Partida Rol por web

Aquí transcribo la descripción de la casa tal y como la viste la jornada anterior:

Como casi todo el barrio francés, las casas son de yeso y estuco y están pintadas de alegres y vivos colores, con balcones de hierro fundido con motivos con forma de espirales.

Los accesos a nivel de calle en éste barrio suelen estar destinados exclusivamente a tiendas y comercios. Los números no se sitúan sobre una puerta, sino a la derecha de un estrecho pasillo situado entre edificios.

Localizáis fácilmente el inmueble, en la calle Dauphine. El negro de sus cortinas contrasta enormemente con las blancas cortinas de las casas colindantes.

Os adentráis por el pasillo y llegáis hasta un gran patio ajardinado, con una bella fuente de piedra que produce un agradable y relajante sonido de agua corriente. A nivel de calle hay varias puertas, en el lado Este hay 3, y en el lado Sur, a la derecha del pasadizo por el que habéis accedido, otras dos, que claramente van a dar al local que habéis visto desde la calle, cuyas ventanas estaban ciegas y la puerta cerrada.
En el extremo Sureste hay una gran escalera de caracol. Ballon conoce Nueva Orleans y la estructura de sus edificios, y rápidamente se apresura a guiar al letrado escaleras arriba, hasta una pequeña balconada con forma de L en el primer piso. El lado corto de la L está directamente sobre la tienda de comestibles, y aquí se encuentra una gran puerta de roble, y lo que parece la entrada a la casa. En el lado largo de la L veis otras tres puertas, que posiblemente sean almacenes o dormitorios de los sirvientes. Una campana cuelga sobre la puerta. Una vez la accionáis se escuchan unos pasos en el interior y finalmente la puerta se abre: una mujer mulata, vestida con el uniforme de criada y de aspecto severo, de unos 40 años, os mira severamente y pregunta en cajún.

Bonj.... Buenos días señor. dice la mujer que abre la puerta, la misma que lo hizo ayer. Rápidamente cambia al inglés una vez te reconoce.

Buenos días Anne, veo que me recuerda, me gustaría, si es posible, hacerle unas preguntitas acerca de Beatrice, siempre y cuando usted no corra ningún tipo de riesgo con su madame.

No le quiero mentir Anne, pero ayer, cuando vinimos a hablar con Beatrice me pareció que algo de lo que nos contaba no era realmente como lo decía. Posiblemente ella no nos mintiera, pero me gustaría saber de una tercera persona, que es usted, la impresión que tiene, tanto de Beatrice como de sus amigos desde que falleció su marido.

Lo siento, no estaba presente durante su charla, así que no sabría aseverar la veracidad de las palabras de mi señora. dice en un susurro mientras mira atrás, hacia el pasillo, intentando escuchar donde está su señora ahora mismo.

Pues está tranquila. Tiene amigos que vienen a diario a visitarla y sigue haciendo vida social pero manteniendo el luto riguroso. Es una mujer fuerte y se repondrá con facilidad a la muerte del señor

Sinceramente Anne, entre usted y yo, esos amigos que me comenta que tiene su señora y que vienen todos los días a verla, ¿a usted qué le parecen? ¿Cree que son de fiar? o simplemente cree que se están aprovechando de la debilidad actual de su señora.

Mientras le voy preguntando intento ver si la doncella está nerviosa, o me oculta algo.

Una última pregunta y ya no la interrumpo más. ¿Han venido hoy los amigos de Beatrice o todavía no

Pues, son todos amigos de toda la vida. Yo no les conozco lo suficiente, pero supongo que si. Además ya se va reponiendo desde hace tiempo. Está preparando directamente el baile del Mardi Gras, en el Krewe de su marido.
Vuelve a mirar hacia el pasillo.
Aunque hay un tipo, un vuduista, que viene por las mañanas. Dice que habla por boca de Louis. Ese es del que no me fio. Pero la señora sabrá lo que hace.

Y ese.... vuduista que me comenta, ¿Ha estado hoy por aquí?

No. Suele llegar hacia las 11 diariamente.

No. Suele llegar hacia las 11 diariamente.

Muchas gracias Anne, esas son todas las preguntas que quería hacerle, de verdad, muy agradecido.

Una última petición, me quedaré por aquí para ver a esa persona, ya que tenemos información de timadores que se encargan de timar a gente con problemas diciéndoles que pueden hablar con los muertos y esas cosas. Voy a ver si es uno de ellos. Cuando llegue, hágame una señal, salga al balcón a tender algo y si ocurre algo extraño dentro de la casa hágame pasar. La dignidad y el dinero de su señora están en juego en esto, no le falle ahora que lo está pasando mal y ayudeme a ayudarla.

Una vez dicho esto me despido de Anne y me quedo rondando la casa para ver si veo venir al tipo ese y comprobar si Anne nos ayuda.

Quizás le verá usted mismo entrar, monsieur. Y todo es extraño habitualmente en sus sesiones, pero lo que me hace sospechar es que un día, supuestamente hablando en boca del señor Louis, le pidió que abriera la caja fuerte para extraer un colgante; y que lo llevara en el Mardi Gras de mañana; y no solo eso, incluso ese negro pretende organizar el mismo parte de los festejos del krewel a través de la señora.

Mientras se despide, añade.

Bueno, le haré una señal si veo algo extraño.

Muchas gracias Anne.

Después de despedirme me alejo un poco de la casa quedándome a una distancia desde la cual pasar desapercibido pero poder ver si entra alguien en la casa o sale de ella y así ver si consigo dar con el vuduista.

A las casas de Dauphine Street se accede o bien a través de las tiendas situadas a nivel de calle o a través de los callejones que acceden directos a la residencia propiamente dicha.

Es relativamente sencillo entonces poder vigilar los accesos a las casas y pasar desapercibido.

Pasa una hora bastante lenta, sin mucho que hacer salvo leer un periódico en un callejón, pues tampoco hay ninguna cafetería desde la que se vea el inmueble, te llama la atención un hombre de oscura piel, algo regordete que porta una chistera y unas gafas redondas, con una negra levita y desde la que se puede ver el blanco cuello de la camisa contrastando con el resto del atuendo como si fuera un farol en la noche. En su mano lleva una gastada maleta de cuero de tamaño mediano.

Como esperabas, entra en Dauphine con calma y parsimonia y seguidamente accede al callejón que va directo hacia la mansión Deburau. Es el tipo mas peculiar de los que han entrado hoy en esta calle, sin duda, y has visto ya bastantes.

Si la descripción concuerda con la de la foto que nos enseñaron en su día me acerco un poco a la casa para esperar a que salga pero sin que me vea ya ue quiero seguirle a ver donde va.

En efecto. Es él.
Te pones a esperar pacientemente.

Ahora debo sincronizarte con otro jugador. Tendrás que esperar unos pocos días. Calculo que en dos o tres ya estarás de vuelta en el juego.

Pasan pocos minutos de las 12. Llevas demasiado tiempo en la calle. Hace fresco y te aburres demasiado. Relees ciertas secciones del periódico para pasar el rato mientras constantemente echas miradas hacia el balcón por si Anne decide hacerte alguna señal. No es el caso. Sin embargo pasarte algo mas de dos horas en la misma posición es algo que no te agrada en absoluto.

Finalmente una figura sale del portalón. Stardust, por supuesto. Stardust sale con calma del callejón y con pasos cansinos y perezosos se dirige hacia el Este por Dauphine Street hasta llegar a la esquina con Governor Street, momento en el cual avanza en dirección sur, hacia el río.

No parece

Le sigo a ver donde se dirige, desde lejos, no quiero cogerle, quiero ver a donde va, pero no quiero perderle.

Llega casi hasta los muelles del Mississippi.
Este barrio lo componen un montón de edificios de apartamentos, hoteles que alquilan habitaciones por horas y pensiones baratas para los estibadores del puerto.
Entonces se dirige ligeramente hacia el Este y sube por Marigny Street. Entra finalmente en un mugriento salón de billares.

Un par de mulatos en la puerta, fumando aburridos, le saludan con una casi imperceptible elevación de la cabeza.

Doy una rápida revisión de la zona en la que me encuentro, ¿son todos de raza negra?, ¿Estoy en algún tipo de suburvios?, ¿Veo a alguien que conozco?