Partida Rol por web

El mundo oscuro.

Recorriendo sendas en la oscuridad.

Cargando editor
24/02/2021, 21:29
Francis Anne Quinn

Aquel lugar era increíble; ¡Diddy era increíble! Miré el mapa y me di cuenta al instante del lugar en el que nos encontrábamos, algo que sin duda alguna, le costaría mucho más a Dean. Después, seguí sus indicaciones.

-Vale. Pues... la verdad es que es interesante. No está tan lejos como pensaba.

Mientras lo decía, recordé el nombre del doctor, así que me di cuenta de que no era cualquier persona. Era alguien que de verdad, había intentado hacer algo por los demás.

Sorprendida por lo que me ofreció después, miré a Diddy y me pensé qué responderle.

-Pues... tampoco quiero poneros en peligro, la verdad. Y es mucha distancia para que la recorra de noche. No puedo permitirlo. Pero por la mañana, podríamos iniciar la marcha hacia vosotros siguiendo la ruta que me has señalado y que Owem la hiciera en sentido opuesto, hacia nosotros. Así nos encontraríamos a mitad del camino... bueno, algo menos de la mitad para nosotros. ¿Te parece bien?

Entonces, me asaltó una duda.

-Esto... se me acaba de ocurrir. Tú puedes contactar conmigo. Supongo que yo no podré hacerlo contigo, ¿verdad? Quiero decir por si hay problemas o algo así.

Cargando editor
25/02/2021, 01:53
Didy

- Si, me parece bien. Dijo la chica y saco de su bolsillo unas fotos para que las vieras. 

Connor Harrison - Este es Connor. Es muy tranquilo y siempre habla con voz suave.

 

 

Doctor Eduard Grant- Este es el Doctor Grant.- te explico y al verle no te quedo duda de que era el mismo hombre, con ocho años mas a sus espaldas. Recordaste que andaba con un bastón y era muy borde con la prensa, solo le importaba trabajar y sacar la vacuna a delante, algo que no todos supieron entender.

 

Owem Y este es Owem. Habla raro, viste raro y no le gusta que toquen sus cosas. Si se las rompes se cabrea bastante.- aviso.- Pero no es malo... el doctor solo dice que es un poco especial.

 

 

La chica negó con la cabeza.- Yo tengo que estar dormida y tu también a la vez para poder conectar contigo. No funciona con gente despierta. Si hay problemas escóndete y cuando veas un coche muy grande gris sales.- dijo como si fuera algo sencillo.

La chica iba a decir algo más pero de pronto sentiste como si el suelo se abriera y cayeras al vació. Abriste los ojos, despertando sobresaltada. El bebé lloraba a tu lado pero no había sido eso lo que te despertó, sacándote de un sueño del que recordabas cada mínimo detalle. Un disparo. Estabas segura de haber oído un disparo dentro de la casa.

Cargando editor
25/02/2021, 18:49
Sigrid Foster
Sólo para el director

Afortunadamente Dean se despertó y entendió sus intenciones. Lo mejor que podía pasar era equivocarse, pero pronto se percató de que no era así. Ni siquiera llegó a la habitación donde dormían Tommy y Queenie cuando una brisa gélida la hizo estremecer. Todo pasó tan rápido que no pudo reaccionar. Se giró sobresaltada al escuchar el disparo y los gritos.

Eso... ¿eso es un vampiro?

Intentaba seguirle con la mirada pero era tan veloz que era imposible verle con claridad. Pestañeó un par de veces, asombrada, y comenzó a mover su martillo como si se tratase de un nunchaku, alrededor de ella, protegiendo su cuello por si al sujeto invisible se le ocurría acercarse de nuevo.

Corrió hacia los armarios de la cocina y buscó harina. Iba rápida. Si la encontraba, subiría de un salto a una silla, y de ahí, subiría a la mesa, abriría el paquete y lo esparciría desde lo alto, salpicándolo por la sala como si fuese nieve. Su idea era cubrir al vampiro, aunque fuese lo justo para revelar su silueta. Era rapidísimo, pero difícilmente podría esquivar los polvos, y si lo hacía, serían sus huellas las que le delatarían. Entonces Dean podría dispararle y ella cogería su ballesta y se colocaría delante de la puerta de la habitación, para que el vampiro no pudiese entrar donde estaban los bellos durmientes. Desde allí apoyaría a Dean.

Si no encontraba harina, buscaría aceite, mantequilla o jabón para utilizar en el suelo. Y si no había nada, recurriría a otro plan. Estaba dispuesta a capturarlo.

Cargando editor
25/02/2021, 20:39
Francis Anne Quinn
Sólo para el director

Había sido un sueño rarísimo, pero más raro todavía era cómo había terminado. Aquella sensación de caer por un precipicio que antes no estaba bajo mis pies, me hizo pensar que o bien algo la había despertado a Diddy... o a mí.

Entonces, pensé en el disparo que resonaba en mi cabeza. ¿Era allí... o en el otro lado?

Me activé tan deprisa, que sin prestar atención a nada cogí la ballesta y la preparé para disparar, mientras me ponía en pie y miraba a mi alrededor. ¿Y Dean? ¿Y Sigrid?

Sin perder más tiempo, fui a buscarlos, dejando al bebé llorando y preguntándome qué hora sería, además de si de verdad, todo había sido un sueño... o se había tratado de algo real.

Recordaba cada fragmento de lo que me había sucedido como si hubiese sido una película y ahora, tuviese en mis manos el poder de volver a verla. El mapa, las fotografías... y la desagradable sensación final, además de la incertidumbre de lo que estaba sucediendo.

¿Estábamos en peligro?

Cargando editor
26/02/2021, 02:42
Director

Quennie se despertó por el disparo y tomo su ballesta. Vio sangre en el suelo y a Sigrid correr a la cocina en busca de algo, abriendo los armarios. Dean trataba de apuntar a algo que se movía de una forma endiablada. Era un borrón que había dejado unas manchas sangrientas por el piso. 

El bebé lloraba asustado por el ruido pero teníais problemas mucho mas serios que resolver. 

Sigrid encontró aceite, el cual vertió mientras Quennie trataba de apuntar a un blanco que pasaba dos segundos en el mismo sitió, lo mismo que el hermano Dean.

Este volvió a disparar pero esta vez no hizo blanco, solo consiguió cabrear a este ser que en respuesta se detuvo un segundo para lanzar una lampara de mesa directo a la cabeza de Dean, la cual impacto rompiéndose en mil pedazos y tirando al hombre hacia a tras. 

Al detenerse pudisteis verle la cara. 

Wyatt

Fuera lo que fuera no era humano.

Viendo a Dean fuera de juego, la criatura se lanzo al cuello de Sigrid desando hincar sus dientes en ella, con tal ansia que ignoro el aceite del suelo, resbalo y cayo de rodillas. En este momento Quennie tuvo un blanco claro y perfecto, no lo pensó, disparo. 

La criatura no solo era veloz, sus reflejos le permitieron alzar el brazo a tiempo y terminar con el brazo atravesado de lado a lado de lado a lado.

Su grito de dolor fue terrible más la pesadilla no había terminado. 

Un frío filo de acero apareció ante el cuello de Francis. Eran dos vampiros. Uno había esperado oculto mientras el otro servía de señuelo.

 - Tira el arma.- Ordeno una voz severa a la espalda de Francis.- Sin tonterías. Ya ha sido bastante espectáculo por hoy. ¿Quienes sois?¿Que hacéis tan cerca de nuestros dominios?

 

 

- Tiradas (5)
Cargando editor
26/02/2021, 09:01
Francis Anne Quinn

No es habitual despertarse a mil revoluciones, salvo que una pesadilla te obligue a ello, llevándote a un estado de ansiedad tal que sientes que tu corazón va a saltar del pecho. En mi caso, nada más abandonar mi sueño, yo me sentía así, y mucho más cuando vi la sangre en el suelo y a Sigrid corriendo.

No entendía nada, pero lo que sí sabía era que estábamos en peligro.

-¿Qué ocurre? -grité, mientras intentaba apuntar a "algo" que pasó por delante, tan deprisa que no tuve tiempo de ver ni de qué era.

Lo que fuera contraatacó, tumbando a Dean al lanzarle una lámpara a la cabeza, y entonces fui capaz de verle, haciendo que todo mi cuerpo temblase. Pero no tenía tiempo para pensar o sentir, así que volví a apuntar, y cuando se abalanzó sobre Sigrid, disparé.

Las victorias no son nada satisfactorias a veces, porque las guerras incluyen multitud de ellas. Había aprendido, con el tiempo, que lo que veíamos y experimentábamos era algo relativo, que solo podía ser valorado desde perspectivas alejadas. En aquel momento, me sentí triunfante, pero cuando un filo metálico apareció de la nada en mi cuello, supe que todo había terminado. En ese momento supe con claridad que acabaría como Claire, y aquel pensamiento me llenó de tristeza. No deseaba terminar igual que ella. Prefería morir y dejar de sentir, antes que no ser yo misma y arrastrarme como un demonio por todo el mundo.

Por otro lado, mi mente empezó a funcionar a una velocidad inesperadamente vertiginosa. Varios vampiros atacando a la vez, y todavía estábamos vivos. Eso.... ¿sería normal? En aquellos instantes, vivir o morir valía lo mismo para mí; lo único que me resultaba inaceptable era... transformarme.

-Retira el cuchillo y te responderé. Si no, a qué esperas para cortarme el cuello. ¡VENGA, HAZLO! -le grité entre lágrimas -. Demuestra que nuestras vidas no son nada para ti; mátanos a los tres y después, al bebé. No te preocupes. Una vez estás maldito, qué más da hacer algo más para descender todavía más en el infierno. Así que adelante, mueve ese cuchillo y acaba conmigo.

Lloraba de rabia, miedo e impotencia, pero también despidiéndome de todo cuanto conocía. Lo importante para mí era algo que ya no tenía ni tendría nunca, por lo que solo podía aspirar a tener una muerte dulce, no en cuanto a la forma, sino por los motivos, o al menos, a que fuese solo eso, una muerte, tal cual, y no me convirtiese en un... monstruo.

Cargando editor
26/02/2021, 20:43
Sigrid Foster

El tipo frenó para tirar una lámpara contra Dean. Entonces vio al... ¿qué demonios era eso? Sigrid le miró horrorizada. Tenía dientes de piraña y el rostro de un payaso de Halloween.

Se abalanzó nuevamente hacia ella pero resbaló con el aceite que acababa de derramar. ¡Qué insistente era el tío! Sigrid se libró por poco y entonces vio a Queenie, ballesta en mano, haciendo un disparo impecable que cruzó el brazo del vampiro. Sus reflejos evitaron que lo matase, pero la puntería de Queenie fue digna de admiración.

Sigrid, que conservaba el martillo en su mano, trazó una parábola para aplastarle el cráneo, aprovechando que el vampiro estaba herido y de rodillas en el suelo. Sin embargo, frenó en seco cuando escuchó la voz de otro tipo que apareció tras Queenie, sosteniendo el plateado filo de su arma rozando el cuello de la chica.

Achinó los ojos y le observó durante unos segundos, analizándole. Luego pareció relajarse.

-Café -respondió a su pregunta, cogiendo su taza que todavía estaba sobre la mesa. Dio un sorbo. Lo iba a necesitar. -Hacíamos café, pero está frío -puso cara de disgusto y se giró tranquilamente, dando la espalda al nuevo mientras vigilaba por el rabillo del ojo al raro. Encendió el fuego y puso de nuevo la cafetera a calentar. Luego cogió un trapo y lo ungió con más aceite. Estaba de espaldas al vampiro que hablaba, así que daba por hecho que no veía lo que hacía. Envolvió el paño untado de aceite en su martillo, en la parte metálica, lo anudó y se giró.

Queenie estaba muy nerviosa. Gritaba, lloraba y le desafiaba a matarla a ella y a todos. La pobre había pasado mucho por culpa de estos seres, le habían destrozado la vida, tal vez por eso sonaban tan convincentes sus palabras.

-Como dañes a mi amiga -miró seria al nuevo vampiro, dejando ver su martillo a escasos centímetros del fuego encendido tras ella. Solo tenía que prenderlo- convierto a Flash en el Hombre Antorcha.

Sí, se refería al hambriento que la atacó dos veces. Y ganas no le faltaban. Sabía que eran más poderosos, sin duda, pero Sigrid no tenía experiencia con estos tipos y estaba claro que si el segundo salió de entre las sombras fue porque vio peligrar la vida de su amigo.

Además, Sigrid estaba enfadada. Por los dos ataques contra ella, por tirar a Dean, por amenazar a Queenie y por despertar a Tommy. Quería ir a consolarlo, pero el momento era crítico.

Para colmo el tipo les pedía explicaciones, como si fuesen ellos los que hubiesen hecho algo malo. ¡Menuda cara tenía! Ella no pensaba contarles nada. No conocía sus intereses y no metería la pata diciendo algo inapropiado acerca de sus planes.

-¿Y vosotros? ¿Qué justificación tenéis para invadirnos y atacarnos, cuando, según tú mismo dices, estamos fuera de vuestros dominios?

Aguardó unos segundos y después miró al vampiro que la atacó. No sabía si pedirle al otro que le ordenase salir de la casa para estar más tranquilos. Pero en este momento, si la cosa se ponía fea, tal vez fuese mejor tenerle cerca. Estaba herido, y no creía que en estos términos les pudiera sorprender, al menos no tanto como cuando entró.

-¿Estás bien? -preguntó al religioso, evitando dar nombres. Querría haberse acercado a él, pero no lo hizo. Era mejor mantener tres posiciones que dos, al menos por el momento.

-Tal vez ella te responda algo si retiras el arma, como te ha pedido -dijo refiriéndose a Queenie. No estaba segura de si esto era buena idea, dado el estado de nervios de la chica, pero creyó que este era el argumento definitivo para que su opresor considerase apartar de su cuello el filo de su arma.

La situación era tensa y peligrosa. Aguardaría la reacción del vampiro. Esperaba que se aviniese a retirar el arma, porque si dañaba a la chica, Sigrid no dudaría en cumplir su palabra.

Cargando editor
26/02/2021, 22:21
Jacob

Dean estaba un poco aturdido pero se levanto asintiendo a Sigrid, mostrando que estaba mas o menos bien.

- ¡No me vengáis ahora con victimismos! Sabemos que sois cazadores, matasteis a nuestro amigo Maximilian.- dijo el que tenía el cuchillo mas cerca del cuello de Quennie.- Debería mataros pero nosotros no somos asesinos como vosotros, os llevaremos ante el Príncipe para que os juzgue.

 

Dean - Ellas solo son supervivientes, mujeres inocentes, el único cazador soy yo. Pertenezco a la Orden de Leopoldo y os exijo en nombre de Dios que liberéis a estas mujeres.

 

 

Wyatt - No estas en posición de exigir nada, puto besa biblias. - Gruño el vampiro mas feo y deforme miro a Sigrid enseñando sus dientes punteagudos y deformes.- Suelta eso, niña o te vas a hacer daño. Soy mucho mas rápido que tu y la cabaña es de madera. No quieres estropear tu bonita cara con quemaduras ¿Cierto?

El feo miro a al otro.- ¿Y ahora que?¿Nos los llevamos a todos?

 

 - Gregor dijo que fue un cazador, uno solo, un hombre. Puede que este diciendo la verdad, mentir es pecado ¿No? y estas chicas no hablan como él... Además, no quiero volver con dos tias histéricas y un crio.

- Vale tío, si te vienes con nosotros tranquilito pasamos de ellas.

 

 DeanDean no miro a ambas y sin pensarlo mucho junto las muñecas haciendo el gesto de esperar unas esposas.

- Tenéis mi palabra de honor de que iré donde me llevéis si tiras el cuchillo y no tocáis a las chicas ni al niño.

 

Jacob bajo el cuchillo y empujo a Quennie tirándola al sofá. 

 Se movió a una velocidad inhumana y su cuchillo se apoyo en el cuello de Dean.- Ahora sin tonterías, eso va por todos. Nos llevamos al cazador, no intentéis seguirnos o cenaremos de vuestro cuello.

- Tiradas (1)
Cargando editor
27/02/2021, 08:31
Francis Anne Quinn

La situación se encontraba en un punto crítico. Durante un instante, contuve la respiración esperando que el cuchillo me degollara.

Pero no sucedió. El que estaba a mi lado empezó a hablar sobre alguien a quien se suponía que habíamos matado. 

¿Sería el mismo vampiro que me había atacado?

Fui a protestar, pero Dean se me adelantó. Lo último que faltaba era que reconociese que era cazador. Temiéndome lo peor para él, cerré los ojos. Cuando me lanzaron contra el sofá, intenté pensar rápidamente en algo. Dean no se merecía aquello, ni morir por nosotras, por mí al menos, ni tampoco acabar de aquella manera, transformado en lo que más aborrecía.

-Será mejor que me mates porque no permitiré que os lo llevéis. Él no ataca a nadie a no ser que se trate de defensa propia. Mató a un vampiro que estaba a punto de acabar conmigo mientras dormía, hace un par de noches, así que en ese caso, llevadme a mí y no a él.

Me puse en pie y me acerqué a Sigrid.

-Ocúpate del bebé. Qué no le suceda nada -le pedí, dándole un fuerte abrazo antes de girarme con el rostro endurecido hacia el líder -. No os lo vais a llevar. Punto y final. Asi defenderse es lícito para matar, él hizo eso para salvar mi vida. Se queda aquí. En todo caso, podéis llevarme a mí.

Apreté los puños clavándome las uñas. El dolor que sentí no era nada comparado con el que experimentaba al pensar que iban a llevarse a Dean con ellos. Por supuesto, ¿qué posibilidades tenía?

Ninguna.

Pero eso no iba a detenerme en cuanto a decir lo que pensaba y mostrarme tan dura como pudiera, como fuese capaz, a pesar del miedo que sentía y el desprecio por aquellos seres que habían arruinado mi vida.

Cargando editor
28/02/2021, 22:09
Sigrid Foster

Los vampiros les atacaron pensando que eran los cazadores responsables de la muerte de Maximilian. ¿Sería ese el vampiro que sorprendió a Queenie la pasada noche? El moreno dijo que merecían morir, pero que ellos no eran asesinos. Ésto a Sigrid no le parecía del todo cierto. El vampiro no movió un dedo cuando su amiguito se abalanzó sobre ella, no una, sino dos veces. Habría permitido que le clavase sus dientes de piraña y nada hacía pensar que lo hubiese detenido si hubiese querido matarla. No. Si no los mataban era porque su líder, el Príncipe, los quería vivos, seguramente para torturarlos o ejecutarlos en su presencia.

Dean, afortunadamente, estaba bien. Bueno, todo lo bien que se podía estar tras ese violento empujón. Se delató como el único de su profesión y prometió acompañarles a cambio de olvidarse de ellas y el niño. Sigrid analizaba la situación mientras esperaba qué determinación tomaría Queenie. Seguía con su martillo cerca del fuego, dispuesta a reaccionar a la mínima señal. Francis recibió otro empujón y ni sus gestos ni sus palabras incitaron a continuar con el ataque, sino que optó por defender a Dean.

El vampiro que atacó a Sigrid habló. Ella le miró sorprendida. Inexplicablemente, sin venir a cuento de nada, Sigrid había supuesto que no podía hablar, ya fuera por voluntad propia o por cualquier otro impedimento. Tal vez porque parecía sacado de una película de terror, esperaba una risilla endemoniada que pone los pelos de punta hasta al más calvo, unos ruidos perturbadores, pero poco más. Sigrid salió de su asombro cuando él se dirigió a ella, y se inclinó un poco hacia atrás cuando el tipo le mostró sus dientes. ¿Le tenían a dieta o qué?

Queenie se levantó del sofá y abrazó a Sigrid. Ella le correspondió el abrazo, estaba afligida, aunque trataba de disimularlo. La chica tenía razón, debía quedarse y proteger al niño. ¿En qué iba a ayudar que les acompañase? No cambiaría la situación de Dean y pondría en peligro la integridad del niño, tanto por el viaje como por el antro al que iban. Aún así le costaba dejarles marchar. Sentía que estaba en una partida amañada. Como si jugasen al poker y los vampiros viesen todas las cartas. Así solo se puede perder. ¿De verdad no podían hacerles frente? Ni Dean ni Queenie parecían creerlo, aunque el primero tal vez lo hubiese intentado de no estar ellas. Sigrid tenía la sensación de que se entregaba para que nadie resultase herido.

De repente se le ocurrió una idea. Una para la que había que tener fe, pero esa misma fe era lo que había salvado al religioso hasta ahora. ¿Por qué iba a cambiar su suerte ahora? Podía ayudarles, pero debía esperar a que los vampiros se fueran.

-¿Dónde os lo lleváis? ¿En qué ciudad vivís? -preguntó a los vampiros.

Cargando editor
01/03/2021, 03:59
Wyatt

Los dos vampiros soltaron una risita entre dientes.- ¿Has oído? ¿Piensa en serió que puede impedirnos algo?

Jacob - La reina del drama y la reina del baile.- dijo el otro poniendo motes a ambas.

- ¿Para que iba a querer llevarte? Solo queremos al tipo que mato a nuestro amigo. Los cazadores matan a decenas de los nuestros al año impunemente pero no esta vez. Sera juzgado por nuestro príncipe en la ciudad roja, si es que te interesa.

 

 - Tranquilas, no me pasara nada. No les tengo miedo, Dios esta conmigo.- dijo y supisteis que su fanatismo llegaba al punto de pensar que su fe le protegería de alguna forma.

 

 

Wyatt - Seguro que si y vas a hablar con él muy pronto.- prometió el tipo deforme.

 

 

 - Hablo con el todos los días. 

 

 

Jacob - ¿Enserio? No te ha de querer mucho si no te aviso de lo que va a pasarte. Wyatt, nos vamos. ¿Quieres despedirte de tus amigas, cazador?

 

 

 - Veo que te queda algo de humanidad, te lo agradezco.- dijo sincero.- Señoritas, sois fuertes, os ira bien. Manteneros juntas, cuidad del pequeño y pensad solo en sobrevivir. Recordad que Dios esta con vosotras y os ama.

 

 WyattSuficiente.- gruño el vampiro más feo. Se arranco el vitore del brazo  y tirándolo al suelo. Sus mandíbulas se apretaron al sacarlo pero una vez fuera la herida sano casi al instante ante vuestros ojos. Su cuerpo se hizo un borrón que salió de la casa como una corriente de aire mientras el otro tipo se convertía en una sombra oscura que un parpadeo engullo a Dean y se deslizo con la misma velocidad que su compañero, saliendo y perdiéndose en la noche.

El niño seguía llorando. 

Estabais solas.

De Dean solo quedaba su equipaje.....

Cargando editor
01/03/2021, 15:54
Francis Anne Quinn

Todo se quedó en silencio.

Incluso con el bebé llorando como si la desesperación le estuviera corroyendo por dentro, y el sonido del viento entrando por la puerta que se había quedado abierta tras la marcha de todos, para mí, el mundo se detuvo y todas las voces se apagaron al mismo tiempo.

Dean era un alma noble, como lo eran otros muchos que habían caído antes que él, pero la gran diferencia era que en aquel momento, yo tenía una opción y en las demás ocasiones, no. Y la verdad es que ni siquiera lo dudé.

-Quizás vayan a la ciudad roja -dije en voz alta, más para mí misma que para que me oyese Sigrid. 

A continuación, me volví y agarré mi mochila. Tenía demasiadas latas d raciones, así que solté unas cuantas. Con tres latas me bastarían. Después, cogí mi ballesta y el cuchillo, y me giré hacia Sigrid. 

-Sé lo que me vas a decir y lo sé, pero no voy a abandonar a Dean. He perdido demasiada gente que me importa como para permitir que se salgan con la suya sin luchar. Seguramente acabarán conmigo, pero no me rendiré. Seguiré su rastro y los alcanzaré. Tardaré más, pero incluso un vampiro tiene que detenerse de día y desde luego, irán en línea recta, así que dudo que me sea muy difícil continuar a pesar de no hallar nada. Pero no le abandonaré. Ahora ese bebé es responsabilidad tuya. Cuídalo... y cuídate tú también.

Sabía que también ponía en peligro a Sigrid pero ella tenía una opción mientras que Dean, no tenía ninguna. Que lo mataran era solo cuestión de tiempo. Si lograba seguir su rastro, quizás podría rescatarle o simplemente, morir con él.

A lo mejor era eso precisamente lo que buscaba.

Pero ya lo había decidido.

Entonces, me agaché y saqué el cuchillo, dibujando con él el mismo mapa, o una aproximación, que el que me había mostrado Diddy.

-Mira atentamente este mapa. Sal del bosque y ve por este camino de tierra. A una hora de distancia más o menos hay una cabaña. Allí estará un tal doctor Grant, además de varias personas más, entre otras, una niña llamada Diddy. Diles que vienes de mi parte y que... yo no lo he conseguido.

Debía ser fuerte, pero no era nada fácil. Me levanté y estuve a punto de evitar la mirada de Sigrid para que me resultara más sencillo hacer lo que tenía que hacer, pero ella también se merecía una despedida adecuada.

-Estoy segura de que podrás llegar y allí... ya no estarás sola. 

Cargando editor
02/03/2021, 16:28
Sigrid Foster

-Sí, van a la Ciudad Roja -verificó. No creía que el vampiro hubiese mentido. En cualquier caso, el Príncipe solo podía vivir en la ciudad más importante y todo apuntaba a que era esa.

No le extrañó que Queenie quisiera seguirles. Seguramente no podría hacer mucho, pero si Maximilian era el vampiro que la asaltó la pasada noche, ella era un testigo importante. Dean lo tenía muy complicado. ¿Sería el Príncipe un hombre justo? ¿Se guiaría por su juicio o preferiría complacer a sus iguales? El mejor modo de ayudar a Dean era secuestrarlo antes de que llegase a la ciudad. Esto que parecía imposible, dejó de serlo en cuanto los vampiros les advirtieron de no seguirles. Si planeasen usar sus poderes no habrían podido alcanzarles, ni por lo tanto, ser su cena. Así que disponían de algo muy valioso: tiempo. "Dos mujeres y un bebé" parecía más el título de una película que un equipo de rescate, pero siempre hay alternativas.

Se fijó en el mapa y la dirección que Queenie le indicó. Estaba a tan solo una hora, pero Sigrid seguía con su confianza hacia desconocidos. Al menos le tenía que preguntar. -¿De qué conoces al doctor Grant y a Diddy? ¿Tienen tu absoluta confianza? -Sería conveniente saber cuánto harían ellos por Queenie.

Devolvió a la chica todas las latas menos una, por no hacerle el feo. -No te preocupes, también tengo comida. Muchas gracias igualmente -sonrió. Y antes de que saliese disparada de la cabaña le pidió que aguardase solo un instante.

-¡Espera! Voy a usar la radio para intentar contactar con la Orden de Dean -explicó. Si conseguía dar con ellos tendrían una ventaja importante. Disponían de vehículos y no dejarían a su hermano en la estacada, o eso quería pensar-. Veo que estás determinada a seguirles y no podré disuadirte, pero puedes conceder cinco minutos, tal vez dos. Lo dejo a tu elección. 

Mientras hablaba, Sigrid ya estaba toqueteando el aparato de radio, comprobando si funcionaba y buscando señal al otro lado. -¡Hola! ¿Alguien puede escucharme?

Cargando editor
07/03/2021, 20:58
Director

Primero sonó mucho ruido de estática.

Algo lejano, una voz entrecortada. Costo un poco captar bien la respuesta pero esta llego.

- Aquí estación siete de la Hermandad. Habla con Samuel, ¿necesita ayuda? Corto.

El mensaje sonó y conciso. Si Dean hubiera podido tocar la radio antes tal vez las cosas no hubieran sucedido como lo hicieron.

 

Cargando editor
07/03/2021, 21:19
Francis Anne Quinn

No me esperaba que alguien respondiese, más cuando ya estaba decidida a marcharme. Sabía que no iba a competir en rapidez sino en astucia, pero tampoco me apetecía demorarme demasiado. Lo que sí era cierto es que al menos, aquel podía ser el billete que Sigrid y el bebé necesitaban.

Sorprendida, me acerqué a ella.

-Responde. Puede que tengan a alguien que venga a buscarte -le dije, sin abandonar mi idea. Además, tenía un sitio alternativo al que ir, gracias a Diddy, si es que veía que no tenía ninguna oportunidad.

Mientras en mi interior me rompía por la impaciencia y el dolor al pensar en Dean, procuré mantenerme, al menos en el exterior, entera, y esperé a que Sigrid hablase.

Cargando editor
08/03/2021, 00:46
Sigrid Foster

¿Hermandad? ¡Tenían que ser ellos, la Orden de Leopoldo!

Sigrid sonrió sorprendida por tanta suerte.

-Hola Samuel. Soy Sigrid. ¡Que suerte dar con usted! Sí, gracias. Necesita su ayuda el hermano Dean, urgentemente. Ha sido capturado por dos vampiros y le llevan a la Ciudad Roja, ante el Príncipe. Un vampiro es rápido como el viento y el otro se oculta en las sombras. Creemos que van a pie y podrían ustedes alcanzarles antes de llegar a la ciudad. ¿Pueden rescatarle, por favor? Una persona aquí va a seguirles. Tal vez pueda entregarle un mensaje a Dean, o ayudarles a ustedes de algún modo, pero no podrá rescatarle sin su ayuda. Cambio.

Se mordió el labio. Estaba nerviosa pero esperanzada. Eran su familia, por decirlo de algún modo, ¡tenían que ayudar a Dean!

Miró a Queenie. Sabía que tenía prisa por salir, por eso Sigrid lo soltó todo de golpe, para ganar tiempo. Habló rápido pero vocalizando muy bien, asegurándose que se comprendía su mensaje. Ahora solo tenía que esperar la respuesta de Samuel. Mientras lo hacía insistió a su amiga. Era importante para ella conocer las respuestas.

-Queenie, dime por favor, de qué conoces al doctor Grant y en qué grado confías en él. ¿Tanto como para confiarle a Tommy? -le miró a los ojos. Francis había dicho “un tal doctor” y eso le hacía sospechar que no lo conocía en persona-. ¿Estaría seguro el niño allí si a mi me ocurriese algo?

Le daba pena escucharlo llorar, pero no tardarían en resolver esto y entonces lo cogería en sus brazos.

Cargando editor
08/03/2021, 02:13
Director

- ¿Dean?.- dijo la voz con asombro pero trato de mantener la calma.- Le agradecemos el aviso, señorita, el hermano Dean llevaba días desaparecido. Sabemos donde esta la ciudad roja pero necesitamos saber el lugar exacto del que ha salido para triangular su posición y mandar una unidad de rescate antes de que lleguen a la ciudad.- Te pidió el hombre preocupado.

Le prometo que haremos todo lo que podamos pero no traten de seguirles, los vampiros tienen los sentidos muy agudos, si descubren que les siguen les atacaran. Si necesitan ayuda les mandaremos un vehículo para llevarles a un lugar seguro.

Cargando editor
08/03/2021, 09:11
Francis Anne Quinn

Bueno, aquello acababa con mi idea de seguirles, aunque algo en mi interior continuaba empujándome a hacerlo. Sin embargo... quizás no debiera hacerlo, no tanto por mí, que no me importaba demasiado mi porvenir, sino por Sigrid, a quien no deseaba abandonar a su suerte, y el bebé.

Abrumada, coloqué una mano en el hombro de Sigrid.

-Es... complicado. Pero creo que podemos fiarnos. Lo único que sé es que están en una cabaña y que seguramente, podrían necesitar ayuda. Quizás podamos volver todos juntos -comenté. Entonces, pensé un momento en todo antes de tomar una decisión.

-Diles que estamos en una cabaña de guardabosques, que se encuentra a unos 500 kilómetros de la ciudad roja, y que sé de la cercanía de un grupo de personas a una hora de aquí, entre ellos un tal doctor Grant. Si pueden venir a recogernos y a ir a buscarlos, sería estupendo. Ah, y diles también lo del bebé. Seguro que no pueden resistirse a eso.

Volví a mirar a Sigrid, sabiendo que deseaba conocer más detalles.

-Si te lo explicara no lo creerías, pero supongo que mereces saberlo. Ha sido un sueño. Una niña se comunicó conmigo a través de los sueños y me dijo exactamente en dónde estaba la ciudad roja y también en dónde se encontraban ellos. De hecho, estábamos a punto de quedar en encontrarnos a mitad de camino cuando el disparo me despertó. Supongo que deberíamos intentar reunirnos con ellos y salvarnos todos. Pero yo voy a por Dean. Diles que me localicen en la ciudad roja si quieren, pero no me quedaré aquí esperando.

Cargando editor
09/03/2021, 18:48
Sigrid Foster

Francis se iba. No era algo que le sorprendiese, sabía que no dejaría solo a Dean y también que no la escucharía si intentaba disuadirla. Entendía que quisiera ir tras él, pero corría un gran riesgo al hacerlo. Los vampiros la capturarían, de eso había un 99% de probabilidades, si no más.

-No acabarán contigo, Queenie, viva eres más valiosa. -respondió a un comentario hecho por la chica con anterioridad-. Pero sí creo que si te alcanzan, los vampiros cumplirán su promesa de alimentarse. -Especialmente el de los dientes de piraña. ¡Qué ansioso era ese tipo!

La escuchó y antes de responder a Samuel, se levantó y le dio un sentido abrazo a modo de despedida. Aunque la intención era volver a reunirse si esta noche todo iba bien, no sabía si sus pasos volverían a cruzarse. Había sido un placer conocerla a ella y a Dean, pero temió que decirlo hiciera que su ánimo decayese todavía más.

-Espero que los refuerzos lleguen pronto. Procura que no te descubran los vampiros, pero si lo hacen y llegas junto a Dean, tal vez sea mejor que no le informes del plan, no al menos con palabras. No sé qué poderes tienen esos dos. -Sigrid pensaba que si podían camuflarse en las sombras y en el viento, los susurros no serían un misterio para ellos. Prevenidos del rescate, sería prácticamente imposible llevarlo con éxito.

-Cuida del niño grande, yo me quedo con el pequeño -se despidió de Queenie-. ¡Anda, ve!

Se nuevo se sentó, lista para enviar otro mensaje. En otras circunstancias habría puesto a prueba al destinatario, pero no había tiempo que perder, y se veía en la obligación de hacer lo que peor se le daba: confiar.

-Estoy en una cabaña de guardabosques, a una distancia relativamente corta del refugio militar y de la carretera. Tome nota -observó su mapa que seguía sobre la mesa y le indicó los datos exactos-. Les pido que prioricen el rescate. Si pueden enviar otro vehículo a recogernos, estaré solo yo. Mi amiga se ha ido, pero me ha informado de otra cabaña donde pudieran necesitar ayuda. -De Tommy no dijo nada. Un bebé era un caramelito y aunque era improbable, no sabía si alguien más podría estar escuchando la radio. -¿En cuánto tiempo llegarían? Cambio.

¡¡¡Dios!!! ¡Qué nervios tenía! ¡Había dado su nombre y su ubicación! El corazón le iba a mil. Tuvo que hacerlo para dar confianza a Samuel y para que pudiesen ir a rescatar a Dean, pero estaba mucho más que intranquila. Esperaría la respuesta del hombre y haría unas cuantas cosas antes de que llegasen.

Cargando editor
09/03/2021, 19:39
Francis Anne Quinn

El abrazo de Sigrid me supo a despedida, pero también a mucho más de lo que había supuesto, a un conjunto de emociones que eran más poderosas que iban más allá de la amistad. Habíamos estado poco tiempo juntas, pero el hecho de correr peligro, tomar decisiones y cubrirnos las espaldas, incluso cuando no estábamos de acuerdo, había forjado un vínculo inesperadamente fuerte.

-Gracias. Sé... qué estás preocupada por lo que me ocurra, pero no lo estés. Y haría lo mismo por ti si fuese el caso, no vayas a creerte que con Dean es diferente que contigo. 

Me coloqué mejor la mochila, cogí la linterna y me di la vuelta para marcharme, oyendo de fondo el chisporroteo de la radio. Abrí la puerta y justo antes de salir, me giré por última vez hacia ella.

-Haré todo lo posible por volver, Sigrid. Con o sin Dean, intentaré llegar hasta la cabaña.

Aquello fue lo último que le dije, antes de salir a toda velocidad por la puerta, en dirección al bosque, agudizando los sentidos y encendiendo la linterna para intentar localizar con mayor precisión por dónde iban. El rastro era reciente y habíamos visto hacia dónde se dirigían, por lo que no podía ser tan complicado encontrarlo, aun en la oscuridad. Quizás en aquellos momentos estuviesen ya llegando a la ciudad roja, no lo sabía, pero el tiempo para ellos no era igual que para los humanos. Un vampiro podía permitirse el lujo de esperar eternamente; un humano no.

Así que contaba con lo inesperado, o al menos, con eso rezaba, como hubiera dicho Dean. Si Dios tenía un plan para mí, iba siendo hora de que lo pusiera en práctica porque yo no iba a esperar a nadie.