la pistola del hombre se clava en tus costillas Haz un solo movimiento que me haga dudar, y estás muerta.

El conductor trata de tranquilizar a su compañero...

Vamos cálmate, el jefe la quiere viva... solo vigílala un poco más, ya casi estamos en la autopista.

 

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03/08/2011, 21:55
Alicia

Música

Noté un cierto tono de resentimiento en la voz del tipo que me estaba encañonado. Como no podía ser de otro modo, eso me llenó de satisfacción. Miré a mí alrededor, debía estar con los 4 cazadores que no habían sido heridos. Pero la impotencia que sentía estando en una inferioridad tan clara sumada al desconcierto de aquella especie de visión y la ausencia de mi familia me devolvieron a un estado de mala leche.
- Haz caso a tu amigo, parece un tipo razonable – le dije con voz burlona – Además,  ¿qué podría hacer una chica sola contra cuatro hombres adultos armados?
Era una clara acusación. Si, era cierto que había hecho explosivos y que puede que uno de ellos hubiera “caído”, sus palabras, no las mías. Pero eran cinco. Cinco hombres adultos, armados y con entrenamiento militar. En contra de toda señal de cordura continué hablando.
- No es como si tuviera poderes mentales y pudiera, no sé, hacer que disparases a tu compañero pensando que es a mí a quién lo haces. – sonreí de medio lado y le miré fijamente a los ojos, como hacía mi padre conmigo.
Era una apuesta arriesgada, pero qué diablos, tampoco tenía muchas más opciones. Joder, cómo echaba de menos los falsos poderes sobre el fuego.  Bueno, al menos si terminaba muerta, el cabrón que se había llevado a mi familia y había dejado a los cinco matones para que me cogieran se quedaría con las ganas.
- Vaya, que mente más sucia tienes – ronroneé  provocándolo.
Luego solté una risa traviesa y que esperaba que le resultara irritante, con un poco de suerte, se emparanoiaría lo suficiente para terminar peleándose con uno de sus compañeros o, si las cosas me iban realmente bien, con el conductor. Giré la mirada hacia el espejo retrovisor y clavé mis ojos en el conductor.
- No te preocupes, seré una niña buena – esbocé una sonrisa cómplice, como si en realidad los dos supiéramos algo que el resto no.
Luego me recliné con tranquilidad en el asiento, como si no hubiera nada de lo que preocuparme. Pero eso no quería decir que no estuviera atenta a cualquier oportunidad de huir claro. Y, por su fuera poco, estaba toda esa sensación de… ¿cómo describirlo? Ominoso. Si, esa era la palabra. El caso era que todo ese asunto del libro, los otros cinco desconocidos (supuestamente en los sueños sólo aparece gente que has visto) y la especie de profecía me daba muy mal rollo. Había parecido demasiado real.
- ¿Y para qué decíais que me quería el psicópata de vuestro jefe? – pregunté como por inercia.

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26/09/2011, 17:09
Director

Pongamos que es viernes: 30 de septiembre de 2011.

Buscas un punto de referencia temporal, lo encuentras en la muñeca del tipo que te apunta, una esfera que está a punto de componer las doce de la mañana.

El firmamento está encapotado, como lo está el ánimo de tus custodios. El tráfico es fluido, pero copioso. Por toda respuesta has obtenido un seco: “Cállate”.

Estás pensando que casi lo tienes, que esa voz, la de Carroñero One, te suena horrores. La memoria está paladeando el nombre, sin duda perteneciente a una figura pública, cuando

-¿Qué cojone…? –grazna el conductor. No termina la frase, como tú no has terminado de asimilar la imagen que has captado por el parabrisas al encoger el cuello. ¿Era eso una silueta antropomorfa, un misil humano, disparado hacia vosotros con jirones de nubes?

El impacto se produce cincuenta metros por delante de vuestro coche. Una docena de vehículos vuelan por los aires. El estruendo es ensordecedor. El calor licua el asfalto y lo trasiega con ondas, como las aguas de un estanque perturbado por una piedra. Ese oleaje inverosímil os alcanza, os bambolea con una violencia suprema. Los hombres abollan el techo con sus cabezas. De puro milagro no volcáis, el coche golpea el suelo por fin, se aferra al alquitrán instantáneamente solidificado y se detiene al borde de un cráter humeante de al menos quince metros de diámetro. Tus raptores gimen. ¿Y tú, estás ilesa?
 

Notas de juego

Tira Constitución, por favor.

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26/09/2011, 19:22
Alicia

MUSICA

 

Esbocé una sonrisa burlona. Sabía perfectamente que me la jugaba, pero tocarles los cojones era realmente satisfactorio. Qué diablos, podía perfectamente la última satisfacción que pudiera permitirme. Además, me confirmaba mi intuición inicial de que me querían con vida. Más aún, me resultaba sorprendente que no me hubiesen golpeado para dejarme inconsciente. 

Es decir, iba a putearles e intentar volverles locos, pero mi cabeza empezaba a despejarse y comencé a recordar. Me mordí el labio inferior mientras intentaba concentrarme en la voz, estaba bastante segura de que la había escuchado antes. Incluso cerré los ojos para evitar distracciones. Casi con total seguridad era alguien conocido, que salía en la tele. Y cuando supiera quién era, podría ponerle cara a mi odio. Eso y empezar a pensar en algún intento de venganza, poco o nada sutil pero muy, muy doloroso. 

Estonces escuché al conductor y abrí los ojos justo a tiempo para ver una figura vagamente humana, que parecía un misil y venía directa a nosotros. 

- ¡Oh! ¡Mierda! - dije mientras me encogía sobre mi misma en posición fetal y protegiéndome la cabeza e intentaba estratégicamente, escudarme con los cuerpos blanditos de los dos matones. 

El porqué sonreía mientras la onda expansiva golpeaba el coche y derretía el alquitrán del asfalto era un indicativo de que, en realidad, era lo más parecido a una venganza que iba a tener. Los dos matones eran considerablemente más grandes que yo, lo que había resultado una ventaja. Una ventaja porque mientras que el coche en el que ibamos volaba por los aires, sus cuerpos amortiguaban los golpes. Y yo debía ser la única con cinturón, porque les vi llevarse una buena hostia. 

Tendría que haberme burlado, pero ahora que tenía una oportunidad de huida y no era alguien que pudiera permitirse desperdiciar esa ventaja. Tenía que salir de allí, preferentemente armada y sin que me vieran. Sólo estaba el "pequeño" problema de que los soldados seguían vivos, armados y el asfalto debía estar demasiado caliente. 

 

- Tiradas (1)

Motivo: heridas

Tirada: 1d100

Dificultad: 60-

Resultado: 10 (Exito)

Notas de juego

Nota: Parece que Alicia tiene suerte XD Paso a escribir y lo dejo en donde me dices si estoy herida y cuanto. La próxima vez tira tu, que me fío XD 

Como no sé en qué estado esta Alicia te pongo lo que se propone. 

1. Coger un arma

2. Volarle la cabeza al que pueda, si es que ve que pueda

3. Evaluar lo caliente que esta el asfalto antes de salir. plantearse la posibilidad de empujar a los soldados sobre el alquitrán ardiendo XD También es interesante que mire si hay alguien en el centro del crater y, por supuesto, ser sigilosa. 

4. Salir por el lado más lejano al cráter. Nota:Si es que es posible. 

 

 

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26/09/2011, 23:20
Alicia

MUSICA

Eché un vistazo rápido, palpandome el cuerpo para comprobar que no había nada roto. Después actué con rapidez, me quité el cinturón y aprovechando el aturdimiento de los 4 matones. Desarmé al que tenía a mi derecha y sostuve el arma apuntando a la cabeza del conductor pero la bajé casi de inmediato. Mierda, puta conciencia. Apreté los labios y terminé por quitarles las armas a todos arrojarla todas menos una hacia el cráter, luego abrí la puerta y pasé por encima de uno de ellos que, por suerte, estaba demasiado jodido para hacer nada. 

Me alejé del coche hasta que el asfalto dejó de sentirse caliente a través de la suela de mis botas y saqué el móvil para llamar a urgencias. Miré a mi alrededor, instrucciones cortas, precisas para que pudieran localizar el lugar del accidente: carretera, kilómetro. Luego hice una evaluación preliminar, cinco coches en mi lado de la carretera y otros tres al otro lado del cráter. Con una media de pasajero y medio por coche, eso me daban unas doce personas que necesitaban atención. Cuando me aseguré de que tuvieran los datos relevantes y sólo esos (el exceso de información podía confundir en estos casos), volví mi atención hacia los coches. Lo de que explotaban era un mito, pero seguía habiendo muchos heridos. 

No era óptimo estratégicamente, pero no podía dejar a toda aquella gente tirada. Había prioridades. Así que hice un cálculo rápido del impacto por la explosión, el ángulo y la dispersión. Consideré los modelos de coche y sus especificaciones técnicas, especialmente en cuanto a absorción de impacto, airbags y seguridad. Con esa información tuve claro que los tres coches que eran siniestro total habrían protegido a sus dueños. El que estaba más alejado se había salvado porque el impacto había sido en parte menor por la distancia y porque los otros coches lo habían protegido. El peor era un modelo viejo de R5, que se había empotrado en un mercedes. Dentro había un chico de la edad de mi hermano, con rastas y pinta de estudiante. Probablemente había heredado el coche. 

Me acerqué. Su peso colgaba muerto del cinturón de seguridad, que aunque le había salvado la vida no había evitado que se terminase malherido. Había que sacarle de aquel coche y hacerle unos primeros auxilios para que no se desangrase. Pero antes de eso tenía que comprobar que no tuviera lesión de médula... En resumen, iba a tener que dedicarle tiempo. Así que si los matones se despertaban tendría problemas. Miré de reojo el coche. Pero si se despertaban, un tiro en la rueda trasera bien podría hacer que el coche en el que estaba se precipitase por el cráter. Era todo una cuestión de física básica. Vale, podía con la situación, pero la prioridad seguía siendo ayudar a los heridos. 

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27/09/2011, 23:48
Director

Los conductores más retrasados que vienen en tu dirección (estimas que hacia la Sierra de Guadarrama, y que os encontráis a pocos kilómetros saliendo de Alcorcón) hacen sonar sus cláxones, ignorantes de la situación, irritantemente impacientes. Los coches de la calzada contraria comienzan a detenerse. Han transcurrido algunos minutos. Ninguno de tus apresadores parece poder moverse por voluntad propia. Acuden varias personas a ayudar, atravesando la mediana. Se suceden los lamentos horrorizados. Alguien se acuclilla a tu lado. “Soy enfermero”, te dice. No te importará dejar que se ocupe del muchacho, porque un sonido misterioso procedente del socavón acaba de irrumpir en tu zona de atención. Es una voz humana, no cabe duda, pero de cadencia átona. Ha empezado baja, y va cobrando potencia con cada articulación. Dice… ¿son números?

Las aspas de un helicóptero de la policía nacional que empieza a sobrevolaros la encubren.

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28/09/2011, 21:58
Alicia

MUSICA

Me aparté para dejar espacio al enfermero. Parece competente, al menos lo suficiente como para no sentirme culpable por largarme. Pero no me da tiempo. Apenas me he apartado cuando empiezo a escuchar la voz. Ni siquiera lo pienso, de forma automática pongo la grabadora del móvil, ya pasaré el wav por varios filtros de sonido para eliminar el ruido ambiente. No era óptimo, pero no tenía mi equipo disponible. 

Dediqué una mirada de resentimiento hacia el coche donde seguían los matones. Perder mis cosas era una molestia menor y carecía de importancia comparado con perder a mi familia, pero añadía otro motivo más a la lista. Apreté los puños, ya habría tiempo para vengarme, estarían en el hospital muchas horas... ¿A quién quería engañar? Había tenido la oportunidad de volarles la cabeza y no había podido. 

Dudé si ir a mirar en el borde del cráter. La voz átona, sin inflexiones, recitaba lo que parecían números. Tenía dos hipótesis, era algún tipo de androide o alguien sin emociones, como un psicópata. Los números podían ser una forma de comunicación, aunque no podía evitar pensar en una cuenta atrás. En realidad podía imaginarme perfectamente el fin del mundo. El porqué decidí acercarme al borde para ver si podía ver algo o entender mejor lo que decía, era algo que ni yo misma me explicaba. 

Maldita sea, ¿Por qué había tenido que venir a Madrid? ¿Por qué no podía tener una vida normal? Era absurdo, echaba de menos una vida que nunca había tenido. Esto era un asco, los que tenían poderes eran mis padres y mi hermano, mirar en cráteres era cosa suya, no mía. Y, por supuesto, si era una bomba me tocaría a mi decirles que se alejasen. Odio mi vida. 

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30/09/2011, 21:59
Director

Otras personas se van arrimando al hoyo. Desde tu posición, vigilas lo que ocurra en el BMW. Captas, de soslayo, algún movimiento del copiloto. Puede que sólo sea un espasmo, pero es complicado colegirlo con las retinas pugnando por encenegarse en el fondo de aquella taza. Es como leer los posos del té. Empiezas a traducir la escena, espantada y fascinada:

los restos de dos utilitarios se adhieren a las paredes. Dentro de ellos hay cuerpos retorcidos y carbonizados. La blancura de sus dientes apretados es horripilante. Un tercer amasijo de metal semi-fundido le sirve de respaldo a un hombre;

este está sentado en el centro del cráter; te presenta el perfil derecho, tiene las piernas estiradas y las manos en el regazo, se mece hacia delante y hacia atrás como alucinado. Viste los restos de un pijama hospitalario. Está descalzo. Su pecho sacudido por una respiración agitada, sus labios, manifiestamente gruesos y amoratados, y el sudor que recubre su pálida tez con capricho de escamas, le dan la apariencia de un pez fuera del agua que boquease una cuenta atrás:

-Ciento ocho, ciento siete, ciento seis, ciento cinco, ciento cuatro…

En realidad, la irreconocible carrocería no le sirve de apoyo, está sucediendo algo raro a ojos vista (¿aún más raro?); es más bien como si habiéndose encontrado atraída por el sujeto, como una puntilla a un imán, ahora estuviese siendo repelida micra a micra. Lo mismo acontece con otros objetos menores: una matrícula, una rueda quemada, las piedrecitas sobre las que se asienta…

-Noventa y ocho, noventa y siete, noventa y seis, noventa y cinco…

La tierra se estremece, como si el peso de aquel individuo, lentamente, se le fuese antojando nauseabunda.

El helicóptero de la policía nacional está descendiendo. Otros señalan hacia el sur, exclamando:

-¡Mirad, es Torbellino!

Haces visera para distinguir ese tornado que se descuelga en los cielos con inteligencia. Torbellino hace las veces de líder del grupo de abanderados de la justicia al que pertenece tu madre, Llamarada. A Javi y a ti, de críos, os gustaba tomarle el pelo apodándole: Taz, como el personaje de los Looney Tunes.

Para cuando él descienda, el tipo del agujero irá por el… ¿sesenta y algo?

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18/10/2011, 00:25
Alicia

Vendidos, estabamos jodidamente vendidos. Ignoraba el área de efecto o de cuanto sería la onda expansiva, pero mis cálculos no eran alentadores. Me preocupaban el pijama y los labios amoratados, como si estuviera sometido a temperaturas heladas o le faltase el aliento. Por las escamas parecía más bien lo segundo, pero no identificaba branquias.

- ¡Alejaros de cráter! - grité - ¡Va a explotar!

Dudaba que fueran a hacerme caso, pero tenía que alertarles. Luego empleé el otro medio de comunicación del que disponía en estas circunstancias, la luz del sol reflejada en un espejo y el código morse. Torbellino lo entendería, pero sin duda no sería bastante. Tenía que intentar comunicarme con quien diablos fuera, porque parecía que era una víctima, como yo. Y, muy a mi pesar, había otro recurso disponible. Si era un mutante como mis padres, el suero que se habían empeñado en dispararme debería quitarle sus poderes momentáneamente.

De modo que tracé dos planes potenciales, el primero era anular sus poderes si es que era capaz de encontrar el suero, el segundo que torbellino le lanzase hacia arriba y que explotase allí. Cuanto más alto menos probabilidades de hacer daño. Como era lógico prefería el primero porque así el pobre mutante no moriría absurdamente.

Tendría que irme, eso habría sido lo más sensato. Pero no, ahí estaba pringando porque sabía que, muy probablemente, la onda expansiva mataría a todos los idiotas que seguían junto al cráter. Corrí hacia el coche y apunté con la pistola al que empezaba a moverse, el asqueroso conductor.

- Dispara el suero antipoderes al tipo del cráter antes de que nos mate a todos. Si no te ves capaz dame la puta arma.

Habría añadido que eran unos patéticos incompetentes, pero no era el momento. Ahora necesitaba que, por una vez, hicieran algo bien. Y rápido o todos nos ibamos a convertir en la demostración definitiva de la teoría de Darwin. Imbécil, soy una jodida imbécil.

Notas de juego

No estaba muy inspirada, pero ya me iba tocando actualizar XD Mejor cutre que nada. 

Nota: el primer plan es anular sus poderes con el mismo suero que usaron con ella. El segundo intentar calmar al mutante y comunicarse con él. El tercero lanzarlo hacia arriba con tornado. Calculando para que explote en el punto más alto, de forma que este suficiente lejos para que no alcance a los civiles. 

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18/10/2011, 21:07
Director

Torbellino, que obra sus prodigios girando como un derviche, no ha captado la esencia de tu mensaje. ¿Te habrá hecho perder ese intento con el espejito un tiempo precioso?

El conductor, enceguecido por su propia sangre, señala débilmente hacia el copiloto, das la vuelta, tironeas para abrir la portezuela, rebuscas en los bolsillos interiores de la chaqueta del tipo, encuentras una pistola de dardos, regresas corriendo junto al cráter, tienes la oportunidad de efectuar un disparo antes de que Torbellino te detenga atrapando tu muñeca.

-Cincuenta y uno, cincuenta, cuarenta y nueve…

No es un disparo fácil: el agujero está irradiando los objetos más diminutos, y esto resulta ser más disuasivo para los morbosos que tus anteriores avisos de que se alejen.

Notas de juego

Tienes ocasión para un disparo: 40 ó menos y tienes éxito.

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21/10/2011, 19:45
Alicia
- Tiradas (1)

Motivo: disparo

Tirada: 1d100

Dificultad: 40-

Resultado: 39 (Exito)

Notas de juego

weno, me odio mucho por ser una tardona asquerosa en contestar, pero tengo que ir a cuidar a una amiga que esta pocha. De este finde no pasa. 

PD: tengo una coña que no me la creo ni yo XD

 

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22/10/2011, 11:44
Torbellino

-Pero Alicia, ¿qué estas…?

Torbellino es un hombre desgarbado, de voz suave y mofletes caídos. Sus ojos brillan, aún están cuajando en sus órbitas después de tanto giro vertiginoso. Su calidez humana lo ha convertido en el líder de aquella fuerza altruista de mutantes. (En realidad, Íbero, alias Miura -así lo llaman los chistosos y eso lo cabrea sobremanera-, es el más poderoso, un individuo forjado en las fraguas del Hades y templado en las aguas del Leteo, y un perfecto hijo de puta.)

Torbellino está enfundado en un traje de cuero de motorista. Su último giro en cuanto a tomado tierra a tu lado, revolviendo tu cabello con el viento, ha finalizado con su mano izquierda atrapando tu muñeca y desviando el cañón, asumiendo una pose desmañada, pero no exenta de gracia.

Se ha interrumpido, porque ha seguido la trayectoria de tu disparo con la vista, hasta hacer diana en la barriga de aquel pobre diablo,

Cargando editor
22/10/2011, 11:45
Director

quien había comenzado a levitar, como una astilla expelida por la carne, maldito por la fuerza de la gravedad,

pero entonces, en cuestión de segundos,

los objetos que se despiden de su vera con infinita renuencia, caen por su propio peso, y él mismo, afectado por el fármaco, termina por desplomarse, inerme, y todo efecto contranatural se disipa.

Cargando editor
22/10/2011, 11:45
Torbellino

Torbellino se traga su asombro y, como te tiene por una chica inteligente y prudente, se gira para preguntarte:

-¿Qué es todo esto, Alicia?