Partida Rol por web

En esta escena podremos empezar con la partida, pero lo primero es dejar ciertas reglas claras:
- Al aceptar ser parte de esta partida, aceptan aprender el sistema mientras juegan con responsabilidad, recuerden que un retraso de un jugador significa un retraso a la partida y su dinámica, es por eso que puse un ritmo flexible; quizá una o dos veces por semana, si observo que todos cumplen con este ritmo y aceptan subirlo, es posible!!!
- Todos podemos tener cosas que hacer fuera de umbría, lo entiendo totalmente, pero en el caso que se vayan a ausentar,no tomaría mas de 2 minutos dejar un mensaje en el Off-topic diciendo que se estará ausente XX días, con eso todos sabremos que no hay que esperar al susodicho.
- Quién se llegase a sentir incómodo en la partida o tenga que abandonarlo, por favor avisar; no obligo a NADIE estar en esta partida y no habrá ninguna clase de resentimiento ni repercusiones contra el que decida dejarla, entiendo completamente que se puedan presentar problemas personales o hayan motivos por los cuales deban dejar la partida.
- No siendo mas............ Empecemos.

Se encontraban haciéndo sus quehaceres diarios, en una mañana muy soleada, de repente todo se vuelve oscuro y pierden la conciencia.
No saben cuanto tiempo ha pasado, pero despiertan con un fuerte dolor de cabeza y totalmente desorientados, la visión es borrosa, pero a medida que transcurren los segundos, se va aclarando poco a poco, para darse cuenta que se encuentran encerrados entre 3 paredes de roca sólida y la cuarta estaba hecha de barrotes horizontales de hierro; mas allá de los barrotes, había otra pequeña habitación con unas llaves colgando de un clavo al lado de una sólida puerta de madera, abajo de las llaves, había una pequeña mesa y un butaco en el que sentarse, era imposible alcanzar las llaves desde dentro de la celda....

La habitación apestaba a humedad y el moho se posaba sobre las paredes y piso, convirtiéndolo un poco resbaladizo, la habitación se encontraba a media luz, siendo la única fuente de luz una antorcha que crujía en la habitación contigua, cerca de las llaves.

otras cuatro personas se encontraban en la misma celda, aparentemente en la misma situación, despertándose con una expresión de dolor en sus caras.
Otra persona mas se encontraba sentada en un rincón, grande, calva y musculosa; pero parecía no tener el extraño dolor que agobiaba a los 5, tampoco aparentaba estar desorientado ni asustado, parecería como si llevara en esta celda mas tiempo que ustedes.
De repente se levanta y los ayuda a pararse uno a uno, saludando con su otra mano y presentándose -Saludos, mi nombre es Axel, llevan un buen tiempo dormidos, pensé que estarian muertos......

Una gota de agua en el ojo derecho hace que habra los ojos cubriendolos con mi mano derecha, la visión era borrosa y para colmo todo era demasiado confuso, un dolor punzante y constante me atacaba detrás de la cabeza, lo último que recordaba era estar forjando unas cucharillas y el resto solo era oscuridad. Cuando mis ojos recuperan totalmente la visión veo que estaba encerrado en algún tipo de celda, a la que no se le daba cuidado alguno, un cosquilleo en el abdomen me hace mirar hacia abajo, allí había una rata grande y gris, asustado por la repentina aparición del roedor le dí un manotazo con lo que conseguí lanzarlo a una buena distancia de mí, escucho una voz en la lejanía, y una mano que me ayuda a incorporarme, después de resbalar con el moho y la humedad de la celda y conseguir apoyarme en la pared vuelvo a incorporarme del todo y miro al hombre que había hablado, otras cuatro personas estaban en la celda.

Pero yo fijé mi atención en aquel hombre, por su apariencia era fuerte y parecía que llevaba aquí mucho más tiempo que yo, no sabía que significaba eso y por lo tanto qué opinión debía tener sobre él pero el era el único que podría proporcinar información sobre lo que había pasado.

-Mi nombre es Raihornt, y se qué aún vivo, lo que no se es donde me encuentro y el porqué ¿Serías tan amable de informarme?-La voz me sonaba temblorosa y amable, no quería problemas con ese hombre parecía ser más fuerte que yo.

Ruidos, la humedad excesiva, y un fuerte dolor en mi cabeza hacen que comience a abrir los ojos, cuando de la nada una rata cae encima de mi asustándome, y para todo eso mi visión borrosa y un fuerte mareo me siguieron despues de haberme levantado, dejando solamente la rata rodar por mi ropa. Poco a poco mi vista comienza a aclararse, los colores, las figuras, todo comenzaba a reconocerlo, sabia que estaba en una celda cuando ya había recobrado su visión.

Valla, Genial, una celda... que paso...

Pensaba mientras con dificultad lograba entender a dos hombre hablando a mi lado

Haaa, mi cabeza, joder, que demonios a pasado... Ho, Hola, disculpa, me Duele mucho la cabeza y con suerte logro entenderlos,

Digo mientras me agarro la cabeza con una mano,
Este... bueno mi nombre... mi nombre es Turlough, mucho gusto, bueno no tanto, porque ni siquiera se donde estoy... A todo esto... donde... ¿Donde estoy? no, ¿Donde estamos?

Dije entrecortado, mirando alrededor, notando a otros 3 hombres y por el dolor de cabeza no me dejaba pensar mis oraciones claramente,

El frío intenso que siento en mis huesos hace que me despierte en la más completa oscuridad y la humedad del suelo en mi mejilla ni siquiera alivia el fuerte dolor que amenaza con estallar mi cabeza. Noto la sangre golpeando en mis sienes cuando intento incorporarme, pero mi cuerpo no parece obedecerme. Consigo sentarme mientras mis ojos poco a poco se van aclarando, oigo voces y compruebo que no estoy sola en aquella habitación que parece una celda.

Pero... ¿qué está pasando? ¿Por qué estoy encerrada con este grupo de hombres? La incertidumbre ante lo desconocido hace que el pánico me empiece a dominar. Los últimos recuerdos que vienen a mi mente son los de encontrarme recogiendo hierbas cerca de casa y después... nada, absolutamente nada. Me incorporo lentamente e intento dirigirme hacia las voces con paso vacilante. Estoy a punto de caer pero un fuerte brazo me sujeta con delicadeza e impide que me vaya al suelo. Ese simple gesto consigue que parte del miedo que siento vaya desapareciendo.

Gracias –tengo tanta sed que las palabras apenas logran salir de mi boca seca.- Yo... ¿dónde nos encontramos?... ¿Alguien me puede decir lo que está sucediendo? No... no recuerdo nada... estaba recogiendo... ¡oh, mi cabeza! –mis piernas empiezan a fallar y me siento en el suelo- Yo soy... mi nombre... me llamo Hessa.

Poco a poco voy recobrando la consciencia, intento abrir los ojos pero lo unico que consigo es un fuerte dolor en la base craneal, espero unos minutos, hasta que los consigo abrir completamente, miro a mi alrededor, sin poder ver apenas nada, el unico foco de luz que hay en la estancia esta demasiado lejos como para poder ver con nitidez.

Mierda ¿¿como e llegado aqui??:, ¿Donde estoy?, pienso lentamente ya que el dolor de cabeza persiste, escucho un murmullo y asustado me giro hacia el, tardo un poco en acostumbrar la vista de nuevo y veo a cuatro personas reunidas hablando, tres hombres, uno notoriamente mas grande y fuerte que los demas, y una mujer de aspecto mareado.

¿Quie.. quienes sois?: pregunto con voz asustadiza, ¿Que... quereis de mi?: vuelvo a decir esta vez un poco mas envalentonado, mientras me incorporo lentamente y me dirigo con paso pesado hacia ellos, ¿Donde estamos?: digo palpando una pared buscando un apoyo para no caer.

Un punzante dolor de cabeza me despierta de un sueño horrible, del que afortunadamente no consigo recordar nada salvo la sensación de malestar. El dolor me taladra las sienes, así que permanezco tumbada, esperando que disminuya y con los ojos cerrados. Mi posición es incómoda, y el contacto con el frío y húmedo suelo me hace añorar la comodidad de una cama...

De repente, intento abrir los ojos, extrañada. Esta acción resulta un suplicio para mi pobre cerebro, que debido al dolor, no consigue tener una visión nítida de la realidad. El ambiente oscuro tampoco ayuda demasiado, pero haciendo un gran esfuerzo, me obligo a tener los ojos abiertos. Al cabo de unos segundos, no tengo que obligarme a nada: la sorpresa ante la escena que tengo delante me hace abrir los ojos desmesuradamente. La cabeza me duele al ritmo del acelerado latido de mi corazón.

- Díos mío... ¿qué es esto? ¿dónde estoy?

Me siento en el suelo angustiada, mirando a mi alrededor. Me encuentro en una celda junto con otras personas que parecen tener la misma desorientación que yo. Antes de que quiera darme cuenta, veo que un hombre calvo está ayudando a los demás a levantarse mientras se presenta. Al llegar mi turno, estoy tan asustada que las palabras no me salen, por lo que le miro sin decir nada, y pasa al siguiente.

Con una visión mas clara con el paso de los segundos, pueden detallar un poco mas el aspecto del hombre musculoso, un hombre calvo y alto, con una barba semejante a la de un chivo, sus cejas fruncidas y su expresión malhumorada hacía ver que no era un sujeto muy agradable ni sociable.
No querrán saber donde nos encontramos!! -Replica a las personas que preguntaban, mientras reía hacía la actitud asustadiza de Banter Lighthand, -Tranquilo chiquillo que no te voy a comer.......... por lo menos no por ahora.....       -Ríe en voz alta cínicamente, un extraño miedo pasa por la espina dorsal de cada uno por esta carcajada.
El hombre les da la espalda con un movimiento brusco y se dirige a su esquina ignorando vuestras protestas y/o preguntas, se acuesta en posición fetal, mirando fíjamente el crepitar de la antorcha en la otra habitación.....

Veo al hobre alejarse y no puedo hacer otra cosa que fruncir el ceño, había algo en él que no me gustaba, eso estaba claro, sin embargo había ayudado a todo el grupo a levantarse, aunque fuera solo para burlarse.

Yo si quiero saber porqué estamos aquí Axel, y que es este lugar, no he hecho nada para merecer estar aquí, no se los demás.

Observo a Hessa por su aspecto parecía débil, en realidad todos estábamos débiles, excepto Axel, y otro hombre y una mujer que no habían dicho su nombre, parecían estar más asustados que los demás.

Y no se les puede culpar por ello, ¿Con qué propósito estamos aquí?

Me apoyo en la pared y dejo que mi espalda resbale por ella hasta sentarme, el dolor de la cabeza aún persistía -¿Estais bién?-Digo en especial para Hassa y el hombre y la mujer que no habían dicho su nombre, pues el otro hombre Turlough parecía estar bién, al menos dentro de lo que se podría desear teniendo en cuenta nuestra situación.

¿Podré confiar en ellos? Al fin y al cabo están en una celda y, o están en mi misma situación, o tienen merecido estar aquí.

Despues de escuchar hablar a Axel, hablé con un tono de agresividad, confusión, pena y miedo, muchos sentimientos que por primera vez sentía juntas

!!!Vale¡¡¡, te vas a voltear, !asi como asi¡, mmm no se los demas pero yo si quiero saber donde estoy, sin importar el lugar, por favor algo, lo que sepas me gustaría saberlo.

Dije mirando a Axel.

Pero bueno si no quieres hablar no lo hagas.

Dice una vez calmado despues que otra gran punzada le recorría la cabeza. por lo que mejor pase a pasearme por la celda, mirando la antorcha agarrado de los barrotes, escuchando a las personas hablar, a pesar que para el solo eran murmullos.

Haa, que cosas, maldición, ni siquiera en el bosque uno puede estar tranquilo, lo ultimo que recuerdo era, era... asi, terminaba mi trabajo, un perfecto arco de la mejor madera de la ciudad, para ese señor, es curioso... bueno en fin, ahora lo importante es descubrir porque estoy aqui.

Pensaba, profundamente, aun con el dolor de cabeza que era fuerte pero poco a poco comenzaba a disminuir, asi que camine por ultima vez mientras veía a la rata que me encontré al principio correr por la pared, hasta que se escondio en una ratonera fuera de la celda. ahora no quería hablar con nadie mas que con Axel que al parecer era el que mas sabia donde estábamos, y posiblemente... el porque

Escucho con atencion las palabras del hombre que se hace llamar Axel, no me da buena espina, ¿¿porque tiene que se tan arisco con nosotros??, no le hemos hecho nada, solo queremos respuestas.

Me separo de la fria e humeda pared poco a poco ya que el dolor de cabeza persiste, aunque no con tanta intensidad como hace un rato, mi vista se ha acostumbrado por completo a tenue luz de la distante antorcha, oigo al hombre llamado Turlought gritar a axel, cansado me dirigo  hacia Aunia la unica persona que todavia no ha hablado, le tiendo una mano para que se levante y pueda venir junto a los demas,  giro la cabeza y me presento me llamo Banter.... Banter Lighthand y soy... o era carpintero, lo ultimo que recuerdo es que estaba en mi taller a la brillante  luz de una vela, acabando de tallar un encargo, cuando todo se oscurecio y bueno el resto ya lo habeis visto vosotros mismos.

Acabo de recitar mis ultimos recuerdos y acto seguido me giro hacia las dos hermosas señorias esperando escuchar sus relatos.

Sentada en el suelo y con la espalda apoyada en la pared escucho a mis nuevos compañeros en aquel trance. La humedad y el frío no son los responsables del escalofrío que recorre mi cuerpo sino la risa del hombre que nos ha ayudado, y sus palabras consiguen que el miedo vuelva de nuevo. Escucho la parca presentación de todos a excepción de una persona que, para mi alivio, compruebo que es una mujer que todavía no ha dicho nada.

- Sí, creo que sí o por lo menos todo lo bien que se puede estar en una situación como ésta –le contesto al hombre llamado Raihornt mientras le dedico un amago de sonrisa ante su preocupación.

- Me encontraba cerca de casa, una pequeña granja en la linde del bosque, recogiendo hierbas aromáticas cuando... no sé qué ocurrió, no oí ni vi nada. Y ahora esto. –Dirijo mi mirada donde descansa Axel.- Si por lo menos él quisiera contarnos algo...

Observo con impotencia como Axel, el hombre calvo, está de nuevo tumbado en el suelo ignorando a los demás. Tras sus palabras, que han causado más confusión que el mero hecho de estar en aquella celda, lo observo atónita por su indiferencia ante nuestra situación. Ya hablo de "nuestra", puesto que parece que no sólo yo no sabe dónde está o cómo ha llegado aquí. Los otros no parecen saber mucho más.

Un hombre se acerca a mí y me da la mano para acercarme a los demás. Temblorosa, la acepto y me coloco al lado de los demás. Me siento un poco pequeña a su lado, y a fin de cuentas, supongo que lo seré. Sólo tengo 18 años...

Banter termina de contar su historia y se gira hacia la otra mujer y hacia mí, esperando una respuesta. Hessa, más decidida que yo, se adelanta y cuenta algo sobre ella. Quedo yo.

- Yo tampoco sé cómo he llegado aquí - respondo con un hilillo de voz. De improvisto me doy cuenta de que aún no he dicho mi nombre. - Me llamo Aunia y... - enrojezco de pura vergüenza y fijo la vista en el suelo de la celda.

¿Dónde están mis modales? ¿Cómo has podido olvidar presentarte? - me regaño a mí misma - Si papá me viera...

Papá. Me iba a matar cuando necesitase ayuda en la taberna y viera que no estaba. Ayudaba a mis padres en una taberna que poseían en la aldea. De hecho, lo último que recordaba era estar fregando mientras mis padres se tomaban un respiro, y... nada más. Vacío.

Me siento muy sola ante todos estos recuerdos y las lágrimas empiezan a caer a borbotones de mis ojos. En aquel momento recuerdo que los demás siguen esperando a que continúe con mi historia, pero sólo puedo añadir entre sollozos:

- ... lo siento.

La cara de desespero era evidente en el grandulón, si tuviera pelo, seguro se lo estaría arrancando; se levanta de su puesto y se dirige a la muchacha de 18 años -Callate ya!!, deja de llorar que en este sitio donde nos encontramos nadie va a hacer nada por tí, llorar es para débiles y una vez estés en las minas........... mas vale que seas fuerte, serás afortunada si logras sobrevivir una semana, mira tus brazos...... -Se lleva la palma de su mano derecha a su boca, tapándosela y menea ligeramente la cabeza de un lado a otro, en una clara señal despectiva mientras observa a Aunia -... con esos brazos no podrás levantar  ni una pequeña roca; la verdad me pregunto porqué te habrán traido aquí, ese mago está loco si ha pagado por tí mas de una moneda de oro.....

Su actitud agresiva no mermaba con el tiempo, y su impaciencia parecía incrementarse a juzgar por sus gestos y su lenguaje corporal, empieza a caminar de lado a lado, acarisiándose la barbilla con expresión pensativa.

Devuelvo una medio sonrisa a Hassa, no me salía una sonrisa entera, pues no había razon por la cual sonrreir. Debido a que todo el mundo iba contando que hacían cuando les capturaron y quienes eran me preparé para hablar cuando terminara Aunia pero en un momento pierde la compostura, la chica era joven, más joven que yo todavía y no era raro que estuviera preocupada, cuando Axel se dirije a ella en una actitud demasiado agresiva.

-Tranquilizate, es muy joven, es normal que esté asustada-Contesto a Axel, yo no era un experto en las relaciones humanas pero sabía que así no se debía proceder para animar a una persona que habían capturado.

Así que nos han capturado y vendido como si fueramos esclavos, después de tanto esfuerzo por conseguir una vida, cuando lo había hecho, todo se estropea.

Me acerqué a ella-Vamos, no hay porque llorar, saldremos de aquí, ya lo verás-No se me daba bién consolar a la gente, y mis palabras salieron atropelladas, al crecer en una pequeña aldea nunca me había relacionado con nadie, y ese no era mi punto fuerte miré a los demás, para ver si me ayudaban a consolarla.

-Aunia es un nombre muy bonito-Digo con la intención de intentar distraerla de la situación y el lio en el que todos estábamos metidos, mientras seguía desesperadamente pidiendo ayuda con la mirada. Pero me daba lastima que una mujer tan joven estiviera pasándolo tan mal.

Me voltee a ver, cuando Axel comenzó a gritar y a pesar que no sabia porque y a quien le gritaba logre escuchar unas palabras, una pista de donde estaban o para que.

Vale, ahora me habláis de unas minas, al menos ya as dicho algo, Minas de que, oro, piedras preciosas, de que?

Dije desesperado por saber la respuesta.

Bueno ni importa, de igual mane... Espera, pagar, como que pagar, acaso hemos sido vendidos o algo asi, a quien?, Porque? Joder

Decía aun sabiendo que a lo mejor no recibiría respuesta alguna, Así que mejor me acerque al grupo que hablaba, me senté y los mire

Lamento haberlos alterado, pero es que me molesta mucho que me dejen con la duda, y peor aun en una situación así, así que pues...

Dije, incomodo pues la ultima charla fue hace meses con mi ultimo cliente, por lo que el hablar se me hacia muy difícil.

Bueno comenzare de nuevo, no quiero que la primera impresión sobre mi sea de un hombre gruñón y griton, soy Turlough, soy una especie de herrero, solo que en vez de hacer armas como espadas, hachas y mazos, hago ballestas y arcos de metal o madera, pero de una calidad excepcional gracias a mi habilidad de observar todo con detalle... Hago una pequeña pausa... pero basta de mi, no me gusta hablar mucho de mi, lamento no haber escuchado pero quería un momento en silencio así que desvié mi atención a otra cosa... de donde sois?

Les pregunte a todos

Me levanto con cierta dificultad al oír el llanto de Aunia y me dirijo hacia ella, no sin antes lanzarle una dura mirada a Axel por su rudeza. La congoja y fragilidad de la muchacha despiertan en mí sentimientos hace tiempo olvidados, desde la muerte de mi marido no he vuelto a mostrar cariño, debilidad o compasión. Atendiendo al mudo ruego de Raihornt la rodeo  en un abrazo intentando reconfortarla, se la ve tan joven... a pesar de que yo misma sólo debo tener unos pocos años más que Aunia.

- Tranquila, seguro que todo va a salir bien, ya lo verás. Por lo menos estamos con vida... –intento dar una seguridad a mis palabras que no siento, pero los comentarios de Axel sobre nuestra situación sólo han conseguido que mi voz se tiña con un tono de duda ante nuestro futuro.

Aprovecho la pregunta que nos hace Turlough para distraer a Aunia.

- Yo nací hace 22 años en una ciudad del interior donde viven mis padres y hermanos, pero al casarme abandoné a los míos y me fui lejos. Vivía con mi marido en la pequeña granja que él tenía en el límite del bosque y a pocas millas de la aldea, allí cultivábamos el huerto y cuidábamos unos pocos animales, también solía ir al bosque a recoger hierbas y frutos que después vendíamos en la aldea. Y a pesar del trabajo duro éramos felices.... –guardo silencio durante unos segundos inmersa en recuerdos.- Sí, lo éramos hasta aquel fatídico día en que él murió, de eso hace más de un año. La vida se volvió muy dura desde entonces, tuve que aprender a defenderme y a cuidar de la granja yo sola, además... le echo tanto de menos... Lo que más lamento es no haber podido darle un hijo. -Con un gesto de mi cabeza intento apartar los fantasmas del pasado, levanto la vista y dirigiéndome al resto de los presentes vuelvo a hablar.- ¿Alguien más quiere compartir con nosotros su historia?

Vaya, no pensaba que pudiera haber sufrido tanto, pero almenos a conocido el amor y la amistad.Mejor es haber amado aunque lo hayas perdido que no haber amado nunca en tu vida.

Al ver que Hessa se hacía cargo de Aunia me siento apoyado en la pared mientras con la mirada en el techo y los ojos cerrados intentaba recordar algo mas allá de los pedazos de metal que se iban a transformar en cucharillas, con gran esfuerzo empiezo a contestar-Tengo veinte años aunque dentro de dos meses cumplo los 21, nací en una pequeña aldea solitaria, mi padre era herrero así que yo también aprendí el oficio, pero debido a que la aldea era tan pequeña no podía quedarme allí, fuí a un pueblo al cual había escuchado que faltaba herrero, y con el poco dinero que tenía construí la forja y mi casa con mis propias manos, al ser el único herrero del pueblo no podía quejarme de la vida que llevaba, aunque era muy solitaria-Tragué saliba el dolor en la cabez aún no había cesado-El dueño de la taberna dijo que le hiciera unas cucharillas y mientras las hacía me debieron golpear y traerme aquí, esa es mi vida, no hay mucho más que contar-Abro los ojos y quedo mirando al suelo entre las rodillas.

No se porque hablo de mi vida con gente que ni siquiera conozco, supongo que es porque no hay otra cosa que hacer, pero eso no cambia que no los conozca de nada.

.... Axel continuaba su impaciente caminata de lado a lado de la celda, susurrando para sí mismo palabras que no podían si quiera escuchar, de repente explota en una iracunda manifestación de rabia y se lanza contra los barrotes de la celda, gritando desesperadamente como un loco -SAQUENME DE AQUÍ........ BASTARDOS YA SE QUIEN SOISSS........... QUE LAS RATAS SE COMAN VUESTROS CUERPOS....... SAQUENME DE AQUÍ.....

Al no escuchar respuesta, se postra arrodillado, con la cabeza gacha y los hombros encogidos, laméntandose para sí mismo, luego se sienta, apoyándo la espalda en los barrotes y dirigiendo su mirada al resto de compañeros de celda quienes contaban historias de sus vidas pasadas...

-Estupidos.... -Susurra con suficiente tono como para que todos puedan escuchar, se pone de pie y con mirada autoritaria empieza a soltar la lengua -No saben donde nos encontramos verdad?? verdad??, bueno pues les contaré a ver si de esta manera dejan de hablar de su desgraciada vida pasada.
En este lugar ya no importa quien hayas sido, puedes haber sido el mismo hijo del rey oser un mendigo de la calle, aquí no importa; fuimos todos secuestrados y vendidos como esclavos a un poderoso hechicero llamado Zanzer Tem.... -Hace una ligera pausa mientras aguarda a que sus oyentes engullan las palabras que salían de su boca.

-...Había escuchado historias de él, rumores de taberna mas que todo, pero nunca pensé que fuera verdad y mucho menos pensé que esa realidad llegara a mis puertas.
A juzgar por este húmedo y fétido lugar, creo que nos encontramos en una mina, en las minas de sal del hechicero, un lugar de pesadillas, donde los más fuertes no logran sobrevivir mas de un par de meses, antes de que la mala alimentación, la poca hidratación, las jornadas largas, el trabajo pesado y las condiciones infrahumanas acaben con el cuerpo hasta del mas de los robustos enanos.......

Un silencio se forma en la habitación y las palabras llegan a sus corazones, penetrándolo como una afilada punta de flecha....

Escucho la voz de Axel anonadado, ¿Zanzer Ten? ¿quien es Zanzer Ten, Axel? vamos eres el unico que sabes algo de el, cuentanos lo que sea, porfavor, cualquier rumor de taberna, de castillo, de granaja ... poblacion, algo....... nos estas matando con la incertidumbre y la duda.  ¿Porque estamos aqui? ¿que van a hacer con nosotros?, un mago, la cosa se pone cada vez peor.

Con rapidez me dirigo hacia pared  fria, humeda y oscura, me pongo a palparla buscando cualquier cosa, una grieta una apertura, una corriente de aire fresco. No se vosotros pero yo no pienso quedarme sentado mientras esperamos una inevitable muerte en esta supuesta mina, y acto seguido vuelvo a mi labor intentando encontrar cualquier indicio de posible salida.

Vamos algo debe de haber por aqui, no puedo morir aqui sin mas, mientras sigo con mi trabajo de inspección empiezo a relatar mi pasado... Yo.. yo vivia en una pequeña aldea portuaria, tenia una familia, viviamos en una pequeña casa junto al mar, mi padre mis hermanos eran pescadores, traian la comida a casa mientras que yo era el ayudante del carpintero de mi aldea, todo me hiba bien hasta que un dia hubo una gran tormenta y mas de la mitad de los barcos que se echaron a la mar fueron astillados y golpeados hasta que no quedaron mas que unos maderos a la deriva, ya os podeis imaginar como me senti cuando todo lo que tenia se fue en menos de un dia, solo me quedo la casa y mi oficio con el que e estado malviviendo hasta que bueno ya sabeis....