Partida Rol por web

- "Asegúrense de purgar toda el agua de sus armas, compañeros." -

Tras el percance del agua y después de recuperar su arma y su mochila, mira por donde pisa y se mueve con pies de plomo para no volver a resbalar. Una falsa alarma como esa puede costarle más que una recriminación verbal y no está como para dar más sustos a sus compañeros.

Cuando el agua va disminuyendo su nivel, se alegra de no tener que andar con tanto cuidado para no meter la pata y sigue a sus compañeros desde la retaguardia. Parece que se están acercando a la Reina porque tiene todas las características del lugar donde estaría el bicho jefe, la madre de todos los males.

Se mantiene vigilante por si aparecen enemigos de la nada.

Ahora, con el agua dejando de ser un problema creciente, las fuerzas del escuadrón Alfa de Gladiadores de Sirius, tuvieron un claro respiro al poder quitarse los trajes térmicos para escurrirlos e intentar secarse en la medida de lo posible a fin no coger una letal hipotermia. Algunos incluso habían sugerido la posibilidad de montar un fogata en las inmediaciones del lugar donde se encontraban, sin embargo ello podría generar problemas debido al humo y al fuego mismo.

La pausa no gustaba a nadie, pero no había mas que hacer, necesitaban a los fusileros ligeros y los necesitaban secos. Ahora frente a ellos se encontraba aquella amplia bóveda inundada que parecía tener un camino zigzagueante en su centro que surcaba a la misma de lado a lado. Si para los infantes pesados el enfrentar mas agua empezaba a ser molesto, para los fusileros ligeros fue como un balde de agua helada, apenas empezaban a secarse cuando se enteraban que tendrían que enfrentar mas agua.

Más agua.

Más puta y jodida agua helada.

"Esto es tiene que ser una maldita broma, carajo..." Pensó la cabo, ya bastante cansada del agua. El odio que sentía por ese planeta ya alcanzaba cotas increíbles, si no era por una cosa era por otra.

En cualquier caso, no podían hacer nada más que mantenerse allí parados un poco, para que los infantes ligeros consiguieran recuperar algo de temperatura corporal. Sin embargo, Sonia empezaba a cuestionarse si iban a aguantar un segundo baño, sin saber cómo de largo podía ser.

- Señor - llamó por radio al Sargento Mayor -, ¿mandamos a alguien que se adelante en el nuevo charco para saber cuán largo es?

CANAL DE MANDO

Reportando lo que veo: la bóveda es de carácter natural y es de ciento cincuenta por treinta metros aproximadamente, está inundada casi por completo hasta unos tres metros de profundidad o mas. El camino curvo y algo zigzagueante que la recorre por completo de lado a lado no es natural. El camino es lodoso y resbaladizo a la vez, en ciertos tramos se eleva a mas de dos metros de altura con respecto al nivel del agua y en otros se hunde medio metro. Es por ello que en partes estará seco , en otros resbaladizo y en otros tan lodoso que nos estancaremos al intentar cruzar.

Esto parece una ruta de tránsito que pasa por el túnel del que venimos. Eso no significa que se use habitualmente, solamente que tuvieron que pasar, e hicieron el camino. Lo que no se es por qué tenían que pasar.

James estuvo unos largos segundos mirando por el periscopio instalado en su casco, mientras murmuraba para si, sin sonido. Luego conectó el canal de mando y reportó lo que veía, con la mayor claridad posible.

El motivo, pensó. Eso me inquieta: ¿porqué lo hicieron, ese camino? ¿abastecimiento? ¿transporte de deshechos? ¿defensa?

- "Señor, sugiero mantener el actual orden de marcha. Primero Vanguardia, seguida de la escuadra Alfa Gladiadores, Grupo de Mando y Retaguardia." -

-Oh, que bien, oootro baño...-masculló el explorador, más bien para si mismo, al observar junto al resto como volvían a tener otro túnel-piscina delante de ellos. Lo cierto es que empezaba a dudar que los ligeros llegaran en condiciones de hacer una mierda al cubil de la reina. Pero si ese era el camino, ese era el camino, y no podían hacer más que intentar seguirlo. De modo que se quedó a la espera de órdenes para seguir avanzando. 

Finalmente el camino comienza a secarse. Eso es un alivio para las tropas, pero principalmente para los soldados de la ligera. Ahora por fin están un poco aliviados por la idea de secarse cuando vemos la nueva bóveda, también inundada y con un camino zigzagueante.

Escucho las palabras de mis hombres acerca de la conformación del lugar. Pienso un momento en como podríamos hacer para atravesar la zona sin exponer demasiado a los ligeros al agua y al frío. Sin tomarme mucho tiempo para ello, convengo en que necesitamos más información para ello.

Hablo por el comunicador para que todos me escuchen:

 - "Sonny, quiero que explores un poco y me digas si hay alguna forma de cruzar sin que los ligeros se mojen, aun se sobre nuestros hombros. Tienes un minuto."

Mantengo mi rifle presto y reviso que no haya sufrido daños con el agua, aunque por lo que recuerdo de la propaganda, nuestras armas son lo mejor de lo mejor en la Federación y con eso debería bastar para sobrevivir a un chapuzón.

Al escuchar las órdenes del Sargento Mayor, Sonia habló, haciendo la pregunta que consideraba más que apropiada:

- Le acompaño, ¿correcto, señor?

"Ve con él, pero tengan cuidado. Solo quiero reconocimiento."

A la espera de ver qué encontraban sus compañeros más adelante, Thomas Burnette aprovechó para revisar su arma. Lo último que quería era encontrarse cara a cara con el enemigo y que se le encasquillara o fallara alguna de las granadas.

Mientras los jefes se encargaban de decidir cómo debían proceder, Bockman se mantuvo con un ojo en la regaguardia mientras inspeccionaba su arma y comprobaba si el traje estaba en óptimas condiciones. Miró a su compañera de retaguardia que tenía aún el traje empapado por el exterior. - Billy deberías hacer un chequeo a tu traje por si ha habido algún problema con la caída de antes, este es un buen momento y tal vez el único en que puedas.

Por todos mis ancestros y cualquier alma humana que se pase por la zona y decida echar un cable a la manera que prefiera, parece que le estoy cogiendo el tranquillo a los condenados subterráneos arácnidos. Soy el primero, dado que soy el que más se va fijando en todo este asunto de los túneles y no siguiendo las órdenes y recomendaciones de alguien para avanzar, que se da cuenta de que el agua va descendiendo, y que me aspen si no me parece genial que ambos conceptos coincidan. Cuando llegamos, me mantengo expectante y a la espera de órdenes, que ahora mismo parecen ser esperar a que la ligera se recupere un poco antes de seguir avanzando. Y llegan las órdenes, más inspección.

-Señor, sí, señor. Reconocimiento y retorno, señor. -Asiento con el casco y todo, hablando por el intercomunicador y deteniéndome solo un ligero instante para que la cabo Sonia se ponga a mi altura, confiando sin dudarlo un ápice de su capacidad de fuego y cobertura ante lo que pueda surgir. Luego, chapoteando con silencio y algo de premura avanzo en dirección al interior de la bóbeda inundada y sus extraños caminos. Cualquier cosa que pueda servir es lo que busco, mientras paso de la visión de lámpara a la nocturna para observar aquello que de otra manera no podría sin iluminar y delatar nuestra presencia. -Cabo, cambio a nocturna. Si pudiera contarme lo que ve en infrarrojo, me serviría para hacerme una mejor idea de lo que tenemos delante, señora. -Me acerco lo suficiente como para poder tantear profundidad y estabilidad del terreno zigzagueante. Al fin y al cabo, si se pudiese usar para que los ligera pasasen por encima mientras el resto los cubrimos y evitar que se mojen, las construcciones arácnidas bien podrían servirnos de utilidad. Y sobre todo, me preocupa qué diantes podrá ser esa cosa y su función dentro de una madriguera... Demonios, casi parezco un paranoico por todo. Por fortuna, no lo soy por la salvedad de que hay un condenado ejército de bichos horribles cerca tratando de masacrarnos, y cualquier precaución es poca, pero si no fuese por eso... Mkoll no sería el único loco de la zona.

- "Señor, debería acompañarles, por la radio, ya sabe. Comunicaré con O'Flaggerty las novedades." -

Me dispongo a acompañar a nuestro zapador y a la Cabo a menos que haya contraorden.

Con la confirmación de Focker, Sonia se movió para ir junto a Sonny para meterse en aquél maldito charco. Empezaba a estar tomando una buena nota mental de que, si salía viva de allí, lo primero que haría en la nave sería darse una ducha larga de agua caliente. Casi hirviendo.

Con lo que le dijo el zapador, ella apagó la lámpara al momento y cambió a visión infrarroja, apuntando allá dónde sus ojos se posaban con atención.

- Recibido.- le susurró en respuesta. Sinceramente, esperaba poder dejar atrás pronto todos los posibles lagos subterráneos que hubiera y poder comenzar a caminar en suelo seco.