Partida Rol por web

El mundo oscuro.

Recorriendo sendas en la oscuridad.

Cargando editor
18/01/2021, 12:58
Francis Anne Quinn

La visión de aquella muñeca de trapo me hizo darme cuenta de muchas cosas. Por mucho de que aquel muchacho, porque en el fondo era lo que me parecía, un muchacho con ideales muy elevados, todo podía tener su origen en algo tan sencillo y habitual como la pérdida de un ser querido. Con sumo cuidado, y mucho respeto, volví a guardar la muñeca en su lugar, dejándola de la misma manera en la que me la había encontrado.

A lo mejor me estaba inventando todo aquello y se trataba de un recuerdo de su infancia, o simplemente un regalo por parte de algún niño a quien había ayudado, pero algo en mi interior me decía que en aquellos tiempos, solo llevábamos lo imprescindible y que algo como aquello, debía tener mucho significado para él.

No hablé de ello durante la comida, y de hecho, procuré olvidarlo casi completamente y que perteneciese únicamente a él.

Pero volver a recordar a Claire era muy duro. Resultaban tan sencillo dejarse llevar por el dolor que solo me permitía pensar en ella cuando de verdad podía permitírmelo o me sentía tan hundida que únicamente volver a sentir mi amor por ella, podía darme las fuerzas que necesitaba.

Sin embargo, recordarla dolía, cada vez más, por desgracia, porque quizás me resultaba complicado seguir mirando el mundo con un hilo de esperanza.

No se me ocurrió pensar la reacción del leal y honorable hermano Dean ante el descubrimiento de Claire, y a pesar de estar cabizbaja, sonreí, aunque con cada intento que hacía de salir del atolladero en el que él mismo se había metido, todavía lo empeoraba más.

-Te aseguro que soy normal, Dean –le dije, divertida. No era la primera vez, ni sería la última, seguramente, que alguien se sentía así al descubrirlo. Falta de costumbre, suponía -. Tranquilo, Dean. No tiene importancia. 

Pasado el momento de azoramiento, fue capaz de decir lo que sentía y sabía que era completamente cierto. Al hablarme de su familia, entendí la verdad de su vida. Él tampoco tenía nada más por lo que vivir aunque había encontrado una manera de mitigar su dolor. No lo llamaba venganza, aunque para mí fuese claramente eso, sino cruzada. A pesar de todo, permanecí en silencio, asintiendo con la cabeza.

-La muerte nos ha golpeado con demasiada dureza, Dean. No debe extrañarte que no crea en nada. Pero me alegra que tú sí hayas encontrado algo –le dije finalmente, deseando que todo terminase, que el dolor desapareciese y que por fin pudiese mirar a mi alrededor sin temores o arrepentimientos.

Pero ese día no llegaría jamás. Yo lo sabía, y Dean, seguramente, también.

-Sí, claro. Además, tengo curiosidad por ver a qué se parece más tu guiso, si al café, o al bizcocho –le dije, riéndome, cambiando así de tema y también el ambiente que nos rodeaba, el cual se había vuelto demasiado pesado para los dos.

La verdad es que en el fondo, ambos nos parecíamos más de lo que suponíamos. La pérdida y el dolor era lo que llevábamos dentro, lo que nos ayudaba a seguir, solo que en mi caso, a veces sentía que estaba en el precipicio, a punto de abandonarlo todo y dejarme arrastrar por el odio. Alguna vez incluso pensé en dejarme transformar y olvidarme así de lo que era sufrir.

Alguna vez… más de una en realidad.

Cargando editor
19/01/2021, 01:44
Dean

Descubriste con agrado que el guiso era mas parecido al café. Estaba algo soso por no tener sal pero las hiervas que puso le daban buen sabor a la carne fresa. Viste que te sirvió los mejores trozos con el pretexto de que debías recuperarte y que el había comido mucho bizcocho, lo que hacia que su estomago no estuviera del todo bien.

Te conto que aprendió a cocinar en el orfanato, que lo enseño una monja a la que quiso como a una madre pese a tener años como para ser su abuela. incluso fue ella quien le escribió una carta de recomendación y había sido pinche de cocina en un buen restaurante... antes de que todo se fuera a la mierda pero que siempre tuvo en la cabeza lo que le paso a su familia.

Te dijo que pasaba mucho tiempo en internet, buscando cosas de vampiros, hasta que dio con un tipo que le dio unas contraseñas para entrar en la web profunda y así dio con otros como él, terminando por ingresar en la orden.

Al terminar de comer el se ocupo de recoger los enseres mientras tu empacabas tus cosas y en unos minutos ya estabais listos para iros.

- Se me ocurrió quemar la cabaña para borrar rastros pero el fuego sería un señal mayor, así que mejor no.- dijo cargando su mochila a la espalda y esperando que tu estuvieras lista.

Dean siempre parecía animado, como si las cosas horribles que le hubieran pasado no fueran lo bastante importantes como para borrar su sonrisa.

- Bien, vamos a encontrar ese algo que necesitas.- dijo animándote a comenzar el viaje.- Ya sabes, yo tengo mi fé, ahora toca buscar que te mueve a ti a levantarte cada mañana. Todos tenemos un propósito en este mundo, el mio es servir a Dios y descartando que el tuyo sea casarte y tener muchos hijos...- dijo guiñando su ojo para indicar que bromeaba con tu condición y sus valores conservadores.- Algo tendremos que encontrar... pero tu guías, que si es por mi de aquí no salimos en la vida.

 

Cargando editor
19/01/2021, 20:47
Francis Anne Quinn

La comida fue agradable y reparadora. Teniendo en cuenta que ambos llevábamos un pesado lastre detrás de nosotros, no éramos las personas más hundidas del mundo, y al menos podíamos disfrutar de un buen café.

Fui a protestar cuando empezó a darme los trozos más grandes de carne, pero lo dejé estar. En el fondo, a veces no solo necesitábamos cuidar de nosotros sino también de alguien más. Entendía a la perfección aquella necesidad de cuidarme, porque a mí me hubiese gustado tener a alguien con quien hacerlo, una persona a quien mostrarle mis sentimientos y que me ayudase a recordar lo bueno que había todavía en mí, o en el mundo.

Aprovechando aquel momento, le hablé también de mí, de mi abuela, de Claire, de cómo me había rendido y que solo la suerte había hecho que pudiera sobrevivir durante tanto tiempo.

-No he llevado una vida sencilla, precisamente, pero Claire y mi abuela eran lo mejor que tenía. Los brazos de Claire me animaban a seguir cada mañana y a descansar por las noches, por muy horrible que fuera, y la sonrisa de mi abuela me daba confianza para pensar en que merecía la pena luchar. Pero me lo arrebataron. En poco tiempo, lo perdí todo. Así que aquí estoy, yendo hacia ninguna parte, sin un objetivo claro que perseguir y sin importarme mucho si mañana podré despertarme o dormiré para siempre. Entiéndeme, Dean. Agradezco que me salvaras, pero quizás solo hayas prolongado lo inevitable.

Debía reconocer que era agradable entablar conversación con alguien, para variar, y más con Dean, un chico que parecía tan honesto como su rostro parecía indicar.  La historia de su vida se completaba y adquiría sentido, y a mí me bastaba con que él se sintiese bien con su forma de vida. Pero yo todavía estaba lejos de encontrar mi motivación. Por eso no era capaz de evitar aquella manera de hablar cuando tenía ocasión. Pero él tampoco se merecía aquello, así que le hice un gesto con la mano.

-No me hagas caso. A veces me pongo melancólica pensando en todo lo que tenía y me cuesta animarme. Supongo que cuando nos pongamos en marcha, se me pasará.

Quizás por eso, mientras recogíamos nuestras cosas, empezó a hablar sobre eso precisamente. A lo mejor le pareció ver algún gesto en mí que le hizo dudar sobre mis ganas de seguir adelante. Lo entendía. No tenía ningunas, porque no me esperaba nada más allá, salvo más luchas y quizás, un mordisco gratis, como había estado a punto de sucederme en la caravana.

Sí que me hizo reír con su ocurrencia, y así se lo mostré, pero todavía no me sentía cerca de encontrarme a mí misma, de ser eso posible, por supuesto.

-Cuando lo encuentre, serás el primero en saberlo, aparte de mí, por supuesto, o el tercero si me cuentas a mí y también a Dios –le comenté, antes de colgarme la mochila.

Con ella a la espalda, miré a nuestro alrededor y más allá de la caravana.

-Está bien, pues vamos allá –le dije, iniciando la marcha.

Cargando editor
19/01/2021, 23:10
Dean

Dean te siguió. No te costo darte cuenta que algo en el sentido de la orientación de ese chico no estaba bien. Estabas bastante segura de que si lo dejabas sólo terminaría dando vueltas como un perro buscando morder su rabo.

- Tal vez lo enfocara mal.- termino diciendo.- Puede que tu me estés salvando a mi, puede que tu seas mi ángel custodio enviado para que no pierda mi camino.- dijo sin que supieras si hablaba en serio o no.- O puede que el uno sea el ángel del otro.

Después de mucho caminar y escuchar hablar a Dean de todas las viejas series de televisión que recordaba, llegasteis a un punto del bosque cruzado por una carretera. 

Una alambrada acotaba una zona con un viejo letrero, aunque hacia mucho tiempo que nadie hacia maniobras militares, nunca se sabía si dejaron entre la maleza alguna granada perdida con ganas de explotar. Lo mejor fue el vehiculo detenido en mitad de la carretera. Por el polvo debía llevar mucho tiempo allí.

El sol empezaba a caer y Dean sugirió.- Ese coche parece amplio, podíamos dormir dentro... o buscar alguna tienda militar o edificio donde resguardarnos... o seguir andando y ver que mas encontramos. Tu decides, señorita angel.

Cargando editor
20/01/2021, 01:05
Director

Cualquier sitio que encontraras ya había sido saqueado antes. Ocho años eran demasiados, otros supervivientes se habían adelantado y solo dejado polvo tras ellos. Tal vez las ciudades tuvieran algo, muchas se evacuaron apresuradamente y con seguridad se dejarían enseres, gasolina, cuchillos, ropa de abrigo.... pero era peligroso. 

Las ciudades eran hervideros de zombies en el mejor de los casos. Oíste de otras donde criaturas sobrenaturales las gobernaban imponiendo su ley.

El verano estaba terminando, el tiempo se te echaba encima y apenas habías logrado un par de cosas útiles. 

Cruzando por mitad de un bosque viste una alambrada. Una zona militar, uno de esos refugios que los militares usaron como cuarteles de campaña y abandonaron al ser enviados a otro lugar con mayor probabilidad de ser defendido con éxito. 

Al final una carretera cruzaba, anunciando que estabas llegando a un punto más civilizado, seguramente hubiera algún pequeño pueblo a pocos kilómetros pero todo lo que podías ver desde tu posición era un viejo vehículo militar abandonado y polvoriento.

El sol estaba ya muy bajo, era hora de tomar una decisión. Posiblemente una que marcaría el resto de toda tu vida.

Notas de juego

Marca solo para el director.

Cargando editor
20/01/2021, 12:03
Francis Anne Quinn
Sólo para el director

Desde siempre había sabido orientarme en cualquier lugar y cuando abandoné la ciudad, a pesar de caminar a través de zonas abandonadas y a veces incluso al amparo de la oscuridad, no perdí esa capacidad.

De todas maneras, tampoco es que me importase demasiado hacia dónde iba. Cuando no se tiene un destino, todos los lugares son igualmente válidos y a la larga, en todos se encuentran peligros y a menudo, se extraen pocos beneficios. Había conseguido más en aquella caravana perdida en mitad del bosque, que en otros sitios más grandes que me había encontrado, quizás porque nadie había sido capaz de encontrarla hasta ese momento.

Y además, estaba Dean. No era un objeto de valor, pero caminar acompañada de alguien que al menos sabía como luchar contra los vampiros, era todo un alivio

Mientras caminábamos, intentó determinar el sentido de estar allí, juntos. Parecía obligado para él darle un significado a cuanto sucedía a su alrededor.

-O a lo mejor solo ha sido una casualidad afortunada –le dije, sin dejar de caminar ni de prestar atención al camino.

Terminamos hablando de muchas cosas de nuestra vida anterior o más bien, todo aquello que nos gustaba de ella, lo que añorábamos y también hubiéramos querido tener de regreso, pero cuando llegamos a la zona del bosque en donde se podía ver la carretera, nos detuvimos.

Una carretera significaba que habíamos alcanzado un lugar que podía estar más transitado y como consecuencia, mayor grado de peligro. Había una alambrada y parecía que era algo así como la entrada a un recinto militar. Había también un vehículo, una especie de jeep, y parecía estar completamente fuera de uso desde hacía mucho tiempo.

-No me gusta. Siempre que veo algo que está fuera de lugar, desconfío. No lo hice con la caravana y ya viste lo que me sucedió –le dije a Dean.  Por eso siempre solía evitar los lugares con gente o en los cuales podía llegar alguien busca de refugio.

La única vez que no había seguido aquella sencilla regla, había estado a punto de morir por lo que no volvería a cometer el mismo error. Sin embargo, el sol estaba ocultándose y eso era ya un problema. No disponíamos de demasiado tiempo para decidirnos.

-Registrémoslo antes y después decidiremos –le dije, ignorando su manera de referirse a mí. A menudo, mis clientas se referían a mí de aquella manera, por lo que no era algo que me gustase recordar o me generase buenas sensaciones. Por mucho que no lo considerase como el peor trabajo del mundo, porque así era, dado que yo era quien escogía a mis clientes y no a la inversa, y que siempre era muy precavida a la hora de hacerlo, procurando no tratar con mujeres que no cumpliesen las formas que yo exigía, era consciente de lo que había hecho y por qué, y también que hubiera preferido hacer otras cosas, como terminar mi carrera por ejemplo.

Pero al final, la vida nos había empujado hasta donde estábamos en aquel momento y eso era todo lo había, tanto para bien como para mal.

Cargando editor
20/01/2021, 23:33
Sigrid Foster
Sólo para el director

El día tocaba a su fin dejando de nuevo esa sensación de tiempo improductivo. Tiempo lejos de los suyos y sin encontrar lo que buscaba. No se desesperaba, sabía que era un objetivo complicado, pero hubiese deseado estar ya de regreso con el combustible y algunos medicamentos.

Sigrid leyó el cartel de la alambrada. La advertencia de peligro daba bastante mal rollo. ¿Qué demonios habría pasado allí? Tal vez los militares disparasen a cualquiera que atravesara el perímetro sin esperar a averiguar si era un zombie o no. Pero esto debió ser en el pasado. Ahora el lugar parecía abandonado. Como lo estaba el coche, unos metros más allá.

Se acercó al vehículo. Aunque había verificado antes que la zona estaba despejada, seguía pendiente de cualquier sonido que llegase a sus oídos. Sujetaba en la mano derecha su martillo anti zombies Mjolnir, un arma que había hecho ella misma. Parecía evidente que no encontraría a nadie en el coche, pero siempre era mejor actuar con cautela. Antes de tocar nada, observó el interior desde fuera. Con cuidado abrió el maletero y miró si contenía algo de provecho. Después abrió las puertas y registró la guantera, los asientos y cualquier rincón donde pudiese haber algo guardado. Tal vez incluso podían estar las llaves.

Salió del coche y volvió a vigilar el perímetro. Lo siguiente era comprobar si había combustible. Para ello sacó una pequeña manguera flexible de la mochila, la idónea para vaciar un depósito, y una botella de plástico que era útil pero no tenía la capacidad de albergar el contenido de un depósito completamente lleno. De todos modos en ese momento solo quería comprobar si el vehículo tenía combustible, pero en caso afirmativo todavía no lo extraería.

Finalmente revisó el estado del vehículo. Seguramente llevaría demasiado tiempo a la intemperie, pero no estaba de más comprobarlo. ¿Podría conducirlo en caso de necesidad? ¿Tal vez para regresar si conseguía lo que buscaba? Tenía que averiguarlo.

El sol estaba bajo, así que no quedaba mucho tiempo. Las opciones eran seguir la carretera hasta un lugar habitado o examinar la zona militar. Ambos lugares le daban mala espina. El el primer caso, tendría que encontrar una ubicación idónea para vigilar el pueblo con los prismáticos. No había tiempo para ello. La base militar estaba aquí, aunque de todos modos no pensaba entrar y ponerse a buscar enseres en la oscuridad, tan solo hacer pequeñas averiguaciones.

Siguió la alambrada, buscando huellas más y menos recientes. También observó si había algún indicio de trampas, eso se le daba bien. En caso de encontrar huellas se retiraría y dejaría la expedición para el día siguiente. Si no hallaba ninguna evidencia de presencia reciente, se aproximaría solo un poco, si era posible hacerlo cobijada por el espesor del bosque y priorizando no ser vista. Se contentaría con ver qué tipo de campamento era, si se trataba de tiendas o si había alguna edificación de obra. También sería útil estar atenta a cualquier movimiento, si lo había se retiraría de inmediato.

En cualquier caso, el crepúsculo no era buen momento de investigar sino de buscar el lugar idóneo para pasar la noche, por lo que Sigrid se alejó de la zona militar, con o sin la información que buscaba. Se adentró de nuevo en el bosque, por donde había venido, ampliando la distancia con el campamento, y se preparó para pasar la noche. Como de costumbre, estableció su propio perímetro a una distancia prudencial para tener tiempo de reacción, rodeándolo con un hilo de pescar y una pequeña campanilla que colocó junto a ella.

Notas de juego

Mjolnir

Cargando editor
21/01/2021, 00:44
Dean

- Tu no crees en Dios y yo no creo en la casualidad. Aseguro Dean con su sonrisa habitual.

Dean saco una pistola de la trasera de su pantalón y dio un paso delante de ti.- No me entiendas mal, no es machismo, es cuestión de que la ballesta funciona mejor con un poco de distancia. Tu me cubres, confió en ti.- dijo adelantándose.

El vehículo era lo primero que quiso revisar, ya que si había alguien dentro podría tomaros la retaguardia si le dabais la espalda. Dean abrió las puertas dejando ver que no había nadie, después reviso el maletero encontrando un pequeños tesoro.

Te hizo un gesto para que te acercaras mas y vieras una caja llena de raciones militares, también había una tienda de campaña de camuflaje y un saco de dormir del mismo estilo.- Pedid y se os dará.- dijo con alegría dando la espalda al coche para cubrirte mientras cogías lo que quisieras del interior.

- Me parece que esto lleva aquí mucho tiempo. ¿Quieres que miremos en las instalaciones militares o vamos a buscar un sitió para acampar?

Cargando editor
22/01/2021, 11:33
Francis Anne Quinn

Me quedé detrás de él con la ballesta preparada, mientras él se acercaba con la pistola. Ni siquiera se me había ocurrido pensar que él fuese delante por una cuestión de machismo, porque no tenía ningún sentido con la vida que llevábamos. Quien fuese un superviviente, debía tener  una serie de habilidades que podían ser extraordinarias, aunque no por ello no debían ser mejoradas.

Dean se acercó al vehículo y examinó el interior. Estaba vacío. Después, se acercó a mirar el maletero y al ver lo que había dentro, me hizo una señal para que me acercase.

Sin dejar de mirar a izquierda y derecha, llegué hasta donde se encontraba.

-¿Qué ocurre? ¿Qué has encontrado? –le pregunté, mirando el contenido. Había raciones militares, un saco de dormir y una tienda de campaña.

-Vaya, es todo un descubrimiento. Pero no creo que se deba a lo mismo que tú piensas –le dije con una sonrisa pícara. Sin embargo, bajé la ballesta y le ayudé a sacar las cosas.

-La instalación militar puede estar ocupada pero necesitamos un lugar seguro. Si no queda muy lejos, podríamos buscar algún lugar en el interior en donde resguardarnos, y esperar a hacer una exploración completa por la mañana. ¿Te parece bien?

El sol se estaba ocultando y no tardaríamos demasiado en quedarnos completamente a oscuras. Durante la noche, no solo corríamos más peligro sino que también me sentía más insegura y nerviosa. Dios quizás estuviese viéndonos pero a mí eso no me proporcionaba ningún consuelo si no bajaba y cogía un arma como nosotros para impedir que cualquier criatura, humana o no humana, nos diese caza.

Saqué las cosas del maletero  y examiné las raciones para ver si estaban caducadas. Quizás no pudiésemos llevárnoslas todas pero unas pocas podían servirnos para sobrevivir unos pocos días o aguantar en los momentos en los cuales no hubiese ninguna caza a la que acudir, o que por cuestiones de seguridad prefiriésemos permanecer ocultos. Era una alternativa interesante.

El saco de dormir y la tienda resultaban interesantes. Las temperaturas durante las noches descendían y convertían el descanso en una lucha contra los elementos, por lo que el saco, que era relativamente sencillo de llevar encima de la mochila, valía la pena llevárselo, al menos por el momento. La tienda de campaña era otro cantar. Eso sí que era más grande y pesado y además montarla, por mucho que no se tardara demasiado, implicaba más tiempo. Por otro lado, el principal aspecto que me preocupaba era que mientras estuviésemos dentro, no podíamos vigilar los alrededores.

No, la tienda de campaña no me parecía en aquellos momentos demasiado útil.

-Miremos la fecha de las raciones y cojamos el saco. Yo dejaría la tienda. Es algo más aparatosa y creo que prefiero descansar al aire libre que oculta detrás de una tela, si es que llegase el caso de no hallar un refugio de algún tipo –le dije, mirándole para ver lo que tenía que decir al respecto. Desde luego, si prefería llevársela, tenía todo el derecho del mundo.

Cargando editor
22/01/2021, 13:47
Dean

Las raciones de comida militar duraban mucho tiempo, incluso un youtuber había comido en directo una, antes de que todo se fuera al carajo, que databa de la segunda guerra mundial. Así que viste con alivio que esa comida era buena. Repartisteis el peso de la comida entre los dos, unas 25 raciones en cada mochila.

- Bien, entonces la tienda se queda. Ya sabemos donde hay una si la necesitamos... o tal vez este destinada a otro.- dijo Dean reflexionando sobre su idea de que todo pasa por algo y el plan divino, asía que dejo un par de raciones junto a la tienda de campaña bajo esa idea.

Encontrar un hueco en la reja fue sencillo. Caminasteis unos minutos hasta ver lo que quedaba de lo que parecía un un vertedero convertido en una ciudad para supervivientes, solo que allí ya no quedaba nadie.

Contenedores de barco apilados a modo de viviendas unifamiliares, eso era lo que protegía aquella alambrada del ejercito.

Había una caseta de control antes de llegar, vacía, como todo lo demás. En la puerta ponía Area protegida 513.

- Había oído hablar de estos sitios. Los militares traían personas sanas, era como arcas de Noe, si me permites la referencia.- explico el chico.- El problema con ellas fue que retiraron a los militares que las protegían y los civiles se tuvieron que ocupar de la seguridad... con resultados desiguales. Algunos sitios dejaron de ser seguros y la gente se marcho, otro se vieron comprometidos... otros aun funcionan por lo que sé. Este no parece que sea de esos últimos.

 

Cargando editor
23/01/2021, 02:30
Director

Al acercarte al coche notaste pisadas recientes. Ya habían abierto el coche pero no la guantera. Viste un mapa en ella y una linterna. Para tu sorpresa en el maletero había tienda de campaña de estilo de camuflaje, casi parecía que alguien la dejo allí para ti, mas cuando viste un par de raciones del ejercito esperando que las encontraras.

Las pisadas en el suelo eran de dos personas, por el tamaño dirías que de un hombre y una mujer, ambos se dirigían al interior de la zona militar.

Pasaste la alambrada sin problemas, tenía mas agujeros que un queso gruyer. Después de unos metros viste la silueta de dos personas mirar un montón de escombros.

Dean Francis Anne QuinnParecían supervivientes normales que habían quedado un poco impresionados con lo que se habían encontrado allí.

No te parecía que tuviera nada raro lo que tenían en frente, solo veías un enorme montón de chatarra hasta que te diste cuenta que lo que tenías delante era uno de esos asentamientos que los militares construyeron con lo que que tenían a mano. Fue una buena idea hasta que los mandos decidieron mover los destacamentos y la gente que residía en esas improvisadas arcas de Noe se quedo sola. Después la mayoría de estos sitios habían sido tomados por los zombis o la gente se marcho, pero nunca habías visto uno y eran impresionante a su manera.

 

Notas de juego

Ellos no te han visto, estas a unos diez metros de ellos. Tienes una caseta de seguridad justo al lado. Si quieres llamar su atención marca a Francis.

Cargando editor
23/01/2021, 12:49
Francis Anne Quinn

Disponer de raciones implicaba no tener que preocuparse por la comida en mucho tiempo. No convenía guardarlas para siempre, pero sí nos permitía disponer al menos de lo necesario para sobrevivir en los malos momentos, cuando no conviniese salir de un refugio, o no fuésemos capaces de hacerlo.

Desde luego, mientras pudiésemos, y la marcha nos lo permitiese, las llevaríamos.

Después de repartirlas, Dean estuvo de acuerdo en dejar la tienda, aunque como siempre, lo hizo a través de la particular visión de la vida que tenía. Nunca me había molestado, pero ahora que lo iba conociendo un poco mejor, que sabía de su historia pasada y además, lo apreciaba, no solo porque me hubiese salvado la vida sino porque era completamente sincero en cuanto a sus acciones, incluso lo miraba con cariño.

Pero no dije nada.

Simplemente lo miré de reojo con una sonrisa, y seguimos adelante.

Cuando encontramos la verja que protegía el recinto, anduvimos durante un rato hasta hallar algún desperfecto o agujero por el que pudiéramos entrar. No tardamos demasiado y la atravesamos con dificultad. Cuando lo hicimos, al otro lado había lo que parecía una especie de ciudad de basura, aunque yo no lo hubiese llamado así. Para mí era una muestra de que el ser humano podía adaptar cualquier cosa que necesitara para sobrevivir, incluidos los restos que otros dejaban.

Sin embargo, parecía estar vacía.

Quienes la hubiesen creado, a modo de lugar para vivir, ya no parecían estar aquí.

Al llegar a la puerta, leímos en un cartel el nombre del lugar. Había sido el ejército quién la había organizado.

-La civilización ya no podrá ser jamás como era antes. Los tiempos de las grandes ciudades ya pasaron y ahora toca vivir en grupos pequeños o solos. Somos nómadas de nuevo, Dean. Solo así logramos sobrevivir. Cualquier intento de resucitar el viejo estilo de vida, está condenado al fracaso –dije en voz alta.

Nos adentramos en el área 513, mirando en todas direcciones. Si sus habitantes habían huido, se lo habrían llevado todo, pero podía haber algo de utilidad en aquel lugar… además de peligrosas criaturas escondidas.

-Tenemos que encontrar algún lugar cerrado y oculto para resguardarnos de la noche. Por la mañana ya nos ocuparemos de registrar un poco el lugar. ¿Ves algún sitio? –le pregunté, preocupada porque en cuestión de minutos, estaríamos completamente a oscuras.

De pequeña, la oscuridad representaba para mí la morada de los monstruos. Mi padre estaba tanto de día como de noche; golpeaba a mi madre a todas horas y la hacía llorar sin descanso. Pero por las noches, me visitaba, transformando mis sueños en pesadillas y la puesta del sol en una tortura.

La noche era mucho más que el momento del descanso; era todo lo que odiaba de la raza humana, convertida en monstruos más allá de lo que ahora podíamos ver. No eran vampiros ni zombies, ni tampoco criaturas demoníacas que habían ascendido del infierno. Eran demonios que los hombres llevaban en su interior.

Odiaba la noche. Siempre lo había hecho, desde que era pequeña, solo que ahora, podía significar que el amanecer quizás no llegase nunca.

Cargando editor
25/01/2021, 23:43
Sigrid Foster
Sólo para el director

¡Bingo! -sonrió al abrir la guantera y hallar el mapa y la linterna. Meses y meses buscando objetos de utilidad hacía que cualquier pequeño hallazgo fuese digno de celebración. Cogió ambos y los metió en su mochila. También cogió lo que había en el maletero: las dos raciones de comida y la tienda de camuflaje. ¡Estaba en racha! Solo faltaba que el vehículo estuviese operativo y lleno de combustible, pero esto posiblemente ya era mucho pedir. ¿O no?

Distinguió las huellas de dos personas. Era un poco extraño pensar que habían registrado el coche y no habían cogido nada. Veía más factible que aquellas fuesen sus pertenencias. Pero entonces, ¿habían venido en coche o lo estaban usando como trastero mientras iban a otro lado? Era rarísimo que no llevasen encima la comida. Dudó si dejarles una ración por si volvían, pero pensó que tenían que llevar otras raciones en sus mochilas. Nadie se desprendería de algo así.

Habiendo guardado todo en su mochila, observó si también habían huellas frescas del vehículo para averiguar si había sido conducido recientemente, y buscó el calor de un motor usado.

Siguió hacia la zona militar y vio a una pareja. A simple vista parecía gente normal, pero no iba a fiarse de buenas a primeras, ni de broma. Su abuelo la había advertido bien y eso sin contar con las extrañas criaturas que parecían sacadas de novelas de las que había escuchando hablar en la radio.

Subió la mirada un poco más y lo que en un principio parecían escombros adquirieron una nueva dimensión. Una dimensión brutal. Quedó totalmente impactada. Era un laberinto que gritaba “peligro” al igual que la advertencia del cartel. 

Observó a los dos jóvenes. ¿Qué demonios hacían allí, más aún a esas horas? Parecían asombrados, así que no era su refugio. Pero, ¿entonces? Sigrid no encontraba qué razón les había llevado allí, y teniendo el coche, por qué no dejaban su misión suicida al menos para cuando hubiese luz.

No se acercó a ellos ni llamó su atención, pero sí se quedó observándoles un momento, parapetándose en la caseta de seguridad, pero sin entrar. Si la pareja volvía sobre sus pasos, Sigrid rodearía la caseta al momento que pasaran cerca, para evitar ser vista. Si les perdía en el horizonte adentrándose en la ciudad, miraría qué dirección tomaban, sacaría los prismáticos y observaría un poco. En sus planes estaba después alejarse en dirección al bosque.

Cargando editor
26/01/2021, 00:28
Director

El indicador de la gasolina te decía que ese coche estaba seco y por las marcas, que llevaba mucho tiempo allí parado. Sin duda esa gente no lo uso para llegar allí. 

Debían ser de un lugar donde no les hacia falta la comida o que no la necesitaran por alguna razón.

La caseta en si era prefabricada, parecía que le había arreglado las paredes para que no pareciera otro contenedor mas, al menos contaba con grandes ventanas. 

El interior estaba vació. Había algunos papeles volados por el aire, un archivador grande, un ordenador que con total seguridad no funcionaba, unas taquillas... nada fuera de lo normal en un control de accesos. La pareja no se movió, parecía que estaban hablando, decidiendo que hacer....

Cargando editor
26/01/2021, 00:37
Dean

- La humanidad se levantara de esto, se hará mas fuerte. Los que queden se hermanaran en la desgracia y entenderán que solo unidos pueden afrontar un futuro mejor.- argumento Dean con su optimismo pero su cara cambió y te susurro.

- No te des vuelta ahora, pero creo que alguien nos esta observando desde detrás de la garita del guardia.

 Dean te indico con un gesto disimulado para que mirases en esa dirección, justo a vuestra espalda. No era un zombie, era alguien agachado, como un cervatillo asustado que trata de decidir si puede salir o no.

-Puede que sea algún superviviente, aun hay algo de sol, no puede ser un vampiro ¿Que hacemos?

Dean giro la cabeza. vio una chica rubia corriendo hacia el bosque.- Dios, la hemos asustado. Puede perderse en el bosque o caer en una trampa de oso o... 

Dean dejo de hablar y empezó a correr detrás de la chica.

Cargando editor
26/01/2021, 01:26
Sigrid Foster
Sólo para el director

El corazón se le aceleró. Desde luego no deseaba que esas personas se adentrasen en la ciudad y muriesen, porque en opinión de la joven, nada bueno les esperaba allí. Pero ahora que se habían detenido y hablaban, se puso nerviosa. ¡Iban a regresar! ¿Le daba tiempo de adentrarse en el bosque sin ser vista o tendría que aguardar allí y dar la vuelta a la caseta conforme se acercasen?

Seguía sin entender qué hacían allí y por qué no llevaban consigo las pertenencias del coche. Casi parecía una trampa. Pones golosinas en un lugar y si desaparecen...

Detestaba este modo de pensar, pero era el único que la mantenía con vida.

La ciudad le parecía monstruosa, una especie de santuario para amantes del parkour entre zombies, pero le hizo recordar con nostalgia su añorada Seattle antes de la hecatombe. Hacía ocho años, pero parecía que era solo ayer cuando paseaba por sus calles conduciendo su querida Harley.

No pudo evitar desviar la vista para mirar fugazmente por los amplios ventanales de la caseta. Nada relevante. El mejor provecho que podía sacarle era utilizarla de camuflaje, de muro visual entre ella y esa pareja indecisa. Así que tomó la iniciativa y no perdió un segundo más, si no ya sería tarde. Calculó la trayectoria para que no la viesen al volver sobre sus pasos, y entonces, rápida y sigilosa, abandonó el lugar para adentrarse de nuevo en el bosque.

Una vez a cubierto entre el espesor de árboles y arbustos, buscaría el camino que había hecho horas atrás, antes de desviarse hacia el coche y lo recorrería en dirección contraria. Ya conocía ese terreno y era más sencillo no perderse, además de tener un par de ideas sobre donde descansar. Iría rápida y tendría que alejarse bastante, no fuera a ser que esos dos buscasen al ladrón que tenía sus cosas.

¡Ay Dios! ¡Quién me ha visto y quién me ve!

Cargando editor
26/01/2021, 02:34
Dean

Sigrid empezó a correr en dirección al bosque. El corazón le voto en el pecho cuando escucho pasos detrás de ella. El hombre que había visto corría detrás.- ¡Eh, no te metas en el bosque, es peligroso!.- grito el hombre rubio y parecía sincero en sus palabras.- ¡Detente por favor, no queremos hacerte daño! 

Cargando editor
26/01/2021, 08:48
Francis Anne Quinn

Dean era un optimista por naturaleza. Dijera lo que dijese, él todavía creía en la humanidad, en que sería capaz de unirse y mejorar lo que había, luchar unidos y todas esas cosas en las que a todos nos gusta creer.

Pensándolo bien, era como un niño que se negaba a crecer, uno de aquellos habitantes de “Nunca Jamás” que luchaba por un ideal y pensaba que merecía la pena. Pero yo hacía tiempo que ya no pensaba que todo lo que leía en los cuentos para niños era verdad y que la realidad era mucho más cruda.

Claro que… ¿a quién no le hubiera gustado seguir creyendo que existía la navidad?

Continuamos explorando el lugar, mirando aquel lugar abandonado, hasta que Dean indicó que alguien podía estar siguiéndonos.

Lentamente, agarré la ballesta con más fuerza, miré a Dean y asentí con la cabeza. Entonces, me volví disimuladamente, justo a tiempo para ver a alguien que nos vigilaba desde detrás de una de las estructuras.

Y entonces, sin tiempo a decidir nada, vimos que se trataba de una chica y que corría para alejarse. Había humanos en aquel lugar, una humana al menos, y al huir, había conseguido que Dean dejara escapar su lado más salvador y se lanzara corriendo para alcanzarla.

Vaya.

Casi pensé en dejar que Dean se marchase y procurar seguirlos a cierta distancia, pero pensé que aquello sí que era arriesgado. No era porque cayese en una trampa para osos como le gritó a la muchacha, sino porque podía haber alguien más y atacarle pensando que así defendía a la muchacha.

No tenía ningunas ganas de correr y mucho menos de entrar en un juego peligroso con el Sol a punto de ponerse. Era el momento de ocultarse, no de hacer ruido, llamar la atención de todos o quedar atrapados en algún lugar del cual no pudiéramos escapar.

Pero conocía lo suficiente de Dean como para saber que en el momento en que entraba en “modo salvador”, no había marcha atrás.

Así que a regañadientes, eché también a correr, a cierta distancia de Dean, pero procurando mantener a la vista a la chica e intentando acortar por algún otro lugar para cerrarle el paso. La única manera de conseguir acabar con aquello era o bien dejando que se escapara o atrapándola, porque estaba claro que Dean no iba a cejar en su empeño de alcanzarla.

En aquellos momentos, era como pedirle a un perro que soltase el hueso que llevaba en la boca.

El hermano Dean y su eterna misión de salvamento para toda la humanidad. ¡Menuda sarta de tonterías! A pesar de que gracias a ello me había salvado la vida, no dejaba de ser una ingenuidad y como tal, peligrosa.

Mientras corría, me preguntaba qué era lo que aquella chica hacía allí. ¿Estaba sola y había sobrevivido en aquel lugar o simplemente había llegado hasta allí como nosotros y decidido quedarse porque era mejor que estar dando vueltas?

Solo si conseguíamos atraparla, tendríamos alguna respuesta.

Cargando editor
26/01/2021, 23:24
Sigrid Foster

Sintió unos pasos tras de sí. ¿Cómo era posible?

¡Los ventanales!

Debieron ver su silueta a través de ellos. Menudo descuido y menuda casualidad que la pareja diese media vuelta justo en aquel instante. Debería haberse quedado junto a la caseta.

Comenzó a correr más rápido fingiendo desconocer que alguien la seguía. El único modo de escapar era no mirar atrás, pero intuía que estaban cerca y no podía arriesgarse a que la alcanzasen, así que tuvo que sacrificar unos preciosos segundos para comprobar la distancia que les separaba. Giró la cabeza lo necesario para mirar sobre su hombro y vio al hombre correr tras ella, gritando. Los ojos de Sigrid se abrieron asustados y sorprendidos. Volvió a mirar hacia el bosque y aceleró el paso. Le parecía que el corazón le saldría del pecho.

Algo la hizo dudar. Parecía que la advertía. Pero ¿de qué? Lo que más miedo le daba, sin duda, eran ellos.

Finalmente se detuvo y se giró hacia él, observando cómo se acercaba. Extendió un brazo con la palma de la mano enfocada al chico, dejando claro que le pedía que se detuviese y mantuviese con ella una distancia más que prudencial. La otra mano permanecía sobre la empuñadura de un arma que ella misma había fabricado. Su actitud no era amenazante, sino defensiva. Le observó de arriba abajo, tanto la expresión de su rostro como lo que llevaba, con especial atención a posibles armas.

Estaba vigilante. Se fijaba en él pero también estaba al tanto de la chica, que suponía se acercaría en cualquier momento. Estaba muy nerviosa. ¿Qué querían de ella?

Notas de juego

Arma

Cargando editor
26/01/2021, 23:49
Dean

El hombre entendió la señal y se detuvo. Levanto las manos mostrando que no llevaba ningún arma en ellas.- Hola.- dijo con una gran sonrisa.- Gracias por parar. Me llamo Dean.- dijo como si fuera un niño en su primer día de guardería presentándose.- Entiendo que somos extraños y desconfías de nosotros pero no queremos hacerte daño, de verdad, somos superviviente, como tu. Yo estoy buscando a mis hermanos, me perdí en el bosque y ella me a ayudado a salir de allí. Anoche nos ataco un siervo del mal, un demonio bebedor de sangre y no sabemos si hay otros mas con el en ese bosque. Mira, si quieres nos mantendremos a muchos metros de distancia pero ven con nosotros ¿Vale? Buscamos un sitió seguro para dormir. Contra mas seamos más protegidos estaremos todos.- argumento el tipo.