Partida Rol por web

Luca se detuvo en su carrera, como casi todos en cubierta, observando la increíble danza de la espadachina.

-Io acabo de vere un angelo volare o è un cupido con forma di montaignesa che encantare el mio cuore, cual verso de sirena.-

Aún con la boca abierta, observó los finos cabellos de oro de la espadachina con los que Dios, sin lugar a dudas, tejió el sol y el destino de los hombres.

Una mano tironeó de él. Al volver a la realidad, prosiguió la carrera esquivando un sable pirata hasta llevar a la joven al lugar más seguro del barco, el camarote del capitán. Mientras corría, Luca esbozó una sonrisa pícara recordando a la joven.

-Bela ragazza.- Dijo en un tono inaudible.    

José disparó de forma certera al tipo del espadón y le propinó una herida en pleno pecho que lo hizo retroceder apenas unos pasos. Se llevó la mano al pecho ensangrentado y gruñó enfurecido, mirando en la dirección de la que había venido el disparo.
Comenzó a correr hacia allí como un poseso, llegando a la posición en la que estaban Angelique y Lola.

Mientras, Luca corrió por la cubierta llegando sin problemas al camarote del Capitán. Virgilia, con los ojos brillantes, agarró la mano de su compatriota con ambas, y susurró.
Grazie... embobada por la exhibición de Luca llevándola a salvo, sus labios se acercaron a los de su salvador...

Entretanto, Gizur de asomaba por las escaleras que llevaban a cubierta, bien escoltado por sus dos armarios y su... ¿perchero?
Sea como fuera, el vendeccio pudo observar como los piratas iban siendo diezmados en número, pues los soldados castellanos iban mejor armados y eran más disciplinados. Y estaban Oleg y Zelinda que seguían creando un reguero de muerte a su alrededor.
Pero los que quedaban eran espoleados por un enorme guerrero de torso descubierto con faldón a cuadros y una enorme espada como armamento.
Y no sólo él; un tipo desarmado y vestido con una camisa arremangada iba tumbando marineros castellanos a puñetazo limpio.

Este era el momento. Virgilia, complacida ante las dotes de Luca y su promesa de mantenerla con vida a cualquier coste acercó sus labios mirandole a los ojos. Nada existia ya en aquél barco a parte de ellos dos. Los piratas, la sangre derramada y los cañonazos no existían en esa pausa que jamás debiera acabar. 

Grazie... - dijo la joven. Luca cerró los ojos acercando sus labios a los de ella.... Sin embargo no llegaron a tocarse, pues virgilia solo deseaba avisarle diciéndole al oído;

-¡Luca detrás tuyo! .- Encerrándose en el camarote. 

-Porca miseria- Pensó el joven. 

Gizur suspiró, algo sorprendido. Aquello estaba resultando más fácil de lo que esperaba... Las náuseas volvieron de súbito y no pudo hacer más que bajar la cabeza y apoyarse contra la pared por unos segundos. Se reincorporó y se dirigió a sus subalternos.

—Volvemos. No nos necesitan aquí.

Dicho esto, se abrió paso entre los suyos y se internó nuevamente en aquel pasillo.

Una vez a salvo en el camarote del Capitán, Virgilia sostenía tu mano entre las suyas y lentamente se acercaba a tus labios como poseída por el momento.
Cuando ya cerrabas los ojos esperando el beso, un repentino resplandor te hizo abrirlos de repente, al que a Virgilia.

En medio del camarote de dibujó un círculo en el aire, que emitía un fuerte resplandor... algo fuera de toda lógica.
Pero aquello no era lo más llamativo, pues justo después del interior del círculo salían dos personas como apareciendo de la nada.

Una de ellas, la que iba enfrente, era un tipo que llamaba poderosamente la atención.
No por nada llevaba su rostro cubierto por una máscara como las usadas en los carnavales vodaccios.

Vestía ropas de color rojo oscuro y negro, con unos pantalones de cuero negro ceñidos y botas rojas.
Por su figura delgada y las formas de su cuerpo, dirías que se trataba de una mujer.

Su acompañante era un tipo que vestía todo de negro, con una larga casaca típica de los corsarios.

Era alto, rubio y de aspecto agraciado, casi daba rabia verlo. Portaba un florete con una guarda de plata, que rápidamente desenvainó al veros.
Le dijo algo en avalonés a la mujer enmascarada, que se encogió de hombros y comenzó a registrar entre las pertenencias del Capitán.

El tipo de negro se encaró a vosotros con una sonrisa llena de auto confianza, y dijo algo en un castellano rudimentario.
Mal lugar para esconderse. bromeó mientras se acercaba con su espada lista.

Luca quedó sorprendido, al igual que Virgilia, suponía de esa "aparición" inesperada. Rápidamente su mente activó una señal de alarma reaccionando a su comentario.

-Solo pasaba per qui.- Dijo con su claro acento Vodaccio al guaperas. Aunque su atención más inmediata estaba puesta en la máscara a la que protegía. Aquella máscara, claramente obra de artesanía vodaccia, iba tapando el rostro de una mujer de buen cuerpo. Enseguida la mente de Luca divagó acerca de la belleza ultraterrena de la misteriosa mujer que había detrás, teniendo que obligarse a volver a la realidad.

-<¿No es un poco pronto para los carnavales?>.- Dijo en vodaccio, claramente para captar la atención de esa misteriosa mujer y ya de paso, dejar de lado en la conversación al avalonés guaperas.

La muerte rubia levantó la vista respirando de forma entrecortada. Al parecer despues de su sublime entrada los malandrines restantes estaban siendo despachados por la marimacho eisena y compañía.

Quedaban, dignos de mención, solo dos rufianes de lo más sarnoso.

Con los piratas siendo cada vez más diezmados por la superior habilidad y equipo de los soldados castellanos y la irrupción de Oleg y Zelinda, el bando avalonés parecía tener todas las de perder.
Sin embargo, aún no habían dicho su última palabra y seguían dando guerra; especialmente aquel Highlander enorme y el recién llegado Inismorense que tumbaba con gran velocidad a todo el que se le pusiera delante, hasta que se fijó en Angie y Lola, corriendo hacia allí a grandes zancadas.

José, desde la cofia podía observar cómo el Capitán Rodríguez parecía tener controlada la situación.

El rubiales se acercó con un rápido paso lateral que te sorprendió por su velocidad.
Se anticipó por un parpadeo a tu ataque y su espada trazó un arco frontal a baja altura, buscando tus piernas.
Sentiste cómo el filo de la espada rasgaba tu muslo y te impulsaba al suelo si no te esforzabas por evitarlo.

Ordenaste a tu troupe volver al pasillo, donde estaba todo tranquilo pues los piratas parecían estar perdiendo y ninguno llegó hasta el interior del barco.

La exhibicion de Angy había sido preciosa, pero en la escuela de Gallegos enseñan la paciencia, no apresurarse, esperar a encontrar la guardia baja del enemigo mientras te mueves con elegancia en tus círculos. Esperaría.

Rápidamente comienzo a cargar de nuevo mi arma.

Luca esquivo la fatal herida recibiendo un corte en el muslo, pero la intención principal del rubio era derribarlo, y lo consiguió.El joven vodacio tropezó con la espada del avalonés cayendo al suelo de culo. 

-Poco decorosso.- Afortunadamente la mente de Luca era era más agil que su espada. -Sine duda il primitivo estilo di avalon. Luchan como gallinas, nio dejan que il suyo rivale questo de pie. Tien miedo.- Dijo mientras se levantaba, presto para esquivar un nuevo ataque si hiciera falta. 

Ahora mismo estaba atrapado. La seguridad de Virgilia era lo principal. Si salia fuera tendria que verselas contra muchos enemigos y la joven correría mas peligro que alli dentro. Optó por ganar tiempo y averiguar que buscaban esos dos. Ademas, su única esperanza era un angel rubio que estaba ocupada ahora mismo.

-Io quiero peleare como los cabalieri. ¿No entiendes? Con honore.-

Ese par eran de la clase que te estropean el día en un periquete. Y una chica lista sabe cuando ha llegado el momento de retirarse del baile antes de perder la dignidad y acabar meando en la ponchera.

Así que manteniendo las armas listas se acercó lentamente a Lola, que la castellana hiciera su parte.

Pues el valor está muy bien, pero no recibir un puñetazo en su bonita naricilla le parecía hasta mejor.

El Inismorense corría hacia vosotras mientras Angie se retiraba al lado de Lola para formar un firme muro defensivo.
El tipo enorme del espadón atacó a la castellana, que vio venir su golpe y si no cometía el error de subestimarlo podría pararlo fácilmente.

Ahhhh, la pequeña rubita corrió de vuelta bajo el ala de Lola, tal y como había practicado tantas veces durante sus años en la universidad.

- Bonitos saltos. Andate con oj… - le dio un pequeño empujón con el culo para apartarla mientras ella misma se apartaba un paso al lado opuesto, justo a tiempo para esquivar el enorme claymore que se clavaba en el suelo.

- ¡Chico! ¡Vaya mondadientes! – exclamó divertida - ¿El que te cuelga bajo la falda es igual de grande? – preguntó con curiosidad pícara agachándose para esquivar la nueva acometida.

- ¡Vaya! ¡Aunque sea chiquitín espero que lo majes mejor! – logró cabrearlo como quería. Un paso a un lado mientras dejaba que el enorme claymore se deslizara por la hoja de su espada que apoyaba sobre el cuchillo de la diestra, para agacharse y lanzar la espada desde abajo hasta el estómago donde la sangre comenzó a manchar su falda.

- ¡Cuidado, pequeño, o perderás la espada! – le chichó una vez más dirigiendo su mirada a la falda en vez del claymore, dejando claro a que espada se refería.