Partida Rol por web

- Si, mi señor.
Rapidamente se marcho la mujer corriendo mientras Ganondorf se ponia en pie, otra de sus guerreras se acerco:

- Mi señor, su montura esta preparada, sus armas estan en sus bainas en la montura.

Poco despues en el patio delantero de la fortaleza 15 de las mejores guerreras esperaban firmes las ordenes de su señor.

El nigromante escucha unas voces:

- Para poder abrir las puertas de la muerte tendras que superar una prueba por ti mismo, deberas demostrar que eres digno.

En ese instante el nigromante siente como si fuera transportado a otro lugar, un espacio totalmente en negro, frente a el escucha unas cadenas moverse.

El ser no muerto comenza a caminar hacia el nigromante con paso lento aunque cada vez mas lento, aunque aun no esta lo suficientemente cerca como para alcanzar al nigromante con su arma, dando tiempo a este a realizar al menos una accion antes de estar en el rango del arma de la criatura

La mision que habia recibido era muy sencilla o al menos aparentemente, simplemente tenia que matar a una persona, no le habian dicho de quien se trataba, la orden haia sido dada por un alto noble del imperio de Arisu, el encargo debia de llevarlo a cabo de la forma mas silenciosa posible y por supuesto con una gran discrecion, debia tener cuidado pese a que llevaba escasa proteccion.

El ninja conocia la ruta que tomaria su objetivo, primero saldria de la capital, para despues internarse en el reino y atravesar algunos caminos hasta llegar a la zona ams al este a una ciudad portuaria la cual desconocia para tomar un barco, el ninja debia de evitar por todos los medios que abandonase el reino.

Era de noche y sabia que su objetivo saldria de la capital imperial esa misma mañana.

La situación perturvaba su mente y le hacía preveer grandes acontecimientos, pero buenos o malos eso nadie lo sabía. Ahora debía centrarse en el momento y ver lo que le depararía el futuro (esto es un pensamiento).

- Por supuesto que la acompañaré, yo sirvo a la reina. Ahora no estoy de guardia, simplemente estaba contemplando la belleza del bosque, pero debemos ser cautos, el descuido es el enemigo de los incautos.

Tras esto alce mi mano derecha, cerré mis ojos y me centre en los sonidos que me rodeaban. Concentre mis energías brevemente en los sonidos que me rodeaban y desate mi poder interior. (hechizo hablar con la naturaleza; ¿debo tirar algo?)

- Shailara, ven debemos volver a casa. - Sin esperar mucho Shailara se posó en el brazo de Arathion.

- Ven preciosa, espero que hayas disfrutado de tu paseo, pero debemos volver a casa y necesito tu ayuda. Vuela cerca de nosotros y avisanos si ves algún peligro. - Arathion alzó su brazo y Shailara alzó el vuelo.

- Perdone mi descortersía, pero no recuerdo su nombre. ¿Podría decirmelo y contarme si puede qué es lo que ocurre mientras caminamos?

Si solo podeis invocar eso yo os dare algo mejor.DEsde las cenizas ,desde los restos de los muertos os lo ordeno levantaos.
El nigromante empezo a invocar un hechizo (desde las cenizas,intento invocar un phantom)

Lo primero que hago es revisar los alrededores de la ciudad, para saber donde se va a hospedar mi objetivo. Hecho eso analizo el lugar marcando rutas de escape y entrada.

Sin mas demora Ishamael tomo la decisión de dirigirse hacia Drasenloft, el lugar mas cercano además de en su camino hacia el Desierto Blanco, y probaria a preguntar en el templo del Guardian de Tierra, toda celeridad era poca para responder a ese tipo de llamamiento

“¿Por que me ordenarian los miembros del consejo buscar al guardian celestial de sombra? Tiene que ser algo relacionado con sus atribuciones…”

Con su excitada compañera de viaje resguardada entre sus ropajes Ishamael se dispuso a usar su shunpu.

La mujer respondio mientras caminaban por el bosque que formama la propia ciudad:

- Mi nombre es Undine. No se los detalles de vuestra mision ya que no formo parte del circulo mas proximo y de confianza de la matriarca, sin embargo le puedo decir que debe tratarse de algo muy importante si desea deciroslo ella misma en persona ademas recordad que siempre es un gran honor estar ante la suma matriarca.

La ciudad estaba en calma mientras caminaban, ambos llegaron al arbol central, un arbol algo mas grande que los demas el cual tenia unas escaleras formadas por lianas pero que cualquier drow seria capaz de subir, en sus altisimas ramas a mas de 40 metros sobre el suelo habia una serie de plataformas hechas con hojas y madera en donde la guardia de elite de los Drow Mitsuru observaba todo, una de las guardias dice:

- Arathion del Clan Laithu, le espera la suma matriarca, debeis despojaros de vuestras armas para poder entrar en la sala y recordar que el entrar en esa sala corresponde uno de los mayores honores en especial para un hombre

El nigromante comienza a concnetrarse mientras su enemigo se acerca cada vez mas, en esta ocasion esta preparado para atacarle y comienza a moverse dispuesto a golpearle con su hacha

Tras investigar encuentra que su objetivo se va a hospedar en una de las posadas mas lujosas de la capital, se trata de un edificio de 3 plantas con 4 habitaciones en cada planta, se hospedara en la segunda planta en la cual se encuentra unicamente una habitacion, segun lo ue ha podido escuchar es una posada que suele usarse por grandes mandatarios y autoridades.

La posada tiene una entrada principal y esta rodeada por un muro de 2 metros de alto, al edificio que esta en el centro puede accederse por las ventanas o por la puerta delantera o la trasera que conduce a una zona en la que destacan dos termias separadas por paneles de madera de 3 metros de alto. Realmente es una posada bastante conocida ya que poseyendo esas caracteristicas aun asi se encuentra en el centro de una de las mas bulliciosas ciudades del mundo.

El viaje no duro mas de dos dias, el Kamael sabia que el templo se encontraba en el desierto de Drasenloft en una region del oeste de este desierto, tras un par de horas buscnado encontro la pequeña entrada, se trataba de una cueva situada entre dos dunas.

La cueva era bastante ancha y se podia pasar con facilidad incluso un grupo de personas podia pasar, sin embargo era extraño porque habia infinidad de pisadas, como si un ejercito al completo hubiera pasado por alli recientemente.

Al llegar al finald e la cueva se abrio ante el kamael una inmensa cueva la ams grande que nunca hubiera imaignado y en el centro imponente se encontraba el templo, del tamaño de una ciudad construido en piedra marron se encontraba bastante lejos, en lo alto del templo brillaba una inmensa gema del tamaño de un barco de color marron.

Sin embargo el paisaje estaba desolado habia restos de lucha, cuerpos sin vida de paladines, sacerdotisas y bestias de la oscuridad, ademas de restos de grandes setas del tamaño de arboles destruidas por toda la cueva.

Mientras ascendiamos por el árbol central. - Shailara esperame por los alrededores, y si tienes hambre puedes cazar algún ratón o pequeño animal. El animal alzo el vuelo y se poso en un árbol inspeccionando los alrededores, seguramente en busca de una pequeña presa que llevarse a la boca.

Al oír lo que decía el guardia, me sentí honrado por el honor que me otorgaban. Pero en vez de sentirme nervioso, estaba inquieto, algo debía de estar sucediendo, aunque sospechaba que no tardaría en averiguarlo.

- Por supuesto, yo sirvo a la reina. Es más daría mi vida por protegerla si fuese necesario, pero dudo que llegue a darse nunca esa situación con unos guardias tan competentes. Mientras hablaba solte la bandolera de las dagas, me quite el portacarcaj que incluía mi arco y también deje mi mochila. Debía estar presentable. Desenvaine lentamente las dagas que porto junto al cinturón a la espalda y por último me despoge de Colmillo de hierro y Colmillo celestial (mis espadas cortas).

- Aquí están todas mis armas, también les dejo mis demás peltrechos, espero estar lo suficientemente presentable. Pueden registrarme si quieren, lo soportare si ayuda a la seguridad de la reina. Aunque, me gustaría sino es mucho pedir que echarán un vistazo a mis posesiones, son muy preciadas para mí. En el caso de no ser posible, no se preocupen y gracias por su tiempo.

- Bien, mi señora Undine podemos continuar. Antes de proseguir, me despido de los guardias con un ademán de respeto de mi cabeza.

Tras comprovar que todo estaba en orden y su montura lista, se dirigió a las guerreras que iban a acompañarle.

Montad en vuestros caballos e id a aquella zona. Yo me adelantaré para comprovar lo sucedido.-dicho esto empezó a galopar en su caballo saliendo de la fortaleza y dirigiendose al lugar de los echos.

Desenvainando la espada Ishamael corrió hacia el centro de la ciudad, atentos su ojos ante cualquier posible resistencia a su avance. Mientras caminaba por entre los muertos trato de distinguir si había algún humano aparte de los sacerdotes y paladines, alguien proveniente de fuera. Con un ligero gesto de su mano le dijo a Helena que se escondiera, pues no quería que viese la escena desoladora que se abría ante sus ojos. Poco a poco se fue acercando hasta el centro de la ciudad, temiendo lo que pudiera encontrar allí, y relacionando mentalmente estos sucesos con la extraña misiva que había recibido.

Disimuladamente me dirijo hacia la parte de atras de la posada, decidiendo que entrare por las termas del lado de los hombres, para no causar inconvenientes. Primero me aseguro que este lo mas despejada posible.

Al llegar al centro de la ciudad vio una plaza dominada por una fuente con forma de elemental terrestre, signo inequívoco del lugar en el que se encontraba. En aquel lugar la alfombra de cadáveres era más tupida, siendo casi imposible no pisar algún miembro al avanzar hacia el centro. Una vez allí, y sin descuidar su vigilancia sobre su entorno Ishamel comenzó a invocar al espíritu de la estatua, para que pudiese relatarle los hechos que allí habían acontecido. Durante unos minutos estuvo haciendo el ritual para facilitar el paso del espiritu y su comprension.

-A través de este muro sin destino de sueños desatados pero con la terrible ira de tus garra ábrete camino y responde a mis preguntas AL finalizar la invocación Ishamael hizo una compleja seria de gestos y aguardó imapaciente.

Veo a los dos esqueletos y me pongo en modo de ataque.Saco mi arco y una flecha y disparo con mi ataque punzante al esqueleto 1.

La joven y misteriosa hada salió tímidamente desde su refugio en la túnica de su protector. Vestida con un diminuto manto de hojas y ramas parecía una replica en miniatura de una dríada con alas. Su escasa talla, no llegaría a los doce centímetros, la hacia bastante ineficaz en una lucha, pero estaba segura de que podría ayudar a Ishamael en el largo camino que tenia que recorrer, pues era una excelente exploradora y además podía irradiar un resplandor anaranjado suficientemente intenso como par iluminar una habitación a voluntad.