Partida Rol por web

-si no quieres que tu seas una mas de ellos

-Vaya hombre, tuvo que decir esa ultima coletilla, en fin, los humanos no aprenderan nunca con quien no deben meterse, va en su sangre la de caer en la misma piedra, una y otra vez y otra y otra...

William se quedo pensativo mientras miraba a uno y otro bando ,intentando tomar una decision, finalmente encogio los hombros en actitud de derrota como si la eleccion que fuera a tomar le retrasara en algo.

-Vaya, no me suelen gustar las amenazas ...- su frase no iba destinada a nadie en absoluto, pero la continuacion fue cargada de una amenaza sucinta - pero amenazar con la esclavitud no me parece la mejor opción

Su expresion se concentro, era como si estuviera leyendo algun manuscrito en su propia mente.

William empezo a pensar una solucion y quizas un poco de caos enseñara a aquel esclavista algo de modales, por lo que Williams se concentro en las cadenas de los pies de los esclavos, era un metal y como todo metal podria oxidarse debido a su naturaleza, quizas él no controlara bien la mineria pero si sabia que si desataba un pequeño vortice de caos alrededor de las cadenas estas empezarian a descomponerse. Williams esperaba que la magia negra que controlaba descompusiera la parte que unia sus pies y darles algo de libertad a todos los posibles esclavos...

-Veamos si ese latigo puede con varias personas a la vez...

¿Niña? Pero que se a creido este... Mi enfuado fue creciendo hasta que no pude contenerle más e hice que apareciera mi arco y una flecha, lo cargue y le apunté a la cabeza al esclavista.

- Suelta ahora mismo a esos hombres y mujeres o sino con una sola flecha puedo dejarte inmóvil o mejor aún, que pierdas la vida- en mi cara aparece una sonrisa que dice "quien ríe el último ríe mejor"- Que sepas que llevo años practicando el arte de la arquería y me he convertida en una arquera excepcional, ¡nunca fallo! -tenso la cuerda del todo para que el hombre vea que pronto llegará su final...

Tenía tal enfando que no me di cuenta de lo que dijo el hombre encapuchado.

Algo empezaba a suceder, mientras el encapuchado (William) estaba concentrado en algo la Keruban hace aparecer su arco y apunta al hombre diciendo:

- Suelta ahora mismo a esos hombres y mujeres o sino con una sola flecha puedo dejarte inmóvil o mejor aún, que pierdas la vida- en mi cara aparece una sonrisa que dice "quien ríe el último ríe mejor"- Que sepas que llevo años practicando el arte de la arquería y me he convertida en una arquera excepcional, ¡nunca fallo! -tenso la cuerda del todo para que el hombre vea que pronto llegará su final...

La mujer parece realmente segura y dispuesta a usar su arma, el funcionario por su parte se aleja un poco mas, sin duda asustado y sin querer saber nada mas del asunto, es entonces cuando los dos hombres que se estaban acercando se colocan cerca de la Keruban con sus dos latigos preparados, pero algo sucede, un ruido de rotura y de cadenas cayendo al suelo, las cadenas de algunos de los esclavos, los mas cercanos caen al suelo corroidas

- Dime, pequeña, acaso crees que porque me amenaces y rompas las cadenas de esos miserables les daras la livertad?

El hombre mira hacia arriba al barco y entonces dice:

- Tu, Hashim cuenta hasta 20 y si esta niña no suelta su arco cortale el cuello a esos mini esclavos que tienes ahi, total no van a pagar casi nada por ellos

Todos pueden ver como en la pasarela de la barcaza hay un hombre que saca un cuchillo y tiene a su lado a 4 niños esclavos semidesnudos que esta horrorizados

Tork se había quedado observando la escena sin intervenir, pero ante la amenaza de acabar con la vida de unos críos no podía quedarse de brazos cruzados. Nadie mas parecía tener intenciones de actuar. No le importaba la vida de la chica, él no la conocía, pero no pensaba lo mismo acerca de los niños.

Disimuladamente, como uno mas de aquel público improvisado, se acerca a la pasarela de la barcaza donde se encuentra ese hombre llamado Hashim, intentando no parecer amenazador pero haciendo lo posible para llegar a él antes de que esa cuenta regresiva llegue a su fin. 

William miro sorprendido como aquellas cadenas se rompieron, aunque una sonrisa de suficiencia aparecio en su rostro.

-Vaya señor, si las cadenas de esos pobres desgraciados son tan blandas no me gustaria saber como esta el barco, lo mismo con un poco de marejada se va a pique...la verdad, no da mucha confianza

William seguia ocultando su rostro y sus manos fueron a meterse cada una en la manga de la capa de la otra, de forma que William quedo con los brazos cruzados en una actitud no ofensiva

-Es mas, a ese hombre parece incluso que le tiembla la mano...*

Para alguien como yo que solo se había sentido así cuando estaban sus padres con el volver a sentirlo igual me hizo que pmi pecho se acelerara y rspiracion acompaso la velocidad de mis ojos,miro a odos lados quiero verlos deseo verlos si son ellos tienen mucho que explicarme.

avanzo hacia donde la sensación me lo indica.

¿Por qué sus piernsa no tiemblan ante mi arco? No puede ser, ¿tan poco miedo doy? Se va a enterar. Pienso rápido y hago aparecer del suelo un monticulo de piedra bajo mis pies y mientras va haciendose alto también invoco a las fuerzas de la naturaleza y hago que unas enredaderas aten a los 2 hombres que tengo a mi espalda. Entonces cargo mi arco y...

- ¿Crees que es una amenaza? -apunto a su pierna y tiro la flecha.

Cuando Naxael llega al puerto siguiendo la energia que habia sentido observa una situacion que no se esperaba, hay dos barcazas, una de ellas esta llena de frutas y frutos de toda clase, sin embargo, la actividad se ha parado y parece que todos miran lo que sucede en la otra barcaza, una barcaza de esclavos

Mientras las conversaciones se daban un hombre, que por su aspecto debia ser algun tipo de barbaro comienza a acercarse tratando de no llamar la atencion hacia la barcaza y el hombre que esta amenazando a los niños, sin embargo parece que uno de los guardias que hay en la base de la barcaza se da cuenta y se acerca con su latigo en la mano:

- Tu, que es lo que pretendes, alejate de ahi

Mientras eso sucede el hombre encapuchado increpa al esclavista que observa sin decir nada como las cadenas de algunos de los esclavos se rompen, estos simplemente miran con un poco de sorpresa las cadenas, pero nadie parece tener intencion de moverse o al menos liberarse.

El esclavista que tiene a los niños amenazados siente como le tiembla la mano, pero rapidamente usa su otra mano para detenerla, finalmente el hombre decide pasar su cuchillo a la otra mano mientras mira con una perversa mirada a los niños esclavos, es entonces cuando la keruban vuelve a hablar y comienza a moverse.

La joven se agacha y toca la tierra que simplemente tiembla un poco, al parecer su intencion es la de crear un monticulo de tierra elevandola unos centimetros, rapidamente usa de nuevo su magia para tratar de crear unas enredadera pero no es capaz de crear el efecto deseado, en lugar de ello da tiempo a los dos hombres a moverse hacia ella, el primero de ellos usa su latigo contra la mujer pero falla gracias al oportuno movimiento de la Keruban cuando se disponia a disparar su arco.

Pero el segundo ataque a la mujer es mucho mas certero, el latigo le golpea la espalda justo cuando dispara la flecha al lider de los esclavistas haciendo que se desvie y no dañe a su objetivo, en lugar de ello la mujer siente como su ropa es rasgada en la espalda y el arma le hace bastante daño, no siente una herida grave, pero si un fuerte dolor lo que le demuestra que ese arma esta preparada para infringir dolor mas que para matar. Con una sonrisa de oreja a oreja el lider de los esclavistas habla:

- Si no tiras ahora tu arco y te entregas, seras responsable de la muerte de dos de esas alimañas

El hombre hace un gesto al hombre que sostenia el cuchillo y amenaza a los niños esclavos, el hombre agarra uno de los niños y acerca el cuchillo al cuello de este, con una terrible frialdad, como alguien que simplemente corta un trozo de pan rebana el cuello del niño esclavo, la sangre comienza a borbotear por la herida y lo llena todo, el hombre deja caer el cuerpo que aun tiene espasmos para dejar que se desangre y se dispone a coger a otro de los aterrados niños

Parece ser que mi magia no ha sido muy buena. Todavía no tengo mucha práctica. Cuando intento hacer el monticulo de piedra me sale una montañita de unos pocos centimetros, eso no me salva de los 2 hombres que tengo atras. Y cuando intento atar a esos 2 hombres ellos son más rápidos y no consigo hacerles nada. Maldición. Cuando uno de ellos intenta darme me muevo para poder dispara la flecha y me salvo de su látigo, pero el segundo es más rápido y consigue darme en la espalda a si que mi tiro se desvía y no da al esclavista. El latigazo rasgó mi ropa y el látigo golpeó mi piel blanquecina. Sentí una quemazón en mi piel, como si me estuvieran abrasando con fuego. Caí al suelo por el golpe y el esclavista empezó a reirse de mi. Me había derrotado. No podía hacer nada por los niños ni por los demás. No había servido de nada mi osadía. Todo estaba perdido. Solo me quedaba hacer una cosa... entregarme.
Hice desaparecer el arco, para que el esclavista viera que ya no soy un "peligro" para él.

-Está bien, dejad a esos niños. Me entregaré -una lágrima caé de mi cara al suelo. No he sido capaz ni de salvar a unos niños... Papá no estaría orgulloso de mi al ver que no he defendido los derechos de esos pobres hombres...

William se mantuvo donde estaba mientras miraba al esclavista

-Creo que ya va siendo hora de que detengas tus actos, no creo que te den mas trabajos aqui, asi que vete de una vez y no hagas más daño a nadie, puede que esto te acarre pesadillas*

Con un salto** Williams intentaba llegar donde estaba el niño herido, no solia ser el salvador de inocentes, pero sentia que esa vida era culpa suya y tenia que enmendarlo.
 

Tork ve como degollan al niño a unos metros de donde se encuentra él y se maldice por no haber actuado con mas decisión. 

En su clan los niños eran poco menos que sagrados, era por lo que luchaban y lo que protegían. Aquellos críos bien podrían ser de algún clan vecino, y si no lo eran no era motivo de acabar con sus vidas como si se tratara de perros moribundos. 

Con un grito de frustración y odio, el bárbaro suelta su bolsa de viaje y se desprende de su capa, desenvainando su espada y lanzando un feroz ataque contra el hombre del látigo que lo había increpado. Aquellos hombres no conocían la misericordia, pues Tork no la tendría con ellos. Descargaría su furia contra aquel esclavista, y luego intentaría llegar al que sostenía a los niños. Escuchó que varios hablaban detrás de él, pero el tiempo de las palabras había terminado junto con la vida del pequeño.

me agacho tocando el suelo para hundir al lider esclavista en la tierra hasta la cabeza e inmovilizarlo