Partida Rol por web

¡Maldita sea! dice el biólogo, escondiéndose y retrasando su posición. El fuego destelleante de los disparos le cegaba, y no lograba ver nada con claridad. Por fin, distingue algo, el comandante, ordenando la retirada. Apresuradamente se dirige hacia allí, mientras el destructor les cubre la retirada. Pero también se fija que más de esos seres entran en la base. Ojalá el destructor logra salvarse y ponerse también a cubierto. De todos modos, qué les espera cuando lleguen a la central eléctrica? ¿No será algo parecido? ¿No les perseguirán estos seres? Si al menos pudieran comunicarse con la nave...

Viendo que mi ráfaga no parece ser suficiente para parar el avance, decido cambiar de estrategía. Una vez con mis compañeros en el campo de pruebas, nos liamos a tirarnos neumáticos como si de una batalla campal se tratase, el recuerdo de aquel día me hace sonreir y pienso que me puede ser de buena ayuda para conseguir mas tiempo para que mis compañeros se pongan a cubierto. Miro a mi alrededor y veo un par de bidones. Por ahora esto me valdrá.

Sin pensarmelo mucho, cojo uno y haciendo que el destructor haga una pirueta como si de un lanzador de martillo se tratase, lanzo el bidón contra la maquina más cercana.

Zack lanza una de sus granadas la cual explota en medio de aquellos seres pero sin lograr hacerle mucho daño. Topper lanza uno de los bidones hacia una de aquellas máquinas, dando en el blanco y dejando fuera de combate a uno de aquellos seres. Claro que eso supuso que el Destructor empezase a recibir disparos... y la máquina no estaba acostumbrado a esos extraños rayos de energía. Tras recibir buenos impactos en varias partes de su cuerpo -suerte que el cristal resistía- retrocedes como el resto de los hombres, disparando tu arma en un intento de que el enemigo no avance. 

Buscáis una mejor posición, pero bien sabíais que allí no había posibilidad de defensa. O salíais de allí o la cosa podría complicarse enormemente. Y justo cuando el Coronel se disponía a dar las órdenes pertinentes para intentar salir de aquel lugar, se produce un hecho insólito. Un rugido proveniente de la selva os deja petrificado. Lo habéis oído antes pero vuestros ojos lo confirma: la bestia que os atacó anteriormente vuelve aparecer aquí... pero esta vez no una, ¡sino tres! dos de ellas saltan el muro como si tal cosa, mientras que la tercera opta por cargar y llevarse consigo la misma. 

Un nuevo frente de combate... veis como los seres comienzan a correr hacia vosotros. Ya se disponía el Coronel a dar una orden de ataque -mejor morir combatiendo que sin hacer nada- cuando de pronto las bestias os pasan de largo, y se dirigen hacia las máquinas. Este era el mejor momento para huir.

Jefe, yo tiré una granada.. malamente... pero la tiré ... xD

En cuánto el soldado se percató de lo que realmente estaba sucediendo.. - un jodido golpe del destino - comenzó a correr para alejarse de allí a toda prisa. En su camino, se dirigió hacía Aeryn para que lo siguiese... 

- ¡Salgamos de aquí! - dijo mientras abría camino, puesto que conocía el camino de vuelta a la central eléctrica.

El destructor se queja al recibir los disparos de aquellas máquinas, los rayos de energia funden las diferentes chapas de blindaje de la estructura, eso me obliga a hacer una maniobra de evasión intentando que los disparos no me alcancen. Retrocedo todo lo que puedo, pero un rugido me hace darme la vuelta. Tres bestias ya conocidas por nosotros aparecien.

!Mierda, estamos jodidos! Pienso, pero cuando me preparo para recibir la embestida de alguna de ellas, veo como su trayectoria no soy yo y por suerte tampoco mis compañeros, se dirigen directas hacia las maquinas. Entonces corro hacia mis compañeros mientras hablo por el comunicador.

- Señor, creo que es momento de retirarnos, al destructor no le gustan mucho lo que disparan esas maquinas y sinceramente, a mi tampoco, señor.

- Seguid a Normand, ¡Vamos! - grita desde su posición quedándose el último para cubrir la retirada, al parecer aquellos animales les iban a salvar la vida, ironías del destino, pero no pensaba desaprovechar la oportunidad que le daban para largarse de allí cuanto antes.

Aeryn que ya no podía estar más asustada y que no se había separado de Zack, creía ver ya su muerte completa cuando aparecieron las bestias de antes. Lejos de ir a por ellos, les pasaron de largo y cargaron contra esos aliens con rayos. Eso sólo hizo deducir a Aeryn que esas cosas eran aún menos bienvenidas que ellos a este mundo.

No tardó en reaccionar y seguir al grupo lejos de allí.

Abandonando casi cualquier protección, Ullric se apresura detrás del destructor. Si antes pensaba que estaban mal, ahora sabe que es imposible que recuperen la base. Nuevamente lamenta no poder contactar con la nave principal... En fin, por ahora, pensemos en sobrevivir. Corre tras el destructor, sin siquiera girarse para ver qué sucede en la base.

Sólo cuando estén algo alejados de la zona de combate, antes de salir completamente de la base, se permitirá girar momentáneamente la cabeza a ver qué sucede antes de seguir al grupo.

Superado el sobresalto inicial, Adams recupera su viejo instinto y se suma al combate con la misma eficacia que los demás soldados. Aunque no tiene ni la más mínima idea de qué son esas criaturas, esos extraños seres de metal, el mercenario se siente extrañamente seguro: sean lo que sean, la situación es la misma de siempre. Enemigos que abatir y un trabajo que completar. Nada estará del todo perdido si lleva un arma en la mano.

Su seguridad se tambalea cuando comprueba, ráfaga tras ráfaga, que al parecer sus armas son incapaces de hacer nada con esos seres, como no sea retrasarlos. El mercenario maldice entre dientes mientras, sin perder la apariencia de calma, saca un cartucho vacío y caliente y mete uno nuevo en el arma con un golpe seco de la palma de la mano. 

Al ver a Zack, el soldado, recurrir a una de sus granadas, Adams recuerda que lleva el armamento completo de otro soldado. Palpa rápidamente su cintura y encuentra tres de esas armas. Suelta una, se la lleva al pecho y cuando se dispone a quitar la anilla y contar varios segundos...

... y entonces aparecen las nuevas criaturas. Adams se queda paralizado ante la nueva escena de destrucción que se desarrolla frente a él, pero antes de que pueda hacer nada, ve que los grandes seres cargan, curiosamente, contra las máquinas que hace nada amenazaban con sobrepasarlos. El mercenario entrecierra los ojos, pensativo, mientras devuelve la granada con lentitud a su cinturón.

La orden del Coronel lo saca de su ensimismamiento - ¡No me lo diga dos veces! - grita mientra se levanta de un salto. Con una última mirada a las criaturas y otra, muy rápida, a los maltrechos supervivientes del grupo de militares, Adams echa a correr junto a los demás detrás del destructor.

Todos aprovecháis esa oportunidad caída del cielo y corréis ante las órdenes del coronel de retirada. El hueco que ha hecho la bestia es suficiente para que paséis todos. Corréis con todas vuestras fuerzas para intentar alejaros del campamento lo más posible. Detrás de vosotros, los rugidos y los disparos indicaban que continuaba la batalla.

Topper es el que cierra la marcha, protegiendoos con el Destructor posibles disparos enemigos. Zack y Michelle van en cabeza, seguidos del coronel. Los civiles se encuentran en el centro mientras que Adams se encuentra con el resto de soldados. 

Tras correr un buen trecho, decidís parar un segundo y pensar en el camino a seguir. Josh da varias órdenes y los militares establecen un pequeño perímetro de defensa. No iban a estar mucho tiempo allí, pero era mejor ser precavidos. Por el momento, nada os había seguido. Y eso era una buena noticia.

¿Que cojones eran esas cosas?- pregunta Mark al aire, mas por frustración que porque esperaba alguna respuesta. Durante todo el combate se había mantenido en un segundo plano sin intervenir -tampoco es que fuera útil en ese tipo de casos-. Sin embargo, veía como se estaba yendo todo al garate en un instante. El proyecto de colonización se podía ir a la mierda por culpa de aquellas cosas- ¿los militares sabían algo de esto?- pregunta. No lo creía, pero no sabía que preguntas mas hacer.

- No yo... - sentencia tras tomar varias bocanadas de aíre inclinado adelante - Desconozco que son esas cosas, pero si hay algo que sí sé que son es, el fin de este proyecto. - determina extrayendo su cantimplora para beber algo de agua - Marcharemos al Oeste, hacia la central con Norman. - señala la dirección tras dar un largo trago - Desde allí buscaremos el modo de contactar con las naves Edén, adevertirles y que den media vuelta.

Zack estuvo apunto de decir algo, pero se mordió la lengua. Él no estaba allí para opinar, aunque lo haría si la situación continuaba así. En su opinión debían buscar un lugar donde replegarse y pensar un plan mejor que huir y darlo todo por perdido, a fin de cuentas.. era la vida de toda la humanidad lo que estaba en juego, rendirse no era una puta opción. Finalmente, participó de la conversación.. pero guardándose cosas para sí.

- Deberíamos replegarnos y pensar con tranquilidad sobre qué hacer, señor.

El biólogo por fin había recuperado el aliento. Las emociones habían sido demasiado intensas. Había estado a punto de morir, todo había estado a punto de perderse... y además, ¿había una guerra en este p* planeta? eso parecía, porque si no ¿por qué esos seres atacaron a quienes les atacaban? A Ullric cada vez le parece más que ellos son simples observadores, esperando a ver quien viene por ellos para machacarlos de una vez, como un ratón que espera a ver si el águila o el zorro se lo comerán. Una vez recuperado el aliento, se acerca al coronel.

Ojalá yo viera las cosas tan sencillas. ¿Cómo espera comunicarse con la nave? Y además, estamos hablando de nuestro futuro. No del nuestro como individuos, del de toda la humanidad. La situación no es nada fácil.

Pero una cosa es seguro. Eso que estaba detrás nuestro no es humano... ni cerca de serlo.

- Habrá otros planetas. - responde al biologo - Las naves Edén no están equipadas con soldados suficientes para enfrentarse a este enemigo... - sentencia negando con la cabeza - La mayoría son civiles, sería una masacre. - apuntilla guardándose la cantimplora - Desde la central intentaremos preparar un grupo que vuelva al campamento base, quizá podamos recuperar los equipos de comunicación y mandar un mensaje que atraviese la estática. - concluye haciendo un gesto a todos para que inicien la marcha, no tenía intención alguna de debatir aquello.

Zack asintió y obedeció. No era momento ni lugar para contradecir a un superior y Josh tenía cierta razón en lo que decía, aunque no era tan fácil como lo pintaba.