Partida Rol por web

El Maizal

Escena 12. Último día.

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19/05/2010, 15:30
Director

En vuestras cabezas las dudas se amontonan y, aunque es mucho lo que habéis descubierto, parece que cada nuevo descubrimiento sólo trae más preguntas.

Al menos la incógnita sobre el origen del asesino de la Polaroid ha sido aclarada. El ADN ha demostrado que su origen estuvo en el propio Ashville. Es probable que hace treinta años el joven Arthur Lewis presenciara el brutal asesinato de su madre. Apuñalada salvajemente por su esposo cuando este encontró una polaroid en la que se la veía en compañía de otro hombre.

Tras aquello fue abandonado anónimamente en un orfanato de otro estado, sin que nadie pudiera descubrir su origen. Creció como un ciudadano normal y corriente, incluso modélico, hasta que hace tres años algo se disparó en su cerebro, iniciando una macabra oleada de asesinatos. Crímenes que seguían el mismo modus operandi que el asesinato de su madre, ejecutados con la misma brutalidad, pero planificados con la frialdad de una mente brillante.

Ahora, mientras él está encerrado en aislamiento total, un imitador ha retomado su sangriento legado. Y todo apunta de nuevo al apellido Hill.

James Elmore, el amante de Beth Hill y la causa del violento ataque de su marido. Ahora sabéis, por el diario de la fallecida, que James fue un cobarde que la engatusó con falsas promesas de matrimonio y una vida mejor. Fue la primera víctima.

Arthur Benson, el reverendo de Ashville. Beth, profundamente religiosa, buscó su consejo cuando sufría los malos tratos de su marido, para encontrarse sólo con la intransigencia de unas palabras escritas en un viejo libro. Extrañamente murió de un ataque, aunque no tenía un historial de problemas cardiacos. ¿Qué fue lo que vio como para quebrar su sano corazón?

Robert Bale, el gerente del banco que estaba a punto de embargar las propiedades del viejo Hill; un anciano enloquecido y con un irracional apego por su maizal (y en el que estaba enterrado el cadáver de Beth, al menos hasta hace un tiempo).

¿Quién sabe que otras antiguas venganzas están aún pendientes de ejecutarse? Pero, por algún motivo, el asesino limita su radio de acción al propio Ashville. Tal vez eso haya salvado la vida del antiguo comisario. El máximo representante de la ley, pero que ignoraba las denuncias del viejo Hill. En aquellos tiempos el maltrato era un “asunto doméstico”…

¿Sería por eso que el sádico imitador centró su interés en Salina Sparks? ¿O tal vez los agentes del FBI empezaban a convertirse en una amenaza? Lo cierto es que la amenaza del viejo Hill a Sullivan (“tú serás el siguiente”) pende sobre todos vosotros como una espada de Damócles.

Una amenaza que es inherente al cargo, pero que cobra especial fuerza en este caso. Con un asesino que parece lo bastante fuerte como para atravesar de parte a parte a sus víctimas, saltar limpiamente vallas de casi dos metros, derribar al robusto Peter como si fuera una colegiala o, aparentemente, recibir varios balazos sin inmutarse.

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19/05/2010, 15:33
Director

Tras reuniros de nuevo en la comisaría, y sin estar muy seguros de qué hacer a continuación, decidís iros a descansar. La noche anterior apenas pudisteis dormir y el cansancio hace mella en vosotros. Así y todo, no es fácil pegar ojo junto a la habitación donde fue asesinada vuestra compañera. La señora Norm, de hecho, aún sigue hospitalizada tras un severo estado de shock.

La noche al menos transcurre sin novedades. A la mañana siguiente desayunáis en el restaurante Simpson. No hay ni un alma y, bajo el cielo plomizo, el pueblo parece más tétrico que nunca. No sabéis cómo ni por qué, pero algo os dice que el final se acerca y, de un modo u otro, todo esto terminará hoy mismo.

En la comisaría no hay novedades. El viejo Hill sigue en su celda y, según os comunica la sheriff, se está negando a comer. A parte de eso no ha dado más problemas.

No os da tiempo a sentaros para intentar planificar qué hacer, cuando recibís una llamada de vuestro superior. Por lo visto Arthur Lewis quiere volver a hablar con vosotros, pero esta vez en persona.

-La decisión es suya –dice la voz del Director al Mando-. Si están dispuestos tendrán que venir ustedes a Los Angeles. Bajo ningún concepto sacaremos a ese desgraciado de su celda.

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19/05/2010, 15:50
John Dwight

Entendido, iremos para allá- respondió el agente Dwight. La sola idea de ir haber a Arthur Lewis a la cárcel le repugnaba, pero estaban ahora mismo en un callejón sin salida, y no podía hacer otra cosa- te avisaré cuando salgamos a que hora llegaremos- con esto dicho, cuelga, mientras mira a sus compañeros- vamos a tener que hacerle una visita a Lewis- les informa.

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19/05/2010, 15:47
Peter Johnson

Peter se apoya sobre la pared, frunciendo el ceño. Ha despertado con unas ganas desquiciadas de atrapar al asesino, pero el bloqueo general sigue ahí.

Si Lewis quiere vernos, no será para hacernos un favor. Y le estaremos demostrando su victoria. No, no creo que debamos ir. Probablemente quiera apartarnos de un nuevo asesinato, cuando este ocurra. Aunque, si sólo fuera alguno de nosotros... la verdad es que aquí somos igual de inútiles.

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20/05/2010, 16:58
Jules Sullivan

Sullivan asiente con la cabeza por respuesta al comentario de Dwight. Ayer se reía del comentario de que él sería el siguiente pero hoy se encuentra más preocupado. Tanto que incluso se ha puesto el incomodo chaleco antibalas y esta empezando a sentir el excesivo calor que provoca llevarlo puesto.

Notas de juego

Go, go, go!

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20/05/2010, 19:36
Director

Notas de juego

Pero primero aclaraos entre vosotros, no dejéis a Peter con la palabra en la boca. El único problema que le veo a que os separéis es metarolero: el que se quede estará un poco descolgado de la historia (ya sabéis cuánto puede llevar rolear una conversación por foro) y no quiero que se aburra (aún más).

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20/05/2010, 20:00
John Dwight

Puede que tengas razón Peter, pero como también has dicho no podemos seguir así. Estamos atascados en el caso- comenta Dwight- tal vez Lewis no nos sirva de nada, pero no vamos a perder nada por intentarlo- se reclina en la silla- es mejor que vayamos todos- añade- así podemos entresacar mejor la posible información que nos de Lewis. La policía local se encargará de todo hasta que volvamos. O eso espero

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21/05/2010, 02:25
Jules Sullivan

Sullivan parece reaccionar cuando escucha discutir a peter y a dwight.

- Eh, ¡Vayamos a ver al asesino de la polaroid! Es bastante posible que podamos averiguar algo porque esta claro que esta bien metido en esta historia.

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21/05/2010, 18:24
Peter Johnson

Está bien -Accedió Peter. En el fondo no podía negrar su curiosidad por el insólito requerimiento de Lewis. Vayamos todos.

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24/05/2010, 18:21
Director

Dos horas de viaje os devuelven a la civilización. El ajetreo en las calles de Los Angeles es un fuerte contraste con la aparente calma de Ashville.

Arthur Lewis está recluido en el psiquiátrico estatal River Side. Dwight conoce bien el lugar, fue allí donde recibió tratamiento por depresión y estrés postraumático. Los dos años de cacería infatigable en pos del asesino de la Polaroid dieron sus frutos, pero a un alto coste: su matrimonio, su salud y, por encima de todo, la vida de sus compañeros. Una bomba trampa sesgó sus vidas cuando intentaban asaltar la casa de Lewis para arrestarlo.

Tras superar dos controles de seguridad, ser cacheados y requisar vuestras armas, descendéis por un ascensor varios pisos bajo tierra. Un nuevo control aguarda al final del trayecto. La seguridad en esta área es asfixiante. El último tramo es un largo pasillo dividido por dos puertas enrejadas que son abiertas desde sendas garitas blindadas.

Al franquear la última puerta llegáis a una amplia habitación totalmente blanca. En el centro, un cubículo totalmente acristalado sirve de celda al asesino de la Polaroid. En el exterior de la celda no hay ningún mobiliario, salvo las cámaras que recogen lo que sucede desde todos los ángulos. Los dos guardias que os acompañan traen una mesa y unas sillas plegables y las colocan junto a vosotros.

El interior de la celda, por su parte, dispone de un camastro, una mesa con su silla, un retrete y un lavabo. Lo único que le da un toque personal son unos cuantos libros y un equipo de música.

Lewis, vestido con un mono naranja, está sentado sobre la cama, con las piernas cruzadas y la espalda apoyada contra la pared de cristal. Si ha reparado en vuestra llegada, no da muestras de ello.

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24/05/2010, 18:55
Director

Notas de juego

¿Recuerdas que la prometida de Peter fue una de las víctimas de Polaroid?

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24/05/2010, 19:04
John Dwight

Algunas veces un policía tiene que hacer sacrificios en aras de resolver un caso: algunos son insignificantes, otros por el contrario, pueden ser los más duros de tu vida. Dwight, no quería estar en esa celda, no deseaba estar allí. Pero necesitaba avanzar en el caso, y Lewis podía ser la única forma para avanzar.

Cuanto tiempo sin vernos, Lewis- dice el agente Dwight al entrar en la celda- ¿que tal tu estancia por aqui?

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24/05/2010, 19:12
Peter Johnson

Peter mira fijamente a Lewis, y piensa en Sandy. Mira a Lewis, piensa en Sandy. Intenta conciliar los dos conceptos, pero todavía es tan duro...

Evoca asco, evoca odio. ¿No es eso lo que debería sentir? Pero siente un vacío. Algo, muy a su pesar, parecido al miedo. Como si Lewis no fuera un ser humano, sino un mal sobrenatural alrededor del cual todas sus desgracias giran, y seguirán girando.

Se queda en segundo plano. Es Dwight quien merece la palabra. Pase lo que pase va a ser muy duro para él, pero tal vez pueda zanjar sus problemas de una vez por todas.

Ahora se hace el duro. ¿O tal vez lo es? En cualquier caso, es sólo una barrera. Una protección.

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24/05/2010, 19:33
Director

Lewis parece abstraído y no da muestras de escuchar a Dwight. Sigue en la posición del loto, como si meditara, limitándose a respirar lenta y ritmicamente. La situación se prolonga un par de minutos, hasta que al fin abre los ojos perezosamente. Se gira, os ve y sonríe.

-Ah, agentes, ya han llegado. Espero no haberles hecho esperar -se discula con un tono excesivamente afectado-, encerrado en este lugar uno adquiere ciertas rutinas que es difícil alterar.

Lewis es un hombre de complexión media y no muy alto. Para quien no lo conozca, no hay nada en su aspecto y conducta que pueda resultar intimidante. Más bien al contrario, sus maneras son educadas y su voz cálida. Pero vosotros sabéis bien que bajo esa fachada se esconde un monstruo.

Se levanta y se sitúa frente a vosotros. Os separa una pared de cristal de cinco centímetros de grosor, con sólo unos minusculos agujeros para permitir la circulación del aire y el sonido. Sin embargo, al ser totalmente transparente, la sensación es de que sólo tendríais que alargar las manos para agarrar por el cuello a ese malnacido.

Con la sonrisa bailando en sus labios, os escruta a los tres con detenimiento, sobre todo a Peter.

-Agente Dwight, ¿no va usted a presentarme a sus nuevos compañeros?

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24/05/2010, 20:11
John Dwight

Como si te importará quienes son- pensó John- como no. Sullivan, Johnson, este es el hijo de puta de la cámara de la Polaroid. ¿Te vale con eso?

Desde luego, no le gustaba el tono tan tranquilo y "amigable" que estaba utilizando Lewis. A decir verdad, le enfurecía. A pesar de los años que llevaba encerrado allí, eso no era motivo para cambiarle un ápice su caracter. Todo lo contrario.

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25/05/2010, 01:37
Jules Sullivan

Sullivan estaba impresionado por tener el gran placer de poder ver en persona al asesino de la Polaroid. Para alguien como él obsesionado con la muerte encontrarse tan cerca de un asesino como este era una oportunidad única para poder trabajar con una mente privilegiada como la suya.
Tal vez por eso cuando Dwight le presento respondió con un amable saludo por parte de su mano derecha y una estúpida sonrisa en el rostro.

Notas de juego

Sullivan permanece en silencio cediendo el placer de la entrevista a Dwight por aquello de ser el jefe y un viejo amigo del recluso.

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25/05/2010, 10:26
Peter Johnson

Peter observa la escena apoyado contra el muro posterior, y no se inmuta cuando el Mal le mira a los ojos con especial atención. Es fascinante cómo se conjuga en su mente la conciencia de que está ante un perfecto desconocido particularmente educado y el recuerdo de cómo retorció los cimientos de su vida.

Levanta la mano brevemente a modo de saludo. Dwight se está defendiendo bien, aunque todavía actúa como si Lewis fuera un asesino normal, como si no supiera que era él quien movía las piezas por el tablero. Quien sabe, tal vez lo sea. Tal vez sea un hombre; un hombre muy malo. Pero entonces, ¿Por qué Peter no sabe cómo odiarle?

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26/05/2010, 09:37
Director

El asesino sonríe abiertamente ante la pérdida de control de Dwight.

-Jaja. Vamos, vamos, agente Dwight, cálmese. No es divertido si me lo pone tan fácil.

La sonrisa vuelve a retraerse, hasta ser apenas un atisbo en la comisura de los labios, como si estuviera disfrutando de un chiste que sólo él conoce. Tras las presentaciones, os devuelve el saludo con una ligera inclinación de cabeza. Su atención vuelve a centrarse en Peter.

-Disculpe, ¿nos conocemos? Me enorgullezco de tener una memoria fotográfica, ¿sabe? Nunca olvido una cara, y la suya la he visto antes... No, no me lo diga, seguro que puedo recordarlo.

-Pero en fin, díganme -continúa sin dirigirse a ninguno en particular-, ¿cómo van las cosas por Ashville? Supongo que no muy bien, a juzgar por la presteza con la que han respondido a mi llamada - la sonrisa depredadora vuelve a perfilarse en su rostro.

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26/05/2010, 17:58
John Dwight

 No tengo tiempo para tus juegos, Lewis- responde, Dwight. Le incomodaba esta tranquilidad suya, independientemente del lugar donde se encontrase. No,... no era eso, simplemente estar en la presencia del asesino de la Polaroid le incomodaba. Quería acabar cuanto antes. Desafortunadamente, eso no dependía de él, sino de Lewis, y él lo sabía, maldita sea si lo sabía.

Podía alargarlo todo cuanto quisiese, y estar en el control de ese monstruo le molestaba.

Dime lo que tienes que decirme y acabemos de una vez- como si fuese tan fácil

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26/05/2010, 18:04
Jules Sullivan

La sonrisa estúpida no se había retirado del rostro de Sullivan quien escuchaba la conversación como si estuviera una película. Una película del estilo del silencio de los corderos seguramente... o tal vez del estilo del coleccionista de huesos. No lo tenía muy claro pero sin duda estaba deseando que acabará la investigación para poder charlar animadamente con el asesino de la polaroid. Lastima que tuviera que esperar para hacerle todas las preguntas que se formulaban por su cabeza.

¿Hizo la comunión? ¿Cree en Dios? ¿Porque una polaroid? ¿Llevaba la cuenta de la gente que había matado? ¿Recordaba acaso que fue lo último que dijeron las victimas antes de morir?

Notas de juego

Eh, que yo solo interpreto al personaje xD