Partida Rol por web

La principal escena donde sucedió el crimen, en el salón de la casa, parece demasiado limpio, como si realmente lo único que hubiera pasado es que habían dejado algún cuerpo que dejara mucha sangre en el medio de la estancia, dejando aquella gran mancha que era lo único que desencajaba en aquel escenario hogareño cotidiano. La clave de un buen investigador está en dar con los detalles. La de un investigador destacable está en dar con los detalles que no encontrarían los demás... 

Recordaba las palabras de uno de sus instructores de la academia durante su formación como investigadores. Selina era consciente de que tenía ese punto especial de intuición, que le había llevado a llamar la atención de sus formadores. Y que, suponía, era también lo que le había conducido recientemente al FBI. Así que no podía relajarse ni sentirse intimidada, y debía empezar a demostrar por qué estaba asignada en aquel equipo, para este caso.

Mucha sangre, las heridas de la víctima pudieron soltar mucha sangre. ¿Y sí...?

Tras dedicar apenas un minuto a observar minuciosamente la escena donde fue encontrado el cadáver, se dirigió al baño. Pensaba que tal vez el asesino pudiera haberse visto sorprendido por la cantidad de sangre, o incluso se hubiera manchado más de lo previsto, y hubiera cometido la imprudencia de pasar por el baño de la víctima para minimizar el imprevisto y evitar llamar demasiado la atención en caso de ser visto por algún vecino. Pasó unos pocos minutos examinando el baño a fondo, antes de volver con sus compañeros.

Dwight escribe en silencio. Toma nota. Analiza. Se pasea lentamente por la sala, su atención fija en la escena del salón, como un ajedrecista que intenta mirar al tablero desde varios ángulos distintos. 

- ¿Dónde tenía las heridas exactamente el señor Elmore, doctor Sullivan? 

Se acercó al televisor. A sus pies todavía permanecía aquella inmensa mancha de sangre. De repente, para sorpresa de sus compañeros, volvió a colocar el sillón en su posición original y se sentó en él, no sin antes encender el televisor.

Allí permanece, sentado, silencioso, contemplando la pantalla como si él mismo fuera un pobre comerciante que vuelve a su casa después de un agotador día de trabajo. Sin la más mínima sospecha de que en cuestión de minutos sería asesinado. 

Ante la pregunta de Dwight, mi mente retorna a la morgue y la autopsia de los cadáveres, reviviendo cada instante como si estuviese allí de nuevo.

- Elmore presentaba una amplia incisión abdominal proporcionada por arma blanca de hoja curva y oxidada. No le provocó la muerte inmediata, y es muy probable que le causase una caída en esta sala - hago un amplio gesto con la mano indicando el sofá dónde acaba de sentarse John - que le propició una contusión craneal. Encontré restos de astillas en el cráneo que creo corresponderán con ese sofá o algún otro mueble de esta sala. En la cavidad abdominal, encontré fibras de tejido que seguramente corresponderán con esta alfombra. El hombre sufrió, y mucho. - Pienso por un momento en la hipótesis previa y en las fibras de paja que encontré en los cuerpos y en ambas escenas del crímen. - Pero sí que parece cierto que Elmore fue dado muerte aquí mismo. Hmmmm, las fibras de paja debieron ser introducidas por tanto por el asesino. Ahora bien, no tengo muy claro si la tortura de Elmore en su agónica muerte fue intencionada por el asesino o no... Elmore fue su primera víctima, ¿tal vez fuese incompetencia? Quiero decir, Bale murió casi en el acto, mientras que Elmore se desangró mientras sus fluídos intestinales se mezclaban con su sangre y sufría un dolor indescriptible. El asesino bien pudo haber propiciado el golpe de gracia a Elmore para que no sufriese ¿por qué no lo hizo? ¿disfrutó viéndolo morir mientras se quedaba aquí mirando? ¿o se marchó de inmediato sin saber que su víctima aún tardaría horas en fallecer? -

La novata del grupo decide echar un vistazo al baño de la vivienda, que queda a espaldas del sofá, dispuesta a ver hasta el más nimio rastro de sangre, si lo hubiera. Con cautela, abre la puerta. Dentro hay lo esperado: un plato de ducha seco tras una mampara de metacrilato, un lavabo pequeño y un mueble auxiliar con espejo tras el que hay algunas aspirinas y diversos medicamentos comunes, un inodoro con salpicaduras de orina y una lámpara de luz fría colgando del techo. Nada fuera de lugar, a excepción de una ventana translúcida que da a la parte trasera de la casa y que alguien olvidó cerrar en algún momento.

Una voz animada irrumpe en la casa. Proviene del televisor que el Agente Dwight acaba de encender. Un simpático tipo calvo muy seguro de sí mismo intenta que la audiencia compre unos cuchillos milagrosos hablando de manera atropellada, mientras a su lado, una rubia con minifalda sostiene la caja a la cámara y sonríe impávidamente. El volúmen del televisor es el habitual que alguien pondría en casa. Nada fuera de lo común más allá de la incómoda hipermotivación que muestra el calvo de los cuchillos.

En el sofá, John Dwight comprueba que puede ver el exterior por diversas ventanas, así que también podían verle a él desde fuera (a excepción de la del baño que ha descubierto la Agente Sparks, que él no puede ver sin girarse, pero sí le pueden ver a él si está abierta la ventana y, además, también la puerta). La entrada de la casa sí queda fuera de su ángulo de visión, aunque levantándose y dando un par de pasos, es fácil verla. Recordáis que chirrió un poco al entrar, así que Elmore lo hubiera escuchado si alguien hubiera entrado por ella.

John Dwigth escuchaba desde el sofá las hipótesis que presentaba el doctor. Respuestas que abrían nuevas preguntas, versiones que se desdoblaban, planteando líneas alternativas de lo que podría haber sucedido ahí mismo, en esa casa. 

El agente no se acomodó mucho tiempo en el asiento. Tan pronto como el forense acabó su planteamiento, John se levantó, mirando de un lado al otro de la sala, como si estuviese midiendo distancias, calculando tiempos. 

- El señor Elmore sufrió una muerte agónica, entonces. -recalcó, pensativo. -Mi hipótesis es la siguiente: el asesino bien se encontraba en el domicilio cuando el señor Elmore regresó del trabajo y esperó, o bien utilizó alguna entrada secundaria... -Dwigth avanzó hacia la cocina y el baño. Justo entonces vio salir a Selina Sparks, señalando la ventana que, según parece, se encontraba abierta. ...como la ventana del baño. De cualquier modo, llegó al salón sin ser visto ni oído por el señor Elmore o el resto de los vecinos. Desde aquí -se situó justo detrás del sillón -atestó una puñalada que si bien acabó siendo mortal no fue del todo efectiva desde un principio. El señor Elmore gritó de dolor, sorpresa y miedo, cayó hacia un lado, golpeándose en el lateral de la cabeza con alguno de estos muebles. Moribundo, intentó ponerse de pie agarrando la pata de la mesa -señaló la pata con las marcas de dedos en sangre. -pero ya era demasiado tarde. De todas formas, alguien oyó el grito. En concreto el matrimonio Smith, que viven en la casa de al lado. John Smith respondió al grito, lo que debió alertar al asesino. Justo entonces, la señora Marie Rose, que se encontraba en ese momento leyendo en su porche, se asomó a la calle, pero no vio a nadie. Lo que obliga a nuestro asesino a permanecer en la vivienda, o a escapar por un acceso trasero, como la ventana del baño. 

Se adentró en el baño y echó un vistazo por la ventana. -Tratándose del primer asesinato, yo apostaría por que el asesino se puso nervioso por el grito. Evidentemente, esperaba haber acabado con el señor Elmore de un solo golpe y de manera silenciosa, pero las cosas no habían salido del todo como esperaba. Se vio forzado a huir de la vivienda a toda prisa, con la oscuridad como única aliada. Se giró hacia sus compañeros. Apostaría a que no haber acabado con Elmore a la primera no fue su único error. Tiene que haber algo más... algo por aquí que nos dé alguna pista.

Peter estuvo siguiendo con la vista los movimientos de sus compañeros y escuchando sus explicaciones e hipótesis sin añadir nada más.

Estaba nervioso, inquieto, la situación le estaba obligando a remover su pasado, no solo en el ejército... Selina había pasado casi desapercibida desde el mismo momento en el que llegaron a Ashville, eso, combinado con el hecho de haberse separado durante parte de la investigación había contribuido a que no se fijase mucho en ella. Se parecía tanto a Sandy...

Se frotó los ojos con los dedos indice y pulgar mientras aseguraba la trabilla de su pistolera y salía tras los pasos de Dwight. Necesitaba aire fresco y además, dudaba que fuesen a encontrar algo más por allí.

El ambiente ordenado, casi hasta limites enfermizos, dejaba claro que el asaltante solo había entrado en la vivienda para asesinar a Elmore y nada más.

Más briznas de paja. En el marco de madera de la ventana y en el suelo del jardín exterior de la misma, formando un rastro que pronto se desvanece en el asfalto por el paso de los vehículos. El Agente Dwight mira al Agente Johnson, que le devuelve la mirada en silencio. ¿Hacia dónde apunta?

Aquella ventana podía ser un recurso para que la entrada o salida del asesino en la casa de Elmore fueran más discretas. Tal vez fueran los nervios del comienzo de aquella investigación, pero no veía nada más destacable en el cuarto de baño. Volvió al salón para reunirse con sus compañeros.

-Chicos, creo que...

Sus palabras se pararon unos segundos, al comprobar con sorpresa la posición del agente Dwight en el sillón donde había estado la víctima. Ya le habían puesto sobre aviso que su jefe de equipo podía adoptar algunas actitudes peculiares durante el seguimiento y la investigación de sus casos. Pero no por eso dejó de sorprenderle la escena. Había interrumpido ella sola su frase, así que fue el propio Dwight quien tomó la palabra, al pasar junto a ella, solo hizo indicaciones con su mano en dirección a la ventana, pues no quería interrumpir el flujo deductivo que su jefe desplegaba mientras continuaba hablando. Tras superarla y dirigirse al exterior de la casa, no pudo dejar de sonreír discretamente al notar que compartía su idea de que la ventana del baño hubiera podido ser un lugar de paso para el asesino entre la casa de la víctima y el exterior.

Cuando sale fuera, nota que sus compañeros ya han localizado nuevos restos de paja en la ventana del baño y en el jardín trasero, en dirección a la calle donde enseguida se pierde el rastro. Otra vez, parece que nuestro asesino no fue demasiado cuidadoso...

-¿Restos de paja, otra vez? El asesino no parecía ser muy consciente de las huellas que podía dejar a su paso por las escenas del crimen. ¿Demasiado alterado, nervioso, por las sensaciones de cometer el asesinato? Llamadme paranoica, pero espero que no se trate de alguien colocando pistas falsas para despistarnos... Es que me parece demasiada torpeza por parte del asesino, la verdad.

Si tenían algo a lo que agarrarse, desde luego que esas briznas de paja lo eran. Dwigth había decidido no prestarles demasiado atención al principio, consciente de que, a pesar de ser una pista clara, sería muy difícil de trazar en aquel paraje donde el maíz* crecía por doquier. Prácticamente la totalidad de Ashville sobrevivía gracias a ese cereal, ¿a dónde se supone que se tenían que dirigir?

-Sí, también pensé que podría tratarse de una pista falsa. Una maniobra para distraernos, hacernos perder el tiempo. -se dirigió a Selina, asintiendo lentamente con la cabeza. -Pero si fuese tal el caso, hubiéramos encontrado una, o dos briznas a lo sumo. No todo este montón de pruebas. -Su mirada se perdió en la carretera, donde también se perdía el rastro. Por ahí. Por ahí había escapado el asesino, pero, ¿a dónde? -Realmente creo que podría ser un gran descuido por su parte, así que lo mejor será que analicemos las briznas que hemos encontrado. No va a ser fácil sacar alguna conclusión útil, encontrar de dónde provienen estas briznas va a ser, valga la redundancia, como encontrar una aguja en un pajar. 

Le hizo un gesto al Doctor Sullivan para que recogiese también las muestras que había en el marco de la ventana y el suelo. 

-Desconozco los diferentes tipos de cultivos que se emplean en la zona, pero quizá un análisis de las briznas nos dé alguna pista sobre el tipo de cultivo al que pertenecen o el lugar donde han podido ser plantados. 

Dejó al doctor hacer su trabajo y se dirigió hacia la entrada de la casa. La resolución del caso no estaba planteándose nada sencilla. Todo era demasiado ordinario, demasiado normal y precisamente ahí radicaba la complejidad del asunto. ¿Hacia dónde dirigirse cuando nada llama la atención? 

John Diwgth se apoyó en el porche mirando la carretera. Con la mirada perdida esperaba encontrar entre todo aquel mar de absoluta normalidad, un destello que resaltase. Un hilo del que tirar. 

Levantas la mirada, más allá de la carretera donde desaparece el rastro en dirección suroeste, mientras unas urracas alzan el vuelo de algunos árboles cercanos y se alejan pasando por detrás del ayuntamiento. Al fondo, unos campos sitos en una pequeña loma alrededor de una vieja casa de dos plantas.

Selina recibió con sensaciones encontradas los comentarios de Dwight con respecto a su apreciación sobre los rastros de paja. Satisfecha por haberse planteado la misma posibilidad que un investigador con la trayectoria y reputación que tenía su jefe, pero por otro lado frustrada por no haber llegado a las mismas conclusiones que él para descartarla por lo excesivo de los rastros. Intuía la insatisfacción del agente Dwight en sus palabras y en la forma en que se quedó mirando los alrededores de la casa. Aquello tenía pinta de que no iba a ser un caso fácil, o al menos los primeros pasos que estaban dando no terminaban de encaminarles hacia una linea de investigación clara. Se negaba a resignarse al hecho de que aquella visita no les diera más resultados, por lo que dio una vuelta por el exterior de la casa de la víctima espoleando al máximo posible su concentración en busca de nuevos indicios que hubieran podido pasar por alto.

La Agente Sparks repasa toda la casa y el exterior de la misma, seguida de sus compañeros a excepción de John Dwight, que se ha alejado unos metros del grupo y parece buscar algo con la mirada. Selina comprueba de manera fehaciente que no hay más pistas de las que tirar en la vivienda de Elmore. Quienquiera que fuese, sabía a lo que venía. Llegó, asesinó y se marchó.

La mayoría de las conclusiones a las que habían llegado tras la visita a la residencia Elmore eran las mismas que habían obtenido del informe forense de la autopsia. La posible causa de la muerte, la herida de arma blanca, el golpe contra el mobiliario... Lo único que había quedado claro es que en ésta ocasión el asesino había acabado con su victima en el mismo lugar donde se encontró el cadáver, cosa que no parecía probable en el caso de Bale. ¿Por qué una manera de actuar tan distinta por parte del asesino en tan poco tiempo?

Entendía que los asesinos en serie se iban especializando y puliendo su técnica según iban cometiendo crímenes, pero necesitaban tiempo y víctimas. ¿A caso eran distintos autores de los homicidios? Cada paso que daban le hacía tener más dudas sobre que camino tomar. El único elemento común eran aquellas fibras que como habían apuntado sus compañeros bien podían ser una pista falsa, pero siendo realistas, era el único hilo del que tirar por el momento.

Por otro lado seguía pensando que tenían que hablar con el cartero.

-Deberíamos hablar con Foss. No solo por ser testigo de una escena del crimen, si no por su profesión. Seguramente conozca todos los lugares donde se almacena éste tipo de paja, granjas o graneros y sus propietarios. Tal vez alguno podría tener un móvil para el asesinato. Una vieja disputa, algún rencor pasado... Algo así- dijo casi distraídamente.

Selina, Sullivan y el joven agente Johnson repasaban concienzudamente todo el perímetro de la casa, intentando dar con una pista fehaciente que les ayudara a dar el siguiente paso. Pero la pista que buscaban no estaba en la casa y Dwight la acababa de ver. Permaneció abstraído, como si el mundo siguiese girando pero él hubiera sido expulsado de la órbita terrestre. Los sonidos le llegaban apagados, como si estuviese sumergido en una piscina, desconectado de la realidad. Sus ojos se fijaron en el rastro de paja que salía de la casa y cruzaba la carretera. El rastro se perdía allí, eso es cierto, pero la imaginación del veterano agente fue suficiente para reconstruir el resto. 

John Dwight había edificado toda su carrera policial alrededor de un sistema preciso y exhaustivo: el Método. Un conjunto de prácticas sistemáticas que reducían la investigación a un número determinado de pasos a dar, a un algoritmo que había resultado asombrosamente efectivo hasta la fecha. Pero, como todos los sistemas creados por el hombre, su método no era infalible. A veces uno debía saltarse sus propias reglas y tomar decisiones en base a percepciones sutiles que no podían clasificarse dentro de los cánones establecidos. Se trataba de la Intuición, y es lo que verdaderamente distinguía a un buen investigador de otro excelente. Y aquella intuición que tanta reputación le había dado le estaba literalmente pidiendo a gritos que fueran a visitar aquella casa; un viejo edificio de dos plantas de altura que asomaba en una loma más allá de la carretera. 

- El interrogatorio del señor Foss tendrá que esperar -dijo Dwigth casi para el cuello de su camisa. Sin embargo sus compañeros le habían escuchado, alarmados por aquella extraña crisis de ausencia que parecía estar afectando a su superior. ¿Veis aquella casa al fondo? Tenemos que ir allí. Es nuestro siguiente paso. 

Se giró hacia Peter Johnson, consciente de que el chaval pondría algún reparo. Al fin y al cabo, no hacía ni una hora que le había soltado un discurso sobre las bondades de su método y, ahora, él mismo era quien se lo estaba saltando a la torera.

En ésta ocasión, el agente Johnson ni siquiera se molestó en replicar.

Cada vez estaba más convencido de que el "método" de Dwight básicamente consistía en llevarle la contraria. Reconocía que hasta ahora había sabido interpretar bien los indicios y posiblemente tenía una visión global mucho más amplia que el resto debido en gran medida a su dilatada experiencia. Pero en ésta ocasión tenía la sensación de que daba palos de ciego, al igual que el resto, pero, por supuesto, en la dirección opuesta a él.

-Entonces no perdamos más tiempo- dijo recalcando la palabra "más" -Vayamos a la casa-.
Y sin mediar más palabra se encaminó lentamente hacia el lugar que había indicado su superior, esperando que el resto le diese alcance y, en el caso de Dwight, que se adelantase, como hacía siempre.

Diligentemente recojo varias muestras de paja de los exteriores de la casa. Esta claro que se trata del denominador común que, además del aparente MO, correlaciona ambas escenas.

Miro ligeramente a mi alrededor mientras mis compañeros terminan de examinar el perímetro cuando el comentario de Dwight me hace arquear una ceja y mirarle con extrañeza.

- ¿Pero qué co...? - comienzo a decir en voz baja. Me corto en seco cuando, contra todo pronóstico, Johnson se pone a andar en dirección a la construcción que indica nuestro agente al mando.

- ¿Es esa una de las granjas que rodean el pueblo? - pregunto a todos y a ninguno en particular mientras señalo con el pulgar al edificio

La senda de tierra que conduce hacia la granja serpentea en sentido ascendente entre maizales. La distancia no es muy grande, de hecho, es un paseo de un par de millas que ofrece unas vistas fabulosas de Ashville a vuestras espaldas. Al frente, el paisaje no es esperanzador. Una tormenta eléctrica amenaza por el horizonte, tras la casa, como si fuera una metáfora del asesino agazapado en la oscuridad esperando a rebanarle el cuello a un nuevo vecino. Algunos truenos rompen los silencios con los que ascendéis la loma.

A a la izquierda, tras una desvencijada valla de madera, el maiz en estado semisalvaje es mecido por la incipiente tormenta, mientras varios espantapájaros giran sobre su eje por el viento emitiendo un insoportable sonido repetitivo. Alrededor, aves negran dan vueltas y emiten desafiantes graznidos, buscando una entrada "sin vigilar" para colarse en el maizal. La plantación no está muy bien cuidada, incluso las zonas más próximas al camino están enfermas o directamente muertas.

A la derecha, un cartel de madera que debe tener medio siglo de vida, al menos, anuncia que entráis en la "GRANJA HILL".

Los cuatro recuperáis en vuestra memoria las advertencias de la sheriff Joanne Baker acerca de Martin Hill. "Es un hombre muy mayor que está medio loco. Hay que tener mucha paciencia con él". "No será para tanto", os decís a vosotros mismos, confiados en vuestro saber hacer.

Un gran perro negro se acerca ladrando, salivando desmesuradamente. Su furia es evidente, pero no más que su hambre a juzgar por su delgadez, y parece que ya ha localizado qué extremidad de uno de vosotros va a merendar, pero un sonido similar a un latigazo lo detiene de golpe y le hace dar una voltereta. Una larga cuerda une su cuello con un palo de madera. La entrada de la casa consta de tres escalones de madera que dan a un pequeño porche, donde hay una silla vacía junto a una puerta con un timbre.

El aspecto de la casa es descuidado, con partes medio destartaladas. Como habíais divisado ya desde Ashville, cuenta con dos plantas más una buhardilla. Muchas partes tienen la pintura caída, dejando la madera al descubierto, y la suciedad a dotado a toda la construcción de un aspecto grisáceo.

A un lado hay también un granero donde almacenar la cosecha, aunque está casi en derrumbe. También hay repartidos por la finca aquí y allá pequeños almacenes de útiles de labranza en estado cochambroso. La madera semipodrida, y las puertas metálicas, oxidadas.

El ambiente que se respira en el lugar en agobiante. Demasiado decadente y enfermizo, que quebraría la moral de cualquier persona sana que decidiese vivir allí por un tiempo, aunque claro, quizá es por eso que el viejo Hill está así...

El grupo de investigación se adentraba en la granja con intención de continuar reuniendo información por allí. En un principio Selina no estaba muy segura de a donde se estaban dirigiendo, pero el cúmulo de sensaciones que iban surgiendo según se adentraban en la propiedad le hizo caer en la cuenta. Este lugar resulta enfermizamente descuidado, peor que si directamente lo hubieran dejado abandonado. Tiene que ser cosa de alguien que no esté muy en sus cabales.

Al pensar en algún viejo medio loco le vino a la mente la descripción que les había dado la sheriff sobre Martin Hill, y el cartel que se encontraron a los pocos pasos confirmó sus reflexiones. Mientras seguían acercándose a la entrada de la casa, se dirigió al agente Dwight.

-Señor, ¿cree que los rastros de paja guardan relación con la granja del viejo Hill? Es cierto que es una persona desequilibrada y agresiva, según las palabras de la sheriff. Pero hay muchas más granjas por la zona, tendríamos muchos lugares potencialmente sospechosos.

Cortó sus palabras cuando aquel perro salió a su encuentro. La agente Sparks trató de disimular el suspiro de alivio que se le escapó al comprobar que el animal estaba atado, tras lo cual prosiguieron su camino.