Partida Rol por web

Angelique se levanta de golpe con la cara roja de indignación

C'est pas possible! ¿Quien habeis creido que soy? Con gesto teatral se lleva la mano a la frente ¿Creeis querer abusar de mi poco conocimiento del mundo para engatusarme? Tratada como una vulgar buscona Incluso añade unos pucheritos a la interpretación C'est terrible! terrible! Primero tengo que llegar aquí y descubrir que mi ama de llaves ha dejado en Castilla mi valija con mi ajuar y ahora ¡esto! Y hasta que no llegue el siguiente navio me encuentro privada de los doblones necesarios para reponerlo.Y cuando creía haber encontrado a un caballero andante listo para ayudarme ¡me realiza proposiciones indecentes! Se levanta como si fuera a irse pero no lo hace Que decepción monsieur Leonardo yo que esperaba de vos amistad sincera.

Y lo mira pestañeando lentamente. Veamos si el tradicional sentido del honor castellano logra, una vez más, separar a un idiota de su bolsa.

-Luca Siviero.- contestó el joven con una sonrisa. -Contadme más acerca de Sir Taylor Andrews y no dejaré que vuestro vaso se vacíe.

Ahora ya tenía un nombre y alguien con quien hablar, incluso era posible que asistiera a la cena de aquella noche, si había suerte. Pero quería estar preparado y saber de qué pie cojea alguien, es un punto a favor para ganarse su amistad.

La joven sonrió a Lola levemente ante tus palabras y contestó con su pronunciado acento.
¿Nueva aquí, huh? Pues para una chica como tú, donde ganar más dinero es en Altamira. Los nobles y ricos de la ciudad montan fiestas de decenas de personas y si tienes algo de verborrea, puedes conseguir bastantes gremiales. Socios para tus negocios. Patrones que paguen tus caprichos... cosas así.
O también está la opción de trabajar para mí... dijo, enarcando una ceja mientras sonreía.

El joven castellano se hincó una rodilla en el suelo e hizo una reverencia.
Mis más sinceras disculpas, madame. Asumo que no me he expresado correctamente.
Efectivamente deseo ayudaros, y para ello no sería un problema entregaros algo de mi oro para enmendar vuestra malograda situación actual. dijo, y comenzó a sacar su bolsa de oro.

El tal Gustavo se mesó su cuidada barba, pensando en tu pregunta.
Lo único que he oído es que organiza fiestas a menudo en su mansión en Altamira. Y que no tiene reparos en invitar a cuantas más personas mejor, sólo sea por presumir de “amistades”.
Es de esperar que siempre esté interesado en conocer a marineros hábiles y valientes para sus múltiples negocios marítimos... explicó el cartógrafo. Cuando terminó te miró como esperando su recompensa.

Angelique tiene que aguantarse la risa mientras redobla la ofensiva para acabar de rendir la fortaleza.

¿Creeis que soy una fulana y que mi honra está en venta por unas monedas? Gira la cabeza muy ofendida mientras la muy truhana suelta unas lagrimitas de cocodrilo. Si fuerais un caballero ahora mismo os pondríais a mi disposición para poder acudir a un modisto de calidad apra poder cambiar mis pobres ropajes por algo adecuado a mi cuna. Así como alquilar para mi y mi ama de llaves habitaciones en este mismo establecimiento. 

Si demostrais con acciones caballerescas que vuestro arrepentimiento c'est vrai quizás os permita acompañerme a algún baile de sociedad.

Hace un gesto discplicente hacia Lola Así como algunas monedas a mi criada para que haga la compra claro.

-Id calentando la lengua Don Gustavo, que para cuando vuelva con una jarra de buen vino, hablaremos de esos múltiples negocios marítimos de Sir Andrews.-

Luca se fue hacia la taberna mas cercana, encargo una jarra de vino para el puesto de Don Gustavo el cartógrafo, que pagó con lo que le quedaba de sus ahorros, volviendo con una sorisa en la cara, una jara en la izquierda y dos vasos de barro en la diestra.

Espero pacientemente a que mi querido tio termina de leer la carta y una ve finalizada le digo: 

 No mi querido tío, no os he dicho cinco minutos pero se de vuestro gusto por las cosas en su tiempo, y el deber me llama para la cena de esta noche ante el almirante y no querréis que aparezca hecho un adefesio tirando por el suelo el nombre da la familia y dejando que se diga por ahí que un hombre de vuestro gusto y sentido de la moda y la etiqueta permitiera que uno de sus parientes se presentara en una recepción oficial sin el adecuado cuidado personal y vestido con un mínimo decoro en función  de la condición del anfitrión.

 Además mi querido tío, seguro que a la vuelta con un poco más de fama y honor ganado en la batalla podré optar a una posición preheminente en la colonia que aporte honor y gloria a la familia y renombre para ti como el sabio dirigente que que supo valorar las habilidades , coraje , lealtad y dedicación de un joven noble que vino a las colonias.

 Si bien mi exhibición marcial no fue tan brillante como las de las dos bellezas mortales que nos acompañaban, seguro que encontraríais interesante su compañía, si yo no estuviera prometido os juro que....., pero mi estado es el que es y soy , y la lealtad y la fidelidad son los principios de mi vida. Pero me pierdo como os digo hice un despliegue de talentos marciales pero sobre todo de liderazgo e inteligencia sabiendo leer en cada momento la mejor forma de llevar la situación.

 Pero no os aburriré con las batallitas libradas, mejon que la narren los marineros y el capitán.

así pues mi querido tío como veis, es el deber quien me quita el tiempo con vos y no mi intención.    

Una chica como tú…

¿Qué quería decir exactamente?

Daba bastante igual. Lola ya tenía claro antes de venir esos planes que describía… y en esencia eso era lo que estaba haciendo Angy. Buscarse un patrocinador local.

- ¿Trabajar para ti? – preguntó alzando las cejas y dando un trago a su jarra – Tener una jefa en lugar de un pisaverdes ladrando sería un cambio de aires interesante – dije sonriendo con malicia - ¿A qué te dedicas y qué crees que podría hacer para ti? – preguntó curiosa. Veríamos a donde le llevaba jugar con la bolita que colgaba del hilo de lana…

Leo te miró enarcando una ceja, creyendo que quizás aquello era sólo un numerito para ganarte su compasión.
Pero algo en tu tono le resultó lo suficientemente convincente como para “creer” en tus palabras. ¿O había sido tu hermoso rostro enojado?
Sea como fuera, terminó de sacar su bolsa de cuero, y metió la mano dentro, sacando un puñado de doblones.
Lamento sinceramente vuestra situación.
Tened, con esto podréis tener un buen inicio en Santa Lucrecia. te tendió una veintena de monedas de oro.

Si vuestro equipaje se retrasa más de lo debido, podréis visitarme en mi mansión en la calle del jardín, en Altamira. Preguntad por los Vegaverde.
De todas formas, madame, ¿porqué una dama como vos va armada? preguntó mirando tu espada.

La misteriosa mujer armada sonrió ante el interés de Lola.
Me dedico al... comercio. sonrió pícaramente.
En esta ciudad llegan muchas mercancías, pero la Armada Real vigila celosamente cada una de ellas, y eso priva a la gente de Lucrecia de disfrutar de productos... muy interesantes. explicó, elevando sus cejas.

Me ayudarías a conseguir que esas mercancías puedan entrar en la ciudad. Y que una vez dentro, llegan a las manos apropiadas.
Puedo pagar bien. Muy bien, de hecho. Claro que no es un negocio ausente de riesgo. explicó sonriente, haciendo que te fijaras en su estoque y una pistola que llevaba al otro lado del cinto.

Volviste con el vino y los vasos, haciendo que Gustavo sonriera satisfecho.
Comenzó a recoger su tenderete y te condujo hasta un establecimiento cercano. Una tienda donde habían multitud de mapas expuestos, incluso alguno ya de Aztlan.
Se apoyó en el mostrador y comenzó a hablar mientras bebía.
Conocí una vez a Taylor. Vino en busca de mapas de Aztlan, los últimos que dibujé según las anotaciones de mis cartógrafos de campo.
Es un hombre educado, que no tiene reparos en gastar dinero. Pero tiene un aura... no sabría cómo decirlo... supongo que le precede su reputación.
Cuentan que antes era pirata... y que amasó tal fortuna que se compró su título nobiliario. Ya sabéis, esa gentuza de Avalon lo venden todo.
Así que yo no me fiaría del todo de él. Claro que hay pocas personas que paguen tan bien en Santa Lucrecia y que además tengan su experiencia en los mares.
Ah, cuentan además que tiene una hermana pequeña. Yo no la he visto, pero dicen que aparece en sus fiestas y ya ha dejado a varios hombres con el corazón roto. Posiblemente sea una niña pija que se ha criado con la fortuna de su hermano... explicó, y bebió a gusto.

Tu tío suspiró resignado.
Vale vale, Pepito... vete, anda no vayas a llegar tarde...
¡Pero como no vuelvas a visitarme haré que te arresten! bromeó y te guiñó un ojo.

Como no hay tiempo para que te haga un traje a medida, puedes llevarte alguno de los míos. Mi colección personal es el trending de Santa Lucrecia. ¡Kalú! ¡Llévalo a mi armario, que se lleve lo que quiera! le ordenó al negro, que asintió y esperó a que lo siguieras.

Conteniendo su risa de triumfo Angie arrambló con los doblones que desaparecieron en un segundo en su bolsillo.

Miró de reojo su espada y pestañeó lentamente.

Oh ¿eso? dijo mirando la espada como si la viera por primera vez La temporada pasada la esgrima se puso de moda en la corte de Valroux, así que dejé las practicas de clavicordio y empecé a tomar lecciones. ¿No creeis que una espada es el complemento ideal a un buen par de pendientes? Dice fingiendo ser una muchacha atolondrada Aunque la verdad es que apenas se con que lado pinchar. Suelta una risita aguda. Aunque me encantaría participar en un duelo  ¡algún día!

De reojo vio como Angy se embolsaba unas pocas monedas de oro. Parecía ridículo sabiendo que el capitán les prometió 500 gremiales, pero igualmente sabía que no lo hacía por el dinero, sino por la emoción que sentía haciéndolo.

Dio otro trago a su jarra.

- Sin riesgo, ¿dónde está la emoción? – contestó con otra sonrisa pícara.

Este parecía un buen hilo del que tirar para llegar hasta piratas, quienes proveerían dichas mercancías, y con un poco de suerte, a los mismos piratas que le interesaban al capitán.

- Y ¿por qué señas te contactaré? – preguntó divertida – Aun no me dijiste ni tu nombre… patrona – añadió con un tono especial.

-Ajá.- Dijo Luca mientras dejaba el vaso en el mostrador. -Habeis pronunciado dos cosas muy interesantes sobre Taylor. Que es un granuja y que tiene una hermana. Bonita tienda por cierto.-

Era una tienda tirando a pequeña, con mapas expuestos, plumas y botes de tinta de calamar. El polvo se acumulaba en los volúmenes mas viejos y el olor a tinta y pergamino impregnaba el lugar dotándolo de calidez hogareña, por lo menos para Luca Siviero. Un fugaz pensamiento nostálgico pasó por su mente. 

-Sin embargo necesito algo mas que mi cara bonita para presentarme en su fiesta y que me diga como llegar a la bahía. Una presentación o un objeto que llame su atención poderosamente. 

Le golpeaste con la botella al tramposo avalonés que pretendía atacar con su pistola al castellano.
El pobre iluso cayó tendido al suelo, inconsciente y cayendo como un saco.

El jaleo se calmó de repente y los clientes te miraron sorprendidos por tu actuación.
Aren alzó la pistola del inconsciente avalonés para mostrar a todos lo que había pretendido hacer.
Eso sirvió para calmar los ánimos, y que el castellano que se había peleado con él, se te acercara.
¡Gracias, compañero! Deja que te invite a una cerveza. Soy Umberto. te ofreció dándote la mano.

Le sacabas casi dos cabezas, pero ya había demostrado que no era una damisela.

Leo sonrió ante la respuesta de Angie y se hinchó el pecho.
Si lo deseáis madame, yo puedo enseñaros algunos movimientos con la espada. Una dama bien protegida siempre es mejor que una desprotegida. aseguró, sonriendo.

La misteriosa mujer asintió con una sonrisa ladina a la aceptación de Lola.
¡Ese es el espíritu! dijo con alegría.

Ven esta medianoche al almacén que hay detrás del mercado del puerto. Allí te daré más información.
Ah, y puedes llamarme Candy. aseguró, antes de dejar una moneda sobre la mesa y marcharse con repentina prisa.

El cartógrafo agradeció tus palabras sobre su tienda.
Bueno, es la primera cartografía de la ciudad. Seguro que vendrán más, pero por ahora me van bien las cosas. aseguró sonriente.

Pues no lo sé... seguro que si tenéis algún objeto de arte le puede interesar. Esos ricos suelen coleccionar de todo. añadió, sin tener muy claro cómo ayudarte.