Partida Rol por web

Principios de 2000, el mal llamado primer año del tercer milenio. Países Bajos, línea ferroviaria Zevenaar-Rotterdam, la Betuweroute(1), unos 150km de línea más que transitada por un centenar de trenes a la semana. Es de noche y aunque no sabes la temperatura exacta, hace un frío del carajo.

Llevas desde antes de navidades siguiendo a tu nueva presa, el sujeto семь, un antiguo residente de lo que antaño fuera un campo de concentración de Mangazeya (Siberia occidental) y que se convirtió, si cabe, en algo peor. El hombre ha resultado una presa singular que a diferencia de los otros dos que ya has conseguido cazar(2), además de ser un psicópata, es lo suficientemente espabilado para estar siempre en movimiento. Y vaya si se ha movido. Sigues su rastro desde Siberia y hasta hace unos días había conseguido recorrer más de 4.500km, llegando al mismísmo Berlín. Y el rastro no es bonito de seguir: un rastro de personas semi-devoradas, medio-convertidas en... bueno, deshumanizadas. A veces las ha transformado en plantas, otras veces en bestias, incluso en reptiles o anfibios. Parece haber desarrollado cierta debilidad por las escamas. Y también has descubierto su medio de transporte favorito: el tren. Has estado cerca, muy cerca de atraparlo, has podido llegar a verlo con claridad gracias a tus agudos sentidos:

En un entorno tan densamente poblado y con tantísimos trenes, ha sido una pesadilla reencontrarle, pero ahora estás prácticamente seguro que se dirije a Rotterdam por la Betuweroute, desde la frontera alemana en Zevenaar (Gelderland). Es el tren que acaba de salir por el andén 2. Ahora la cuestión es: ¿cómo le darás caza?(3)

Sale del coche con lo puesto, tampoco necesita mucho más que el dinero, los papeles y sus armas... Y todo eso ya lo lleva con él. Cierra la puerta del viejo Mitsubishi Montero ya que le gustaría recuperarlo más adelante y echa a correr a pasos agigantados hacia el último vagón del tren, no era algo difícil para él, hacia ya un año que habia sido potenciado y gracias a sus capacidades físicas, podría ir hasta el destino de aquel tren corriendo si quisiese, pero no era práctico además que levantaría sospechas de la gente. Una vez a la altura del vagón, se afianza en la agarradera de metal y sube ambos pies de un pequeño salto.

Ya estaba en el tren, ahora debería encontrar a aquel peligroso mutante y ponerle freno...

La carrerita no te resulta nada complicada, alcanzando cómodamente el último vagón de un ágil salto cuando el tren ya comienza a coger algo de velocidad. Ahora viene la parte difícil: encontrar al sujeto семь y neutralizarlo. Localizarlo, en sí, ya va a ser un problema, dado que el tren tiene muchos vagones, casi demasiados. No los has podido contar, pero seguramente sean en torno a la cincuentena. Los contenedores de los vagones son los estándares de 2,40x2,40x12,19m que se emplean tanto en camiones como en trenes o barcos, de manera que entre las dos locomotoras de cabeza, el espacio de enganche entre vagones y los propios vagones hay más de 700m de tren. Esto te va a llevar un ratito...

Una vez abandonada la estación y con el tren ya a velocidad de crucero (algo más de 100km/h), fuera de la ciudad, te encaramas al techo del vagón de cola (vacío, ya te ha dado tiempo a pegar la oreja a la pared y no has escuchado nada vivo) y comienzas con tu laboriosa tarea. Un momento, ¿qué demonios hace un tipo vestido de verde encaramado a lo alto del primer vagón? No lo ves bien por la distancia y la oscuridad, pero aún así estás seguro: un tipo vestido con una especie de uniforme ceñido, dirías que verde, con algún tipo de arma... y un compañero que hace señas hacia el vagón anterior, el de la locomotora. Ambos tienen cierta dificultad para mantenerse en equilibrio sobre el contenedor. Parece que no te han visto (todavía)

Aquello era raro, normalmente los operarios del tren no se movían por los techos de los vagones a no ser que hubiese algun tipo de problema o... Polizón.

Existía esa posibilidad, que hubiesen detectado al intruso, a aquel jodido maniaco y su lista de muertos engordara con un par de nombres antes de que llegase hasta él. Se encorva hacia adelante y apoya sus manos sobre el techo del vagón, flexiona sus piernas y empieza a correr como si tuviese cuatro patas, así tendría más estabilidad.

Has avanzado unos doscientos metros hacia ellos, saltando entre vagón y vagón con la soltura que te da tu cuerpo mejorado, cuando los dos "operarios" se dan cuenta de tu presencia, gritándose y haciéndose señas entre ellos y señalándote. Pese a tus sentidos hiper-desarrollados no logras escuchar lo que dicen, pero el hecho de que claven una rodilla al suelo y se lleven al hombro el arma (un tipo de rifle no estándar que no reconoces) no parece muy buena señal. Dirías no sólo que te perciben como una amenaza, sino que además, que si sigues acercándote, van a hacer tiro al blanco contigo... y sólo dispones de 2,4m de ancho en el vagón para esquivar.

EDITADO MÁSTER: ERRÓNEO

Al ver que le apuntan con sus armas decide que es momento de ir por otro camino, entre la separación de los vagones se deja caer afianzándose a las agarraderas que los vagones suelen tener, no había un camino, pero lo abriría él si era necesario, extiende su brazo derecho hacia atrás mientras se sujeta con el izquierdo y golpea con toda su fuerza la madera del vagón.

¡Meck! Error de cálculo, siendo contenedores y no vagones, lo de ir atravesándolos va a ser un problema, aunque bueno, todo es posible... No, no, los contenedores estarán llenos de cosas, vas a armar un buen estropicio (y un buen jaleo). Si de lo que se trata es de continuar avanzando, pero no por encima ni a través de los contenedores, todavía quedan 2 vías (tres, en realidad): por sus laterales o bajo ellos. Al fin y al cabo lo has visto en mil películas, no puede ser tan complicado, ¿no?

Al ver que le apuntan con sus armas decide que es momento de ir por otro camino, entre la separación de los vagones se deja caer afianzándose a los pequeños salientes que tienen los contenedores y empieza a desplazarse por el lateral derecho tan rápido como puede, el espacio para los pies era mínimo y agarrarse a aquellos salientes era difícil, pero eso no le iba a frenar, como decian en las Spetsnaz, la motivación puede con cualquier inconveniente.

Sigues progresando por los laterales derechos de los contenedores, pasando de vagón en vagón con una seguridad pasmosa mientras el suelo se desliza bajo tus pies a más de 100km/h. Lo cierto es que tienes capacidades sobrehumanas, pero la sensación de dolor no se ha ido, así que te hace bastante poca ilusión despeñarte... Y con un pensamiento tan alegre como este es cuando te encuentras con la sorpresa de que el traqueteo de las vías, el viento arremolinado en torno al tren y la distancia que os separaban ha evitado que percibieras el acercamiento de uno de ellos hasta el último momento. Las buenas noticias son que cuando el tipejo, un hombre con una capucha verde oscura y visor en las "gafas" asoma a tu costado del contenedor, a unos 7 metros de distancia (tú ya habías avanzado unos 3m), tú ya estás mirando hacia él, de manera que no te sorprende tanto. Las malas noticias es que está semi-agazapado, cogido por su compañero para tener estabilidad, empuña un rifle de lo más raro y te va a disparar ya mismo.

Aquellos tipos empezaban a agotar su paciencia, no solo no habían dejado de buscarlo sino que ahí estaban preparados y listos para atacarle, no sabían quien era o que hacía allí pero le iban a tratar como un enemigo sin ni siquiera preguntar primero. Eso era una mala idea, pues en cuanto le atacasen una vez, él también pensaba considerarlos sus enemigos.

Y ahí estaba, de frente a aquel tipo que abría fuego contra él con aquel cacharro que se le antojaba realmente extraño. Mas le valía no fallar y matarle, porque despúes iba a actuar él y tras un ataque no se iba a refrenar lo más mínimo.

Te aplastas contra el contenedor tratando de evitar el ataque, pero un brillante haz de energía impacta en tu hombro, creando una onda de fuerza repulsora de considerable intensidad. Sólo tu perserverancia y tus músculos de acero te permiten no salir despedido del tren. Por un momento habías perdido pie y cuando logras reincorporarte un segundo después, ves que tus dedos han dejado marca en el metal del contenedor. El sicario exclama una maldición en alemán.

Ahora es tu turno.

Cogiendo todo el impulso que puede sube de un salto a la parte superior del contenedor y sin casi detenerse un instante salta de nuevo en el espacio entre contendores, golpeando con una fuerte patada a su atacante, con un poco de suerte del golpe saliese despedido del tren y quedase fuera de juego, sin morir, aunque tras recibir un disparo, poco le importaba lo que les pasase a esos cabrones. Sin embargo le gustaría capturar a uno y averiguar que hacen allí y quien les envió.

El salto sorprende a los dos sicarios, uno de los cuales también recibe una soberana patada que le hace volar hacia el exterior del tren, estrellándose, que no simplemente cayéndose, contra el duro suelo con el regalo extra de los más de 100km/h de inercia. Tal vez sobreviva, nunca se sabe, pero de momento ya no tendrás que pensar en él.

El compañero, todavía sobre el contenedor y acuclillado como estaba, titubea unas décimas de segundo, pero tras esquivar escasamente tus avances, alza su arma con el brazo derecho y dispara directamente contra tí. Y te pilla a contrapié, imposibilitándote el agarrarte a nada. Sales despedido unos tres metros por los aires, rebotando contra el siguiente contenedor, que pese al impacto que te ocasiona se convierte en el único posible agarradero antes de caer contra el suelo junto a las vías.

Me agarro de mala manera al contenedor que ha quedado con una bonita abolladura por el impacto de mi espalda contra el, lejos de haberme dolido, lo que ha hecho es enfadarme aun más, me inclino hacia adelante aprovechando que puedo hacer pie dentro de la abolladura y me impulso contra mi atacante con intención de apresarle contra el contenedor que tiene tras de sí, es hora de hacer algunas preguntas y encontrar respuestas.

Reaccionas a una velocidad sorprendente y no han pasado ni cinco segundos cuando ya has abandonado el contenedor de atrás de un salto, caído sobre el del sicario y avanzado hasta él, apartando su arma y comenzando una presa merecedora de entrar en los libros de lucha greco-romana, y eso que te ha salido bastante forzada por las prisas. Y el muy cabrón va y se zafa cual sanguijuela... La continuación era la esperable: paso atrás (hasta casi caer por el borde del contenedor, que recordemos que traquetrea y se agita por el movimiento propio del tren) y nuevo disparo. Disparo que le sale, eso sí, demasiado alto, fruto probablemente del movimiento del contenedor (y su no especialmente buena puntería).

Y de nuevo le toca al ruso...

Viendo que está a punto de caerse del tren vuelvo a coger al atacante del cuello e intentar empotrarlo contra el contenedor, desarmándole para intentar conversar con él de manera amistosa... O todo lo amistosa que puede ser tras atacarme sin mediar palabra. Sin embargo el tren traquetea de manera brusca en el último momento y no consigo agarrar al tipo - Du solltest besser werfen oder ich werde dich töten - le digo sin mostrar un ápice de duda.

El sicario, con todo, pierde pie además del arma, que cae a metro y medio de él. Su mirada se desvía hacia ella, pero tus palabras atraen más su atención. Pese a las gafas, pese a la vestimenta, puedes leer el miedo en el hombre cuando aparta la mano del arma en vez de tratar de recuperarla.

-No, no, por favor, yo... ¡¡uargh!! -la conversación, que por fin tenía visos de ser una y no un simple intercambio de ataques, se trunca súbitamente al aparecer una mano verdosa atravesando por la fuerza bruta el techo del contenedor (que es en estos momentos vuestro suelo) y atrapar el tobillo del sicario. Como cabía esperar, has acabado encontrando al experimento fujitivo...

Bueno al parecer no todo había ido tan mal, había encontrado a 7 y ya podría acabar con él de una vez por todas. Nada mas ver el brazo aparecer por el techo del contenedor me abalanzo sobre el y le asesto una patada a la altura del codo, es posible que así se libere mi asaltante, pero dudo que ya sea una amenaza. A menos mientras siga desarmado.