Partida Rol por web

Wang tras observar la situación alza el vuelo de nuevo. Te elevas fácilmente por encima de los almacenes del puerto, tratando de seguir al vehículo en su huida, te bastan una decena de metros para darte cuenta de que la distancia que os separa se va incrementando y que no tardarás en perderlo. Durante el vuelo ves como una de las jóvenes que, sin duda, había permanecido escondida corre detrás del vehículo esperando que la recoja y la ponga a salvo de los criminales que les han asaltado.

Yuan toma dos cuerdas que se encuentran a pocos metros. Tras amarrar los dos cabos lanzas la cuerda hacia el agua avisando a Mao para que pueda agarrarlos en cuanto se encuentren a su alcance. Apenas un par de brazadas mas y consigue alcanzarlo, cuando sientes que Mao jala de la cuerda, estiras de ella con todas tus fuerzas y en un par de tirones los sitúas al alcance de Huang. Apenas el alza a la muchacha, te apresuras en sacar a tu compañero del agua tendiéndole el brazo.

Huang deja a su antiguo pupilo inclinado sobre el suelo. Te vuelves buscando algún otro enemigo para observar que ya no queda ninguno en pie. No tardas en situarte al lado de tu hermano para ayudarle en cuanto sea necesario sacar a la muchacha del agua, Yuan tira de la cuerda con ímpetu hasta que consigue acercarlos al muelle. Agarras a la joven que permanece inconsciente cuando Mao la alza como buenamente puede mientras el se hunde en el agua al levantarla y consigues sacarla sin problemas. Se encuentra empapada y sientes su cuerpo casi tan frio como el de tu hermana Min. No necesitas saber nada de medicina para comprender que si no entra en calor, cruzará hacia el Reino Oscuro.

Mao avanza entre las aguas aproximándose a la cuerda que le habéis tendido. Notas en una de las brazadas un cabo al que aferrarte y cuando alzas la vista ves a tus dos hermanos en el muelle. La muchacha ha dejado de patalear y parece que está inconsciente. Cuando te arrastran al muelle empujas a la muchacha para que puedan alzarla sumergiéndote tu al carecer de puntos de apoyo. Una vez ella fuera del agua, Yuan estira su brazo para que puedas aferrarte a él y cuando siente tu mano, estira sacándote fuera.

Min se mueve hacia delante rasgando el aire con sus armas para detenerse después en una posición defensiva. Sientes como las frías mareas del tiempo te arrastran hasta el vacío infinito de la existencia, boqueas como haría un pez fuera del agua desesperado por respirar pero cada bocanada no es mas que un recuerdo constante de la futilidad de toda existencia. El P´o se mueve dentro de tu cuerpo anhelando tomar el control, buscando relegar el Hun a los rincones mas obscuros, pero una piedra arrojada al océano solo puede alterar su superficie, sientes las ondas mientras te aferras a la profunda serenidad que nace de las profundas aguas de tu interior, hasta que la superficie vuelve a quedar en calma.

Zhi tras la sacudida espiritual sufrida pareció reponerse. Cuando consigues reaccionar el vehículo ya ha salido del puerto. El P´o se agita dentro de tu cuerpo cuando empleas Viento Negro. Corres en dirección al vehículo evitando obstáculos con increíble facilidad como hacen los seguidores del Shintai del Jade, para quienes la naturaleza no supone ningún estorbo al haber conseguido dominar las corrientes de Chi de la naturaleza. De momento no tienes manera de interceptar la furgoneta, quizás mas adelante, donde el camino se bifurca. Sientes la sacudida del P´o pero consigues dominarlo en esta ocasión.

Solo quedaba decidir que hacer con los cuerpos, donde interrogar al barquero cuando despertase y pensar que haríais con las muchachas desaparecidas, si es que acordabais buscarlas para llevarlas a sus hogares o confiabais en que alguno de los habitantes de las embarcaciones del puerto, que estaban dando señales de vida, les ayudasen en caso de que fuese necesario.

 Ves el rostro de la mujer contraído por el agotamiento y cuando le hablas no duda en responderte - ¿Yo? mira de nuevo al joven agachado, y sin apartar la vista de él continua hablándote - yo no le he obligado a nada, solo quiero continuar a su lado, no puedo dejarle solo, ya no tiene a... se calla abruptamente y se vuelve entonces hacia ti con el terror reflejado en su rostro, mientras ves como su cuerpo comienza a desvanecerse convirtiéndose en pequeñas volutas de ceniza hasta que finalmente desaparece sin dejar rastro.

- ¿Estás bien, hermano? - le pregunto a Mao cuando lo saco del agua.

La mujer que Mao ha rescatado parece mantenerse inconsciente entre los brazos de Huang.

- ¿Qué queremos hacer con ella? - les pregunto a mis hermanos.

Lo que le sucediera a la joven me da exactamente igual, pero puedo comprender que Mao quisiera salvarla y que alguno más de mis hermanos esté dispuesto a evitar que muera.

Me bastó sujetar por el brazo a aquella mortal al sacarla del agua para sentir la ausencia de calor en su cuerpo. Aquella temperatura no suponía problema alguno en nuestro caso, el de los muertos famélicos, pero un ser de vida no podía mantenerse sin calor bajo su piel. No, al menos, durante demasiado tiempo.

Fue Yuan el primero en preguntar lo mismo que mi mente ya ponderaba. Su voz parecía arrastrar las mismas dudas que yo albergaba, aunque con un distanciamiento mayor, una cierta... frialdad. Desconocía la opinión del Wu, pero de un modo que negaba la posibilidad de tener un criterio propio. Y yo sabía que mi hermano no carecía de criterios, de modo que sencillamente debía tratarse de que no le importaba.

Yo, en cambio, tuve un instante de duda. Aquella mortal se había apartado del camino, de modo que lo que pudiera ocurrirle, su destino final, lo tendría bien merecido. No obstante, aún podía redimirse y regresar al virtuosismo. Tenía esa oportunidad, o la tendría si lograba conservar la vida.

Si no entra en calor pronto, los esfuerzos de Mao habrán sido en vano. -Afirmé con seriedad. Apoyé a la chica en el suelo y me desprendí de mi chaqueta, quedándome únicamente con la camiseta interior, blanca y sin mangas- Será preciso llevársela de aquí, y con premura, si es que hemos terminado. -Envolví como pude a la chica con la chaqueta, rodeando sus hombros, brazos y torso, y la alcé en brazos, poniéndome en pie- ¿Tenemos lo que vinimos a buscar? Un prisionero inconsciente, mi antiguo alumno que habrá de redimirse por las buenas o por las malas, y esta chiquilla que si sobrevive podría tal vez saber algo... No parece que vayamos a sacar nada más, permaneciendo aquí.

Si nos llevábamos a la chica rápidamente, aún podíamos salvarla. Y realmente nada nos retenía allí. Lo mejor sería marcharnos, si es que el asunto del muerto sin reposo había sido resuelto.

Tras alzarse Wang pudo ver que el camión lograba alejarse, lo que le hacía pensar que no lograría seguirlo. Era un transporte demasiado rápido para él. Pero entonces advirtió la presencia de aquella chica que corría angustiada. "Te hemos salvado de un destino fatal y tú sigues persiguiéndolo." 

Claro que esa podía ser una opción de alcanzar el transporte, si se detenía o enlentecía la marcha "sin contemplaciones, voy a atacarles" pensó para sí, decidido a capturar alguno más si se daba la oportunidad. "Vamos, páralo para que pueda posarme encima" iba anticipando el posible combate con el conductor, como si la apariencia demoníaca le hiciera ansiar el uso de la violencia para resolver esa situación a pesar de haber vencido al P'O cuando hubo de transformarse. "Espero que ese barquero nos sirva para algo, si no, adoptar la forma demoníaca habrá sido un error, al que me han inducido..." detuvo el patrón de pensamientos al notar que el P'O trataba de nuevo de influirle. Era preferible concentrarse en el vuelo.

Finalmente habian sido sacados del agua, sus compañeros le rodearon y pronto cubrieron a la joven. Por algunos segundos las voces no eran mas que un eco distante hasta que finalmente tomaron forma y poder.

Las palabras del viejo lobo de mar tubieron respuestas - si, descuida..... muchas gracias - siempre cordial ante nada.

-Huan tiene razon, es mejor irnos ahora..... voy a salvarle la vida..... se que ella nos guiara a lo que necesitamos, lo presiento - dicho esto aguardo lo necesario para oonerse en marcha junto a los otros dos compañeros.

Cada vez me encontraba más ajena a lo que sucedía a mi alrededor, y es que había pasado de estar concentrada en aquel fantasma a tener que soportar aquella terrible vorágine de sentimientos y pensamientos negativos que aquel agudo grito había generado y que me invadió por completo durante unos instantes. Además, mi P'o había tratado de tomar el control aprovechando aquella circunstancia, pero por suerte logré controlar este con inusitada rapidez, pudiendo dirigir algunas palabras a la mujer tras ello.

Me mostró su cansado rostro brevemente, preguntando si era a ella a quien le hablaba, antes de devolver la mirada al alumno de Huang. Afirmó entonces que ella no le había obligado a nada, que tan sólo pretendía continuar a su lado y no dejarle solo, por un motivo que no terminó de darme. Calló de forma repentina y me miró llena de estupor, mientras su corpus comenzaba a desaparecer convirtiéndose en cenizas.

- ¿A quién? – pregunté, alzando la voz de un modo que rara vez hacía, pero el espíritu ya no podía oírme ni responderme.

Las volutas de ceniza se desvanecieron con rapidez, no quedando ni rastro del fantasma en aquel lugar. Entonces eché un breve vistazo alrededor, comprobando que los combates habían cesado, y avancé hacia el hombre; que continuaba en aquella posición que Huang le había pedido mantener.

- Dime, ¿por qué estás solo? ¿Quién te ha abandonado? – pregunté en mi habitual tono de voz mientras guardaba mis armas.

Me movía a toda velocidad sin que nada pusiese obstruir mi camino; sin embargo, todo parecía fútil, no me era posible reducir significativamente la distancia con el vehículo. A pesar de ello, no podía rendirme, aún tenía una última oportunidad. Tal vez podría interceptarlo en la bifurcación, pero si no lo lograba al llegar ahí, seguir con la persecución sería inútil.

– ¡Esperame! ¡No me dejes! – resonó el grito de una de las jóvenes que aún trataba de alcanzar el camión.

Por un instante pensé en que sería más seguro capturarla a ella y volver, pero un susurro dentro de mío me decía que era mi obligación detener a ese hombre y corregir el error del Wu.  Con esto en mente, pasé al lado de la joven mirándola de reojo y esbozando un sonrisa susurré – No me dejes Liu Pei – y continué mi camino hacia el camión, dejando a la chica detrás muy rápidamente.

Fue por menos de un segundo, pero nuestros ojos se cruzaron, y en ese momento pude ver el miedo y la desesperación de la joven en un encuentro que para ella podría haber parecido una eternidad. Aunque, si no alcanzaba el camión volvería por ella, al fin y al cabo no podía volver con las vacías.

Una pequeña embarcación comienza a acercarse al embarcadero, no os cuesta distinguir su discreto farolillo ondeando en popa durante su trayecto, en unos minutos estará donde os encontráis vosotros.

Wang continúa observando desde los cielos. En apenas unos metros puedes darte cuenta de que el conductor, o no ha reparado en la joven en su frenética carrera, o si lo ha hecho, no tiene intención de frenar su huida dando ya por perdida la mercancía. Ves como tu compañero Zhi haciendo uso de sus Artes tiene mas posibilidades de alcanzar al vehículo, ves que adelanta a la muchacha frenando algo su paso al cruzarse con ella y cuando termina de adelantarla ésta cae al suelo gritando aún mas fuerte si cabe, mientras Zhi continúa la persecución del vehículo.

Huang agarra a la joven con delicadeza tras cubrirla con su ropa. Sabes que no será suficiente, que solo retrasas lo inevitable, aunque quizás el tiempo que ganes de este modo sea suficiente para salvarle la vida. Pero desde luego, no será aquí a la intemperie. Ves como tu antiguo pupilo intercambia unas palabras, que no llegas a escuchar, con Min. Observas la postura de su cuerpo tratando de vislumbrar cualquier intención hostil por su parte, pero nada te hace pensar que las palabras de Min vayan a desencadenar un ataque.

Yuan tras intercambiar unas palabras con sus hermanos aguarda una decisión de sus compañeros. Por tu parte ya has conseguido lo que veníais a buscar. Y el barco, bastantes problemas parece que tiene, ya no es asunto vuestro.

Mao tras rescatar a la muchacha se aferra a la necesidad de salvarle la vida, convencido de que os será de ayuda en vuestra lucha contra las Triadas. Sientes el P´o revelarse ante tu acción, no has hecho mas que enfrentarte al Gran Ciclo, el destino de esta joven era morir en las frías aguas, pero tú te has convencido de que debías salvarla bajo la mentira de que ella os podría ayudar. Te engañas a ti mismo Mao, has visto en esta joven a tu hija, y crees que salvándola a ella enmendarás tus errores... pero ya no hay vuelta tras, estás condenado y tu enfrentamiento al Mandato Divino no hará mas que prolongar tu condena. Escucha Mao aún puedes dejar que muera, de este modo no te enfrentarás a su Augusta Personalidad.

Min dirige unas palabras al vacío. El discípulo de Huang alza la cabeza brevemente sin saber si le hablan a él atreviéndose a pronunciar una palabras - ¿cómo? confundido después por tu pregunta, aún arrodillado despega su cabeza del suelo fijando en ti su mirada - ¿có... cómo puedes saber? titubea algo inquieto mostrando cierto recelo y una pizca de temor. - Fei, responde luego escueta y claramente desconcertado. Puedes notar su evidente congoja después de pronunciar su nombre.

Zhi sale sin demora tras el vehículo, esquivando con gracia cualquier obstáculo. Finalmente la distancia que te separa del vehículo poco a poco va disminuyendo. Corregir el error del Wu, resonaba la voz del P´o tratando de inflar tu ego, pues es cuando el ciempiés confiado se aleja de la madriguera, cuando se encuentra a mereced el sapo. Adelantas a la joven dirigiéndole unas palabras tras lo cual la muchacha cae al suelo de culo gritando aterrada.

Quizás ya habéis tentado demasiado a la suerte por esta noche, y aunque las fuerzas de seguridad han visto muy mermados sus efectivos y los pocos que han quedado están demasiado ocupados, lo mas prudente sería retirarse cuanto antes para poder interrogar al prisionero y salvar la vida de la muchacha.

Finalmente la distancia que os separaba se ha reducido considerablemente y no te costaría saltar sobre el vehículo. Te impulsas empleando un montón de desperdicios para elevarte y caer sobre el vehículo. Apenas emites sonido alguno al caer sobre el techo de la furgoneta, que continua su frenética carrera.

Ya os habéis alejado bastantes cuadras del puerto y la furgoneta no parece tener intención de detenerse o frenar. Conduce por calles poco transitadas, parece conocer bien la ciudad y por donde debe conducir para evitar "molestias"

No le gustaba la idea de dejar escapar el camión aunque más o menos las cosas habían salido bien. Capturaron uno de los tipos, encontraron a ese discípulo de Huang. Salvaron a una chica de morir ahogada. A él no le habían visto bien, en definitiva parecía que había sido un éxito aunque no lo sabrían hasta que no indagaran un poco más.

"La chica que se lanzó al agua, va a enfermar."

Era el pensamiento que pasó por su mente. No quería que muriera ninguna de ellas, en el fondo no quería que las mafias siguieran causando muertes. Eran una fuente de corrupción que empozoñaba la vida de las personas sencillas. Lo sabía bien porque fue parte de ellas. Estuvo atrapado en esa espiral de violencia y sexo que ahora había trataba de redirigir contra ellos. "No me cabe duda de que estoy en el Wu perfecto" pensó con fuerza, adrede, tratando de que el P'O lo tuviera claro y sintiera que sus convicciones eran firmes.

Wang descendió hasta llegar con sus hermanos.

- La voy a llevar a tu refugio, Yuan. La secaré lo antes posible.

Cargó con ella, presto a llegar hasta su nuevo destino, sabedor además de que no podría mantener la forma demoníaca mucho tiempo más. Ya iba a necesitar unos días hasta recuperar esa posibilidad "vaya forma de malgastarla" escuchó que se colaba la afirmación, "no les tendría que..." a veces reaccionaba tarde para detener al tramposo, sobre todo si estaba distraído. "Hemos capturado al barquero gracias a ella" se dijo, constatando que no le tenía que responder porque era dar pie a que le tratara de enredar con mentiras. Quiso entonces dejar de darle vueltas y alzó el vuelo llevando a la chica.

- Está bien Wang - le digo a mi hermano.

Acto seguido observo toda la situación, con Wang ya poniendo a salvo a la chica que Mao a salvado de las aguas, los demás nos quedamos en tierra con un par de "enemigos" a los que llevar para sacarles información.

- Deberíamos salir de aquí cuanto antes si no queremos que nos identifiquen - digo señalando al barco que podemos ver venir.

Agarro al barquero y busco una pieza de ropa con la que taparle los ojos. Me lo llevo a los brazos y comienzo a caminar.

- Vamos, rápido - digo metiendo prisa al resto de mis hermanos.

Cubrí el rostro de aquella infeliz mortal cuando vi a Wang aproximándose, para evitar que su aterrizaje arrojase polvo sobre sus ojos cerrados y sus labios entreabiertos y tiritantes. No era preciso hablar demasiado, pues ante la oferta de nuestro hermano poco había por decir. Le entregué su cuerpo ceremoniosamente, de brazos a brazos, confiándole su cuidado, y observé cómo se alejaba con ella adentrándose en la oscuridad del cielo nocturno, hasta que la voz de Yuan me pudo en movimiento.

La tarea ha sido concluida, sí. -Confirmé asintiendo, con gesto serio- Es hora de ocuparse de sus consecuencias.

Con paso firme, me encaminé de regreso al lugar donde se encontraba mi antiguo y malogrado alumno, junto a nuestra hermana Min, a quien me dirigí en primer lugar.

¿Todo en orden? -Le pregunté, uniendo mis manos a la espalda, y dedicando una dura mirada a mi alumno- Es hora de irse, y tú... tienes mucho que expiar. Álzate y camina. -Le ordené, dispuesto a dejar que nos acompañase parte del camino antes de vendar sus ojos para que no conociera la situación del lugar al que nos dirigíamos.

La carrera se había prolongado por gran distancia y ya me encontraba cerca del límite que había establecido como barrera para abandonar la persecución; sin embargo, las condiciones se dieron para aprovechar las condiciones del terreno y tomar el impulso suficiente para aterrizar en el techo del camión.

Ya no había mucho tiempo para decidir, ya que las temerarias maniobras podrían convertirse en un riesgo en cualquier momento y no tenía forma de saber dónde íbamos a parar. Por ello, con un solo movimiento abrí la puerta del conductor, y antes de que este pudiese reaccionar lo halé del cuello hacia afuera del vehículo justo en el momento que pasábamos cerca de un muro. En ese momento, aprovechando el impulso del vehículo salté y continué la carrera el muro sin importar los golpes que pudiese tomar el chofer, pero siempre teniendo cuidado de evitar un golpe mortal.  

- Hasta aquí llegaste - susurré al momento de sacarlo del auto.

El alumno de Huang alzó brevemente la cabeza ante mis palabras, mostrándose en seguida confundido por estas. Este no comprendía cómo podía saber lo que le sucedía, aunque realmente tampoco sabía demasiado, y esperaba que fuera él quien me lo contara. A pesar de hacerse evidente su recelo y temor, terminó dando respuesta a una de mis preguntas.

Se le veía acongojado, pero eso no iba a impedir que continuara preguntándole sobre qué había sucedido. Sin embargo, finalmente no proseguí con aquel interrogatorio, pues escuché los pasos de Huang, quien no tardó en darnos alcance.

- No todo lo en orden que me gustaría. – respondí a la pregunta de mi hermano, mirando brevemente hacia donde se encontraban los demás al escucharle decir que era hora de irnos. – Tu alumno tiene cosas que contarme. – añadí después de que Huang le recordara al co-piloto que tenía que redimirse y le ordenara que se levantara y caminara. - Y yo tengo cosas que contaros.