Partida Rol por web

El cabo parecía que había sido el primero ,y aquel que había tenido educación, en recibirlos. El gobernante se acercó hacia ti y te estrujó la mano:

جميل أن أقول مرحبا ، هل أنت المسؤول؟ -comentó él al mismo tiempo que movía ambas manos-. 

Al mismo tiempo, la mujer pelirroja que se hallaba a su lado, te sonrió:

Dice que si eres el oficial al mando, a parte de mandarte saludos -contestó ella en un perfecto inglés. Luego, se dirigió al hombre y le interpretó tus palabras- هو عريف Uhtred.

Luego, realizó una leve inclinación con la cabeza y sonrió:

Una visita importante, eso es todo... Soy Eara Okoye, aunque más conocida como Victoria Hasan, un placer. Él es Abderramán. 

El hombre me estrechó la mano con tal fuerza que creí notar como los huevos crujían y eso que yo soy de los que dan la mano con ganas. Asentí a lo que decía mientras mantenía el apretón aunque no entendí ni papa de lo que decía, pero la pelirroja salvo la situación, seguro que había notado mi cara de pánfilo al oir al gobernador y supo al instante que no entendía su idioma.

Cita:

-Oh no, mi superior se encuentra en esa caseta prefabricada de allí-indiqué con el dedo la generosa estructura metálica-El Sargento prefiere estar al fresquito del aire acondicionado en vez de estár aquí fuera recibiéndoles, es un capullo..-me dí cuenta al instante del último comentario, totalmente fuera de lugar-Será mejor que eso no se lo traduzca-dije sonriendo amablemente mirando a ambas personas, por último a la pelirroja-Con que le digas que está con unos expedientes creo que quedará más profesional y serio-dije con precaución.

Cita:

Fruncí el ceño y mis ojos reflejaron curiosidad-¿Eara Okoye? Es un nombre muy original Victoria-aseguré mirando sus profundos ojos verdes-Si sois tan amables seguidme y le diré al Sargento que están ustedes aquí-finalicé esperando a que me siguieran hasta la cabaña del Sargento-Esperad un segundo por favor ahora mismo sale-aseguré entrando en la caja de metal no sin antes dirigir una sonrida a Ambderraman y por último a Victoria, era condenadamente guapa...

Entré en la caseta y de repente noté el frescor del intenrior, andé hasta ponerme junto al sargento-Señor, tenemos visita, es el gobernador Abderraman y una traductora llamada Victoria Hasan, están aquí por algún tema importante...están justo en la puerta y quieren hablar con el oficial al mando..-informé esperando a que el Sargento respondiese.

El sargento, quien tenía preparado el walkie por si hacía falta pegarte una voz desde él para decirte que los llevaras tú mismo a la fuente extraña, os dejó pasar. Se encontraba sentado en la silla ,a typical of beach, y cuál fue su impresión al ver a la única mujer presente entre tanto campo de nabos. 

Abrió los ojos y sonrió. Hacía años que no veía a su mujer, por lo que su tierra estaba sin regar y a mucha falta...

¡Ulthred! ,¿¡pero de dónde has sacado a tal belleza exótica!? -exclamó él, como si fuese a dar palmas con las orejas, sin saber que aquella mujer hablaba perfectamente ambos idiomas-. ¡Pero dale a este hombre y a su acompañante los mejores sitios de esta tienda!

Se levantó del asiento y caminó dando zancada hasta vuestras alturas.

¿Hay qué hacer una inclinación? o... le estrecho la mano... -te preguntó. 

La joven frunció el ceño. Ella sí sabía su idioma...

Me temo, sargento, que está usted teniendo una actitud muy irrespetuosa ante sus huéspedes; y, cómo puede comprobar, esta ''rareza exótica'' sabe hablar perfectamente su idioma; debido a que tiene ambas nacionalidades. Si no le importa, iré personalmente, junto con su cabo, al lugar. Un saludo. -realizó una inclinación con la cabeza y sonrió victoriosa-.

¿Quiere acompañarme, señor...? -se quedó en blanco, pues no sabía del todo su apellido y ella estaba acostumbrada a llamar por este. Así pues, alargó el brazo en señal de que le acompañaras-. 

El Sargento tan capullo como siempre, se creía el General del campamento y para más inri el tío habló de una formal totalmente fuera de lugar, tratando a Hasan de tal forma que parecía querer ligársela en un bar de mala muerte-Sabía que eras gilipollas, pero no de tanto calibre...-pensé mirándole de reojo con ambas manos cruzadas detrás mío en posición de firmes. Con gusto le partiría esa cara de estreñido, pero eso me acarrearía malas consecuencias y no me apetecía dejar el lugar y mucho menos ahora con aquella pelirroja allí.

-Con estrecharle la mano y ser educado es suficiente señor, la señorita Hasan se ocupará de traducir la conversación-la miré con respeto, pero descubrí al instante que no era ninguna florecilla del campo. Con aquella respuesta tajante puso al sargento en su sitio de un plumazo y tuve que contener una risa potente con tal desplante.

Cita:

-Uhtred, señorita Hasan. Cabo Uhtred-contesté con una amplia sonrisa, aquella mujer me caía muy bien y sin rechistar la seguí camino de la zona de interés.

-¿No posee, usted,apellidos, Ulthred? -comentó al lado suya, mientras caminaba dirección al lugar-.

A medida que avanzabais, el lugar iba adoptando un suelo plano, por lo que al llegar al punto concreto, una pequeña grieta era visible. No era profunda, pero sí la suficiente como para caber una pierna por ella.

¿De aquí emana esa extraña fuerza?

La joven se acercó para observar. Necesitaría un buen equipo para ve el interior, algo así como los rayos X. 

¿Y qué se supone qué debemos hacer con esto? ¿Taparlo? ¿Llamar a los periodistas? ¿Avisar a los ecologistas? 

Billones de fórmulas se agrupaban en su mente y, al parecer, sólo había una respuesta.

Os voy a ser sincera, el gobierno libanés acusará a los ingleses -ustedes-, de provocar tal franja debido a los bombardeos que lleváis ejerciendo en la zona contra el ejército propio. En resumidas cuentas, vienen a detener al sargento y a todos ustedes... El gobierno no cree en fuerzas energéticas que no sea algunos de sus dioses; para él todo ajeno a su religión es símbolo de rebeldía. Y ... si habéis iniciado el conflicto contra el ejército libanés, posiblemente os ejecuten, aunque primero pasaréis por el tribunal de militancia. Puedo pediros un rescate, sé que esto ahora te es confuso, pero... 

Nada, el monólogo de la joven fue interrumpido por unos disparos provenientes de la tienda de acampada. De ella, salieron dos hombres que disparaban al ton ni son hacia los demás estadounidenses. 

¡¡DETRÁS MÍA, CABO!! -gritó ella al ver cómo el gobernante libanés avanzaba hacia ustedes con una seria expresión en el rostro-. 

Aquel gesto, fue decisivo para Hasan, quien sacó su arma y apuntó.

Su puntería era buena, pero no podía enfrentarse a esos hombres ella sola; pues acabarían con ella en cuestión de minutos. Al ver que se enfrentaba a ellos, el gobernante anunció su muerte segura con un solo gesto: si hacía falta, les lanzarían bombas.

¡Corra, cabo, corra hacia atrás, váyase, le cubriré la espalda!

-Si claro señorita Hasan, me apellido Davidson, Uhtred Davidson, a sus órdenes-sonreí haciendo un gesto marcial de saludo desenfadado-Ese nombre tan original ¿de dónde procede? porque me ha llamado mucho la atención-pregunté mientras caminaba a su lado, hacía un calor de mil demonios pero la mujer aguantaba el castigo del astro rey como una campeona.

Cita:

Acompañé a la mujer estirando el cuello para ver la zona delimitada-Si, es eso, pero a nosotros no nos han dicho nada, como siempre a la tropa nos dicen lo justo y que en éste caso ha sido nada, así que no le puedo decir nada que le pueda ayudar-dije con un cierto tono de decepción pero cuando Hasan empezó a hablar sobre lo que nos iba a ocurrir al encontrar la extraña energía puse cara de incredulidad.

-Pero...¿lo está diciendo en serio? Para una vez que no hacemos nada ¿y nos van a encarcelar así por las buenas? entiendo que hemos tenido que ver en otros conflictos bélicos, pero me parece una locura que piensen que...-Y los disparos comenzaron a sonar, cogí mi M4 quitando el seguro al instante, giré mi cuerpo y miré en dirección de donde procedían los disparos y ¡era desde la tienda!. Apunté hacia allí pero no era el único, ví como Victoria sacaba una pistola de no se donde y comenzó a disparar también.

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-¡Vamos vamos Hasan!-grité siguiendo sus instrucciones mientras disparaba, así nos cubriríamos mutuamente-Tenemos que encontrar algo para protegernos ¡YA!-exclamé quitando el cargador vacío e insertando uno nuevo en el rifle, si no salíamos de allí en breve, estábamos muertos.

Y como si aquella fuera una escena de una película, donde el conflicto se hubiera desarrollado sin más, de pronto, y mientras ello, una banda sonora nórdica se escuchase de fondo, aquello fue nada más y nada menos que un gran campo de masacre. Hombres caían a los lados, tanto ingleses como líbanos. 

El gobernador, tenía una gran herida que emanaba de la cabeza, provocando una pintura facial en su rostro; impidiéndole ver bien con el ojo derecho. El caso era que si lo mataban, posiblemente llevasen a cabo una guerra libano-británica a grandes escalas, involucrando por completo a más países; pero si no lo hacían, posiblemente acabarían muertos o bien sabe Alá como.

Victoria se quedó sin municiones y, para colmo, su pierna derecha fue alcanzada por una bala. No había mucho roquedo donde poder ocultase, pero allí el que había, donde ambos desertores se cubrían, se realizó un apaño. 

Lo primero, se cortó la tela del pantalón, pues necesitaba ver cuál de profunda era la herida y, con esa tela sobrante, se hizo un apaño. La ató a la pantorrilla. No contentos con eso, dejó toda su vestimenta que le sobrase en el suelo: collares, chaqueta... Quedándose en tirantes y en unos improvisados pantalones cortos. Lo curioso de todo, es que en aquel improvisado pantalón, al rededor de la cintura, se le podía ver otra arma.

Estamos en graves problemas y, posiblemente, nos derroten. Mis armas no son a distancias... Debemos ir a la embajada inglesa, cuanto antes. Si escapamos por allí les costaría alcanzarnos -comentó señalando detrás vuestras, ella proponía atravesar el desierto e ir a un poblado cercano que les proporcionasen sustentos-.

El caso es que, no había otra opción más viable. Era aquello o asumir la derrota. Así pues, aprovechasteis la situación, y corristeis todo cuanto vuestras piernas os permitían. La herida de Victoria se abría más con cada marcha, cada zancada, por lo que os fue realmente dificultoso escapar.

Dos días más tardes, en un poblado cerca:

La noticia acerca de dos fugitivos ingleses se había hecho viral por toda la región, por lo que, para pasar por desapercibidos entre la población, tuvisteis que camuflaros un poco. Casualmente, aquella mujer, Hasan, tenía dotes sobre el disfraz, algo inusual para una traductora y secretaria del gobierno.

Así pues, improvisó ,con carbón y otros materiales, un tinte negro y, con una navaja, se cortó el cabello -con el sobrante, también pintó el tuyo-.

Necesitamos municiones  y no solo eso, también víveres. La comida no nos durará por mucho tiempo. Por cierto -dejó de dar golpecitos en la mesa con el dedo y te miró-, no puedo salir a la calle si no me acompaña un hombre. ¿Eres bueno en la interpretación? Porque sintiéndolo mucho por ti, has de ser mi esposo. 

Se levantó y hurgó entre los cajones por si encontraba algo con lo que poder hacer algún anillo de compromiso.

Verás, señor Davidson, a partir de ahora seré su señora, pero si ha de referirse a mí por mi nombre, no use el de Victoria Hasan, pues es así como comúnmente se me conoce, deberás usar mi nombre de origen: Eara , tenemos todo el día, por lo que si necesita saber de mí, para esta interpretación se lo haré saber...

En primer lugar, mi madre era libanesa y mi padre escocés. Fruto de esa relación nací yo. Por lo que, mi nombre completo pertenece tanto, la primera parte es heredado del nombre de mi madre, mientras que la segunda de mi padre. Sin embargo, cambié mi nombre por motivos éticos, quería dejar toda mi vida hacia atrás cuando mi familia murió en aquel accidente por una bomba... El caso es que, al cambiarlo, tuve que hacer varios papeleos, y , siempre, me presento como Victoria Hasan. Y es así, como ha salido mi nombre en las noticias. Qué gracioso, oye. Tengo una cicatriz en el vientre, pero no es el momento ni el lugar para enseñársela,además, es una cicatriz, fruto de aquel accidente. Estuve en la UCI bastante tiempo, hasta, aproximadamente, los 15 años. 

Entonces, como podrá observar, tengo una gran laguna mental durante ese transcurso de los años. Sólo sé, que me levanté en la camilla de un hospital en Escocia, al parecer, me reclamaron la familia de mi padre... 

No soy traductora. Soy 'agente del gobierno' . Digamos que las dobles vidas son lo mío. Trabajo para el gobierno británico y estoy aquí para informarte sobre los planes que iban a ocurrir. El gobierno libanés quería exterminar a todos los británicos... El cómo me infiltré entre el equipo de Abderramán... es otra historia. Así que, en conclusión soy espía desde nada más  y nada menos que los 18 años. Tengo 24 años.

La situación era desesperada, nos estaban masacrando y Victoria y yo estábamos prácticamente acorralados con la única opción de huir, quedarse sería un suicidó absurdo así que gasté las últimas balas de mi M4 cubriendo a Victoria, la habían herido. Junto a ella constaté que la bala había salido así que era una herida limpia, pretendía echarle una mano, pero me quedé sorprendido de nuevo, al ver como con una habilidad inesperada se despojaba de la ropa y joyas que le sobraban haciéndose un vendaje improvisado, dejando ver otra pistola-Vaya señorita Hasan, está llena de sorpresas-dije con una pequeña sonrisa mientras observaba como trabajaba en su pierna, aún con balas volando sobre nuestras cabezas era capaz de sonreír.

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Miré mi rifle con desagrado y lo tiré al polvoriento suelo-Meh, me he quedado sin munición así que sólo nos quedan nuestras pistolas- fruncí el ceño mientras escuchaba la propuesta de Víctoria, desde luego meternos en pleno desierto no era algo que quisiera precisamente, pero era lo único que podíamos hacer-De acuerdo, confiaré en ti, además no me queda otra ¡Arriba!-dije ayudándola a incorporarse y así continuar con nuestra apresurada huida.

Y conseguimos salir de aquella sartén marrón llamada desierto, pero cuando llegamos a la civilización pronto nos convertimos en unos proscritos, nos buscaban como si fuésemos asesinos, pero nadie sabía la verdad, salvo Victoria y yo. Teníamos que camuflarnos, pasar desapercibidos hasta que llegasemos al la embajada británica y Victoria volvió a sorprenderme, había dejado bien claro que sabía ocultar nuestro rastro como cambiar su aspecto, desde luego ella no era una traductora, sabía disparar, curarse heridas de bala, subterfugio..estaba bastante claro.

Cuando salió del baño con el pelo negro y corto me quedé mirandola-Vaya tu nuevo look no te queda nada mal la verdad-no sabía cómo lo conseguía, pero fuese pelirroja o morena estaba igual de guapa, ya sólo me faltaba verla de rubia y no pude evitar pensar en su cara cubierta por una melena rubia. Carraspeé-¿Cómo llevas la pierna? Cogeas menos...¿Es que eres como Lobezno y te regeneras?-dije mientras le miraba la pierna.

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Elevé una ceja-Perdona, pero creo que de tu marido podré hacer perfectamente,mi papel de reno Rudolf en el cole fue la sensación del barrio- reí por lo bajo mientras me secaba mi nuevo pelo negro con la camiseta quitada-¿Tan malo sería ser tu marido? Mientras no seas una maniática colocando las toallas del baño creo que podré soportarlo- bromeé.

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-De acuerdo, entonces desde ahora y hasta nuevo aviso, te llamaré Eara-dije poniéndome una camiseta y sentándome ante ella para escuchar su historia con gran atención permaneciendo en total silencio.-Vaya... siento mucho lo de tus padres, debió de ser muy duro- comenté mirándola serio, el accidente debió de ser brutal para quedar en coma y con tales cicatrices-bueno, la verdad es que mi vida ha sido bastante estándar. Nací en Cambridge, así que te puedes imaginar que tenía que ser buen estudiante y lo era, pero decidí tomar el camino militar, conseguí entrar en el S.A.S y hasta hace nada era miembro del Ejército Británico a partir de ahora no sé en qué me habrán convertido-dije malhumorado.

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Silvé de forma aguda ante la definitiva confesión-Bueno visto cómo trabajas ya había deducido que no eres una simple traductora, pero no que tenías un currículum tan amplio- contesté elevando una de la comisura de mis labios -Eso sí, te daré una información pormenorizada, yo también tengo un par de cicatrices. Una en el abdomen por una esquirla de metralla y otra en el hombro, así que ambos tenemos heridas de nuestras propias guerras personales...-dije con cierto tono de tristeza-Así que tendremos que esforzarnos en no sufrir más heridas Victoria..no, Eara- corregí, era mejor ir practicando para luego no cagarla en la calle a las primeras de cambio.

-Tras conseguir esos víveres, tenemos que encaminarnos a la embajada, hasta el momento seguimos a salvo, pero es cuestión de tiempo que den con nosotros, al menos yo siempre llevo mi pasaporte encima, nunca se sabe cuándo te vas a convertir en fugitivo- volví a sonreir divertido. Todo el mundo persiguiendonos y yo descojonado en ese cuartucho junto a esa mujer. Intentaba mantenerme siempre frío y despreocupado, pero estar cerca de Victoria me revolvía las hormonas y ella se habría dado cuenta de cómo la miraba a veces, maldita testosterona...

Eara te miró y se tapó con la boca al reír. 

No sabía que los militares tuviesen sentido del humor... ¡Oh!, grata sorpresa... Tampoco sabía que estaría con un supuesto marido -y no, no soy de las maniáticas que colocan bien las toallas, solamente espero que puedas traerme papel higiénico cuando se me acabe y yo no pueda ir a por él-, amante del mundo de los superhéroes... Por desgracia... cojeo, así que espero poder caminar de aquí a unos días o no podré ir al mercado de abajo a por pan.

Eara apoyó su mentón en su mano derecha escuchando con detenimiento toda aquella historia del pasado de un hombre que conocía de horas y, aunque obviase tu torso desnudo, le agradaba tu compañía. Después de todo, debía de pasar contigo el resto de aquel viaje hasta que encontrarais un plan.

¿Te importa que vea tu pasaporte? Más que nada porque necesitaré falsificarte si quieres salir con vida de aquí y que no te rebanen el cuello.

Entonces, caminó hacia ti, sin embargo, al emprender la iniciativa sintió un latigazo en la herida y cayó al suelo nada. Se quedó un par de segundos ahí abajo, hasta que se dio la vuelta, contemplando el techo.

¿Sabes coser? Necesito una intervención en una herida que no me la he apañado del todo bien... -sus ojos verdosos se posaron en los tuyos y sonrió-,desde aquí abajo, tu cabello nuevo no te queda nada mal... ¿Y si te lo dejas largo como Loki? 

Se intentó reincorporar en el asiento y sonrió.

Menuda pareja iremos a formar... Deberíamos de escuchar las noticias...

Elevé una ceja haciéndome el ofendido-Eh! Que sea militar no significa que no pueda tener sentido del humor-dije frunciendo el ceño con gesto cómico-Y perdona, nunca me tendrás que pedir el papel, siempre dejo uno de repuesto a mano ¿Por quién me has tomado?- pregunté entre risas mientras la miraba con curiosidad, su cojera aún era acusada y ponía un gesto de molestia cada vez que pisaba aunque sabiendo lo dura que era seguro que le dolería bastante-más te vale o si nos encuentran no podrás correr tanto como yo y no me gustaría tener a una tullida como esposa-dije sacándole la lengua.

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-Claro, toma- dije alargando mi mano para dárselo pero en ese momento perdió fuerza y calló al suelo-¡Eara!- exclamé yendo hacia ella, pensando que se había hecho daño, pero se dió la vuelta y me miró sonriendo.

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-Serás idiota, que susto me has dado, voy a por el botiquín ¿y dices Loki? Al final vas a ser tú más friki que yo, aunque confieso que a mí me gusta más Natasha, lo del pelo... No es mala idea, puedo hacerlo y vendrá bien como disfraz-dije mientras la ayudaba a ponerse de pie y tumbarla en la cama. Habíamos comprado un pequeño botiquín así que tenía lo necesario-Venga, bájate el pantalón si es que no quieres que lo rompa, tengo que ver bien la herida y desinfectarla para coserla en condiciones, mis puntos son de cirujano y no las chapuzas que haces tú y no me salgas con remilgos de ay que te veo las braguitas-dije picandola, aunque en el fondo pensé que en ropa interior debería de estar para comérsela...

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-¿A mí me lo dices? Será mejor que sonrías más a mi lado o pediré el divorcio- bromeé encendiendo la tele para luego proceder a desinfectar la aguja.

La ropa interior es como los bikinis -comentó con total sinceridad-. 

Así pues, cuando se lo quitó, chistando del dolor, pues había un poco de tela en aquella herida, sólo esperó que aquel hombre sí que supiese lo que hacía.

Si me tienes que amputar la pierna, que sepas que voy a ser tullida y aunque no te agrade de tener a una supuesta esposa con discapacidad...Me temo que te tendrás que aguantar. -rió- ¿Vas a darme de comer si así fuera? Soy autosuficiente y me conformo con cualquier cosa, mientras no sea carne y pescado.

Entonces, se reincorporó en el sitio, algo en ella había captado la atención. Apoyada en sus brazos, observó la televisión.

Tenemos que irnos...

Lo que había visto Victoria no era ,nada más y nada menos, que las noticias de última hora.

El programa empezaba como si de una carrera se tratase. Ante vuestros ojos, la presentadora agitó sus portafolios, estampándolos contra la mesa, para luego presentarse.

Buenas tardes, traemos noticias de última hora. Tras varios días sin saber nada acerca de los dos fugitivos ingleses, se ha aportado nueva información al caso.

El consulado británico ha manifestado que sus dos compatriotas no se hallan en él, por lo que tras estas declaraciones, el ministro de defensa y el de asuntos exteriores libanés, han puesto una orden de búsqueda y captura; ya que pueden estar escondidos en la localidad más cercana a la última vez que se vieron juntos: Bengasi, nuestra querida ciudad con costa. Se mantiene el nivel de vigilancia por la zona alta.

Recordad que si estos ingleses van a la legislación, es suelo británico, por lo que pasan a estar a manos de los británicos. Si usted los ha visto, se ruega que se le comunique a los servicios de vigilancias...

Sonreí ante el comentario del bikini-discrepo, no te veo metiéndote en una piscina con un conjunto de encaje negro-reí divertido mientras me sentaba a su lado, primero limpiando la herida con antiséptico-No tengo anestesia local así que tendrás que aguantarte morena, lo siento-dije haciendo referencia a su nuevo color de pelo y con fastidio mientras comenzaba a trabajar cosiendo con cuidado.

Cita:

Miré a Eara un instante mientras ponía un apósito sobre la herida ya cerrada-Si mi esposa fuera una tullida, me daría igual, la querría igual y la cuidaría con el mayor de los mimos, hasta sería capaz de hacerle el avioncito con los potitos-dije bromeando, aunque en el tono había un poso de verdad-y no sufras con la comida, haría menús separados para tí sin carne ni pescado-le guiñé un ojo mirándola fijamente-Presiento que vamos a pasar perfectamente como una pareja de verdad- miré a la televisión a la vez que Eara mientras terminaba de fijar el vendaje y agravé la mirada-Recojamoslo todo, mierda, aquí ya no podemos quedarnos-mi tono se tensó y me puse en pié ayudando a Eara-Hay que largarse ya-

La herida había sido curada como era debido. Eara lo agradeció con una pequeña inclinación, sin embargo, en su mente no había más pensamientos que el salir de allí con vida, fuese lo que fuese. Medio cojeando, como pudo, recogió los objetos de valor que los podía delatar. Los documentos los colocó en una mochila con doble fondo y se la colgó. Una vez estado todo listo, Eara o Victoria se colocó un turbante y, junto a ti ,salió de allí. 

Sus manos eran pequeñas y encajaban a la perfección con las tuyas, pero su tacto era áspero y aquello delataba el modo de vida que la joven estaba sometida por mucho cuidado que tuvieran con aquella parte del cuerpo. Además, mientras caminabais con las gafas de sol colocadas, había quienes os miraban o, al menos, eso podíais percibir/sentir.

Era imposible no pensar que ustedes , quienes pasabais por una pareja de extranjeros comunes, no estabais siendo vigilados. Bengasi miraba canda paso que dabais. 

La calle estaba demasiado transitada, por lo que os dificultaba la circulación por ella.

Si corríais estaba claro que os delataríais al mundo, por lo que preferisteis mirar algunos puestecillos y ''tontorrear'' como jóvenes enamorados cada vez que dabais con algo de vuestro interés.

Cuando tuvisteis la oportunidad, volvisteis a emprender la marcha, sin embargo, esa sensación de ser observados no os la podíais quitar.

¿Me fotografías aquí ? -preguntó mientras te daba su teléfono móvil-. 

Al coger el móvil, pudiste leer una entrada de notas que decía textualmente:

A la de tres salimos a correr, nos persiguen. 1, 2...

¡TRES! -gritó ella y emprendió aquella carrera como bien pudo-.

Con el paso de los minutos, Eara disminuía la marcha y su herida empezaba a sangrar de nuevo. Los hombres os alcanzarían tarde o temprano, de hecho, parecía que ya lo estaban haciendo; además de que la población, aquella especie de ''marea'' se trabaja a toda persona que se quedase parado.

N-No puedo seguir... -reconoció parándose en seco-. No puedo seguir...

Y como era previsto, te lanzó unas llaves al aire y una pistola:

Cuida de mis mascotas, sálvate, defiéndete... -susurró antes de ser atrapada por aquellos hombres-.

Lo que viste a continuación fue la escena más terrorífica de todas tus experiencias vividas. El ver como aquellos hombres sujetaban de los brazos a la joven de tan sólo 24/25 años al intentar esta defenderse y, tras gritar, rebanarle el cuello como si fuera un pollo. Sin piedad. La sangre salió a gran velocidad. La gente corría asustada.

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Abriste los ojos. El foco de luz te cegaba por completo y, mientras te adaptabas a ella o no, pudiste oír unos sollozos. A tu lado izquierdo, una melena cobriza a la que ya conocías, sostenía tu mano a la par que algunas lágrimas caían a cuenta gotas de sus mejillas.

Sin embargo, su rostro melancólico cambió al comprobar tu situación. Se secó las lágrimas con la mano y se inclinó para abrazarte. 

Pensaba que no lo ibas a contar, pero los doctores te han conseguido salvar, eres duro de roer... -comentó con una ligera media sonrisa centímetros de tu rostro-. Voy a dejar que descanses...

Salimos a la calle con total normalidad cogidos de la mano y sonriendo como dos simples turistas y aunque mi sonrisa estaba bien simulada, mis ojos delataban una tensión creciente, mientras caminaba junto a Eara miraba de reojo a ambos lados intentando vislumbrar entre el gentío alguna cara sospechosa y mi mano apretó la de Eara con fuerza, notando que era menos suave de lo que esperaba, pero al fín y al cabo era una agente especial, se ocuparía más de engrasar la pistola que en echarse crema hidratante en las manos.

Seguimos esquivando a la gente, caracoleando entre ella pero sin despegar las manos, sentí la humedad de su mano contra la mía, la tensión y los nervios salían por nuestros poros, era inevitable pero manteníamos la pose de la pareja enamorada sin probremas, la roeda de la cintura y hacía como que le susurraba cosas-No consigo ver a nadie, hay demasiada aglomeración-le susurré, entonces ella habló.

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-Claro-dije sonriendo cogiendo su móvil, miré la pantalla y ví el mensaje, la miré con fijeza y tras terminar de contar eché a correr junto a ella ¿pero estaba loca? con esa herida en la pierna no aguantaría mucho y así fue, mantenía su ritmo, pero fue cayendo estrepitosamente-¡Vamos Eara no me falles, no me falles joder!-esclamé cuando ví que se detenía y me lanzaba sus llaves y su pistola, corrí algunos pasos más pero me giré y la miré.

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De repente todo lo ví a cámara lenta. Unos hombres aparecieron tras ella y la sujetaron con fuerza, ella intentó zafarse, pero su herida sangraba abundantemente...me miró y..sonrió, era una última sonrisa triste, sus verdes ojos llorosos me miraron y sus labios se curvaron ligeramente hacia arriba y entonces un cuchillo se deslizó por su garganta de lado a lado.

-NOOOO-grité lleno de furia e impotencia, pero ya no podía hacer nada, me giré y eché a correr entre la gente lo más rápido que pude, me colé entre callejones y más gente durante unos minutos eternos, al fina conseguí darles esquinazo y pegado a una pared lleno de penumbra, pensé en Victoria, en Eara y comencé a llorar.

Esos hijos de puta lo pagarían, lo juré allí mismo y lo cumpliría.

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-Ughh...-una luz cegadora me daba en toda la cara y aparté de la vista de ella ¿dónde coño estaba? ¿qué ocurría?. Escuché a alguien llorar-¿Q.Quién eres?-pregunté a aquella figura sentada ante mí, mi visión antes borrosa se aclaró y entonces la ví.

Pensaba que no lo ibas a contar, pero los doctores te han conseguido salvar, eres duro de roer... 

Parpadeé varias veces, no me lo podía creer-¿Eara, eres tú? ¿eres tú de verdad? no, no puede ser yo te ví, te vi morir allí en aquel lugar...-una gran confusión me rodeaba, pero igualmente la miré, sus ojos, su mirada, lloraba...y yo no sabía que decir.

. Voy a dejar que descanses...

-¡NO! por favor...no te vayas Eara...no me dejes...¿qué ha pasado? ¿qué me ha ocurrido, es que estoy herido, he tenido un accidente? no me acuerdo de nada...dije confundido-¿Tú..cómo es que estas viva? osea, es decir...te ví morir, te degollaron delante de mí-dije angustiado mientras alargaba una de mis manos hasta una de sus mejillas para intentar acariciarla-N..necesito saber que eres real...-casi susurré con mi rostro casi pegado al suyo.

Victoria sonrió con amargura, al parecer su compañero estaba desorientado. Acarició sus labios con los suyos, sin besarlos del todo y se separó un poco:

No me llames Eara, aquí nadie conoce ese nombre, llámame Victoria o Vicky si prefieres una determinación más cariñosa. - le comentó acariciándole la mejilla con dulzura-. Vaya, ¿has tenido una pesadilla? -le preguntó, aunque más bien era una afirmación, pues comprobó que su frente estaba sudando. Alargó el brazo hacia un cubo y le secó el sudor con agua fría, para calmar todo rastro de fiebre-.

Verás, Ulthred, te dispararon en el vientre -por ello tienes esa cicatriz de tan mal gusto- y en el hombro. Caíste inconsciente debido a la pérdida de sangre. Llamé a la embajada ingresa para que nos ayudasen y un grupo de británicos pusieron fin a la guerrilla. El gobernador ha sido declarado culpable por querer provocar una guerra entre las dos naciones, así mismo, se le ha despojado de todos sus cargos y se encuentra en prisión, por cometer actos contra la población; al parecer era miembro de una mafia peligrosa.

Victoria se hubo separado un poco para colocar el cubo en su lugar y luego, regresó a la camilla.

¿Qué has soñado? -preguntó curiosa, aunque con miedo, pues no quería que al preguntarle sus pulsaciones se disparasen. Se tumbó a su lado-. Soy demasiado real, créeme, tengo una herida en la pierna de la disputa de hace días. Pronto nos podremos ir a casa, en cuanto el doctor verifique que estás apto para que se te de el alta. En la legislación nos atiende muy bien...

Miré a Eara..no a Vicky aún con cierta confusión, pero intenté centrarme en ella en sus ojos verdes y sus labios rosados, aquellos que creí ver perder su color cuando la mataron o creía que la mataban y entonces acercó sus labios a los míos sintiendo si cálido y vivo aliento.

Cita:

-De...de acuerdo, me gusta Vicky-dije con una ligera sonrisa-Si, ha sido una pesadilla horrible, parecía tan real Vicky, te perdía y yo no podía hacer nada..- tragué saliva sonoramente y dejé que Vicky me refrescase cerrando por un instante los ojos, me encontraba ya más tranquilo y centrado.

Cita:

En ese momento me percaté del dolor de mi abdomen y las molestias del hombro que tenía vendado-Vaya, estoy hecho un cromo, me siento como si me hubiese pasado un tren por encima...- intenté reír pero un pinchazo me atacó el abdomen haciéndome poner un gesto de dolor.

Cita:

Mi rostro se endureció y la miré con ojos dolidos-Estábamos huyendo de aquellos hombres y tú estabas herida en la pierna, no pudiste seguir corriendo, te atraparon y te degollaron ante mí, me dabas tus llaves, vi cómo morías y yo no podía evitarlo Vicky, ha sido terrible-dije con la voz temblorosa. Supuestamente era un tío duro pero Vicky era mi talón de Aquiles, si a ella le pasaba algo.. mataría a quien fuese necesario, daría mi vida por ella...en ese momento Vicky se tumbó a mi lado, la rodeé con mi brazo bueno y le besé la frente con suavidad sintiendo su tibieza lo que me hizo sonreír feliz, era real, estaba viva, a salvo y conmigo.

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-Si...ir a casa, estoy deseando volver y pasar contigo un tiempo en paz sin tensión ni violencia Vicky-casi le susurré-No puedo perderte es más no quiero perderte...te quiero- musité y estirando mi cuello hacia ella rocé mis labios con los suyos para luego suspirar relajado, había sido una mala pesadilla, tan sólo eso, un mal sueño que pronto olvidaría.