Partida Rol por web

Hay algo, sabes que hay algo y te aterra, no pueden hablar, tan sólo quieres correr.. Detrás está el mar así que sales corriendo hacia delante, no sabes lo que pasa, pero entre algún punto de la playa y de los árboles, caes. Caes junto con un montón de arena a un agujero. El golpe ha sido bastante fuerte, no ves luz encima tuyo, por donde quieras que hayas caído ha sido tapado y la oscuridad te rodea.

Me levanto dolorido, mirando la oscuridad que me envuelve, intento salir hacía arriba, pero parece que no es posible, asi que busco otro camino.

No sabéis que es lo que pasa, pero de repente veis como Aldruh echa a correr y antes de poder llegar a salir de la playa, antes de llegar al lugar donde están las plantas, cae por un agujero y dejáis de verlo. Os acercáis a la zona por donde ha caído y no veis nada que parezca una trampa ni que hayan podido ocultar.

Te incorporas y tratas de buscar una salida, pero estás en la más completa oscuridad y avanzas muy torpemente un par de pasos sin ni siquiera poder mirar por donde caminas.

 Parlan mira asombrado al minotauro.

 - Tenemos que ir con mucho tiento en esta isla.- dice sin rastro de su habitual sonrisa en los labios.- Partimos?

Rebusco a ciegas en mi mochila una antorcha y la yesca y el pedernal para encenderla.

Miro incrédulo a Parlan. Como que si partimos?...acaso no has visto como yo que nuestro compañero a caído por este agujero?... miro a nuestro alrededor, a ver si hay algún tirador o monstruo que pueda haberle atacado.

 Parlan mira al corpulento compañero.

 - Como se suele decir, los designios de los dioses son inescrutables.- Luego da un vistazo al desolador paisaje.- Aquí quietos no hacemos nada más que perder un tiempo precioso, me gustaría regresar cuanto antes.

Es posible que los designios esos sean confusos y tal...pero aun así me parece una canallada irnos sin mas y dejar a nuestro compañero a su suerte.

Dedico un par de horas a intentar bajar o buscar a mi compañero monje, se quede o no el bardo a mi lado. Antes de darle por perdido, una búsqueda es lo menos que se merece...

Tardas un rato, pero consigues encender una antorcha para ver. Frente a ti tan sólo hay un estrecho pasillo de piedra negra, con el suelo cubierto de arena de playa, aunque te sorprende no hay nada de humedad, las paredes no contienen ninguna planta al menos xon la zona de túnel que ves. Sólo tiene una dirección para seguir, ya que a tus espaldas también hay pared.

 Luego parece ser que el bardo recuerda algo:

 - Bueno a decir verdad la señorita Hímive ha mencionado que el terreno es traicionero... tanto?- Mira a Karnak.- Ándate con ojo, no quisiera tener que pasar solo el restos de la semana por esta isla agreste.

 En ese momento Parlan coloca el baston en horizontal, bajo el brazo. Si me hundo tal vez con el bastón así pueda quedar encallado... Piensa mientras pasea por la zona donde se ha hundido el monje.

aferrando fuertemente la antorcha me encamino por el sendero del túnel, para ver hasta donde me lleva.

Continuas andando hacia delante, pero no te hace falta estar muy atento como para saber que ahí hay algo. Escuchas el resgar de la piedra, como si alguien estuviera escarbando un túnel. No lo puedes ver ya que el camino hace un giro hacia la izquierda.. Al menos, está levantando el suficiente ruido como para no haberte oído.

No puedes ver nada que llame tu atención, sólo que la arena está como demasiado revuelta.

Finalmente me termino por rendir, al darme cuenta de que no encontrare nada de el...Esta zona esta en mal estado y plagada de esos dichosos agujeros...

Tomo mis cosas y con cuidado sigo a Parlan fuera de la playa.

Al no ver nada que os llame la atención, a parte de que la tierra parece como removida continúais hacia la zona con vegetación, pero tardáis más bien poco en descubrir que sí que hay algo. Zonas de playa que parecen sólidas desaparecen creando un agujero que poco después vuelve a ser cubierto con arena, para pasar lo mismo en otra zona. Luego todo parece volver a la calma, para empezar de nuevo, como si fuera un cliclo constante.

Al oir lo que sea que hay, avanzo sigilosamente hasta un punto donde pueda ver sin ser visto, y observo con atención.