Partida Rol por web

La situación a la que os enfrentaríais a continuación, parecía de lo más surrealista. Primero, porque una nave totalmente al más estilo futurista y de forma circular, cayó en aquel suelo, ocasionando una polvorea. 

Tanto Aeryn, como Ryu y Sheena, les apuntaron con las armas al ver que una mano empujaba de la puerta.

De aquella nave, salieron tres personas y el cuerpo muerto de Victoria Hasan el cual transportaba una persona en concreto.Pero no sólo aquello, al fin, el momento había llegado. Un helicóptero sobrevolaba el lugar y, para colmo, os sorprendió, desde la distancia, con una ráfaga de disparos.

La guerra había comenzado, para bien, o para mal y dos de los edenes se hallaban colocados en el altar del centro, faltaban otros dos y el ritual comenzaría.

Parecía una película de ciencia ficción, conseguimos llegar a la superficie en esa especie de nave submarina futurista, al fin parecía que algo salía bien así que abrimos la escotilla y saliendo de ella con el cuerpo de Victoria en brazos, inspiré el aire con aroma a salitre pero mi suspiro de tranquilidad se truncó al instante cuando vimos aquel helicóptero negro que se encaraba hacia nosotros y que sin aviso ninguno disparó hacia nuestra posición.

Necesitariamos un milagro para no terminar acribillados ¿pero que coño pasaba?-¡Todos a cubierto!-grité mientras corría con el cuerpo inerte de la rubia a cuestas buscando algún lugar para protegerme de la mortíferas balas. Por un momento creía que iban a dejarme frito allí mismo, pero milagrosamente me salvé, sólo Dios sabía hasta cuándo...

¡Apuntad y si intentan algún movimiento, disparad! -ordenaba Aeryn, la jefa de  la otra cara Triquel, la hija del señor Aisnworth, de forma serena. Podíais avistar que tenía cicatrices por todo su cuerpo, además de una tez blanquecina, del mismo color que su rizado cabello estropajoso. Estaba vestida con escasa ropa, unos bóxers y unas cintas aislantes en los pechos a modo de top-. 

Al ver que los tres hombres bajaban y que uno de ellos portaba el cuerpo inerte de una mujer, a la que ella bien conocía y que por ello aún no apartaba el arma que les apuntaba. Tenía intención de disparar y volarles la cabeza si así la situación lo requería. Sin embargo, lo más importante, era la bola cilíndrica que portaban. El Edén... ¿Cómo era posible?

Soltad aquello que me pertenece en el suelo... ¡Ahora!

Aeryn esquivó los disparos, aunque algunas balas le rozaron, sin peligro alguno.

Sheena cubría por detrás a su jefa con los ojos abiertos como plato. ¿Victoria estaba muerta? ¡No podía ser! En sus infiltraciones como topo en el otro bando de Triquel, jamás la había visto ser alcanzada por ninguna bala que la ejecutase hasta llevarle a la muerte.

Entonces, una ráfaga de balas llegaron como si de lluvia se tratase. Con tal mala suerte que fue alcanzada.

Ryu observó como su única compañera sobreviviente caía antes aquellas balas lanzadas desde el helicóptero. Su intento, fallido, de empujarle para que las esquivaras, había sido en vano.

¡¡SHENA!!

Me agazapo tras Drake y salto a cubierto. Me toco la cabeza, el pecho,...
-Mierda... Le digo a Drake. Me han jodido mi abrigo.

Quitando la brecha de la cueva estaba a salvo.
-¿Qué coño hacemos?

una nave futurista, un escape in extremis, no me lo podía creer, hasta que llegamos fuera fue algo extremadamente caótico, aunque ya era lo normal en estas últimas jornadas, cuando salimos dela nave la rubia más querida de Triquel nos apuntaba junto a sus secuaces  con armas, pero no se acababa ahí un helicóptero entro en escena disparando a diestro y siniestro, hice lo que pude  por ponerme a cubierto con Drake y Greg pero las heridas de mi espalda me hacían lento y fácil de acertar, note dolor, mucho dolor , un impacto que hizo temblar mi cuerpo y acentuar el dolor de heridas pasadas,  caí justo al lado de Drake a cubierto pero posiblemente muriéndome.

Aquí me encuentro compadeciéndome , relatando esto para mí mismo, que estúpido soy, que manera de perder los últimos momentos de mi vida, se me empiezan a venir a la mente muchos otros como yo, que cayeron durante las luchas creadas por estas dos organizaciones que al fin al cabo son la misma: Itzar,Bellocs,Martina, su marido,Esperanza,Akanni,Hallmar, Curtis,katrine,Anteros,el calvito,Victoria, y muchos más que seguro engrosaban la lista a la que no tardaría en unirme, esa gente había sido arrastrada a la lucha, peones  del odio entre dos demonios  apellidados Ainsworth, no había bien en TRIQUEL, en ninguno de los bandos, siempre primaba la misión por encima de la gente, y aquello perduraría, si no eran los frutos cualquier otro objeto místico seria el siguiente, cuanta sangre correrá mas, que podía hacer yo en mis últimos momentos de vida.

Saque el Fruto, si mi cuerpo iba a morir por lo menos utilizaría mi mente para estudiar el fruto antes de hacerlo por lo menos habría cumplido uno de mis objetivo, mientras lo hacía vi el cuerpo de Victoria a mi lado después a Drake- Drake, amigo... no creo que salga de esta- logre articular, en algún sitio era probable que me estuviera desangrando- estudiare lo que pueda el fruto por si averiguo algo en sus inscripciones, después cógelo y salva a Victoria.
Después  dirigiéndome también a Greg les dije- Chicos , TRIQUEL es el mal, decenas si no cientos  de vidas se han llevado por delante en esta guerra, hoy es el fruto mañana será otra cosa, prometerme que si muero aquí, el que sobreviva hará algo al respecto, buscar a la gente que a la que TRIQUEL le ha destruido la vida, montar vuestra propia organización os sobraran aliados y luchar hasta quemar hasta los cimientos toda la basura que inunda de arriba a abajo TRIQUEL, me gustaría poder hacerlo yo mismo pero no veo un buen futuro en mi cuerpo- sonrei como pude aunque el dolor me seguía atenazando cada vez más, y me centre en el fruto, me sentía mejor quizás consiguiera iniciar algo que salvaría la vida de mucha gente, quizás no me hicieran caso y mi idea muriera allí si yo caía, pero eso nunca lo sabría.
Una ultima cosa -les dije echando la mano a mis placas colgadas del cuello, me faltaba tiempo para hacer todo lo que queria- en mi bolsa hay una carta, es para mi hermano, no nos llevamos bien y hace 15 años que no lo veo, pero no es mala gente, por favor buscarlo y darsela junto a estas placas, Leo se llama,si alguno decide mantener la lucha contra TRIQUEL seguramente pueda ayudaros.

Aeryn no conocía a aquel hombre cuya sangre empezaba a calar en el suelo formando un gran charco rojo a su alrededor. Habían alcanzado la parte del abdomen y parecía que ya se estaba despidiendo, agoniosamente, de sus compañeros. Lo más indigno de todo es que estaba dando su opinión de una un Triquel que no se correspondía con la realidad y todo debido a su padre: quien le hizo la vida imposible y ,además, introdujo topos en su bando con los que le suplantaron la identidad, una en concreto. 

Pero lo más dramático, no era aquella bonita despedida, sino ver caer a Sheena, con la que había compartidos buenos momentos , ya fuesen íntimos o no. Una bala había impactado en su frente, ocasionándole una muerte inminente. Aquella mujer de cabellos blancos corrió en su búsqueda y acarició el rostro de esta ,mientras unas lágrimas caían por las cuencas de sus ojos.

Al alzar la vista, con los ojos llorosos, contemplaba la escena de aquel hombre y cómo decía textualmente:

estudiare lo que pueda el fruto por si averiguo algo en sus inscripciones, después cógelo y salva a Victoria.

Y, con voz voz fría le corrigió:

Nadie salvará a Victoria porque soy yo la única que puede hacer el ritual y en mi lista no está Victoria. No, tras ser una cómplice de mi padre... ¿Queréis resucitar al monstruo? 

Y volvió a analizar las palabras de aquel hombre sobre Triquel. Al parecer, había tenido una mala experiencia y todo, nuevamente se repitió, por culpa de su padre.

Entonces, abandonó el cuerpo inerte entre sus brazos y se colocó al lado de aquel hombre, no sin antes sin mirar el cielo, cuyo sonido de las aspas del helicóptero se escuchaban más cerca.

El fruto por sí sólo no sirve, es una 'piedra con decoración extraña', que, dependiendo del lugar en el que se haya encontrado, adquiere la decoración de aquella cultura. Siento decirte, que este no es el verdadero, posiblemente os hayan engañados. El verdadero se haya en este lugar -le acarició el rostro y comprobó que su temperatura descendía-, las inscripciones no dicen nada, salvo una cita de la Biblia:

Un día cercano Jesús aparecerá en los cielos. El traerá con El los espíritus de aquéllos que han muerto con su fe puesta en El. El resucitará sus cuerpos en un gran milagro de restauración y luego El reunirá sus espíritus con sus cuerpos, dándoles cuerpos glorificados que serán perfectos e inmortales (1 Tes. 4:13-18 y 1 Cor. 15:42-44, 51-54).

Lo siento, de veras que lo siento -comentó con tristeza al acercar las manos hacia el rostro, ejerciendo una presión sobre él. Lo estaba ahogando.- requiescant in pace.

requiescant in pace

Todos ustedes presenciasteis cómo la figura fémina interactuó con la masculina y tras ello, reinó un silencio por ambas partes. Ella se echó hacia atrás con las manos en la cabeza e intentó encontrarle la bala para sacársela, él, yacía en el suelo. 

Sin embargo, la paz hubo durado lo mismo que el canto de un gallo, pues a los pocos segundos, el sonido detonante de una explosión os abrazó. Habían volado una de las partes del templo, entrando por la trasera, por la que ''supuestamente'' no se puede ver, ni acceder, a no ser que se tuviera conocimientos previos de su existencia.

Y, ante ustedes, la figura esbelta y menuda de un hombre disfrazado de V de Vendetta. Caminaba con elegancia y seguridad y no podíais saber si tras su blanca máscara había una sonrisa tétrica -lo más probable es que así fuera-.

Vaya, vaya... Veo que la fiesta ha empezado sin mí -su voz sonaba grave, bastante, y áspera, con cierto rencor-. 

Caminó hasta ustedes, fijándose en cada uno de los rostros que allí había, primero miró al de Victoria y se rió sarcásticamente:

¡Pero qué tenemos! Oh, veo que estos años no le han servido de nada... ¿Veis? -a la par que hablaba, se postró delante de Drake y se quitó la máscara, dejando ver un rostro totalmente deformado debido a extrañas circunstancias-. Y tú debes ser uno de los que me han dado dolores de cabeza estos años... ¿Qué se siente al quitarte aquello cuanto amas? Espero que placer, joven.

Aquel hombre parecía disfrutar torturando psicológicamente con su juego a los presentes.

Siguió caminando hacia la figura de su hija y tras agacharse, abofetearle brutalmente, le cogió la reliquia de las manos.

Hija mía, te juro que has sido el peor error de mi vida. Debería haberte matado cuanto pude. ¿Quién te liberó? Dudo que fueras tú solita, eres demasiado ... débil.

Caminó hacia al altar, de espaldas, y colocó la bola en su respectivo lugar. Tras ello, se sacó dos bolas del bolsillo y las colocó, una de ellas las cambió por la real, de manera que ,los Edenes estaban juntos. 

Con la otra mano en el bolsillo, apretó un botón que provocó que cuatro soldados francotiradores apareciesen en el lugar apuntando a las cabezas de los presentes. Tras ello, volvió a su hija  y la arrastró de los cabellos hasta el altar, la cual temblaba de miedo.

Vamos, hija mía, haz lo que debas hacer.

Nathan resistió el impulso de salir a ayudar, a los presentes, o colaborar con la defensa contra los helicópteros, pero supo de inmediato por el peso que transportaban que estaban blindados, y que era muy difícil que las balas de su fusil pesado atravesaran el metal. Respiro hondo bajo la manta camuflada, y alejo un poco el dedo del gatillo.

Cerro los ojos y desvió la mirada un segundo, de la mira, cuando observo la muerte de Sheena, la hermosa Sheena, con la cual había pasado divertidos e íntimos momentos, incluso, el arma que llevaba, el fusil había sido brindado por ella. Sería una bala suya la que trajera justicia.

Penso en lo que había conversado con Aeryn, que se necesitaba al asesino, al Faraday que había hecho temblar dictadores, el Faraday que el mismo temia. Cerro los ojos, e inspiro hondo. Se concentro y respiro hondo, cinco veces, cuando los abrió los ojos de nuevo las pupilas estaban dilatadas, y la moral y necesidad de salvar gente había desaparecido, solo quedaba la venganza, fría y dulce venganza.

Lo siento, de veras que lo siento -comentó con tristeza al acercar las manos hacia el rostro, ejerciendo una presión sobre él. Lo estaba ahogando.

Le dijo el escorpión a la tortuga- fue lo ultimo que pude decir mientras me quedaba sin aire todo se iva y despues solo quedaba la oscuridad.

Sin embargo, Aeryn no te había matado. Sabía lo que supondría extraer una bala tan profunda y sacarla, por lo que te dejó inconsciente, así, al menos, te mantendrías al margen de todo lo que estaría por llegar.

Teodoro se agazapó a mi lado estaba herido, sin duda aquella ráfaga le había impactado mi pobre compañero no saldría de allí vivo, yo lo sabía y el también. Cogí la esfera y asentí ante lo que me estaba diciendo-No digas chorradas hombre si te has salvado de un monstruo marino no te vas a morir por un rasguño- contesté sonriendo intentado animarle y en ese momento los disparos cesaron, me llené de valor y asomé lo justo y necesario para ver frente a mí y vi como una mujer rubia tenía en sus brazos a otra mujer, su rostro dolorido dio paso a una furia intensa que yo conocía muy bien ya que lo había sentido hace tan sólo unos minutos.

Todos habían bajado las armas y aquella mujer rubia se puso ante nosotros escuchando a Teo, mirándole con desprecio.

Cita:

-Ella no era ningún monstruo-dije mirándola desafiante-Fue un simple títere a manos de Triquel, la obligaron a trabajar para ellos a cambio de que no me matasen, se sacrificó por mí porque sabían que si seguía conmigo moriría y aún así, me borraron la memoria. Pero la he recuperado recuerdo quién era yo y quién era Victoria, ella realmente se llamaba Eara...- bajé la vista y miré el inexpresivo rostro de mi amada-Ha sido utilizada como todos nosotros- Escuchaba sus palabras, y sin poder evitarlo vi como daba fin a la vida de Teo, le miré con cierta tristeza, no le conocía pero había sido un buen compañero.

Seguía los movimientos de aquella mujer a mi alrededor cuando una explosión ensordecedora inundó los tímpanos de todos los allí presentes. De entre los escombros apareció una figura enmascarada que se acercó hasta mí.

-¿Es que soy una atracción de feria? ¿Y tú quien coño eres?- espeté furioso aunque sin duda se veía que era el jefe ¿El verdadero jefe de Triquel?.

Cita:

Mis ojos se abrieron como platos y de repente todo cobraba sentido si hubiese tenido el poder le habría convertido en polvo aquel mismo instante.-¿Dolores de cabeza? Si hubiese podido te la habría arrancado de cuajo con mis propias manos cerdo cabrón sin alma-la mandíbula chirriaba de la presión ejercida, mis ojos ardían de furia deseaba matarle allí mismo. Él era el culpable de todo el sufrimiento de Enara y el mío, todo por un motivo que me importaba una mierda, pero sabía que cualquier movimiento en falso sería mi muerte instantánea, incluso aunque no hiciese nada aquellos soldados me matarían igual.

Sabía que ninguna de mis palabras significaban nada para él, me ignoró por completo llevándose a la rubia. Me limité a mirar la escena, seguía con el cuerpo de Enara en mi regazo y acaricié su pelo alborotado-Eh, rubia, no le des el placer a ese cerdo que se hace llamar tu padre, cuando hayas hecho lo que él quiere te matará o aún peor, te borrará la memoria y olvidarás quien eras, a quien odiabas y a quién has amado-dije con ojos tristes-Nada le jodería más a tu viejo, si yo fuera tú lo haría, por ella- miré el cuerpo muerto de la mujer a pocos pasos de mi y que había estado en brazos de la rubia.

-No le dejes ganar, o todas estas muertes habrán sido en vano- mascullé mirando de nuevo el rostro relajado de Eara.

Ante la situación y ver cómo aquel abominable ser estaba tratando a la mujer, Ryu no dudó en apuntar a uno de los francos tiradores que parecía quedarse 'suelto', apuntándole de lleno en el corazón. Si algo se caracterizaba, es que aquel hombre era todo un as con las armas.

Pese a todo, un francotirador apuntó a la pierna del hombre,  sólo la rozó, para hacerle saber que estaban bajo poder de ellos, tras ello, otro, disparó a uno de los presentes: Marina Sorní. Pues le parecía divertido que hubiese una mujer estacionada allí con las manos en alto, sin saber qué hacer realmente. Eran heridas leves, sólo les habían rozado la bala.

El hombre de rasgos orientales no se achantó con aquellos amenazantes soldados y liquidó uno al instante con un certero disparo en pleno pecho cayendo fulminado. Aquello desconcertó al resto de soldados y centrado su atención en él, momento que aproveché para desenfundar mi pistola que no parecían haber advertido y disparé contra el guardia que tenía  ante mí, sabía que era una probabilidad escasa pero debía de intentarlo.

Apreté el gatillo y me preparé pare intentar esquivar la segunda ráfaga en respuesta que iba a recibir...

El soldado sonrió antes aquel error de esa comadreja. Le proporcionó un golpe en el rostro, provocando que, en seguida, le saliese sangre de la nariz y del labio.  No lo mató, en su lugar, aprovechando que este estaba aturdido, cogió a la mujer, brutalmente del brazo y la dejó caer en el suelo; de manera que se pudo escuchar un crujir de huesos tras un gran impacto. Algún hueso se hubo roto y no era uno pequeñito...

Así mejor...

-¿es necesario disparar antes de darles siquiera la oportunidad de entregarlo?- pregunté cansada de encontrarme con aquella situación sin sentido una vez más y aunque el fuego había frenado por un instante la situación solo pasaba a ser cada vez más caótica, todos estaban claramente desquiciados.

Me mordí el labio observando la situación sin saber bien que debía hacer, hasta que una bala me rozó y decidí dejarme guiar solo por el instinto, no devolverme contra el soldado sino apuntar a su jefe y apretar el gatillo.

-Bueno, se acabó Uthred vaya tirador de mierda estás hecho-fue mi último pensamiento ya que la sonrisa burlona de aquel soldado auguraba que aquel tiro en la cabeza antes amenazado ahora se convertiría en una realidad, pero en vez de eso me propinó un culatazo en pleno rostro. El dolor era casi insoportable y noté como la sangre comenzaba a mandar por mí nariz cayendo a mi pecho, el labio me ardía así que lo más seguro es que me lo hubiese partido.

Todo aquello mezclado con la casi pérdida de consciencia le dió una oportunidad de oro a aquel cerdo para arrancarme a Esta de mis brazos dejándola caer brutalmente a mi lado emitiendo un ruido muy desagradable, algún hueso se había fracturado. Mis ojos se clavaron en aquel desalmado-Te mataré, tú no vas a ver otro amanecer...-dije mientras la sangres aún manaba de mi nariz, desde luego debía de ser un espectáculo lamentable y aunque tuviese la cara hecha un Cristo mi ansias asesinas iban aumentando exponencialmente, pero no podía lanzarme ahora, debía reservar algún as en la manga y parecer que estaba acabado. Pero aún no había dicho mi última palabra.