Partida Rol por web

El Ministerio del Tiempo [+18]

La cafetería

Cargando editor
23/01/2018, 12:33
Francisco Ruiz de Córdoba

Como cada día justo antes del alba, Francisco se levantó de su nueva cama. Al principio tuvo que dormir en el suelo, pero poco a poco su espalda se acostumbró a eso que llamaban colchón, tan diferente de su jergón de paja.

Realizó sus abluciones y rezó. Era de las pocas cosas que conservaba intacta, después, no volvía a rezar, aquello le costó la vida a su familia y, muy a su pesar, había dejado de hacerlo por mero instinto de supervivencia, pero sus amaneceres seguían cubiertos de esa brillante pátina de misticismo.

Aquel día se tomó algo más de tiempo de lo habitual, saltándose su rigurosa rutina diaria, lo que hizo que llegase tarde a la reunión.

Cuando apareció por la puerta, Salvador tenía la palabra y no quiso interrumpirle. Se deslizó hacia la barra como una sombra hasta llegar junto al camarero.
-Que Alá sea contigo. Me gustaría tomar un vaso de agua, por favor- dijo en voz baja, para no molestar. Cuando terminaron las presentaciones se acercó al grupo con cierta timidez, no le gustaban las reuniones, prefería la soledad de su fragua, el golpeteo del martillo contra el yunque y el calor de las llamas en su cara. Se sentía fuera de lugar, con aquellas ropas y calzado. Eran cómodas, si, pero sentía que no estaban hechas para su cuerpo.

-Mi nombre es Francisco Ruiz. Es un placer- se presentó con una ligera inclinación mientras sus dedos acariciaban los callos de sus manos enlazadas en la espalda. Tuvo mucha precaución en no nombrar a Alá ni hacer ningún gesto. Sabía que en aquella época había mucha gente que practicaba el Islam, que no era perseguido y que el propio estado español era laico, pero no podía evitar esa reticencia a manifestar sus creencias religiosas. Para él, hacía apenas unas semanas te torturaban y mataban por ser musulmán.

Cargando editor
23/01/2018, 18:35
Marcel Sabater

Esto empezaba a tener buena pinta. Le recordaba los primeros encuentros con su cuadrilla. Marcel no pudo dejar volar en su mente un momento nostalgico pensando dónde debian haber acabado sus compañeros.

-La comida??? El otro dia me fui a un restaurante escocés y me dió verguenza lo que me dieron para comer... El pan no parecia pan y en medio una pieza de carne insulsa y sin gusto de nada. Ese Mc Dinal no va a ganar ni un céntimo vendiendo tal porqueria. Te lo dice todo un experto. 

Se dirigió a Freyr:

-Jovenzuelo, me caes bien, pero tendremos que mejorar ese castellano. Mira, a esto lo llamamos un carajillo de ron... Ui, bueno, esto ya no lo es... Camarero, se le ofrece traerme una copita de este mismo ron, que terminaremos bien lo que hemos empezado...

Y se dirige al resto del grupo

-Bueno, no se si alguien más se apunta...

Cargando editor
23/01/2018, 19:08
Alma Cruz de León

Me quedé más tranquila cuando me saludaron. Parecían un grupo de lo más variopinto, pero eso es lo que había en la España de hoy día. Diversidad. Y me gustaba. Sino ¿cómo iba a tener a partes iguales, amigos de los club de campos y amigos que tonteaban con esa droga que estaba ahora de moda, el hachís ese? 

- Encantada Freyr - este hombre debió ser de una época que no reconozco, y eso que había dado el Quijote en literatura clásica y que me hicieron leer el Libro del Buen Amor en castellano antiguo - Eso que está tomando el señor Marcel, es tabaco. Es importado de América, principalmente. Se enciende, se fuma y deja un olor horroroso. Pero en estos tiempos que corren, somos libres, así que, como dicen en mi tierra, el libro de los gustos está en blanco - le sonreí mientras daba un trago al pucherete ese que nos servían como café. También podría no ser español...Ah , no que es requisito del funcionariado, ser español - Si necesitas ayuda a ponerte al día, puedo hacerlo....hasta los 80 - le sonreí bastante tímida. Esto me estaba viniendo un poco grande.

Levanté la cabeza al ver que se nos unían dos mujeres más. Parecían amables. Pero como todos aquí. 

- Señor Marcel, no asuste al muchacho, un carajillo a esta hora le va a sentar como una patada en todo el estómago. ¿De qué McDonald habla, por cierto? Si todavía no lo han abierto. Lo abrirán en Mayo. Están todos como locos con la noticia. 

La verdad, que no quise comentar nada al muchacho que hablaba sobre maleducados y la comida. Mi abuela me contó tantas cosas sobre la guerra y el hambre que hubo, que quizás viene de esa época y a saber las necesidades que ha pasado. 

Y finalmente se unió un hombre bastante atractivo y educado. ¿De cuándo habrá venido?

- Buenas señor Ruiz, ¿se une a nosotros? - le mostré una silla aunque a este paso tendríamos que unir otra mesa. 

Recuerdo la época en la que se preguntaba de dónde vienes y si trabajas o estudias (o como le ha dado a los tíos ahora por decir si estudias o te trabajo ) pero aquí, con tanta gente, la pregunta se trueca en un de cuándo vienes. Qué curioso. La de cosas que podría aprender. La de gente que podría ver. 

Creo que era el sueño de cualquier estudiante de historia. O cualquier aspirante a escritor. 

Volví de nuevo a la mesa tras haber tenido un segundo la mente fuera. ¿Me habría perdido algo?

Cargando editor
23/01/2018, 23:09
Pedro Bencomo

El joven Freyr estaba verdaderamente desorientado, me costaba seguir esta jerga moderna pero a él todavía más. Sin duda mis años trabajando con los castellanos habían dado sus frutos.

¿La comida de esta época les parece buena a ustedes? —miré alrededor y negué con la cabeza en silencio. —Quizá sea solo con poco sabor la de aquí, no he probado fuera —sin duda eso explicaba todo.

Encantado de saludarlas —contesté a las dos mujeres. Y saludé también al recién llegado —yo me llamo Pedro Bencomo —estaba siendo una presentación bastante caótica.

Negué con la cabeza a la solicitud de Marcel, ya tenía bastante con el vaso de leche.

Cargando editor
24/01/2018, 08:40

Ana saludó moviendo un poco la cabeza, primero a sus compañeros que estaban sentados, luego a Salvador y finalmente a los que se fueron incorporando.

Dejando su desayuno* sobre la mesa se había sentado junto a María. Siempre sonriente puso su mano en el mentón y luego en la nuca, escuchando. Levantó una ceja para dudar con cierta picardía cuando Alma mencionó que ahora la gente era libre y luego afirmó con la cabeza mostrándose de acuerdo cuando dijo que el libro de los gustos estaba en blanco. No tardó en meter baza en la conversación, con un marcado acento italiano y una voz musical pero un poco cascada que modulaba para darle gracia a su palabrería, tratando de resultar divertida y florida sin llegar a sonar histriónica.

—Se puede comer muy bien, pero uno tiene que cuidar que se echa a la boca… bueno, lo que pienso es que… si hoy en día quieres morder una manzana... y que sepa a manzana ¡Prepara la bolsa, amigo!

Comenzó a desenvolver su chocolatina con parsimonia, alternando la vista entre ésta, su café y los interlocutores, a los que miraba a los ojos.

—La idea que me he hecho tras unos meses viviendo aquí es que se embota a las gentes humildes… —. Trató de centrarse para no divagar—. Con la comida, se les ceba… al salir de sus faenas acuden en masa a los super-mercados donde les acechan montañas de alimentos elaborados por una industria que medica a los animales, incluso a las tierras y las plantas y los cocina para que sean muy dulces, o muy salados, o muy crujientes... fáciles de comer… que seducen con sus vistosos envoltorios la vista de las gentes que los compran y los comen, y siendo que engordan a menudo sin alimentar, y muchas veces incluso les enferman y aun sabiéndolo, se los comen. Pero los pudientes, los que tienen dineros, o los no tan ricos que gastan gran parte de su sueldada en su comer, bien que van a tiendas que llaman ecológicas en la que venden a precio de oro grano cultivado a la manera tradicional o huevos de gallinas sin medicamento.

Notas de juego

(*) Supongo que es la hora del almuerzo. Si no es así, corregidme.

Cargando editor
24/01/2018, 10:24
Francisco Ruiz de Córdoba

Con un gesto de agradecimiento al ofrecimiento de la joven, tomó asiento en el variopinto circulo que se había formado en el bar. Desde niño sus comidas fueron frugales, y durante una buena parte de su juventud incluso inexistentes, tal y como dejaba patente su cuerpo enjuto, por lo que aquella conversación culinaria carecía de interés para él. Aún así permaneció escuchando a sus interlocutores, observándoles, todos tan distintos y a la vez tan interesados por aquella época.

Suponía que eso era lo normal, intentar comprender o integrarse en aquella sociedad futura. Maravillarse con los prodigios conseguidos por la humanidad. El herrero se había limitado a buscar un lugar donde vivir cerca de lo que llamaban un parque, era lo más parecido a la naturaleza en aquel inhóspito lugar. Echaba de menos su fragua, pero le dijeron que no podía prender un fuego dentro de su casa, que vendría a detenerle las autoridades locales.

Por las mañanas, después de los rezos, se dedicaba a pasear silenciosamente por las calles. Todas le parecían iguales, la gente era como espectros que caminaban con la cabeza gacha pendientes de sus aparatos, esos "móviles", a él también le habían dado uno, -Es para mantenerte localizado- le dijeron. Aunque habitualmente lo olvidaba en su casa o en cualquier otro lugar. El terminal que llevaba en el bolsillo era el séptimo en apenas cuatro semanas.

Cargando editor
24/01/2018, 18:20
Director

Notas de juego

No se habló de la hora, por lo que no hay problemas.

Cargando editor
25/01/2018, 06:44
Freyr Skoldson

Un nuevo hombre ingresó a la sala y Freyr lo contempló boquiabierto, era igual de atractivo que el señor Pedro, sin embargo,  Freyr sentía que ya habia visto gente de su estilo antes, pero no acertaba realmente donde, si a Pedro lo habia asimilado a la figura de Niord, a este lo habia asimilado con Baldr, el hermoso Dios, que habia sido muerto gracias a las arducias de Loki.

-Hola, mi nombre es Freyr, señor Francisco.- levantó su mano con timidez, comparado con el resto de sus compañeros, y pese a que ya tenía 18 años, Freyr se veía mucho mas chico de edad, porque además de ser menudito, era bastante pequeño y rasgos infántiles, de no ser por su voz, no hubiera tenido problemas en hacerse pasar por un chico de unos 14 o 16 años. Algo que nadie sabia es que el frío mantenia su piel bien conservada y suavecita.

Sonrió divertido a Marcel asintiendo rápidamente cuando le dijo lo de mejorar el español. -Castellano muy dificil, luego he aprendido castellano moderno, y luego mi lengua natal, tres lenguas en cerebro  pequeña de Freyr, muy dificil de, como era, coordinar ideas, nunca he probado Ron, a mi me gusta más Cerveza.- exclamó el muchacho asintiendo para si mismo, y luego le dijo a Alma.

-Ta-ba-co; ¿tabaco tiene buen valor?- era obvio que sus intenciones en cuanto tuviera la oportunidad, era robar un poco y llevarlo a su tiempo para negociar con aquellos tubitos de papel que despedían un humo el cual justo como decía Alma olía horrible.

Se apeno cuando escucho al señor Pedro hablar no quería contraliarlo, solo se atrevió a decir tímidamente. -No, yo llevando sólo un mes aquí, si aun no lograr acostumbrarme del todo a Ministerio, y a nuestro Jarl Salvador, no quiero imaginar lo que hay afuera...personas con cuatro brazos, caballos parlantes...¿aún existen los dragones?, ¿los pueblos aun son saqueados por gigantes?.- Preguntó Freyr con cierto temor y luego dijo en un susurro. -Mi mamá decía que muy mala idea ir a bosques solos, dragones pueden acabar con ejércitos enteros, yo no he visto uno nunca, y espero que no pase, cuando muy pequeño, la primera vez en un Drakkar, tenía horror de que una serpiente marina nos comiera...o un ser aun peor!- musitó Freyr, la cara tan seria y preocupada que puso,dio a demostrar que el chico realmente creía en la existencia de aquellos seres.

Las dos mujeres se aproximaron a ellos, y Freyr las miró, una tenía un acento gracioso, como el de Freyr, aunque su español era muchísimo mejor, y la otra tenía cierto aire que le recordaba a su madre cuando se ponía seria por algo.

Le gustó el nombre de ambas mujeres, las miró con mucho interes, y se dirigió a María .-Tienes nombre de buena mujer, llamarte igual que madre de Cristiano.-dijo el muchacho, recordaba que la primera vez que habia participado en un asalto, mientras se dedicaba a meter en un pequeño saco todos los objetos de valor que encontraba en una casa rica de los ingleses, la gente suplicaba por el amor de María, antes de que sus compañeros les cortaran el cuello. Después en sevilla, se había hecho "amigo", de un muchachito de su edad Cristiano que sorpresivamente conocía su lengua, y le habia contado un poco sobre su religión. Para desgracia de Freyr, fué descubierto por uno de los hombres de confianza del Jarl, su líder, así que el pobre muchacho terminó con el cuello cortado, y Freyr siendo amenazado por "ser amigo de cristianos".

La otra muchacha bonita, Ana, hablaba de cosas que Freyr no entendía, pero la vida le habia enseñado que cuando no entiendes algo, lo mejor es poner cara de seriedad, y fingir que sí, para no quedar como un bruto.-Yo haberme robado una gallina una vez de niño Ana!, nunca darle medicina, gallina muy util, ponia huevos, y en el otoño la matamos y comimos carne sabrosa.- Le sonrió Freyr como si aquello hubiera sido una gran anecdota.-Muy mal lo que dices Ana, cosechar y sacrificar los animales en Otoño, es mejor opción siempre,no hay sentido en conservar la comida tanto tiempo, salvo que sea invierno,aunque nunca he podido matar nada, la gallina la mató mi padre, mi madre suele decir " Freyr eres muy sensible"- Entre los vikingos en efecto, su temporada de cosecha y de sacrificio de animales comenzaba en Otoño, para preparar la carne que se iba a salar o a secar, como el pescado. Luego la miró como desenvolvia su chocolatina y comenzaba a comerla, al parecer estaba buena, y Freyr no le quitaba los ojos de encima. -Eso es barra de café?, es valiosa?.- preguntó a Ana, miró las manos de Pedro y luego subio su mirada lentamente para ver su rostro, con ojos de borrego a medio morir, luego los pusó rapidamente sobre Francisco, y acontinuación se quedó viendo sus manos blancas, rematadas en aquellos dedos ágiles y delgados de puntas sonrosadas, como si las hubiera metido en el jugo de fresas.

Cargando editor
25/01/2018, 10:55
María de Arburu

El grupo aumentaba y la confusión, también. La mayoría de los que se sentaban a la mesa estaban tan enfrascados en la conversación que tardaron un rato en corresponder a su saludo, siendo Pedro el que dio pie a que tomaran asiento. Por su parte, María intentó de veras seguir la conversación pero le resultaba de lo más confusa esa forma de parlotear, algo que al parecer no le sucedía a Ana.

De modo que se mantuvo ajena, dando sorbos a su chocolate caliente mientras examinaba a los demás hasta que el chico con acento extraño hizo una curiosa mención a su nombre.

- Gracias - supongo, añadió para sí. Era cierto que su nombre era bíblico, sí, y horriblemente común también.

A pesar de todo, el chico, tal vez por su apariencia de niño y su castellano arcaico, hacía que se sintiera algo más cómoda en aquella reunión, como si no fuera la única con dificultades de adaptación. Aunque por lo menos, él lo intentaba. En cambio, el que se había presentado como Francisco parecía tan fuera de lugar como ella misma. Seguramente no todos tenían los mismos ritmos...o quizás había personas que no lograban adaptarse nunca.

Cargando editor
25/01/2018, 13:41

—Yo de pequeña más que gallinas robaba huevos. Lo hacía con astucia para que no se notara. Me colaba por cualquier agujero y hacía como las sierpes. Comía lo de dentro y luego chafaba las cáscaras y las enterraba bien hondo, para no dejar huella de la ratería.

Le ofreció media chocolatina y media magdalena al muchacho, que le pareció que podría ser alemán, sueco o danés, de una época quizá anterior a la suya.

—Es chocolate. Valor tiene, para mí, porque me está muy muy muy bueno, pero si lo que preguntas es su precio… ahora no es muy caro. En mi época… natal… el chocolate era un lujo que se conocía poco. De niña, que era pobre, ni lo caté, y en donde nací, ni se conocía. Luego cuando viví en la corte de Flandes el chocolate causaba furor entre las damas que lo rapiñábamos a menudo en fiestas y recepciones, incluso a veces nos lo traían para desayunar. Para cuando después viví en un convento las monjas decían que tomar chocolate no rompía el ayuno así que... El chocolate siempre ha sido mi compañero inseparble. Lo comíamos siempre líquido, y cuando se podía con bizcochos, mejor que mejor… Ahora se hace también sólido y está muy bueno, hay mucha variedad y a buen precio ¡Si no lo has probado te parecerá amargo!

Cargando editor
25/01/2018, 18:00
Pedro Bencomo

La conversación estaba derivando a comidas —no me gusta la falta de sabor que tiene la comida de esta época pero supongo que es el precio a pagar por evitar perder cosechas enteras o rebaños —me encogí de hombros, no creo que nos hubieran traído aquí a hablar sobre las bondades del 2018 pues poco podemos aportar sobre eso.

El joven Freyr parecía tener mucho interés en el valor del dinero, lo cual me hacía pensar cual podría ser su función exactamente en el Ministerio, si pensaba que aquí se iba a hacer rico lo tenía claro. El tema de las comidas no me interesaba, pero me llamó la atención lo que dijo Freyr —no he oído hablar de dragones, ni serpientes marinas, ni gigantes… sin embargo te puedo decir que he investigado y Guayota no ha salido del Echeyde ni Achamán ha tenido que volver a intervenir —tamborileé con los dedos en la mesa —por cosas mucho menores de las que me han leído o me han dicho desde que estoy aquí, en mi época hubiéramos despeñado a la gente —.

Cargando editor
26/01/2018, 13:13
Salvador Martí

- Supongo que está bien para ir empezando... tras eso el sub-secretario se apoyó en la mesa para levantarse ...me temo que me reclaman más de mis asuntos, y la mañana desde luego tiene pinta de venir muy cargada, en fin, señores...señoritas...si me disculpan me marcho a trabajar...y usted David viene conmigo... dijo con un poco de desgana mientras dejaba el 1,20 € del café al camarero y David con una sonrisa agradable recuperaba su dispositivo portátil de información y le seguía a toda prisa.

Notas de juego

P.D: La cafetería es de todos...cuidenla.

Cargando editor
02/02/2018, 18:01
Marcel Sabater

Al ver salir al sr. Salvador Martí, veo que se hace un silencio incómodo en la sala. Supongo que la mayoria de los presentes deben ser nuevos agentes para el ministerio. Quizá me hubiera cruzado con alguno de ellos si no hubiera faltado a tantas clases de adaptación al siglo XXI. Pero un servidor es de los que piensa que lo que tienen que aprender del presente, se aprende en las calles y charlando con la gente. 

-Bueno, pues, supongo que todos sois nuevos agentes del ministerio y que vamos a compartir bastante tiempo juntos. Así que voy a proponeros que nos conozcamos un poco. Un servidor és Marcel Sabater y vengo de los años 40. Yo era parte de un comando guerrillero que luchava por la república después que el tio Paco nos jodiera nuestra legítima victória. Empezé trabajando de mecánico, aunque estos dias me he dado cuenta que mis conocimientos del tema poco valen en esta época. Posteriormente me fuí a defender la republica en la columna “Tierra y libertad” y en la "Carot y Castan". Tras la victória nacional, me escondí en las montañas dónde me dedicava a ayudar a gente a pasar de un lado al otro de la frontera caminando y a traer algunas cosillas de contrabando. 

Y sacando mi cámara de fotos hago una propuesta al grupo.

-Por cierto, os parece bien si inmortalizamos este momento? Algo me dice que esto puede ser el principio de una larga amistad.

Me encantába esta frase. Hacia apenas unos dias habia visto el estreno de "Casablanca" en un cine francés, medio a escondidas. 

Cargando editor
05/02/2018, 00:06
Pedro Bencomo

Escuché las palabras del que había juzgado artista pero no lo era —a decir verdad, me cuesta mucho entender la época de cada uno. No he entendido ninguna referencia que ha dicho usted —me encogí de hombros —en los meses que llevo aquí he dejado de intentar entender épocas pasadas —tamborileo con los dedos en la mesa.

Se han acostumbrado rápido a las "maquinitas", se reconoce rápido alguien de la época actual, siempre la están mirando —.

Cargando editor
05/02/2018, 10:05

Ana tomó nota mental para estudiarse a fondo la Guerra Civil, que la habían dado muy superficialmente en las clases de adaptación al siglo XXI, como si entre los maestros todavía fuera un tema tabú. Teniendo como compañero un soldado de esa guerra sería irrespetuoso hacia él no tener conocimiento de ella.

Más o menos la idea que se había hecho era que el positivismo del conde de Saint-Simon y los intentos de religión Cívica surgidos con la Revolución Francesa habían derivado en un Socialismo utópico, herético por su ateísmo a ojos de la Iglesia que tomó parte en una cruzada alinéandose con el partido de los dineros, temeroso como siempre a perder sus privilegios. Y parecía que al final todos habían perdido menos estos últimos, que gobiernan el mundo por encima de los gobiernos mientras el comunismo había quedado en un sueño y las iglesias, vacías.

Sonrió disimulando ante la idea de hacerse todos una foto juntos. Era la primera vez en que saldría en una fotografía y eso le daba un poco de miedo, por si algo de su ánima quedaba atrapado en ella.

—Desgraciadamente en el curso de adaptación no hay tiempo para saber mucho de la historia pero es una suerte tenernos los unos a los otros para saber de primera mano, y no en letra de los vencedores, que es lo que ocurrió... o lo que estará ocurriendo si nos toca acudir por una destas puertas.

Yo me llamo Ana Ruffo. Nací en Sicilia recién nacido el siglo diecisiete y viví mi juventud en la Corte de los Países Bajos Españoles, en Bruselas. Mi último hogar antes de mudarme a esta época estuvo en Sevilla, en el convento de Santa Clara, dónde cursé noviciado éste último año.

Por cierto, si alguien está dispuesto a compartir piso me sobra una habitación y necesito un compañero para pagar el alquiler y llegar con mi sueldada a fin de mes. Cosa harto difícil en estos días, como siempre… supongo.

Cargando editor
05/02/2018, 10:40
Freyr Skoldson

Freyr escuchó fascinado a Ana cuando le dijo que en efecto el chocolate tenía valor,  se mostró tan entusiasmado cuando Ana le obsequió media magdalena y un trozo de chocolate, que el chico palmoteó con emoción sobre la mesa, cogió el chocolate y lo olfateo, y luego le dio un mordisquillo, en su psique, el color café...bueno..era obvio a que le recordaba ( sin contar la textura). Pero el aroma era fantástico, y aún mas el sabor, tras la primer mordida, Freyr se metió el resto del chocolate a la boca de un solo bocado, y luego hizo lo mismo con la magdalena, masticando sonoramente sus alimentos, en un gesto que evidentemente hubiera escandalizado a alguien procedente de la nobleza. Acontinuación procedió a chuparse los dedos. -Es muy rico Ana!- exclamó mientrsa tragaba el bocado.

Cuando Pedro se dirigió a el, Freyr lo contempló con total ensoñación, entendía un carajo sobre lo que estaba diciendo Pedro, pero no le importó, a el le pareció el comentario mas inteligente e interesante que hubiese escuchado en su momento al lugar. -Guayota es otro nombre para Wotan?.- exclamó Freyr rascándose la barbilla y mirando a Pedro curioso. En efecto, Freyr también se había dado cuenta de lo que Pedro quería decir con las maquinitas, y asintió como un perro sacudiéndose el agua, con energía y entusiasmo. El señor Marcel y la señorita Ana mencionaron de que época venían, y se quedó maravillado, "Ellos también vienen del futuro, impresionante!!", pensó un momento antes de darse cuenta que el también se encontraba en el futuro pero las paradojas mentales le daban jaqueca así que desechó el pensamiento rápidamente. Freyr se aclaró la garganta y puso pose de ser un chico muy interesante y maduro, mientras narró su propia historia tras recordar que Ana venía de un convento.

-Yo robó mi primer convento cuando tener 13 años, buen botín, y monjes haber funcionado bien como esclavos-sí, en su cabeza, estaba convencido que era una anécdota digna de ser contada y alabada.-Luego volvi a casa, antes se llamaba Suecia...y creo que ahora también llamarla del mismo modo, años despues, Jarl solicitar a Freyr por que siempre se me dió bien robar las cosas, para unirse a siguiente incursión.-En la sociedad de Freyr, estaba perfectamente bien visto robar e incluso asesinar, siempre y cuando no fuese hacia otros vikingos, por lo que sí, la gente de Freyr no tenía mucho reparo en matar cristianos. -Llegamos a ciudad Sevilla, en el año 847, y las cosas no podían ir mejor, yo nunca lograr matar, Jarl me consideraba debil en ese aspecto, y yo no poder replicarle al gran jefe, solo fingi un par de veces haber matado a unos cristianos que se rehusaban a dar su oro, pero los mató mi mejor amigo, nuestro Jarl creyó ser buena idea permanecer más tiempo ocupando Sevilla, pero ejercito enemigo venir, segun la Wokapedía al mando de su jarl Isa ibn Shuhayd , derrotaron y apresarnos a todos los eer...como nos llamaban...ah si, "normandos", yo preferir vikingo, tiene más gracia, todos mis amigos mios murieron colgados o decapitados, yo siempre haber sido el más pequeño de excursiones, habia cumplido apenas 16 años, asi que me vendieron como esclavo, y tras dos años de malos tratos, cuando cansarse de Freyr, y antes de que fuera colgado, la señorita de cabello de oro y el señor mal encarado me rescataron, y aquí estoy.- terminó Freyr omitiendo la parte de todas las perversiones y abusos sexuales a los que fué sometido en aquellos dos interminables años de encierro y tortura.

Luego como apesar de ser un poco bruto, tenía bastante sentido común, supuso que su pasado sangriento y de robo alarmaría a más de uno, asi que para calmar las aguas, mostró una encantadora y radiante sonrisa que dejó visibles los blancos y parejos dientes del muchacho antes de decir -A mi siempre me gustaron mcuho los cristianos, por eso Freyr no matar nunca, ni violar, solo robaba sus cosas..Ana yo vivo en ministerio, me prohibieron volver a mi época..porque bueno, no es dificil distinguirme, y porque dicen que "recluta bajo riesgo mortal".- comentó al respecto del departamento de Ana.

Cargando editor
05/02/2018, 22:37
Alma Cruz de León

Me había distraido un poco con el móvil. Resulta que había llegado no se qué  noticia de un terremoto en Mexico. En directo, en el aparato. Es fascinante este nuevo periodismo, la alta competitividad y al fin y al cabo, la repetición hasta la saciedad de la misma noticia en bucle, bajo las mismas imágenes, porque ¿para qué nos vamos a engañar? La información, al igual que el tiempo, es la que es. 

- Perdonad, me distraje. Esta vida moderna - dije despreocupada tras escuchar las dificultades que tiene el sueco para comunicarse - Yo me llamo María del Alma Cruz de León. Y por favor, no bromeeis con el nombre, que no es nombre de monja, ni de cruzado, ni de rey medieval ni nada por el estilo- suspiré - Es que mis padres tuvieron que conocerse y casarse. Con esos apellidos - dije, renegando - .. pero peor lo tiene mi prima - reí - Mis amigos me llaman Alma a secas. O eso lo hacen mis amigos del ´81 

Les miré, al darme cuenta del error. ¿Qué 81?

- 1981 - completo - Y .... soy una muchacha normal y corriente de las que hay hoy día. Estudié derecho en la universidad y trabajo para un periódico. Y me reclutaron porque... estaba en el sitio equivocado en el momento equivocado. 

Pensé en lo que proponía Ana, pero, me gustaba vivir en mi año. ¿Me iba a perder lo que llamarían la movida? Creo que si me iba a 2017, las penurias iban a ser mayor. Eso si... esta tecnología es una pasada. 

- ¿Podemos tutearnos? Ya no se cuales son las reglas de cada año y estoy algo... em... confundida con el trato de cada uno,

Cargando editor
10/02/2018, 11:32
María de Arburu

Durante la mayor parte de la conversación, María se limitó a ser más que estar. Escuchaba a sus compañeros hablar sobre chocolate con una fuerte sensación de irrealidad, como le había ocurrido en más de una ocasión desde que llegara a aquella época. Todo se le antojaba diferente, ya no sólo el entorno o las conversaciones sino la esencia de las personas, como si todo el mundo estuviera más desinhibido, como si, en definitiva, fueran más libres.

Incluso alguien había propuesto hacer una foto, algo que le producía una terrible inquietud pues cada vez que veía a su persona capturada en esos lienzos brillantes llamados pantallas le daba la sensación de que de algún modo era prisionera y que en algún momento eso le pasaría factura.

Por suerte, la conversación viró hacia temas más mundanos, o lo que era lo mismo, sobre sus épocas respectivas. Escuchó a Ana, a Freyr e incluso a Alma demostrando una vez más que en esa época las mujeres tenían algo más que hacer que defender su virtud, casarse y criar hijos.

- Yo vengo del mismo siglo que Ana - cuando hablaba lo hacía casi con cautela, tratando de que su lenguaje no la delatara, tal como le habían enseñado. Además, Alma les había pedido que se tutearan -. Tengo una niña pequeña, Eugenia, pero me acusaron de brujería y me iban a quemar en la hoguera cuando me rescataron - obvió completar su historia. No quería hablar de su marido quien nada la había querido, ni siquiera de las torturas y el tiempo encerrada que casi le hicieron perder la cabeza, encerrándola en el ostracismo actual en el que se hallaba -. Juro que no practico las malas artes, fue todo un ardid de alguien despechado - añadió al pensar que ahora podrían temerla, para acabar por decir -: Yo puedo compartir casa, Ana, tampoco puedo volver a mi época, podrían quemarme.

Cargando editor
13/02/2018, 18:25
Francisco Ruiz de Córdoba

Al parecer, llegados a aquel punto, algunos habían decidido contar su vida a los demás. Algunos tenían historias más interesantes que otros. Torció el gesto ante los comentarios de los monjes esclavos del pequeño hombre rubio mientras un pinchazo recorría las cicatrices de su espalda.

Se mantuvo en silencio mientras cada uno relataba acontecimientos de su vida. La suya no era ni siquiera relevante.
Enarcó una ceja cuando María habló. Al parecer no era el único que había sido perseguido por fanáticos religiosos. Maldito siglo XVII...

-Al parecer somos varios los que estábamos deseando abandonar la misma época. Me trajeron desde Toledo en el año 1607- dijo lacónicamente -Soy... era artesano-.

Esa fue toda su biografía.

Acababa de conocer a aquella gente y no confiaba en ellos, no confiaba en nadie de su época, mucho menos de aquel extraño lugar.

Cargando editor
16/09/2018, 14:50
Carlos Santiago Sotomayor

Por ser el primer día, Carlos llegó con mucha anticipación a la sede; todavía faltaba casi una hora para la reunión pautada, de manera que se alegró saber que había una cafetería en el mismo edificio. Aunque le indicaron cómo llegar, fue necesario preguntar un par de veces más antes de encontrarlo ''Ni el mismísimo Dédalo pudo haber construido algo tan enrevesado''

El sitio estaba bastante concurrido y, en algunos casos, hasta parecía una fiesta de disfraces de época, el más llamativo de todos un hombre de pelo azabache enrulado, bigotes rizados, vistiendo un atuendo del 1600, todo negro con una enorme Cruz de Santiago. Algo en sus facciones le resultaba familiar, pero no consiguió ubicarlo.

No conocía a nadie. Las personas que lo entrevistaron no estaban o, al menos, no las divisó en el breve vistazo que dio buscando mesa. Lamentablemente, no vio ninguna mesa disponible, así que se dirigió directamente a la barra. 

- Buen día .... ¿podría ser un café en jarrita? Gracias - era temprano, no hacía mucho que había desayunado, pero la dosis de cafeina tenía que ser reforzada. Se sentó en un incómodo taburete alto, dispuesto a esperar.

Notas de juego

No agrego más porque no sé quienes están todavía en el bar y quienes ya salieron.