Partida Rol por web

A tu espalda escuchas estas palabras, dirigidas a ti. La voz te resulta familiar.

¿Qué desea vuecencia de mi persona? Es decir, si es a la mia persona a quien buscais, por supuesto...

Entro en la celda de Ramiro, pero la encuentro vacía. No parece que haya dormido allí. De pronto, una voz a mi espalda me sobresalta y pego un respigo.

- Ramiro, me asustaste - contesto mientras me giro hacia la voz, suponiendo que no puede ser nadie más el que se encuentra en la celda - ¿a quién más voy a buscar en tu cuarto?, quería hablar contigo sobre lo que ocurre en el monasterio -

Se da la vuelta la figura y ves que se trata de Tomás:Ramiro, me asustaste.¿A quién más voy a buscar en tu cuarto?, quería hablar contigo sobre lo que ocurre en el monasterio -

Se trata de Ramiro

¿Tomás aquí? Vuelvo a ponerme nervioso, igual ha pasado algo... Por suerte, sus palabras me tranquilizan. ¿Yo te asusté? Jaja, ¿y el susto que me has dado tú? Me dirijo hacia mi cama y me siento. Bien, Tomás, ¿qué aflije vuestra alma? ¿Qué pensais que ocurre aquí?

- Lejos de mi intención estaba asustarte - le conteste, más tranquilo ahora que podía verle - En verdad no sé qué está sucediendo mas non me credo al abad. Fuistete muy raudo después de la cena et non escuchaste la conversa, pero ni Gundane ni Erramun parecen querer hacer nada al respecto -

- Vine a verte para saber si seguías interesado en escabullirte et que intentemos encontrar que ocultan -

Non comenté nada por miedo que la mia vista me eatuviera faciendo una jugarreta, mais tras la cena me pareció ver, al venir a las nuestras celdas, una fermosa hembra desnuda. Sin embargo, he intentado encontrar a la mujer y ha sido en vano.

Pero igual que el filio del hombre aquel, apistaría que sí la vi... Así pues, vamos, igual con tu ayuda encontremos algo...

Estoy en la puerta, así que si Tomás viene, ya podemos ponernos en marcha.

- ¿Una mujer desnuda en el monasterio? - pregunte sorprendido - daquesta fuera una buena razón para que no quisieran que estuviéramos aquí, más non credo que este abad fuera el primero en estar amancebado -

Aunque una vez fuera de la celda debiéramos guardar silencio, por aquello de no llamar la atención, no pude evitar preguntar al salir

- ¿Al filio de que hombre te refieres? -

Olvidaba que vos estabais amancebado en ese momento susurro. Cuando estábamos en la posada, llegó un hombre malherido que afirmó buscar a su filio, que se alojó en aqueste monasterio. Ese filio dijo que veía mujeres desnudas corriendo por aqueste lugar. Y, un mes después, al abad le mandó una carta diciendo que su filio había muerto por un ataque de locura en el que se marchó al frío exterior, siendo atacado y medio devorado por lobos.

Me respigue al oírlo, bueno y yo pensando que anoche no se habían dado cuenta de porque me había ausentado en la posada. Espero que Gundane no fuera tan avispado, o si no me parece que mi tiempo de penitencia aumentaría.

Luego pensé en su siguiente frase, mujeres desnudas corriendo por el monasterio, ¿y cómo yo no había visto ninguna?

- Bien, vayamos a buscarlas entonces, ¿por dónde empezamos? - dije

Sin rastro de duda, nuestro origen debiera ser allí donde creí verla. Más allí miré y no vi nada, pero igual los nuestros ojos ven algo que pasé por alto. Me encojo de hombros.

En realidad solo fue una vez: miré y estaba, volví a mirar y había desaparecido. Así pues, no soy fiable.

Empezáis a buscar por el monasterio y no hay pista alguna. Todo permanece tranquilo, quizás sea la calma que precede a la tempestad.....o que aquí no hay nada. El asunto es que ya parece que todo se da por perdido y estáis por volver a vuestras celdas.

Y en ese momento, de nuevo por el patio ves a la mujer desnuda. Parece que te ha visto, su belleza pese a la penumbra se antoja inhumana....o quizás es lo que tu mente te hace creer. Te mira, te sonríe y se pierde en dirección a la celda del Abad.

Me quedo parado, mirando la irreal belleza que está fuera, en el patio. No es hasta que se aleja que puedo girarme y mirar a Tomas, con los ojos abiertos de par en par y el corazón latiendo tan fuerte que siento los latidos en mis sienes.

[i]La... la he visto, a la mujer desnuda... Estaba en el patio... e iba a la celda del abad... Dios, era una visión... tan fermosa... tan angelical... Miro a Tomás, sonriendo. Vamos a la celda del abad, por asegurarnos, aunque creo que ella me vio y, seguramente, haya huído.

Iniciamos la búsqueda, pero al igual que en mi paseo de la tarde, no encontramos nada relevante. Cuando ya íbamos a renunciar y volver a descansar, Ramiro afirmo haber visto de nuevo a la mujer.

Me giro hacia el patio intentando verla, pero allí no hay nadie, ¿se la habrá imaginado?, con este frio resulta difícil pensar en una mujer desnuda al aire libre.

- Vayamos pues - le digo - no nos cuesta nada comprobarlo -

Llegáis a la celda del abad. Está cerrada. No hay ni rastro de ninguna mujer. Está oscuro, hace frio.

Escuchas dos voces dentro, una femenina. Parecen divertirse.

Miro a Tomás. [B[Esto es lo que aqueste hombre decía de su filio, que veía hembras desnudas pero nunca las encontraba. ¿Me volveré yo también ido como él?[/b]

Miro a nuestras celdas. Ahora non sé me hace descabellado alejarnos de aquesta zona... Inicio el camino de regreso.

- Ver yo no las he visto, amigo Ramiro, mas sin duda oyese la voz de una mujer dentro de la celda et non está sola. Acércate aquí et escucha - le respondo mientras se aleja

Arrimo el oído a la puerta intentando escuchar algo más

- Ahora bien, ¿qué facemos?, ¿interrumpimos al abad para encontrarla? - susurro

Qué hacer, no es plato de gusto interrumpir a alguien, pero el Abad no ha sido precisamente amable.

No merece respeto tras el modo de tratarnos... y eso nos confirmaría que las visiones del filio de aquel hombre eran ciertas, y que las mías también... Por mí parte, estaría dispuesto a entrar.