Partida Rol por web

- Hazme lo qeu quieras... sabia que algun dia volveria a estar ante ti y me encargue de prepararme para uqe nada de lo que pudieras hacerme me afectara... - Le dije avanzando los pocos pasos que nos separaban - Tu quieres una perra como tiene Harold ahora mismo, pero a ti te gusta que esa perra muerda, no que sea docil, por eos no me vincularas ni dominaras mi mente, si fuera sumisa perderia lo que tanto te gusta de mi...

- Bien, entonces ¿Que puedo hacer?.- se pregunto a si mismo.- ¿y si eres tu la que hace algo para demostrar arrepentimiento? los toreador antitrubu van a dar una fiesta, podrias ir voluntariamente...

- ¿Realmente deseas que se me vea en publico sin ir de tu mano o con una correa? - Le pregunto sabiendo que en eso tenia razon, era suya, siempr elo habia sido y que no lo pareciera no era bueno para el.

¿Quien te dijo que yo no estaria presente? Ademas es una fiesta de mascaras, nadie vera tu cara y yo me ocupare de que nadi te reconocca. ¿Iras? ¿Haras ese sacrifico para demostrarme tu fidelidad a mi de nuevo?

- Ire si eso me permite pasar la noche fuera de una caja de madera - Le respondo de forma sincera pues tenia todos los musculos tensos, era una de las razones por las que nucna me habia gustado el letargo...

Entonces mandare por una mascara para ti. Es esta misma noche. Ya sabes como son los toreador de nuestra creencia. Les encantan los escesos, creo que ya sabes a que me refiero. Espero que sepas comportarte, aunque no vengas como mi chiquilla iras conmigo. No tolerare que me dejes en ridiculo.

Termine de saldar las distancias y me acerque a el dejando solo un par de dedos entre nuestros rostros - Sere una buena chica y ladrare si me lo pides... - Le susuro depositando una leve beso en sus labios, un beso que aun conservaba el sabor d ela sangre recien lamida de mi muñeca.

- ¿Ahora te muestras sumisa? Hace un momento eras mas desafiante... Bien, te traeran ropa y una mascara. Te puedes imaginar que tipo de fiesta es.- dijo con una media sonrisa.- Dolor, sangre y sexo

- Me muestro sumisa porque sabes tan bien como yo que me encantan ese tipo de fiestas y aun mas siendo tu acompañante... - Comento mirando al gangrel - ¿Harold y su perrita nos acompañaran? - El olor de mi sangre aun estaba en el organismo del gangrel  eso era algo que me encantaba...

No, ella es solo mia.- dijo con una sonrisa.- No me gusta compartir, es un defectillo que tengo. Nos vamos Zoe.- dijo tirando de la cadena hacia arriba, casi ahorcandola y ella se puso en pie.- Señor, señorita, espero que disfruten de la fiesta.- se despidio amablemente antes de irse.

Aun hueles a mi Harold... y eso me gusta... Eso signifoca que te gust retarlo o cabrearlo, si no ya hubieras purgado esa sangre de tu organismo... Le dije a su mente mientras marchaba. - Buenas noche Harold...

Ahora solo me quedaba esperar que alastor estallara.

- Cariño... aun eres una neonata.- oiste en tu cabeza, como si fuera una risita burlona. Harol se fue con Zoe.

Al quedaros solos tu sire se fue y volvio con tu ropa. Una tunica blanca muy simple.- Esta es la ropa que deben llebar las chicas a la fiesta. Tu antifaz.- dijo tirando al suelo una mascara.

Sonrei de medio lado ante la salida de Harold y mire a Alastor llegar con aquello. Me baje d emis zapatos y deje caer mi vestido al suelo, deslizandolo por mi cuerpo y entonces tan solo con un escaso tanga de encaje me agache a recoger la mascara, poniendome en el rostro y acercandome a el para que me diera la tunica.

Lo mire unos segundos incredula - ¿Como puedes seguri deseandome de esa manera uqe puedo ver en tus ojos despues de tanto tiempo, de todo lo que ha pasado? - Relamente era algo que no comprendia, yo me fue esperando hacerle mucho dao espernado que me olvidara gracias al odio...

No hubo respuesta, tal vez se sintiera debil deseando a la misma mujer eternamente y eso no le gusto, una demostracion de fuerza es lo que recibiste cuando las sombras te inmovilizaron con violencia y rasgo tu tanga, tomandote salvajemente, saciando una mente pervertida que llebava muchos años esperandote.

Solo salio algo de mis labios, algo que dijo ams que cualquier otra cosa - Te odio... - Y era cierto lo odiaba por lo que me habia echo, por la dependencia que habia creado en mi, por seguir igual apesar del tiempo, por ser el hombre que me rescato de un abismo cuando era humana...

No iba a pronunciar su nombre, sabia que si lo hacia, en ese momento volveria a ser suya...

Dilo.- susurro en tu oigo tras cada envestida, cada vez con mas ira. Sabias que no saldrias de aquella habitacion si no te hacia suya de nuevo. Te deseaba con todas sus fuerzas, eras su obsesion, su unica debilidad.- Di que eres mia, llamame por mi nombre... dilo.- Repitio entre dientes.

- No...- Presionaba su cuerpo casi apartandolo de mi, queriendo luchar contra el, sabiendo que era una pela inutil pues su fuerza me superaba mil veces... No diria su nombre no volveria a ser suya... ya bastante me costaba no gemir ante su posesion, era imosible que no lo hiciera, por mucho que lo intentara el sabia como llevarme al borde del placer y llevarse a el de la misma manera... - No...

Te coloco como sabia que mas te gustaba y comenzo a hacerlo recordando los momentos en los que mas fuertes habia escuchado tus gemidos.- Sabes que eres mia. Eres mia Eilis.. Dilo.- repitio esforzandose como nunca.

Era imposible, no podia contenerme, no podia luchar y finalmente me entregue a el, entregue mi cuerpo a sus manos comenzando a no solo ser poseida, si no a buscar el placer de ambos el plcer de sexo vampirico que solo un hombre como el podia darme...

- Hazme gritar  y lo dire... - Le dije sabiendo que no habia vielta atras, que si estaba alli era por algo y conseguiria ese algo.

- Gritaras.- te prometio con una sonrisa y sus tentaculos de sombras invadieron tu cuerpo buscando a la par dolor y placer mientras el envestia sin piedad.- Vamos Eilis, enseñame porque te hice mia...gime, grita, sufre, disfruta.