Partida Rol por web

El Limite del Imperio

Non Omnis Moriar

Cargando editor
06/03/2014, 09:58
Decimus Larcius Viridio

Claro, ha debido ser el puto espíritu de Ruso el que se ha tirado cosiendo sin parar desde que fui el único con dos dedos de frente que no estaba cagandose en los pantalones por cuatro cuervos de mierda y vio que algo pasaba fuera de las murallas...

Viridio se irguió, sus manos chorreaban sangre romana, gotas de sangre se mezclaban con el embarrado suelo, y miró el campamento a su alrededor.

Había conseguido que se montaran dos puntos de atención durante la batalla, repartiendo así la carga de heridos cuando se encontró Caius, otro legionario de la vieja guardia cuyo padre zurcía sandalias y había aprendido a dar puntadas desde crio.

¡¿Quieres traerme un puto odre de vino en vez de quedarte mirandome como un tonto?! - gritó a uno de los muchachos que habían asignado como auxiliar para traerle el material necesario y que no perdiese el tiempo en desplazamientos.

 

Vio entonces que algunos legionarios regresaban tras haber saqueado los cuerpos, por supuesto nadie se acordaría de quienes los cosía cuando no eran tan afortunados, y se pasó la mano por el rostro, ya llena de salpicaduras de sangre, mientras pensaba en que quizá debería usar las cuentas que tenía en una buena noche de putas y vino, no quería que le enterraran con ellas...

Cargando editor
06/03/2014, 10:51
Manius Octavius Ruso

Los germanos estan todavia en el trance de la batalla o simplemente impactados por la derrota sufrida. No parecen reaccionar a los intentos de Oton por comunicarse con ellos. Tambien puede ser que no hable germano tan bien como decia. Dejandolos bien encerrados, para evitar que escapen, os acostais en la tienda, sintiendo el espacio vacio dejado por Ruso y Secundus. Quizas por ello la noche pasa intranquila, llena de sueños y pesadillas.

En uno, estais corriendo por un descampado. Huis de algo, pero no sabeis de que, mientras los graznidos de los cuervos atronan a vuestro alrededor a pesar de que no hay pajaros a la vista. Se oye gritar a un niño pidiendo auxilio pero no sabeis de donde vienen los gritos.

La escena cambia y estais de pronto en un bosque, oscuro y amenazador. Se han dejado de oir a los cuervos pero el silencio absoluto que reina en el lugar es todavia mas sobrecogedor. Mirais a un lado y en un pequeño claro, donde batallasteis con los germanos veis a un niño llorando de espaldas. Le llamais, intentando consolarlo y llevarlo de vuelta a Bonna. No responde y sigue sollozando con las manos en la cara. La atmosfera se vuelve mas opresiva si cabe y la luz parece ir reduciendose poco. Los arboles, de ramas y hojas negras empiezan a mecerse sin viento, con un ruido no muy diferente al de una turba de cuervos.

Impacientes por salir de ese lugar os acercais al niño y le agarrais del hombro, volteandole. Solo que, en ese momento, os dais cuenta de que no es un niño. Es Curio, el optio traidor, que os mira con odio. Sus ojos parecen haberse hundido en sus cuencas y tiene la piel de color gris ceniza. Caeis hacia atras, sorprendidos e intentais alejaros pero os moveis muy lentamente. Delante vuestro, Curio sonrie de forma salvaje y lanza un aullido. Ante vuestros ojos, el optio se transforma en apenas unos segundos en un lobo enorme que gotea sangre por el hocico. Intentais huir pero una fuerza enorme os mantiene en vuestro sitio. Aullando, el lobo se lanza hacia vosotros con las fauces abiertas.

En ese momento, hay una explosion de luz cegadora que os hace cerrar los ojos y ois una voz femenina en un idioma que desconoceis. Cuando los volveis a abrir, veis delante vuestro a Manius Octavius Ruso, sangrando por las heridas que le hicieron en el asedio. Ensartado en su gladio esta el lobo, muerto. Ruso os mira con cara seria y saca el gladio de dentro del lobo. La escena ha cambiado de nuevo y detras de vuestro ex-decano podeis ver una pradera verde, interminable, llena de vida y alegria. La luz del sol acaricia vuestra cara y os reconforta. 

Ruso os presenta el gladio y lo deja caer. Al chocar con el suelo se oye un tintineo y hasta vuestros pies ruedan dos monedas de plata. Antes de que podais decirle nada, Ruso se da la vuelta y se marcha por la pradera donde podeis ver a lo lejos a otros hombres, algunos de ellos muy parecidos a bustos de heroes de Roma que habeis visto con anterioridad. Se junta con el grupo que le acoge y desaparecen detras de una colina.

Despertais, sudorosos, al toque de la trompeta y sin saber que pensar del sueño. La realidad se impone, sin embargo, y un nuevo dia de vuestra vida de legionario empieza

Notas de juego

Si, soñais todos lo mismo.

Cargando editor
06/03/2014, 11:16
Vibius Gratus Vulso

Despues del desayuno, y mientras el resto de la centuria se dedica a apilar los cuerpos de los germanos, ya de dia, para quemarlos. Vulso os llama al edificio central

Luchasteis bien ayer, legionarios. Teneis mi agradecimiento y el de Roma. - dice con una pomposidad que no parece ser necesaria - Desafortunadamente, vuestro contubernio ha quedado mermado por la perdida de dos compañeros, uno de ellos el decano. El contubernio IV esta casi todo en la enfermeria asi que el unico que ha sobrevivido sin heridas de gravedad es transferido a vuestra unidad. - un legionario (*) que esta a su lado se adelanta y se presenta - En este momento tendreis que ser solo 7, hasta que nos lleguen refuerzos. Procedamos a la cremacion de Ruso.

Empieza a moverse y se da cuenta que se ha olvidado de algo

Se me olvidaba! Hay que hacer una promocion. - os mira a todos y se para mirando a Corso - Marcus Annius Africanus, de un paso al frente. - el legionario se adelanta -  su coraje y eficacia en la batalla de ayer han sido una inspiracion para toda la centuria. Con efectos inmediatos, es ascendido al rango de Decano de la Legio I Minervia, Cohorte IX, Centuria VI, Contubernium II. No falle ni a la Legion ni a Roma. 

Dicho esto, y sin esperar una respuesta afirmativa o negativa, se encamina a la plaza principal

- Tiradas (11)

Notas de juego

Pues nada, Corso es el nuevo decano. Le ha explotado el dado 3 veces.

(*)el nuevo PJ

El proximo avance de Corso sera obligatoriamente Rank(decanus) que da el edge de Command.

Ahora si, interrogad germanos, postead vuestra angustia interna o discurso en el funeral de ruso o lo que querais. Es por la mañana todavia.

Las tiradas de ascender las he hecho con el siguiente criterio

Todos novice: +0
Loyal, heroic, code of honour hindrance: +1
Military family edge: +2
Shirker, replacement: -2

De nuevo, esta abierto a discursion si preferis otro metodo, una vez muera Corso.
 

Cargando editor
06/03/2014, 16:27
Caius Iunius Oton

Oton mira sorprendido al Corso, claramente no se esperaba esta nombramiento. De todas formas no dice nada, sabe que hoy le tocará limpiar letrinas o algo peor, pero esta bastante contento de no tener que acompañar a sus compañeros al otro lado del río. Se acerca a Fabio y con voz triste le dice:

- Suerte allí afuera, se que si alguien puede volver sois vosotros. - y sin mirarle a la cara añade avergonzado - Gracias por lo de ayer.

Notas de juego

A todo esto, Ruso había dejado al gordo fuera, a si que supongo que por ahora sigue fuera.

Cargando editor
06/03/2014, 16:45
Director

Notas de juego

Cierto, el nuevo decano tendra que reincluirle.

Cargando editor
06/03/2014, 17:31
Marcus Annius Africanus "Corsicanus"

Se me olvidaba! Hay que hacer una promocion. - os mira a todos y se para mirando a Corso - Marcus Annius Africanus, de un paso al frente. - el legionario se adelanta -  su coraje y eficacia en la batalla de ayer han sido una inspiracion para toda la centuria. Con efectos inmediatos, es ascendido al rango de Decano de la Legio I Minervia, Cohorte IX, Centuria VI, Contubernium II. No falle ni a la Legion ni a Roma. 

- AVE DOMINE!

El corso se da un golpe tan fuerte en el pecho que retumba en toda la sala. En su cara hay una sonrisa tan grande que se le ven todos los dientes.

Sí, sí, sí!
Así se gana, así!

Dicho esto, y sin esperar una respuesta afirmativa o negativa, Vulsus se encamina a la plaza principal

Con el pecho más hinchado que un palomo en celo, el corso se queda mirando a sus compañeros. Otón le mira sorprendido con su cara bobalicona, Fabius le mira con indiferencia (o es alivio?), Valerius y Silus le miran con una expresión indescifrable... pero es la mirada de Viridius la que le marca. Viridius le mira con una expresión entre la condescendencia y el fastidio, como el abuelo que soporta al nieto repipi que quiere enseñarle cómo se distingue un cuervo de una corneja.

Carraspea.

- Mmhmmhm. Compañeros, el pueblo romano, a través del centurión Vulsi, han decidido otorgarme su confianza para gobernar este contubernio en las próximos meses. Anoche soñé con mi antecesor, Manio Octavius Ruso, que me enviaba una señal. Quiero expresar mi respeto por él y el deseo de que tengamos un traspaso de poderes modélico y una fructífera relación de futuro, y que nos guíe desde su asiento en los foros de Marte y Minerva.

Mis primeras palabras se dirigen a vosotros, compañeros. Quiero agradecer de todo corazón vuestra confianza, y es para mí un inmenso honor aceptar esta enorme responsabilidad que se me ha otorgado. Ese honor que me obliga a la humildad y al compromiso. Esa responsabilidad que lo exige todo de nosotros.

Y quiero, inmediatamente, dirigirme a todos aquellos que hubieran preferido a otro decano, para decirles desde este primer momento que estoy plenamente decidido a ser el decano de todos y a anteponer siempre, en toda ocasión, el interés general a cualquier interés particular; que gobernaré al servicio del Senado y del Pueblo Romano, procurando que por ninguna circunstancia nadie se sienta excluido de la tarea común.

Nadie tiene que sentir inquietud alguna. No habrá para mí otros enemigos que los bárbaros germanos, sus enormes lobos, el miedo, los traidores, la falta de honor, y todo aquello que mantiene a nuestra legión en estas críticas circunstancias.

Estamos ante una hora decisiva para Roma, ante uno de esos cruces de caminos que van a determinar el futuro de nuestro gran pueblo, no ya en los próximos meses, sino en los próximas décadas. Y, en estos momentos decisivos, es cuando se mide el temple de los hombres y de los pueblos.

Sé muy bien lo que nos toca. Para nadie es un secreto que vamos a batallar en la más delicada coyuntura en que se haya encontrado Roma en los últimos cien años.

Pero desde esta hora quiero deciros a todos que en el compromiso que asumimos con Roma, no sólo vamos a darlo todo, sino que vamos a darlo con todos. Que sólo habremos salido adelante si salimos todos juntos. Y que, para conseguirlo, todos tendremos que aportar lo mejor de nosotros mismos.

La legítima satisfacción que nos embarga por la victoria no nos impide dejar de pensar, ni por un instante, en la inmensa tarea que tenemos que afrontar y en la necesidad de abordarla cuanto antes. Y sobre todo, en la obligación que hemos contraído, especialmente con aquellos que se encuentran en las situaciones más difíciles: quienes han perdido su trabajo por los bárbaros; quienes se han visto obligados a cerrar su pequeño negocio o su actividad como autónomos; quienes sufren la enfermedad o cualquier forma de infortunio. A todo ellos debemos hacer llegar un mensaje de cercanía, de aliento, y de confianza. Que nadie tenga duda de que todo lo que humanamente se puede hacer por mejorar su situación, lo vamos a hacer. Y que pensaremos en ellos antes que en nadie a la hora de tomas decisiones.

Queremos devolver a los romanos de la Germania Inferior el orgullo de serlo. El orgullo se rescata a base de trabajo, de esfuerzo, de mérito, de tomar riesgo, de innovar, de preocuparse por los demás, de ser solidario. Lo he dicho muchas veces y lo repito hoy: Roma es un gran imperio. Pero, añado, incluso las grandes naciones a veces se olvidan de que lo son y se dedican a cosas pequeñas. Yo no quiero que eso vuelva a suceder y me aplicaré a evitarlo: no habrá sectarismo, rencillas pequeñas ni divisiones artificiales que nos distraigan o nos retrasen en el esfuerzo común.

Subrayo esta idea: la del esfuerzo común. Esfuerzo de todos y para todos. Esfuerzo compartido y equitativamente repartido. En una palabra, esfuerzo solidario.

Y somos una gran Nación, entre otras cosas, porque nuestra diversidad es fuente de grandeza y nos enriquece. Y debe seguir enriqueciéndonos. Pero esa diversidad tiene que anudarse con fuerza a un principio solidario, más necesario que nunca en estos tiempos.

No va a haber milagros. No los hemos prometido. Pero ya hemos visto otras veces que, cuando se hacen bien las cosas, los resultados llegan. Yo confío en que el trabajo, la seriedad y la constancia, -que son los principios que me han acompañado a lo largo de mi vida- servirán también para que, más pronto que tarde, todos empecemos a ver los frutos. Os invito compañeros a compartir esa confianza.

Nada más, muchas gracias por escucharme.

Ahora, salgamos a dar el último adiós al gran Rusi, decano, compañero, y amigo".

El corso se golpea en el pecho de nuevo a modo de saludo a sus minions compañeros, gira sobre sus talones, y sale de la tienda.

Ya lo has conseguido, Marce, decano. Bien, bien, bien. Sí, sí, sí, así se gana aquí. Ahora a por el siguiente paso...

Notas de juego

Toma discurso de recién elegido. ;-) Menos mal que hablar es acción libre.

El proximo avance de Corso sera obligatoriamente Rango(decanus) que da la ventaja de Mando.

Y yo que quería haberle puesto Musculoso de segundo avance (no sé cómo no me di cuenta de que no lo tenía cuando elegí Nervios de Acero para el primer avance; si hay una ventaja que le pega al corso es Musculoso).

Director, puedo cambiar esto (*)? No ha tenido efecto en la batalla porque todas las heridas me las he comido yo solo... 0:-)

(*) Sé que me arrepentiré de esto a nivel mecánico, pero la historia es la que es...

Update: A Otón le doy por reincluido. Bastantes bajas ha habido ya.

Cargando editor
06/03/2014, 18:03
Martinus Camilius Fabius "Fabio"

- Suerte allí afuera, se que si alguien puede volver sois vosotros. - y sin mirarle a la cara añade avergonzado - Gracias por lo de ayer.

—No fue nada. Tendrás la oportunidad de devolvérmela al otro lado del río. Ayer ya vimos de lo que eres capaz— respondió animoso a su compañero. —Ahora... —su nuevo decano comenzó a hablar...

Fabio se quedó mirando a Corso. Sí, es cierto lo que dice, tenemos que... ¿Que ha dicho?

—Vamos a funeral, luego tendrás que ayudarme a crucificar a unos cuantos germanos. A los que hablen seremos compasivos y les romperemos las piernas para que mueran pronto. Pero tenemos que saber cuántos germanos son, quién los lidera y quién era ese tipo disfrazado de lobo. ¡Aquí los únicos descendientes de la Loba somos nosotros!.

—Si alguien más tiene idea y comprende el habla bárbara, que venga, tenemos enemigos a los que hacer hablar— dijo interesado en el nuevo compañero.

Notas de juego

o es alivio?

Es alivio.

Cargando editor
06/03/2014, 18:19
Director

Notas de juego

Cambiate a musculoso, ok.

por si alguien dudaba de que Corso llevaba esperando este momento años. Ese discurso no ha sido improvisado. En fin, al menos no os ha puesto pantalla de plasma

Cargando editor
06/03/2014, 18:20
Marcus Annius Africanus "Corsicanus"

Notas de juego

Meses, tampoco exageremos. ;-)

Cargando editor
07/03/2014, 09:58
Decimus Larcius Viridio

Pobre infeliz... pensó Viridio cuando vio al Corso hincharse como un palomo sin darse cuenta de que seguramente Vulso le había condenado más que ascendido. En fin, mejor que sea él y no yo el que tenga que tragar toda la mierda del cargo.

A la vigésima palabra de su discurso, y viendo el tono, directamente desconectó, pensando mentalmente en cuántas vendas iba a tener que conseguir, si tendría que reponer alguna aguja y las hierbas que había gastado en la batalla.

Lo bueno de ser legionario es que te permitía aguantar una posición de firme y atento mientras se empleaba el tiempo en algo más importante que el onanismo verbal de un muchacho recién ascendido.

les romperemos las piernas para que mueran pronto

Las palabras de Fabio le sacaron de su ensimismaiento, dándose cuenta que Corso había acabado.

Tendré que acompañaros y deciros dónde romper exactamente. - poniendo una sonrisa de quien va a empezar por fin un buen banquete.

Cargando editor
07/03/2014, 11:02
Marius Rutilius Valerius

Se me olvidaba! Hay que hacer una promocion.

Definitivamente no seré yo. A menos que el centurión sea de verdad un idiota completo. Sonrió Valerius con su pensamiento y espero a ver a quien nombraba.

¡El corso! Eso si era una sorpresa agradable... Que desapareció rápidamente con su largo discurso, del cual Valerius solo escucho los primeros veinte segundos. Y de verdad que se esforzó en prestar atención, pero así era el; no podía interesarle menos la Legión y sus políticas y reglas. Aunque se preocupo un poco por el corso: un asenso y ya esta dando discursos como senador. Espero que no deje de ser el bruto musculoso y bravucón que tanto me agrada.

Frunció el ceño ante la idea de crucificar bárbaros.

-Yo voy contigo, después del funeral. -le dijo a Fabio.

 

Cargando editor
07/03/2014, 14:56
Director

Notas de juego

Quereis decir algo en el funeral o pasamos directamente a los  interrogatorios?

Cargando editor
07/03/2014, 16:16
Caius Iunius Oton

Notas de juego

Por mi al interrogatorio.

Cargando editor
08/03/2014, 02:07
Marcus Annius Africanus "Corsicanus"

Africanus mira en silencio como arde la pira de Rusi, mientras juguetea en la mano con el silbato que ha heredado junto con el cargo. 

Notas de juego

Quereis decir algo en el funeral o pasamos directamente a los  interrogatorios?

Nada en particular. Yo esperaba que el centurión dijera algo. 

Cargando editor
08/03/2014, 03:01
Titus Silo

Silo no es el tipo de hombre que se dedica a sopesar lo que ocurre a su alrededor. Apenas conocia a Ruso, pero lamenta su perdida. sabe que ha caido con la nobleza que se espera de un legionario, por lo que esta convencido de que los dioses le mandaran de cabeza al eliseo.

Se pregunta si un dia hara meritos para conseguir semejante destino.

Notas de juego

Y ahora vamos a conseguir respuestas.

Ya.

Cargando editor
08/03/2014, 09:27
Decimus Larcius Viridio

Viridio se mantuvo en silencio, poco tenía que decir de Ruso y estaba deseando ver si podía degollar unos cuántos de esos hijos de puta o, al menos, hacerse cargo de sus crucifixiones.

Cargando editor
08/03/2014, 13:19
Spurius Vibius

El contubernio IV esta casi todo en la enfermeria asi que el unico que ha sobrevivido sin heridas de gravedad es transferido a vuestra unidad.

Vibius se adelanta y se golpea el pecho con el puño.

-¡Ave, compañeros legionarios! Mi nombre es Spurius Vibius, explorador de los auxiliares. Necesitaréis mi ayuda para localizar al objetivo, me han dicho. Pues ea, aquí estoy.

El recién llegado debe de rondar los dieciocho, tiene la piel tostada por el sol y las manos grandes y callosas, primero por la azada y luego por la lanza. El equipo de legionario que lleva le queda un poco grande porque le faltan unos centímetros para el metro setenta, pero resulta evidente que está lleno de emoción por poder vestirse así y acompañar a los legionarios en una misión. Bien parecido, con una sonrisa grande de dientes casi perfectos que indica su buena salud, mira a sus compañeros con los ojos entrecerrados por el sol que se refleja en las armaduras.

El nuevo decano se embarca en un largo discurso que Vibius escucha con su gesto característico y sin decir ni una palabra. Si tiene tantas ganas de ser decano, bueno será. Eso sí, saber que hay algo por hacer y tener que aguantar el discursito hace que le piquen las manos y empiece a juguetear con la empuñadura del gladius.

Cuando por fin es hora de moverse, sonríe a Fabio.

-Yo nunca he crucificado a nadie. ¿Puedo ayudar?

Cargando editor
08/03/2014, 13:39
Martinus Camilius Fabius "Fabio"

Fabio permaneció callado durante la cremación de Ruso y de los otros (pocos) hermanos que habían caído en la batalla. Había asentido a las palabras de sus compañeros acerca de la ayuda, incluso del nuevo, que no podía ser más joven. Unos se van y otros vienen, pero Roma permanece. —Claro, y bienvenido, hermano, tenemos que ser varios para sujetarles a los maderos, siempre tratan de resistirse.  Espero de todas maneras que tus compañeros del contubernio IV se recuperen pronto, aunque te quedes con nosotros.

Ya se porqué Viridio quiere matar a tantos enemigos después de las batallas, le da miedo que las Parcas se quejen por negarles a tantos de nuestros hermanos que trata de mandarles almas por otro lado.

Nada más acabar la cremación, con los ánimos sombríos, el legionario se dirigió hacia donde estaban encerrados los enemigos, perdido en sus pensamientos, pero sentía que detrás de él iba más de medio contubernio.

Entre todos, sacaron a un par, los que parecían más fuertes o duros y se los llevaron a patadas —las patadas de grebas de bronce es lo mejor que hay para conducir prisioneros— bien atados, hasta las afueras del campamento. Allí cuatro maderos, atados en dos cruces, esperaban a los dos germanos. Y dos hoyos para meter luego las cruces. No había que ser muy listo para saber lo que iba a pasar. El mazo que Viridio se había agenciado también estaba allí tirado, como si se les hubiera despistado. 

—Otón, diles que les espera la cruz si no nos dicen de qué tribu vienen, porqué nos atacaron y quién es su líder. O algo de valor, vamos, como cuántos más hay. 

—Venga, vamos a ir atándolos.

Notas de juego

He ido avanzando :) si el máster ve mal algo que corrija, pero supongo que entre Silo, Vibius, Valerius, Oton y Fabio podemos evitar que Viridio los mate por el camino manejar a un par de prisioneros.

Cargando editor
10/03/2014, 10:27
Berserk

El germano escupe a Oton en la cara cuando oye las preguntas

No creais que habeis vencido a los cherusci. Volveremos. Y en mayor numero. Los dioses han decretado la destruccion de Roma y nosotros somos su arma. Una vez el ritual se complete seremos invencibles, como Armin.

 

Cargando editor
10/03/2014, 12:20
Martinus Camilius Fabius "Fabio"

Una vez que Otón ha traducido las palabras a Fabio, este se pregunta. —¿Alguien sabe quiénes son los Cherusci? ¿Cuál es ese ritual? ¿Y quién es Armin?

—Vamos a ir subiéndolos. Igual eso les refresca la memoria. Prepara el mazo, Viridio, que van a tener que gritar un poco. Otón, diles que al que hable, le soltamos, pero que si todos son tan cobardes como los que vinieron, su muerte es algo anunciado.

—Luego hablaremos con el Decanus, ese ritual me suena a hacer algo con el chiquillo. Malditos Bárbaros. Su crueldad no conoce límites. ¡Subidles a la cruz!

- Tiradas (2)