Partida Rol por web

Tras un viaje en avión y unos minutos en un coche que os fue a recoger allí mismo, llegáis al piso franco.

Es una cuarta planta de un edificio situado en una buena zona desde la que un poco en ángulo se ve un grupo de casas unifamiliares de dos pisos. Tiene tres dormitorios con sus aseos propios, un gran salón/comedor desde el que hay acceso a un balcón, y una amplia cocina.

Cuando vosotros llegáis hay tres personas allí, aquellas a las que les dais el relevo, y que tienen todo preparado para marcharse tras daros todos los informes recogidos hasta entonces y un par de recomendaciones.

Os dicen que hay micrófonos en todas las habitaciones principales de la casa, a saber:

Planta superior:

• Dormitorio principal.
• Dormitorio secundario/despacho.
• Habitación de invitados.
• Cuarto de baño principal.
• Cuarto de baño secundario.

Planta calle:

• Cocina.
• Salón/Comedor.
• Garaje.
• Cuarto de baño.

Planta sótano:

• Sótano.

Os enseñan un cuadro de mandos donde las luces indican qué micrófono está recibiendo sonido. Todo queda grabado. También varias fotografías hechas desde el piso franco en el momento en el que Elroy abre la puerta a distintos repartidores.

También os informan de que saben que la casa tiene sistema de seguridad antirrobo.

Os recomiendan que os dejéis ver por los vecinos, aunque sea por turnos, y que salgáis a la calle sin miedo, pues os recuerdan que Elroy sabe que está vigilado y no le extraña ver a gente rondando su casa.

El viaje se hace corto, quizá sea más por la expectación de su primera misión que por el viaje en sí. Al llegar al piso franco, se queda impresionada. Un piso así en la ciudad de Los Ángeles no debe de ser fácil de conseguir. Después ya tendrá tiempo de decidir que habitación se queda porque primero tiene que escuchar lo que el grupo previo tiene que decir. Asiente a las recomendaciones y a la información. 

-Gracias por el duro trabajo, gente. Ahora os merecéis un descanso... aunque a mi me gustaría quedarme en este piso un poco más... es genial, es grande ¡y las habitaciones tienen baño privado! 

Se despide del grupo anterior.

-¡Me quedo con la habitación más grande!

Se dispone a explorar todas las habitaciones para decidir cual es la mejor. Siempre hay una que tiene mejores vistas o es más grande o es más fresquita o calentita... hay tantas cosas que hacen que una habitación sea la mejor.

El viaje es muy eficiente tal como ha demostrado ser siempre la organización. También es una forma de dejarnos claro que no estamos de vacaciones ya que no nos han dado ni la ocasión para dar una vuelta por la ciudad. Al ver a los que sustituiremos se me va de la cabeza la idea de que lo han hecho porque somos novatos en su primera misión. Con el equipo que sustituimos al parecer usarán el mismo sistema.

Nos dan una rápida vuelta por la casa, después nos entregan los informes y nos explican cómo es la casa que tenemos que vigilar. La explicación del cuadro de mandos de los micrófonos hace que me concentre más que en las habitaciones.

Me despido de ellos cuando finalmente marchan y asiento a Amber al indicarnos la habitación que había elegido para ella. – Voy conectar mi portátil e introduciré estos informes a mi manera. Mas tarde intentare analizar esas grabaciones para intentar encontrar alguna cosa. Aunque antes…

Me levanto a examinar si hay comida o debemos ir a comprar.

Mejor ahora que descubrirlo al ir a comer.

El viaje había sido corto y agradable. Una vez en el piso, Flot saluda a los compañeros a los que van a relevar. Parece que han cumplido con su deber, pero al mismo tiempo hay poca información de utilidad. El joven atleta se queda mirando por la ventana la casa del objetivo mientras Amber escoge la mejor habitación y Hug se pone con el ordenador.

-Sabe que está siendo observado, comenta en voz baja. Su mirada recorre las ventanas, el tejado, la valla, la puerta de entrada. En algún momento, puede que sea necesario entrar en la vivienda sin ser visto. -Elroy... Es difícil que cometa un error que podamos ver desde aquí. O escuchar a través de los micrófonos. Pero es un comienzo.

A continuación Flot se ofrece para ir a por provisiones. Tiene ganas de dar un paseo por los alrededores.

Acabo de introducir los informes del anterior equipo de vigilancia y al oír a Flot expresar su deseo de ir a estirar las piernas dejo para después lo que pensaba intentar programar y me dirijo a donde esta vigilando visualmente la casa.

– Si te parece bien elige hoy la comida a tu gusto y así un día cada uno. Ya me quedo vigilando desde aquí si hay algún movimiento de nuestro objetivo o en su casa.

-De acuerdo, le contesta a Hug. Antes de salir a dar una vuelta, Flot comenta por encima un posible planning de turnos. Consiste en dividir las 24 horas del día en 3 bloques de 8 horas. En cada bloque, uno descansa, otro está haciendo vigilancia principal, y el tercero vigilancia de apoyo. En el cambio de turno, el de apoyo pasa a descansar, el de la vigilancia principal a apoyo, y el que sale del descanso se encarga de la vigilancia principal. -Por vigilancia principal se entiende estar pendiente en todo momento de lo que se ve por la ventana y lo que se escucha en los micrófonos. El que esté de apoyo puede hacer tareas diversas según necesidad. Dos ven más que uno.

-¿Qué os parece?, pregunta Flot mientras termina de dibujar un sencillo esquema de turnos en un folio.

Vuelve a tiempo tras decidir su habitación para escuchar lo que dice flot. Se tumba en el sofá antes de hablar.

-Estaría bien, pero ¿vas a aguantar 16 horas encerrado en el piso? Además, 8 horas escuchando micrófonos y mirando por la ventana no es bueno... nos cansaremos y se nos pasarán cosas. Creo que es mejor hacer turnos más cortos... como de 2 o 3 horas.

Se estira un poco, como un gato.

La propuesta de Flot es intachable matemáticamente, pero Amber tiene razón, aunque quedaría grabado no lo percibiríamos en ese instante. Y sí no ha pasado nada, para que repasar las grabaciones…

Tecleo en el ordenador y una vez escrito les enseño la pantalla.

Amber duerme de 00 a 08 mientras Flot y Hug se alternan cada dos horas en lo que registran los micrófonos y la cámara enfocada a la casa. *

Flot duerme de 08 a 16 mientras Hug y Amber se alternan cada dos horas en lo que registran los micrófonos y la cámara enfocada a la casa.

Hug duerme de 16 a 00 mientras Amber y Flot se alternan cada dos horas en lo que registran los micrófonos y la cámara enfocada a la casa.

– Podemos cambiar las horas si preferís dormir a otras horas, pero así juntamos las dos propuestas.

-Me parece bien el cambio que propones, dice Flot convencido. -Con lo de hacer la vigilancia por parejas, me refería también a lo de poder ir turnando según necesidad y cansancio.

Además, A Flot le gusta la idea de hacer el turno de noche. En su cabeza, ya se ve entrando en la vivienda del objetivo para buscar pruebas. Y el manto de la oscuridad es un buen aliado para esos menesteres.
 

-Me parece bien el horario así... ¿lo ponemos ya en marcha o ya desde mañana? Lo digo porque ahora hay cosas importantes que hacer... como comprar provisiones.

Mira Flot con ojitos brillantes, como queriendo algo.

-¿Me compras chocolate y helado? Mucho helado... nada de fresa. Si es vainilla y chocolate, mejor que mejor... porfi, porfi. Necesitaré mucho para las horas de vigilancia.

Sonríe.

-Y mientras tanto Huggy me volverá a explicar lo del cacharro ese de los micrófonos. ¿A qué sí? 

Amplía su sonrisa.

– Sino os parece mal podemos comenzar ya según la hora que es. *

Después de que Amber le solicite helado por mi parte le pido algunas cosas para mantenerme despierto al final del segundo turno. – A mi tráeme tónicas, y de comida lo que prefieras.

Amber se interesa por el cuadro de micrófonos y se lo enseño. – Es este de aquí están las etiquetas sobre este plano de la casa con el nombre de la habitación y se enciende el led de los que detectan el sonido en ese momento al mismo tiempo que graban el sonido. Cuando tenga tiempo libre en mi turno intentaré hacer un programa para hacer una estadística de donde esta habitualmente en cada momento. Costará porque están las grabaciones del mes pasado, pero eso hará que los datos sean más fiables.

Se me ocurre una cosa y aunque puede ser muy improbable se lo comento a mis compañeros. – Si hubiera alguien más con él seguramente ya lo habrían descubierto el anterior equipo, aunque si van juntos y aprovecha tener un volumen de sonido alto para hablar en susurros podría ser difícil de descubrir.

Negando con la cabeza. – Seguramente el dato de que esta sólo sea cierto. Simplemente se me hace difícil de creer que pueda estar tanto tiempo sin ningún contacto con otros seres, sin contar los repartidores.

Van pasando los días con monotonía, a partir del segundo día casi estoy a punto de dormirme alguna vez de puro aburrimiento. Amber tenía toda la razón, por lo menos yo no habría podido pasarme ocho horas seguidas con los auriculares conectados a los micrófonos y la cámara que compramos entre los tres el primer día. Durante las pausas de vigilancia activa voy realizando el programa que les comenté.

El segundo día aprovecho una de las pausas para preparar la comida después de haber el día anterior por internet los ingredientes en unas tiendas cercanas. Unas costillas de cerdo con fideos. Nada más volver le doy a Amber un helado de vainilla y chocolate antes de guardar la compra. Hago mis turnos de guardia y cuando son casi las 15:00 comienzo a preparar la comida.

En primer lugar, pongo un cazo una al fuego con agua a hervir y en una cazuela de unos 30 cm una ligera película de aceite de oliva comenzando a recubrirla con un lecho de cebolla cortara en pequeños dados. Una vez recubierta la pongo a calentar dándole vueltas para que se dore e inmediatamente que esta dorada añado el kilo de costillas cortadas a dados procediendo también a dorarla. En ese momento abro la botella de vino blanco chardonnay echando una generosa ración y el paquete completo de fideos gruesos de medio kilo. Voy dándole vueltas hasta que absorben todo el vino que comienzo a añadir agua poco a poco, la justa para que se vayan haciendo los fideos, pero sin que sobre. Cuando ya casi están lo apago dejándolos tapados para que absorban la poca agua que hay mientras pongo la mesa.

– Ya está la comida, ¿qué queréis beber?

Le agradece el helado a Hug con una sonrisa y vuelve a prestar atención a los micrófonos. La verdad es que llevan solo un par de días y está siendo agotador. Le aburre sobremanera quedarse sentada ahí, durante 2 o 3 horas escuchando, más bien, nada. A veces pasan horas sin escucharse nada más que el tic tac del reloj. 

Por suerte, su turno está a punto de acabar y eso la anima un poco... eso y el helado de chocolate y vainilla que tiene en ese momento en sus manos. Así que tararea un poco para ella misma mientras mueve la cabeza al ritmo de la tonadilla. Además, alguien está cocinando algo rico. Eso es aun mejor.

-Cualquier cosa me vendrá bien para beber - dice respondiendo a la pregunta de Hug.

Flot está aburrido, y las paredes del pequeño piso parecen agobiarle cada vez más. Pero controla su temperamento, y trata de animar a los compañeros con algo de música de su smartphone, aunque la mayor parte del tiempo la escucha con los cascos. Eso sí, lo hace alejado del monitor de los micrófonos.

-Amber, ¿has escuchado ya este tema?, pregunta pero sabe la respuesta. La playlist de Flot es muy corta, y en los días que llevan ya todos sus compañeros han escuchado las canciones como para aburrirse.

En los primeros días había estado pendiente de Hug y de sus progresos con el programa informático, pero no era capaz de seguir sus explicaciones o estar concentrado demasiado tiempo. Así que de vez en cuando cuando lo ve agobiado le da alguna palmada fuerte en los hombros para animarle. O como ahora, que está preparando unos fideos que tienen una pinta deliciosa. A pesar de estar enjaulado, Flot conserva su apetito. Incluso encerrado en el piso, ha estado aprovechando los descansos para seguir con sus tablas de ejercicios y estiramientos.

-Uff, ¡qué pinta tiene!, dice sonriente mientras saca los cubiertos. -Para beber... agua.

Llevo a la mesa una botella de agua y la botella que acabo de abrir de vino blanco Chardonnay. Una vez me he asegurado de que esta todo en la mesa, ya en su sitio correcto sería una casualidad, me acerco a Amber pasando el sonido de los micrófonos pasándolo al altavoz de mi ordenador en lugar de a los auriculares. Subiendo el volumen podemos estar unos minutos los tres juntos.

Una vez los tres sentados les digo. – Sólo llevamos dos días y comprendo perfectamente el alivio del equipo que sustituimos. No recuerdo haberme aburrido tanto.

Tomo la botella de vino y antes de servirme miro a nuestra compañera. – ¿Amber?

Se estira cuando se ve libre de su puesto durante un rato. La libertad debe de saber a eso porque es un trabajo demasiado esclavo para ella. Así estaban los otros, ansiosos por irse. Se acerca a la mesa y se sienta en su sitio.

-No se si aguantaré un mes entero en este lugar. Y el tío ese es tan muermo como parece. No hay nada raro... al menos, que yo haya escuchado.

Se estira de nuevo antes de mirar al vino. Se queda pensativa y tarda unos segundos en contestar.

-Creo que tomaré agua muy, muy fría. El vino me embotará la cabeza.

Día tras día a través de los micrófonos se escucha cómo a las 8.00 suena un despertador, momentos después la ducha correr, y poco más tarde, trasteo en la cocina. El resto del día prácticamente sólo se oye el tecleo de un ordenador hasta las 23.00, momento en el que también las persianas de la casa son bajadas una a una, para permanecer así hasta el día siguiente.

El primer día, todo parecía normal.

El segundo, algo extraño notaste en los sonidos que se escuchaban a través de los micrófonos, y en el movimiento que parecía verse en la casa.

El tercero pusiste atención y lo tuviste claro: los sonidos se repiten de forma sistemática, en periodos de tiempo demasiado exactos, al igual que el subir y bajar de las persianas. Parece cosa de grabaciones y domótica programable.

Las palabras de Amber hacen que comience a encajar algunas piezas mientras dejo la botella de vino tras llenarme media copa y ponerles agua de la jarra a mis compañeros.

Mientras como no puedo quitarme de la cabeza lo de que no hay nada raro, todo es igual como si. No, no, puede ser sería demasiado evidente.

Me levanto de un salto y comienzo a comprobar en el ordenador lo que me ha venido a la cabeza y al cabo de unos minutos les digo. – Puede que esté o no este, pero lo que estamos oyendo, a menos que estemos vigilando a un robot, es demasiado exacto. Mirad, ningún ser vivo hace todo en ciclos exactos de veinticuatro horas. O ha descubierto todos los micrófonos y está emitiendo para nosotros estando haciendo sus cosas. O ahora está en otra recursión usándonos como testigos de que él está aquí.