Partida Rol por web

Me estaba regocijando con sorprender al abad, cuando al abrir la puerta de su celda vimos que estaba solo en el interior. ¿Pero cómo era posible?, aún se oía a la mujer cuando volvimos y no parecía haber ninguna otra forma de entrar en la celda.

Mire sorprendido de nuevo dentro de la celda y luego a mis compañeros pensando que podía haber pasado y recordé lo que me había dicho Ramiro sobre las mujeres.

- Abad, es importante que falemos - le dije tranquilo intentando calmarlo un poco - nos han contado de graves problemas en el monasterio et non podemos marchar sin poder aclararlos -

Poco más podía contar de lo que el viejo había dicho de su hijo, pero esperaba que mis compañeros continuaran con la conversación.

¿Y tiene que ser dicho en mitad de la noche? No señores míos, lo que tengan que decir puede esperar a mañana, ahora hagan el favor de dejarme dormir.- parecía que no le hacía mucha gracia que le despertasen en mitad de la noche y las palabras de Tomás no parecieron convencerle.-¡A las buenas noches!-dijo cerrando la puerta y dejandoos con un palmo de narices.

- Non entiendo que acaba de suceder - les susurre a mis compañeros después de que el abad cerrara la puerta – puedo jurar que la mujer estaba dentro, ¿do pudo haber ido? -

- Bueno - continúe aliviado - al menos se ha quedado en una leve reprimenda, ya veía al abad echándonos a la tormenta en plena noche -

Ramiro hace gestos para apartar a sus compañeros de la puerta y habla bajito.
-¿Pudiera aquesta mujer haber salido cuándo fuímos en vuestra busca?- Pregunta Ramiro, que no puede sacarse la visión de la cabeza.
-Vayamos fuera. Si aquesta mujer vino al monasterio por algún medio, a buen seguro fizo huella en la nieve. Si nada trovamos, por fijo hallarase en el monasterio-
El celo Ramiro en querer buscar a la moza, no sólo está motivado por una tímida lujuria, sino también por no querer pasar por loco ante sus compañeros.

Erramun esperó la intervención de Gundane, como organizador de aquel grupo y mayor autoridad religiosa para interpelar al abad. Aunque por otra parte, al observar con sus propios ojos que nada había en las dependencias del superior del convento, aparte de su propia presencia, quedó un poco descolocado. ¿Pues no habían dicho estos dos que se encontraba en evidente amancebamiento con una mujer, que habíanlo oido perfectamente?

Ante lo descolocado de la situación y la falta de reacción del resto, el abad no quiso dar pie a seguir manteniendo aquella intromisión en su descanso a tales horas, y les cerró la puerta en sus mismas caras. El infanzón se giró para observar a Ramiro y Tomás, con una mirada que exigía explicaciones ante lo que acababa de pasar. Pero antes de poder abrir la boca para pedir esas explicaciones, ellos mismos se habían adelantado para darlas. De ambos, Ramiro era el que demostraba un planteamiento más práctico para tratar de encontrar entendimiento a la confusa situación que acababan de experimentar.

-Tiene sentido lo que decís, Ramiro. Si a Gundane le parece bien, otear el exterior es una buena manera de descartar que la misteriosa mujer haya podido huir. Entonces solo quedaría registar bien el convento sin dejar vías de escape sin vigilar.

El infanzón no tenía ganas de escuchar nuevas teorías sobre espíritus o demás seres fantasiosos como explicación a la situación de la mujer misteriosa.

Seguísteis buscando rastro de la mujer, no parecía estar por el monasterio. Fuísteis fuera después de abrir la puerta y por allí buscábais un rastro, unas pisadas.....algo que demostrase que la mujer había venido. Pero aparte de frío y nieve nada encontrásteis. Parecía cosa de magia, tal vez lo fuera. O puede que Ramiro y Tomás hubiesen visto y oido no fuese cierto. La única verdad es que allí fuera hacía un frío de mil demonios, que ya se acercaba la hora de que los monjes se levantasen y que salvo Gundane y Erramun no habíais pegado ojo en toda la noche.

Por más vueltas que dimos no encontramos nada. Si hubiera estado yo solo cuando oí a la mujer estaría dudando ahora que no me lo hubiese imaginado, más Ramiro estaba conmigo y la había visto también. No sé qué estaba sucediendo aquí pero era muy raro.

El cansancio se empezaba a notar y comenzaba a amanecer, fuera hacia mucho frio y esperaba que con la interrupción al abad por la noche, éste no nos echara en la mañana sin escucharnos si quiera.

- Compadres, pronto tocaran maitines - les digo - visto que no encontramos nada, yo creo que debiéramos volver a las celdas, non se dé que humor estará el abad cuando se levante, más gustariame dormir un poco antes de que venga a buscarnos -

Avance en dirección a las celdas, convencido que mis compañeros me seguirían

Después de que la comitiva deambulara largo tiempo tanto por los pasillos y otras zonas del monasterio sin hallar ningún rastro o indicio que delatara la presencia de la misteriosa mujer, decidieron asomarse al exterior. Otearon los alrededores, pero no había ninguna marca sobre la nieve, ninguna huella que delatara el paso de nadie por los alrededores de las puertas y otras zonas cercanas al edificio. ¿Estaremos persiguiendo espíritus y fantasmas?

Erramun apartó con rapidez aquel pensamiento de su cabeza. Aquellas cosas solo eran personajes de cuentos absurdos para asustar a los niños. Empezaba a concluir que había surgido algún tipo de malentendido que sus dos compañeros habían interpretado de aquella manera, pero no tenía intención de decirlo para incomodarlos o que pensaran que les estaba tachando de locos o algo por el estilo. Podría pasarle a cualquiera...

-Razón tenéis, Tomás. Antes de seguir perdiendo el tiempo vagando de un lado para otro, yo también creo que intentar descansar lo poco que podamos es mejor opción. Tal vez lo mejor que nos pueda pasar es abandonar este lugar donde tan mal se nos ha tratado y todo es tan extraño dentro de unas horas.

Llegados a este punto, el infanzón empezaba a perder la curiosidad por lo que pudiera suceder en aquel extraño monasterio. Puede que las reclamaciones de Gundane ante el trato recibido allí, llevaran a indagaciones que destaparan algunas de aquellas cosas que no les terminaban de encajar.

Ramiro nada dice, y sigue mansamente a sus compañeros hasta la celda, donde queda pensativo y permanece en silencio.
-¿Et si fazemos noche una vez más, et fazemos guardia escondidos frente a la puerta del abad? Aquesta noche non pillárenos de improviso. Et mientras tanto, durante el día, he de encontrar la manera de rebuscar en la celda del abad..¿et si fuessen brujerías?

Viendo que no había nada que encontrar, o de haberlo podía ser producto de vuestra imaginación marchásteis a dormir. Vuestros sueños fueron inquietos y os costó dormir, pero algo lograsteis descansar.

Por la mañana uno de los hermanos os vino a buscar por si queríais uniros a ellos en la oración. El día parecía normal en el monasterio. Orar, trabajar y poco más.

Llegado el momento fuisteis a almorzar al comedor con todos los frailes. El abad presidía la mesa cómo era costumbre y ni os miró. Terminado el almuerzo os acompañó un hermano a vuestras habitaciones y al rato llegó el abad. Venía con dos cartas lacradas que entregó a Gundane.

​Entregad esto a la diócesis de Navarra. En esta carta se explica el tema de los pagos y cómo fueron satisfechos.....esta otra explica vuestro comportamiento inapropiado en el monasterio, espero que si sois hombre de honor entreguéis las dos.  ​- dicho esto se dispuso a marcharse mientras un hermano se quedaba para asegurarse de que hacíais vuestro equipaje y os marchabais. Si queríais probar lo que propuso Ramiro era este momento o ninguno.

Conseguimos descansar un poco después de la aventura de la noche, y la mañana parecía bastante tranquila y sin incidentes. Volvimos a ver al abad durante el almuerzo, pero éste nos ignoró y no me pareció buen momento para recordarle la conversación pendiente de anoche. También esperaba que fuera Gundane, como enviado de la diócesis el que tomara la iniciativa, ya que suponía que le hiciera más caso como responsable del grupo.

Cuando vino por las celdas a echarnos me sentí bastante ofendido, ¿comportamiento inapropiado?, ni siquiera se molestó en intentar averiguar cuál era el problema que le habíamos mencionado.

No me dio tiempo a contestarle antes de que se fuera y tal vez fuera mejor así, sino seguro que mi penitencia se volvería a alargar por faltarle al respeto.

- ¿Et vamos a irnos así como así? - pregunte - yo digo que fagamos lo que Ramiro propuso anoche -

Erramun tiró de templanza para mantener la lengua quieta, y tal vez sus manos también. Su experiencia le recordaba que nada de provecho podría sacar de montar una escena en esos instantes ¿pero acaso no había osado aquel abad dar lecciones de comportamiento y honor? A pesar de su calma aparente, la sangre le hervía por dentro. Observó como Gundane recibía las misivas del superior con aparente estoicismo. Sin duda habrá sacado las mismas conclusiones que yo.

Fueron aquellas sensaciones de impotencia las que espolearon al infanzón a cambiar de idea, y pensar que todavía debían hacer algo por aquellos lares antes de marchar y obviar todo lo que había sucedido en los últimos días sin más.
-Estoy con Tomás.-Dijo mientras apoyaba una mano sobre el hombro de su compañero.-Después de semejante despedida, no pienso dejar pasar la oportunidad de resolver algunos de los misterios que entre estas paredes se encierran. Ramiro, ¿tenéis alguna idea sobre como hacerlo?

Preguntó al goliardo por los planes, puesto que la idea inicial había surgido del joven.

-Propongo pues fazer guardia entre las sombras a ambos extremos del extremo del claustro donde quedan los aposentos del abad, e que llevemos mantas para atrapar a la doncella, por si apareciere desnuda, tal como yo la vi la noche pasada. Por si acaso pidiera auxilio, propongo también atrancar la puerta de la celda del abad desde fuera, más no ocurréseme como. Creo también ir a rezar por el éxito de aquesta empresa a la capilla, e traer agua bendita en dos recipientes e crucifijos, ca bien pudiera ser una bruja, o aún peor, una criatura infernal de engañosa inhumana belleza. -

-Cof,cof,cof......mucho me temo señor Abad que debo haber cogido fiebres y no me encuentro bien, poco acertado me parecería echarnos a los caminos en semejante situación-dice Gundane simulando malestar, y que viendolo parece que las tiene.--Si no hay inconveniente nos gustaría pasar alguna noche más hasta que se resuelve la calentura. Siempre y cuando a vuestra merced le parezca bien. De las misivas no tengáis inconveniente. Pues soy hombre de honor y entregaré las dos, no sin explicar de mi puño y letra el trato recibido por vuestra merced.-Con esto concluye Gundane su discurso, en lo que parece un pulso entre ambos hombres, pero esta vez parece que se ha decantado de parte de Gundane

El abad parecía molesto, pero no os lo hizo saber-Sea, no se dirá que no somos buenos cristianos. Guardad cama y mejoraros esas calenturas....mandaré a un hermano a que os haga las sangrias correspondientes para que vuestra merced mejore lo antes posible.-Dicho esto se despidió y os dejó hablar a solas.

Ramiro propuso su plan, que consistía en seguir la sombra de una mujer muy bella e intentar atraparla. Pero claro, hasta la noche no había nada que hacer. De modo que poco hicísteis más que descansar, comer y el quiso unirse a las oraciones. Gundane guardaba cama, donde le sometieron a sangras con sanguijuelas para sacarle las fiebres de dentro.

Llegada la noche os dispusísteis como dijo Ramiro y esperásteis......