Partida Rol por web

Abraham se quedó congelado durante un minuto bastante largo...- ¿Usan mi libro?... dijo de forma retórica en verdad ...entonces, llegó a unas manos buenas...lo que ví era cierto...en mis pruebas... hizo caso omiso de la entrada de Carlos en la estancia, así como el hijo que se apoyaba en la piedra, no parecía entender nada en absoluto ...vienen de adelante...¿Castilla ganó su guerra contra los nazaríes?...¿llegó la ayuda de los de Bizancio?, ¿saben cuanto puede viajarse hacia delante?.

-Me temo que esas preguntas carecen de sentido si no le ayudamos señor Levy. El acontecimiento más importante por ahora es usted. - Además que no sabía como resolverle aquellas dudas, si bien es verdad que casi venía del mismo tiempo que ahora estamos, la historia no era mi fuerte, y menos la "historia futura" - ¿Quién sabe si no conseguimos ayudarle si esos acontecimientos se desarrollarán como acontecieron o cambiarán para favor de nuestros enemigos.

Desde la calle, al lado de la puerta de la casa de Abraham levy,  Marcel, podía seguir la conversación del interior sin dejar de tener un ojo puesto en el exterior por si aparecía alguna sorpresa. Tenia confianza ciega en Francisco, por lo que al trato humano con su anfitrión suponía, y también la extraña sensación que su nuevo compañero era de fiar. 

-Mi compañero tiene razón señor- añadió a las palabras de Fernando tratando de zanjar el asunto -Si no os mantenemos con vida y entregamos el libro no sabemos que repercusiones puede tener- dio un paso hacia Levy y bajó un poco la voz.

-Alguien quiere el libro y no creo que sea con buenas intenciones, si no, no habría utilizado la violencia para tratar de conseguirlo. Debemos poneros a salvo a vos y al libro. Debemos llevarle ante la reina cuanto antes- apremió al rabino.

No sabían si el asesino actuaba solo, ni si en estos momentos estaban observándolos, había que actuar rápido.

Carlos observó la escena a medida que se desarrollaba. Era su primera misiòn y no quería estropearla haciendo algo indebido. ''¿Si digo lo que no debo ... qué repercusiones puede tener en la Historia?'' De pronto, todas las disquicisiones sobre la influencia y relevancia de la acción de los individuos o del determinismo de la incercia social, que tan abstractas les pareció en la Universidad, se mostraban como cuestiones muy concretas y de indudable significación práctica. ''Mejor intervengo lo menos posibles y sigo a los más experimentados''

Sin embargo, le sorprendió la pregunta sobre la ayuda bizantina. La antigua Constantinopla hanía caido hacía casi cuarenta años, tiempo suficiente para que un hombre, un erudito como sin duda era Abraham, conociera la noticia. ''Salvo que se refiera a los ducados remanentes''; recordaba que algunos territorios bizantinos habían resistido un poco más, incluso bajo el dominio veneciano o aragonés ... pero esos sitios tendrían sus propios problemas.

- ¿Tienen idea a qué se refiere con eso de 'ayuda de Bizancio'? - le preguntó, todo por lo bajo que pudo, a uno de sus compañeros.
 

- ¿Mi libro no llegará a la Reina?... dijo reflexivo ...su Majestad está inmersa en un mar de preocupaciones...el último Reino en manos musulmanas está a punto de caer y ella viaja en consecuencia, si quiera sé si estará en el castillo y sino lo está no creó que pueda confiar...pero vienen ustedes de más allá...¿no saben cómo pasarán las cosas, puedo fiarme de la Reina?...si algo corriese peligro lo mejor sería quemar el libro y yo con él...

El hijo no resistió más y se marchó por la puerta enfadado, sorprendiendo a Marcel tras la puerta, aunque lo ignoró por completo y se marchó...Abraham ni le dirigió la mirada dos veces.

Aquel hombre hacía demasiadas preguntas. Francisco le entendía. Un erudito con una información sin parangón en el mundo tenía que volverse paranoico a la fuerza. Si a este hecho se le sumaba cuatro desconocidos que decían venir del futuro para salvarle de un asesino que le rondaba, lo más normal era que tuviese cuando menos una posición defensiva.

Pero aún así se le acababa el tiempo. Si le estaban buscando su casa sería el primer lugar al que acudirían los que pretendían acabar con su vida.

-Somos la prueba viviente de que lo que hacéis es lo correcto. Nuestra organización trabaja directamente al servicio de la corona- obvió todo aquello de España como un solo reino, ministerios y demás detalles que solamente desencadenarían una nueva avalancha de preguntas.

-Destruir el libro no os salvaría ni a vos ni a su familia. Ni a toda la gente que nuestros compañeros han salvado en todas las épocas de aquí al dos mil dieciocho, imaginaos cuanto bien hará vuestra contribución a la humanidad- lisonjeó.

-Ahora debemos irnos en busca de la reina, primero al alcázar- utilizó adrede la palabra derivada del árabe en lugar de castillo -y en el caso de que no se encontrara allí descubrir su paradero. Cuando el manuscrito esté en su poder estará a salvo-.

- ¿Y qué haríamos si eso no fuera posible?...si está fuera...y no...

Parecía estar un poco consternado por la situación, desde le interior podían ver por la puerta abierta que Marcel estaba allí esperando, o...al menos que había estado intentado espiar tras de la puerta...técnicamente no parecía que le hubiese ido muy bien.

-Será posible - respondí al rabino - Confienos la parte de llevarle sano y salvo ante su majestad. Mientras mi espada aún esté en mi mano no habrá hombre capaz de tocarle un solo pelo. Y en cuanto lleguemos con su majestad, nuestro amigo Francisco se encargará de conseguir que le protejan. Como el mismo ha dicho, vos sois muy valioso para los tiempos venideros, vos y su libro. - mientras le hablaba de aquella forma, tenía mi mano en la empuñadura de la espada, mostrando así una gran confianza en cada una de mis palabras

-Pero debemos salir pronto. El enemigo no tardará en buscaros, e imagino que su casa será el primer lugar donde vengan a buscaros. - Miré a Francisco para que me respondiera una simple cuestión - Su familia también debería venir con nosotros ¿No es así?

Marcel se fue acercando a la puerta de la casa para poder seguir el diálogo que sus compañeros mantenían con Abraham, pero, por alguna estaña sensación, no podía dejar de vigilar la calle. Todo estaba demasiado tranquilo y para él eso no era bueno...

Por todos era bien conocido que los judíos disponían de infinidad de contactos y escondrijos entre los de su gente para ocultarse en caso de persecución, por lo que la posibilidad de llevarse a toda la familia de Levy, que por otro lado ni siquiera sabían donde estaba en lugar de ocultarla se presentaba más como un lastre que podría arruinar sus planes.

Como era lógico no iba a decir a aquel hombre, a todas luces fuera de sí que su familia era un estorbo para ellos pero no estaba dispuesto a cargar con ellos por media ciudad y quien sabe si por medio país.

-Es mejor que la familia se quede a salvo con su gente. Será más fácil pasar desapercibidos si somos un grupo reducido- contestó a su compañero.

Después miró con desesperación al rabino.

-Ahora, tenemos que irnos. Cada instante que pasa puede suponer la diferencia entre el éxito o el fracaso de nuestra misión- recordó el encontronazo con los piratas y un escalofrío le recorrió la espalda. No quería alarmar al anciano, pero cada segundo que esperaban aumentaba sus posibilidades de ser atacados.

- Rabí - dijo Carlos, mostrandose respetuoso para con el anciano - Estamos aquí ... venimos de un tiempo que, para usted, se encuentra en el futuro. Es la prueba que Su Majestad la Reina obtuvo el libro. Pero el destino no está escrito y seguramente comprenderá que, mucho de lo que sabemos, no podemos decirlo o las ramificaciones serán catastrófica. - Por un momento, pensó en explicarle el efecto mariposa, pero lo deshechó.

- Imagínese una partida de ajedrez ... ¿cuántas combinaciones existen? Sólo con los primero dos movimientos podemos tener cuatroscientas salidas distintas!!! Por eso debemos darnos prisa: si no podemos hacer que lleve su libro a la Reina, toda la Historia, tal como la conocimos nosotros ... - y señaló al resto de los miembros del grupo - podrá cambiar y alterarse.

''Aunque no puedo decir si esas alteraciones potenciales serán para mejor o para peor'' ... pero eso prefirió callarlo.

Tras la invitación a partir Levy confía en los agentes y les cuenta la idea que estaba programada, pero un vecino de Levy al verlo partir le cuenta que tiene una salida más asegurada ya que conoce la relación con la realeza por tanto se debe salir cuanto antes para reunirse con un secretario de los Reyes Católicos en Córdoba. Levy contaba con realizar el viaje con un carro prestado por un amigo comerciante. Servirá para transportar a los miembros del equipo. Al tratar de salir de Toledo pasarán por un barrio cristiano, es un paso bastante estrecho por tanto la huída no es posible y el trazado húmedo y empinado de la calle puede traer complicaciones, donde una pandilla de marrulleros que los han visto salir de la judería pretende recordarles cuál es la verdadera Fe y que los judíos deben pagar por haber asesinado a Cristo (Como saben los agentes los rabinos son importantes símbolos de la comunidad judía. Serán cuatro los asaltantes.

Después de algunas idas y venidas, de algunas dudas, Abraham ha conseguido un carro de un comerciante amigo. Pero los problemas no terminan y, al llegar a un barrio cristiano, cuatro pandilleros le cortan el paso, realizando comentarios insultante hacia Levy por su pertenencia a la fe judáica. Los horrores de la Shoá aún estaban frescos en la época de Carlos ''¿Cómo decirle al rabino que se pondrá peor en cuatro o cinco siglos?''

Cautelosamente, con todo el disimulo que pudo reunir, llevó su mano a la empuñadura de la espada. ''Parece que no será solo un adorno ceremonial'' pensó con tristeza. Evita todo lo posible cualquier ademán brusco, hasta no estar seguro de las intenciones de los gamberros

Estaba siendo un trayecto bastante tranquilo.

No hablaron mucho, ni siquiera Marcel, al que era tan difícil hacer callar, pero en general el ambiente estaba bastante calmado hasta que aparecieron aquellos hombres increpando a Levy, hablando de venganza divina.

Sabía que a primera vista no era fácil identificar que era musulmán, pero estaba claro que si alguno de ellos se percataba el también sería el blanco de los insultos y quien sabe de que más, por lo que no dudó en desenfundar su daga, aunque recordando el incidente con los piratas, al primer indicio de que su hoja no era suficiente descerrajaría un tiro en el pecho a cualquiera de aquellos que se le acercase.

El trayecto estaba siendo bastante tranquilo, aunque no bajé la guardia ni un momento. En tierras como estas era dificil viajar con tranquilidad

Pero no fue en el trayecto sino en el barrio cristiano cuando aparecieron los problemas. Sonreí cuando unos pocos y tontos marrulleros vinieron a provocarnos para que Levy se fuera de aquí o bien para matarlo. Acto seguido saqué la espada para evitar que avanzaran - Si vais a soltar amenazas por vuestras bocas, que por lo menos tengais coraje de intentarlas y no sean simple movimiento del viento. - Contraataqué a sus palabras con las mías dispuesto a enzarzarme en una pelea y mirando a Francisco para que, si tuviera que hacerlo, huyera llevandose a Levy

1º Fernando* - 18

2º Carlos* - 18

3º Marrullero 4 - 17

4º Marcel - 16

5º Fernando - 15

6º Marrullero 1 - 14

7º Marrullero 2 -14

8º Marullero 3 - 8