Partida Rol por web

Así es imposible, tenemos que salir de esta zona pero ya.

¡VÁMONOS! 

Supongo que el grito debería ser suficientemente ilustrativo porque nos quedan solo unos segundos antes que se líe parda y no quiero estar en el punto de mira.

Salgo corriendo justo detrás del chico que cerraba para luego desviarme rápidamente hacia la Puerta del Sol y mezclarme entre la multitud que se aleja de la zona acordonada. Entonces reduciré la velocidad para no llamar la atención.

Lentamente me acerco a la revista tirada cuidando que no me vayan a disparar o algo así ya que este lugar me da mala espina y mucho he vivido en sitios como este para saber que se puede encontrar uno detras de cada puerta o ventana. Me agacho y observo a varios lados mientras intento entender que diablos hablan por allá y quienes son esos. Estiro mis manos lentamente y las ubico contra la pared intentando usar mi tacto para comprender y leer que sucede del otro lado de modo que me haga una idea mejor

Donde te metiste preciosa...

Escucho lo que dicen el empleado del cine y el calvo, y un acceso de ira me inunda. Tengo que controlarme para no saltar como un resorte y aplastarles la cabeza al calvo y al otro, pero me lo pienso mejor y, dado que no conseguiría más que delatarme ante la multitud, me contengo y salgo tras colocarme las gafas y el gorro, que arrebato en último momento de las manos de Sara.

Veo como Sara pretende mezclarse entre la multitud. Esto va a ser mucho más difícil para mi, aunque me haya colocado las gafas y el gorro. Pero si hiciera uso de mis poderes para largarme de aquí, sería todavía peor, porque seguro que la policía está alertada de que estamos en Sol.

No me queda otra. Salgo a la calle, en un instante en que esos dos miran para otro lado, e intento disimular, con las gafas y el gorro, para tapar mi cara. Espero que entre esto y las ropas, la gente no me identifique tan rápidamente con lo que hayan podido ver en la televisión. De todas formas, siempre estoy a tiempo de salir corriendo.

Al llegar a la calle, echo un vistazo por donde se ha metido antes Rick, por si lo viera. Es un portal del otro lado de la calle, así que, teniendo en cuenta el gentío que se agolpa en el lugar, descarto completamente llegar hasta allí. Rick tendrá que apañárselas solo.

Voy siguiendo a Sara, a una distancia prudencial. Intentando no llamar la atención. Parece que la gente está más preocupada de conseguir un buen sitio para ver las pantallas que hay en los establecimientos que flaquean la calle que de lo que acontece a su alrededor, así que consigo que no se fijen en mi.

El apartamento del que proceden las voces intuyes que no se trata de otra cosa que un almacén de chinos. La puerta junto a la cual estaba tirada la revista, la 2B, es la que te interesa: las partículas de un perfume caro aún permanecen en suspensión, bosquejando la figura de la mujer de rojo, descolgándose con languidez para posarse en tu mano extendida.

Lamentablemente, desde el momento en que Ibrahim pone un pie en la calle, aquellos dos, apostados como quienes tiraran al plato, ya ponen todo su empeño en apuntarle con el dedo.

-¡Ahí, ahí!

-¡Ese moro, deténganlo!

Un coche patrulla está aparcado, ocupando parte de la acera; los agentes tenían intención de disolver la aglomeración delante de la cafetería, pero ahora habían acudido a los gritos de alarma.

-¿Qué pasa, qué ocurre? –preguntan.

-¡Ese se ha colado para dejar algo en los servicios, estoy seguro! –responde el muchacho del cine.

Al menos, la salida de escena de Ibrahim ha tenido la virtud de favorecer la fuga de Sara. Ella desaparece entre la multitud. Ibrahim comprende que lo tiene más crudo, al comprobar cómo los dos policías comienzan a desenfundar y le gritan:

-¡Usted! ¡Eh, usted! ¡Échese al suelo! ¡Vamos!

-¡Pegadle un tiro! –aúlla el hombre calvo.

La gente no para de llamar al 091 avisando de la presencia de un mutante de color. Estas llamadas son filtradas en centralita y pasadas a la central del Grupo Operaciones Especiales Metahumanas (GOEM), el grupo de intervención rápida del Gobierno que ya estaba parcialmente desplegado en la capital de Madrid. Desde central avisan a los equipos para que acudan rápidamente a la zona donde se ha divisado al mutante.

- Metahumano localizado: Zona Gran Vía, Madrid. Movilicen escuadrones 2 y 3 en apoyo de la Unidad Operativo Principal. Interior nos comunica que podemos proceder con dureza ante cualquier ataque. Repito: Libertad para responder a los ataques.

Desde la base más cercana situada en la Comunidad de Madrid despegan seis helicópteros. Cuatro de ellos llevan a los miembros del GOEM que se encargarán de intentar arrestar al metahumano que acaba de ser divisado en la Gran Vía madrileña cerca del letrero de Schweppes. Los otros se encargarán de garantizar la seguridad de los soldados cueste lo que cueste.

La Policía Nacional alertada por tanta llamada indicando la presencia de un metahumano peligroso moviliza a agentes para acordonar la zona con la intención de contener la amenaza y ayudar al grueso de los operativos del GOEM a que lleguen a la zona. Sus hombres empezarán a montar controles en las principales calles y empiezan a poner vallas y cadenas de abrojos para detener cualquier vehículo que intente saltarse el control. La UOP se moviliza también en busca del metahumano y está a sólo un par de minutos de Gran Vía.

La situación empieza a ser realmente peligrosa para Ibrahim y Sara...

Ibrahim tiene pocas cosas en la cabeza. La primera de ellas es que no lo atrapen. No es que le moleste tener que pasar un tiempo en la trena, si no que se siente con la responsabilidad de llevar adelante la misión encomendado por el viejo profeta y aquel libro mágico. Por tanto, le sabría realmente mal no poder cumplir su cometido por culpa de aquellos malditos policías que no tenían ni idea de lo que había pasado y nunca se creerían sus explicaciones.

La segunda, es que no pillen a Rick. Faltaría más que el primer día en mucho tiempo que se encuentran, vayan y lo metan entre rejas, después de haberse pasado toda su vida lejos de marrones legales, por mucho que le gustase a su amigo bordear el peligro tanto como a él.

Solución: salir corriendo de allí. Los policías tienen poco margen de movimiento, pues las calles están colapsadas de gente y tendrá un par de minutos hasta que llegue el apoyo aéreo. Así que la mejor opción es aprovechar este par de minutos para huir tan lejos que le pierdan toda pista posible.

Así que agarra con firmeza el cofre y da un tremendo salto hasta la azotea más cercana, justo la del edificio al norte del Capitol. De aquí emprende la huida corriendo a toda velocidad sobre los edificios, saltando sobre la estrecha calle de Los Tudescos hasta las azoteas de los edificios del otro lado y huyendo a toda velocidad sobre estas, tomando las más planas y de mejor factura para alcanzar lo más cerca posible de su velocidad de crucero, que ronda los doscientos kilómetros por hora.

Luego, cuando divise algún helicóptero en la lejanía, buscará una calle estrecha y poco transitada para saltar a la misma e intentar perderse por algún rincón, local o vivienda que pudiera parecer poco llamativo.

Si se aleja lo suficiente del foco del problema, será harto difícil que den con él. No entrarán en todos los locales y casas de Madrid para encontrarlo.

Operarios del Grupo Táctico del GOEM sueltan varios aviones espías por la ciudad de Madrid. Estos aviones sobrevolarán la ciudad a una altura considerable y están equipados con las últimas tecnologías en seguimiento y rastreo. Los científicos del CSIC lo han dotado de un detector de metahumanos (aunque su eficacia está por demostrar ya que solamente se ha probado con Torbellino).

En unos minutos están desplegados varios de estos pequeños aviones no tripulados que intentarán detectar al metahumano en busca y captura.

Y así desaparece el rayo de luz que podía ayudarme a descubrir algo.

Con la boca abierta me deja el salto de Ibrahim. Cuando consigo cerrarla me pierdo entre la multitud cabizbaja, buscando el portal donde desapareció Rick.

Usando mis conocimientos de toda la vida en ingresar a habitaciones y casas ajenas intento colarme por alguna ventana o puerta entreabierta del 2B muy despacio sin llamar la atencion o hacer ruido tal cual como un felino. Cada movimiento es calculado, cada paso en pensado al limite

En el lapso entre que la multitud alucinada seguía con la vista la trayectoria de Ibrahim y la ola de pánico, impulsada por la idea de que el mutante ha plantado una bomba en los cines, que acaba de barrerla, conseguiste después de algunos empujones, atravesar la calle y entrar en el portal que succionó a Rick.

El interior del bloque es oscuro y descuidado. Hace mucho tiempo que no se pinta… o que no se limpia. Debajo del hueco de escaleras hay un buen surtido de bicicletas baratas arracimadas. Las puertas endebles dejan escapar todos los sonidos de los apartamentos. Huele a rancio aquí dentro.

Rick no está a la vista.

Estás considerando la posibilidad de forzar la cerradura barata, cuando todos los poros de tu piel te advierten de que alguien conocido acaba de entrar en el bloque. 

Lastimosamente he perdido mi magia y por esta vez no logro romper ni "violar" el cerrojo. Cosa que me frustra considerablemente así que sin más suspiro y sintiendo que Ibra se acerca simplemente me recuesto contra la puerta y doy dos suaves golpes con el puño de mi mano esperando que la chica desde adentro responda o abra.

Tendré que usar mis dotes galanes... Es lo unico que puedo pensar

No tengo ni idea de donde puede estar el tal Rick así que compruebo si hay alguna salida trasera, patio o ventana que de fácil acceso a otra calle. En caso contrario me siento en la escalera a esperar, con la vaga esperanza de que vuelva a aparecer por aquí. Eso debería dar tiempo a que se calmara la excitación tras la salida de Ibra.

Para no arriesgarme innecesariamente me pongo en la escalera una vez pasado el primer tramo de manera que no se me vea desde la calle.

Quien sea que haya entrado, no se decide a subir.

Un estrépito de pisadas y gritos acaba de desencadenarse en la Gran Vía, un estruendo capaz de sofocar tus tibios golpes de llamada.

No hay salida trasera a la vista, y la sensación de encontrarte atrapada como una ratoncita en la rampa de estas escaleras mugrosas es cada vez más fuerte.

El asfalto retiembla bajo las pisadas de la multitud que vocifera.

Uno de los aviones espías localiza a Ibrahim. El resto de los aviones se dirigen hacia las posiciones adyacentes para poder controlarlo entre todos.

Las unidades del GOEM son movilizadas hacia esa posición, por orden del GAT deciden mantener la distancia y no acosarlo para evitar poner en peligro a los civiles que pueden rodear al metahumano.

¡Mierda! Ahora que había conseguido una posibilidad de averiguar algo se me escurre entre las manos como si fuera agua. Me topé con estos tipos de pura casualidad, ¿cómo voy a encontrarlos ahora?

Me siento en un escalón desolada y triste. Pero poco a poco voy recobrando la serenidad. Precisamente cuando empiezo a pensar más fríamente me doy cuenta que no hago nada aquí. La calle es un hervidero y no quiero estar aquí. Me levanto cautelosa y me asomo por la escalera, tratando de tomar el pulso a la ruidosa multitud antes de asomarme.

Piensa pequeña, piensa. Nombraron un viejo, una librería y estaba el mapa. Nombraron la sierra también, siempre puedo intentarlo pero la sierra es demasiado grande. ¿Qué había en el mapa? Quizá podría recordar algo concreto de él . . .

De momento nadie parece seguirte aunque sinceramente sigues con la mosca detrás de la oreja. Sabes que no cesarán tan fácilmente y te conviene poner tierra de por medio entre ellos y tú.

No dejas de mirar al cielo de vez en cuando buscando cualquier sombra que te alerte de la presencia de algún helicóptero. Pero al final no es una sombra lo que te avisa...el ruido de un par de rotores se empieza a escuchar en la lejanía. 

La aeronave parecía pasar de largo pero realiza un suave giro de 90º y se queda inmóvil en el aire observándote a unos trescientos o cuatrocientos metros de tu posición aproximadamente. Es un aparato bastante extraño, nunca habías visto uno así...no parece que sea de uso civil.

Por segunda vez intento abrir la cerradura pero esta vez estoy seguro que casi activo la alarma del lugar por lo que me doy un golpe con la cabeza a la puerta de frustracion y me digo una y otra vez Eres un idiota, Jones...eres un idiota...

Sea lo que suceda allá afuera no me interesa y menos sabiendo que mi cabeza tiene precio y que cualquiera me ensartaria en un tronco con tal de satisfacer su sed de sangre así que sin mas golpea con fuerza a la puerta

Señora...por favor...abra...estoy herido....ayudeme....!!