Partida Rol por web

- Comida... genial, nos vendrá bien.

Raban no tenía claro qué hacer a continuación.

- Por mi parte ya he acabado con lo que vine aquí.

La Sacerdotisa del Bairakyn les había encargado, aunque no de un modo taxativo, que investigasen las actividades de un nigromante por la zona, pero ellos no se habían comprometido. Una vez libre de su promesa y con Alina en buenas manos a Raban solo le quedaba volver a Conúl Uld y arreglar algunas cuentas.

- ¿Qué hacemos ahora?

No tenía prisa en ir a "conversar" con sus "amigos" del gremio. Estiró sus músculos al sol mientras se preparaba para la marcha, aunque no tenía claro dónde.

¿Hierbas? las olfateó. ¿Serán medicinales? ¿Alguien sabe algo de hierbas?

Creo que habría que ir a espiar al Nigromante, si. ¿Nos acompañarás?

Raban apenas lo pensó un instante. Asintió con la cabeza. No iba a dejar a estos dos solos, le caían bien.

Asintió. El tipo parecía indiferente, centrado en lo suyo, pero habría apostado por que no les iba a dejar tirados en este trance. Suspiró. Seguramente iban a un sitio muy peligroso. ¿Saldaría esto la deuda que tenía con alguien? Tres eran las deudas: con los primeros beijabar que se encontró, con el rey elfo en el bosque élfico. Con su amigo Borgvir... Aunque quizá esta estuviera saldada con la venganza que había conseguido.

Decidiría si las había saldado cuando viera la colina esa. Haría lo que le dictara el corazón. Comenzó a prepararse para el viaje.

—Venga, pongámonos en camino.

Fram había empacado todo lo que podía empacar, y se había pegado un buen atracón de comer con lo que había en la mesa del desayuno, dejando solo a la buena educación el repartir con sus camaradas si mostraban tener tan buen saque como él.

Tras desayunar a fondo de lo que había disponible asitió a Fran. Era hora de iniciar la marcha.

Desayuné, como si ese mismo día se fuera a acabar el mundo. Cogí todo lo necesario para un viaje largo y duro.

- Adelante. Quien sabe que nos encontraremos en este lugar.

16 de marzo 1812 T.E. 06:00. -2ºC. Por la noche. (Resplandor de luz, pero no ha amanecido. Las copas evitan la llegada de verdadera luz al interior del bosque. Eterna penumbra). Despejado y sin viento. A medio camino entre Rosgobel (Bosquecillo) y la Montaña Pelada (Dol Guldur). Gran Bosque Verde (Bosque Negro).

Los días pasaban entre noche y penumbra. El sol no llegaba a "asomarse" en ningún momento. Una Eterna Penumbra os acompañaba todo el camino, pero, estando descansando, algo.... un extraño ruido os removió en vuestro lecho. Alguien serruchaba madera, y también se escuchaban voces guturales y chilliditos estridentes, que eran más molestos que otra cosa, y difícilmente entendibles como voces. Estaban a cierta distancia, pero, en este lugar, estimar a cuanto estaban era complicado. Podrían ser veinte metros, cuando se pensaba que igual eran cien.

Se aseguró de que los otros dos estaban despiertos, y no encendió ninguna luz. ¿Distancia? Su espada mágica les daría una idea de la distancia y de la naturaleza de esos seres. Al menos si eran malignos. Protegida con su capa para que la luz no les delatara, desenvainó el arma.

A Raban le costaba mucho ver y no tenía idea del origen del ruído. Se aseguró de llevar sus dos espadas en la cintura y al alcance de la mano y se puso en guardia, pero no desenvainando para no parecer un atacante.