Partida Rol por web

Sabes que la niña es la viva imagen de la diosa del equilibrio Miyu, sabes de ella que se dice que no es una diosa ni buena ni mala, que a veces beneficia al bien y a veces al mal, que es caprichosa. Sus sacerdotes y sacerdotisas llevan ropas mitad negro mitad blanco.

En algunos lugares has leido que es la diosa que sirve a Zaibacher.

Ademas te das cuenta que Elenaide parece algo tensa y Yui parece tranquila, ya que por lo que notas realmente la conoce, la niña por su parte no se ha inmutado en ningun momento, unicamente cuando a hablado con Yui que parecia algo mas maternal, pero muy muy leve

La Diosa del Equilibrio. Siempre estaba en medio, apareciendo en los momentos mas inoportunos, para hacer dudar a la buena gente, a sacar sus trapos sucios... y a generar inseguridad. ¿Que era lo que decia?¿que Yui habia perdido los recuerdos? Ahora la necesidad de hablar con la chica se había triplicado pues necesitaba su explicación de lo que le pasaba sino seguro que había algún malentendido y las cosas se complicarian.  Era ironico. Si se descontaba a Yui, el que era el más joven, era quien más veces la había visto y sabía que era una ruleta rusa:

-Miyu... hay algo más ¿verdad? El hecho de los diabolistas y de la cabala ¿están relacionados? Esto es más grande que estos dos hechos ¿no?

Sabía que era así. Había visto al dragón legendario en acción, destruir una ciudad apenas sin miramientos y en poquisimo tiempo. Se le helaba la sangre de recordarlo. Apenas sabía por donde comenzar. El chico cogió la mano de Yui, y la apretó con fuerza, ella tenía que saber que estaba a su lado, que podía contar con él. La diosa tenía el don de saber desestabilizar a la gente, y más de una vez, su propía pupila había sido sorprendida por sus ardides.

Sabes que la niña es la viva imagen de la diosa del equilibrio Miyu, sabes de ella que se dice que no es una diosa ni buena ni mala, que a veces beneficia al bien y a veces al mal, que es caprichosa. Sus sacerdotes y sacerdotisas llevan ropas mitad negro mitad blanco.

En algunos lugares has leido que es la diosa que sirve a Zaibacher.

Ademas te das cuenta que Elenaide parece algo tensa y Yui parece tranquila, ya que por lo que notas realmente la conoce, la niña por su parte no se ha inmutado en ningun momento, unicamente cuando a hablado con Yui que parecia algo mas maternal, pero muy muy leve

Sin duda alguna era ella, otra vez. Sin embargo, y por suerte, parecía que esta vez no venía a llevarse a nadie. Me quedé boquiabierto mirando tal espectáculo de brillo y belleza, escuchando cada palabra suya, cada explicación que daba. ¿Cómo algo tan delicado podía albergar tanto poder? De pronto unas palabras resonaron en mi cabeza "¿O que Ducky siquiera sobreviviese? ¡Pero qué demonios! " pensé. 

Me giré hacia Sycnus violentado

- ¿Qué ha querido decir con eso?

Al ver que mi interrupción había pasado desapercibida, me resigné y de mala gana seguí escuchando sus palabras. Parecía que después de todo no sería tan malo, pues sin ir más lejos, afirmaba que nos concedería una petición. Aún faltaban muchas preguntas por aclarar, pero ahora solo podía pensar en esa petición. Habiendo ya tratado con ávidos comerciantes, cuya picaresca en los contratos me había costado más de una pelea, y conociendo los caprichos de la diosa, ahora me preocupaba sobremanera qué secreto o artimaña podía esconderse detrás de tal propuesta.

-Nosotros los Seimhel no somos presa fácil...o predecible. -dijo con orgullo y cierta picardía- Un gusto, y un honor conocerle en persona.

Scire frunció el ceño levemente en el inicio, pero no se sintió amenazada ni incómoda como en la mayoría de los templos de Ishtar y similares. Por supuesto, el ser que tenía delante no representaba la luz, ni la emanaba, pero era un ser divino y estaba segura de ello, y que estuviese delante de ellos dialogando era un hecho memorable. Escuchó sus palabras tranquila, pero volvió a fruncir el ceño cuando Katsu y el drow hablaron. Se dirigió al primero.

-Por lo que se entiende, la conoces de antes...¿pero no deberías ser cuanto menos un poco mas reverente y educado? No solo por lo que es, sino porque te está agradeciendo y ofreciendo un regalo. Además, es bastante obvio que hay algo mas allá. Creo entender que además de agradecimiento, puede ser una preparación y oportunidad de que finiquitemos asuntos, ya sean familiares o personales, como lo que dice sobre la memoria de la chica...

Se cruzó de brazos.

-Para mi esta muy claro -dijo, señalando punzante que le parecía una pregunta tonta. Su sentido de la lógica tendía a ser aplastante (y poco considerado) de vez en cuando. Sin embargo, en cuanto a la petición, de forma prudente decidió guardar silencio, esperando la reacción del resto.

Miró a la pequeña figura blanca, junto a la otra que en contraste, era negra y estaba dormida.

-Ya tomé mi decisión sobre ella. Tengo entendido que, los grandes males pueden ser redimidos...y tomar sendas distintas -dijo haciendo referencia a la historia de la propia entidad.

A parte de lo que ya has leido, notas que le rodea un aura de energia oscura que se contrapone a la claridad de sus ropas, no notas que sea magia oscura, sino un gran poder magico y es de un color negro

Observo a la niña lleno de asombro. No me quedo con la boca abierta, ni con los ojos exageradamente abiertos, pues eso no sería propio de un auténtico elfo dorado de noble cuna, especialmente en presencia de desconocidos. Pero estoy asombrado, sin duda alguna. No siempre puede uno estar en presencia de una auténtica deidad.

Sus palabras también me dejan estupefacto. Se sorprende de que hayamos negado la posibilidad de unirnos a esa orden mística, algo que parece complacerle, pero al mismo tiempo se burla de la posibilidad de que hayamos errado al proteger a Eliza. ¿O no es una burla? Uno nunca puede estar seguro de nada, cuando se trata de dioses. Les veneramos, en efecto, y buscamos complacerles, pero sus escalas de valores están muy lejos de ser comprendidos por los mortales. ¿Acaso la hormiga comprende la voluntad del hombre? No, claro, así que el hombre no debe osar tratar de comprender la voluntad de los dioses. Los elfos dorados hemos comprendido ese tipo de verdades desde hace mucho tiempo.

Sin embargo, es su oferta lo que hace que me adelante. Una petición, una sola, concedida esa misma noche. No puedo sino acercarme a ella y arrodillarme de forma digna, con la espalda recta y el mentón levantado. Me doy cuenta de que me tiembla una mano, de modo que la apoyo en la empuñadura de mi espada. La tensión es inmensa, así como el temor y la angustia.

Mi señora -comienzo, dubitativo, antes de aclararme la garganta y proseguir- Mi diosa. A pesar de que profeso cierta simpatía hacia Ishtar, de quien mi madre es devota, lo cierto es que desde niño he venerado a Zaibacher como deidad de la neutralidad. Tengo entendido que gozáis de buena relación, encontrándoos en el mismo bando divino, de modo que es un inmenso honor encontrarme ante vos.

Hago una profunda reverencia, con los brazos abiertos, antes de volver a mirarla.

Sois una diosa, de modo que podéis ver aquello que está oculto a la vista. Solo aquellos con sangre élfica en las venas, además de los dioses, deberían poder ver aquello que rodea mi cuello. -Abro mis ropas, mostrando el cuello y parte del pecho. La diosa y los elfos presentes deberían contemplar con total claridad la marca mística, que ya debiera haber sido detectada desde un principio, pues esa es su función. La marca que me delata como traidor, la mancha del asesino, la aureola del desterrado- Se me dijo que desaparecería cuando lavase mi culpa y restituyera mi honor. Lo que más quiero, aquello que realmente anhelo, es hacerla desaparecer para siempre y poder así regresar a mi hogar. -Desciendo la mirada, avergonzado. No se si es realmente eso lo que he hecho para merecer el obsequio de la diosa, no se si soy merecedor de tamaño regalo. Ni siquiera se si sería honorable aceptarlo. Termino con la cabeza agachada, mirando al suelo- Si no podéis o no consideráis adecuado eliminarla, quizás al menos podáis ofrecerme indicaciones acerca de cómo lograrlo por mis propios medios.

Absorto en mis pensamientos, las voces que me rodeaban e incluso las que iban dirigidas a mi sonaban lejanas y con eco. He dedicado gran parte de mi vida y mi esfuerzo para poder emprender un camino hacia lo desconocido... por ellos. Y cuando salí de esa cueva fue cuando di mi primer paso. Y no siento nada. Ni alivio ni alegria... ni miedo. Solo vacio. Solo... deber. Algo que tengo que hacer. Le he dedicado tanto a ésta empresa que tengo la sensación que después de cumplir mi objetivo... no habrá nada. Como si fuese un punto final.

Cuando llegamos a la universidad, no tuvimos que esperar mucho hasta que apareció el resto. Éste cambio de aires hace que por fin me evada de mis pensamientos. A mi lado están mis compañeros de viaje, de los cuales no me extrañaría que andasen algo molestos teniendo en cuenta el poco caso que les he hecho.

Al abrirse las puertas un grupo de desconocidos entran junto con Elenaide, lo cual viene a suponer que serán parte de nuestra empresa común. De entre ellos hay uno que me llama la atención a tenor de la descripcion que me dió Yui tiempo allende en el barco... esa espada... si. Seguro que es Katsu. Y mas seguro si se encuentra aqui. Bueno, una tarea menos que tenemos entre manos que hacer.

Como en toda reunión entre extraños, es el momento de las presentaciones... algo que nunca ha sido de mi agrado.

Mi nombre es Eliddor Normas. Coincidí con Yui de viaje y me pidió que la ayudase a encontraros a vos, señor Katsu. Le miro durante unos instantes para volver a mirar al resto Y desde entonces la empresa común que nos atañe también es la mia. Si yo o mis habilidades como hechicero blanco son necesarias, solo decíd... 

-clap, clap, clap,...-

Al mirar a la fuente hay una pequeña niña q... ES ELLA. LA NIÑA QUE SE LLEVÓ A TENEBRAE. ¿Pero qué hace aqui? Por un momento me dispuse a exigirla decirme a donde se lo llevó. Pero al ponerse a hablar y ver la reacción del resto, no tuve otra opción que contenerme. Debe ser alguien importante, parece poderosa... magnificente. La niña habla despacio, con precisión y suavidad, midiendo cada palabra que decía. Aunque cuando ninguneó a Ducky no pude reprimirme ponerle una mano en el hombro. Tampoco es justo, no creo que...

"...el que será traicionado por si mismo..."

Mis ojos se clavan en la infantil figura mientras los musculos de mi boca se relajan para mostrar una cara de sorpresa mezclada con incredulidad. La mano que tengo en el hombro de mi compañero desaparece tímidamente. Una descarga a modo de cosquilleo por la nuca asciende hasta mi cabeza, mientras mi cuerpo se queda helado.

"...el que será traicionado por si mismo..."

Quién es ésta niña y por qué diría algo asi de mi. Mi mano se me va al pecho de manera instintiva... donde se encuentra el colgante. Por un momento se juntan las dos ideas y me quedo en blanco. Mi mirada, perdida en el suelo, busca a todas partes. Cuando me doy cuenta que tenía la mano en el pecho, intentando disimular la bajo de nuevo.

¿Una diosa? Yo no reconozco a ningún dios salvo al Dios Satino. Si bien no es una diosa, si es cierto que hay entidades muy poderosas a las que hay que tener en cuenta. 

Yo... si eres una diosa y sabes tanto sobre mi, también sabrás de mi búsqueda. He invertido muchos años de mi vida para no encontrar nada relevante. Si de verdad vas a darme lo que mas anhelo... dime donde están.

Cuando la diosa aparece ante nosotros, mis músculos se ponen en tensión, mis pulmones retienen aire por más tiempo del habitual, y mi corazón se acelera por unos instantes. ¡Parece ser la niña que ví de refilón cuando combatía contra mi ahora resucitado sirviente! ¡La diosa del equilibrio! Ante su presencia, mi semblante se torna sombrio. Los dioses nunca han sido de mi agrado, orgullosos como los considero, sentados en sus tronos dorados, mirando a Gaia, planificando, disfrutando de una eternidad que poseen, pero que no comparten. No, no me gustan estos supuestos seres superiores. Y estoy seguro de que ellos también se arodillarán ante ella, cuando la eternidad se desvanezca, o cuando espadas divinas corten sus divinos cuellos.

No obstante, cuando menciona una petición, mis ojos brillan y se posan en los suyos. ¿Podría concederme lo que busco? Es entonces cuando Ducky se gira indignado. -Tranquilo, amigo Ducky. Es obvio que la diosa os subestimó. Alegraos, pues con toda seguridad no volverá a ocurrir.-y aunque ocurriese, no creo que importase realmente.

Mientras los demás piden, mi mente piensa rápidamente. ¿Pedirle lo que busco? ¿A una diosa? No...su concesión quedaría atada a sus caprichos. Yo no dominaría, sería el dominado, y no puedo permitir eso, quiero una forma más absoluta, más segura de que lo que quiero se mantendrá. ¿Y si algún día la ofendiese? De la misma forma en la que se me concediese, así sería arrebatado...No, no puedo pedir eso...

Pero sí puedo pedir una orientación, una orientación en mi búsqueda. Con que ella me indique el lugar al que he de acudir, yo me encargaría del resto. Y así, yo sería el dominador. Ella sólo sería un instrumento que cumpliría un único propósito: Ahorrarme tiempo.

Sí...eso haré.

-Mi señora.-digo dando un paso hacia delante.-Estoy seguro de que vos, como ser divino que sóis, conoceréis de nuestro pasado casi mejor que nosotros mismos. Así pues, conoceréis de lo que me turba, de lo que llevo buscando tantos años...y si no es así, quizás sería mejor que os formulase mi petición en privado, pues no deseo levantar los prejuicios de los aquí presentes.-si la nigromancia está mal considerada, lo que yo busco sencillamente debe ser considerado una aberración entre aquellos que ignoran las sutilezas de este arte.-En cualquier caso, sólo os pido orientación. Sólo os pido que me déis un lugar, una localización, en la que se encuentre la información necesaria para alcanzar mi objetivo.-espero haber sido lo suficiéntemente claro. Y espero que no tenga en cuenta mi poco aprecio por los dioses.

No le quedaba claro, si la petición era para hacer ahora o esa noche, pero Miyu... Miyu era caprichosa, encontraría la manera de tergiversar las cosas, o de hacerlas suyas... o de sacar provecho de ello. Él solo podía y quería una cosa, no advertiría a los otros de Miyu, primero sería inútil, segundo, ella no le dejaría. La había visto doblegar el espacio y el tiempo, y esta era su segunda transformación, siendo mucho más poderosa. Reunió corahe, cada vez que estaba delante de la Diosa, tenía que hacerlo, recordar cada apice de su entrenamiento y su disciplina. 

Se relajó un poco y dijo:

-Yo solo quiero una cosa, estar con Yui, la quiero de verdad, ella ya ha sufrido y se lo merece.... las demás cosas, las conseguiré con mis manos, con voluntad y esfuerzo...

¿Aceptaria la Diosa? Se lo debían, había salvado ese mundo, los Dioses se lo debían... pero ¿entregar a su puplia?¿Seguiría siendo humana? Ya sabía que había pasado una vez...

No pude evitar sonreír con cierta malicie al ver aquel espectáculo. No era muy dado a los protocolos, pero los conocía bien, y avasallar así a una diosa como si de un pescadero subastando frescos se tratara no estaba incluido en ningún código que yo conociese.

Mientras pensaba en mi situación me di cuenta de que había abandonado por completo mi meta, me había desviado de mi camino por una causa de la que no sacaría tajada, y sin Tenebrae entre nosotros contaba ahora con una espada menos que luchara a mi lado. Me sentí frustrado, pero ahora se me presentaba una oportunidad única, de lograr mi meta y cobrarme mi merecida recompensa.

- Desconozco hasta dónde llega el poder de un dios, pero imagino que podréis ver la historia dentro de nosotros, las losas que cargamos a nuestra espalda y las que nos quedan por recoger. Sabréis que mi mayor deseo, en estos momentos, no es nada del otro mundo, pero resulta imposible para un pobre salteador de caminos sin recursos, como yo. - Hice una pausa para recobrar el aliento y meditar lo correcto de mi petición. Finalmente estiré las manos hacia la diosa - Haced que corra la sangre, devolved el equilibrio a mi vida y daré por pagada vuestra deuda.

Miyu escucha lo que le dicen sin inmutarse aparentemente, Katsu es el primero en hablar:

-Miyu... hay algo más ¿verdad? El hecho de los diabolistas y de la cabala ¿están relacionados? Esto es más grande que estos dos hechos ¿no?

La niña sonrie y con tranquilidad responde:

- Eso es algo que debeis de averiguar, todo es posible, al mismo tiempo que todo es imposible

Entonces es Scire la que habla.

-Nosotros los Seimhel no somos presa fácil...o predecible. -dijo con orgullo y cierta picardía- Un gusto, y un honor conocerle en persona.-Por lo que se entiende, la conoces de antes...¿pero no deberías ser cuanto menos un poco mas reverente y educado? No solo por lo que es, sino porque te está agradeciendo y ofreciendo un regalo. Además, es bastante obvio que hay algo mas allá. Creo entender que además de agradecimiento, puede ser una preparación y oportunidad de que finiquitemos asuntos, ya sean familiares o personales, como lo que dice sobre la memoria de la chica...-Para mi esta muy claro -Ya tomé mi decisión sobre ella. Tengo entendido que, los grandes males pueden ser redimidos...y tomar sendas distintas 

A estas palabras Miyu sonrie levemente mientras asiente, tras las palabras dice.

- Si, se ve que la sabiduria de tu familia sigue siendo como siempre, parece que eres una digna heredera de su legado, ahora entiendo algo mas el porque no te uniste a la cabala cuando era lo mas facil

Ante el gesto de Sallyrion parece que se muestra bastante dispuesta a ser agasajada, se nota que le gusta eso, el elfo mientras habla:

Mi diosa. A pesar de que profeso cierta simpatía hacia Ishtar, de quien mi madre es devota, lo cierto es que desde niño he venerado a Zaibacher como deidad de la neutralidad. Tengo entendido que gozáis de buena relación, encontrándoos en el mismo bando divino, de modo que es un inmenso honor encontrarme ante vos.Sois una diosa, de modo que podéis ver aquello que está oculto a la vista. Solo aquellos con sangre élfica en las venas, además de los dioses, deberían poder ver aquello que rodea mi cuello. -Se me dijo que desaparecería cuando lavase mi culpa y restituyera mi honor. Lo que más quiero, aquello que realmente anhelo, es hacerla desaparecer para siempre y poder así regresar a mi hogar. Si no podéis o no consideráis adecuado eliminarla, quizás al menos podáis ofrecerme indicaciones acerca de cómo lograrlo por mis propios medios.

La mano de la niña se mueve y Sallyrion nota como le quema el lugar de la inscripcion, entonces Miyu dice:

- Devoto hijo de una honorable casa, esa marca es sencilla de eliminar pero el honor es algo que debes recuperar por ti mismo. El honor que yo te puede dar sera un honor vacio y vago, pero en el mundo todo tiene que estar en equilibrio y asi debe ser, y tu casa no lo esta, alguien sin honor y con poder la gobierna, y lo sabes, pero que puedes hacer? es sencillo, debes ganar poder y reconocimiento, asi podras volver a tu reino y pagar la deuda, la deuda que tu hermano tiene contigo, una deuda que sera saldada, pero solo si consigues ser alguien mas, algo mas de lo que eres ahora

Eliddor es el siguiente en hablar:

Yo... si eres una diosa y sabes tanto sobre mi, también sabrás de mi búsqueda. He invertido muchos años de mi vida para no encontrar nada relevante. Si de verdad vas a darme lo que mas anhelo... dime donde están

Miyu sonrie con cierta malicia y extiende su manos, delante de ella surge un brillo, unos segundos despues Eliddor es capaz de ver aquello que busca, las piezas que le faltan, flotand elante suyo y son tangibles, siente como son esas mismas piedas, estas caen pesadamente al suelo, la niña dice:

- Eso es lo que buscas cierto? pero...

Cierra su mano y los objetos se desvanecen mientras sigue hablando:

- No mereces tenerlas aun, no, de hecho no se si serias merecedor de poseer ese anillo que ya tienes.

La mirada de la niña parece mirar mas alla del alma de Eliddor, con una leve sonrisa dice:

- Si, puede que si que puedas ser merecedor de ellas, pero es algo que se vera con el tiempo y tendras que demostrarlo, si buscas a la cabala, si ellos poseen al menos una de las piezas que buscas, para encontrar las demas, mi aprendiz sera clave en ello y su herencia

Estoy seguro de que vos, como ser divino que sóis, conoceréis de nuestro pasado casi mejor que nosotros mismos. Así pues, conoceréis de lo que me turba, de lo que llevo buscando tantos años...y si no es así, quizás sería mejor que os formulase mi petición en privado, pues no deseo levantar los prejuicios de los aquí presentes.En cualquier caso, sólo os pido orientación. Sólo os pido que me déis un lugar, una localización, en la que se encuentre la información necesaria para alcanzar mi objetivo

Miyu asiente y hace un gesto, delante de ella aparece una esfera donde puede verse la imagen de un precioso lago, un lago lleno de vida, alli varias criaturas van de un lado a otro y se bañan bajo el calido sol, la niña dice:

- Este es el lugar que hara que tus objetivos se cumplan, ¿conoces la leyenda del lago de Ishtar? 

Hace un movimiento con sus manos girandolas en el aire y aparece un libro, un libro oscuro, el libro resulta familiar para Scire ya que es igual al libro que encontro en el valle del viento, el libro cae pesadamente al suelo y dice:

- Este libro junto con el que posee la reina de los muertos son los dos grandes tomos de la nigromancia, con ellos, uno es mucho mas que dos y el poder de la muerte esta al servicio del que lo posea, si lo deseas debes encontrar a la reina de los muertos como primer paso. 

Chasquea los dedos y el libro se desvanece mientras dice:

- Pareces inteligente y tienes un gran potencial, por eso te doy dos respuestas a tu unica pregunta

Katsu alza la voz entonces para hablar

-Yo solo quiero una cosa, estar con Yui, la quiero de verdad, ella ya ha sufrido y se lo merece.... las demás cosas, las conseguiré con mis manos, con voluntad y esfuerzo...

Miyu sonrie, parecia divertida:

- Katsu, joven e impetuoso como siempre, como he dicho ella recuperara esta noche sus recuerdos, todos, y si es humana, o mejor dicho ella es como era antes de que yo la salvase de los demonios, pero no olvides eso, su herencia su sangre es mas poderosa de lo que piensas y no, no posee restos vampiricos como temes, es una humana comun bueno, no tan comun, pero eso ya debes saberlo, ya debes saber cual es su herencia verdad?

Ducky es el siguiente en hablar.

- Desconozco hasta dónde llega el poder de un dios, pero imagino que podréis ver la historia dentro de nosotros, las losas que cargamos a nuestra espalda y las que nos quedan por recoger. Sabréis que mi mayor deseo, en estos momentos, no es nada del otro mundo, pero resulta imposible para un pobre salteador de caminos sin recursos, como yo.Haced que corra la sangre, devolved el equilibrio a mi vida y daré por pagada vuestra deuda.

Miyu sonrie de nuevo y dice:

- Y que conseguiriais con eso? si chasqueo los dedos esos mercaderes pueden aparecer aqui muertos si lo deseas, o puedo mostrarte como mueren a traves de una esfera de vision, pero...para que serviria eso? venganza? y que sentido tiene que otros la hagan por ti

Se pone en pie y camina hacia Ducky, un aura oscura puede verse a su alrededor, de repente todos sienten como el vello se le eriza, la niña hace aparecer delante de Ducky una espada totalmente negra que emite un aura del mismo color, los magos pueden ver como es un poder realmente oscuro y poderoso, la niña mira al drow a los ojos y dice:

- Quieres que mueran, porque no lo haces tu mismo con tu propio poder, que valor tiene la venganza si no la hace uno mismo, dime, eso es lo que quieres, que mueran por mi mano y no ser tu mismo el que los mate? acaso es lo que tu padre querria, o tu propia esencia?

Scire miró a Sycnus cuando habló, y lo siguió mirando unos momentos luego de las palabras de Miyu. Nigromancia. Sus sendas parecían ser similares en cuanto a senderos mágicos, pero definitivamente no idénticas. ¿Era parte de su deseo el libro de la niña? Desvió la vista hacia la deidad nuevamente.

-Este libro...¿este libro es igual al que encontré yo hace tiempo? -no podía ser, un tomo de nigromancia? Arrugó un poco la nariz, no había forma de que contuviera lo que buscaba...¿o si? De todas formas si así era, no lo quería. La magia de los muertos no era lo suyo. Tras un momento, añadió.

-Agradezco mucho la oferta, pero es algo que quisiera tener una ligera pizca de tiempo para meditar. Si no es mucho atrevimiento, ¿podríamos hablar esta noche, cuando esté dormida? Para nosotros los usuarios de magia hablar en sueños no es nada imposible, imagino que para una diosa es nada.

Scire sentía el peso del libro de Eliza en la túnica, y temía moverse, inconscientemente pensaba que las costuras del compartimiento donde estaba fueran a descocerse y caer acusadoramente delante de los ojos de todos. No le gustaba nada el asunto. No lo había destruido aún pensando que era una pena, pero empezaba a pensar que era lo mejor. Además, tenía que admitir que ambos libros eran algo que le preocupaba en manos de un nigromante. Cualquiera, como Eliza antes, el aquí presente, o su hermano Fera. De todo lo oscuro, quizá la nigromancia era lo que mas podía carcomer el alma y la mente, aún sin la marca familiar que poseía. Resolvió en ese momento que no podía permitirlo, y que si querían que la niña pudiera seguir otro rumbo, el libro debía ser obliverado.

Scire pensó mas profundamente...en realidad, sabía lo que quería. Desde que era niña. Saberes. Y magia, sabía que había muchos hechiceros prodigios y magos elegidos ahí afuera buscando poder, pero su aspiración no era tan vana como "quiero poder" solo con ese fin. Por supuesto que lo quería, pero no por este en si mismo, sino porque deseaba la fama y el estatus para su nombre. Mientras aprendices y usuarios de magia correteaban por el mundo buscando sus destinos, ella quería verlos desde arriba. Quería crear conjuros que fueran codiciados en todo el mundo, y que su nombre y el de sus descendientes sonara en cualquier sitio respetable de magia. Eso era. Quería un legado, y no solo "poder". Quería ser la mejor.

Mira a Scire y con su leve sonrisa algo siniestra dice:

- El libro que encontraste, es un catalizador, es un libro de puro poder magico que es capaz de complementar a los grandes libros de magia escritos hace ya muchos años por la raza de los Shanjim en la que los diferentes aspectos de la magia les ayudaron.

El libro de la reina de los muertos es el mas poderoso libro de nigromancia, pero existen mas libros, uno por cada disciplina magica y cualquiera de ellos unico al libro que encontraste, el libro catalizador de la magia hara que sea posible obtener por asi decirlo el libro supremo de esa disciplina magica

Dudé ante las palabras de Miyu. Si bien es cierto que daría lo que fuese por que aquellas personas perecieran ahora mismo ante mis pié, sin duda sería más gratificante que su sangre bañara mis manos. La miré desconfiado a los ojos, aquellos ojos penetrantes y vacíos de emoción, finalmente alargué la mano para agarrar la espada.

- Gracias, me parece un trato justo.

La visión del jardín de Ishtar no me sorprende, no más allá de lo que puede sorprender ver la imagen de una vieja leyenda. Es una posibilidad que hace mucho tiempo descarté por considerarla insuficiente.

Pero antes de que la decepción nazca en mí, la dios hace aparecer un enorme tomo negro. Eso me interesa más. Las palabras que lo describen me producen un fortísimo vuelco en el corazón. No puedo evitar abrir la boca un momento y hacer un amago de agarrar el libro, justo antes de que se desvanezca. ¡Ahí están todos los secretos que busco! ¡La dominación total y absoluta de la muerte!

Mi mente comienza a trabajar a toda velocidad, memorizando cada palabra, por menuda que sea. Dos tomos, ese y otro. El primer paso es encontrar a la reina de los muertos. Muy bien, eso haré, aunque no sé cómo, ni por donde empezar, ni a quién consultar. Pero tengo todo lo que necesito, un nombre y un objetivo.

Las palabras de Scire me hacen girarme hacia ella. ¿Encontró un libro similar? ¿Un libro catalizador dicen? ¡Tengo que hablar con esta muchacha en cuanto pueda! Podría darme información bastante útil...

Pero las cosas una a una...Inspiro profundamente, y con voz profunda, y todo lo calmada que puede estar dada mi emoción, digo mientras inclino lévemente la cabeza.-Os doy las gracias, mi señora.-si lo que ha dicho es verdad, merece por lo menos diez páginas de versos alabando sus virtudes.