Partida Rol por web

Sam escucha las palabras de Thomas a través de la puerta

Lo cierto es... es... que bueno, el mapa. Me da igual si conseguimos riquezas o lo que sea, lo repertiremos tal y como estipulaste, pero el dueño... El dueño de este mapa he de matarlo, es mio. Él me quitó algo hace mucho tiempo y quizás esta sea la única oportunidad que tenga de encontrarlo... Tienes que entenderlo capitana, es mi venganza, deseo hacerle conocer a ese hijo de los siete mares el dolor de una forma que ni siquiera sabe que existe.

Luego escucho la dulce pero terrible voz de la capitana.

Entiendo... pero ¿quien es el dueño de este mapa?

Pues... eso lo tendré que averiguar... Al igual que el destino del mapa, a donde nos lleva... Todo son incógnitas... Contestó el pirata También cabe pensar que no encuentre nunca a su dueño... Al igual que el rumbo que nos hace tomar no nos lleve a nada de valor... Pero jamás había estado tan bien encaminado y tienes que entender que cualquier pista enciende la la llama de la espezanza... y de la venganza.

Cuando ya ha oido bastante decide separarse, encogiéndose de hombros y baja a los camarotes para cenar y luego descansar en su hamaca.

Toda la tripulación, salvo Sam que seguía durmiendo ajeno a todo, subió a cubierta e intentaron descubrir algo entre la neblina nocturna, solo los audaces ojos del vigía dieron con él cuerpo.

Flotaba agarrado a una especie de maleta y desfallecido, con la cara morada por el frío, no era un miembro de la tripulación del Saint George, el vigia lo habia divisado bastante tiempo antes de dar la voz de alarma pero no sabía que era.

Uno de los marineros más fuertes tomó uno de los arpones y alzó al naufrago y a la maleta. El naufrago vestía tan solo con la casaca de terciopelo grueso negra abrochada hasta el ultimo botón, los pantalones y las botas con vuelta que parecian de buena calidad.

Mal asunto... murmuró Jerry que acababa de llegar al ver la cara morada del individuo. Qué alguien se encarge de avisar a la capitana, en esos camarotes no se oye nada de fuera... Estudió al naufrago un instante y dejo que el médico se encargara de él.

William no pudo evitar tanto si dedo indice como meñique simulando unos cuernos, en sus viajes en algún lugar no sabía muy bien donde o cuando había aprendido aquel símbolo contra el mal fario y no pudo evitar, inconscientemente realizarlo. - Bien señores ya tenemos el lote completo de mala suerte, por los siete mares que si.- Tras estó siguió las ordenes del contramaestre, deteniendose a su lado para surrarle unas palabras. -Sabeis también como yo que deberíamos haber dejado a ese hombre en el agua, lo que Calipso reclama debe otorgarserle.- Luego volvió a levantar la voz y encaminó sus pasos hacia el camarote del capitán. - Yo avisaré a nuestro Capitán.- Al llegar a la puerta la golpeo con fuerza una única vez y espero a escuchar algo del otro lado para ver si había sido escuchada su llamada.

Jane dormía placidamente cuando las imagenes de su sueño se giraban de un lado a otro escuchando un fuerte estruendo. ¡Despierta! Le dijo una voz de su incosciencia y así lo hizo para comprobar que el golpe había venido de su puerta.

Maldita sea su estampa... murmuró entre dientes con su dulce y suave voz original aunque rasgada a esas horas por el desuso nocturno. Más vale que sea algo importante.
Carraspeo la garganta y forzó la voz para que sonara dura y cruel, como hacía siempre en el barco. ¡Ya voy!

Abrió la puerta y vió a William, aunque sus ropajes para dormir eran como los de el marinero, ya que ella prefería vestir ropa de hombre en todo momento cuando estaba rodeada de ellos, no pudo evitar sentir algo de pudor. ¿Qué ocurre? dijo ferozmente, en parte por el hecho de tener que despertar de golpe.

Will no se amedrentó por las dureza con que su capitán soltó aquella pregunta pues sabía la reacción que tendría cualquiera al ser despertado de un merecido descanso, de manera que hablo con calma y sin tapujos. - Parece ser que se divisó un naufrago y alguien decidió que sería "buena idea" subirlo a bordo...- El marino habló con ironía dejando claro que no le gustaba que se dedicaran a rescatar naufragos. - También se ha llamado al matasanos, aunque si hay suerte podremos devolverlo al mar. El hombre está en la cubierta y llevaba un maletín.- O´Linch le indicó con la mano donde se encontraba el naufrago y fue abriendo paso hasta él a empellones.

¿Qué? dijo la capitana incredula. ¿Un naufrago? Se preguntaba si aún estaba soñando. Vamos a ver. Dijo mientras seguía al marinero.

Me mantengo un poco alejado del corrillo de curiosos que observan al hombre rescatado. La capitana se acerca, parece incredula...

Estupendo... Esto no nos reportará nada bueno. Pensaba absorto al tiempo que meneaba la cabeza de forma negativa.

El frío empezaba a entumerce asi que comencé a caminar por la cubierta para entrar en calor. Jerry también observaba la escena y decidí acercarme a él.
Contramaestre, le dgo en tono somnoliento. Parece que han pescado algo, eh?. Y permanezco a su lado con los brazos cruzados mirando hacia donde se encontraba el naufrago.

¡Voto a tal! exclamó al comentario de Anstis. Muy mal asunto este... dijo preocupado. Los naufragos son cosa mala, sobretodo para los supersticiosos... Pero este es el más raro que he visto en mi vida... ¡Lleva un maletín!.

Permanecía entre el montón ya un poco más espabilado por el destemple y la brisa de cubierta.
Había conocido a algunos piratas y, como seguro que pensaban algunos tripulantes también, a la mayoría no les hacía mucha gracia rescatar un naufrago.
Mientras llegaba la capitana siguió espectante entre el resto de la tripulación.

Jane llegó guiada por William y no parecía traer muy buena cara, estudió al extraño naufrago.

No me gusta que andeis recogiendo cosas del mar que no son vuestras... Dijo bastante molesta.

¿Está vivo? preguntó al curandero.

Sí. Contestó el médico del barco. Aunque si no lo tratamos como es debido no verá el sol. Miró espectante a la mujer, no se atrevía a hacer nada hasta recibir una cofirmación, a algunos hombres les daba miedo o superstición que el naufrago estuviera allí, aunque el no creyera en esas cosas no quería ser victima de una caida accidental al agua.

¡Qué estais diciendo, hombre! digo mirando cabreado al medico y al resto. No vais a salvar a este hombre por una maldita supersticion? Yo no creo en esas cosas, ya tenemos una mujer a bordo y de momento todo ha ido bien, o no lo veis?

Will se guardo su comentario acerca de la buena o mala suerte, pues no daba consejos a quien no los pedía y sería desperdiciar saliva con aquel tipo, pero no pudo contener su lengua y hablar. - La decisión es de nuestro capitán no vuestra así que a callar.- Sabía lo que era tener que lidiar con una tripulación descontenta y donde los rumores surgirían de manera que hizo lo que debía hacerse, poner a trabajar a los ociosos y tratar de quitarle hierro al asunto. - Venga señores hay trabajo por hacer, o pensamos que el barco se moverá solo, vamos todo el mundo a sus puestos y el resto a descansar.- Viendo que aquel incidente podía poner las cosas feas se acercó a la capitana y en un susurro lo suficientemente alto para que le oyeran todos dio una salida plausible al problema.- ¿Este no era el caballero que debíamos recoger mañana a primera hora?, tengo la sensación de que alguien decidió que no era bienvenido y lo dejaron a la deriva, hemos tenido suerte de encontrarlo. Será mejor que lo lleven al camarote del contramaestre para atenderle.

Jane miró aún algo dormida a William arqueando una ceja.

Cierto. Ahora que lo dice si me lo parece.
Sí es él, ¿no recuerda que dijo que vendría con un maletin?. Miró al resto con una cara terrible de enojo.

¿Qué haceis parados? ¡Cada uno a lo suyo! William y Jerry, llevadlo al camarote de Jerry. Usted miró al medico. Venga con nosotros. Quitó de las manos del fornido hombre que había subido al naufrago el maletín que este transportaba.

Despertad de una vez! o iros a dormir, según os toque.

Jack, que se encontraba en todo momento apoyado en la puerta que daba entrada a los camarotes se habia quedado medio dormido apoyado en dicha puerta. En cuanto la capitan dijo que cada uno se fuera a dormir o se despertara segun les tocase. Jack se levanto vagamente y dijo con los ojos medio cerrados y somnoliento. Yo me voy...a dormir capitana...uaaahh!...que tengo mucho sueño y esto no es normal. Arrastrando los pies se dirige hacia su hamaca con el objetivo de dormir el tiempo que le quedase

Al día siguiente, Jerry llamó a todos a cubierta. Al parecer el hombre se había recuperado milagrosamente y quería agradecerles la hospitalidad y hacerles una propuesta. Todos los marineros del barco y la capitana subieron a cubierta.

Allí el médico sujetaba a un hombre con aspecto lamentable, la cara sin afeitar desde hacía tiempo y el pelo sucio y greñoso. Aún así se adivinaba que era un hombre alto y de los que andan con porte erguido y orgulloso. Sin embargo sus ojos tenían un brillo peligroso, aunque bastante tenue y apagado, como las ascuas de una hoguera que en cualquier momento podrían volverse a prender.

Buenos días amigos. Comenzó a decir el hombre cuando se encontraron todos reunidos. Soy el capitán Edward James y os debo la vida. su voz aún era debil y tosia muy de vez en cuando. Mi barco fue atacado por el de un rival... uno junto al que llevo muchos años de odio mutuo. Me robó el barco y me tiro al mar, afortunadamente pude salvar mis pertenencias... dijo con una breve satisfacción. Me gustaría ver su cara cuando vea que conseguí salvar lo más importante... ¡cof cof! Su tos parecía más una risa esta vez.

Quisiera agradeceros que me hayais salvado de la mejor manera que sé, y si me ayudais a recuperar mi barco os cubrire de oro hasta las cejas.

Jack se sorprendio, cuando el extraño hombre dijo su nombre, lo habia oido con anterioridad.Sin pensarselo dos veces, Jack actuó

¿Y que es aquello tan importante, que logro salvar? Dijo Jack saliendo entre la multitud con su habitual sonrisa y caminando de un lado a otro pero intentando captar la antencion de todos. ¿No seran unas cartas de la baraja francesa verdad?, o mejor, dijo levantando un dedo, hilare mas fino, ¿no seran dos cartas de la baraja francesa verdad?, ¡O HILARÉ MAS AÚN! dijo levantando el brazo lo mas alto que podia y pegando un grito ¿no serian dos ases de la baraja francesa verdad? Dijo dirigiendo su habitual sonrisa al hombre para ver su reaccion. Yo jugaria al poker mas a menudo pero es que siempre hago trampas dice mientras le da la espalda al hombre pero lo mira de reojo, lo malo, es que siempre me acaban pillando. Y la gente se enfada tanto que incluso desean usar la espada conmigo. Da igual que nos juguemos las copas que nos queden por tomar esa noche, que que nos juguemos a ver quien será el dueño del Caribe. Dice Jack mientras da vueltas y vueltas alrededor del hombre,  de repente se para delante del hombre, siempre quieren cortarme el cuello, su sonrisa no se iba de su cara, ¿que haria usted, capitan Edward James, si descubriera que alguien ha hecho trampas en una amena partida de póker? Dijo Jack esperando la reaccion de el hombre que tenia delante.